MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo:

Haz de tus luchas internas un camino para profundizar tu unión con Dios y tu madurez como ser humano y espiritual.

Que en tus dificultades más profundas no busques llenar tus vacíos con lo que es aún más vacío, que son las cosas del mundo.

Busca el alivio de los dolores, la cura de tus temores, la respuesta a tus cuestiones internas, la plenitud para tu vacío, siempre en Dios. Busca a tu Creador en el silencio, en la oración, en el canto, en la respiración, en el servicio, en la propia vida.

Encuentra al Padre Celestial en aquel que sufre, en los más necesitados, en aquellos que tienes a tu lado, tus hermanos de camino, tus compañeros.

Encuentra al Padre Celestial en la naturaleza, en el aire que respiras cada día, en el silencio, en el misterio que hay en tu interior.

Encuentra al Padre Celestial en la fuerza que te viene de adentro para tomar una decisión, para no permanecer en infantilidades, para no caer en las mismas tentaciones, para no cometer más los mismos errores y cambiar.

Encuentra a tu Padre Celestial en la respuesta de amor que puedes sentir, aunque sea por un segundo, en la gota de agua que cae del cielo en el desierto de tu corazón, y que puede no saciar tu sed, pero si te da una esperanza.

Y así, hijo, haz de cada prueba una dádiva, una oportunidad de encontrar a Dios y crecer.

Ora y sirve. Descubre que sirviendo en las cosas más simples también encuentras plenitud, porque no se trata de emprender grandes misiones, sino de salir de sí mismo para amar, y que el amor lave tus ojos y te haga percibir la vida de una forma diferente.

Ora y haz de tu vida una oración. Así encontrarás la paz.

Tienes mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando sientas en tu camino el peso de los errores del pasado que, como un asedio, el  enemigo te entrega para detener tus pasos, solo pon tus ojos sobre la Cruz, sobre la Eucaristía, sobre el Corazón de Cristo y permanece allí. 

En la Cruz, hijo, tus pecados más profundos fueron perdonados. En la Cruz, tus mayores errores fueron justificados. 

En la Cruz no solo está la memoria del perdón, sino también el perdón vivo y eterno que se renueva, de tiempo en tiempo, cuando un corazón sincero es capaz de arrepentirse por los méritos de la Cruz de Cristo.

Sin embargo, en la Cruz no se encuentra solo el perdón de tus pecados, en la Cruz se encuentra también tu camino. En ella se escribe el manual para tus próximos pasos, para que no vuelvas a pecar, para que sepas por donde ir. 

En la Cruz, descubres el perdón de Dios, pero también la forma que tu Creador te concede de hacer fecundo ese perdón. A través de la entrega, de la humildad, del sacrificio y, por encima de todo, del amor sin condiciones es que imitas los pasos del Cristo del Calvario, es que bebes del Cáliz que Su Padre le ofreció para restituir la Alianza entre Dios y los hombres.

Es allí, hijos, a los pies de la Cruz, que tu camino comienza. Pero es cuando Tu Señor desciende de ella y asciende a los Cielos que tu eres llamado a multiplicar los dones de tu redención, dando testimonio del Amor que te curó y que está siendo derramado constantemente sobre el mundo, del Corazón de Cristo hacia todos los que saben buscar y encontrar los méritos de la Cruz.

Por eso, cuando el enemigo coloque delante de ti tus errores y pecados, que tus ojos se vuelvan hacia la Cruz, que tu corazón recuerde que ya fue perdonado y que ahora se trata de seguir los pasos de tu Señor, Cristo Jesús. 

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Existen tantos diálogos con Dios como milésimas de segundo en el tiempo del mundo. A cada instante, un alma entra en diálogo con su Creador, se confiesa, le expone sus necesidades y deseos, sus pesares y alegrías, sus quejas y agradecimientos, su silencio y su canto, sus angustias y su paz. Y aun los que dicen no creer en Dios entran en diálogo con el Señor, sus almas van más allá de cualquier incredulidad, porque el diálogo con el Creador es algo natural como respirar y vivir.

