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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y después de que el mundo se haya redimido, regresará Conmigo el Gobierno del Templo de la Esfera, preparado desde hace mucho tiempo, desde Mi Ascensión a los Cielos.
Así, la Sagrada Jerarquía, que es la Estrella-Guía de este universo y de este planeta, ha construido con Sus propias manos y con Su propia experiencia la expresión de ese Gobierno Espiritual de Cristo; porque fue el primer pedido que Yo mismo le hice al Padre Eterno después de haber ascendido a los Cielos, al corazón del universo, en donde ahora Me encuentro, para poder después retornar como lo prometí antes de Mi Ascensión.
Quiero que sepan que ese Gobierno del Templo de la Esfera traerá todo lo nuevo y renovador que precisa el planeta y la humanidad; porque cuando haya terminado la dualidad, vendrá, como les dije, la libertad interior, la libertad interior que muchos de ustedes buscan en este tiempo y que han buscado a lo largo de esta vida.
Ese Gobierno del Templo de la Esfera reestablecerá, a Mi pedido, las Leyes en el planeta y el cumplimiento de estas Leyes en la humanidad; para que pueda seguir despertando, después de todo el sufrimiento que ha vivido, a lo largo de los tiempos y hasta el presente; porque no querré nunca más escuchar agonías, llantos, ni tampoco sentir el dolor de Mis hermanos y hermanas en el mundo.
¡Cuántos inocentes, en esta humanidad, esperan esa libertad interior que Yo mismo les he prometido, no solo a Mis apóstoles en aquel tiempo, sino también a todo el mundo!
A medida que los acontecimientos se presentan, se acerca ese momento y no Me cansaré de decirles que no está muy lejos.
Pero primero, Yo debo tener un lugar en el corazón de cada uno de los Míos, un lugar en donde Yo también los pueda inspirar, guiar, a través de Mi Sabiduría y Amor; porque les aseguro que, en el final de estos tiempos y ante la presencia de estos últimos acontecimientos, cada uno estará en el lugar que ya está previsto en su destino por la propia Mano de Dios que lo está indicando.
Por eso, que su transformación siga aconteciendo para que cuando llegue el tiempo del Gobierno del Templo de la Esfera, ustedes no solo lo perciban, sino también lo vivan como la alegría del gran día de su liberación de este cautiverio humano.
Mientras tanto, sigan trabajando en el fortalecimiento de su fe y en la confianza absoluta de que la Divina Jerarquía y la Jerarquía del universo acompañan sus pasos; pero ábranse a vivir lo que nunca vivieron, ábranse a escuchar lo que nunca escucharon y, principalmente, ábranse a acoger lo que hasta ahora nunca acogieron, por prejuicios.
Yo los necesito en Mi Camino, pero en Mi Camino de libertad, de la libertad que Yo les otorgué con Mi Muerte en la Cruz y con Mi Dolorosa Pasión.
Ya les he abierto el camino a través de Mi entrega, para que vivan lo que está previsto, y no para que tal vez vivan lo que piensan o creen; porque Mis apóstoles, los doce, también tuvieron que vivir la transformación de sus propias creencias y de sus propios pensamientos.
Por eso, Yo no los juzgué, no los condené, sino los liberé para que sus propios espíritus crecieran en abundancia, así como estaba previsto en Mi Plan y así como Mi Plan está previsto para ustedes y sus hermanos.
Hoy, el mundo y la humanidad, como alma, están delante de la conclusión de Mi ciclo, un ciclo que fue preparatorio hasta ahora y en el que, a partir del nuevo tiempo, ustedes, a través de sus propias vidas y de sus propias decisiones, escribirán la historia y el destino a seguir. Pero no dejen de contemplar las Gracias que recibieron hasta ahora, abundantes, infinitas y profundas, Gracias Divinas que no tienen precio, sino un valor espiritual incalculable, porque es lo que les permite hoy estar aquí, ante Mi Presencia.
Yo vengo a buscar a los mismos que una vez llamé en el pasado, nada ha cambiado para Mí, solo que ahora tienen otros rostros y otros cuerpos; pero en alma y en espíritu son los mismos que Yo una vez llamé por su nombre, por el nombre espiritual que cada uno tiene guardado y grabado en su interior, en lo más profundo de la esencia y del alma, el nombre por el que en el final de los tiempos serán llamados para estar en las filas de Mis últimos soldados de la Luz.
Así, el Gobierno del Templo de la Esfera se prepara para ingresar a la superficie del planeta con la síntesis espiritual de todas las Consciencias y Jerarquías que participaron en la construcción, desde hace décadas, de este último y gran momento.
