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Primera Serie de Poemas
Quinto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Expiraste, Jesús mío, en lo alto de la Cruz
y entregaste Tu Espíritu en las Manos de Dios.
Hoy, ante Tu misericordiosa Presencia,
te entrego toda mi vida, mi alma y mi voluntad,
para que según Tus Principios de Amor y de Luz
proyectes en esta pequeña vida
los tesoros sagrados del Paraíso.
Jesús mío,
hazme siempre pequeño y semejante a Ti,
como lo hiciste con Juan, el apóstol y profeta,
para que yo pueda conocer las grandezas
de Tu Misericordia y de Tu Piedad.
Vacíame por dentro completamente,
para que algún día me pueda rendir a Tus designios
con total apertura y entrega incondicional.
No me dejes, Señor, caer en tentación.
Libérame de los asedios,
libérame de las ilusiones.
Enciende en mi alma
el fuego sagrado del Espíritu Santo.
Porque así te daré a conocer en el mundo,
así como Tú, Esposo mío,
te has dado a conocer
con todos Tus misterios celestiales
a mi pequeñísimo corazón.
Ayúdame, amado Jesús,
a reconocer Tu Voluntad
hasta en los más pequeños detalles.
No dejes de guiarme
ni de bendecirme en ningún momento.
Borra de mi memoria todos los errores
y los miedos al fracaso.
Que me valga, Señor, Tu eterna confianza
para que, algún día, sea digno
de presenciar Tu Retorno.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En Mi Corazón misericordioso existe un lugar para cada alma. Solo deben recordar que ese lugar, ese refugio, estará siempre disponible.
Eso los llevará a comprender los misterios del Amor de Dios basados en las verdades de la fe y de la confianza.
Vivan en Mi Corazón para poder encontrar en cada momento la paz y, así, irradiar ese manantial a las almas del mundo.
En Mi Corazón existe un espacio para cada ser, capaz de generar armonía y confianza, capaz de despertar las virtudes internas, las que en estos tiempos servirán de auxilio para la manifestación del Plan Divino.
Por eso, en Mi Corazón encontrarás la calma y la mansedumbre que necesitas para aprender a dar los pasos hacia Mí.
En Mi Corazón de servicio su fe se fortalecerá y el amor de sus corazones se expandirá para que, en humildad y en servicio, las almas sean tocadas por el Amor de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Reposa tu corazón dentro del Mío, para que siempre puedas alcanzar la paz.
Reposa tu vida en Mis Brazos, para que Yo siempre te pueda consolar.
No hay nada en tu existencia que no tenga sentido.
Todo lo que vives es parte de un designio y todo lo que escoges es parte del camino del sufrimiento; porque podrías no estar escogiendo el camino de Dios, plenamente.
Todo lo que le entregues a Dios siempre será reconocido por el Universo y por la Creación.
Todo lo que hagas por el Plan de Dios y su cumplimiento, por más pequeño que parezca, es reconocido y honrado en los Cielos.
Deja, entonces, que en esta hora crucial del planeta Yo moldee tu vida completamente, para que aprendas a vivir Mi Voluntad y así aprendas a cumplirla como está escrito.
Deja, entonces, que en tu entrega Yo pueda renovarte e indicarte el camino; que Yo pueda cambiar tus preferencias y gustos por algo mayor y más evolutivo.
Sé que no es fácil, pero no es imposible si en verdad tu Maestro Soy Yo y no otro.
Quiero que sientas en estas palabras Mi más pura verdad, sin ofensas ni juicios.
Quiero que puedas caminar a Mi lado, buscando todos los días ser un poco más transparente contigo mismo, con la vida y con todo lo que te rodea. Así serás un verdadero apóstol de Mi Misericordia y de Mi Piedad, y no tendrás un corazón tibio o duro.
Cree, por encima de ti, que Yo todo lo puedo.
Ábreme la puerta para que pueda entrar y así transformar tu vida según Mis designios.
Anímate a perder el control en lo material y en lo espiritual.
Ríndete a tu Señor todos los días.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Y seré Yo quien te ayudará a cruzar la noche oscura del alma, a superar y a atravesar sus más fríos desiertos.
Y seré Yo quien te colmará por dentro y te dará la fuerza interior que necesitas para aprender, en Mi Nombre, a superar los obstáculos de la consciencia.
Y seré Yo quien te indicará el camino y no ninguna otra persona, porque la Luz que emerge de Mi Corazón es inextinguible.
Y seré Yo quien te quitará el vacío o la falta de amor, porque te colmaré siempre de cosas nuevas, de energías radiantes que solo provienen del Universo Espiritual.
Seré Yo quien te impulsará todos los días a ser nada y a ser todo para los demás, sabiendo que, en esta escuela de la Tierra, la primera lección es el amor del corazón.
Seré Yo quien te concederá la paz y el gozo de poder vivir en el Padre Eterno. Ya no habrá otro camino, sino solo el Camino del Maestro.
Seré Yo quien te secará las lágrimas y lavará tu rostro para que sigas adelante sonriéndole a la vida, a la plenitud del servicio; sabiendo que, en cada nuevo paso, así como en cada nueva entrega, estarás aprendiendo a morir interiormente por Mí, como Yo morí por ti en la Cruz.
Yo seré el nuevo cireneo que te ayudará a cargar con tu cruz, porque conozco tus miserias, pero también conozco tus destrezas. Lo único que quiero es que todo sea para Mí.
Seré Yo quien te concederá la Misericordia que necesitas.
Seré quien te abrirá la puerta para que algún día ingreses en el Reino Celestial.
Yo seré todo para ti, si Me lo permites.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Si tus pies te duelen por estar cansados, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si tus manos pesan por tanto trabajar, del amanecer hasta el anochecer, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si tus ojos están cansados y solo quieren cerrarse para dormir, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si eres el primero que madrugas y el último que te acuestas cuando cada hermano ya está descansando y confirmes que todo está en su lugar, sin reclamos, repite: “Alabado seas Señor”.
Si estás enfermo o si estás en agonía, si puedes sonreír o solo llorar, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si te dan la tarea más esforzada o si solo puedes estar en oración por tu imposibilidad de trabajar, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si quieres superarte pero no lo consigues, si te quieres trascender todos los días pero siempre tropiezas con la misma piedra, sin justificarte, repite: “Alabado seas Señor”.
