Desde el Corazón de Dios llega Mi Voz hacia la tierra del amor y del perdón, escuela sideral que será la que convertirá a este y a otros Universos en una Creación nueva en donde la raza de Cristos florecerá.
Y será desde aquí, desde este pequeñísimo pesebre llamado Aurora, que esos Cristos nacerán para todo el Universo.
Sé que hoy no comprenden Mis palabras, pero ya verán, hijos Míos, con el correr del tiempo, cómo esta humanidad dará a luz a los Cristos del nuevo tiempo, los que impulsarán en el Universo los cambios que le darán a la Creación otro rumbo.
Hoy desciendo como la Divina Concepción de la Trinidad para traer nuevamente la cura para la humanidad y para todos ustedes, fieles y fraternos hijos de Dios. Traigo, desde la Fuente de Cura de la Creación, ese atributo que el Padre quiso colocar en este pequeño lugar para que desde aquí pudiera liberar, transmutar y curar al mundo.
Todavía la humanidad no ha comprendido la grandeza del Creador, a pesar de que hace más de dos mil años, Él colocó en un pobre pesebre de Belén a Su propia manifestación de Amor, a través de Su Hijo Primogénito.
Aunque pasaron más de dos mil años, la humanidad aún no acepta que, en Su Infinita Humildad, el Padre coloque Su grandiosa Voluntad en los más sacrificados, en los más pobres, en los que más luchan todos los días por vivir el amor verdadero y honrar la Verdad día a día.
Por eso Aurora se prepara, como el pesebre de Belén, para dar a luz a los Nuevos Cristos para que nuevamente Dios pueda expresar Su perfecta Voluntad en lo pequeño y humilde.
Hoy la Aurora de Mi Corazón resplandece en amor y gracia, colocando a sus hijos en su cuna de amor, de perdón y de cura.
Hoy la Aurora de Mi Corazón le ofrece la cura y la liberación a los espíritus que llegan para ofrecer sus vidas a Cristo para poder acompañarlo en Su retorno.
Hoy bendigo desde aquí, Mi pesebre del final de los tiempos, a todos aquellos que llegan con el corazón en la mano y se lo ofrecen a Mi Hijo y también a Dios, para que Su Plan Divino se cumpla.
Hoy, desde esta Aurora de Mi Corazón, envío a todos Mis hijos del mundo, a los que siempre se ofrecen a Mi Hijo, la cura del dolor y de los errores para que puedan seguir adelante cumpliendo con su parte en este milagro divino que es preparar el camino de retorno del Salvador, Cristo Jesús.
Hoy la Aurora de Mi Corazón resplandece en las esencias de los misericordiosos, de los mansos y de los humildes, de los que saben del sacrificio y de la templanza, de los que viven de verdad lo que Mi Hijo enseñó en simplicidad.
Hoy le pido al Padre, desde Mi Corazón de Madre Celeste, desde esta Casa del Amor, que la templanza, la fortaleza y la fe desciendan sobre este lugar y sobre estos corazones para que en este tiempo, en el cual la presencia de Mi Hijo estará en Aurora, este recinto sea bendecido por esos atributos, los que consolidarán las murallas internas que los sostendrán en el tiempo que vendrá.
Los amo, vivan en paz el honor de servir a Dios.
Vuestra Madre María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Madre de Aurora
Sigue los pasos de las santas mujeres y también lleva contigo los aceites que ungirán el Divino Cuerpo del Señor. Camina al lado de ellas, decidido a encontrar, dentro de tí, al Amado Señor.
Sigue los pasos de las santas mujeres, siente en ellas el amor redentor que las arrebata, la constante renuncia para vivir en Dios y la confianza absoluta en el Primogénito.
Sigue los pasos de las santas mujeres que van al encuentro del Sepulcro, aproxímate junto a ellas al Sagrado Cuerpo del Señor, el que reposa entre lienzos y flores que honran Su Sacrificio de Amor.