Cada diálogo que les conté trae un impulso para que sepan que Dios no solo escucha los cuestionamientos más profundos de sus almas, sino que también que responde con Sabiduría, Compasión y Amor a cada uno de ellos. Por eso, hijos, tendrán no solo que hablar y hablar delante de Dios, sino también silenciarse para escucharlo.

Orar es entrar en diálogo con el Creador, y un diálogo es hecho de verbo, pero también de silencio. Entonces, dispongan sus corazones para que Dios también encuentre espacio en sus almas para hablarles, para que sea Él quien inicie el diálogo, para que corrija sus vidas, los inspire y los guíe, les indique el camino y les enseñe a retornar cuando estuvieran recorriendo el camino errado.

Hay en su interior un puente hacia el Corazón del Padre, puente que debe estar siempre pronto, siempre uniendo las dimensiones, siempre creando vínculos entre el Creador y Sus criaturas.

Así, hijos, podrán escuchar a Dios y no dudarán de que es Él quien les habla al corazón. Dios transmite Paz, Humildad y Misericordia, pero habla también con Rectitud, con Justicia y con la Ley. En todo, sientan Su Profundo Amor por la vida.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El ser humano despierto es como un granito de arena frente al mar.

Mientras dormía, estaba distante del agua y, en el desierto de su sequedad interior ni siquiera podía concebir la existencia del océano.

Hasta que un día, el Soplo del Espíritu de Dios toca su corazón, mueve su vida y lo empuja hacia la orilla del mar. Allí, ese granito de arena comienza a comprender la inmensidad de la vida y de la Creación.

Comprende que no todo es desierto y sequedad, sino que existe un océano. Él lo ve, siente el frescor de sus aguas, pero solo imagina cómo es la vida en su interior.

Hasta que un día, el Soplo del Espíritu de Dios nuevamente lo mueve, lo empuja y transforma su vida, de forma que lo aproxima más al agua.

Cuando Dios impulsa al mar de la Creación y les da una Gracia a los pequeños granos de arena, una ola se aproxima a ellos y, por algunos instantes, los pequeños granos se ven sumergidos en las aguas del océano.

Aquel, que ve el océano desde arriba, sabe que ese granito solo conoce la espuma suave de un gran impulso de Dios y que la Fuente de ese impulso es un océano inmenso y lleno de vida.

Pero, el granito, sumergido por algunos instantes en el agua, piensa que ya conoce el océano, que sabe cómo es la vida en su interior y que comprende lo que es estar sumergido en las aguas de la Creación.

Pero, en verdad, hijos, un grano de arena solo conoce el océano cuando es llevado hacia sus profundidades; y, después de experimentar la vida en su interior, ese granito se disuelve, tornándose el mismo océano en la inmensidad. Es entonces que podrá saber la verdad de la Creación, porque será parte de ella.

Hasta que llegue ese momento, el granito recorre un largo camino, en el cual se abre al Espíritu de Dios; y Él lo mueve, lo transforma, convierte su vida y sus estructuras más profundas, desconstruye sus certezas y le muestra una nueva verdad.

La verdad es siempre la misma, pero ella se amplía, se profundiza y se enriquece, hasta que la consciencia pueda no solo comprender algo, sino también ser parte de eso. En ese momento, ya no habrá necesidad de comprender, y todo estará cumplido.

Pequeños granitos de arena frente al mar: dejen que las olas de los impulsos divinos los lleven cada vez más hacia adentro del océano del Corazón de Dios y, en cada nuevo impulso, disuélvanse en Él, hasta que llegue el día de fundirse en Él eternamente.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A veces pareces caminar y caminar, y que tu espíritu se aleja de Dios.

A veces sientes que te esfuerzas y te quiebras, y tu corazón retrocede en el amor. 

