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Toma un tiempo en tu día para meditar sobre quién verdaderamente eres, para pensar que antes de esta vida había una Vida Mayor, de la que provienen el Propósito y el sentido de toda existencia.
Medita en la Creación y en el profundo Amor de Dios por ti, cuando Él pensó en cada una de Sus criaturas. Y tan grande fue Su Amor por la vida que hizo nacer esencias semejantes a Su Esencia Divina, para que pudieran amar como Él ama, multiplicar la vida como Él la multiplica y recrear la Creación como Él la recrea y la renueva en cada respiración celestial.
Piensa, hijo, que más allá de todo el caos material hay una realidad sublime, que el Paraíso es más que un cielo de paz eterna, es el principio y el fin de la vida desde donde parten las criaturas y hacia donde deben retornar con todos los dones alcanzados en su evolución más allá de las dimensiones.
Recuerda que este planeta es una escuela y que las dificultades existen para ser superadas, llevándote así, a superarte cada día en el amor, a través de un Amor mayor, ese que en algún momento de tu evolución te revelará el Amor de Dios.
No mires al mundo solo con ojos humanos, ojos que están presos de una condición de ignorancia, ojos de quien ve la vida por detrás de los velos. El Amor de Cristo rasgó los velos que cubrían tu rostro. Por eso busca este Amor. Busca el punto de tu consciencia capaz de comprender la vida más ampliamente y coloca tu corazón allí, sobre las olas de la tribulación de estos tiempos, caminando con tu Señor en estas aguas, pues ellas no son nada más que el Viento de Dios soplando el caos del mundo, para remover lo que estaba podrido y tornarlo todo nuevo.
Eleva tu consciencia más allá de las atrocidades, de las batallas del caos y del mal en el escenario de la Tierra y sé, para este mundo, un puente hacia el Corazón de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Encuentra fuerzas en la oración, en el pensamiento del retorno al Origen, en la certeza del regreso de tu Señor al mundo.
Encuentra fuerzas en lo que te une a la Verdad, en la donación de tu corazón y de tu vida, en el servicio de todos los días a través del auxilio que puedes prestar a los que están a tu lado.
Encuentra fuerzas siendo verdadero y transparente, expresando la esencia de Dios que hay en ti, y no buscando fuera de ti formas de ser que parezcan agradar a los demás.
Encuentra fuerzas en Dios, en la esencia del Amor que habita en ti y en todo. Podrás encontrarlo en la quietud, escucharlo en la adoración y comunicarte con Él orando con sinceridad.
En estos tiempos, hijo, el mundo buscará debilitarte, hacerte desistir, padecer y angustiarte. Pero basta que sepas encontrar tus fuerzas en lo que es real, en lo que proviene de Dios, de Su Eterno Corazón.
Él será tu respiro, tu aliento y tu perpetua renovación para que puedas persistir hasta el esperado día de estar, cara a Cara, con tu Creador Celestial.
Encuentra tus fuerzas en Dios, tu Dios y Dios de la vida. En Él siempre habrá renovación para tu corazón y para tu espíritu.
No te olvides de lo que te digo. Que Mis palabras resuenen en tu corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hijo:
Ve la luz en lo más profundo de ti, esa luz que existe desde el principio de tu existencia, Luz de Dios que te acompaña desde los orígenes y que guarda la historia de tu creación.
Es la luz de tu esencia, una luz desconocida y eterna, una luz que guía tus pasos a través del Cristo interior.
Fija tu atención en el poder de esa luz, la que no es física, sino inmaterial. Es la luz de la Verdad, la que muchas veces las tentaciones y los engaños de Mi adversario desean derrotar y oprimir.
Confía en la luz que hay en lo profundo de ti y todo lo que no proviene de la Luz de Dios se disipará.
Que esta luz interior e invisible a los ojos materiales sea el puente que te una a Dios para que siempre aprendas a vivir Su Voluntad.
Que esta luz interior te muestre la victoria de Cristo en tu vida, en cada paso de unión a Su Sagrado Corazón.
Que esta luz surja de lo más profundo y verdadero de tu consciencia para que nunca te sientas solo, tanto en las pruebas como en los triunfos.
