- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Arcángel Gabriel:
Yo Soy el Arcángel Gabriel, el Mensajero de Dios.
Vengo antes de Cristo para anunciar una profecía.
Recemos al Hijo Primogénito.
Gracias por escuchar.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
En nombre del Cristo de la Luz...
Vamos a volver a cantar "Cristo, Tú el Amor" para esperar al Maestro.
Cristo Jesús:
Abracen su cruz y síganme.
Yo vengo del Cielo como un Mensajero de la Paz a traer esperanza a los corazones perdidos, a pacificar a los que Me juzgan, a traer cura a los que más la necesitan.
Yo Soy ese Gran Corazón del Universo que se anuncia a todas las almas, trayéndoles la renovación, la trascendencia y la transfiguración de sus consciencias.
Este es Mi Mensaje para el fin de los tiempos: Que todos Me puedan vivificar, no importando a qué creencia pertenezcan, porque si en ustedes está el Amor de Dios, estará el Amor del Hijo de Dios y Él los colmará, Él los guiará, ese amor los fortalecerá y sabrán cuál camino seguir en estos tiempos.
Yo estoy llamando a todas las almas que siguen diferentes caminos de luz, y más aún, llamo a aquellas almas que están perdidas en los caminos oscuros.
Incluso dentro de Mi Iglesia, Yo vengo a desterrar lo que ya está viejo.
Mi Gobierno es Divino y no es terrestre.
Mi Iglesia es Celestial y Universal y no está hecha de piedra, como está en las mentes de algunos corazones.
Yo vengo a traer para todos el Gran Espíritu de Mi Ascensión, aquel que pulsa en el corazón del Universo y que ha redimido a todos los mundos existentes. Así Yo les traigo también Mi Divina Misericordia para que en lo profundo de sus corazones puedan conocer Mi Paz.
No vengo a crear conflictos entre las naciones, ni tampoco entre las religiones. Mi única religión, queridos compañeros, es el Amor, y sé que desde el principio en que Yo estuve entre ustedes, los primeros no comprendieron Mi Mensaje. Y ese mensaje equivocado ha llegado hasta los tiempos de hoy, por eso la estructura de Mi Iglesia es muy rígida.
De tiempo en tiempo, a través de Mis Divinas Faces, Yo vengo a traer la renovación para poder romper con todas las estructuras que han cristalizado a muchos corazones de la Tierra.
Vivan en Mi Misericordia y profesen Mi Divina Misericordia verdaderamente.
Mi Cetro no está en los impíos, ni tampoco en los que creen gobernar a través de Mí.
Mi Cetro de Luz está en los humildes, porque no es nada material. Mi Gobierno es espiritual e incalculable.
Yo traigo para todos la Divina Misericordia del Universo, algo que atraje a la Tierra cuando morí en la Cruz.
Por eso, sientan estas cosas de verdad, transformen sus corazones a tiempo y no quedarán como sus semejantes, perdidos en sus propias ideas y proyectos.
Que todos puedan escuchar nuevamente, así como escucharon en el Monte de las Bienaventuranzas: Yo Soy el Hijo del hombre, Soy ese puro Corazón de Amor que se representa a través de la Misericordia para que todas las almas puedan alcanzar la redención.
En este ciclo final del planeta, nuestro mensaje no es traer terror a los corazones, sino consciencia y despertar.
Cuando el impulso de nuestros mensajes llegue a todo el mundo, verán cómo se mueven los castillos de arena de aquellos que construyen sus propias estructuras y dicen hacerlo todo en Mi Nombre. Pero esas cosas no son así, compañeros.
Yo los invito a vivir la renuncia de sí, el vacío de sí, para que Mi Iglesia que es celestial y no terrenal pueda despertar en todos los corazones que lo necesitan.
Por eso envío a Mis ángeles y arcángeles, para que den testimonio al mundo de que muchos de Mis apóstoles están equivocados.
Yo vine a traerles el Evangelio y la buena nueva a través de las cosas simples, de la oración, de la caridad y de la pobreza.
En Mi Iglesia Celestial no existe ningún bien, sino que solo se guardan los tesoros del Corazón de Dios que no son visibles para todos.
Abran los ojos, apóstoles Míos del mundo entero, sacerdotes que predican Mi Palabra.
Mi verdadera Iglesia aún está descendiendo al mundo, y esta es espiritual y sublime.
Dichosos de aquellos que Me adoran en el Santísimo, porque podrán comprender todos los misterios que hoy traigo.
Ya no molesten a sus hermanos, vivan su propia transformación antes que la puerta de la Misericordia se cierre. No habrá lugar o espacio donde podrán llorar.
Arrepiéntanse y hagan penitencia, sacerdotes, antes de que todo sea tarde.
Ya fue dicho y fue escrito: El Hijo de Dios junto a sus ángeles y arcángeles separarán la paja del trigo y vendrá con Su Justicia Divina para corregir a la humanidad y también a toda la iglesia de la Tierra.