Póstrate en el suelo como las santas mujeres, revive ese encuentro con Cristo como si fuera la primera vez.
Siente el fervor decidido de las santas mujeres, la valentía inalterable de sus corazones adoradores del Señor y quédate arrodillado ante el Altísimo Hijo.
Míralo con devoción y gozo, Él pronto resucitará de entre los muertos, y cantos de "Aleluya" serán escuchados.
Unge con tus manos el Divino Cuerpo del Señor y limpia Sus heridas.
Lava con el agua el Cuerpo del Señor y envuélvelo en la sagrada sábana de la Restauración.
Quédate a Su lado, en vigilia, y afirma la victoria del Señor por encima de todo.
Sal del Sepulcro con las santas mujeres y, en el jardín, entra en oración para esperar la Resurrección del Salvador.
Esa hora se aproxima, en la que el Cristo interno tendrá un lugar para siempre en la vida de Sus discípulos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Coloco Mis manos sobre sus cabezas para orar a Mi Hijo por ustedes para que alcancen algún día la consagración total de sus consciencias.
Yo los acompaño por ese camino para que ustedes encuentren a Mi Hijo y lo puedan reconocer en sus corazones y vidas.
Llego en este día para consagrarlos de nuevo al Corazón de Dios, porque la hora indica que llegó el momento de que sus consciencias reciban el impulso mayor de ser apóstoles de Mi Amado Hijo.
Yo los animo a seguir adelante a pesar de todas las pruebas, su fe debe estar siempre fuerte para que conquisten el camino del sacrificio y de la santa humildad.
Les dejo Mi Corazón como escudo contra toda adversidad, les dejo Mi Paz eterna.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando las almas en el mundo se pierden Yo les hago reencontrar el camino hacia Dios a través de Mi Amor. La redención se establece en los corazones que piden Mi auxilio y también en los corazones que piden por sus hermanos para que Mi Plan de paz se pueda establecer en la humanidad; así Yo le cierro la puerta a Mi adversario, quien corroe a las almas espiritualmente, coloca obstáculos en sus vidas y las lleva a la perdición, principalmente, a la ausencia del amor.
He venido aquí, queridos hijos, para encontrarme con ustedes bajo la Unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque la Santísima Trinidad Me ha enviado en este ciclo y en estos tiempos a prepararlos para lo que vendrá. Necesito que sus corazones establezcan Mi reinado en este mundo. Necesito que cumplan Conmigo el Plan de paz que el Señor tanto espera.
El mundo aún está sordo y ciego, mas sus corazones están abiertos para Mí, y ustedes, queridos hijos, saben que eso es así y que Yo necesito de sus corazones para cumplir Mis designios sin importar cómo ustedes sean y cuán imperfectos, ante los ojos del Universo.
No vengo aquí a buscar su indignación, su indiferencia u omisión. Vengo a buscar en ustedes lo que en verdad existe en lo profundo de sus seres y que se llama Dios; es en ese Dios que deben vivir en este tiempo por todos aquellos que no lo viven. Y recuerden a Dios, queridos hijos, cada nueva mañana que despierten, porque Dios es olvidado en este tempo por los corazones que no Lo han comprendido ni han aceptado Su Voluntad, que no es la voluntad inferior humana.
Yo necesito instaurar aquí, queridos hijos, un Reino que sería imposible de establecer en estos tiempos, pero que es posible cuando sus corazones se abren para escuchar Mi llamado cada vez que Yo lo anuncio al mundo.
He venido a Cataluña para traerles el misterio de Mi Amor, como ya se los traje una vez cuando los encontré anteriormente en esta misma ciudad para renovar los votos ante el Padre Celestial. Y quisiera, queridos hijos, que en este tiempo fortalecieran esos votos, no solamente por ustedes sino por sus hermanos que están en este camino y también por los que no lo están y han olvidado a Dios, al Padre del Amor y de la Unidad. Si el amor y la unidad viven entre ustedes y trabajan por ese amor y por esa unidad, Mi Plan triunfará en esta humanidad.
