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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo como la Luz del Amor de Dios para penetrar en el corazón de Mis hijos, para llevarlos una vez más hacia el Padre Celestial porque Él aún espera tenerlos en Sus Brazos.
Lleguen a Mí, queridos hijos; así como hoy Yo llego a ustedes, Mis amados hijos, para volver a bendecir a esta nación y a este pueblo, Proyecto Precioso del Arca de Dios para el fin de estos tiempos, para los Mil Años de Paz.
Por eso, dejen a Mis Pies todo lo que los hace sufrir o padecer. Yo vengo a hacer renacer sus almas y corazones. Yo vengo a traerles, a través de Mi Corazón, la Presencia de Cristo para que recuerden, Mis amados, que siempre lo deben encontrar en la Santa Comunión, para que el Sacramento de la Fe y de la Renovación inunde sus almas y corazones, y haga de sus consciencias seres de pacificación que reciban en apertura el Llamado del Padre Eterno.
Yo estoy aquí, hijos Míos, y Soy la Madre de Brasil. Les agradezco por hoy estar aquí, respondiendo al Llamado de Dios a través del llamado de Su Madre Celeste. Sigan rezando por esta nación y por este pueblo, así como Mi Hijo se los ha pedido en los últimos días.
No teman, tengan fe y confíen. Este Proyecto de Brasil, que es el Arca de Dios, no desaparecerá del Corazón del Padre y menos aún del corazón de Mis hijos si creen en el Proyecto de Dios.
Recuerden lo que Mi Hijo les dijo, en los últimos días, que Brasil es un país de brazos abiertos y de un corazón muy grande y noble. Desde los orígenes de este pueblo, de esta tierra, Dios colocó aquí Su Edén que ha sido transgredido por el hombre de superficie, que ha lastimado y ultrajado los Reinos de la Naturaleza.
Pero hoy ustedes, Mis hijos, que tienen la Gracia de ser conscientes y de estar despiertos, no solo recen por este pueblo amado y querido por Mí, recen también por los Reinos de la Creación.
El ser humano de superficie no puede vivir sin la naturaleza, sin los océanos, sin el amanecer. Imaginen un planeta sin todo eso, no habría vida en la superficie de la Tierra. Por eso, Yo los llamo a la reparación de los Reinos de la Naturaleza, para que también este pueblo y el mundo entero se pueda reparar y curar.
Queridos hijos, deben rezar por esta Creación, por este planeta. Mi Hijo aún espera y desea encontrar de pie a esta humanidad, a pesar de su sufrimiento y de su caos. Por eso, comiencen por ustedes mismos, Mis queridos hijos, viviendo una vida de bondad, recordando los Mandamientos que Mi Hijo les dictó, haciendo de cada una de sus familias un sagrado oratorio para Dios.
Así evitarán, Mis amados hijos, que Mi enemigo los perturbe y los moleste; porque en cada momento que oren de corazón, como lo hicieron en este día, ustedes y sus familias estarán protegidas y amparadas en el fin de estos tiempos.
Aún se verán situaciones en esta humanidad que, para muchos, serán increíbles; pero Yo los invito a mantener el fuego de la oración encendido y a multiplicar el espíritu de esta nación más allá de su pueblo, el espíritu del amor que vive este país, el alma de este país. Así, mantendrán las puertas abiertas para que la ultrajada Sudamérica reciba la Misericordia de Mi Hijo, los corazones se reconcilien con el Padre Eterno y ya no piensen que Dios es un Juez. El Padre es una Consciencia Única de Misericordia y Amor.
Por eso, recuerden Sus Sagrados Nombres, los Nombres que invocaba el pueblo de Israel, y reciban así Su Sagrado Reino que está dentro de sus corazones y vidas. Solo deben mirar hacia adentro de ustedes para poder encontrarlo; porque la vida de la humanidad, en estos tiempos, se ha vuelto una vida material y superficial, llevando a muchos corazones a vivir en la indiferencia y no en el amor.
Yo les pido, hijos Míos, que busquen adentro de ustedes esa reconciliación a través de Mi Presencia, en esta noche, por todo el Brasil y el mundo.
Yo les vengo a decir, hijos Míos, que Dios tiene la puerta abierta de Su Misericordia para que ustedes la puedan cruzar y puedan conocer Su Insondable e Infinita Misericordia.
Por eso, no sientan culpa, alegren sus corazones. El Señor Me ha enviado como Su Esclava y Su Sierva para poder amparar a todo el Brasil, en esta decisión tan decisiva que el pueblo deberá tomar en los próximos tiempos.
Por eso, permitan que los Ángeles de Dios estén presentes en esta nación, para que todos los corazones, más allá de las creencias, se renueven. Porque Dios tiene Sus Brazos abiertos para todas Sus Criaturas, así como hoy, Su Señora y Madre del Brasil, tiene Sus Brazos abiertos y Sus Manos extendidas hacia ustedes, para derramar las Gracias que necesitan, después de estos dos últimos años de oscuridad y de incertidumbre.
Yo, como Madre de todos, confío en aquellos que rezan de corazón y de verdad, que no se cansan de orar, no solo por sí mismos, sino también por el mundo.
La oración es lo que cerrará las puertas inciertas que están abiertas, calmará la mente de las personas, apaciguará a los corazones inquietos y traerá la alegría de vivir y de estar en Dios, lo que quiere ser sustituido, en este mundo, por los dioses que muchas naciones practican.
No se olviden de sus orígenes, no se olviden de la riqueza de su universo interior, de su verdad. Dios está dentro de ustedes y los espera, para que lo puedan reencontrar, para que lo puedan adorar y reconocer.
Por esa razón, Yo estoy aquí, para decirles a Brasil y al mundo que no se dejen influenciar ni engañar. Dios les dio este planeta para que fueran una Sagrada Familia, para que todos alcanzaran la felicidad por estar aquí y reconocerse entre ustedes como hermanos, como miembros de una única familia universal.
Por eso, queridos hijos, reenciendan en ustedes la llama de la fraternidad, para que sea aplacada la indiferencia.
Reenciendan en ustedes la llama del servicio, para que la pobreza sea aplacada.
Reenciendan en ustedes la fe en la Misericordia de Dios, para que los miedos que son creados e irradiados al mundo entero desaparezcan de la vida de las personas, porque son miedos que no existen.
Dios los creo para que fueran a Su imagen y semejanza, y eso nunca cambiará.
Recen para proteger a esta querida nación de lo que quieren instituir y establecer. Liberen a este pueblo de las falsas promesas. Crean en el Reino de Dios que está dentro de ustedes y, como su Madre, les aseguro que no les faltará la paz.
Que Brasil pueda vivir algún día el verdadero Gobierno Espiritual de Mi Hijo, para que todo el pueblo sea bendecido por la Divina Ley, la verdadera Ley de Dios que ordena a las consciencias y a los mundos internos, que trae las Gracias que los corazones necesitan para sentirse curados y amados por Dios.
Hoy, Él Me envía con este Mensaje para todos. Pero, también Mi Hijo Me envía para decirles que Él siempre será el Cristo Redentor de esta nación, Aquel que siempre les traerá la Luz del universo y de la vida. Por eso, Él les pide que se levanten y tengan fe. Este cautiverio que el mundo vive terminará, pero aún el planeta y la humanidad deberán purificarse.