Hoy, hijo, vengo para decirte que la condición humana es profunda y con muchas capas a ser transcendidas, cada vez más hondo dentro de tu ser. Es un camino largo, hecho de muchas etapas, en las cuales tu corazón debe madurar, pero también dejarse inflamar por el Amor de Dios.

Cada oferta que haces, cada entrega que realizas, abre dentro de ti un nuevo espacio para ser curado, liberado, transcendido. Son las antesalas de tu castillo interior, estas que resguardan tu esencia y sus misterios.

Vive cada etapa de tu entrega, profundizando en tu unión con Dios. Deja que tu alma sea amiga, hermana, compañera, esposa de Cristo, hasta que un día se funda en el Señor y ya no haya límites para Su Amor dentro de ti.

Camina, aun pareciendo que nunca llegarás.

Sabe que esta es una caminata profunda, tanto hacia adentro como hacia el infinito, y no detengas tus pasos.

Fija tu mirada en Aquel que te llama. Y que todos los obstáculos, resistencias, todos los dolores de las capas arrancadas, todos los pesares de los muros derrumbados, se sustenten en el Corazón que tienes delante de ti, en el horizonte de tu entrega, tu inicio y tu fin. Así crecerás en espíritu, pero también en amor.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Una segunda etapa del desierto, que los seres viven en otro momento de su evolución, es estar en el desierto, hijos, en los brazos de María Santísima. 

Después de vivir el desierto interior, después de experimentar el vacío y el Encuentro, después de vivir el calvario de estos tiempos, llegará un desierto aún no vivido por ninguna alma, porque es el desierto espiritual que cruzarán en este momento del planeta, el desierto profetizado en el Apocalipsis. 

Su Madre Santísima cruzó y sigue cruzando muchos desiertos espirituales. Ella es conocedora de las almas y de sus caminos. Es Aquella que llevó las Palabras y los Dones de Cristo por los cuatro puntos del mundo y, por eso, conoció profundamente la condición humana y todos los caminos que los llevan a Dios.

Por eso, hijos, María Santísima es Aquella que conoce cada grano de arena de los desiertos espirituales que los conducen a Dios.

Allí, en donde todos los seres se confunden, se pierden, se desesperan, su Madre Santísima los coloca en Sus brazos y, segura de Su camino, cruza los vacíos y la soledad, y llega a Dios.

En el desierto, hasta aun Su adversario se ve confuso. Él persigue a las almas que están perdidas, pero no sabe encontrarlas cuando están en Dios. Por ese motivo, su Madre Divina recorre el desierto y toma a las almas perdidas en Sus brazos, una a una, para conducirlas a su destino.

Por eso les digo que, en estos tiempos de confusión y oscuridad, en el Apocalipsis y en el Armagedón del planeta, busquen a su Madre Celestial. Déjense encontrar por Ella y ríndanse en Sus brazos, porque cuando todo parezca perdido, Ella sabrá el camino; cuando ya no puedan caminar, Ella los tomará en Sus brazos y será bajo Su protección y sabiduría que ustedes llegarán a Dios.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando un ser ingresa en el desierto, aunque simplemente haya tocado su arena y sentido su calor, ya no puede caminar hacia atrás.

El desierto puede parecer peligroso, lleno de sufrimientos y padecimientos. Pero hoy les digo que no hay mayor padecimiento para un alma que ingresar en el desierto y no profundizar su experiencia en él, no rendirse a Dios y descubrir sus misterios.

El alma que pisa el desierto, pero no camina por él, sino que queda presa de sus temores, no suelta las muletas que apoyaban sus pasos ni descubre en ellas su verdadero apoyo y tampoco sabe lo que es caminar con los propios pies. 

Esa alma vencida por sus temores, sin querer soltar los afectos, las sensaciones o el pasado en sí, termina buscando, en más muletas y más cadenas, las sensaciones que no encuentra con las que tiene en sus manos y con las que están presas a sus pies.