No importa lo que suceda a su alrededor, porque Yo estaré entre ustedes para impulsarlos a caminar y a seguir los pasos de Cristo, pasos que en este tiempo todos tienen la opción de dar por la humanidad y por el planeta.
Aún, queridos hijos, no conocen Mis dolores profundos por esta raza, por todas las almas. Aún no conocen lo que significa sustentar la gravedad de estos tiempos y a una raza sumergida en su ignorancia y en su ceguera.
Yo, como la Madre de la Bondad y de la Misericordia abro las puertas a todos los que no lo merecen, porque la semilla crística está en ustedes y en sus hermanos; semilla que nunca desaparecerá y nadie se la podrá quitar. Es la semilla de la unidad y el amor que Yo vengo a regar de tiempo en tiempo con Mis oraciones, Mis palabras y Mis súplicas por ustedes ante el Padre Celestial. Es la semilla que nunca se podrá secar ni deberá perderse de vista. Es la semilla crística que Mi adversario teme aunque desconozca, porque cuando ella brota, florece y da sus frutos, es invencible.
Queridos hijos, hoy Yo vengo a hacerles reconocer su filiación con el Padre Celestial, filiación que es única para cada uno de ustedes, es preciosa y también misteriosa para muchos. Considérense dignos hijos de Dios y la humanidad entera será digna hija de Dios por los pasos que ustedes den en este tiempo hacia Mi Hijo, hacia Su Sagrado Corazón.
No les vengo a pedir, queridos hijos, lo que no Me pueden dar, sino lo que en verdad Me pueden donar de corazón, con sus vidas en cada acto del día, en cada ejemplo de caridad y de bien para con el semejante. Así, queridos hijos, Yo los invito a compartir las miserias del mundo y a soportarlas Conmigo mediante la oración, el servicio y el sacrificio. Sé que muchos le temen al sacrificio porque piensan que sufrirán, pero Yo no les vengo a traer sufrimiento, sino la Paz del Reino Celestial vivida perpetuamente por los ángeles y arcángeles, en cada momento del Universo Divino y Espiritual. Yo les abro las puertas hacia el conocimiento sagrado que se llama Universo Celestial.
Yo quiero que sean conscientes, queridos hijos, de esta tarea tan importante de fundir el Cielo y la Tierra en una sola unidad. Así las puertas a los infiernos de la vida se cerrarán y poco a poco los corazones perderán su ignorancia, porque los velos caerán de sus consciencias y reconocerán que se olvidaron de Dios y se animarán a retornar al camino de Mi Hijo, que es el camino del amor y del perdón.
Sigan adelante a pesar de lo que suceda y recuerden que Yo los considero Mis columnas de luz y de paz en este mundo infiel. Hagan triunfar Mi Corazón en sus vidas y vívanlo plenamente, porque el tiempo ya llegó y es hora de batallar por este Plan de paz en el mundo, mundo que cada uno construye día a día con su actitud, su pensamiento, su sentimiento y su oración.
Unida a ustedes y junto a cada uno de sus espíritus triunfa Mi Plan, y Mi adversario pierde la guerra que tanto quiere batallar. Ya es hora, queridos hijos, de que sean portadores de Mi Paz y de que la transmitan al mundo, esa es Mi principal tarea con ustedes en estos tiempos.
Ahora coloquen en Mi Corazón Misericordioso e Inmaculado sus intenciones. Yo abro Mi Corazón de luz para que depositen sus súplicas, sus invocaciones, sus pedidos al Gran Padre Universal que los ama profundamente y nunca se olvida de ustedes. Depositen en el silencio de sus corazones esas intenciones.
Ahora extendiendo Mis brazos y aproximando Mis manos hacia ustedes, queridos hijos, rezaré por España derramando Mis Gracias sobre ella:
Padre Santo, Soplo del Espíritu,
derrama Tu Luz sobre las consciencias,
que nunca se desanimen de buscarte,
para que puedan encontrar Tu Paz y Tu Verdad.
