APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEXTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Nos ponemos de pie para recibirlo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy Mi Iglesia Celestial los aproximará a la Fuente Primordial, porque la humanidad aún deberá seguir comprendiendo cuál es la razón y el motivo de ustedes estar aquí, así como la existencia del universo material.

A través del portal de Mi Iglesia Celestial, que sus almas ingresen a este momento, colocándose ante la Fuente Inmaterial que se muestra por medio de los portales del universo.

Síganme en consciencia hacia el lugar al que hoy los quiero llevar, para que una vez más sus almas y las almas de sus hermanos sean partícipes de los códigos de vida, así como su Maestro y Señor fue partícipe de la Vida del Padre en Sí mismo.

Hoy la consciencia del mundo es colocada ante Elohim, un Nombre de revelación y de fuerza, de determinación y de concreción de la Voluntad en toda la Creación. Santo es el Nombre de Elohim para todo el universo. Santas son Sus formas y matrices geométricas que no solo regeneran la vida, la existencia, sino también toda la Creación.

Preparen su mundo interior para este momento, colocándose en el ejercicio del vacío, para que puedan escuchar más allá de las palabras, para que puedan comprender más allá de la mente, para que sean compenetrados por la Luz del Espíritu, aquel Espíritu reverberante y eterno que es el Elohim mismo.

Sus manos en señal de disposición, en el vacío y en la apertura.

Volvamos, en este momento, el escenario azul, para que la melodía y el color azul impregnen la materia física de sus seres humanos.

Cierren sus ojos por un momento y escuchen, más allá de la Palabra, el sentido vibratorio del Mensaje del Señor.

Y ahora con sus almas ante la Fuente Primordial, en compañía de los Padres Creadores, los Elohim, contemplaremos el misterio de la Creación en su forma divina.

En aquel tiempo, cuando nada parecería tener una forma concreta, surgió el Principio, regido por el Amor de Dios. El Principio tenía un fin, un propósito, depositado en la Mente de los Padres Creadores.

Dios mismo bendijo a los Arcángeles para esa misión, la cual llevarían adelante en la Creación. Pero Ellos no sabían toda la Voluntad de Dios. Solo conocían una parte del misterio, porque en el principio, la Voluntad del Padre era un misterio mismo, no podría ser comprendida por el universo mental.

Pero hay algo que Dios depositó en los seres angélicos, que fue la obediencia, para que la pudieran cumplir y así llevarla adelante en absoluta resignación y entrega a la Voluntad del Padre.

Ahora ustedes, seres de la superficie de la Tierra, esencias de la Divina Fuente Suprema, colóquense al igual que los Padres Creadores, en ese momento y en ese tiempo y, más allá de los errores de la humanidad a lo largo de los tiempos, comprendan el sentido oculto de la Voluntad de Dios, impregnada por la fórmula de la Sabiduría.

Veamos a Dios en Su Trono, en la Fuente Primordial y ante los Padres Creadores, llamándolos uno a uno a servirlo.

Entre el Padre y los Arcángeles, contemplen un profundo lago de luz azul. Allí fue en donde comenzó todo. No solo por Su Pensamiento Divino, sino fundamentalmente a través de un sentimiento profundo, que surgió de las entrañas más profundas de Dios.

Dios, aún es un misterio para muchos, pero Él ya mostró Su Poder en la Creación y en esta humanidad, a través de los cristificados.

Delante de la necesidad del cumplimiento de la Voluntad Divina en este tiempo, y de la recuperación del Propósito en toda la raza humana, así como lo fue pensado en el principio de la Fuente Primordial, una nueva generación de consciencias cristificadas surgirá. Pero no existirá una forma de poder comprenderlo ni siquiera de sentirlo. Será algo que vendrá directamente de la Fuente para los corazones que serán llamados a vivir ese proceso espiritual.

Es algo que llegará más allá de la imperfección, de los errores, de la materia. El camino de la cristificación surgirá en consciencias desconocidas, en personas inimaginables, en almas que están esperando desde el origen de la Tierra por este momento, en colaboración con el Plan de Mi Retorno al mundo.

Las verdaderas transformaciones de la raza humana en este tiempo surgirán desde adentro de los seres, para que después esa transformación se dé en la vida material.

Así como las grandes Jerarquías del universo fueron llamadas por Mí mismo para meditar y reflexionar, hoy ustedes son conscientes de este momento que los Arcángeles están viviendo Conmigo a pedido del Padre Celestial. Es como detener el tiempo y el espacio por un momento. Es paralizar en el universo material los errores y los traumas, especialmente de esta raza de superficie, que debe comprender que este momento de inflexión en el cual se encuentra, es el más importante. Será en el que se dará la última oportunidad.

Por eso, ¿son conscientes de esto?, para que su vida material y sus mentes comprendan más allá de las formas lo que Dios está pensando no solo por ustedes, sino también por toda la Creación.

En este acontecimiento que se da en el universo espiritual, la Sagrada Arca de la Santa Alianza es la intermediaria para que la mayor cantidad de almas posibles en la Tierra reciban este impulso. Y por más que simbólicamente no sea comprendido ni entendido, lo más importante en este momento es la apertura de corazón, para que sean partícipes del advenimiento de la Nueva Humanidad que llegará después de la actual.

Mientras estoy aquí con ustedes, también debo atender atentamente los pedidos de Mi Padre, para que siempre se cumpla Su Voluntad, aunque los propios Arcángeles aún no la conozcan profundamente.

Desde el origen de la Tierra, las grandes consciencias angélicas, los Elohim, aprendieron de esta humanidad y de la evolución de este planeta, de sus aciertos y de sus errores, de sus victorias y de sus fracasos. Y más aún aprendieron de la elección de la humanidad a lo largo de los tiempos y de toda la alteración que fue realizada en el proyecto genético humano.

Ustedes no podrían existir en este momento si Dios no lo hubiera deseado. ¿Cómo sería posible vivir sin Su Voluntad, cuando Su Voluntad es el centro de la vida del universo? Porque de Su Voluntad parten Sus más profundas aspiraciones de ver a Sus criaturas en la felicidad eterna y en el cumplimiento de Su Divino Propósito, regido por el Sagrado Rayo Azul.

Ahora, ese gran lago de luz azul del universo espiritual es la propia Consciencia de Elohim. De allí partió Su deseo ardiente y allí nació Su primera Voluntad.

Dios es una Ciencia y un Poder desconocido, por eso Él tiene tantos Nombres Sagrados para que sea comprendido.

Pero alguna vez se preguntaron, ¿qué hay más allá de Dios?, ¿qué hay más allá de la Santísima Trinidad? La Sagrada Vida del plano espiritual, ¿solo termina en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?

Amplíen aún más su consciencia y a través de Mis Palabras capten los impulsos que les estoy enviando.

La vida material no es lo más importante, aunque sea parte de la evolución de sus vidas. Pero es tiempo de que, antes de Mi Retorno, las almas comprendan el sentido de la Presencia de Dios, no solo por Su Nombre, sino por lo que Él es más allá de la vida del espíritu.

Las religiones tal vez no comprenderán lo que les estoy diciendo, pero si Yo no dijera esto, no sería Voluntad de Dios. Si Él envía a Su Hijo al mundo para prepararlos, ¿qué es lo que en verdad está sucediendo en este momento? ¿Por qué la humanidad enfrenta los primeros pasos de su Armagedón? ¿Será el sufrimiento el único aprendizaje? ¡No!, no lo es.

Cuanto más las consciencias se eleven, menores serán los sufrimientos y las deudas a enmendar. Quiero que aprendan como Yo aprendí, a ingresar en la Ley Divina. Yo les di una primera Ley para que la pudieran vivir, que es la Ley del Amor. Cuanto más se amen los unos a los otros, no solo estarán más cerca de Mí, sino también de Mi Padre.

Él necesita que, después de Mi Pasión, se cumpla lo que tanto ha deseado, que despierten los Cristos internos, que concreten la llegada del Reino de Dios en la fe, en el amor y en la confianza de los corazones. Pero primero deben amar lo que les pido, para poder participar.

No intenten comprenderlo, sino intenten aceptarlo. Por esa razón, los Padres Creadores hoy están ante la Consciencia del propio Elohim, para que desde el principio eterno surja una nueva intervención y oportunidad para todas las almas que lo acepten.

Por eso, Mi Iglesia Celestial se ofreció para ser la intermediaria en este acontecimiento y no solo hacerles revivir Mi Amor, sino también amar la Sabiduría Divina que proviene de la Fuente Suprema.

Hoy, los Padres Creadores meditan cómo llevarán adelante esa intervención en la humanidad, de una manera semejante a como Ellos lo hicieron en el pasado, con el pueblo de Israel.

Pero en este tiempo, la necesidad es muy grande para poder atender y corresponder. Se les ha encomendado a los Arcángeles esta misión. Que a través de la Fuente Azul de Elohim, la humanidad sea ayudada para que, al menos, una minoría sea el pueblo que cumpla con la Voluntad de Dios, así como los patriarcas la cumplieron.

Eso traerá la cura de la humanidad y la concientización en el proceso de redención humana. Y aunque todos estén ante el misterio de intentar comprender lo que Dios necesita en este momento, sepan que los Padres Creadores, los Arcángeles, inspirarán a diferentes pueblos en el mundo para que despierten a este llamado y cumplan la Voluntad Eterna, la que proviene del Padre directamente para cada una de las almas.

No solo la Pasión del Señor es ofrecida para que esto sea posible, sino también las oraciones, los sacrificios, las adoraciones y las obras de caridad que se realizan en el mundo entero a través de los seres de buena voluntad y, en este momento y ante esta crisis del mundo, permiten una Gracia extraordinaria y expiatoria, especialmente para aquellos que no la merecerían.

Las nuevas Tablas de la Ley serán entregadas a las Tribus de Israel, hoy extendidas por toda la Tierra. Los Padres Creadores encomendarán ese ejercicio para que en el alma de cada ser sea reconocida y sentida la Voluntad del Padre, que Él ha determinado después del último 8 de agosto. Eso significa que no solo ustedes son conscientes de esto, todo el universo es consciente de esto.

¿Entienden lo que les digo? No es un momento más. No es un ciclo más. Es un tiempo definitivo, pero también culminante no solo para su raza, sino también para todos los que la rodean en el universo, porque el único propósito y meta es la realización y el cumplimiento de la Voluntad, que traerá revelaciones, conocimientos y hechos.

San José ha sido encomendado por el Padre Eterno para ser el gran intercesor entre las almas y Dios desde el universo espiritual, para que las almas reconozcan lo que el Padre necesita en este momento para el planeta. Él será el Mensajero de los planos internos, no solo en la conversión del corazón humano, sino también en el despertar de este gran y último llamado.

Hoy permanezcan en la consciencia de lo que sucede en la Fuente Primordial. Y aunque el mensaje sea simbólico, ámenlo, así como Yo los amo a ustedes para que se animen y se arriesguen a vivir Mi Voluntad, porque todo lo que unen en el Cielo será unido en la Tierra, y todo lo que desaten en la Tierra será desatado en el Cielo.