Esa alma se torna prisionera de sí misma, cada vez más vacía, más esclava y más temerosa, simplemente por no conseguir rendirse al infinito del desierto que se presentó frente a ella. 

Dios los llama a madurar en el desierto, a dejar las emociones humanas para descubrir y consolidar el corazón en el Amor Crístico. Pero para eso, hijos, necesitan soltar las muletas, quebrar las cadenas, experimentar el vacío y caminar en él, aunque no sientan una base bajo los propios pies.

Esto se llama experimentar la fe.

No sean esclavos de sí mismos. Reconozcan que no hay otro verdugo sino el orgullo, la vanidad y la ignorancia de los corazones que creen que están más seguros cuando están llenos de sí, pero no perciben que ni siquiera se conocen a sí mismos.

Les dejo Mi bendición para que clamen por liberación y la vivan.

Si sienten que sus pies están en las arenas del desierto, caminen y no detengan sus pasos. Consoliden la unión con Dios y fortalezcan la propia fe. Esto los hará verdaderamente libres.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Caminar por el desierto y ser vencido por el Poder de Dios no es ser indiferente con la vida o con el prójimo. El desierto los lleva a conocer a Dios para que sean capaces de encontrar a toda criatura y a toda vida dentro del Creador.

El desierto es un encuentro.

Después de cruzar el vacío, la aridez y la soledad; trascendidas las primeras etapas del desierto, purificado el corazón y rendido a Dios, que es su única y última Fuente de agua pura, los corazones viven un Encuentro. En Dios descubren la verdad, la pureza y la Vida misma que contiene en sí a todas las criaturas.

El desierto es un camino para encontrar, de verdad, al prójimo. Al conocerse a sí mismos, despojándose de las apariencias, de las muletas, de las cadenas, van a comenzar también a ver con ojos transparentes. Cruzando el desierto y encontrando a Dios, podrán percibirlo en todo y en todos, descubrir Su Amor revelado en las esencias de los hombres

Cuando un corazón vive en la aridez, no es porque está cruzando simplemente el desierto, es porque pisó el desierto. Pero necesita caminar en él, dejarse transformar por él, vivir el vacío y también el Encuentro.

El desierto es hecho por etapas, descubrimientos, experiencias profundas e internas que hoy deben ser comprendidos. Si sus corazones sienten aridez, vacío, tentación, soledad, profundicen en lo que viven y lleguen a la rendición, a la revelación de la fe.

Dejen quebrar sus muletas, sus cadenas. Dejen por el camino los apoyos humanos e, inclusive, los espirituales que se manifiestan como virtudes y destrezas, y permítanse ser nada.

Sigan desierto adentro por un largo camino que es vaciarse.

Siéntanse suspendidos en la nada y, al mismo tiempo, muy próximos a tocar a Dios.

Es el Encuentro con el desierto lo que los fortalece para renovar el Amor de Dios. Si no hay desierto, no hay Amor Crístico. Pero no les hablo solo de tocar con los pies las arenas calientes y sentir su aridez; les hablo de saberse en el desierto, aceptarlo, adentrarlo, vivirlo plenamente.

Por eso les hablo sobre el desierto, no para traerles aliento, sino para traerles valentía. Valentía de ser nada.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cada ciclo trae consigo un camino a recorrer, y los caminos se hacen largos o cortos, dependiendo del ritmo de los pasos del caminante.

El camino hacia el vacío se puede hacer largo y doloroso, si el caminante permanece en él lentamente y no acepta los cambios de los tiempos, las pruebas que llegan y todo aquello que el Universo le entrega para que llegue más rápido al fin de ese ciclo.

Este camino se torna corto y rápido cuando el caminante hace de su vacío una oportunidad para dejar que nuevas leyes permeen su ser; cuando permite que el vacío que hay en su interior sea colmado por Dios y se revele completo por la Presencia Divina.