Fortalece cada chispa de Tu Espíritu
que se ha congregado en torno a Mi Corazón Inmaculado,
para reverenciar Tu Presencia y Tu legado con toda la Creación.
Ángeles del Cielo, Consciencias Mayores,
guíen a las almas por el buen camino
y llenen el vacío de amor que muchas sienten en su corazón.
Viertan el Espíritu Divino de Mi Hijo,
para que ellas puedan vivir en Su Sagrado Corazón
y ser en este tiempo como una estrella
que todo ilumina desde el Universo.
Amén
Yo los bendigo, queridos hijos, y bendigo todo lo que han traído a Mi altar en reverencia y amor. Bendigo la unión que buscan con Mi Hijo todos los días sin olvidarse de Él, su Maestro, su verdadero amor.
Tráiganme aquí la ofrenda de la Eucaristía para que Mis Ángeles la transubstancien en la verdadera materia espiritual y divina que nutre sus espíritus y consciencias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sus esencias consagradas, como rosas de Mi jardín, pueden expresar la honra de sentirse amadas por Dios, a pesar del tiempo de purificación que están atravesando.
Por eso, hijos, día a día, vengo a incentivarlos en el camino de la conversión, algo que deberán trabajar todos los días por medio de una oración sincera y de un servicio verdadero por sus semejantes.
Es de esa forma, hijos, que sus pasos se ampliarán para poder llegar a la meta y así no enfrentarán los abismos de la consciencia, porque su corazón estará tan donado como el Mío a ustedes.
Así, hijos, construyamos en cada interior una gran fortaleza, que estará sustentada por el amor y por la unidad, para buscar siempre la comunión perfecta con el Creador.
Como su Madre les enseño a donarse un poco más todos los días, para que sus consciencias abracen, por amor a toda la humanidad, el camino del sacrificio y de la redención que les ofrece Mi Hijo, así como Él una vez lo hizo por ustedes.
Queridos hijos, hoy los invito a encontrar, a través de la donación inmediata, los puentes hacia la reconciliación y hacia el perdón, algo que toda la humanidad pierde de vista por arrogancia y amor propio.
Amen la simplicidad que, espiritualmente, es mucho más grande que lo que a ustedes les parece.
Sus oraciones son escuchadas cuando sus consciencias abrazan el camino del sacrificio por los otros. Así, una parte de este mundo no se perderá ni sucumbirá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les enseña a donarse de corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Tan infinitos son los misterios celestiales y tan grandiosas las Gracias que reciben en este tiempo, que los Portales del Cielo se abren donde haya un corazón dispuesto a entregar todo por amor a Dios y a Su grandiosísima Voluntad.
Hijos Míos, cuando el alma clama, el universo le envía la respuesta.
Yo estoy aquí para entregarles Mi bendición final en estos tiempos. Estoy aquí porque sus espíritus Me llamaron y, de los planos internos de este mundo, los bienaventurados que trabajan para el Creador por la salvación de la humanidad pidieron Mi auxilio.
Hijos Míos, en este último día de Mensaje mensual, quiero decirles que existen muchos obreros del Señor, santos y bienaventurados, que se dispusieron a permanecer en este mundo para auxiliar a todos ustedes. Estas consciencias, de profundo sacrificio, también vivieron en este planeta con un corazón humano, así como el que portan en el centro de sus seres, pero alcanzaron un grado de perfecto amor, caridad y entrega, y hoy les dejan su ejemplo para que sigan sus pasos.
Mis amados, busquen comprender Mis Palabras con el corazón y a aquellos que sí Me comprenden, les digo que ha llegado la hora de dar un salto en la evolución y, finalmente, vivir lo que por tanto tiempo el universo les enseñó.
¿Cómo hacerlo?