Nadie se escapará de Mi Justicia Universal, pero si se arrepienten de corazón y no de apariencia, podrán encontrar Mi Reino Celestial.
Nuevamente, no depositaré Mis perlas preciosas en los cerdos.
Ayuden a las almas a que se puedan rescatar y cumplan la misión que vinieron a cumplir.
No difamen las cosas de Mi Obra y únanse en la caridad y en el ecumenismo, porque será el Amor de Dios que triunfará en todos los corazones de la Tierra.
Será ese Amor infinito e inexplicable lo que unirá a las religiones y a los credos, porque cuando Yo retorne al mundo físicamente, demostraré al mundo y especialmente a todos Mis seguidores, cuánto se han equivocado. Así abrirán sus ojos y podrán reconocer todo lo que hice a través de los tiempos, a través de todas las consciencias que Yo he autoconvocado.
No tienten al mal, porque en verdad no lo conocen. Únanse a MI Corazón y encontrarán la paz.
No sean incrédulos, no desmientan Mi Mensaje.
Mi Corazón viene a los que no han llegado a Mi Iglesia, a todos aquellos que ustedes no consiguieron atraer.
Vivan en el amor y estarán en Mi Divina Misericordia, y no serán tocados por la vara de Mi Justicia.
No desmientan Mi Mensaje.
Yo no vengo por el mundo, vengo por las esencias, por los corazones que necesitan reencontrar el amor y vivir Mi última y Divina Misericordia, porque Yo elevaré hacia el Reino de Mi Padre a los que están caídos y no serán Mis sacerdotes los que entrarán primero al Reino de Dios.
¿Se han preguntado alguna vez, si pudieran ir al purgatorio?
Todo está permitido en estos tiempos.
Vivan el amor, porque la humanidad lo necesita; así atraerán la paz, y así terminará el conflicto en todo el planeta.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cristo se fue.
Vamos a entrar un momento en adoración y a pedir perdón, por nosotros y por nuestros hermanos, por el cumplimiento de la Obra del Padre.
Cada uno hará su oferta para Cristo, en gratitud y amor.
El Arcángel Gabriel nos ha pedido el Santísimo. ¿Pueden traerlo aquí?
Vamos a mantener la conexión con los ángeles.
Vamos a mantenernos en oración silenciosa agradeciendo la presencia del Arcángel Gabriel, y lo que esto significa.
Vamos a mantener ese contacto con esa realidad, ese Reino Angélico y Arcangélico que viene a auxiliarnos y a traernos la paz. Y así vamos a prepararnos para adorar al Santísimo por algunos minutos, trayendo la paz para nosotros, para el planeta y para nuestros semejantes, para aquellos de quien Cristo habló.
El Arcángel Gabriel dice que penetremos el Universo del Santísimo con los ojos de nuestro corazón.
Que a través de este símbolo sagrado podamos encontrar el Reino de Dios y todos los ángeles adoradores que traen la Paz y la Misericordia de Dios para todos los Universos.
Vamos a adorar, dice Gabriel Arcángel, por todos aquellos que fueron ultrajados y sacados del camino de la luz.
Vamos a ofrecer esta adoración por esas almas, confiando en la plenitud de la Misericordia de Dios por cada una de ellas.
Unamos nuestras almas al Santísimo del Altar y confiemos en el Señor en este mismo presente, en el Eterno Presente del Creador.
Adoremos por los que son injustos y por los que lastiman el Plan de Dios, porque en su esencia, en verdad no conocen el amor, sino solo el dolor.
Tengamos misericordia, y seamos misericordiosos.
Reverenciemos.
Mi Dios, yo creo en ti...
Vamos a agradecer a Cristo por este momento y a llevar Sus Palabras en el corazón, a mantener esa comunión que hicimos con Él, internamente.
Vamos a cerrar el programa de hoy de esta forma, en silencio, para que podamos mantener lo que el Arcángel Gabriel y Cristo construyeron en nuestro interior.
¡Gracias Señor por cuánto nos das!
Mientras Mi tormenta de Luz se aproxima al mundo, reverencien al Sagrado y Misericordioso Corazón de Dios, pues Él está atento a la voz de vuestras súplicas.
Eleven vuestro pensamiento a Dios y sean dignos, de esa forma permitirán, Mis compañeros, que el Propósito de Dios se manifieste en la Tierra.
El Plan no perderá tiempo y a través de Sus fieles seguidores se cumplirá.
Después de dos años compartidos junto Conmigo, Yo vengo nuevamente a renovarlos y a consagrarlos. Mi Espíritu omnipresente, bondadoso y misericordioso agradece a todos los fieles que han sido consecuentes con Mi Llamado de oración.
No teman por los tiempos que enfrentarán, recuerden que Yo estoy presente en vuestros corazones.
Abran cada día más las puertas a Mi Divina Misericordia, pues Mis últimas Gracias están siendo derramadas sobre el mundo.
Por eso, a través de estos días, he proclamado Mis pedidos a todos y así, todos podrán estar atentos a la gran necesidad de Dios de que todas las almas se vuelvan redimibles, amables a los Ojos de Dios, bienaventuradas a los Ojos de Mi Madre.