Recen con fervor, formen grupos de oración y sean ejércitos de la Madre Celeste. Que sus vidas sean las chispas de Dios sobre la superficie de la Tierra, la Luz que se enciende en estos tiempos de oscuridad para iluminar a las naciones y al planeta.
Vivan la Unidad de Dios para que vivan en Unidad con Cristo y, a través de Cristo, Mi Amado Hijo, ustedes vivan en Unidad con el Espíritu Santo.
Invoquen en las próximas semanas, a través de la oración, los Dones del Espíritu Santo, para que sean sus corazones los que escojan y no sus mentes.
Recuerden al Ángel de Brasil, que tanto los necesita y los espera. Permitan que Él extienda sus alas sobre este pueblo, para que esté protegido de las interferencias de estos tiempos, de las ideologías y de las tentaciones que son enviadas a la humanidad de forma permanente.
Pero, a través de la inteligencia del corazón, Yo los invito a elevar sus consciencias por medio de la plegaria, para que estén protegidos de todo y sus corazones vivan en el Amor de Dios, porque Su Amor es Invencible y es Infinito, es un Amor que nunca muere, que nunca desaparece.
Por eso, a través de Mi Corazón, Mis queridos hijos, reencuentren en esta noche el Amor de Dios, el Amor que los espera, el Amor que los aguarda.
Recibo en Mi Corazón Inmaculado las súplicas, las plegarias y las intenciones de todos los presentes y de los no presentes, porque conozco en profundidad cada una de sus vidas.
Soy la Madre de la Humanidad, la Madre de la Cruz, que se comprometió a los Pies de Cristo en el Calvario a trabajar por la salvación de las almas y de los corazones, a llevarlos a reencontrar el Amor de Dios.
Comulguen de ese Amor en este momento y disuelvan toda culpa y toda duda; porque el Amor de Dios está presente, todo nutre y todo renueva, todo cura y les concede la Paz. Que sus corazones se fortalezcan en la Paz de Dios para que aprendan a caminar en estos tiempos difíciles.
Hoy, no solo rezo por ustedes, sino también por sus familias. Rezo por esta querida y amada nación de Nuestro Señora. Y, una vez más, les agradezco por estar aquí, en simplicidad de espíritu, en humildad de corazón, en devoción ardiente.
Porque todos estos atributos aplacan la injusticia que este país podría vivir en los próximos tiempos e incluso permite que esta patria no sea engañada, sino que todos con esperanza y con fe siempre hagan de Brasil el Nuevo Edén de Dios.
¿Aceptan?
Todos responden: “Sí”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella está sonriendo.
Como un testimonio del Amor de Dios, consagraré a nuevos Hijos de María.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Invito a que se aproximen a los pies de este Altar.
Que se aproximen también aquellos que se quieran consagrar al Inmaculado Corazón de María.
Nuestra Madre, derramará Sus Gracias en este momento sobre el Brasil y sobre todos los presentes, para poder bendecirlos con el Amor de Cristo.
Hoy, extiendo Mi Manto Celestial, a través de la consagración de cada uno de Mis hijos presentes, a través de los corazones que creen en la llama sagrada de la fe y de la esperanza, a través de los corazones que esperan con alegría el Glorioso Retorno de Cristo, la próxima llegada de Cristo a esta humanidad y a este planeta, que hoy la Madre de Dios anuncia con alegría y júbilo.
Por eso, les pido, Mis amados y queridos hijos, que nunca dejen de elevar la antorcha de la fe y de la paz, de elevar hacia los Cielos sus plegarias y, sobre todo, sus corazones en ofrenda y en amor, para que el Padre Celestial siempre los bendiga y los proteja.
Hoy, les extiendo Mi Manto Celestial, a través de esta especial y bendecida consagración de nuevos Hijos de María, y le muestro al Padre Eterno cómo, a través de la consagración de las almas y de los corazones devotos, se puede reerguir el Proyecto de esta humanidad a través de los pilares de la Fe, del Amor, de la Misericordia, de la Cura y de la Paz.
Por eso, escuchando en este momento el Himno de su Consagración, el que los invito también a cantar por todos los Hijos de María ya existentes, elevemos al Padre nuestras súplicas y ofrendas para que Él no solo derrame Su Misericordia y Su Cura, sino también derrame Su Paz en aquellos que la buscan con sinceridad, para que puedan comulgar con Cristo, Mi Hijo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a escuchar el Himno de Consagración de los Hijos de María.
Y, en este momento, ante la Presencia de la Madre de Dios, vamos a prepararnos internamente y espiritualmente para que, a los Pies de la Reina Celestial y Madre de Brasil, nos consagremos como Sus hijos para siempre, como los Hijos de María.
Yo los consagro, los bendigo y los renuevo.
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén.
Vengo del Cielo para cumplir una promesa del Padre Creador, una promesa que pertenece a Mis hijos de la Tierra y que en este último tiempo deberá cumplir y concretar.
Vengo con la promesa, hijos Míos, de que descubran en su interior lo que Dios colocó desde sus orígenes, antes del principio se esta Creación para este Universo Material.
Eso que existe dentro de ustedes es muy valioso para Dios y ha venido con ustedes en esta vida, encarnó en ustedes, para que pudiera cumplir su propósito y su manifestación.
Hoy les hablo de aquello que está en lo interno de lo más interno y que deberá algún día retornar a Dios, con toda la experiencia vivida del Amor, del Perdón y de la Reconciliación.
Hijos Míos, en este tiempo la humanidad no pone atención a esto. La vida está muy exteriorizada y las almas están muy hipnotizadas por todo lo que les ofrece el mundo.
Pero existe algo en lo profundo de sus seres, que es eterno, invencible e intransferible.
Es eso que necesito, hijos Míos, que en este tiempo ustedes puedan buscar. Porque descubriendo dentro de ustedes lo que Dios dejó, la humanidad podrá reconstruirse espiritual y físicamente.
Los Reinos de la Naturaleza ya no padecerán las consecuencias del ser humano, todos podrán vivir en armonía y en paz, así como Dios lo desea.
Pero como ustedes están dentro de un tiempo de transición que nunca vivieron en ningún otro tiempo, buscando eso que existe y que Dios colocó dentro de ustedes, podrán atravesar estos tiempos con mayor madurez y adultez; podrán percibir la clara realidad de estos tiempos, y así, estarán unidos a la Jerarquía.
Hijos Míos, reencuentren en ustedes la esencia interior, aquella esfera de Luz que los Padres Creadores diseñaron para sus consciencias, que surgió de una Fuente, que nació de un gran estanque de luz para poder peregrinar por el Universo y por la Tierra, para aprender amar, crecer y vivir.
Hijos Míos, muchas de esas esencias en el mundo están contaminadas; pero Yo vengo con la Luz de Mis Espejos para poder purificarlas y sublimarlas y Me sirvo de los grandes océanos de esta región para poder espejar sobre ellos los atributos de Dios, aquellos que a cada uno de ustedes algún día los tornará libres y podrán estar en comunión con la Creación y con la Vida.