Las sagradas matrices de la Creación son depositadas en las manos de los Padres Creadores para que, como en el principio de la nada, cuando no existía forma ni vida, Ellos vuelvan a contemplar y a meditar en el Llamado de Dios, de Elohim. 

En el Huerto Getsemaní Me fue revelado este misterio. Nunca podría haber retrocedido ni tampoco haberme negado a sufrir por ustedes, porque Mi propio corazón humano, al igual que el de ustedes, tenía miedo. Mis células tenían miedo por lo que vivirían, ante una gran injusticia y crueldad. Su propio Maestro se vio en Su persona humana.

A pesar de los errores, de las tribulaciones y de los asedios en el Huerto Getsemaní, Mi Corazón, al igual que el de ustedes, fue llevado a la paz para sentir confianza, coraje y valentía de vivir algo tan grande.

Yo confiaba, en ese momento, que ustedes harían cosas más grandes que las que Yo hice.

A pesar del abandono de Mis apóstoles, de la incertidumbre de Mis compañeros, no podía dejar de cumplir la Voluntad de Dios. Y cuando fui crucificado, en las Manos y en los Pies, Dios, en esa hora, Me pidió que Me superara; y lo profundo de Mi Espíritu en ese momento gritó: ¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen! Pero eso no solo fue por ese momento, sino por todo lo que sucedería después, hasta este presente.

Mi Espíritu sintió el impacto de la Cruz, pero también sintió el Amor de la Fuente, por la renovación del proyecto humano y la redención.

Mi Santa Madre no quedó atrás. Después de haber conocido este misterio del ofrecimiento del Espíritu de Cristo, en justificación de los errores humanos hasta los tiempos de hoy, Ella también se ofreció, colocando Su cabeza en el suelo de lo alto del Monte Calvario, para que Su vida y Su Corazón fueran traspasados por el dolor de Cristo, en reparación de todo el género humano.

Hoy Yo les pido que hagan lo mismo, más allá de la vida imperfecta, de las caídas, más allá de toda incomprensión, para que siempre le digan al Padre: “Señor, lo hago por Ti, por Tu Voluntad, por Tu Propósito, por Tu ardiente aspiración, por Tu Amor”.

Lleven las manos al corazón y agradezcan.

Ante la mirada reflexiva de Jesús, vamos a ofrecer esta Comunión para que las aspiraciones del Padre se cumplan en todos los corazones posibles.

Cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, momentos antes de Su Pasión, comprendiendo el Propósito de Dios más allá de la vida material para que nosotros, algún día, también lo comprendiéramos, Él tomó el pan, lo ofreció al Padre, agradeció y pidió que fuera transubstanciado en Su Cuerpo. Enseguida lo partió y se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Enseguida Él tomó el Cáliz, elevándolo agradeció para que también fuera bendecido y transubstanciado en Su Sangre. Se lo pasó a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la eterna y nueva Alianza, Sangre que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Bienaventurados los puros de corazón, porque estarán en el Reino de los Cielos.

Padre Nuestro (en español e inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme. 
Amén.

Recojan del Cielo esta revelación de la Fuente Primordial de Elohim, para comprender que es posible la transformación del corazón humano en la vivencia absoluta de la vida crística.

Hoy entonarán para Mí una canción que resuena en la vida de cada ser humano de este planeta y que hace comprender el misterio de la entrega de amor. Yo llevaré esta canción, tan simple y sencilla, al Padre en Mi Corazón, como testimonio de que es posible la redención en estos tiempos definitivos, en donde las llamas de la fe, del amor y de la confianza, siempre deberán ser renovadas para que se cumpla Su Voluntad.

Vamos a escuchar a pedido de Cristo: “Eso que soy, eso Te doy”, y después de esta canción cerraremos el encuentro de este día y nos recogeremos para meditar y reflexionar lo que el Señor hoy nos ha revelado.

Yo les doy Mi Paz, porque Mi Paz es inmutable. Mi Paz es transformadora. Mi Paz es curadora. Mi Paz trae la renovación.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICION DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA 68.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Cristo me está enseñando una oración.

Repitamos:

Sagrada Geometría de Luz,
símbolo de la Creación Universal,
desciende sobre nosotros Tu Propósito Divino,
para que alcancemos la Redención.
Amén.

Los Padres Creadores fueron partícipes de las infinitas Voluntades de Dios, antes de que los Universos fueran creados y manifestados, antes de que existiera la primer Hueste de Luz, y fueron llamados Ángeles Elohim.

Antes de la existencia del universo mental fueron los primeros Padres Creadores, los doce Arcángeles, que participaron en comunión con el Padre Celestial de Su Fuente de manifestación y de vida, proporcionada por el amor, por la unidad y la sabiduría.

En aquel tiempo todo, absolutamente todo, era perfecto hasta que uno de ellos, uno de los Padres Creadores se opuso a la Voluntad de Dios y quiso hacer su propio proyecto, el cual lleva adelante hasta ahora y será vencido por el Amor de Mi Retorno al Mundo.

La dualidad será vencida, el error será trascendido, la culpa será disuelta, el sufrimiento se extinguirá cuando los principios de la Fuente Divina retornen al mundo, en verdad, a este Sistema Solar como a otros Sistemas de Vida, en donde se vive la comunión con lo Alto de una forma diferente pero simple, conforme a lo que enseñaron los doce Arcángeles.

El ángel revelado es el décimotercero, por eso él aún se redimirá. Será lo último que hará el Arcángel Gabriel, cuando el arquetipo de Su Sagrada Geometría descienda a la Tierra y cuando Él sea llamado por Dios para llevar esa Misión adelante en la humanidad.

Será un acontecimiento profundamente espiritual e inexplicable. Es por eso que hoy les estoy abriendo el segundo Pergamino de Dios, para que sean conscientes del verdadero y único Conocimiento, que también está guardado en el Arca Sagrada de Dios y principalmente, en Su Corazón.

El tiempo indica que la humanidad está cambiando su estado de consciencia. No te preocupes, ningún ser humano en la Tierra puede traducir los impulsos que Yo traigo al mundo porque es la primera vez, después del pueblo de Israel, que los seres humanos de la Tierra toman contacto con esta Verdad, que proviene del Supremo, de la Fuente.

Por eso no te amedrentes. Tu esencia, como la esencia de tus hermanos, sí reconoce esta Verdad. Reconocen la oportunidad de retomar el camino hacia el sagrado Conocimiento de Dios que ennoblecerá el espíritu, elevará el alma y trascenderá la materia corrupta.

Por eso, compañero Mío, todo tiene su tiempo, no solo para revelarse, sino también para mostrarse.

Yo traigo algo que aún la humanidad no quiso conocer. Esto no es parte de un merecimiento, ni siquiera de una gracia para esta humanidad, pero sí es parte de una revelación, de una necesidad, de una emergencia. Es parte de una respuesta, por la respuesta que han dado Mis compañeros en la fidelidad de la oración, del servicio, de la instrucción, de la aceptación, del tiempo de los cambios, del Plan de la Jerarquía, de la necesidad de materializar la Voluntad de Dios.

¿Ahora comprendes porque es tan difícil traducir Mis Impulsos?

Porque no solo son palabras, son principios, atributos, mandamientos y energías para los espíritus que están en redención, para las almas que están en conversión, para los que por primera vez se aproximan a la Luz de Dios después de haberse alejado de Ella por mucho tiempo.

La Geometría de Dios es un conocimiento puro de la Fuente. Ningún alma de la Tierra lo puede tocar e interferir, solo la Segunda y la Tercera persona de Dios lo puede hacer, como en este caso Su Hijo, el Redentor, que trae con todo el Amor del Universo esta Gracia.

Porque es la Fuente de la Gracia que envía este impulso al mundo y que trae la oportunidad para la consciencia humana de poder crecer, conscientemente, sin orgullo, sin soberbia y sin vanagloria porque el conocimiento de Dios, transmitido a través de Su Geometría Sagrada, abunda en humildad y en amor.

Dentro de ustedes existe la más importante Geometría Sagrada de Dios, que es la Esencia Divina que el mal intenta derrotar, extinguir y perturbar todo el tiempo. Pero el alimento de cada una de sus esencias es la oración, es el único camino que los llevará a la Vida Crística, al servicio incondicional y a la entrega absoluta de su consciencia a Dios.

Sea esta Geometría Sagrada, dentro de ustedes, profundamente reverenciada y cuidada de los estímulos que ofrece el mundo en el universo de su infidelidad, de su omisión y de su indiferencia; algo que afecta mucho a la esencia de los seres humanos y los hace caer en el error, en las faltas, en el pecado.

Pero si sus vidas siguieran el camino de la esencia, conforme a la Geometría Sagrada de Dios, dentro de ustedes se diseñará un nuevo ser, un nuevo principio, aquel que Dios pensó en la primera humanidad de la Tierra, en Adán y Eva, Proyecto que fue interferido y usurpado.

Pero ahora, después de Mi venida al mundo hace más de 2.000 años, para esta próxima Sagrada Semana en donde no solo celebrarán y recordarán Mi Pasión, será el momento más importante en donde la humanidad entera y el planeta tendrá la última y única oportunidad, en ese Encuentro Sagrado, de recibir los impulsos directamente de los Padres Creadores, de lo que hoy les hablo y de lo que les hablé ayer, de la Geometría Sagrada de Dios, conocimiento incalculable, tesoro inmaterial que recolocará a las consciencias dentro del Plan de Dios para que al fin surja la Nueva Tierra y la Nueva Humanidad.

Sé que en este día no comprenderán todo lo que les digo porque no solo Mis palabras se pronuncian, sino que el Universo habla con la misma palabra y transmite los impulsos de la Fuente inmaterial de Dios para la humanidad, para todos los que aquí se han congregado en fidelidad y confianza para ser parte de Mi Proyecto.

He ansiado tanto decir todas estas revelaciones que tuve que esperar hasta el día de este encuentro, para que en este encuentro, número sesenta y ocho, sus consciencias estuvieran preparadas para que sus oídos internos y, especialmente, sus corazones escucharan algo absolutamente desconocido, que por obra y gracia del Espíritu Santo de la Madre de Dios, hoy se puede revelar en palabras, en impulsos, en luz y en una única Sagrada Geometría.

El Conocimiento Divino es para los valientes, portal que los llevará a conocer la Vida Universal, salir de la ignorancia, del hipnotismo y de la ilusión mundial. Porque sus consciencias, por la naturaleza de esta revelación, se elevará y podrá estar en comunión íntima con el Padre Celestial, directamente con Su Fuente y Su Voluntad, para decir “sí”, finalmente, a Su llamado universal de amor.

Porque el Padre aspira y espera ver una nueva Tierra libre de egoísmo, de sufrimiento, de indiferencia, de guerras, de perdición. Él quiere ver una nueva Tierra, fruto del Universo de la Paz, y Gracia prometedora de todos los Arcángeles, los Elohim.

Para que su cuerpo material sea partícipe de esta energía divina, hoy invocaremos uno de los nombres de Dios para que se guarde en sus internos esta poderosa energía que proviene de la Fuente, en este momento y directamente para la humanidad.

Así celebraremos esta Eucaristía, esta posibilidad de estar en comunión con lo Alto, nuevamente, teniendo total consciencia, a pesar de lo abstracto y de lo inmaterial, de lo que hoy están recibiendo y de lo que recibirán para que tengan sus frutos no solo en sus vidas, sino también en sus familias y en sus seres queridos.