Si estás cansado porque el día se hizo largo y ya no quieres ni escuchar una palabra más, sin odio, repite: “Alabado seas Señor”.
Porque todo lo que Dios nos coloca en el camino es solo para que aprendamos a amar más y más, y así alabar a Dios.
Nada está fuera de su lugar. Al contrario, cada prueba o desafío es para que nos resignemos diciendo: “Alabado seas Señor”.
Porque en el Cielo los servidores serán premiados por sus esfuerzos a fin de que, en cada momento como en cada paso, se manifieste la Voluntad de Dios.
Que el Señor sea siempre alabado para que Su eterna confianza esté en ustedes y así todo se renueve.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Aunque no lo consigas, camina descalzo hacia Mí, para que Yo te pueda recibir y moldear tu consciencia según como lo tengo pensado desde antes de que despertaras a Mí.
Por eso, en el esfuerzo de despojarte de todo tendrás el ímpetu para renovar de tiempo en tiempo tu vida y tornarla, cada día que pasa, más sagrada y bendita.
Llegar descalzo hacia Mí es un desafío grande, pero no inalcanzable, es el permiso interior que tú Me das para que Yo pueda hacer de tu vida el modelo que una vez había pensado.
Aunque tengas imperfecciones o aún defectos, no son impedimentos para que Yo pueda transformar tu vida. Lo único que necesito es tu más sincero amor, para que las Leyes que provienen de Mi Consciencia puedan actuar libremente en ti.
Por eso anímate y descalza tu ser de todo, aunque a veces no lo consigas.
Valen el intento y el esfuerzo de poder vivirlo y realizarlo.
Deja que Yo pueda tenerte entre Mis Manos como barro nuevo, para que este Alfarero y Artesano del Amor pueda realizar de ti algo desconocido y nunca visto.
Cree que Yo todo lo puedo, porque llegará la hora de que tú testimonies Mi Presencia ante el mundo cruel y así se cumpla Mi Palabra.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cuando Yo encuentro sus corazones abiertos y sin resistencias; cuando encuentro sus almas unidas a Mí y sin interferencia de los aspectos humanos; cuando encuentro sus espíritus en comunión Conmigo y sin pareceres, es cuando en verdad Mi Obra de Misericordia se cumple en ustedes.
Por eso, compañeros, que esta Obra infinita de la Misericordia de Dios se propague primero en ustedes, para después propagarse victoriosamente en el mundo.
Sean, para Mí, ese ejemplo que Yo espero ver todos los días de la vida; así como en este día, en el que sus corazones se abrieron a Mí con simplicidad. Porque es en la misma simplicidad de los corazones abiertos en donde Yo puedo llevar adelante la Obra de la Misericordia Divina.
Los invito, compañeros, a ser misericordiosos en todos los detalles como en todos los actos; así atraerán a la Tierra las sagradas Virtudes de Dios que su humanidad necesita para poder vivir el proceso de la redención y del perdón.
Con ímpetu de esfuerzo, de paciencia y de dedicación, compañeros Míos, ingresen en la escuela suprema de la Misericordia Divina, a fin de que los principios del amor y de la unidad no se pierdan en esta humanidad y los corazones menos se olviden de que todo comienza y termina en la expresión mayor del amor del corazón.
Los animo a renovar el apostolado de estos tiempos siendo discípulos en la escuela espiritual de la Misericordia del Señor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Los que ofenden y avergüenzan Mi Corazón por sus pecados, faltas u omisiones, no son los que están a Mi lado y persisten, son los que por diferentes razones se alejaron de la guía de Mi Mano y de Mi Voluntad para poder realizar la propia.
Eso Me hiere más que todos los pecados que las almas que están a Mi lado pueden generar.
En verdad, Mi Misericordia se expande hacia los más miserables e imperfectos; pero ella no se derrama sobre los traidores o los injustos, porque todo parte de una Ley que es inalterable y autónoma y, como toda rectitud y bien surgen de esa Ley, su Maestro y Señor se rige por ella y no puede alterarla.
La vergüenza que Mi Corazón siente es por los que una vez estuvieron Conmigo y ahora Me dan las espaldas, no creyendo en Mis Palabras y menos en Mis actos.
Y por más que su Maestro ya sabía el destino de esos ingratos, el Amor de Mi Corazón manso no dejó ni un momento de amarlos, a fin de que algún espacio de sus consciencias se movilizara para despertar y aprender a amar verdaderamente.
Pero ahora ellos están con caras de barro, a punto de caerse por su propio peso.
Les pido, compañeros, que aprendan pronto de todo esto, para que en la hora más culminante nada los sorprenda.
Si en verdad y de corazón se entregan a Mí, nada les sucederá.
Ni piensen en actuar o en hacer todo como los de cara de barro que salieron despedidos por sí mismos, que no consiguen un lugar, y ni siquiera logran retornar.
Hoy les hablo con claridad porque espero que esto no se repita en ninguno de ustedes.
Gracias al Padre, el nido de cobras ya fue expulsado a su propio abismo, ya que en verdad ellos, de manera soberbia, aman más estar allí y menos Conmigo.
¡Les agradezco por encarnar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mis legiones de Luz están formadas por los ángeles del Cielo y por los servidores de la Tierra. Cuento con cada uno de ellos para derramar la Fuente Reparadora de Mi Divina e Insondable Misericordia.
De tiempo en tiempo, elevo hasta el Reino de los Cielos a todas las esencias y a las almas que incondicionalmente Me sirven, para que estén por un momento en Mis Brazos; pero, sobre todo, para que las almas que Me sirven y que también viven su purificación interior en este tiempo, se sientan aliviadas no solo por el Amor Misericordioso de Mi Corazón, sino también por el afluente de Mi Divina Misericordia.
Todos los ejércitos orantes de la Tierra se fortalecen de manera especial durante los días de Maratón de Oración; como sucedió esta vez que su Maestro y Señor, después de la última Sagrada Semana, se recogió en el Cielo y entregó, con total confianza, la dirección de Su Obra a Sus más preciados seguidores.