Por medio de la oración, del servicio, de la entrega y de la donación de sí y una vida de interiorización y de meditación interior, con todo lo que existe en este vasto Universo, ustedes podrán regenerar sus vidas, hijos Míos, y las corrientes poderosas del Universo vendrán en su auxilio para seguir impulsando sus consciencias al gran cambio, el gran cambio que la humanidad deberá vivir en estos tiempos definitivos.
Por eso su preparación básica es el camino de la oración y no otro.
Ustedes deben aprender a comunicarse con Dios interiormente a través del verbo orante.
Y a través de la oración que ustedes hoy Me han ofrecido amorosamente, hijos Míos, es permitido que Yo les pueda decir todas esas cosas, porque como Madre de ustedes y Madre de la Humanidad, deseo el bien para cada uno de Mis hijos.
Tengo la intención amorosa y espiritual de retirarlos de la ilusión. Por eso, hijos Míos, anímense a sumergirse dentro de ustedes, para que puedan sentir y percibir cómo está su esencia interior.
Los ángeles de la guarda esperan por poder ayudarlos y servirlos incondicionalmente. Eso ayudará ampliamente al ángel de esta nación, al Ángel del Brasil, que espera que cada uno de ustedes se una a Él, para poder aprender a atravesar estos tiempos difíciles en un mayor grado de neutralidad, amor y sintonía.
Por medio del descubrimiento de sus orígenes, hijos Míos, sus espíritus posarán sobre sus cuerpos y crearán esa perfecta unidad con el Padre Celestial.
Y no solo serán merecedores de las Gracias del Universo, sino de las Gracias del Conocimiento sideral, que está guardado en cada una de las estrellas de este Universo, despertando la consciencia de sus seres.
Estableciendo la unidad con sus esencias purísimas, podrán ser merecedores de mayor misericordia y perdón. Podrán percibir, hijos Míos, que muchos hábitos en sus vidas ya no son necesarios.
El alimento de la oración y la fuerza interior del servicio por los demás, es lo que hará transformar el mundo y traerá el amor a todos los corazones.
Con este ejercicio simple, que Yo les entrego, de aprender a buscar su esencia interior, también ayudarán a sus almas a encontrar el camino de la cura. Ellas suplican al Universo por ayuda, una y otra vez.
Aprendan, hijos Míos, a corregir sus caminos y a seguir el camino crístico que les ofrece Mi Hijo, Nuestro Señor, y estarán dentro de la senda de la Jerarquía y seguirán recibiendo sus impulsos espirituales, que los llevarán a comprender la vida tal cual es y a estar en contacto interior con todas las esferas sublimes del Universo.
Necesito, hijos Míos, que en este tiempo sus esencias sean curadas, porque siendo curadas serán purificadas, podrán recibir los atributos de Dios, que son urgentes y necesarios para estos tiempos difíciles.
Los atributos los transformarán, elevarán la consciencia y podrán estar delante de la realidad planetaria con otros ojos, encontrando en cada lugar y en cada rincón una necesidad para ser suplida.
Necesito, hijos Míos, que sigan desarrollando dentro de ustedes el camino del amor, para que en sus vidas se fortalezca el camino de la fe, pilares importantes para estos tiempos críticos, en donde se verán cosas increíbles e inconcebibles por parte de la acción de los seres humanos y de las naciones.
Pero Yo no los invito estar en el conflicto, ni en la desesperación. Los invito, hijos Míos, a estar en la divina armonía de Dios. Por eso deben descubrir dentro de ustedes el valor de sus esencias, para que pueda volver a resplandecer el sentido de su existencia y el motivo superior que los trajo a esta vida y a este mundo.
Tomando conocimiento de todas esas cosas, hijos Míos, podrán vivir la Voluntad de Dios.
Mis Manos y Mi Corazón están llenas de Gracias para ser derramadas sobre el mundo y espero que sus esencias se puedan purificar y sublimar para ser merecedores de esa Gracia Divina, y tendrán todos los sentidos internos abiertos. Sus sentidos externos se aquietarán y se calmarán para poder percibir la realidad divina y el verdadero sentido que trae el Universo para estos tiempos y para la humanidad.
Deseo que siempre puedan hacer el bien en cada lugar y en todo momento, porque así, hijos Míos, permitirán que otras almas se curen y el sentido de muchas almas más cambiará sus vidas, y la vida de sus hermanos volverá a tener un sentido y un propósito para este tiempo.
Yo no les pido, hijos Míos, nada imposible. Pido lo que en verdad puedan alcanzar en este ciclo, pero es urgente que la humanidad tenga consciencia de lo que está haciendo, que todos los seres se puedan unir en el amor y en la verdad para que Dios no derrame Su Justicia sino su Infinita Misericordia, porque el Padre Celestial les ha dado todo y sigue dando todo a Sus hijos.
Necesitan responder a eso que reciben; por eso Yo les vengo a advertir en el nombre del amor para que sus caminos estén en el camino de Cristo, siempre velando por la Verdad, por la realidad superior y la consciencia que cada uno de ustedes debe descubrir en este tiempo.
No sientan temor por lo que hay más allá de este Universo material, porque hacia el Infinito, algún día sus consciencias deberán volar para poder fundirse con el Padre, con Su Fuente máxima de Gracia y de Amor, y así podrán vivir una síntesis de todo lo vivido y experimentado en este planeta.
Pero en este tiempo es necesario, hijos Míos, que sus dones puedan despertar, para que sus talentos estén al servicio de Dios.
Mediante el camino de la oración perseverante y constante. Irán transformando sus vidas, poco a poco y podrán algún día, mediante la Gracia de Dios, espejar hacia el mundo lo que verdaderamente son, desde donde surgieron para vivir esta experiencia de Redención y de Perdón.
Les invito, hijos Míos, a ingresar en la Escuela de la Verdad, ya que muchos de Mis hijos, los que antes estaban Conmigo, decidieron salir de esta Escuela. Pero como Madre paciente, amorosa y perseverante espero por todos Mis hijos, para que cada uno de ellos pueda ingresar en esa Escuela de la Verdad y así recibir el conocimiento que necesita para ennoblecer sus espíritus y cumplir la Misión que Dios les ha pedido en este planeta.
Eso es, principalmente, para la juventud, a la cual tengo mucho en cuenta para estos tiempos críticos. Porque la juventud trae ese puente hacia la renovación que permitirá traer la cura del Universo para todas las consciencias.
Yo le extiendo Mi Mano a toda la juventud del planeta para que se anime a conocerme y a sentirme, a descubrir quién es en verdad la Madre de Dios, la Madre que siempre los acompaña y los guía desde antes que ustedes tuvieran consciencia sobre su existencia.
Por eso en esta noche, hijos Míos, espejo el Gran Amor de Mi Corazón para todos los que necesitan de ayuda, de intercesión y de Gracia para estos tiempos.
Desde ahora agradezco a todos los que han acompañado esta peregrinación, sabiendo que no es solo una peregrinación material sino especialmente espiritual, que abraza a muchas consciencias, naciones y situaciones planetarias que se van desactivando, reconstruyendo y transformando para que todas esas situaciones estén todas dentro del Propósito de Dios y no del propósito de los hombres.
Depende de la humanidad la oportunidad de recibir una gran intervención divina. La respuesta de parte de los seres humanos será muy necesaria, para que esa ayuda universal pueda llegar a la Tierra y todo, absolutamente todo, se mantenga en el equilibrio.