¡Que así sea!

Entonaremos “Elohim, Elohim”. Nos ponemos de pie.

Suavemente.

Colocamos las manos en señal de recepción y agradeciendo.

Ahora un poco más intenso y más rápido.

“Universo”.

Adonai, Emmanuel y Abba, Padre de la Verdad y de la Existencia infinita, desciende Tus Principios sobre el mundo, vivifica en los corazones la llama del Amor para que, transformados por Tu Sagrada Geometría, alcancen la redención. Amén.

Oración:

“Padre Nuestro”.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo que siempre les dará la Vida Eterna. Amén.

Al fin pude hacer lo que tanto esperaba y anhelaba. Al fin pude cumplir lo que Dios tanto deseaba, y espero que este tesoro sea protegido y valorado porque no estará al alcance de la vida material, sino de la vida espiritual que cada uno construya en sí mismo y para con Dios.

Por la Sagrada Geometría de la Paz y en nombre de Shalom Adonai, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Por el nombre de la Paz se saludarán fraternalmente.

¡Les agradezco!

Y no olviden lo que les dije. Pueden saludarse.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 58ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.

Después  que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.

Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.

El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.

Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.

No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.

El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.

Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.

Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.

Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.

Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.

Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.

Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.

Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.

Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.

Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.

Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.

Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.

Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.

Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.

Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.

Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel,  de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.

Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.

Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.

Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.

Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.

Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.

El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.

Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.

Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.

Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.

Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.

Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.

Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.

Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.

Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.

En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.


Padre Celestial, que a todos conduces,

acepta nuestra oferta de entrega a Ti.

Guíanos por el camino del amor,

para que Tu Voluntad sea hecha.

Amén. (x3)


La oferta ha sido aceptada.

Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.

Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.

Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.

Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.

Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.

Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.

Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.

Padre Nuestro...

Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.

Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.

Dense ahora la paz.

Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.

Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 54ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Hoy vengo a traer el Silencio de Dios al mundo, para que sea sentido, para que sea recepcionado por los corazones, por los que llevan adelante la Obra de Dios en este planeta.

El Silencio de Dios trae un cambio importante para las almas del mundo, especialmente para aquellas que están sumergidas todavía en la ilusión y que no consiguen por sí mismas salir de ella.

El Silencio de Dios fue el que permitió la creación de los universos, de los cuerpos celestes, de los planetas, de los soles y de las estrellas.

Del Silencio de Dios surgió el Divino Pensamiento para toda la Creación. De ese Silencio, después surgió la vida por la fuerza del Soplo del Espíritu, quien manifestó la esencia, y después, la materia.

Dios pensó en todo, en cada detalle y cuidó de todo para que Sus hijos fueran parte de esta Creación y se sintieran partícipes de cumplir con una parte de Su Voluntad, entre tantas humanidades, entre tantos universos, entre tantas galaxias

Pero esta Creación debería vivir un gran aprendizaje, el cual surgió hace mucho tiempo atrás, en el Universo, con la Rebelión.

En ese momento, los Portadores de Dios tuvieron que decidir, en el camino de la dualidad, por el bien o por el mal. Y una cicatriz, una herida, quedó abierta. Y el Silencio de Dios, que regenera la vida y la consciencia, se retiró, desde el momento en que uno de los Padres Creadores no obedeció a la Fuente, ni a las Leyes del Altísimo.

A partir de allí, de esa Rebelión universal, el planeta fue escogido por el Padre para llevar adelante el máximo Proyecto de Amor Crístico.

En ese momento, el Silencio de Dios se recogió en lo más íntimo de Su Ser y de Su Existencia. Pensó, contempló y meditó en toda la Creación, en todo lo que ya existía, para buscar una respuesta a la gran falla de las humanidades del Universo.

Mientras tanto, espíritus valientes y desconocidos, circundaban por las estrellas como grandes ángeles de Luz, llevando un mensaje de Paz y siendo portadores de la Paz que uniría a toda la Confraternidad, a fin de cicatrizar las heridas y borrar las huellas que quedaron grabadas en millones de consciencias que hoy están aquí, en este planeta.

Cuando Dios se recogió en Su Silencio y contempló a la Creación y los errores cometidos por Sus criaturas, fue cuando los Resplandecientes, los Elohim o los Hellel, se reunieron ante los Tronos del Creador para entregar una decisión tomada, que en verdad, compañeros, era una petición de todos los seres de la Luz, de todos los ángeles, que buscaban en Su Sabiduría y Amor, una sabia respuesta.

Esa respuesta y esa petición fue el surgimiento de la Segunda Persona de Dios, de Su Amado Hijo, para que el Espíritu del Amor-Sabiduría descendiera de lo más invisible del Espíritu, hacia lo más material y encarnara entre los hombres de este mundo, llevándolos a la Redención y al aprendizaje del Amor y del Perdón.

A partir de ese momento, el Proyecto de Dios y la Creación fueron recreadas. San Miguel Arcángel, San Rafael Arcángel y San Gabriel Arcángel se comprometieron a llegar a la humanidad, para prepararla para ese gran acontecimiento del Nacimiento de Cristo.

El Hijo del Padre, portador del Amor-Sabiduría, llegó como un Sol, más brillante que todos los soles, trayendo en Su Esencia y Divinidad la experiencia que la humanidad debería vivir, por medio de Su Nacimiento, de Su Vida pública y de Su Muerte.

Hasta los espíritus más caídos de este planeta, durante la existencia de Cristo sobre esta humanidad, aprendieron y vivieron la redención, el perdón de los errores. Y así se cerró un ciclo.

Por eso Judas, el antiguo apóstol, fue el antes y el después para esta humanidad y este planeta. Fue él quien se ofreció, en su más grande ignorancia e indiferencia, a recrear esta Creación. Así, como parte de la condición humana, llevó al mundo a la escuela del perdón y de la reconciliación. Y aunque el destino de Judas no fue muy bueno, su Maestro y Señor, a pesar de que supiera de su traición, lo perdonó, al igual que su Madre María.

¿Por qué hoy les cuento esta historia?

Porque la humanidad todavía no sabe de la esencia de Mi Evangelio y de Mi Existencia en esta humanidad.

Desde la Rebelión hasta el presente, muchos errores se siguen cometiendo. Por eso es tan importante la manifestación de la Obra de la Misericordia en todas las naciones y en todos los pueblos. Esta es la última tabla de salvación que les entrega Dios, para todas las criaturas de este mundo.

Una parte de la humanidad fue redimida durante el tiempo de la Presencia del Señor. Pero otra parte aún no fue redimida, que es esta última civilización del fin del tiempo, que tiene el chance de vivir la redención y el perdón.

Del Silencio de Dios surgió la Fuente del Amor-Sabiduría, la que a través de los tiempos y de los ciclos fue descendiendo de plano en plano, hasta llegar aquí, con el Nacimiento del Mesías y Redentor.

La humanidad necesitaba tener encarnado el propio Amor-Sabiduría, para que lo pudiera comprender, sentir y vivir. De lo contrario, no hubiera sido posible la redención de los espíritus más resistentes que cometieron errores, en tiempos anteriores.

Aún este planeta y esta humanidad son la escuela escogida para la expresión del Amor-Sabiduría entre los seres y las almas. Hasta que Nuevos Cristos no surjan en el fin de estos tiempos, esa escuela de Amor-Sabiduría, de perdón y de redención, estará abierta, para que las almas la puedan vivir y puedan aprender cómo amar cada día más, sin condiciones, así como amó su Maestro y Señor, los mayores ultrajes, las temibles indiferencias, los grandes errores de toda esta raza, aún no redimida.

Aún les cuento esto, compañeros, porque veo en sus corazones el potencial de un Cristo del Nuevo Tiempo, que debe animarse a no ser nada más para sí, sino todo en donación por los demás, y sin condiciones.

A través de estos últimos tiempos, los he llevado de la mano a la experiencia en la escuela del Amor-Sabiduría. Y así como lo fue en el antiguo Oriente, en este tiempo Mi gran deseo y aspiración, es que en Occidente surja una raza de Nuevos Cristos; de seres abiertos de corazón, de almas en donación; de espíritus incansables al servicio del Plan del Creador.

Los Cristos del Nuevo Tiempo, que surgirán de diferentes religiones y caminos, y que se encontrarán en un mismo estado de consciencia y de vibración, son los últimos santos de los últimos días, que prepararán el Retorno de Cristo para el momento más difícil de la humanidad, que ya se aproxima.

Ustedes son parte de la transición de ese acontecimiento. Su historia de redención y de amor está siendo escrita en los Libros de Amor de los Señores de las Vestiduras Blancas. Si esta historia se concreta y finaliza, un importante acontecimiento sucederá, para que más consciencias puedan ser partícipes del Retorno de Cristo y podrá ser evitado que esas consciencias sean trasladadas hacia otras moradas.

Deseo que con su corazón ardiente, que he visto durante esta Maratón, ese ardiente amor que los lleva a encontrar el Amor-Sabiduría, pueda permanecer en ustedes, sobre todo en este ciclo, en donde las pruebas serán más grandes y los desafíos serán más inalcanzables. Pero quien esté en el Amor-Sabiduría, estará en Mí y Mi Padre estará en ustedes, para que siempre los conduzca por el camino de la Verdad y del Amor.

Hay muchas cosas que la humanidad no sabe del Universo ni de la Divina Existencia. Hoy solo les he contado menos del uno por ciento. Imaginen entonces, compañeros, cuánta historia está escrita en los Espejos de Dios y en toda la Fuente de donde surge la vida de las esencias, de las almas y de los espíritus encarnados en este y en otros mundos.

Ya no piensen que esta Tierra, que este planeta, es el único que está vivo, con una humanidad. Abran sus consciencias a lo infinito del Universo y vean que dentro de él existe mucha más vida de lo que parece; que existen consciencias que los aman y que ustedes desconocen que sirven al Proyecto de Dios silenciosamente, para que la Creación, y en este caso los universos, se mantengan en perfecto equilibrio y armonía.

Los invito, con ánimo de alegría y de motivación, a penetrar en las Leyes del Universo, en aquello que es intangible y cósmico. Así, algún día podrán tener la sabiduría y la comprensión de que todo forma parte de una Jerarquía.

En este tiempo compañeros, la obediencia será impredecible. La obediencia también será una escuela para Mis apóstoles, porque será la forma de permanecer en la Luz, o lejos de ella.

La obediencia a Dios y a Su Plan, no son restricciones ni reglas, tampoco lamentaciones ni resistencias. A partir de que uno de los Padres Creadores desobedeció a Dios, decretó en este Universo la prueba de la desobediencia en todas las criaturas, no importando su evolución o despertar. Ustedes, con su compromiso y adhesión a Mi Corazón Misericordioso, deben ayudarme a vencer definitivamente esta dualidad, para que este Universo local viva el ciclo, el ciclo que le espera, de ser recreado como el Padre lo piensa en Su Silencio interno.

Por eso retornaré al mundo, en Gloria, Luz y Potestad. Y nadie podrá escapar a ese acontecimiento tan importante, en donde leyes, puertas y energías sublimes serán movidas, para que el Hijo Solar retorne a esta humanidad.