De esa forma las almas se van afianzando espiritualmente mediante el contacto interior con el sublime Océano de Mi Misericordia, para que en el futuro, cuando haya que atender a gran parte de la humanidad, las almas reciban los mismos impulsos de amor que hoy ustedes reciben.
La confianza y el fortalecimiento de la misma en estos tiempos, les permitirá a las almas hacer más reales sus santas virtudes y, de esa forma, colocarse por encima de toda ambigüedad u oposición, venciendo con el amor y la unidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En este tiempo, ten fe absoluta en Mi Corazón, porque todo lo que sucederá no podrá hacer vacilar tu confianza en el Divino Propósito.
Desde ahora comienza a prepararte para los nuevos desafíos y los aparentes obstáculos.
Tu Maestro y Señor te ayudará a que esa fe, que debe nacer de tu interior, esté basada profundamente en el amor al servicio por los semejantes, en el amor a la Instrucción recibida, como también en el amor al Propósito Mayor.
Esas tres virtudes podrán fortalecer tu pequeña fe, para que ella sea fuerte e inmutable ante los acontecimientos de la vida.
Comienza desde ahora a afianzar esa fe en el Corazón de tu Maestro, para que, a pesar de todo, tú veas concretarse la Voluntad de Dios en las diferentes esferas de Su Obra.
Así, entrégate una y otra vez, en confianza, para que todo lo que está previsto pueda suceder sin temor al fracaso, al abandono o a la soledad.
Es hora de avanzar con valentía, sabiendo que por encima de todo debe reinar la unidad entre los corazones receptivos al Llamado Mayor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijo consagrado:
Renuévate en este día y celebra por estar formando parte de la Obra de Misericordia y de Amor de tu Redentor.
Renuévate en tu interior confirmando los votos internos que tú has hecho ante tu Maestro y Señor, y no te preocupes por nada, porque si Yo formo parte de tu vida y de tu existencia, tienes que creer para siempre que todo, absolutamente todo, está bajo Mi soberano Poder y que nada semejante a tu Señor podrá interferir.
Por eso, con los ojos llenos de alegría y de luz, celebra, hijo Mío, este día de confirmación y de reconsagración a Mi Paterno Corazón. Que esta afirmación interior permita construir en ti el nuevo propósito y que ese propósito pueda abrazar a más corazones.
En este día de renovación para cada consagrado que no exista el temor, la duda o la falta de fe.
Que cada alma consagrada sepa que siempre deberá hacer lo mejor para que triunfe el Corazón Sagrado del Maestro, para que más puertas inciertas en el mundo sean cerradas por medio de la íntima comunión de los espíritus con el Salvador del mundo.
Que este día sea motivo de celebración, y no de angustias, de esperanza, y no de amarguras.
Que cada alma que se ha consagrado al Redentor mire con ardiente aspiración hacia el firmamento y que, en algún punto del espacio sideral, encuentre el retorno de Cristo, primero en su corazón y segundo, en este planeta dolorido.
Que hoy cada consagrado ofrezca su consagración y sobre todo su corazón humano para ser depositario de nuevas virtudes y Gracias, para que esta Orden de amor y de hermandad, que preciosamente he fundado, reciba la Gracia de nuevas vocaciones, del despertar de nuevos talentos para estos tiempos, en los que deberán reinar el amor y la paz universal.
Reciban de su Maestro la bendición paternal para que cada alma consagrada en este día vuelva a decirle a Mi Corazón: “Mi amado Señor, aquí estoy para servirte, para cumplir Tu Voluntad”.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Vengo en este ciclo para descalzar las sandalias de Mis discípulos y, al igual que en el pasado, lavaré los pies de todos los Míos, purificándolos con Mi Fuego, sublimándolos con Mi Consciencia, retirando de cada uno de ellos lo que no Me sirve más.
Por eso, cuando les toque el lava-pies, prepárense, porque será la hora de la gran rendición y de la victoriosa derrota. Ese será el momento en el que serán más purificados e ingresarán dentro de la corriente de Mi Fuego, para poder expurgar lo que ya está vencido y viejo.
Así, Yo los mantendré preparados para Mi retorno, sobre todo para la última parte de la Obra que deberá cumplirse al pie de la Sagrada Escritura de Dios.
Si ya están sintiendo que dentro de ustedes se está removiendo la gran resistencia interior y que ella hace lo imposible para no ser derrotada, les digo: no tengan miedo, el fin del cautiverio humano está próximo y conocerán la libertad.
Por más que duela perder el control de todo, el quererlo todo o el ansiarlo todo, ríndanse a Mis Pies, porque como Buen Pastor estaré incansablemente a su lado para levantarlos del suelo de sus amarguras y penas, cuantas veces sea necesario.
Lo único que les pido es que confíen en Mí, porque a pesar de la temible tormenta o tempestad que puedan estar atravesando en este tiempo, sepan que Mi Sagrado Espíritu del Amor siempre está allí, a la espera de que Me llamen, a la espera de que Me invoquen, para que Yo tenga el permiso interior de interceder.
No bajen los brazos, el Universo necesita de discípulos despojados de sí y de todo. El Universo necesita de almas capaces de vivir, más allá de sí, la Divina e Insondable Misericordia por los que en verdad son más miserables y están dentro de esta humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro del Amor, Cristo Jesús
Cuando un corazón se quiebra por dentro es señal de que la Ley de la Liberación Interior se está cumpliendo.
Por eso, en este día, deja tu corazón abierto para que, como otros, él esté disponible para que caigan las estructuras y se quiebren todas las formas.
Deja tu corazón disponible para todo lo que él deba vivir, porque así permitirás que fluyan en ti las Leyes Universales, las que ordenarán tu vida y ajustarán tu consciencia.
Que tu corazón encuentre la liberación necesaria de todo lo que obstaculiza el libre caminar del discípulo de Cristo.
Deja que tu corazón conquiste el vacío de sí para que pronto pueda ser llenado por el bálsamo de la Misericordia de Mi Corazón.
Ríndete como si nada más tuviera sentido y así encontrarás la puerta de salida que te conducirá por el camino de la esperanza y del Amor Mayor.
Deja que todo dentro de ti encuentre un sentido, una realización pensada por Dios, pero que no está bajo tu poder humano.
En este sentido, permite que la Obra del Amor actúe dentro de tu ser, a fin de que en el próximo ciclo seas lo que en verdad todo el Universo espera que seas.