Reciban cada una de Mis palabras como si fueran las últimas, porque sé como Madre que las necesitarán, para poder seguir caminando en esa trayectoria de la Tierra, rumbo al sagrado encuentro con el Redentor.
Por esa razón, también vengo aquí por los que hoy se consagrarán, por los que ya se consagraron una vez a Mi Inmaculado Corazón.
Este será el momento, hijos Míos, especialmente para los Hijos de María de todo el Brasil, de poder responder y corresponder al llamado de Dios en todo lo que es presentado y manifestado como Voluntad Divina. Eso evitará muchos acontecimientos en su país y las puertas de la Divina Misericordia se mantendrán abiertas sobre un pueblo y una nación, que fielmente es devota a la Madre de Dios.
Que se aproximen los que hoy se consagrarán como Hijos de María.
Preparándonos mediante el cántico de la consagración, haremos la renovación de nuestros votos a la Madre de Dios, asumiendo nuestro compromiso interior y espiritual con la Obra de los Mensajeros Divinos y el Padre Celestial.
Almas queridas de Dios, seres congregados en el nombre del Amor ante el Altar Sagrado de la Madre de Dios: Que sus almas hoy reciban esta bendición maternal que Yo les traigo.
Que sus corazones sientan el impulso de la paz, del amor y del bien, que hoy emite Mi Corazón Inmaculado, para que su compromiso ante Dios sea verdadero y persistente, para que aprendan a proteger sus vidas mediante el camino de la oración, del servicio por los demás y por los Reinos de la Naturaleza, para que en sus familias y hogares pueda despertar el principio de la Sagrada Familia, mediante actos de bondad, de caridad, de amor y de bien para con sus semejantes.
Hoy, su compromiso Conmigo será por todas las familias del Brasil y del mundo, para que en sus familias exista el oratorio dedicado a Mi Materno e Inmaculado Corazón, donde Mi Presencia pueda estar allí entre ustedes y en todos los hogares del mundo, especialmente en las familias que están divididas y separadas por el desamor.
El Brasil, como pueblo devoto a la Madre de Dios, tiene la posibilidad de realizar muchas obras. Por eso no Me canso de volver aquí una y otra vez, para poder bendecir a Mi pueblo querido, que siempre suplica a Dios por Su Amor y por Su Gracia, por Su Misericordia y por Su Compasión.
Hijos, Yo los amo y solo deseo que hagan el bien, para que el Bien de Dios esté en sus corazones y en el corazón de todos sus hermanos, a fin de que la maldad sea disuelta, los infiernos sean cerrados, para que las almas se liberen y reencuentren el camino hacia Dios.
Oremos. Y hoy oraré con ustedes, hijos Míos. al Padre Celestial. para que esta ofrenda que nace de sus corazones, sea recibida en Su Reino y Él les devuelva Su bálsamo de Paz, de Cura, de Amor y de Perdón, para que sus vidas a partir de ahora sean otras. Crean que eso es posible.
¡Recemos!
Padre Celestial ... ( x 3 veces)
Brasil siempre será el Edén, donde Dios colocará Sus Ojos para contemplar la transformación de Sus hijos y el cuidado de todos los Reinos, a fin de que siempre esté presente la paz, el amor y la unidad entre los seres.
Yo los bendigo y los consagro a todos como Mis hijos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que una lluvia de Amor y una Gracia espiritual descienda en este momento, no solo para bendecir al Brasil sino también a todos los Reinos, a todos los continentes y los océanos que están unidos a la Creación de Dios en perfecta unidad.
Hoy Me alegro por haberlos tenido aquí, porque hayan traído su ofrenda para Mi Corazón.
Hagan lo que les pido, oren todos los días y todo se transformará y se curará. Es algo muy simple, así algún día serán como Yo, bellos en el Amor y agradecidos en la Confianza.
¡Yo les agradezco!
Sigan adelante en el Camino del Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Siempre tendré oídos para escucharlos, queridos hijos, porque la dulce oración que nace del corazón es plenamente verdadera y pura.
Hoy vengo con alegría desde el Cielo, trayendo el Amor Maternal de Dios para las almas que más lo necesitan.
Pero también vengo a compartir con ustedes, queridos hijos, el gozo que siente Mi Corazón Inmaculado al haber dedicado este espacio para Mí.
Ustedes saben, hijos Míos, que estamos en tiempos críticos y difíciles y que la oración del corazón en sus vidas, el servicio abnegado a los demás y a los Reinos de la Naturaleza, los ayudarán a convertir sus corazones en el Plan que Dios ha pensado desde el principio; pero también contarán con Mi Manto protector para sus vidas.
Hoy vengo con un mensaje universal para la humanidad.
Hoy estoy embarazada, queridos hijos, a punto de dar a luz a la Nueva Humanidad.
Se acerca ese importante momento para el mundo; mientras, la Mujer del Sol se encuentra en el desierto, refugiando debajo de Su Manto a todos Sus hijos.
Aún se abren los sellos del Apocalipsis, para mostrar a la humanidad el tiempo del gran cambio.
Hoy Mi vientre de luz quiere gestar a cada una de sus consciencias.
Hoy quiere traer al mundo la regeneración y la cura para la humanidad.
Debe nacer en ustedes el nuevo ser, para que quede para atrás el viejo hombre y surja la nueva consciencia que estará en comunión con la vida y la creación, para poder estar en comunión con los Reinos de la Naturaleza.
Hoy, sus corazones y los Reinos que están aquí pudieron espejar a Dios la gratitud tan esperada por el Padre Celestial, por todo lo que Él ha creado y manifestado desde el Génesis.
Hoy, los Reinos Marinos pudieron espejar hacia el Universo Celestial la gratitud y el Amor que sienten por estar con Dios.
Y en esta perfecta unidad y sintonía, las Leyes de la Cura descendieron a la Tierra, no solo para regenerar la consciencia de los hombres, sino también de todos los seres vivos que aquí habitan.
Mi vientre maternal está a punto de dar a luz al Nuevo Hombre. Deben prepararse Conmigo para ese momento, porque la hora indicará un gran cambio en la consciencia de la humanidad, un cambio que vendrá sin avisar y sin marcar tiempo.
Por eso deben estar preparados y atentos, vigilantes, siempre en oración, para escuchar ese llamado interior desde sus corazones.
La alegría que Me ha traído aquí es inmensa, por haber valorado los Reinos de la Naturaleza y darle el espacio que ellos merecen dentro de esta Creación Universal.
Hoy también soy la Madre de la Naturaleza, aquella que a través de Su Manto de Luz muestra todo el Universo Creador, el Divino Pensamiento que generó la vida, los universos y las estrellas y todo lo que existe más allá de este universo local.
Por eso hoy puedo estar aquí entre ustedes, queridos hijos, para que no solo estén en comunión con la Fuente Inmaterial, algo que es imprescindible para sus vidas en este tiempo, sino para que a través de aquí, de este simple lugar, desde este santuario natural de Dios, pueda irradiarse para el mundo lo que la humanidad necesita para que pueda recuperar los valores y la dignidad, los atributos que harán redimidos a todos los seres de la Tierra y los harán dignos en el Señor.