Cada cumplimiento del Plan y su etapa, es vital. Por eso la importancia de cumplir con Mis pedidos y con la convocatoria de la Jerarquía Celeste. Eso testimoniará al Padre que es posible llevar adelante Su Aspiración Cósmica, no solo en este planeta, sino en el Universo.

Y cuando el Retorno de Mi Glorificado Corazón se concrete, muchas cosas se terminarán. Y como he dicho, no quedará piedra sobre piedra, sino corazones triunfantes.

Cada detalle, cada acto de amor, cada oración, así como cada caridad que ofrezcan, construye el Plan del Padre en esta humanidad y activa pulsantemente a los Cristos del Nuevo Tiempo.

Mi Propósito, amados Míos, es hacer un corte en el tiempo y en el espacio de la historia de este Universo, para que sea purificado, transmutado y liberado. Y que a partir de Mi regreso al mundo por segunda vez, se reescriba finalmente la historia de la redención y el despertar de los Nuevos Cristos al Amor Crístico.

Mi Corazón se aflige por aquellos que no pudieron seguir Mi Propósito y que hoy no pueden escuchar este mensaje, en donde les he revelado, con total apertura, una pequeña parte de la historia de esta Creación, de esta vida infinita que los llama para la elevación de la consciencia, para que todas las razas, todos los pueblos y todo este planeta, se eleven de plano y de liberación y formen parte de la Confraternidad.

Vengo a decir esto fuera de Mi Iglesia, que está extendida por toda esta Tierra, para que muchos más corazones, independientemente de su religión o de su credo, puedan saber que Yo Soy el Amor-Sabiduría, que Soy más que Jesús. Soy el Unigénito, el Primogénito del Padre; el que fue anunciado por los labios del Arcángel Gabriel, para traer al mundo la redención y la misericordia de todas las criaturas.

Hoy, como Profeta y Pastor de nuestro Altísimo Padre del Universo, vengo a extender la historia del Apocalipsis. Vengo a extender lo que ha escrito Juan en el libro del Apocalipsis, porque a medida de que los Cristos despierten y se confirmen, la historia cambia, y la posibilidades de redención en las almas es visible y se concreta.

Yo los invito, compañeros, a persistir en este nuevo tiempo que llega, a soportar los embates, a transmutar las interferencias y a sufrir con valentía las disociaciones y las pruebas, sabiendo que Mi Mano poderosa e invencible, que Mi Rayo glorificado, estarán extendidos hacia ustedes, para siempre salvaguardarlos, y ayudarlos delante de cada prueba.

Para que la humanidad sea merecedora de una nueva oportunidad, grupos de almas en diversas partes del mundo, se ofrecerán a sostener, junto Conmigo, a esta humanidad, a fin de que al menos una cuarta parte de ella se redima y sea la que repoblará la Nueva Tierra y vivirá el principio de una nueva y fraterna humanidad.

Mientras tanto, no dejen de sostener con sus manos la Espada de Fuego que les ha dado el Arcángel Miguel, para que en las batallas sus oraciones sean las grandes vencedoras contra el mal y todo lo que disocia a la mente humana.

Que su Escudo Protector, entregado por el Arcángel Rafael, sea la fe, la que moverá los acontecimientos y generará oportunidades inexplicables en las consciencias, que ni siquiera hoy se imaginan.

Que su Casco de Luz, entregado por el Arcángel Gabriel, sea la protección de su sabiduría y de su discernimiento, para que siempre sepan qué hacer y en dónde estar, cuando la Jerarquía los convoque a la gran misión.

Con todos estos testimonios de la Creación, vengo a bendecir a los que hoy se sacramentarán, sabiendo que por detrás de cada Sacramento aún se encuentra un misterio que no fue develado. Por eso, quien vive un Sacramento con total apertura del corazón, develará ese misterio y penetrará en la esencia de la Divina Existencia.


Padre Altísimo, Creador de todo lo que existe, Te pido, en el nombre de Tu Amor-Sabiduría y de Tu Gracia, que bendigas todos estos elementos, para que sirvan de gozo y de plenitud a las almas que claman por la Redención. Amén.

Padre Altísimo, Soberano de la Misericordia, concede, por medio del Sacrificio de Tu Hijo, la reparación por los pecados cometidos contra Tu Divino Corazón y Tu Plan de Amor para este planeta. Que las almas que se sirvan de este Sacramento vivifiquen el Amor-Sabiduría de Tu Amado Hijo, Jesucristo. Amén.


Siéntanse en este momento chispas de Luz del Padre, y ya no más seres miserables, sino espíritus que pueden, en Cristo y por Cristo, irradiar amor a todo lo que existe y a todo lo que vibra, buscando como aspiración traer la cura, el amor y el perdón para este planeta y su humanidad.

Siempre Me alegro cuando puedo volver a Aurora, porque aquí Yo puedo decir al mundo lo que siempre quiero decir, y no debo cuidarme de lo que debo pronunciar para las almas y su despertar.

Aurora es esa Luz que brotó de la Fuente de los Padres Creadores; la misma Fuente que manifestó la Segunda y Tercera Persona de Dios, el Hijo y el Espíritu Santo.

Entonces, hermanos Míos, están ante un gran misterio, lleno de amor y de sabiduría. Aurora es esa Luz que los lleva a la reconciliación y a la cura interior, y que los hace seres libres, para siempre.

Cuando quieran encontrar Mi Perdón, vengan aquí, a Aurora, que Yo los esperaré. Y cuando no puedan venir, se coliguen con Aurora, y así, se coligarán Conmigo plenamente.

Agradezco en esta noche el ofrecimiento de todas sus oraciones y de todas sus canciones. Me ha llenado de gozo la voz consoladora de las almas que persisten en el camino de la consagración.

Que sus voces, algún día, sean consoladoras para este mundo, que sufre y está enfermo.

Que sus voces nunca se cansen de proclamar el Nombre del Señor, porque así, el Señor estará con ustedes y entre ustedes, trayéndoles la Vida Divina.

Recójanse en el Silencio de Dios y todo será curado. Comulguen de Su Silencio Divino y todo será comprendido, a pesar de que haya sido injusto.

No sufran más.

No padezcan más y no retrocedan más.

Sigan Mis Pasos, contemplen Mis huellas, porque hacia donde Yo los conduzco, nadie podrá conducirlos. Hacia donde Yo los llevaré, nadie podrá llevarlos.

Yo nací de la Fuente del Amor-Sabiduría de Dios, para que ustedes, como almas, vivieran el verdadero Amor.

Que se escuche la voz consoladora de las almas y que en las almas se puedan cicatrizar las heridas más profundas, a fin de que se establezca el Amor del Padre en los corazones.

Yo los bendigo, hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por responder a Mi convocatoria. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 54ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Hoy, sus corazones serán perdonados y sus vidas serán renovadas, porque el Todopoderoso está llegando después de Su Hijo, para liberar al mundo de las tinieblas y la perdición.

Él viene a congregar a los espíritus que lo han amado y lo han honrado, que le han dado alabanzas a Su Nombre y a toda Su Creación.

Hoy estoy ante sus miserias más profundas, pero vengo a buscar su más grande amor, aquel amor que hoy Me entregaron y Me donaron, incondicionalmente, para que Yo pudiera estar aquí, entre los Míos y darles a comulgar de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, de Mi Espíritu y de Mi Divinidad.

Hoy, el Padre llega con Su Reino, Sus ángeles y arcángeles, con Sus coros celestiales, a bendecir la primera Cruz Azul. Y el soplo del Espíritu llegará a las almas y encenderá los corazones de un desconocido gozo que nunca vivieron.

Así como los Dones de Dios descendieron en el Cenáculo sobre los apóstoles y María, hoy los siete Dones del Espíritu Santo se congregan aquí para descender en sus corazones y esencias.

Entonces, compañeros, es un gran momento de renovación y de júbilo, en donde el pasado deberá borrarse de su consciencias y mentes, porque ahora sí podré caminar con los que están firmes, con los que han aprendido a salir de la tibieza y del desamor .

Ahora sí, podré caminar con los que han de ser justos, con los que aprenden a llevar adelante Mi Obra, con los que han dicho sí, a Mi Sagrado Corazón. En ellos no recostaré la cruz de las amarguras y del sufrimiento, sino la Cruz de Emmanuel, que es la Cruz de la victoria y de la elevación de la consciencia humana hacia el Reino de Dios.

Así, sus espíritus se elevarán y deberán creer, compañeros Míos, que sus penas se disolverán completamente, siempre y cuando den el permiso para ello.

Por eso, con esta dulzura que ahora brota de Mi Corazón, hoy no vengo a ver a los pecadores sino a los que se redimen y a los que caminan en el sendero de la transformación interior todos los días.

No crean, compañeros, que ganarán el Cielo mientras estén en la Tierra.

Han venido aquí, como la humanidad, para aprender a amar y perdonar, para aprender a vivir la compasión y la justicia en cada detalle.

Cuando eso se alcance, toda la humanidad estará libre de la adversidad y del pecado, y las puertas de los infiernos se cerrarán tantas veces como las ha cerrado Dios a través de Su Hijo y de Su Sierva Fiel, así como de San José.

Beban de este momento como un único momento que no se repetirá nunca más. Unir el Cielo y la Tierra, el Universo y la humanidad es algo grandioso que no sucede todos lo días.

El Padre no desciende al mundo desde que Yo ascendí a los Cielos. Imaginen, compañeros, cuánto tiempo ha pasado para que llegara este momento en donde los méritos de Mi Pasión y de Mi Cruz estarán grabados en el resplandor de la Cruz Azul.

Por eso, hoy he detenido a la tinieblas y a Mi adversario. Aquí está presente ante sus ojos la manifestación de la Voluntad de Dios y de Su divino Propósito. Y ustedes, en este momento, compañeros, están siendo llevados a ingresar en el espíritu de Emmanuel, en donde se encuentra la paz, la armonía, la cura y el perdón de todas sus faltas.

A esto se acrecienta la Luz de Aurora y su divino Rayo de Liberación, que hoy trabaja silencioso sin mover tantas leyes ni energías, sino en el interior de las consciencias y de los corazones que se abren para poder encontrarla.

Vean entonces, compañeros, como en este momento, el tiempo de la ilusión se detiene en una parte de este planeta e ingresa el Real Tiempo de Dios, para hacerles sentir en Su silencio, la unidad con todo el Cosmos y con toda la Vida universal.

Para eso los Resplandecientes, los Elohim, son los que abren las puertas entre los planos, para que el Padre descienda aquí con Su Espíritu.

El viento viene a limpiar el mal pensamiento de los ingratos, para que no los afecte, sino que prevalezca el Soplo del Espíritu de Dios sobre sus consciencias, en este momento.

En recogimiento y oración, vayamos al encuentro del Padre y de la bendición de la Cruz Azul.

Síganme.

Escucha Señor la voz de Tu pueblo. Escucha la voz de toda esta raza, que hoy se postra a Tus Pies para alabarte y glorificarte.

Escucha Emmanuel la voz de Tus hijos y llega a este mundo con todo Tu Poder y Esplendor, para que las tinieblas más impenetrables sean disipadas, para que los corazones se liberen de las cadenas de la perdición y de la ilusión y se establezcan los Cristos del Nuevo Tiempo; aquellos que vendrán de diferentes partes del mundo y se colocarán a los pies de Tu Cruz para esperar la llegada de Tu Hijo.