¡Cuántos hermanos de otrora Me han ayudado a cumplir este Propósito, que es el Propósito de Mi Padre, y que, a partir de ahora, deberá ser el Propósito de cada uno de ustedes y de sus hermanos! Porque hoy no comprenderán con la mente lo que esto significa, sino que solo deberán guardarlo con fe en sus corazones, así como Mi Santa Madre guardaba los misterios de Dios en Su Inmaculado Corazón.
De esta forma, participen de esta dimensión espiritual que hoy les presento, que es la corriente universal que hoy le traigo al mundo a través de este Centro de Amor, que se ha abierto, como muchas veces se abrió, para recibirme; así como ustedes hoy Me reciben con fe.
Tengan muy claro, compañeros, que sé lo que cada uno necesita en este momento; pero den espacio al Tiempo de Dios y al cumplimiento de Su Voluntad Universal en sus vidas.
Todo tiene su hora y su momento, todo tiene su punto final y su comienzo.
Reciban así las sublimes vibraciones del Gobierno del Templo de la Esfera, que hoy se hace presente a través de la humildad de Mi Corazón y de Mi Vida, Mi Vida Crística que debe ser la vida de cada uno y sobre todo en su interior.
Así y en simplicidad comulguen de las Leyes que se presentan en este momento, y que colocan a Argentina y a su pueblo en el último ciclo de su redención, porque no dejarán de suceder situaciones increíbles, recuerden que este es el tiempo del Armagedón, el tiempo que se está cumpliendo como estaba previsto.
Concentren sus vidas en la esperanza y en la fe de poder ver venir el porvenir, aquel porvenir que es anunciado por Mí como la Buena Nueva, la Buena Nueva del Retorno de Cristo a la humanidad.
Que los signos de Mi Presencia se guarden en sus corazones, en sus almas y espíritus, para que cuando Yo ya no esté aquí, cerca de ustedes, sepan cómo actuar y proceder en el fin de estos tiempos con todo el conocimiento espiritual e interno que por amor les hemos otorgado para la sustentación de todos los Centros de Amor en el mundo y para la unión de sus consciencias con las Jerarquías del cosmos, con cada una de las emanaciones superiores que se guardan en las estrellas, en todo el firmamento sideral.
Que, ante el Sagrado Templo de la Esfera, sus vidas se renueven en este momento y en los tiempos que vendrán, sabiendo que a partir de ahora nada será como en el pasado, sino será como Dios lo determina en la Ciencia Sagrada de Su futuro y de Su porvenir.
Que la alegría por estos últimos impulsos sea vivida por ustedes, así como los apóstoles, las santas mujeres y Mi propia Madre la vivieron en Mi Resurrección y en Mi Reaparecimiento, porque vengo aquí a anunciar el Reaparecimiento de Cristo.
Que las Sagradas Geometrías, que rigen a este universo y a toda la Creación, los irradien y los bendigan como muchas veces bendijeron al Hijo de Dios.
Que se cumpla el tiempo del último despertar. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reverenciamos a Nuestro Señor, Jesucristo.
Mi camino es para los valientes y decididos, porque es un camino de despojamiento interior. Sentirán en su propio ser y en su propia alma ese despojamiento, hasta el punto de que les duela, porque Yo vengo a depositar Mis tesoros y bendiciones en odres nuevos, en instrumentos vacíos de sí mismos.
Vengo a depositar Mis dones en aquellos que los puedan cumplir, y todos esos tesoros y Gracias ya los recibieron a lo largo de los tiempos; por eso, hoy vengo aquí a recordárselos.
Ha llegado la hora, compañeros, de que su Señor testimonie ante el Creador cada una de las Gracias y virtudes que fueron recibidas.
Por eso, Yo vengo a marcar con Mi propia Mano una línea sobre el suelo que demarca el pasado del futuro. Esa línea que Yo marco sobre el suelo es el presente, es ese momento en el que cada uno de ustedes se encuentra; es el momento, compañeros, de tomar la última decisión.
Por eso, en Mi senda Yo no ofrezco rosas, sino que en Mi senda Yo les confío a los Míos espinas y desiertos muy profundos, porque lo que quiero y deseo ardientemente es ver a los Cristos del Nuevo Tiempo.
Aunque sus miserias aún abunden y estén presentes, aunque el camino de la perfección sea muy largo o aunque cada uno tenga que atravesar su noche oscura, Yo vengo a ofrecerles a los Míos todo lo que ustedes pueden realizar para alcanzar Mis aspiraciones en este mundo, a través de las almas que Me viven y que Me adoran.
Porque, a través de lo que es imperfecto o a través de lo que es impuro, Yo vengo a renovar todas las cosas, y lo que espero todos los días es que ustedes lo vivan por Mí a través de un compromiso maduro, responsable y consciente, que les permita un día ver y comprender todo lo que ve y comprende su Maestro y Señor de todo lo que ve en este mundo y en la humanidad.