Sigue Mis Pasos de Luz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Concentra tu atención en Mi Corazón, que es el predilecto refugio de las almas simples y amorosas.
Unido a cada una de ellas, su Maestro y Señor hace prodigios, porque, así como las almas buenas entran en Mi Corazón, Yo puedo comulgar de las almas humildes.
El primer paso es sentirte dentro de Mi plenitud celestial.
El segundo paso, para estar en Mi Corazón, es reconocer el Océano de Mi Misericordia porque allí todo se lavará y estarás purificado.
El tercer paso es perdonarte a ti mismo o al semejante y establecer, así, un acto de reparación capaz de disolver los sufrimientos humanos para que reine el Amor de Dios.
Entra en Mi Corazón en confianza y, allí, todo se aclarará desde el primer momento.
Siéntete partícipe de la Obra de Mi Misericordia para que, por medio de tu alma, esa Obra de Misericordia y Redención se refleje al mundo.
Decídete, ahora, a permanecer en Mi manso Corazón y Yo te abrigaré y te protegeré de las tempestades del espíritu.
Comulga Conmigo en este día y siéntete renovado por la acción poderosa del Espíritu Santo.
Ten mucha fe.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los absuelve,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primer Mensaje
Mi Silencio también habla por Dios, y revelo en esta noche Mis Cinco principales Llagas para derramar Mi Sangre sobre los justos, sobre los que perseveran y hacen digno Mi Nombre mientras algunos de los Míos calzan sus sandalias para seguir sus propios caminos y apartarse de Mí.
Hoy ofrezco Mi Agonía por los que aún están aquí, y a Mi lado.
Y si han confiado hasta ahora en Mí, solo les puedo decir, compañeros, que algún día Me encontrarán, y en ese día recordarán que todo lo que he dicho no ha sido en vano.
No sufran por los que se derrotan a sí mismos.
Amen por los que no aman, tengan caridad por los que no sirven y sean misericordiosos por los que ultrajan Mi Sagrado Corazón.
Todo lo que les he dado a los Míos, algún día retornará al Padre, y nada se desperdiciará.
Por eso, quien no sabe cuidar de Mis Tesoros debe pedirme ayuda sincera y abierta para que Yo pueda interceder; mientras eso no suceda, no habrá cómo convertir lo impuro en puro, no habrá cómo transformar lo que es resistente en flexible.
Todo forma parte de una Ley, y si el mundo sale de la Ley para vivir su propia voluntad, sufrirá la Ley, porque la Ley está para generar justicia, igualdad y soberanía.
Nadie puede transgredir las Leyes de Mi Padre como si nada hubiera sucedido.
Tengo el permiso de perdonar y de absolver, pero no tengo el permiso para permitir injusticias ni rebeldías.
Porque quien no ha sido digno de llevar Mis Tesoros, ¿a dónde irá a parar?, ¿quién lo irá a conducir?, ¿y cómo sobrevivirá?
La energía divina que Yo derramo nunca es desperdiciada, ni tampoco usada en vano.
Los hombres creen que lo saben todo y se ríen, tal vez, de Mis Palabras o de Mis Pedidos, pero recuerden, compañeros Míos, que todo lo que Yo les digo de tiempo en tiempo ya fue pensado por Dios.
Gran parte de la humanidad no acepta vivir Mi Voluntad porque sabe que su propia voluntad deberá morir algún día, y ese será el gran momento de dar el gran paso en el amor y en la evolución.
Hoy no vine a dedicar este mensaje por los que han sido injustos o rebeldes.
Hoy vine aquí para estar con ustedes y con los que sin comprender absolutamente nada viven Mi Llamado y confían ciegamente.
Si Judas una vez Me traicionó, ¿acaso los hombres no podrían traicionarme por segunda vez?
La historia se vuelve a repetir y es doloroso poder verlo.
Nadie puede ocultarse a esa verdad. Yo solo les pido que aprendan a morir para sí para que sus enemigos internos no los condenen, así como algunos ya fueron condenados antes de entrar a la vida eterna, quedándose sin ella.
Pero nada quedará sin resolverse, compañeros, porque, así como Soy un Dios de Misericordia, Soy un Dios de Justicia. Y la Justicia de Dios está llena del Amor del Padre; pero ella no puede ser juzgada, ni tampoco tentada, por ninguna criatura de este planeta.
Hoy llevo sobre Mi Cabeza la Corona de Espinas para representar, en este día, la flagelación que vivo por los ingratos y por los soberbios de corazón.
Si Mi Amor aún no pudo llegar a ellos, enséñenles a todos, hijos Míos, que pueden llegar a Mi Amor antes de que sea demasiado tarde para que las almas se arrepientan.
Hoy vengo como el Dios de la Justicia y de la Soberanía, sin dejar de derramar Mi Divina Misericordia.
Para que Yo los pueda renovar deben morir para sí mismos, y eso se consigue con la obediencia y la confianza que muchos hoy no quieren vivir; por eso sufren, por eso se perturban y no encuentran salida.
Pero aquellos a los que Yo les he dado todo porque los he escogido, algún día deberán dar cuenta al Padre Celestial.
Les repito, compañeros, la energía celestial no se desperdicia ni tampoco se ultraja.
Quiero que reparen Mi Corazón por los que mienten, por los que se distancian de Mí y Me rechazan, por los que son ignorantes y están ciegos, por los que no creen en el amor del corazón ni en la regeneración de la vida, por los que Me dan las espaldas, por los que Me hacen sufrir y Me avergüenzan calzando sus sandalias para abandonarme.
Pero hoy les digo que todo esto Yo ya lo sabía, desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.
Judas Me entregó para que Yo pudiera amar al mundo en su condición más mortal y humana.
Hoy revivo Mi Iglesia Celestial en los que son bienaventurados, en los que hacen honor a Mi Nombre y a Mi Evangelio, viviéndolo todos los días, a pesar de las imperfecciones y de las dudas.
Hoy quisiera que brotara de sus corazones un amor incondicional capaz de superar todas las pruebas, todas las indiferencias y todos los obstáculos.
No deseo que sean mejores que los demás, sino más humildes que los que son humildes y no lo saben.