El vacío, hijo, es un estado de consciencia de transición, en el cual ya sabes lo que no eres, pero aún no sabes la verdad sobre ti y sobre la vida. Entonces, ya no te colmes ni de ti ni del mundo, si aún no descubriste qué es lo que habita en ti, y de lo que eres parte, cuál es tu todo.

El vacío es un momento de definición, entre la caída en el abismo y el salto al Infinito. Por eso, vive el vacío con fe, con las manos siempre extendidas hacia lo Alto. Vive el vacío con fe, con los ojos volcados hacia adentro. En algún momento de esa caminata, tu vacío se revelará pleno, y tú te descubrirás parte de todo, del Todo, de Dios. 

Mis palabras, entonces, se volverán escasas para explicar lo que experimentas y vives, y todo quedará claro como el sol y pleno como la Sabiduría que proviene de Dios.

Ya llegará el ciclo de la revelación y de la liberación de la ignorancia. Mientras tanto, camina con fe hacia arriba y hacia adentro.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

No tengan miedo de dar un salto en dirección al vacío.

No tengan miedo de corregir sus caminos y recomenzar.

No tengan miedo de dar lo mejor de sí por amor.

No tengan miedo de dejar de lado los propios pensamientos, sentimientos, angustias y alegrías para superarse a sí mismos, en nombre del dolor que el planeta padece en este tiempo.

No tengan miedo de entregarse y de descubrir la plenitud que no se basa en las satisfacciones humanas. Encontrar la vida superior es también transformar el sentido de la alegría y de la plenitud, transformar lo que los satisface y dejar que sus seres encuentren la paz de servir a Dios y al entregar todo de sí, al descubrir que se pueden olvidar de sí mismos por un planeta que sufre, por un Plan a cumplir, por un Amor Divino que se debe renovar.

Miren hacia la Cruz todos los días; contemplen el Amor absoluto de su Señor. En él se encuentra la llave para la cura de todos los pecados, para la trascendencia de todas las miserias, para la entrega de todas las resistencias.

Transformarse, en este tiempo, es dar un salto al vacío y a lo desconocido. Descubran un servicio que no vivieron, un amor que no sintieron, una entrega que no conocieron. Esto comienza, hijos, queriendo, luchando y afirmando la propia superación todos los días.

Tienen Mi bendición para esto.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Coloca tu corazón en el Corazón de Dios para escuchar Mis palabras y que ellas sean fecundas en tu interior.

Sé, hijo, que todos los días te hablo sobre elevar tu consciencia hacia lo Alto y tu pensamiento hacia Dios, pero que tú solo ves a tu alrededor los confusos e infinitos enredos de la vida humana y, dentro de ti, solo ves la batalla constante por estar en el camino de la evolución como te corresponde.

Sé que todo te parece distante y que la Sabiduría y el Conocimiento universal son para ti una esperanza, pero no una realidad. Mas, hoy te digo que en este ciclo vengo para que la Vida Superior deje de ser una esperanza para el futuro y pase a ser una realidad en el presente.

Vengo a enseñarte a estar en este mundo sin pertenecer a él y a comprender la vida desde una perspectiva más amplia que los horizontes que tus ojos pueden ver.

Solo te pido que te dediques a meditar en Mis palabras por un instante, todos los días, y dejes que ellas, por si solas, impregnen y transformen tu consciencia, así como un gran lago que al estar vacío va siendo colmado, gota a gota.

Si Yo te digo: "Piensa en Dios y contempla en tu interior el Infinito", haz eso. Y deja que, en ese segundo, el Creador sea una Consciencia viva en tu interior.

De esa forma simple, experimentando cada día algo de lo que Yo te digo, verás cómo la Vida Universal ingresará en ti y tú en ella, como partes uno del otro, y todo en Dios.