Deja emerger de ti la Luz poderosa e invencible de Dios, la luz que proviene de tu esencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo e hija:
No busques la perfección de la vida tan rápidamente. Permite que el servicio y la donación constante de sí sean los que te lleven, algún día, a encontrar esa perfección.
Deja que la humildad gobierne toda arrogancia y que la estricta obediencia rija cualquier tipo de control humano; así conseguirás aproximarte un poco más a la esencia de la perfección.
Confía que con el despojamiento de ti mismo permitirás que otros principios sagrados actúen en tu vida, como la renuncia, el anonimato, el silencio y el sacrificio, virtudes que te ayudarán a construir lentamente ese camino a la perfección.
Mientras tanto, agradécele a Dios por cada prueba o dificultad vivida.
Agradécele a Él por enseñarte a superarlo en el amor, hasta en los detalles más simples.
Comienza trabajando en tu camino a la perfección con tu ardiente necesidad de servir a los demás y de donarte plenamente, para que el propio Espíritu Divino de la Gracia de Dios sea el que un día conciba en ti la consagración total de tu consciencia a la Voluntad Sagrada de Dios.
En ese día, y bajo esa circunstancia, estarás superando la dualidad para comenzar a vivir en la unidad definitiva.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la esencia de la Paz, que proviene de la Fuente Divina, penetre en los espacios con mayor necesidad planetaria.
Que esa Paz Divina y Celestial, que es inalterable, trabaje profundamente en las consciencias del mundo que más necesitan de paz.
Que la Divina Paz detenga las guerras y los conflictos.
Que los hombres sientan en su corazón la necesidad de hacer el bien y de no destruir; la necesidad de reconstruir la vida, las familias y los pueblos para que así todos ingresen en la esencia de la Divina Paz.
Que la Paz Celestial, que es una fuente renovadora, sea depositada en la consciencia de las naciones, a fin de que el equilibrio espiritual se sostenga en los países que más necesitan de amor y de paz.
Que la esencia de la Paz todo lo renueve.
Que pueda renacer la esperanza de poder sentir a Dios para que todo sea transformado.
Que la paz interior sea la columna inquebrantable de los que promueven la paz y el bien en el mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo:
No busques el camino de la perfección fuera de ti, él está presente en tu universo interno.
El camino de la perfección se alcanza a través del servicio permanente, de la donación espontánea, de la unidad inquebrantable e inalterable con Dios. Busca este camino de perfección a través de tu esencia, que sabe cómo encontrarlo.
La perfección no es vanagloria. La perfección no es autorrealización. La perfección carece de prestigios y de reconocimientos.
En ti está la perfección, porque Dios se hizo humilde y pequeño para que Sus criaturas la conocieran.
El propio Cristo es modelo de perfección humilde y desinteresada para todas las almas.
La perfección no ostenta beneficios, ventajas o premios.
La perfección está llena del sacrificio y de la renuncia que los corazones pueden vivir todos los días.
La perfección no es sufrimiento, no es abandono, no es dolor.
La perfección tiene su propia ciencia y su propia autonomía, porque es parte de uno de los Dones de Dios.
La perfección no es reconocimiento ni tampoco es garantía.
La perfección es vacío de sí y entrega absoluta de todo, es dejarse estar en donde se debe estar, sin querer ni aspirar nada más para sí mismo.
Por eso, la perfección, como camino, es humildad, es reverencia, es sostén de los valientes y aliento para los oprimidos.
La perfección camina de la mano del amor, porque el verdadero amor siempre gana. El amor nunca pierde ni tampoco se preocupa. Por eso el amor es perfecto, porque es simple. El amor es incondicional y eso lo hace perfecto, pero no orgulloso.
La perfección es fe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo Mío:
Busca en todo momento vivir la caridad de corazón y no permitas que nada ni nadie fuerce esa virtud interior ni tampoco que te exijan donarte, porque la caridad de corazón debe brotar y surgir así como tu respiración.
Que en cada nuevo paso que seas llamado a dar, surja de tus entrañas la caridad de corazón, para que aprendas a encontrar la piedad espiritual, un principio que te llevará a amar, algún día, el sacrificio de dar tu vida y tu servicio incondicional por los otros.