Mi vientre de luz también gesta los nuevos tiempos, aquello que será venidero para todos y que se mostrará en el próximo ciclo. Algo que no es palpable aún para la consciencia humana, pero que sus corazones sí pueden sentir, porque al estar en comunión con la Madre de Dios, están en comunión con los Reinos de la Naturaleza, reparando las Leyes de la Creación que el ser humano de superficie ha transgredido, una y otra vez.
Por eso hoy, hijos Míos, no solo sus espíritus se ven beneficiados ante la Fuente Inmaterial de la Creación, sino también todo el planeta, recónditos lugares en el mundo que viven el caos a través de la destrucción de los Reinos de la Naturaleza.
Un puente se ha establecido entre el universo espiritual y el universo material, tan solo por su fervorosa y sincera oración del corazón.
Así la Madre del Mundo, Madre de la Humanidad y Madre de la Naturaleza, puede gobernar aún en la humanidad y a través de las Leyes Superiores, redimir a los seres de la Tierra y regenerar la cura en las esencias que se han perdido por apartarse de Dios.
Hoy se detiene la Ley de la muerte en el mundo, porque la inmortalidad, ley inmaterial, ha vencido.
Por un momento y en este instante, Dios concede Su Gracia y Misericordia en vez de Su Justicia delante de los graves ultrajes que ha cometido el mundo a los Reinos de la Naturaleza.
Pero eso no significará, hijos Míos, que el sufrimiento humano se detenga o se disuelva.
Yo invito a sus corazones y a los corazones del mundo a salir de ese círculo vicioso, a abandonar el sufrimiento y el dolor y así ingresar en la alegría y la cura que les concede Dios a todas sus esencias.
Los tiempos de hoy permiten todos los acontecimientos, por eso estamos en el ciclo de las grandes oportunidades, en donde el Universo Superior puede interceder por la humanidad y todos los recintos sagrados presentes en el planeta, invisibles a los ojos físicos, también pueden interceder por esta humanidad y por esta Tierra.
Abran sus sentidos internos y que sus corazones escuchen a la Ley de la Jerarquía, a todos los seres de la Luz, ángeles y arcángeles que están actuando en este momento por la restauración de la humanidad, mientras su Madre Celeste está aquí presente con ustedes, aún embarazada, a punto de dar a luz al Nuevo Hombre.
La Mujer de la Luz está encinta y anuncia para el mundo un nuevo ciclo, el último ciclo de la redención, en donde todas las almas y todos los seres tendrán abierta la puerta de la Misericordia para poder ingresar y sumergirse en el Océano de la Gracia de Dios, para que todo lo mortal y todo el pecado sea purificado y se disuelva de las consciencias todo sufrimiento, para que los espíritus renazcan en Cristo.
Celebren este tiempo de grandes oportunidades, en donde los hijos de la Madre del Sol escuchan la voz de la Jerarquía Celeste, que los llama a trabajar por la redención de la humanidad y por la cura de todos los seres miserables.
Sigan trabajando así por los tiempos que vendrán. Continúen orando por las naciones del mundo como lo vienen haciendo y Yo les podré entregar, hijos Míos, junto a Jesús y a San José, nuevas súplicas para que sean rezadas y descienda la Gracia en el mundo, a fin de que todos tengan una gran oportunidad.
Quiero que así como Yo gesto al Nuevo Hombre, en sus consciencias se geste lo nuevo por medio de los atributos de la oración, del servicio incondicional y del amor que puedan expresar y expandir en estos tiempos, a fin de que todo sea reparado.
Vuelvo a decirles que Mi Corazón siente un gozo profundo en este momento por hoy estar aquí con ustedes, y en comunión con toda la Creación a través de los Reinos de la Naturaleza.
He venido especialmente a Camboriú para convertir este santuario natural en un Centro Mariano natural, que beneficia a todos los hombres a través de su ángeles y devas, para que la consciencia humana se redima.
Deseo que aquí se establezca sin ninguna transgresión, el Centro Mariano Santuario de la Creación, a fin de que las almas encuentren aquí su origen a través de la Madre Naturaleza y del Padre Creador, por intercesión de todos sus ángeles y de todos sus devas, para que la consciencia humana sea curada.
Deseo que aquí se construya una casa de oración en Mi honor, que siga los principios de la Naturaleza sin transgredir el Reino que está aquí presente, porque la propia Naturaleza será la misma manifestación de Dios que cada peregrino que aquí llegue podrá encontrar, para entrar en comunión con la vida y con el universo.
Este Centro Mariano Santuario de la Creación promoverá el cuidado de los Reinos de la Naturaleza, la conscientización sobre la vida y la protección a todo lo que Dios ha manifestado a través de los Reinos Menores.
Será un lugar en donde todos los Reinos podrán orar como una sola consciencia y un solo espíritu.
Deseo que aquí se instale una fuente al Castísimo Corazón de San José, introduciendo su santa imagen cerca de la naciente que aquí se encuentra, sin alterar nada, para que las almas se laven y se purifiquen de sus más profundas heridas espirituales.
Y por último, para este Centro Mariano deseo una nueva Cruz Azul, para que se establezca el puente entre el universo espiritual y el universo material.
Una Cruz de Luz Azul que iluminará la consciencia de los Reinos, para que la consciencia humana sea iluminada y tome consciencia y respeto por todo lo que Dios le ha entregado a través de la Creación.
Los guardianes de este lugar serán Mis hijos de la Orden, así como las hermanas que han cedido este espacio para la manifestación de los Reinos de la Naturaleza.
Este bien inmaterial que desciende al universo material es un patrimonio de todos, para la redención de las almas y la cura de los corazones por intercesión de los Reinos Menores.
Deseo que esta pequeña isla de salvación también tenga una casa para los peregrinos, a fin de que tengan una oportunidad de retirarse en silencio y oración en este lugar, para poder escuchar a Dios e implorarle por misericordia para el mundo, por todos los Reinos de la Naturaleza que sufren día a día las perversiones de la humanidad.
Este punto de luz se ampliará a través de la consciencia de todos los que se adhieran.
Será un espacio para encontrarse consigo mismo, con su origen, con la Fuente y con Dios.
Será un espacio para vivir la cura a través del servicio a los Reinos.
Será un lugar en donde las almas podrán encontrar el perdón en la perfecta soledad con Dios.
Les agradeceré por cumplir este pedido, porque ya está descendiendo.
Y ahora, delante de todo lo que Dios ha creado para Sus hijos, consagraré a los que hoy se unirán a Mi Corazón, ofreciéndose como Mis hijos, en el camino de la oración y del servicio.
Que se acerquen aquí los que hoy se consagrarán, y mientras comienzan a tocar el canto de su consagración, invito a todos Mis demás hijos del mundo a colocar en su corazón este ardiente deseo, para que el Centro Mariano Santuario de la Creación se levante y sus bases ardientes, sus bases espirituales estén presentes en este mundo.
Hijos, ustedes son los primeros que ayudarán en esta manifestación. Sus almas se postularon en este día para ese momento y para asumir ese compromiso con Mi Corazón Inmaculado.
Mi primera petición es que oren juntos todas las veces que puedan, para que la manifestación del Centro Mariano se concrete, en honra a Nuestra Señora Aparecida y para que el Brasil finalmente sea el Edén de Dios para estos tiempos.