Mis queridos, tomen en sus manos todas las instrucciones que los Mensajeros Divinos dejaron en este mundo y lean en las entrelíneas de cada párrafo. Así, verán cuánto les faltó prestar atención y cuánto aún les falta comprender acerca de esta vida en la Tierra.
Mis amados hijos, quiero dejarles, en estas páginas, infinitas posibilidades de despertar; pero, para eso, deben encontrar el principio de cada impulso que dejo para cada uno de ustedes.
Hijos Míos, al estudiar Mis Palabras, verán el propio crecimiento espiritual; verán cómo Yo los fui conduciendo a una vida que va más allá del intelecto y de la vida material.
Mi Corazón unió a todas las almas, desde las que alimentan solo a la mente hasta las que solo cuentan con el corazón y con la fe. Quiero que aquellos que tanto estudiaron, aprendieron y descubrieron misterios universales puedan aprender a cimentar todo su aprendizaje con la fe y el corazón pleno del Espíritu de Dios. Y que aquellos que solo cuentan con la fe en sus corazones puedan ser ayudados a descubrir, poco a poco, muchos misterios que se guardan en el infinito y en el interior de este mundo. Son tiempos de síntesis espiritual, tiempos de que todos aporten, en la gran mesa de la comunión humana, lo mejor traen en sus seres.
Mis queridos, quiero que sepan que las puertas de Mis Centros Marianos deben estar siempre abiertas a los que vayan y necesiten volver, a los que precisan ir para aprender lo que escogieron y para los que nunca llegaron hasta aquí y que están siendo llamados por la Luz del Espíritu Divino del Creador.
Quiero verlos fuertes y valientes, pero mansos y pacíficos. Quiero encontrarlos decididos, pero comprensivos, para que sepan aportar lo que le falte al que tienen al lado en este tiempo. Quiero que sean el complemento perfecto unos de los otros, para que juntos formen esta gran construcción que los Mensajeros Divinos están realizando.
Esta es la hora de un grandioso paso en la consciencia. Para los que se arriesguen, todo auxilio será dado. Quiero que sepan que, aun los que no tendrían la capacidad de cruzar ese umbral por sí solos, si extienden las manos, serán alzados a un nivel que, por Gracia, podrá ser alcanzado.
Mis queridos, a pesar de todo, jamás dejen de confiar en los Planes de Dios, porque ellos podrán cumplirse, aun con una única alma que diga sí al Creador y viva con amor Su arquetipo perfecto.
Quiero agradecerles por estar, hasta hoy, junto a Mi Corazón y por confiar en Mi Presencia, más allá de todas las dudas que el mundo genera en sus mentes.
Yo los amo y seguiré con ustedes hasta el final de los días.
María, Madre y Reina de la Paz
Hijos Míos,
Antes que se inicie una guerra entre el caos y las fuerzas mundanas, ustedes deben fortalecer sus espíritus con el poder de la oración.
Yo los preparo en este tiempo, como preparé a los apóstoles de Cristo en un tiempo pasado, para proclamar sin miedo la Buena Nueva del Reino de los Cielos, en cualquier tipo de oscuridad.
La vida de los apóstoles de Cristo permitió la salvación de muchas almas y gestó, en aquella época, la posibilidad del despertar que muchos viven hoy.
Por eso llego ahora al mundo, para preparar a aquellos que darán la posibilidad de vida a otros y que sacrificarán la propia existencia, a fin de que otros puedan despertar a las Verdades de Dios.
Hijos Míos, Mi oferta es clara, sincera y proviene del Corazón de Dios. Sé que para muchos parecerá algo doloroso, pero para el corazón que se autoconvoca no habrá mayor mérito sino el sacrificio por los demás, ni existirá mayor victoria que la derrota de su propia voluntad para entregarse definitivamente en las manos del Creador.
Muchos creerán que están listos para vivir esta entrega. Miles pondrán sus pies en esta senda. Pocos serán los que persistirán después de los primeros pasos, después que reconozcan que para vivir los Planes de Dios deberán dejar totalmente los propios planes, incluso la aspiración de vivir para concretar la Voluntad Divina.