Dios derrama Su Gracia para los que son más miserables, por eso Yo escojo a los más imperfectos para poder servirme y realizar Mi Obra, al punto de que Mi Presencia y Mi Corazón forjan la liberación de las resistencias y de todo lo que es arcaico.
Cuando les llegue ese momento, compañeros, no desistan, y repitan cuántas veces sea necesario: “Jesús, yo confío en Ti”.
Así, una puerta inexplicable de liberación se abrirá, sus corazones serán aliviados y ya no existirá temor porque habrán confiado en el Nombre del Señor.
Yo vengo aquí para celebrar este reencuentro con Aurora y dejar atrás a los que profanaron Mi Nombre y lo ensuciaron con sus ejemplos y sus palabras.
Yo vengo aquí, a Aurora, a dar honor a Mi Padre, Emmanuel, para que Él vuelva a descender con Su Rayo de Liberación y de Cura en todas las almas que participen en la bendición de la Cruz Azul.
Vendré especialmente a bendecirla el día 5, en la noche, cuando ya hayan orado durante todo el día a Mi Corazón Misericordioso.
Y he llamado a siete Ángeles Regentes para que depositen en la Santa Cruz los siete poderes de la Redención para las almas:
Primero, el arrepentimiento.
Segundo, la introspección.
Tercero, el perdón.
Cuarto, la cura interior.
Quinto, la reconciliación.
Sexto, la transformación interior.
Séptimo, la transfiguración interior.
Esos siete poderes descenderán sobre la Cruz Azul cuando ella sea contemplada como la Victoria de Emmanuel sobre la Tierra y para volver a consagrar los Centros Marianos al Plan del Creador.
Emmanuel vendrá para ver la unión y la congregación de Sus hijos durante ese día, y así, concederá una expiación al Uruguay y al Cono Sur.
Y aquellos que se postren ante la Cruz serán perdonados, porque el Padre que está en los Cielos espera el gran amor de Sus hijos, la gran confianza de Sus criaturas, la reparación de todos los pecadores.
Alegren sus corazones porque un nuevo ciclo comenzará bajo el estandarte universal de la Cruz de Emmanuel.
Bienaventurados serán los que crean en Su Poder, porque vencerán los asedios y el adversario perderá a millones de almas que ha conquistado, porque la Santa Cruz, una vez iluminada, llamará a las esencias, en Aurora y en los demás Centros Marianos en donde se eleve la Cruz de Nuestro Padre eterno.
Infelices serán los que hoy no están aquí para este gran acontecimiento, porque si tan solo hubieran confiado, sus amarras se hubieran liberado y sus deudas hubieran sido perdonadas.
La Confianza de Dios se conquista con el amor del corazón y no con la mente.
La mente es un medio para llevar adelante el Plan de Dios, pero no para dirigirlo ni para concretarlo.
Si el amor no está en sus corazones no pueden vivir el Plan de Dios; no lo intenten, porque fracasarán como algunos fracasaron.
Los que calzaron sus sandalias y se alejaron de Mí están escritos en la última hoja de Mi Libro Sagrado; no quedará piedra sobre piedra, eso ya no es una teoría.
¡Que se arrepientan las almas antes del tiempo de la gran tribulación!
¡Ay de aquellos que Me dieron las espaldas!, porque recordarán vivamente todo lo que ya no tienen, porque han perdido el estado de Gracia y han salido de la guía de Mi Mano.
Pero confíen, porque todo será encaminado, y los que ya no podrán estar aquí, estarán en otras moradas para aprender a amar desde el principio.
Los que Me han negado conocerán el Don del Temor de Dios, y cuando ese Don descienda, en poco tiempo todo estará consumado.
Celebren por los que están vivos de corazón y oren por los que están muertos de espíritu.
El legado que Yo les doy a los que he llamado no se puede desperdiciar ni alterar.
Mientras tanto, aférrense a la Cruz Azul de Emmanuel, porque así no solo Me ayudarán a cargar con el mundo y con la humanidad, sino que sus corazones y vidas se elevarán en unión al Padre por las alas que ella expresa.
Que esta Maratón sea dedicada como una entrega mayor por los que Me ofendieron, por los que Me hieren, por los que ensucian Mi Nombre.
Y con todas sus oraciones y súplicas podré decirle al Padre, así como lo dije en la Cruz antes de expirar:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Perdónalos, Padre, porque no Te viven ni Te sienten;
porque no Te llaman ni Te suplican con humillación y renuncia.
Perdónalos, Padre, y colócalos en Tu Reino para que, algún día, sean Tus dignos hijos.
Amén”.
Mientras Mis Llagas duelen por los clavos de los ingratos, Mi Corazón se alivia con el llanto de los justos.
Y así, todo se recrea, todo se transforma, y las almas participan de la comunión con Mi Espíritu.
Que en esta Maratón se reviva el compromiso de Mis soldados con Mi Sagrado Corazón; que sus cabezas, pies y manos, sean lavados y purificados por el Agua de la Vida para que rebrote en sus corazones la donación incondicional de sí, y el servicio a los semejantes y a los Reinos de este planeta.
Padre de la Humildad y del Amor,
Señor de la Misericordia y de la Justicia,
Yo Te ofrezco este Sacramento en nombre de los que aún Me siguen y persisten,
para que por medio de Tu Gracia y de Tu Sabiduría,
Mis ejércitos, Mis soldados y Mis compañeros
cumplan el porvenir de una nueva y fraterna humanidad.
Que así sea. Amén.
Como todas las veces en las que Me encuentro con ustedes para que Me revivan, Me sientan y escuchen la vibración y el poder de Mi mensaje, en este espíritu de reparación y de consolación deseo escuchar una canción para que Mis Llagas de los Pies, de las Manos y de Mi Costado se cierren y Yo también, como aprendiz de la Obra del Creador, pueda revivir lo que una vez el Padre Me mostró en el Huerto Getsemaní cuando las generaciones futuras, cuando todos Mis seguidores, harían digno Mi Proyecto en este planeta.
“Cristo eres Tú”. (Canción solicitada por nuestro Señor).
Ese es Mi pedido para sus Cristos internos y para los que hoy no están aquí, entre nosotros.