Que la caridad de corazón no sea una fórmula pensada. Que tu alma te impulse, mediante la intuición, a ser caritativo en cada momento y a centrar tu propósito en la realización del bien por los demás.
Despierta en ti la caridad de corazón y que sea algo espontáneo, algo que te lleve a comprender que la Misericordia de Dios también se encuentra en el servicio, así estarás confirmando tu voto de unión verdadera con Cristo.
Que en la caridad de corazón encuentres el sentido de evolucionar, porque en la caridad de corazón desarrollarás los grados de amor, más que en la propia sintonía o en la redundante inercia humana.
Que la caridad de corazón sea la tónica de los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ustedes fueron creados por un propósito y no es por casualidad que hoy están aquí, a los Pies del Creador.
Vayamos ahora al universo de su esencia a descubrir lo que allí existe, lo que es eterno, perpetuo e infinito, lo que nada ni nadie puede disipar, desde donde ustedes surgieron para venir aquí a la Tierra a cumplir el Proyecto de la Redención y del Amor.
Coloquen su atención en este momento, en el centro de sus seres, e ingresen junto Conmigo al universo de su esencia para encontrarse con Dios, para renovar su propósito, para seguir caminando hasta que cumplan, compañeros, la meta que Dios les colocó.
Miren hacia dentro de su esencia, contémplenla con un grandioso amor.Sientan la Fuente Original que existe dentro de ustedes y cómo la Luz espiritual de Mi Amor penetra las capas más profundas de la consciencia, para elevarlos, para trascenderlos, para colocarlos en las Manos de Dios.
En esta noche, en donde la luz interior se enciende por la intercesión de Mi Sagrado Corazón, observen hacia sus esencias.
Descubran en su interior la única verdad, la que los hará libres de este cautiverio, de esta prisión planetaria, de todo error.
Yo vengo a buscar en esta noche la esencia de sus corazones, lo que existió una vez en el principio como consciencia y energía.
Retornemos hacia esos orígenes.
Yo vine aquí en esta noche para llevarlos hacia ese lugar, en donde ustedes comenzaron a tener vida espiritual, álmica y física.
Sus esencias han venido viajando a través de los tiempos realizando esta trayectoria, camino a la redención.
Vean dentro de sus esencias, en lo más íntimo de sus corazones la Fuente Creadora de Dios, que los renueva, los cura, les concede la redención.
Volvamos al origen, al principio de todo, cuando nuestro Padre Eterno en Sus más altas dimensiones, en Sus mayores grados de Amor, pensó en crear criaturas tan semejantes a Él, así como lo son ustedes en este tiempo.
Recuerden hijos, que son hijos de Dios, que son hijos de la Vida, que son hijos del Amor, que vienen de una existencia que nunca ha muerto, que es perpetua, que es eterna y muy sublime.
Retornen a sus esencias y pregunten a su interior: ¿Qué es lo que Tú quieres de mí, Padre?
Quietud. Quietud. Quietud. No interrumpan lo que estoy haciendo.
He venido aquí para elevarlos a Dios, para que sean parte de lo que es existente e infinito.
Retornen su atención a la esencia de Su Amor, aquella que surgió de la Fuente y que ha vivido muchas experiencias para poder llegar aquí y decirle 'sí' a la redención.
Hoy vengo a disipar las fuerzas de la contrariedad, porque donde está el amor presente, está Dios; y sus corazones están en Dios, así como Dios puede estar en ustedes.
Vayamos ahora hacia el origen de lo que en verdad son, para que conozcan cómo fueron creados en el principio antes de ser almas, antes de ser espíritus; para que conozcan cómo eran cuando fueron esencias en la Fuente del Amor de Dios, junto a los Padres Creadores, los Arcángeles; al lugar desde donde surgieron millones de vidas para este Universo.
Es así, compañeros, que hoy no están aquí solos. Está todo el Universo, toda la existencia y toda la vida, a través de Mi Sagrado Corazón.
Sean valientes. Penetren este misterio que hoy Mi Corazón concede para que se puedan conocer conscientemente.