Escuchemos la Voz del Padre, que hoy no solo esta en los Cielos, sino también está aquí sobre Aurora, como el Sabio Creador de todo lo que existe, como el Padre de la Misericordia y de la Bondad, que en Su aspecto divino de Emmanuel llega a Sus hijos, para bendecirlos con Su Luz redentora y cósmica.

Mientras los Cielos se abren ante Ti Amado Señor, desciende con Tus Rayos el poder de la Creación y de toda la manifestación divina, para que se cumpla sobre este planeta Tu divino Pensamiento y las almas encuentren, finalmente, el camino del amor y de la reconciliación.


La Voz del Padre Eterno:

Amados hijos, escuchen a Su Padre.

Yo Soy el principio y Soy el fin.

Yo Soy el que Soy y vengo del Universo espiritual para congregarlos en Mi Amor y en Mi Justicia.

Los siete Ángeles Regentes que fueron convocados, que ahora desciendan y que se encienda la Cruz .

Hoy, el Padre del Amor bendice este símbolo, que unirá a los pueblos y a las naciones; que traerá la esperanza a los no redimidos y que dará la redención a todo el mal, para que triunfe el Amor de la Fuente; para que reine la Verdad y la Justicia.

Amados hijos, Yo los amo y los espero con Mis Brazos abiertos para que Mi Amado Hijo los lleve hacia Mí y puedan estar sentados a los pies de Mi Trono junto a los ángeles, para que cantemos Gloria y Aleluya.

Mientras sus ángeles de la guarda se postran al suelo, las penas más profundas son perdonadas y por medio de esta Cruz Azul se cumple un Propósito más de Dios sobre la superficie de este planeta.


La Voz de Cristo:

Hijos y compañeros Míos, para que la Luz de Emmanuel se haga visible entre las consciencias, entonemos Su Nombre sagrado, para que los ángeles derramen los códigos y los méritos alcanzados durante Mi Pasión y así se abran las puertas a las oportunidades y a las Gracias para todas las almas que buscan la unidad con el Padre y la Creación.

Hoy cantaré junto a ustedes el Nombre santo de Emmanuel.


Todos entonan Emmanuel.


Sientan sus corazones liberados del pasado, de las amarras y de las perversiones de la vida.

Sientan sus corazones llenos de la Luz de Emmanuel y comulguen del Padre, que hoy está aquí con Su Consciencia divina para traer la Paz a este mundo y también la Fuente de Su Compasión.

Y ahora, llamemos a los Nombres de Dios, para que los Ángeles Regentes, que fueron designados por el Universo, llenen esta Cruz con los códigos de la Divinidad de Su Amado Hijo.


Todos entonan los Nombres santos de Dios: Adonai, Emmanuel, Abba, Elí Elí, Yahvé, Shekinah, Elohim, El Shaddai, Iod He Vaud He.


Que esta renovación traiga para las consciencias la ampliación de sus caminos, en la consagración y en la fe, el ingreso por las puertas de la Misericordia al Reino de Emmanuel para que siempre aprendan a vivir y a cumplir Su Voluntad por más pequeña que sea.

Yo los bendigo, bajo la Luz Poderosa de Emmanuel abriendo en este Centro Sagrado el descenso de Su divino Espíritu para que las almas lo encuentren en su interior.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS PARA LA 37.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL DESIERTO DE CHILCA, PERÚ, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Coloquen su mano izquierda sobre el corazón y ante Mi Padre reverencien este momento, este tercer encuentro Conmigo. Que en este mes de agosto concluye una etapa y el comienzo de una nueva para todos los misioneros de la Tierra, para todos los congregados en Mi Plan de Redención y de Luz.

Una etapa en este día se cierra y una puerta nueva se abre, para que la puedan cruzar en consciencia y  hermandad.

He venido con los Seres Celestiales, los Elohim, todos los Seres Resplandecientes. Una parte de Ellos ha descendido para encontrarlos en este desierto sagrado y terminar de instituir el Plan que una vez comenzó y aún no pudo terminar, el Plan de establecer la Luz de los Centros Sagrados sobre la superficie del planeta, y para  una humanidad, aún muy dormida.

Es esta Luz interior, que nace desde los Recintos Sagrados, que ayudará en la transición de la Tierra, y de todas las consciencias que duermen en el sueño de la ilusión.

Así, en este tercer encuentro, compañeros, vengo a abrir un poco más los ojos de sus consciencias. Vengo a traerles la síntesis de todo lo que ha sucedido en este encuentro de oración, de las posibilidades que tuvieron de dar nuevos pasos a través de este ejercicio espiritual, de este comando universal que Yo los invito a vivir.

Vengo a traerles la síntesis de la experiencia de amor en cada uno de ustedes, de lo que después de tres años y en este encuentro, Me pudieron dar con todos sus corazones, con todas sus almas y espíritus unidos a Mí.

Vengo a traerles la síntesis y la respuesta de esta tarea realizada, durante los dos días de esta fusión divina que se vivió entre el Desierto Sagrado, en el cual Yo Me encuentro, y Aurora.

Esa unión se irradió para todos, esa puerta fue abierta para todos, y no importa donde hayan estado. Mas, si sus corazones estuvieron aquí, así como Yo traje a sus almas para este encuentro, para esta nueva etapa que en este agosto se inicia, una parte de la Misión está cumplida. 

La respuesta de los servidores es importante; eso hace que el Plan evolucione y se concrete en la humanidad, a pesar de lo que suceda a su alrededor, o en todo el mundo.

Este encuentro está marcado por un Rayo importante, que separa el viejo ciclo del nuevo ciclo. Este es el Rayo de la Transfiguración, el Rayo que Yo viví por ustedes, y así les pude demostrar Mi verdadera Faz.

Es esa faz espiritual que Yo quiero que busquen, su verdadera faz, lo que realmente son y han venido a cumplir en este planeta.

Así Yo formo a Mis discípulos, así Yo creo a Mis soldados: en la fortaleza de la oración y en la vivencia del servicio para con el prójimo.

Hoy vengo a sintetizar esta experiencia que han vivido en el desierto Conmigo, nombrándome como el Hijo del Sol, de la emanación de la Fuente Única, de la Sabiduría y de la Comprensión Absoluta sobre la Verdad del Universo.

Quise que pasaran por este desierto, compañeros, para que cuando les toque volver a cruzarlo, sepan cómo hacerlo, sin temor, y con mucha valentía. 

Esta tarea aquí, con todos ustedes en Perú, en la consciencia y el espíritu, Me permitió retirar a algunos de Mis discípulos de sus desiertos bien profundos, en los cuales estaban perdidos; porque con Mi Gracia todo es posible, y cuando las almas invocan Mi Divina Misericordia, también lo es.

Así, les vuelvo a decir compañeros, que no dejo a nadie para atrás. Pero respeto el tiempo de cada amado Mío, hasta que finalmente cumpla el servicio que Me ha venido a prestar, en nombre de Dios.

Desde este desierto hoy parte una Luz Mayor, una Luz que asciende e ilumina la Consciencia Planetaria; es la Luz Solar, es el Fuego Divino, es la súplica, la aspiración, la devoción ardiente de los corazones que clamaron por esta humanidad y por este planeta en redención.

Así, Yo los preparo para ese gran momento en que Me verán venir entre las nubes con la Faz de Mi Gloria y de Mi Divina Misericordia. Vendré con la Consciencia que muchos no conocen. Por eso envío a algunos de los Míos a los desiertos, para que se preparen como Yo Me preparé para vivir la Pasión, y así, vivir Mi Resurrección, que era retirar de la muerte espiritual a toda la raza, en el pasado.

Este Sol que Yo Soy, alumbra el Universo y trae la Buena Nueva, el mensaje de esperanza y el camino nuevo que los que se han perdido, podrán volver a recorrer.

Es ese Sol que Yo Soy, que alumbra y calienta el espíritu y el cuerpo, trayéndole restauro y cura para todas las heridas.

Hoy les digo, especialmente a todos aquellos que estaban en sus desiertos, que vengan a Mí. Yo Soy ese Sol que alumbra sus caminos, y que les da la vida eterna.

Las tinieblas pasarán, mas Mi Palabra permanecerá. No hay nada que separe a los que están unidos a Mí. Este Sol alumbra a todas las estrellas y a las consciencias que se unen al Propósito de Mi Padre, en donde cada uno cumple su parte. 

Yo Soy ese Sol de las constelaciones; Soy el Gobernante Mayor, el Cristo, que estuvo aquí en el planeta para enseñarles la Verdad, para enseñarles del Amor y de la Misericordia. 

Ahora, compañeros, que han cruzado Conmigo en estos tres días este Desierto Sagrado, en donde las tinieblas no pudieron triunfar, sino la Luz de Mi Amor, les pido: brillen, como este Sol que los alumbra. Sean Soles en la Tierra. Sean el Amor de Dios que ilumina dentro y fuera, y cada espacio de este planeta. Soles de Mi Padre, ¡levántense!

La mañana ya ha comenzado, y una nueva noche se aproxima. Pero no teman, quien está en Mi Corazón todo lo sabe y será guiado hasta cumplir su misión.

Soles: ¡despierten y no duerman! Es hora de brillar desde su interior, es hora de alumbrar los abismos y de disipar el mal en el nombre del Amor de Mi Corazón. Alumbren y sean lo que nunca fueron, sean dignos hijos de Dios, y estarán haciendo feliz a Mi Corazón. Sean como Yo fui, aunque no lo sean. Sean Soles que alumbran desde el corazón y que traen la paz para un tiempo de caos.

La hora más difícil se aproxima, pero no los abandonaré. Dichoso de aquel que Me haya escuchado con atención, porque será recompensado por Mi Padre.

Que ahora, la oración que han vivido durante estos dos días sea vida, sea amor, sea unidad y hermandad. No busquen las semejanzas en sus hermanos, busquen la belleza en los corazones de sus prójimos que así la maldición terminará, la maldición que hace sufrir al mundo todos los días.

Vean lo mejor que hay de cada uno, y ayúdense lo unos a los otros, porque así Me ayudarán. Sustenten y apoyen al que está caído, porque ustedes también caerán y Yo no los negaré, porque Mi Padre no los niega. 

Si las almas vieran la esencia de estas cosas, no tendría sentido que el mundo se purificara.

No sean lo que no tienen que ser. Parezcan más de lo que viven, y vívanlo de verdad.

Los bendigo con Mi Consciencia Divina, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Compañeros, que quede guardado este momento en ustedes, porque el Hijo del Sol vino a su encuentro para traerles la Paz.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Relato del tercer encuentro con Cristo, aquí en el desierto de Chilca, en Perú. 

Cuando nos reunimos a orar la Coronilla de la Divina Misericordia, al final, la Consciencia de Cristo comenzó a aproximarse aquí la región del desierto de Chilca, como hizo las dos veces anteriores.