Yo los bendigo y los preparo para una Maratón de interiorización y de reconfirmación de votos, para que le hagan saber al mundo que existe una Cruz Azul que desciende como Proyecto a la Tierra para salvar a las almas más perdidas.
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
Bienaventurados los que persisten, porque serán fortalecidos.
Bienaventurados los que confían, porque tendrán sabiduría.
Bienaventurados los que aman, porque conocerán el Reino de Dios.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Segundo Mensaje
Y así como Yo vengo del corazón de este universo, quisiera que sus almas se elevaran para encontrarme. Eso permitirá, en este tiempo, crear esa Comunión perfecta entre sus almas y Mi Corazón.
Quisiera que abrieran sus oídos más internos para escuchar Mi Mensaje y para hacerlo parte de sus vidas, porque ya no bastará solo saber el conocimiento, será necesario aplicarlo en sus vidas para que Mi Plan se pueda realizar, paso a paso.
Hoy vengo a dar continuidad a lo que he dicho ayer. Vengo a extender este mensaje especial a todos Mis compañeros, porque aún es necesario que crezcan en amor y en verdad, sin dejar atrás lo que deben transformar, todo lo que deben trascender, todo lo que deben aspirar a alcanzar en estos tiempos difíciles, en los que el Plan se vive con muchos riesgos que las almas desconocen, porque, en muchos casos, no están atentas a las señales que envía el universo.
Ahora, Yo los invito a redoblar los esfuerzos, los invito a ser considerados los unos con los otros, como Yo se lo enseñé a los apóstoles en el pasado.
Deben cumplir las reglas básicas de la evolución, porque así sabrán la Ley y no solamente la conocerán.
Esa es una de las causas por las cuales las almas de este mundo y, sobre todo, aquellas almas que son Mis compañeras, no saben interiorizar los impulsos que Mi Corazón les envía de tiempo en tiempo, intentando elevar a las almas cada vez más hacia la Verdad y hacia el Sagrado Conocimiento.
Cuando no saben interiorizar lo que les decimos, se pierden en algún lugar del camino y pueden quedar confusos, sin saber hacia dónde ir o qué hacer.
Pero existe una llave maestra, para todo esto, que es la confianza. La confianza en todo lo que se presenta. La confianza en todo lo que se propone. La confianza en todo lo que se revela.
Porque, en esencia, todo va más allá de sus posibilidades, de sus conocimientos, de su intelectualidad.
No vengo a construir Mi Reino en mentes concretas porque, de lo contrario, no habría tenido sentido que Yo hubiera venido a este mundo a encarnar para testimoniar, en este plano, la Presencia del Amor de Dios.
Es el Amor el que les revelará Mi Reino. Es el Amor el que los unirá siempre. Es el Amor el que nunca los separará. Porque donde está el Amor Yo estoy presente, lanzando semillas de luz en tierras fértiles, que después Me darán frutos para que, al final, sean Dones que Yo ofreceré en Gloria al Creador.
Por eso busco de los corazones más simples lo que es bueno y verdadero. Me glorifico en los corazones humildes. Me distancio de los corazones resistentes. Me alejo de los que no Me quieren escuchar, porque sé que estos últimos temen al verdadero Amor porque nunca lo han conocido completamente, porque nunca se han animado a dar un paso y a dejarse rasgar por dentro, hasta que el Amor los haga herir profundamente.
Por eso, deposito Mis Llagas internas en los corazones conocedores de Mi Amor.
No puedo dar Mi Legado a mentes abstractas. El mundo y su humanidad perderían completamente el rumbo por su ambición y soberbia. Necesito quebrar lo que aún está rígido y duro.
Por eso, uso Mi gran martillo de Luz y golpeo en lo que está más resistente para que se pueda quebrar algún día y así, todo se rinda a Mis Pies; no por Mí mismo, sino por Mi Padre que es justo y compasivo, que es merecedor de la bondad de sus corazones y almas por todo lo que Él ya les ha dado a pesar de sus miserias, a pesar de sus errores, a pesar de sus caídas.
Vengo a elevar la consciencia de la humanidad hacia otro punto porque, aunque no lo parezca, Yo estoy aquí en constancia y en fe, para seguir adelante.
Por eso, a los que Me siguen en estos tiempos, a los que se dicen Mis compañeros de camino y de vivencia espiritual, los animo a vivir los cambios sin resistencias ni restricciones.
Los invito a no poner límites a sus consciencias y a saber reconocer, con humildad, el Sagrado Conocimiento que viene de Dios por medio de Nuestros Sagrados Corazones, para esta humanidad de superficie.
Así Yo podré traer aún más Mi Cielo, el Cielo de Mi Padre, Su Universo Celestial, y Mis Ángeles estarán acompañando cada paso, cada momento como cada prueba; así como ellos Me acompañaron desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.
A los sufrimientos que Yo les ofrezco a Mis compañeros de este mundo, algunos les temen porque no los conocen, porque, antes de todo, no se animan a amar la Voluntad que Yo traigo para concretar en sus vidas Mis Proyectos y Mis Designios.
He escogido estar entre estas sagradas montañas de los Andes para recordarle al mundo que aún no ha elevado su consciencia ni su mente. Es hora de salir de lo atávico. Es hora de renunciar a lo superfluo y a lo mezquino.
Debo dejar Mis Llaves de Oro en los corazones simples, en los que pueden guardar dentro de sí Mi Legado, que no proviene de este mundo sino del Universo.
Para que este Plan continúe adelante, para que esta Obra prosiga, deben, compañeros, reposicionar sus lugares, sabiendo que todo lo que han recibido en estos últimos años, no será desperdiciado por la humanidad como lo fue una parte de Mi Pasión, aunque no lo crean.
Con Ojos de Misericordia, vengo a observar al mundo. Con un Corazón compasivo, vengo a socorrer a los que sufren y a los que no pueden darse por entero a Mi Corazón.
Sepan, Mis queridas almas, que aún hay mucho por hacer. Por eso, los invito a renovar la unidad y la fraternidad entre sus consciencias. Los invito a respetar la Ley de la Jerarquía para que el Universo de Dios siempre pueda estar cerca de ustedes y en cada detalle.
Ahora, sean Mis estrellas redimidas, salidas de los abismos del error y del pecado, de la perversión y de la maldad. Honren a su Rey y Señor como Él lo merece, en el Cielo como en la Tierra.