Mis amados, Mis Palabras no serán alentadoras para muchos, pero llevarán a tantos otros la fuerza que necesitan para seguir adelante. Los espíritus valientes se fortalecen en las adversidades y crecen en las pruebas que le son enviadas.
Sepan que mi verbo llega al mundo para reclutar soldados y despertar a los que duermen.
Hoy llamo a los que caminarán a Mi lado, a los que lucharán Conmigo para que el Plan de Dios se establezca en la Tierra, y digo que otros quedarán siempre bajo Mi manto, protegidos por la valentía de algunos pocos. No se preocupen, a cada ser le corresponde cumplir una parte en el Plan de Dios. Y si hoy no sienten que están disponibles para vivir una batalla cuerpo a cuerpo, solo manténganse firmes en la oración verdadera y sustenten con el corazón y con el espíritu a los que darán el todo por el Todo.
Mis amados, son tiempos de definiciones, y existen muchos caminos para seguir, caminos que llevan a Mi Corazón. Solo cuiden y vigilen para no engañarse a sí mismos y seguir por caminos que no son los que Dios escogió para sus vidas.
En estos tiempos, cada corazón que se abra verdaderamente será capaz de saber cuándo se está equivocando. Solo deben estar dispuestos a saber toda la verdad sobre sí mismos y permitir que la primera máscara que caiga delante de Dios sea la propia.
Mis amados, no se engañen más, no vivan cosas que saben que no es la Voluntad de Dios. Llegó la hora de vivir las consecuencias de los propios actos y recoger los frutos de los árboles que plantaron a lo largo de sus vidas.
Hoy en día, los frutos de sus acciones madurarán rápidamente. Apresúrense a plantar buenos árboles con buenas y verdaderas obras, sobre todo verdaderas.
No importa que no cumplan con aquello que el mundo espera de ustedes, tampoco con lo que cada uno espera de sí mismo; solo arriésguense a vivir la Voluntad de Dios manifestada a sus corazones, porque la voz del Creador ya resuena en los planos internos, decretando Su Voluntad a los que saben oír.
No desperdicien el impulso divino que llega a sus vidas. Solo caminen, caminen sin mirar atrás, ni para los costados. ¡Solo hacia el horizonte! Sean valientes de corazón y de Espíritu. Yo los sostendré.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
La que los ama y les agradece siempre por escuchar Mi último llamado.
Llamo Mis soldados a los que perseveran en la Voluntad del Señor y la cumplen más allá de sus pequeñas voluntades.
Llamo Mis compañeros a aquellos que siguen a Mi lado, bajo cualquier circunstancia, y que dicen sí a Mi Plan de Amor y de rescate de las almas, aunque no sepan qué Plan es este y cómo será llevado adelante.
Llamo hijos predilectos a aquellos que reverencian a Dios por sobre todas las cosas y que, dentro de su imperfección, se entregan al desconocido Universo del Padre Celestial.
Hoy, convoco a los corazones para que se consagren a la Voluntad Mayor, pues los tiempos ya no serán fáciles para las consciencias, y las almas serán probadas por el enemigo como jamás antes lo fueron.
Hoy, los convoco para que consagren sus vidas, sus almas y sus espíritus; para que renueven el compromiso que sellaron Conmigo desde el principio y que lo vinieron a consumar en este tiempo.
A los que Me siguen, les oferto el sacrificio, y la recompensa que reciben es la salvación de las almas.
A los que Me siguen, les oferto la renuncia, y lo que reciben a cambio es la pureza del mundo, que será rescatada por las pequeñas obras de estos corazones.
No coloco grandes tesoros materiales en la mesa de aquellos que Me siguen. No les ofertaré el confort ni el descanso, en esta vida ni en la otra.
Pero hay algo en esta mesa que no hay en ninguna otra, algo que trasciende el cansancio, algo que trasciende las riquezas de la Tierra, algo que trasciende la materia, algo que no es de este mundo.