Véanse como seres en el amor y sigan adelante atravesando estos tiempos, superando todos los obstáculos, elevando su consciencia hacia el Creador.
Arrodíllense delante de Mí. Y en un acto de reconciliación por medio de Mi Sagrado Corazón, retornemos a la Vida, a lo que siempre fueron.
Vengan Conmigo a la Fuente de la Creación y encuentren allí sus esencias, lo que es puro, lo que no tiene sufrimiento, lo que es eterno e invencible ante los Ojos de su Creador.
Miren hacia dentro de sí y busquen la esfera de su esencia, la luz más profunda de sus consciencias, lo que ha nacido de la Fuente y viene a través de los tiempos aprendiendo sobre el amor y el perdón.
Yo vengo en estos tiempos a buscar esa verdad que existe en ustedes, verdad que Me trae hasta aquí de forma continua y paciente, hasta que ustedes por sí solos puedan entrar en comunión con esa verdad.
Así librarán a su Maestro para que pueda seguir obrando en el mundo con otras millones de esencias, que están perdidas y lejos del amor, del Amor de la Fuente.
Coloquen entre sus manos esa esencia de luz como si fuera un recién nacido.
Sientan esa esfera de luz entre sus manos y al mismo tiempo, en señal de imploración, reconciliémonos con Dios.
Esta es la esencia que está en ustedes y que busca el camino de retorno al Corazón del Creador.
Vean cómo Dios creó su esencia con inmenso amor, con eterna dulzura, con una inconmensurable compasión.
Esta es la esencia que debe retornar a la Fuente con la señal marcada de la Redención, diciéndole 'sí' al Perdón y a la Misericordia Divina.
Con estos millones de esencias, su Maestro y Señor, Jesucristo, viene trabajando con ellas a través de los tiempos.
Ustedes no solo son materia, también son energía que proviene de la Fuente y que alguna vez desvió sus caminos, para que en este tiempo volvieran a encontrar el camino de la redención y del amor.
Yo vengo a concebir en sus esencias, la Gracia de la renovación, del servicio mutuo, de una extrema caridad y de una infinita consideración por el prójimo.
Con esta esencia que Dios les ha dado, que es frágil y sencilla, que es simple y pura, retornen compañeros, a la escuela del amor, porque el amor los curará, el Amor de Dios los salvará y pronto serán dignos hijos de Dios, merecedores de Su Misericordia infinita, servidores incansables que nunca bajan los brazos, que siempre dicen 'sí' a la Jerarquía Divina.
Sientan entre sus manos su divina esencia, sientan cómo los Ángeles y Arcángeles contemplan sus moradas internas.
Crean que es posible superarlo todo por medio del Amor que hoy Mi Espíritu siembra en sus esencias para darles de nuevo la vida espiritual y la unión eterna con el Creador.
Así como sus esencias se postran ante el Altísimo colocándose a Sus Pies, así hoy quiero, compañeros, que cada parte de sus seres se postre ante Dios como un acto de reconciliación, de perdón y de cura.
Y ahora Padre, que ves lo que Yo vengo a buscar de tiempo en tiempo, lo que Tú has creado a imagen y semejanza de Tu Existencia, Adonai, Tu Hijo implora por estas esencias y por todas las esencias que están lejos de Ti.
Así como estás en el Cielo, Padre, que Tú puedas estar en la Tierra y cuando Yo vuelva, rodeado de Tu Gloria y de Tu Poder, todas las esencias del mundo vivan su último paso hacia el perdón.
Emmanuel, escucha la Voz de Tu Hijo, que una vez estuvo en la Cruz por todas las esencias del mundo, por todos los que cayeron en los abismos.
Escucha la Voz de Tu Hijo,Adonai, Emmanuel y Abba.
Postrándome a Tus Pies, Padre Eterno, ofrezco Mi Cuerpo, Mi Sangre, Mi Alma, Mi Divinidad, por las esencias que hoy deben estar Contigo para servirte y honrarte.
Te ofrezco, Padre, Mi Sagrado Corazón, por los corazones ingratos e injustos.