Yo espero que cada uno dé el último y gran paso, sabiendo lo que esto significa, aunque parezca desconocido y ustedes no lo sepan todo.
Es que Yo vengo a entregarles Mi Plan, un Plan que aún deberá concretarse a través de la verdadera y sensata decisión de cada uno; sabiendo que no oscilarán, aunque venga la tempestad, aunque se acerque la oscuridad; sabiendo que su verdadera decisión, una decisión madura, definirá el próximo paso y el próximo acontecimiento.
Vengo así a dar comienzo a la última síntesis, la última reflexión que definirá los próximos tiempos a través de las almas que se adhieran a la transformación.
Vengo aquí, compañeros, a dar fin a Mi tarea con ustedes para que, a partir del momento en el que Yo ya no esté entre ustedes, así como no estuve con Mis apóstoles, ustedes puedan ser Mi propio Evangelio vivo, de una forma real y verdadera, haciendo parte de sus seres Mis Palabras, todos Mis impulsos y todas Mis Gracias; porque es esto lo que Dios contemplará en el final de los tiempos.
Es a través de esto que el Creador planificará y proyectará el próximo tiempo, es decir la Nueva Humanidad, de la que muchos son llamados a formar parte, aun en este tiempo de transición y a pesar de lo que es aparentemente incierto; porque lo que se deberá escribir a través de cada una de sus vidas es la Voluntad de Dios, que ya está escrita desde el origen en la Fuente, pero que es una Voluntad que deberá cumplirse en estos tiempos, deberá realizarse a través de ustedes.
En el silencio, oro por aquellos que lo intentarán; pero también, en el silencio, oro por aquellos que lo negarán; porque Mi senda es para los valientes y también es para los imperfectos, para los que no temen ser transformados por Mis propias Manos.
Eso es todo lo que hoy quería decirles.
Estoy comenzando a despedirme de cada uno de los mundos internos; de todos los que fueron dichosos, a lo largo de los tiempos y de los años, por tener la Gracia de estar presente ante el Señor, como hoy lo están.
¿Será que saben comprender lo que esto significa en este tiempo, sabiendo que hay miles de almas que no lo pueden vivir?
¿Qué significa y representa estar ante el Señor?
¿Qué significa estar ante Su Alma y Divinidad que proviene directamente de la Fuente Primordial y que, a través del Divino Verbo, se expresa a ustedes y al mundo entero para que puedan escuchar lo que piensa y siente Dios?
Que el sonido de Mi Voz reverbere. Que el eco de Mis Palabras se perpetúe para que siempre, ustedes y sus hermanos del mundo entero, puedan encontrar la Estrella Guía del Señor, el Gran Lucero en la noche oscura, la Luz de Cristo en las tinieblas, para que una vez más se sientan guiados y acompañados.
He venido a cumplir Mi promesa, a lo largo de estos años. ¿Se han dado cuenta de esto?, de que estaría con todos ustedes y sus hermanos todos los días hasta el final de los tiempos.
Mi Obra, aquí expresada a través de las almas reunidas, comienza el ciclo de su profunda e interna transformación, a la que todos serán llevados.
Mi consejo es que se adhieran y sobre todo que confíen en Mí, en Mis determinaciones y también en Mis decisiones, si en verdad dicen que creen en Mí.
Los ciclos existen para que comiencen, pero también para que terminen. El fin ya llegó en este mes de agosto; así como el comienzo ya estaba escrito, el fin también estaba escrito.
Esto debe ser comprendido con sabiduría y sobre todo con amor, porque las bases de Mi Obra serán reerguidas a través de las almas que desde el principio las fundaron y de todos los que fueron ingresando en Mi Camino, que es el camino de la solemne Jerarquía.
Esto no es solo un cambio, esto es una renovación, porque su Maestro es la renovación misma y ustedes también precisan renovarse, es decir reaprender, así como muchas veces los apóstoles y los discípulos reaprendieron hasta que ellos mismos consiguieron llevar adelante Mi Obra en el mundo entero, siguiendo los lineamientos de la venerable Ley.
Oro por todo esto y por todos los que lo vivirán, por todos los que deberán enfrentarlo por sí mismos; porque es la prueba de la fe, de la confirmación de los que dicen estar Conmigo. Que Mi Amor que no es propio, sino del Padre Eterno, los ayude en este momento.
Les agradezco desde lo más profundo de Mi Misericordioso Corazón a todos los que oraron a lo largo de los tiempos y de los años; a todos los que estuvieron, a pesar de todo, presentes en cada momento de oración misericordiosa.
Quiero que sepan que todo es contado por Dios, hasta el último cabello de sus cabezas.
Que este impulso se multiplique, que este impulso renueve y les traiga esperanza a los que ya no la tienen, porque Yo vengo a hacer nuevas todas las cosas hasta el final de los tiempos.
¡Gracias a los orantes de corazón!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más