Yo te bendigo y agradezco por seguir, día a día, aquello que coloco en tu interior.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¡Oh alma que aspira a consagrarse cada día más a los Planes Celestiales, déjate llevar por los impulsos y no por la impulsividad!

Reconoce la diferencia entre las corrientes poderosas que provienen del cosmos y que te invitan a dar un paso concreto y preciso, y las corrientes desenfrenadas de la mente y de las emociones, que te llevarán a buscar un camino que no es para tus pies. Medita con el corazón y no elucubres.

No pronuncio estas palabras para confundirte en tus decisiones, porque en verdad ya estás lo suficientemente madura para percibir la diferencia entre impulso e impulsividad. Solo te digo esto para que estés atenta y no pierdas jamás tu disposición de seguir adelante, sino que tu ímpetu por caminar te lleve a la meta correcta que Dios pensó para ti.

No es más momento de lanzarte en caminos inciertos por no meditar y no sentir la dirección por dónde ir. Pregúntate antes de dar tus pasos y no respondas con la mente lo que le corresponde al corazón decidir.

Persevera en la meta que Dios tiene para ti y no te resistas a seguir Su Voluntad. Si te alegras con la Voluntad de Dios, tu vida podrá ser pleno regocijo interior. Y, aunque vivas alguna dificultad, nada retirará de ti la alegría de vivir lo que te fue destinado.

Aquel que te alerta para que des pasos precisos en estos tiempos de definición,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Renueva tu consagración a Dios todos los días y entra en el eterno movimiento de los ciclos universales.

Renuévate delante del Creador para que Él te conduzca por nuevos caminos internos y jamás te acomodes a los pasos que ya conseguiste dar.

Reconoce lo infinito delante de ti y cuánto te falta crecer mucho más allá de esta vida. Reconoce en el vasto universo las infinitas dimensiones creadas y que cada una de ellas exigirá de ti un determinado aprendizaje, que te hará crecer y unirte cada día más a Dios.

Hijo, lo que la humanidad llama contemplación y unión con Dios, en esta dimensión material, no es nada más que una aproximación a la grandeza del Creador, una experiencia con Su Divina Luz. La contemplación es el acto de reconocer la existencia de Dios y de aproximarse a Él, pero aún le falta a tu corazón y a tu consciencia humana para que ella sea Una con Dios en su origen.

Ese camino se construye y recorre poco a poco. A medida que el ser se vacía de sí mismo y de toda necesidad de explicar y comprender lo que experimenta; a medida que se vacía de los conceptos conocidos por su mente, comienza a ser impregnado por otras leyes y vibraciones que no pertenecen a este mundo y que son palpables para el corazón humano, pero incomprensibles para la mente.

La aproximación y la aceptación de leyes sublimes va logrando que las puertas para otros grados de evolución se abran delante de la consciencia, que solo después de cruzar esas puertas y experimentar esas leyes podrá sentirlas y comprenderlas, pero no explicarlas.

Los hombres no pueden explicar lo que viven en los niveles superiores porque la materia que compone la mente humana no es afín con esa vibración sutil; pero hijo, el corazón, que es semejante al Creador de todas las cosas, sí puede comprender y vivir todas las leyes.

Así como el Señor es ilimitado en Su existencia, así también es el corazón de los hombres. Pero ese corazón necesita expandirse, cruzar umbrales y romper barreras, trascender límites y tendencias humanas, dejar de ser tan cerrado y abrirse al cosmos que, para él, es inexplicable y comprensible al mismo tiempo.

Para llegar a ese estado de unión con la vida superior, que es algo más que una experiencia contemplativa, hijo, es necesario que te renueves todos los días y, al percibir que estás estancándote o retrocediendo, busques siempre una forma de despertar y de avanzar.

Por eso vengo al mundo para impulsar al corazón humano hacia el infinito y llevarlo a una vivencia de lo que él verdaderamente es.

Déjate ser guiado e impulsado por estas palabras. Si no las comprendes, solo siéntelas y deja que ellas por sí solas, vivas como son, trabajen dentro de ti.