El cielo, que estaba nublado, se fue abriendo y el sol comenzó a irradiar su luz y su calor aquí en las montañas. Enseguida, Cristo nos mostró, vimos que Él se aproximaba a nosotros de una forma bien diferente a las que Él  ha mostrado en otras instancias, y veíamos que el Maestro venía posando Sus Pies sobre una plataforma triangular azul que levitaba.

Él venía sobre esta plataforma. Era de un color azul bien intenso y fuerte, y comenzó a descender. A medida que iba descendiendo, los Universos, los Cielos, se abrían hacia otros planos, hasta llegar al plano espiritual, donde entendíamos comprendíamos que estaba la Consciencia del Padre, Adonai, y así abrió ese camino cuando descendió, Él estaba, en esta tercera Aparición, estaba vestido de Blanco, tenía una sutileza, era algo bien leve, delicado,  sobre todo, muy amoroso; con los mismos rasgos que el Cristo Glorificado, pero esta vez, vestido todo de blanco. 

Cuando Él apareció, cuando Él se aproximó en esa plataforma triangular azul, lo primero que sacó de Su Pecho fue Su Corazón, y nos lo ofertó. El Corazón estaba sobre Su palma de la Mano derecha ofertándolo, y cuando lo ofertaba para nosotros, percibíamos que lo hacía para todas las consciencias del planeta, sobretodo para aquellas que Él dice que son indiferentes. Y Él Ofrendaba esta Corazón para la Creación, ofertaba este Corazón  para los Reinos de la Naturaleza, para la Consciencia de los Reinos; era algo que se expandía para todos, sin distinción.

Y así  Él comenzó a dirigir Sus Palabras, en el Mensaje que dio en ese encuentro. Y  cuando habló, en cierto momento  de los Elohim, cuando aún estábamos viendo los Cielos abiertos, las dimensiones, hasta el plano espiritual, ejércitos, era eso lo que veíamos, ejércitos de los Elohim,  comenzaron a colocarse a posesionarse a la derecha y a la izquierda de Cristo, por encima de las montañas, aquí, en el desierto.

Eran muchos, todos vestían túnicas hasta los pies. Eran seres resplandecientes, como ángeles, pero no tenían alas. Estaban ahí presentes, y veíamos que ellos estaban haciendo una tarea. En un momento, Los Elohim acompañaron todo el trabajo que Cristo hizo a través del mensaje; porque a medida que Él iba hablando iba mostrando muchas cosas, sobre todo, por ejemplo, lo que tenía que ver con la Consciencia Solar, o lo que nosotros conocemos como el Sol. 

En un momento, cuando Él comenzó a hablar de ese Sol que nosotros deberíamos ser o que deberíamos en la superficie de la Tierra representar, como misioneros, Él trajo, no sé cómo lo hizo, una copia de otro Sol, que nos alumbraba.

Entonces, entre Cristo y el Sol que nos alumbraba, el sol físico, había otro Sol, potentísimo, y en el núcleo, en el centro de ese Sol, estaba la Consciencia de Dios. Por decirlo de alguna forma, cósmicamente, nos vimos representados, delante de una representación, mejor dicho, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, de una forma universal y espiritual, que nunca habíamos visto, algo bien fuerte de ver. 

En el momento en que Él hace esa representación a través del Sol como la Consciencia fundamental de Dios, de Él como el Hijo, y del Espíritu Santo, Él se eleva, aún cuando estaba dando el mensaje, se elevó e ingresó dentro de este sol físico, del cual nos alumbra todos los días.

Comenzó a transfigurarse y quedó como un Ser Solar, que era todo un Ser de  mucha luz. Era una luz que encandilaba ver, que era una Luz que se concentraba y que se generaba dentro de este sol físico que nos alumbra. 

No sé lo que Él nos quiso mostrar con eso, qué  fue lo que nos quiso decir, como ejemplo, como símbolo, pero en ese momento Él nos estaba representando,  Él se mostró así, como transfigurado a los apóstoles en el Monte Tabor. 

Por último, cuando descendió nuevamente de ese Sol, más resplandeciente, más iluminado, nombrándose como el Hijo del Sol, porque el Hijo del Sol, Él decía que es el Hijo de Dios, del Dios vivo. En ese momento,  volvió a esa plataforma azul, y entre ese sol físico que nos alumbraba y el Sol que Él había traído, esa copia de ese Sol, digamos así, de ese Sol más inmaterial, Él hizo aparecer a Su derecha y a Su izquierda, todas las constelaciones dentro de la bóveda celeste, que estaban en perfecta armonía y en equilibrio.

Esa fue la experiencia y relato de la Aparición.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO EN LA CIUDAD DE BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Sagrado Corazón de Jesús
Fuente de todos los prodigios
Derrama Tu Misericordia
Sobre los conflictos del mundo
Amén.
(tres veces)

 

Como el Soplo del Espíritu de Dios, vengo a este lugar para bendecirlo y bendecirlos a todos, en el nombre de la Verdad y del Amor de Dios que se derrama en este momento sobre ustedes y sobre sus hermanos.

Esperé mucho tiempo para poder encontrarnos aquí, nuevamente, en la Alianza con Mi Divino Espíritu; esperé volverlos a encontrar en la Paz que traigo del Universo para cada uno de sus corazones en esta perfecta Comunión Conmigo, con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.

Vengo a Europa para erguirla ante los  tronos de Dios, por la aceptación profunda que emiten sus corazones de que el Plan se cumpla en esta parte de la humanidad; para esto, las puertas del Universo se abren para poder recibirlos en el Corazón de Dios, Padre Celestial.

Las legiones de los ángeles han llegado aquí, con mucha levedad para poder encontrarlos en la oración que proclama Mi Divina Misericordia.

Abran sus corazones, sientan sus almas, y queden en Mí. Esto es ahora lo que necesitan para poder proseguir, sobre todo Mis apóstoles, a los que Yo he llamado con tanto amor.

Sigan Mis Pasos, sigan Mis Caminos y nunca perderán la paz, porque si sus corazones confían en Mí, estarán confiando en Dios, porque Dios ES a través de Mi Corazón, y Yo Soy a través de ustedes, en la esencia profunda del espíritu y de la hermandad.

Hoy no vengo a ver  las conductas malas del mundo, los horrores, las malas acciones y la indignación. Hoy vengo a ver de sus corazones la llama del Espíritu de Dios que encarnó en ustedes, desde sus nacimientos en esta humanidad y a través de los tiempos, una llama que nunca puede apagar Mi adversario porque si  el corazón ora y persiste, triunfará.

Hoy están nuevamente ante Mi Misión Celestial, que es la Iglesia a la que muchos esperan ingresar  pero que no la conocen.

Hoy están ante Mi Patriarcado, Mi Legado y todo Mi Universo; que es el Universo de Mi Padre, que se congrega en lo invisible de Su Espíritu.

Hoy vengo a traer para ustedes esa presencia que siempre deben aspirar encontrar en estos tiempos de caos y de persecución en el mundo.

Alimenten la llama de sus espíritus y por más que vean la oscuridad a su alrededor, les digo, en verdad,  que no perderán la paz.

Pero hoy los invito a ser verdaderos Conmigo, en cada paso de la vida, en cada ejemplo, y en cada pequeña acción. No necesito sus corazones perfectos, sino honestos y simples, abiertos a recibir Mi Instrucción, a través de Mi Santa Palabra, o a través de cada hermano que se encuentre en sus caminos, porque Yo me hago presente de forma inesperada en la vida de ustedes y de todos sus hermanos, compañeros Míos.

La oportunidad que Yo les traigo, es la oportunidad que necesita el planeta y toda la humanidad, como también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren la consecuencia del hombre de superficie.

En cada aspecto de la vida, Mi  Corazón y Mi Luz está presente, cuando el alma invoca Mi Presencia universal. Junto a Mis ángeles constituyo entre sus corazones, en esta hora, la presencia de Mi Iglesia Celestial y abro los altares del Cielo para que puedan comulgar, de lo único y verdadero que es el Amor de Dios.

Es el amor de Dios que nunca los decepcionará, que nunca los engañará, como muchos los engañan y se engañan a sí mismos todo el tiempo porque tienen sus corazones endurecidos a Mi Presencia y Energía; pero Mi Misericordia permite traerles el perdón y la expiación que tanto necesitan en esta vida y en este tiempo final.

Si están ante Mi Iglesia Celestial, están ante el Único, el Adonai. Emmanuel, Abba, el Elohim, están ante el Universo, ante toda la Hermandad que se congrega para recibirlos en la Fraternidad del Espíritu y de la Unidad.

Vean en este momento, corazones Míos, cómo emergen desde ustedes las estrellas de la luz, los soles internos, que deben  resplandecer en esta hora, para alumbrar a la humanidad que está en las tinieblas; y muchos no creen estar en ellas, pero lo están.

Si piensan estar Conmigo, compañeros, háganlo, y no pierdan tiempo. Busquen la esencia de Mi Corazón que los llevará a la paz y les permitirá  realizar el camino que han venido a cumplir en nombre de Mi Padre y de Su Plan.

Los corazones no se animan a amar Mi Corazón profundamente, por temor a lo que Yo les pueda pedir. Pero desde el principio, compañeros, Yo sé lo que cada uno de ustedes Me puede dar y no les pediré aquello que no Me puedan dar, eso sería una gran pérdida de energía para estos tiempos finales.

Necesito que Mi Obra se realice en sus corazones, de la mejor forma posible. Pero en verdad les digo, compañeros,  que algunos de ustedes tienen un compromiso marcado Conmigo y que es definitivo y eso no lo pueden omitir, con su propia indiferencia.

Sientan que Mis Palabras forman sus espíritus y moradas internas.

Sientan como sus almas se elevan a Mi Iglesia Celestial, para ingresar al templo y vivificar la unión Conmigo, a través de la Eucaristía.

Adoren Mi Corazón, como los ángeles lo hacen, y confirmen que en esta humanidad es posible alcanzar la Redención y la Paz.

Quisiera que otros soldados Míos estuvieran aquí para escucharme, pero sé que por sus propios medios, espirituales e internos, no lo pueden hacer; pero les pido que no se justifiquen. Mi Sangre y Mi Agua se derramó para justificar sus vidas, sus errores, sus pruebas, omisiones e indiferencias, como todos los ultrajes hasta los tiempos de hoy.

Ahora es momento de no hacerlo más y de abrir los ojos y de mirar hacia el infinito, hacia el Universo, para verme llegar entre las nubes con toda la Gloria del Padre Celestial.

Necesito que estén preparados por los que aún no se han preparado.

Necesito que despierten a Mi Vida Crística por los que aún no despertaron a Mi Vida Crística.

Necesito que sean testigos, incluso en las imperfecciones, porque si sus corazones son verdaderos y sus mentes son puras, siempre estarán en Mi Corazón.

No vengo a pedirles lo imposible porque sé que la humanidad ahora no lo puede dar.

Necesito que sus vidas se transformen, así como Yo transformo el barro con Mis Manos y moldeo un nuevo odre para la Gloria de Dios; odre que recibe los Códigos de Mi Gracia y de Mi Misericordia que provienen del Padre Universal.

Entonces, compañeros,  reciban en esta hora Mi Gracia, y Mi Misericordia, por aquellos que no la quieren recibir y que se omiten para no querer conocerme.