Coloquen ahora en Mi Corazón sus peticiones, y en el silencio de sus espíritus, ofrezcan sus almas a Dios por la conversión de la humanidad y la reparación de los Reinos de la Naturaleza, a fin de que la vida en toda la superficie de la Tierra se siga regenerando.
Ingresen ahora en Mi vientre de luz, para que Yo los pueda ayudar a vivir el cambio de la consciencia, disolviendo el dolor, aliviando el sufrimiento y despertando la cura en sus corazones.
Ustedes, hijos Míos, son los primeros seres en esta humanidad que se han ofrecido para orar por la manifestación de este Centro Mariano, y especialmente, por la cura mundial de todos los Reinos de la Naturaleza.
Su compromiso también será rezar semanalmente el Misterio del Rosario por los Reinos de la Naturaleza y los devas, y para que los ángeles de las naciones puedan seguir intercediendo por cada pueblo y cada raza de este mundo.
Hoy están ante una gran oportunidad infinita. Esto es obra de Mi Gracia, de la Gracia de Dios, que surge de Su Fuente para todas Sus criaturas.
¡Le agradezco a Camboriú por haber respondido a Mi llamado!
Que en este lugar las almas siempre encuentren la paz.
Que así sea.
Los consagro, los bendigo y les declaro Mi Amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Canten todos el himno de su consagración.
¡Les agradezco!
Abriendo la puerta de Mi Corazón, queridos hijos, les entrego Mi Gracia Suprema. Es la Gracia de Mi Corazón que los fortalecerá y que los protegerá en estos tiempos.
Vengo de nuevo a San José para bendecirlos, y los encomiendo a San José Castísimo para que sea vuestro Padre Protector, el Guardián de sus esencias, el Pastor de las almas después de Cristo.
Hoy quisiera tenerlos más cerca de Mi Corazón, porque escuché sus oraciones. Y vengo en este día también, para bendecir a Brasil en esta importante tarea que él tiene para este momento; tarea espiritual muy profunda, donde muchas almas de esta nación están involucradas con ese propósito y no lo saben, que es el propósito, queridos hijos, de mantener viva la fe en todo este pueblo bendito que Yo amo con tanto Amor.
Por eso, hoy vengo vestida con el manto de esta nación, trayendo la cura para las almas, la sabiduría para todos los espíritus, y en el planeta de esta nación traigo la Paz de Dios para el mundo.
Este es el espíritu y la propuesta para esta nación.
Ahora continuaré diciéndoles, queridos hijos, que Mi mensaje para este día es traerles la Gracia de la restauración y de la cura para todos Mis hijos de Brasil, que tanto necesitan de Dios y de Su Infinita Misericordia para poder persistir en estos tiempos.
El planeta ha cambiado mucho, así como ustedes lo saben. Por eso vengo en este día hacia ustedes para mostrarles, nuevamente, el camino hacia Jesús, y el Amor que Él quiere derramar en todos sus corazones y vidas.
Hoy, quisiera pedirles algo especial, queridos hijos presentes aquí en San José, que recen una oración o al menos un Misterio del Rosario, para que Vuestra Madre Celeste pueda cumplir el propósito a través de Sus hijos, de llegar a Centroamérica.
Así como Yo aparecí en esta nación para protegen el Propósito de Dios que ella tiene, de la misma forma aparecí en México como Guadalupe, para unir a las razas y los pueblos en una misma igualdad, en una misma condición de amor y de fraternidad.
Por eso les pido a todos Mis hijos, no solamente a los que están aquí en San José, sino también en el mundo entero, que en este día de vigilia ofrezcan a su Madre Celeste más oraciones, para que Mi Cesta de oro pueda ser depositada a los pies del altar del Creador, y sea el mayor e infinito ofrecimiento de la salvación de todas las almas de Mi amada América.
Estoy aquí entre ustedes, queridos hijos, como la Señora Aparecida del Brasil y la Reina de la Paz, abriéndoles Mi Corazón Inmaculado para que puedan ingresar al Templo, al Sagrado Cenáculo de vuestro Señor Jesús, que los contempla en esta noche con Su Misericordia, borrando sus deudas, disipando los errores, trayendo la esperanza y la renovación a través de Mi Inmaculado Corazón.
Hoy no estoy aquí sola con ustedes; estoy con el alma peregrina del Brasil, con todos los fieles devotos: simples y pobres, ricos y austeros, que siguen el Espíritu de la Paz, el Espíritu de vuestra Señora.
En el Cielo esto se refleja como una gran celebración, cumpliendo nuevamente la profecía de que todas las generaciones a través de todos los tiempos, honrarían y glorificarían a la Coronada de Estrellas, a la Madre de Dios.
Los ángeles ven este acontecimiento en el Brasil, como una nueva puerta que se abre en este día 12 de Octubre, no solo en el Universo sino también en este país que tanto necesita de perdón y de redención.
Pero es la devoción y la fe de Mis hijos que siempre Me permitirá llegar aquí, en cualquier lugar del Brasil, cuando la Voluntad de Dios lo establezca. Cuando sus voces oran a Mi Corazón, independientemente donde se encuentren, sepan que la oración es poderosa cuando se hace con el corazón y con todo el amor de sus vidas. Eso renueva sus familias y toda la vida planetaria, trayendo una Gracia excepcional y extraordinaria para este tiempo final.
Hoy estoy entre ustedes, queridos hijos, contemplando a las naciones del mundo y los invito, nuevamente, a renovarse dentro de la Campaña por la Paz; a ser difusores de Mi mensaje, de Mi llamado celestial, para estos tiempos, de vivir ahora y siempre la oración del corazón, para que la paz se establezca en el corazón humano y en el planeta.
Quiero que hoy vengan aquí todos Mis peregrinos, Mis queridos peregrinos, que Me ayudaron a concretar Mi llegada a esta ciudad.
Acérquense a Mi altar para que Yo los pueda bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Es una alegría saber que el Brasil aún Me quiere, y que todos los días trabaja su fe para establecer en la consciencia la confianza en Dios y en Su Divino Propósito.
Ustedes, queridos hijos, que hoy se aproximan a Mi altar, a Mi altar guadalupano, representan a toda la consciencia de Brasil.
También pido a todos los brasileños que en este momento Me escuchan en lo profundo de sus corazones, que coloquen su mano izquierda sobre el pecho para que pueda resonar para siempre, la Voz de su Madre Celeste, de la Madre que los quiere y los ama, que desea para todos Sus hijos el camino del bien y de la paz, de la esperanza y de la fe, a pesar de lo que sucede.
Así, Yo los uno a Mi Santo Rosario, y hoy forman parte, queridos hijos del Brasil, de las cuentas de Mi oración que Yo entregaré al Padre Eterno y depositaré en Sus Santas Manos, para que Él vea, queridos hijos, que Su Sierva fiel, la siempre Virgen María, cumple la promesa de la salvación y la redención de los corazones. Señalando con Mi Mano Mi Inmaculado Corazón les pido, queridos hijos, confíen en Mí como deben confiar en Cristo.
Confíen en Mí, porque Yo siempre los llevaré a Dios.
Confíen en Mí, porque Yo los protegeré de todo mal.