Quiero cerrar este encuentro, Mis compañeros, entregándoles nuevamente los Sacramentos para que puedan encontrar en ellos la esperanza de proseguir, pues en el fin de los tiempos, Mis amigos, ustedes encontrarán en cada uno de los Sacramentos las puertas a la salvación y a la redención.
A través de Mi Llamado al ecumenismo crístico, Mi Corazón prepara en los planos sublimes a los nuevos sacerdotes.
Pero sepan que Mi Corazón ve el potencial y no las dificultades. Cada una de vuestras almas tiene un don que Yo les entregué.
A través de los sacerdotes, reflejarán como espejos Mi petición espiritual de unificar los pueblos, las razas y las lenguas.
¡Ay de aquellos que no han entendido Mi Propósito!
Mi verdadera Iglesia se encuentra en el corazón de todas las almas. Pero aún las almas de este mundo material necesitan de muchos rituales, de muchas ceremonias, de mucha consagración para que todos esos atributos, que son movimientos sacerdotales de luz, puedan imprimir en todos los corazones los códigos de Mi Redención y de Mi Retorno, los que ahora Yo les estoy proporcionando a ustedes.
Pero aún la humanidad deberá recibir estos códigos, será a través de los sacerdotes, servidores y apóstoles, aquellos que vivan Mi Evangelio del corazón, que evangelizarán en la Nueva Tierra a través del ejemplo y de la conversión.
Mientras la lluvia cae sobre vuestros espíritus, reciban los rayos cósmicos que vienen del universo, los puntos de luz que se congregan en este Centro, las puertas de liberación que se abren para los no redimidos. Todos los espíritus del mundo son ayudados a través de esta tormenta de luz, principalmente, aquellos que cayeron en los abismos y que perdieron la esencia de Dios.
Yo vengo, a través de este encuentro nocturno, a recordarles el compromiso de vivir el Plan. Por eso, Yo les entrego los Santos Sacramentos para que se puedan fortalecer y unir a Mí.
Pues en esta hora necesito, Mis compañeros, de vuestra entrega suprema para que Mi Corazón pueda tener morada en vuestros templos, aún no he podido entrar en algunos seres, pero Mi Espíritu de Paz está trabajando en cada uno de ellos.
Por eso, hoy Yo vengo como Sacerdote Mayor y muestro esta Faz para el mundo entero, recordando el principio de la Última Cena, el gran misterio de Amor que Yo celebré con todos ustedes y que, a través de los tiempos y de los siglos, deberá seguir siendo renovado por todos los sacerdotes.
Renueven vuestros espíritus, recen por aquellos que Yo llamaré para oficiar Mi Celebración, pues el mal no descansará buscándolos; pero en vuestra unión interna como almas y corazones, así como fue en estos dos días, ustedes ayudarán, Mis Compañeros, a que el planeta no sufra, a que las almas se liberen y la Tierra no colapse.
Porque la Fuente de Mi infinita Misericordia podrá seguir descendiendo sobre este mundo y en este lugar para la reparación y la redención de las almas.
Así espero, Mis compañeros, vuestra respuesta fiel.
Elevemos a Dios todas las súplicas, las intenciones, los sufrimientos, pero también las alegrías que alcanzaron durante estos días.
Reconozcan, Mis amigos, la vibración suprema de vuestros espíritus y no permitan que este mundo superficial les retire la unión con Dios.
Día a día, trabajen sin cansancio y sin demora para que vuestras almas se fusionen con Mi Alma, para que Mi Cuerpo Glorificado sea en vuestros cuerpos y Mi Divinidad pueda transformarlos, así como Dios lo pensó desde el principio.
Cantemos a Dios, Nuestro Señor:
¡Oh! Sangre de Cristo,
derramada sobre el mundo,
purifica nuestra alma,
alivia nuestro corazón.
Ten piedad de nosotros, Señor.
(tres veces)
En unión perfecta con el Cielo y la Tierra, el mundo superior y el mundo inferior, los ángeles, arcángeles, hombres y almas; elevemos a Dios, hermanos, las ofertas al Altar del Creador para que puedan ser el testimonio visible de la conversión de los seres.
Adoremos al Señor del Universo, abramos las puertas a la Gracia de Dios. El universo, todo el universo, está atento a este momento.
Cántico: Pater Noster.
Mientras son partícipes de la Comunión con Mi Santísimo Cuerpo, sientan en vuestros corazones e internos la llegada de los ejércitos y los coros celestiales.
Reverencien este momento en el que un Portal de Luz proveniente de la Consciencia de Dios, a través del Corazón Santísimo de Su Hijo, es irradiado desde aquí hacia el mundo entero.
Alabemos a Dios, glorifiquemos al Padre, santifiquemos Su Nombre.
Yo les agradezco, porque muchos recibieron en estos días la Fuente de Mi Misericordia.
Vayan en paz, renuévense todos los días, no se olviden de Mí, siempre los esperaré en el templo del corazón.
Agradezcamos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más