Te ofrezco Mi Espíritu para que Tú estés presente en todo lo que existe y vive, en todo lo que respira, para que se borre la célula del mal, para que renazca la Luz de Tu Divina Consciencia, Adonai.
Elí, Elí, escucha la Voz de Tu Hijo, que con gran expiación y misericordia disuelve el error, la desunión y el desamor, para que triunfe, Padre, Tu Plan sobre este planeta.
Todos nos postramos ante Ti, amado Creador, porque respiraste y creaste la vida, porque sentiste y surgieron las criaturas, porque pensaste y donaste sin restricciones Tu Universo para que por siglos de los siglos Te alabemos, Te honremos, Te supliquemos y así, estemos en comunión con Tu Espíritu inmaterial.
Derrama Tu Gracia sobre estas esencias.
Derrama Tu Amor sobre estas vidas, a fin de que se cumpla, Adonai, Tu Proyecto, y las almas se rediman y vivan hasta el fin de sus vidas en Tu Paz.
Hoy riego este árbol que se estaba secando y vean cómo el Amor todo lo transforma, todo lo hace rebrotar; todo vuelve a florecer porque no he dejado que muriera su esencia, sino que en el bálsamo de Mi Amor, la he nutrido con Mi Espíritu.
Que se alegren los que estaban muertos.
Que sean felices los que esperaban una Gracia porque no Me cansaré, no Me cansaré hasta alcanzar lo que espero de sus esencias.
Ámense los unos a los otros como Yo los amé hasta el último momento en la Cruz. Y cuando no se amen, cuando no se unan, recuérdenme en la Cruz, todo lo que Yo padecí por ustedes hasta el fin de sus vidas, que así recobrarán fuerza, recobrarán valentía y coraje para poder amar más allá de sí.
Que se cumpla el advenimiento de las nuevas figueiras.
Que rebroten de la tierra las semillas de la hermandad, porque el Todopoderoso ha escuchado a Su Hijo y los ángeles han derramado sus gracias en lo más profundo de sus seres.
Hoy se cumple la Escritura.
Verán al Hijo de Dios venir entre las nubes y el soplo de Su Espíritu vivificará sus consciencias y el mal se disolverá, porque el Amor del Sacrificado Corazón de Jesús triunfará hasta la Nueva Tierra.
Que se disuelvan los nudos de la separación humana.
Que se establezcan los lazos del amor y de la fidelidad, porque el Padre de la Misericordia ha escuchado la Voz del Redentor.
Coloquen sus manos sobre el corazón.
Y que puedan sentir todos los días este misterio, que ya no es más misterio, sino el simple Amor de su Redentor que viene a rehacer todas las cosas.
Porque cuando caí con la Cruz tres veces prometí al Padre que Yo renovaría todas las cosas.
Y bienaventurados serán los que se dejen renovar por Mí sin temer a los cambios, porque lo que Dios les quiere entregar es Su Corazón, para que viva en ustedes en esencia y eternamente.
Celebremos entonces este acto de reconciliación, porque sus pecados fueron purificados y sus faltas fueron perdonadas.
El Sacerdote Mayor ha venido a celebrar la Comunión Reparadora, a fin de que recuerden todos los días cumplir con la promesa de ser parte de Mi Amor y de expresarlo a cada momento.
Escuchemos las trompetas de los ángeles, que suenan para anunciar la Palabra Divina y volver a instituir en este lugar la Santa Eucaristía, el triunfo perpetuo del Amor y de la Vida de su Maestro y Señor Jesucristo.
Y hoy a Mis Pies no tengo solamente a las santas mujeres que ungieron Mi Cuerpo flagelado en el sepulcro, junto a María, Mi Madre y María Magdalena. Sino que también tengo a Mis Pies a los que una vez no Me reconocieron, a los que vivieron milagros y a los que se convirtieron a los pies de la Cruz, cuando Mi Sangre brotó de Mi Costado y Mi Agua penetró las entrañas de la Tierra para renovar el Proyecto del Creador.
Que sus esencias hoy se fundan en Mi Esencia original, en Mi Divinidad, en la Segunda Persona de Dios, el Hijo Primogénito, el Unigénito, el Redentor y que esas esencias que viven y brillan en ustedes, los ayuden a vivir los cambios en el fin de estos tiempos.