Confíen en Mí, porque siempre aliviaré sus corazones, calmaré sus sufrimientos, les traeré la esperanza y la Gracia de Dios de la Fuente purísima de Su Misericordia.
Confíen en Mí, queridos hijos de todas las naciones, para que Mi Inmaculado Corazón triunfe a través de sus vidas en toda la consciencia planetaria.
Confíen en Mí, porque siempre contarán con Mis ángeles de Luz.
Yo les entrego en este día, queridos hijos, la bandera de la Paz, para que ella siempre pueda verse en el brillo de sus oraciones y en la sonrisa de sus corazones, porque todo así se curará.
Ustedes son Hijos de María, algunos ya consagrados, y hoy consagrados por Mí, para que se fortalezca en la consciencia de la humanidad el Plan de Dios para toda la Tierra.
Mañana vestirán Mi Manto Celeste de Luz, sintiendo, en primer lugar, sus almas consagradas a Mí en este nuevo ciclo, en que sus vidas se purificarán, pero contarán con Mi guía para que sus corazones siempre se renueven y prevalezca la fe y todo el Amor de Mi Corazón en sus vidas.
No teman transformarse, teman estar lejos de Dios.
Yo los invito, queridos hijos, en el sagrado Oratorio de Mi Corazón Inmaculado, a que sean testigos de Mi Presencia en este lugar, en América.
Oren a su Madre Celeste para que Su Plan triunfe en la Tierra y en todas las almas que despiertan.
Por la Luz que derramó Tu Inmaculado Corazón,
que convirtió los corazones del mundo,
Divina Señora, ruega por nosotros.
Amén.
Bendita Yo Soy entre todas las mujeres, y benditos son sus corazones ante Dios cuando viven en Mi Corazón.
Bendito es el paso que dan en sus vidas.
Bendita puede ser siempre su oración.
Benditos son sus ángeles de la guarda.
Bendito sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Ahora canten la oración que han orado.
Les agradezco por responder a Mi llamado y los invito a difundir el poder de Mi Inmaculado Corazón.
Sonrían a su Madre Celeste. La humanidad está despertando de su profundo sueño.
¡Aleluya, aleluya!
Si Yo vengo del Cielo, es por una causa mayor. Es por algo que aún ustedes desconocen, queridos hijos, y que se llama Propósito Infinito, en el cual todas las almas se congregan para vivir el Plan de Dios, por ejemplo, a través de este encuentro.
Quisiera que sus corazones recepcionaran Mi Llamado maternal, porque también es el llamado de Mi Hijo, que en este tiempo los invita a la redención de sus vidas.
Yo Soy su Santa Madre del Cielo y deseo lo mejor para cada uno de ustedes.
Por eso en esta noche los invito, queridos hijos, a que puedan seguir Mis pasos de Madre Peregrina por el Camino de Luz que Yo vengo trazando, a través de este encuentro de oración, especialmente por los más jóvenes, que son la próxima misión para estos tiempos.
Yo desciendo del Cielo para traerles Mis Gracias, pero también para traerles la Palabra de Dios, que es la Palabra de Mi Hijo Amado, que resuena en todo el Universo y que espera resonar en sus corazones para siempre.
Queridos hijos, si sus corazones despiertan, muchos más corazones despertarán y así se irá cumpliendo, poco a poco, el Plan de Dios en este mundo, que es un Plan precioso e inmaculado que espera dibujarse en sus corazones, para que él también pueda cumplirse en sus vidas, ante Mi Presencia Maternal.
Quiero que hoy sus corazones se sientan consolados por Mi Espíritu; porque no solo estoy aquí, queridos hijos, con ustedes, sino también con todos los que Me escuchan en este momento, que corresponden a Mi Llamado Mayor de propagar la paz por toda la Tierra.
Si ustedes viven en paz, queridos hijos, y buscan la Paz de Dios en estos tiempos, la paz se establecerá en el mundo y los corazones no sufrirán.
Pero si ustedes, queridos hijos, no cumplen con Mi llamado, muchos más corazones sufrirán y no podrán despertar a través de su oración mediadora, la que Yo invito a construir en este tiempo en sus vidas, en sus hogares y familias, en ese sagrado oratorio de amor que Yo los invito a vivir todos los días de la vida.
Mientras estoy aquí presente, queridos hijos, contemplando cada uno de sus corazones, contemplando cada una de sus intenciones, cerrando sus heridas, también estoy cerrando la gran herida del mundo, la herida de la indiferencia y de la persecución, de la maldad y del egoísmo de los hombres.
Por eso, queridos hijos, que el poder de su oración diaria los retire del egoísmo, que abra sus ojos, los ojos de sus almas, para que puedan ver la venida gloriosa de Cristo, que está próxima, muy cerca, en este tiempo final.
Mientras estoy con ustedes, queridos hijos, también estoy con los más perdidos en el mundo, con aquellos que no reciben ayuda, con los más necesitados que precisan de sus brazos y manos para poder reconstruir una nueva humanidad, mediante el servicio, la oración y la paz.
Porque en esas cosas simples que Yo les pido, la humanidad se podrá purificar, las almas se aliviarán, recibirán el Amor de Dios en sus corazones, y podrán formar parte de la Nueva Tierra prometida.
Mientras eso está por suceder, queridos hijos, abran sus corazones y guarden estas palabras en lo profundo de sus seres, porque ellas les servirán para los momentos difíciles que llegarán y que toda la humanidad deberá vivir en este último ciclo del Apocalipsis.
Hoy estoy también aquí por las naciones; por Venezuela, por Ecuador, también por Uruguay, por todos Mis hijos de esos lugares que siguen clamando a Mi Corazón Inmaculado.
Por eso también hoy les digo: Mis amados hijos de Venezuela, de Ecuador y de Uruguay, no bajen sus brazos. Alcen sus brazos hacia el Cielo por aquellos que están derrotados por la persecución y el mal de los hombres.
Sigan orando en confianza a Mi Inmaculado Corazón, porque tengan la certeza, queridos hijos, que Yo estoy en sus hogares y familias ayudando a los más necesitados, a los que sufren la restricción, a los que sufren todos los terremotos de este mundo y que no tienen calma, ni siquiera serenidad.
Por eso Yo los invito, queridos hijos, a orar por cada uno de ellos, para que Mi Plan también se establezca en esas vidas, para que Mi Paz los pueda invadir y curar, y que por aquellos que se perdieron, Yo los pueda elevar al Cielo, al Universo.
Quisiera que aquí se estableciera una paz verdadera y eso se gestará, queridos hijos, por su decisión y colaboración. Eso también ayudará a los Reinos de la Naturaleza, que son los Reinos más perseguidos por el hombre a través de la destrucción.
Yo necesito, queridos hijos, que contemplen todas las necesidades del mundo, que puedan ver más allá de sus vidas. Así podrán responder verdaderamente al Llamado de Dios y todos sus corazones serán verdaderos colaboradores del Plan, antorchas de Luz para estos tiempos de caos.
Así como hoy estoy con ustedes aquí, queridos hijos, trayendo la presencia del Reino Celestial por medio de Mi Gracia Maternal, también estoy con todos Mis hijos en el mundo, con aquellos que abren las puertas de sus corazones para que Yo pueda entrar y morar en sus vidas.