Hay tanto amor en Mi Corazón que muchos no creen que Yo pueda transformar sus vidas completamente.

Mi Corazón explota de tanto amor para entregar al mundo y a todas las almas, aún a las que omiten Mi Presencia. Es este el Amor que Yo viví por ustedes, que Yo trabajé por ustedes,  que Yo entregué para salvarlos, una vez cuando estuve en la Cruz.

Cada Llaga de Mi Cuerpo, cada señal marcada en Mi Santo Cuerpo Glorificado, fue para testimoniar la Salvación, el  Perdón y el Amor por cada uno de ustedes.

No quiero que en Mi Corazón se multipliquen las espinas de la ingratitud de los apóstoles Míos que no han comprendido lo que les he pedido en esta hora.

Sean parte de Mis Rayos, de los Rayos de Mi Corazón Glorificado, Sagrado y Bendito. Sean esos Rayos que se transforman de la noche a la mañana, que viajan como el viento; que viajan como el viento por todos los lugares del mundo, para llevar la Paz y la Misericordia de Dios.

Sean ese sol que nace todos los días en el horizonte y ya no vivan más a oscuras. Confíen plenamente en ustedes, en que pueden dar los pasos, al menos por Mí, por Mi Santa Madre y por Mi Padre Celestial.

Vivan todo el tiempo en Nuestra Santísima Trinidad y serán premiados con los Dones de Mi Espíritu: tendrán fuerzas para caminar, aliento para seguir adelante y esperanza por donde ver en cada parte de la Tierra.

Y a pesar de que el mundo está a oscuras y los corazones están cerrados,Yo vengo a dar, en esta tarde, el Testimonio de Mi Amor en ustedes y por cada uno de sus hermanos en  este mundo.

Reciban la Unión con Mi Sagrado Corazón y vivan Mi Camino como la puerta de salida a su liberación y perdón.

Agradezco que hayan preparado este Altar para Mí, así como preparan sus vidas, en este tiempo y en este ciclo, para recibirme en la plenitud de Mi Espíritu, de Mi Gracia.

No teman por lo que no han conseguido.

No quiero que sufran más, porque Mi Corazón ya sufre por los que son indiferentes, por los que caen, por los que hacen el mal, por los que niegan Mi Amor todo el tiempo.

Necesito de sus corazones un templo de alegría, de regocijo, de verdadero amor y de paz, para que sus pecados se limpien,  y las manchas en sus almas se puedan borrar por la Fuente y el Océano de Mi Divina Misericordia.

Así, compañeros, amigos, discípulos y siervos alegrarán Mi Corazón por los horrores que vive el mundo de los que caminan todo el tiempo al abismo.

Si sus corazones no aman, ¿cómo amarán al prójimo? Si no Me aman a Mí, ¿cómo amarán a sus semejantes? Porque si Yo estoy en sus semejantes, escondido en el tabernáculo del corazón, ¿por qué son indiferentes y no Me ven?

Yo estoy en el que está desposeído, triste, perdido, ciego y sordo. Yo golpeo la puerta de esos corazones para que puedan despertar a su verdad y a su misión.

Cada cosa tiene su tiempo, porque está marcado por el Universo de Dios.

Ofrezcan en esta tarde, esta Comunión por toda Europa, por los que están perdidos, por los que están ciegos, por los que están solos, por los que están enfermos, por los que sufren en la ignorancia de sus vidas y de sus caminos, por no encontrar,  por los que no encuentran a Mi Sagrado Corazón que hoy está aquí, entre ustedes, para que lo vivan y lo sientan en esta Comunión perfecta, con espíritu de paz y de fraternidad.

Yo los constituyo a todos como una nueva familia, así como fue la familia de Nazaret, junto a María y San  José. No está lejos de ustedes formar esa sagrada familia espiritual que debe reinar entre las almas y los corazones que siguen a los Mensajeros Divinos.

En esta hora, compañeros, la Divinidad trabaja en todos los continentes de la Tierra para sembrar Su Luz en el mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar "Estoy contigo, Señor", a pedido de Jesús, para bendecir los elementos que Él hoy consagrará, para todos nosotros.

 

A través de los tiempos, compañeros, elevo a las almas hacia el Reino de Dios, cuando cada una de ellas comulga, el mayor testimonio de amor en la presencia de Mi Cuerpo Vivo y Mi Preciosa Sangre, en Honor al Padre Celestial y a Su Divino Plan que emana del Universo para todas las criaturas de la Tierra.

En Mi Iglesia Celestial, les vuelvo a enseñar lo que una vez prediqué para todos ustedes: sentados a Mi mesa de Luz y de Amor, los invité en aquel tiempo, a agradecer a Dios por todo, por cuanto Él nos da en el Misterio Infinito de Su Amor. Y para eso, compañeros, en el nombre de la Paz, Yo elevé el pan, di gracias al Padre por el Sacrificio; lo bendije, lo repartí a ustedes y les dije que "siempre comieran de él  porque él es el Cuerpo Vivo de Cristo, vuestro Señor".

Una vez terminada la Comunión con el pan, di gracias a Dios por el Cáliz que las almas recibirían en sus esencias, para ser depositarias de Mi Espíritu de Misericordia y Redención. Elevando el Cáliz hacia lo alto, di gracias al Padre, lo pasé a ustedes y les dije una vez: “tomen y beban  todos de él, porque esta es Mi Sangre que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón  de todas las faltas”.

Y hoy, en Mi Presencia, compañeros, ante Mi Iglesia Celestial,  reafirmo la Presencia y el Poder del Amor de Dios. Amén.

Gracias Señor, gracias Señor por tantas bendiciones que siempre nos das, que siempre nos das

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos que todos los que están aquí presentes y a través de la transmisión en vivo para el planeta, por MMTV, nuestros hermanos del monasterio de la Orden, de las comunidades, de los grupos de oración, que están unidos a nosotros, queremos compartir, realmente, cómo  fue esta Aparición con Cristo, que en realidad, tal vez, no diga muchas cosas, pero lo que Él hizo hoy con nosotros, así como en los días de la Maratón anterior, en Buenos Aires, en Argentina.

Él nos introdujo en ese misterio que la humanidad todavía no conoce muy bien, que es la Iglesia Celestial de Cristo, y el propio Cristo nos dijo que es algo que intentó instituir para que pudiéramos aprender desde que el tiempo que estuvo aquí, con nosotros, hace dos mil y tantos años atrás.

Hoy, Él realmente vino muy espléndido, maravilloso en su Amor y en Su Misericordia.

Él nos fue introduciendo poco a poco , en ese espacio de la consciencia que llama la Iglesia Celestial, en donde los ángeles y los bienaventurados, de forma verídica, verdadera, celebran continuamente esa adoración, al Cuerpo y a la Sangre de Cristo; y Él nos llevó hacia ese lugar, poco a poco.

A través de Sus Palabras, de Su Mensaje, nos fue introduciendo a todos nosotros, los que estamos aquí y a los que están en sus hogares acompañándonos, quienes también fueron siendo llevados, a través de sus almas hacia ese espacio de la consciencia.

Fue algo bien intenso, muy difícil de poder soportar, porque a pesar de que es una Energía Divina, Celestial, el voltaje vibratorio energético de la Presencia de Cristo, de ese estado de consciencia, de la Iglesia Celestial. es bien alto para nuestras células, para nuestros cuerpos para nuestros átomos; pero como Él sabe que nosotros somos seres terrestres, somos seres humanos, Él cuenta con nuestras almas.

De alguna forma, Él se sirvió de nuestras almas, de nuestra apertura del corazón para quien tuvo el corazón abierto, para ingresar hacia ese estado de consciencia y vivimos, como quien dice, varias iniciaciones, varias purificaciones; pasamos por varios procesos durante toda la Aparición y no solo nosotros fuimos beneficiados espiritualmente, sino también aquí, esta región del continente europeo, que tanto lo necesita.

Y cuando el Maestro repetía que ofreciéramos la Comunión por todo lo que Él dijo, los enfermos, los que son ignorantes, que están  ciegos, están sordos, etc.,  Él fue detrás de cada uno de ellos porque el canal de oración que nosotros abrimos durante la coronilla  lo utilizó para esa tarea; de alguna forma encontró los corazones abiertos y consiguió realizar esa tarea.

Entonces entre tan pocos que somos, Él hizo que cosas grandiosas, como una vez lo prometió, que íbamos a hacer cosas más grandes a las que Él hizo, aunque en ese momento Él las comandaba, las llevaba adelante, esa tarea, esa misión, que vino a cumplir aquí, en Barcelona, la hizo a través de nuestro corazón.

Lo que vino a realizar, lo pudo cumplir y eso se expandió para todo el planeta , para toda la consciencia planetaria con la ayuda, gracias a Dios, de los ángeles que estaban bien cerca de nosotros; ángeles muy alados estaban bien cerca de nosotros, y eso también me llamó mucho la atención, el acercamiento de los ángeles, con una sutileza, una bondad, una misericordia inexplicable.

Queríamos dejar este relato con ustedes para que podamos proseguir unidos en esa tarea que los Mensajeros Divinos vienen realizando no solo en América, sino ahora aquí, en Europa, de una forma bien amplia.

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 25.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo estoy presente en todos los corazones y sagrarios de la Tierra.

Ante Mi Presencia Gloriosa Yo les traigo nuevamente el espíritu de Mi Paz, para que sus corazones cicatricen de todas las heridas causadas por la maldad de Mi adversario. Pero Mi triunfo está próximo en ustedes.

Dichosos de aquellos que proclaman Mi Nombre y glorifican a Mi Padre que está en los Cielos. Así las leyes se cumplirán en sus vidas, y sus corazones se pacificarán por haber encontrado al Hijo de Dios en honra y en gloria en estos tiempos, caminando a través de estos naranjos, derramando Su Gracia y Su Misericordia para un mundo que está muy vacío.

Mas sus corazones, compañeros, pueden ser dignos delante de Mí. Y a pesar de los errores, de las imperfecciones y de los juicios, Yo puedo derramarles Mi Divina Misericordia. Pero esa Fuente cesará, el tiempo se aproxima, el gran tiempo del Juicio Universal. Los ángeles se preparan en los Tronos de Dios para poder tocar las últimas trompetas. ¿Quién escuchará la séptima trompeta del Gran Ángel del Señor?

Pero si ustedes moran en Mi Corazón y permiten que Yo los transforme como un barro nuevo para que Yo deposite Mi vino nuevo, estarán protegidos por Mi Espíritu, colmados por Mi Bondad y estarán en el Señor porque estarán en Mi Corazón en los momentos más difíciles de la Tierra.

Hoy les revelé esta Faz gloriosa, compañeros, para que recuerden que Vuestro Rey, el humilde Rey ante Dios Todopoderoso, presenta para el mundo Sus Faces, tan simples pero verdaderas, alcanzadas a través de Su Pasión y de Su Muerte; y de Su Victoria en la Cruz, y de Su Resurrección y de Su Aparición ante la humanidad para estos tiempos tan críticos.

No podré llevar Mi Mensaje a todo el mundo. No todos podrán escuchar Mis Palabras en este mismo momento. Pero el Espíritu Omnipresente del Hijo de Dios, que está en los Cielos, habla a todos los mundos internos de las criaturas porque está llegando la hora de la consciencia; para que despierten a sus realidades, para que puedan ver sus errores y deudas sin sentir culpa, ni ninguna perturbación.