Solo el Amor los hará libres y cuando no estén en el Amor y en la Verdad, llámenme. Yo les daré la fuerza para amar así como amé hasta el último momento de la Cruz.
Y como acto de reparación y de cura, para la transustanciación del pan y del vino de sus esencias, hoy pediré una canción que refleja el amor que Yo tuve por ustedes en el Calvario: "Cristo del Calvario".
Que el símbolo de esta canción los ayude a tener la misma fuerza, el mismo coraje y la misma valentía que su Maestro y Señor tuvo hasta el último momento de haber expirado en la Cruz por todos ustedes.
Cuando no consigan humillarse, arrodíllense; cuando no consigan apaciguarse, coloquen su rostro en el suelo; cuando no sean humildes, colóquense en cruz en el suelo, que Yo los ayudaré a transformar lo intransformable, a liberar lo que se resiste y sentirán el Fuego de Mi Amor en sus corazones, así como lo hicieron las santas mujeres hasta el último momento, superando todas las pruebas, todos los obstáculos, para estar cerca del Sacrificado Hijo, del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Y antes de escuchar esa canción que hace humilde a Mi Corazón, porque en verdad es Dios que es en Mí para que Yo pueda ser en ustedes, les recuerdo la escena y el momento culminante de la comunión con los apóstoles y todas las almas presentes hace dos mil años atrás, en Jerusalén, cuando tomé el pan y di gracias a Dios por el Sacrificio diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo, el Cuerpo Esencial de su Señor, que se entregará a ustedes para el perdón de los pecados.
Del mismo modo tomé el Cáliz dando gracias al Creador por el Sacrificio y les dije:
Tomen, tomen en confianza y beban de este Cáliz, el Cáliz de la Nueva Alianza, Sangre que será derramada por ustedes para el perdón de todas las faltas.
Y en ese momento, la Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, descendieron e instituyeron la Eucaristía.
Hoy Te pido Adonai, que no dejes morir Tu Sagrado Árbol, Árbol tan semejante a la zarza ardiente de Moisés, en donde una vez Tú te mostraste, tan pequeño y humilde a Tus criaturas.
Que el mismo Espíritu y el mismo Fuego que penetró en la consciencia de Moisés, hoy penetre en la consciencia de los que instruyen, de los que guían a Tus rebaños, a fin de que siempre triunfe Tu poderoso e invencible Amor. Amén.
Escucho la canción.
Querido hijo:
Que tu corazón siempre refleje la energía del Amor, porque así ayudarás a reconstruir este planeta y su humanidad.
Que, en la energía del Amor, todo sea reparado, cicatrizado y curado.
Que el Amor que debe vivir tu corazón sea la premisa en estos tiempos.
Que todo sea renovado para que la propia esencia de la vida sea elevada como ofrenda espiritual hasta los Pies del Creador.
Camina siempre en el sendero del Amor, en el que encontrarás la fuerza interior necesaria para trascender los tiempos y superar las pruebas que llegarán para confirmar tu espíritu en la vida divina.
Que cada etapa de la vida sea una sagrada oportunidad de redención.
Cada experiencia vivida hará de tu alma un espíritu triunfante, que luego estará cerca de Cristo para celebrar la eternidad.
Que la energía del Amor reconstruya todas las cosas y que tu corazón valiente reciba la sagrada energía del Amor para revivir todos los días el Amor eterno del Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
María, Estrella Guía de Chile
Queridos hijos:
Hoy Me presento ante ustedes como la Señora del Carmen, Patrona de esta nación y de este pueblo.
Vengo, en este día extraordinario, para conceder más Gracias y ayudas a Mis hijos de Chile, a fin de que las almas caminen por la senda del arrepentimiento y de la reconciliación para que, finalmente, se establezca la paz en los corazones chilenos que aún no la tienen.
Para eso, queridos hijos, deseo renovar la advocación de la Virgen del Carmen para que todo Chile la adopte como la Faz divina que está destinada a proteger y amparar el futuro de esta nación.