Tu padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESUS

Hijos:

¿Por qué piensan en el pasado?

Olvidar el pasado no es ser indiferente a lo que se vivió ni ignorar todo lo que experimentaron como consciencias. Olvidar el pasado es asimilar en el interior los buenos frutos de las experiencias que los hicieron crecer como seres humanos y, a partir de ahí, dar nuevos pasos, elevando aquello que no estuvo bien en sus vidas.

Cuando ustedes dejan el pasado en el tiempo que le corresponde y no intentan perpetuar una acción ni una experiencia que ya no existe, están dando una oportunidad para trascender ese estado de consciencia que llaman pasado.

Todas las experiencias positivas deben servir de base para que el ser alcance nuevos escalones evolutivos, pero sus ojos no deben estar fijos en los propios pies, sino en lo alto de la gran escalera.

Quedar preso al pasado, hijos, es como estar subiendo una gran escalera que los lleva al Reino de Dios y detener el caminar para fijarse en los detalles de los escalones que pisaron o que siguen pisando. Si, por el contrario, ustedes liberan el pasado y sacan los pies de esos escalones, caminando con pasos firmes, darán lugar a otros, que vendrán detrás de ustedes, para que suban esa escalera.

Muchas veces, hijos, atarse a situaciones y personas del pasado, por querer perpetuar su presencia en una coyuntura que no les corresponde más, es como estar parado en medio de la escalera, queriendo hacer que su presencia allí sea eterna; creyendo que así ayudarán a los demás cuando, en realidad, es caminando y subiendo los escalones como pueden ayudar al prójimo, porque liberarán el camino para que otros puedan subir.

Caminen, hijos, y no miren para atrás. No cuenten cuántos escalones subieron o con qué detalles fueron hechos. No se detengan en la escalera, no se distraigan de la meta que el Creador tiene para ustedes. Den los pasos y dejen que Aquel que sabe todas las cosas encamine a los que no pudieron acompañarlos. Acuérdense que el mayor servicio es evolucionar. Si evolucionan como consciencia, ustedes lo harán como humanidad y, si lo hacen como humanidad, lo harán en nombre de todo el universo y de toda la Creación.

Contemplen un propósito mayor y no se pierdan más en las distracciones de un tiempo que pasó.

Su padre y amigo, el que los impulsa al eterno presente,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Durante Su agonía, Jesús pudo ver y sentir, en Su Sagrado Corazón, todos los males que padecería a lo largo de Su Pasión y también a lo largo de los siglos de la existencia humana para sustentar a humanidad en este planeta. Aun así, Él eligió vivir el Amor, el Sacrificio y la Entrega, porque en Su Corazón mucho mayor que el temor, era el Amor por los Planes de Dios.

Su Voluntad era una con la del Padre y no había sentir humano que pudiera separarlo del Creador. Incluso ante la tensión y el temor inmenso, que hicieron que los vasos sanguíneos de Su Cuerpo se rompieran y Él sudara sangre, el Señor no se detuvo en la debilidad del cuerpo y, a partir de ahí, afirmó Su fortaleza en el Espíritu.

Lo que padecía en la materia, a pesar de ser difícil y doloroso, ya no desviaba la atención de Jesús. Su meta estaba en Dios y, trascendiendo lo que sentía Su Cuerpo, abrazó la Cruz, que era el propósito de Su Espíritu.

La Pasión de Cristo, hijos, no es solo para ser contemplada, es para ser vivida y renovada por todos los que dicen ser Sus soldados, Sus compañeros. Aunque no sean martirizados ni muertos en la cruz, pueden valerse de todos los principios espirituales vividos por Cristo y atraer hacia sus vidas todas las Enseñanzas que Él dejó con Su ejemplo.