Yo vengo a mostrarles un nuevo camino, aquel camino que Yo mostré para los Doce. Pero hoy muestro este camino verdadero y puro, para toda la humanidad.

Así como Me escucha el corazón de Mi Iglesia, extendida por los cuatro puntos de la Tierra, deseo que todos los corazones Me escuchen fuera de Mi Iglesia; principalmente aquellos que han seguido otros caminos olvidándose de la Voluntad de Dios y de la importancia de buscar el Reino de Dios.

Extiendo Mis Manos hoy hacia ustedes. Derramo Mi Gracia, Mi Gracia Universal, la que brotó después de Mi Misericordia, en el momento en que Yo resucité físicamente y demostré para la humanidad en aquel tiempo, que el Hijo de Dios hecho hombre y consciencia, hecho Cristo Vivo en el espíritu de todos los seres, está vivo y nunca murió.

Yo les demostré cómo poder vencer a la muerte, esta muerte que corroe y que vuelve sus cuerpos corruptos.

Pero Yo les enseño, compañeros, que a través de la donación de Mi Espíritu para cada uno de ustedes, encontrarán esa resurrección interior que en estos tiempos tan difíciles todos son invitados a vivir. Para alcanzar la resurrección espiritual, compañeros, primero deben morir a sus deudas, no sentir ninguna falta por conocerse a sí mismos tal cual son.

Yo vengo a revelar lo verdadero que existe en ustedes, que es el don que Dios depositó a través de Mi Corazón en sus vidas. Así Mis Estrellas de Luz se encienden en sus corazones y las súplicas de todos los hijos de Dios en todo el planeta redimido por Cristo, Vuestro Señor, son escuchadas en los Tronos del Cielo.

Los ángeles pueden detener la Justicia de Dios, la Justicia de los Siete Ángeles del Gran Señor que están por hacer sonar sus trompetas. Pero ahora es la última que retumbará en todo el planeta y hará eco en el Universo, en esta Vía Láctea en la cual ustedes viven este Proyecto del Creador.

Pero Yo vengo antes del gran tiempo y cuando se muestren las señales, vengo en este tiempo para demostrarles el último camino, para que sepan retornar a Dios a través de Mi Corazón y no sufran las consecuencias de una acción de la humanidad equivocada, que sigue ultrajando el Corazón del Dios Eterno, del Elohim, del Dios vivo, resplandeciente y único, en la máxima expresión de Su esfera celestial.

Pues hoy les digo, compañeros, que a través de Mi glorificación viva ante sus ojos, esa parte de la Consciencia Única de Dios, manifestada a través de Cristo Redentor, está presente aquí, en Aurora, acogiendo sus espíritus y sus familias para que escuchen Mi Llamado urgente al gran cambio, el gran momento de su intensa purificación. Mas si sus corazones mansos, receptivos y despiertos, confían en Mí, Yo les prometo que no sufrirán.

Mas sus vidas y sus generaciones deben purificarse antes del tiempo final, antes de que vivan nuevamente Conmigo la segunda Cena, después del retorno de Cristo, Vuestro Señor.

¿Cómo podré visitar, compañeros, sus casas, si sus corazones no están purificados en el Señor?

El Mesías, el Redentor, se purificó en el Templo Sacro del Señor. Por eso, compañeros, deben vivir la misma Ley que Yo viví. Yo les traigo una Ley renovadora que no tiene sufrimiento, sino una profunda paz al vivir una verdadera transformación en Dios y una comunión perfecta con sus Leyes Divinas.

Las puertas de este Reino presente en este lugar santo, ya están abiertas a partir de este día. Dichosos de aquellos que contemplan la Luz Espiritual del Creador en estos espacios bendecidos por los Mensajeros Divinos, pues esto pertenece a Dios y a ningún hombre de la Tierra, y nadie puede dar ningún juicio delante del Proyecto de Dios.

¡Ay! de aquellos sacerdotes que no escucharon la Palabra de la Virgen María y que excomulgaron a todos Mis compañeros delante de la injusticia que comete este mundo cruel.

Yo no les vengo a enseñar los caminos de la injusticia. Yo vengo a enseñarles el camino de la paz, el verdadero ecumenismo del corazón, que no tiene fronteras, ni lenguas.

El verdadero idioma de los ciento cuarenta y cuatro mil será el idioma del corazón, la vibración del amor, de la unidad y de la fraternidad. Así estarán en comunión con las Leyes del Creador y no se perderán en las cosas superficiales.

Será muy tarde para aquellos que no hayan creído lo que sucedió aquí, espiritualmente; porque habrá testigos que firmarán en el Libro Sagrado de Dios, esta historia del tiempo final. Abracen Mi Corazón profundamente, y sientan Mi Voluntad que quiere transformarlos en nuevos rebaños consagrados al Sacratísimo Corazón de Jesús.

A Santa Margarita Alacoque le revelé este misterio de Mi Corazón, rodeado de espinas por los acontecimientos que sucederían en el fin de los tiempos. Pero ahora Yo les traigo Mi Gloria, la Gloria de Mi Corazón vivo, que es el último complemento que se dona a sus espíritus para que vivan la salvación y no se justifiquen todo el tiempo, sino que se justifiquen a través de Mi Corazón, lleno de Agua y de Sangre por esta humanidad que debe vivir el Proyecto de Dios.

Yo vengo a demostrar fuera de Mi Iglesia los caminos, los caminos hacia el Señor para todos los que los perdieron por la crueldad humana, la mentira y el engaño de las garras de Mi adversario. Pero Yo Soy su verdadero Sol, que desciende desde el Universo Celestial para alumbrar las penumbras y las tinieblas.

Vengo, queridos compañeros, a abrirles la última puerta catorce, aquella que está indicada en este mundo para el retorno de Cristo, vuestro Señor.

Catorce serán las legiones angélicas que cantarán al Elohim los Sagrados Nombres de Dios para anunciar al mundo que el Hijo de Dios viene entre las nubes, rodeado del Universo, trayendo el mensaje de la nueva humanidad. Y a partir de allí, todo estará consumado y todo comenzará de nuevo, con una nueva humanidad.

Ustedes ¿anhelan eso? ¿Saben lo que significa, compañeros, ser parte de la humanidad de Cristo? Este misterio no lo conocen los teólogos. Lo conocerá verdaderamente aquel que more en Mi Corazón y no quiera nada para sí, pues Yo vengo a guiarlos, vengo a cumplir la promesa, aquella que Yo dicté antes de Mi Ascensión.

¿Creen que eso está sucediendo ahora? Debo traerles primero Mi Divinidad. Mi Cuerpo Glorificado no puede mostrarse a ustedes, por las impurezas que vive este mundo de hoy. Mas Mi Misericordia y Mi Gracia son parte del Soplo del Espíritu; traerá para todos la oportunidad de la redención.

Abran las ventanas de toda esta casa, con armonía y con paz, sin perder el silencio que Yo construyo en ustedes.

Que se pongan de pie los que están en los demás lugares, fuera de esta casa. Y ahora vengan aquí, caminando suavemente, como lo hacen los ángeles. No pierdan la concentración. Es parte del ejercicio divino de la paz. Rodearán esta casa y así Yo los bendeciré en el nombre del Señor.

Prepárense. Vengan caminando en paz, Yo guío sus pasos, Yo abro las puertas para aquellos que las tienen cerradas. Mantengan la paz.

Estoy presente aquí y en aquellos que Me abren el corazón.

Vengo para todos, principalmente para los que no están aquí y que olvidaron Mi Camino Redentor.

Vengo a mostrarles la nueva Ley, la Ley del Corazón, conocida por muy pocos. Es un misterio precioso que viene a revelarse al mundo actual, para que los corazones se conviertan, desaten sus amarras y alcancen la liberación a través de Mi Corazón vivo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Nuestro Señor está llamando a dos hermanas para que vengan en Su Nombre a sostener los elementos sagrados.

 

Este será el momento de la Consagración Universal de Mi Corazón vivo, glorificado y misericordioso, para toda la humanidad.

Pongámonos de pie para la Consagración.

¿Recuerdan la oración que Yo les entregué en Ecuador, cuando visitaban ese lugar sagrado donde Mi Madre apareció, en Cuenca?

¿Recuerdan lo que Yo les dije allí, arriba de esas sierras, donde corría un agua cristalina y el cielo parecía que estaba allí presente, rodeándolos todo el tiempo, en esa experiencia de amor con la Divinidad?
 

 

En el nombre del Cristo de la Luz,
revelo mis aspiraciones a Dios
para que las colme y las reciba en Sus Manos.
En el nombre del Cristo de la Luz,
me oferto a la vida eterna, a la entrega,
A la disolución de las culpas, del miedo y del dolor,
para que sean convertidas en el Amor del Cristo.
En el nombre del Cristo de la Luz,
abro mi corazón, para recibir la Llama del Espíritu Santo,
y para que esta sea irradiada hacia otros corazones.
En el nombre del Cristo de la Luz,
me confieso ante Él
para que perdone mis acciones,
mis pensamientos y mis deudas ante Dios,
Amén.
 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Señor nos presenta en este momento, una cesta dorada de luz para que cada uno de nosotros coloque una intención dentro de esa cesta, como si fuera una molécula de luz, una aspiración de pedirle algo a Dios, a través de Su Hijo.

Él nos pide que esa intención sea verdadera, algo que hasta los días de hoy no conseguimos resolver.

 

El Señor nos dice:

Por eso Yo Soy el Pastor que ama a todas sus ovejas, no importa cómo sean, pues Mis Ojos de Luz miran en sus corazones el talento de la paz que Yo deposité en sus esencias hace dos mil años. Dichosos de aquellos que caminan a Mi lado y que reencuentran esta comunión Conmigo.

En el nombre de Adonai, ante los ángeles del Cielo, de los coros celestiales, ante la Madre Universal, Madre de la nueva humanidad, ante el Espíritu Santo, que los colma y los renueva, ante los bienaventurados que alcanzaron la cristificación a través de la donación absoluta de sus vidas, de sus misiones, ante todo el Universo que reúne a todas las Galaxias, congrega a todas las estrellas y soles, ante los Elohim, de los Resplandecientes, de los Padres Creadores llamados Arcángeles, ante los Tronos de Dios en Su séptimo nivel sagrado, ante Su Espíritu Purísimo y Divino, en Consciencia Divina de Paz, abriendo Mis Brazos y derramando Mis Rayos, Yo los bendigo en el santo nombre del Padre, en el nombre sagrado del Hijo, el bendito nombre del Espíritu Santo, para que despierte la semilla de la nueva humanidad.

Consagraremos ahora ante los Tronos, estos sacramentos que serán fuente de perdón, de esperanza, de paz y de alivio para todos los que creen en Mi Camino, en Mi Verdad y en Mi Vida.

Cantemos.

Que se escuche su voz ante Dios.

Canten con más fuerza. 

En este Cenáculo de Redención, Yo les dejo la paz, les doy la paz, para que vivan en paz.

Les agradezco por haber respondido a este sagrado pedido.

 

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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