Esto que les oferto es único, es simple, es invisible, es intocable y es también inmutable.
Esto que les oferto abre las puertas del universo y colma los mundos, las estrellas, los espíritus y las consciencias.
A los que hoy se consagran a Mi Corazón, les oferto el Amor y les presento a Mi Hijo para que sea su Rey por toda la eternidad.
Mis pequeños hijos, hoy solo les digo que los reuní bajo Mi Manto para depositar en sus corazones Mi Amor y para decirles, bien cerquita de sus corazones, que jamás se olviden de que estoy aquí, y de que por más que les oferte el sacrificio, les oferto también Mis brazos, hacia los que deberán caminar eternamente.
Los ama,
María, Reina de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, una vez más, en Mi visita espiritual a Medjugorje, Yo les pido que reconozcan la presencia de Mi Paz en vuestros corazones. Mi Amor quiere convertir vuestras almas en un jardín de rosas y en un inagotable manantial de paz.
Hijos Míos, aceptando este llamado de Mi Corazón Materno, en ustedes no existirá más dolor, para que así nazca de nuevo el Amor del Redentor.
Queridos hijos, quiero que vuestras consciencias ya no reclamen más por las dificultades y por las pruebas de la vida. Yo los invito a permanecer en Mis brazos Maternales para que caminen en el sacrificio.
Pequeños Míos, el mundo está cargando con mucho dolor, por eso, ustedes deben ser verdaderas emanaciones de Mi Paz sobre la faz de la Tierra.
Queridos hijos, para corregir el pasado, las pruebas o el dolor, deben entregar vuestras vidas a las Manos del Creador. De esa manera, en nombre de todos los que no oran, no adoran y no aman a Dios, ustedes estarán haciendo una importante entrega de vuestros corazones al Altísimo.
Caminen, en este tiempo, bajo la Valentía y el Amor de Cristo, porque vuestros corazones misioneros ahora deben darlo todo por la humanidad.
Sonrían a la vida que Dios les ha dado con tanto amor; agradezcan desde el corazón y sirvan en paz a los más necesitados mediante la oración y el servicio del corazón. De esa forma, las torres de la paz se erguirán desde la Luz de vuestros corazones.
¡Les agradezco por estar viviendo Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos Míos:
Si se han lanzado a la oración por todas las almas, es señal de que se debe continuar el camino. Nadie pierda la esperanza de compartir el camino del sacrificio para que, así, cada hijo pueda reconocer que en la verdadera entrega está la salvación del corazón.
Cada paso que es dado debe estar en las Manos de la Voluntad de Dios; así sus vidas podrán reconocer las señales de Misericordia que Él, en Su Gloria, les enviará.
Estoy aquí, entre vuestros corazones y el mundo para sanarlos de todo mal, perturbación o dolor. Por eso crean en el poder del perdón que Dios Me ha entregado como Gracia para ser derramado sobre ustedes, Mis pequeños niños.
Alegren la vida delante de cada prueba que el Todo les envía. Es preciso madurar para expandir la humildad en el corazón. Así se protegerán del mundo y podrán, junto al acto amoroso de la oración, corregir las indiferencias de la vida para que ella sea consagrada al Dios Creador.
El Altísimo los tiene a todos en Su Reino, pero es necesario que perdonen y que sean perdonados entre ustedes como humanidad, como familia y como seres amados. Eso aliviará el peso de la traición que muchos corazones viven por prevalecer la competencia.
Si estuvieran constantemente en oración, el Cielo daría todo por resuelto. Y si ustedes confiaran en lo que Dios dicta a sus corazones, estarían difundiendo Mi Reino de la Paz.
Todos Mis hijos deben llegar a vivir la conversión del corazón. Si ustedes convierten lo que aún no se ha convertido, convertirán al mundo entero en Luz, y así Mi Inmaculado Corazón triunfará.
No teman, soy la Madre de la Paz.
Los adoro profundamente.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más