No se separen más. Únanse a través de Mi Corazón para que Yo pueda seguir viniendo a su encuentro; para evitar que Yo no pueda venir más en este tiempo en el que la humanidad necesita de altas vibraciones de amor y de paz.
Despojen de sus corazones y vidas lo que ya está viejo y resistente, lo que no hace a la unidad y al amor entre las criaturas y pueblos, entre las razas y los orígenes.
Entregué Mi Vida en este mundo y por esta humanidad para que supieran cómo hacerlo, y así no caer en tentación.
Vengo en este día, con este segundo mensaje, para abrir aún más sus ojos y, especialmente, para abrir más sus corazones a lo que necesitan escuchar con madurez y calma.
No quisiera ver a los responsables de esta Obra confusos, no quiero encontrarlos más así, sabiendo que cada etapa que vivimos juntos es imprescindible para vuestro Dios, para la realización de Su Voluntad, para la manifestación de Su Obra en los diferentes planos de este universo, hasta llegar a la humanidad.
Si los lazos de amor entre ustedes se rompen, compañeros Míos, ¿quién llevará Mi Plan adelante?
Si ya saben que es verdad que no encuentro un lugar o una morada en donde poder anunciar Mi nueva Palabra, Mi nuevo Mensaje enviado por Dios desde lo más Alto de este universo.
No quisiera perderlos de vista, porque existen almas en el mundo que también Me necesitan, y las debo atender, así como atiendo a sus almas en estos tiempos.
Por medio de esta Maratón, eleven a Dios su más sincera ofrenda para que un Rayo de Mi Corazón misericordioso toque aquel espacio en sus consciencias que aún está oscuro y se resiste a cambiar.
Recuerden que Yo lo puedo todo y que Mi Padre no Me ha puesto límites.
Vengo con Mi Gobierno Celestial para poner en orden todas las cosas, desde lo invisible hasta lo visible, desde lo inmaterial hasta lo material, desde el espíritu hasta la carne. Todo bajo el orden universal.
Que se alegren las almas de Chile por este momento, para que se pueda volver a repetir durante estos tiempos críticos, en los que más compañeros Míos deben despertar al llamado de la redención.
Felices serán los que escuchan y creen sin haber visto.
Bienaventurados serán en el Cielo los que guarden los Tesoros de Mi Corazón y los vivifiquen, de tiempo en tiempo.
Los bendigo en el nombre del Amor y de la Unidad.
Bajo la Luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Escucha la Voz de Mi Corazón Eucarístico y ríndete en paz ante Mi universal Presencia Redentora.
Permite que Yo pueda realizar los designios en cada etapa de tu vida.
Recapacita a tiempo, pues Mi Verdad hoy se manifiesta ante ti.
Déjame ser la semilla en tu interior, la que dará el fruto prometido para Adonai.
Yo Soy el único escudo seguro para tu pequeña vida.
Si estás en Mí, nadie te podrá producir temor, en cuanto tu confianza sea más grande que tus propios miedos.
Yo estoy presente en cada espacio de tu vida. Ya he pasado a tu lado muchas veces. Por eso, sé valiente y arriésgate en este tiempo a escuchar lo que nunca quisiste ver de ti mismo.
Para que Mi infinito Corazón more dentro de ti, debo encontrar primero un espacio ordenado, libre de ambiciones y de deseos humanos.
Solo busco todo el tiempo el sagrado templo de la simplicidad y de la igualdad, para que al fin se manifieste el espíritu de la fraternidad.
Siempre recuerda a quien te llama. Ayúdalo y no sientas recelo o incomodidad solo porque alguien precise algo de ti.
Hazte como Juan el Apóstol, fiel servidor, incansable y silencioso, abierto a escuchar la Palabra de su Señor, confiando todo el tiempo en Su Majestad y Amor.
¿Por qué hoy te digo estas cosas?
Porque sé, hijo Mío, en qué momento te encuentras y cuántas veces has dejado de mirarme.
Yo Soy ese insondable y divino manantial que nutre la vida y el espíritu de cada alma.
Yo Soy el misterio de Amor aún por conocer.
Quien Me busca, Me encuentra.
Quien Me llama, espera pacientemente la llegada de su Maestro.
Yo Soy el puente que une lo que está separado.
Yo Soy ese misterio que perdona y redime al mayor pecador.
En este día sacro, en el que vuestros ojos se colocaron delante de Mi Eucarístico Corazón, les digo que retorno a esta casa. Retorno a una nueva Maratón de oración para que, más que nunca, Me sientan cerca, entre ustedes y en ustedes; para que Me sientan vivo en la Comunión y en el corazón; para que, de una vez y para siempre, crean que Yo estoy vivo y omnipresente en cada alma que se entrega totalmente a los Brazos de su eterno Rey.
Cree, hijo Mío; cree, hija Mía; Yo puedo estar en ti en estos tiempos difíciles. Purifícate y redímete.
A través de Mi Amor estoy más cerca de todos, porque Mi Amor, el Amor de Adonai, penetra las dimensiones de vuestros corazones. Allí seremos uno para todo el universo.
Que esta Maratón sea la Maratón de la alegría, de la renovación.
Que vuestros corazones gocen y se alegren por estar en Mí, y Yo en ustedes.
Acepten Mi Voluntad y no estarán solos.
Bajo la Misericordia que los reúne, sean bienaventurados.
¡Gracias sagrada Figueira, por recibirme y esperarme con fe!
Aquel que los une y los ama siempre:
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Luego de transmitir el Mensaje extrordinario, Cristo Jesús, nos continuó transmitiendo lo siguiente:
Así como han visto a Mi Corazón vivo en la Eucaristía, deseo que esté vivo en vuestros corazones.
Este es Mi principal motivo, queridos compañeros, de volver a unirlos aquí, en el Nombre de Dios, en el nombre de Su Voluntad y de Su Amor.
A través de la imposición celestial de Mis Manos, Yo los bendigo para esta tarea y todos estos elementos sagrados que han servido en Mi mesa.
Por la absolución del Espíritu Santo, Yo los renuevo y los bendigo con la señal luminosa de la cruz y de vuestras esencias, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Alegren Mi Corazón durante estos días. El Reino Celestial debe estar aquí, como hoy está con ustedes para ayudar al planeta.