Queridos hijos, vengo para pedirles, en este día, el establecimiento en este país de la Virgen peregrina del Carmen, para que, después de haber recorrido Chile de Norte a Sur y de pueblo en pueblo, Ella también pueda peregrinar por otras naciones de América del Sur, así como otras imágenes sagradas han peregrinado por varios lugares del mundo.
Mi segundo pedido, en este día, es que en cada hogar de cada hijo chileno se establezca un altar de oración en honor a la Señora del Carmen. Esto ayudará a consolidar la familia; ayudará a unificar la fraternidad entre los seres y el amor entre las consciencias.
Quisiera que cada hogar chileno estuviera amparado por la Virgencita del Carmen, para que nunca les falte la guía y la protección necesarias en este camino de peregrinación por la Tierra, en la búsqueda de la patria beata.
La Virgen del Carmen representa para cada consciencia de Chile, el Principio de la salvación, de la redención y de la reconciliación.
La Virgen del Carmen, mediante Su intercesión, trae la oportunidad para que nuestras almas se unan a Dios, a Su Esencia Divina. Ella es la Patrona de los navegantes y la Estrella que guía la vida consagrada.
A la Virgen del Carmen se le atribuyen muchas Gracias que podemos recibir desde el momento de nuestra sincera consagración a Su Santa Faz.
La Virgen del Carmen atrae, para la Consciencia de Chile, el camino por donde las almas más separadas se pueden volver a unir y, en Su Corazón Inmaculado, disolver la raíz de la indiferencia, de la falta de amor o de la ausencia de caridad.
Chile tiene, mediante la Virgen del Carmen, la posibilidad de alcanzar la paz interior, como también la oportunidad de cerrar las puertas inciertas que fueron abiertas en el pasado de esta nación.
La Virgen del Carmen trae para Chile el momento de la pacificación de los corazones y, al mismo tiempo, el despertar de la consciencia hacia un Propósito Mayor.
La Madre de Dios llama a cada corazón chileno para que, en este día, se consagre a la Virgen del Carmen, y así, cada uno pueda ser depositario de las Gracias que la Santísima Madre trae del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quédate Conmigo y presencia Mi Inmaculado Corazón. Quédate en paz para poder ver nacer Mi Luz frente a tus ojos. Oremos por el Reinado de la Paz para que Dios, en Su Gloria, los bendiga y los guarde.
Guarda tu pequeño corazón en Mi Corazón, y Yo te aseguro que encontrarás el alivio que tanto buscas. Recuerda que Yo soy tu Sagrada Madre del Amor, en quien puedes confiar porque Mi misión es llevarte hasta la Presencia de Mi Misericordioso Hijo. Y, en esta comunión, encontrarás el descanso que tu caminar tanto espera desde hace tiempo.
Queridos hijos, abracen con predilección la expansión de Mi Paz para que todas las almas en el mundo reciban de Mí el mismo don del amor. Por eso, Mis queridos niños, día a día los invito a renovarse en la oración. De esta manera, Mis Planes de Paz podrán ser victoria para muchas almas que están perdidas.
Ahora, cada uno de sus corazones ya conoce, en parte, el Amor de Mi Reino, un reino que proviene de Dios. Yo los invito, queridos Míos, a que donen sin temor el amor de sus corazones. El Amor es la Esencia Primordial que podrá verdaderamente dar alivio a los desprotegidos y desamparados.
Queridos hijos, Yo los estoy llamando para aliviar el sufrimiento de muchas almas a través del don poderoso de la oración. Solo con la donación orante de cada una de sus almas, las obras de Dios se podrán llevar adelante en la Tierra sin que el enemigo pueda interferir en ellas.
El enemigo es fuerte en algunos corazones, los cuales Yo deberé rescatar y convertir. Por eso, Mis pequeños hijos, debemos orar para que en esta última hora cada alma pueda recibir su propia conversión. Unidos a la Voluntad de Dios, los caminos que cada corazón deberá recorrer en la vida serán caminos que los llevarán hasta Dios.
Dios Padre los ama y quiere ver a los corazones alegres, pero el mundo deberá rendirse delante del poder de Su Amor.
Los ama profundamente desde la Luz de Mi Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más