Ustedes deben aprender a permitir que la consciencia trascienda los hechos y los acontecimientos y se sumerja en la verdadera esencia que mueve todas las acciones divinas. Solo así podrán aprender a actuar como hijos de Dios y serán dignos de representarlo en este mundo, cuando Su Voz se silencie y a los propios hombres les corresponda guiarse los unos a los otros.

Muchos quieren saber con detalles lo que sucederá en los últimos tiempos, en su prueba final, pero ¿quién perseverará al saberlo? ¿Quién continuará al lado de Dios, sabiendo que lo aguarda una cruz eterna? ¿Quién trascenderá los padecimientos del cuerpo para transformar todo dolor que pueda vivir en perdón y en triunfo de Dios?

La Pasión de Cristo es revivida cada año por la humanidad para que los códigos dejados por Él los despierten al propio camino espiritual y puedan obtener del ejemplo del Maestro la inspiración que necesitan para dar sus pasos sin titubear.

No solo sufran por el sacrificio de Cristo, o solo lo admiren; no lo glorifiquen solo porque Él haya hecho algo que ustedes piensan que jamás serán capaces de hacer. Glorifíquenlo, porque Él les mostró el Camino y porque harán del Sacrificio de Él la fuerza para no desistir de cumplir los Planes de Dios, aunque estén frente a la muerte.

Este es el verdadero motivo para recordar la Pasión de Cristo: aprender a amar como Él amó y seguir Sus pasos.

Aquel que los ama y los instruye siempre,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mis amados compañeros:

Este es un mensaje de paz y de redención para el mundo, así como todas las palabras que pronuncié en los últimos tiempos.

Renueven todos los días sus compromisos con Dios y con la superación de sí mismos, porque, en estos tiempos, cada día traerá un desafío mayor, interno o externo, que sus corazones necesitarán vencer.

Cuando un alma decide ingresar en un camino de consagración de la vida al Propósito Evolutivo de Dios, será probada a cada instante y pulida como un diamante en bruto, hasta que llegue a la máxima expresión de su esencia.

Es por esto, queridos, que muchos sienten que, después de haber comenzado a recorrer un camino más profundo de entrega, no pueden más superar ciertas pruebas que antes les parecían tan simples. Yo les explicaré porqué sucede esto.

Cuando ustedes están en el camino espiritual superficialmente, sus dificultades también son superficiales y Dios no les exige más de lo que pueden dar. Entonces, muchas veces ustedes piensan que han superado algún aspecto negativo propio, cuando en realidad, lo cerraron con tapa de hierro en lo profundo de la consciencia, como una forma de no encontrarlo, y viven como si él no existiese.

Pero cuando asumen una consagración más amplia y emiten para Dios un sí, para que Él opere en ustedes, entonces el Señor levanta, con Sus propias manos, todas las tapas de hierro de la consciencia y deja que, por sí solos, esos aspectos ocultos prueben y transformen al ser.

De esa forma, ¡ustedes ven que la preparación para los tiempos que vendrán y el fortalecimiento de la consciencia no se producirá al hacer un curso de socorrista ni leyendo muchos libros! La preparación para estos tiempos proviene de la propia consciencia, porque aquel ser humano que es capaz de superarse a sí mismo y transformar su propio lodo, por amor al Plan de Dios, será capaz de perseverar ante cualquier acontecimiento del mundo, porque en su interior ya reina su esencia, que es una con Dios Padre.

Yo les dije que este era un mensaje de paz, porque deben estar en paz delante de su purificación y vigilarse mucho.

Si cometen errores, pidan perdón; si no se entienden, reconcíliense; si tienen resistencias con alguien o con alguna cosa, enfrenten eso, vayan a su encuentro y amen. Si están cansados, supérense; si tienen dudas, obedezcan; si están angustiados, oren; si piensan mucho en sí mismos, sirvan al que está más cerca.

Si quieren vivir según los Planes de Dios, escúchenme y sigan Mis palabras.

Su padre e instructor,

San José Castísimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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