Los bendigo.
¡Gracias Señor por cuánto nos das!
Recuerda, en este último tiempo, Mis Palabras de Luz y abrázate fuerte a Mí para que Mi Amor disipe las confusas ideas del mal.
Por eso, te pido que cada día confíes un poco más en Mí y que recuerdes estos últimos momentos de amor que, en Mi Gloria Celestial, has compartido Conmigo.
No demores, el tiempo pasa y Mi campanario sideral está llamando a las últimas ovejas antes de que llegue el tiempo de la Justicia Divina.
Anímate y entrégate. Mi absoluta confianza ha descendido sobre tu ser. Y en todo este precioso misterio se guarda Mi Amor por las almas.
Por eso, con determinación y vacío de tus propias voluntades y expectativas, pon atención a lo que Yo te digo, pues tienes la Gracia suprema de ser digno ante Mi Padre y de recibir todos los días Mi infinita Misericordia.
Si caminas hacia Mí, la oscuridad del sendero no te tocará ni te abrazará.
Sé inteligente y decídete a buscar las cosas que vienen de Mi Voluntad. Así sabrás qué camino correcto seguir y te librarás, por Mi Gracia, de que tus semejantes se pierdan.
Abre tu corazón, pues aún no lo has hecho. Abrirme tu corazón significa renunciar todo el tiempo a tus propios deseos. Cuídate de ti mismo más que de tus opositores. El puro sendero es construido con base en la unidad perfecta que establezcas con Mi Reino.
A lo largo del tiempo, Yo te he dado Mi Paz y Mi Misericordia. Sé agradecido y bueno. Escucha Mis Palabras a través de tus hermanos.
Recuerda que Yo estoy presente en los sagrarios y en todos los templos orantes de los seres. Si aún no has reconocido Mi sabia y pura Voluntad, hoy te la muestro y esta es Mi petición espiritual: sígueme y renuncia a tus proyectos.
Yo Soy el único portal hacia la salvación y la redención de tu pequeñísima vida terrestre.
Ya no es tiempo ni momento de que tus pies estén en dos barcas. Deja de naufragar en tu propio mundo y reconoce humildemente a Quien ha venido a llamarte y a redimirte.
Cuando abras tu pequeño corazón ya estarás amando las cosas del Cielo. Mientras busques tu propia realización solo serás para Mí una parte del pecado de este mundo cruel.
Resígnate e implora Mi Misericordia. Las Tablas de la Ley ya están a los Pies del Creador y ellas pronto serán reveladas por los coros celestiales antes de Mi Retorno.
He venido durante tanto tiempo y tantos días, para que algún día puedas renunciar y unirte al espíritu de Mi santa Humildad.
Que esta Maratón misericordiosa, después de tantas realizadas, sea el momento de que cada ser recapacite por todo lo que recibió directamente de Mi Sagrado Corazón de Luz.
Cuando hayan recapacitado, meditando sobre Mi Pasión, les aseguro que se darán cuenta de todo lo que les he dicho en nombre de Dios.
Recen y no busquen otra cosa que rezar. Pidan perdón por vuestra inmensa soberbia y decídanse a ser, ahora y siempre, dignos en el Señor.
Por vuestro gesto de humillación y reverencia, les agradezco.
Bajo el perdón infinito de Dios, sean bienaventurados.
Gracias a los que Me adoraron, de corazón, en el Santísimo Cuerpo de Cristo.
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Estoy aquí para pedirte, silenciosamente, que te unas a Mí y no te separes.
En el misterio de las pruebas existe el camino del gran paso a la trascendencia.
Mi Proyecto para tu pequeña vida es transformarte en un instrumento nuevo, siempre disponible, para cuando sea necesario y oportuno ayudar a las almas del mundo.
Después de esta vida, existirá otra mejor que la que has experimentado. Por eso, ten los recaudos necesarios para vivir, en esta vida, Mi santa Palabra.
He venido para pedirte algo que va mas allá de tus expectativas y aspiraciones. Yo vengo a pedirte tu íntima confianza en Mi Sagrado Corazón, porque cuando las almas confían en Mí, muchas decadencias humanas son suplidas por Mis Rayos de Misericordia y todo es transformado por los dones de Mi Luz. De esa forma, las almas no pierden la oportunidad de reencontrar el consuelo que tanto les falta.
Yo vengo para unirlos a Mi Padre, a la gran Emanación Universal del Amor y de la Unidad. Solo les pido que no pierdan el camino de la santificación.
Para poder vivir los cambios actuales, deben fortalecer vuestra fe en Mí, eso les permitirá borrar las dudas y las preocupaciones.
Cuando un alma se esmera en buscarme todos los días, podrá saber que en sus últimos días Mi Corazón la recordará e irá al Reino de Mi Padre.
No teman enfrentar aquello que no pueden enfrentar, el Señor les envía Su Gracia suprema a través de Mi sagrada Presencia en este día.
El Señor los reúne en una sola consciencia de paz para que, en estos tiempos, la redención pueda despertar en todos.
Yo les doy la seguridad que tanto buscan dentro de ustedes. Yo les doy Mi sincero e inseparable Amor del Corazón.
Bajo la Gracia de Dios que los reúne y los sana, sean bienaventurados.
¡Gracias por vivir en Mi Corazón!
Cristo Jesús Glorificado
Llama a la puerta de Mi Corazón y dime qué necesitas.
Entra en Mi Espíritu y entrégate en confianza en los brazos de Mi Amor.
Encuentra en Mi Corazón la llama sublime que iluminará tu camino; persiste sin permitir someterte al juicio interior.
Entrega todos los días lo que eres, y Yo podré decirte qué es lo que quiero de ti.
Camina a Mi lado tomándote de Mi Mano Sabia que te indicará el camino.
Vive solamente en Mí; busca la respuesta solo a través de Mí.
Quiero que seas la luz manifestada para el camino, la paz para cada necesitado corazón.
En Mi Reino existe un lugar para ti y en ese lugar podrás sentirte seguro porque estarás dentro de Mi Corazón.
Sumérgete en el río de Mi Amor; espero que así lo hagas todos los días.
Aguardaré tu perfecta decisión. Te espero.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más