Hoy les traigo un mensaje de esperanza, pero también un mensaje de advertencia, que es hora de colaborar con el Plan de Dios, que los servidores se multipliquen en cada parte de este mundo, que los siervos de Mi oración perpetua puedan multiplicar sus voces, para que Dios pueda acoger en Su Corazón sus llamados.
Yo los necesito, queridos hijos, para poder gestar la Nueva Humanidad, para que, toda la humanidad entera pueda traspasar este umbral de la transición. Transición que desconoce y de la que no sabe que sucederá. Los corazones se sorprenderán por lo que verán cada día que pase.
Por eso, queridos hijos, abran sus corazones y reciban Mi llamado, porque es el último para el mundo antes de que se purifique completamente.
Quisiera verlos encendidos en la oración y en la fe, porque Yo vengo a dejar en sus corazones Llamas de Luz Divina, Atributos de Dios, Códigos preciosos de la Redención y de la Misericordia, que reformarán el planeta y principalmente a todas las almas que escuchen Mi Voz.
Mientras Yo hablo, queridos hijos, sus heridas internas son cerradas. Tengan fe de que eso es así, porque su Madre todo lo puede, a través de su Sagrada Intercesión por el mundo.
Pero hoy también quería decirles, queridos hijos, que su compromiso con el Brasil, de orar por su pueblo, por cada uno de Mis hijos de esta nación que deben despertar a Mi llamado, es importante. Que deben aprender a orar y saber unirse a Dios en estos tiempos, así como lo han vivido hoy, de una forma simple y verdadera.
Yo necesito, queridos hijos, que Me lleven en sus corazones, que Me adopten en sus vidas como su Madre del Cielo y del Universo. Así también podré llegar a todo el Brasil, que tanto lo necesita.
Su nación se consagró a Mi Inmaculado Corazón y esa consagración no puede debilitarse. Será a través de los fieles seguidores de Cristo que el Brasil se protegerá y se salvará.
Por eso hoy les traigo un testimonio verdadero de la presencia de Mi Amor maternal por ustedes y por el mundo, a través de todas las Faces que Yo he revelado a lo largo de los tiempos y en esta nación, como la Señora Aparecida.
Hoy han traído a Mi Altar esta Sagrada Imagen, respondiendo a Mi pedido maternal de que hoy Yo la consagre, queridos hijos, como su Madre Peregrina para todo el Brasil.
Después de haber recibido la Señora de Fátima, de haber trabajado su simplicidad y pureza, Yo vuelvo a aparecer en sus hogares, hospitales y casas, para llegar a los más necesitados.
A través de sus manos, Me cargarán y Me llevarán a donde Me necesiten, para que Yo pueda derramar Mis Gracias maternales en todos los corazones brasileros que creen en Mi Presencia, en Mi Divinidad y en Mi Amor.
Porque así, a todos les doy; les dono Mis Gracias, les dono Mi Corazón, les dono Mi Espíritu de Paz para que siempre puedan estar en Dios y en Mi Hijo Amado.
Mi Hijo Me entregó a ustedes, para que Yo fuera su Madre, Yo quiero que ustedes sean Mis hijos y que Me lleven en sus corazones, como una experiencia viva para el resto de sus vidas; que oren Conmigo todos los días, en la simplicidad del Santo Rosario; que recuerden a Dios cada vez que despierten, porque Él está muy olvidado y ofendido; que oren por sus hermanos, por sus enemigos, por todos los que persiguen a otras almas en el mundo, por los que gobiernan, por aquellos que destruyen toda la vida y la Naturaleza, por las madres que abortan, por los hijos que se pierden y no reciben la oportunidad de vivir esta vida.
Que oren por toda América Latina junto a Nuestra Señora Aparecida, que es su Madre Peregrina del Brasil, la Llama Incandescente que vuelve a rebrotar en los corazones que invocan su Sagrada Presencia Universal y trae la salvación para todo el mundo.
Quiero que dejen a Mis pies todo el Brasil y que en cada momento en que se encuentren Conmigo, a través de su Madre Peregrina, abran sus casas y corazones para que Mi Presencia pueda entrar en sus vidas, y así como hice en Fátima, Yo pueda convertir a los corazones más duros. Porque quien está Conmigo no perecerá.
Pero hoy también vengo a consagrar a los Hijos de María que son parte de Mi gran testimonio de amor en el mundo, que revisten en sus cuerpos Mi manto de Luz para llevar la paz y el amor por cada lugar donde vayan.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán, para que Yo pueda consagrarlos y consagrar la santa imagen que visitará sus hogares.
Escuché desde el Cielo, queridos hijos, el Himno de la Señora Aparecida. Quiero que hoy lo proclamen a viva voz, para que Mi Espíritu de Amor pueda llegar a todos y las Américas se consagren a Mi Inmaculado Corazón en estos tiempos de transición.
Himno de la Señora Aparecida …
Queridos hijos, cuando Yo aparecí en el Brasil a través de esta sagrada imagen para pescadores tan simples, Yo quería dejar el mensaje que el Brasil siempre debe ser el corazón de América del Sur, que pulsará en devoción y fe e irradiará Su Luz para todos los corazones del mundo.
Cada vez, queridos hijos, que se coloquen delante de Mi Presencia Aparecida, estarán confirmando a Mi Corazón Inmaculado que Yo no solo soy su Madre, sino la Madre del Brasil que nunca será expulsada y que reinará con su potestad celestial por los siglos de los siglos y en todos los corazones que Me reciban.
Yo bendigo esta imagen como el socorro para los corazones, para el alivio de los que están enfermos espiritualmente y para aquellos que padecen los dolores en sus cuerpos.
Bendigo esta imagen como el testimonio de Mi Amor por todos, porque Yo Soy parte de esta raza y a esta raza volveré, después de Mi Hijo.
Mientras eso está por suceder, contemplen a su Madre del Cielo, a Nuestra Señora Aparecida para que Yo los pueda llevar a Jesús y todos puedan estar en Su Sagrado Corazón, lastimado por el mundo y por los pecados de la humanidad.
Delante del Padre, del Hijo Amado, del Espíritu Santo y de todos los ángeles del Universo, por la potestad santísima concedida por la Pasión de Jesús y el silencio perpetuo de Mi Corazón Inmaculado, cerrando las puertas a los infiernos, Yo vuelvo a consagrar al Brasil a Nuestra Señora Aparecida con todos los Poderes Celestiales y las Gracias inexplicables que rebrotarán en los corazones como rosas y pétalos de Luz, en alabanza al Creador.
Yo los bendigo, Yo los consagro, hijos Míos, consagro esta imagen.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que nuestra Señora Aparecida restablezca los mil años de paz.
Y ahora, Mis hijos, los que hoy se consagraron, besarán esta santa imagen en nombre del perdón por toda la humanidad, para que los más impíos y crueles se salven.
Les agradezco por responder a Mi llamado y que la juventud sea Mi gran motor por la Paz.
Agradecida a ustedes para siempre.
¡Canten!
Himno de Nuestra Señora Aparecida...
Mientras Me elevo al Cielo canten con fervor, para que las almas despierten a la Misericordia de Dios.
Y ahora que he podido entrar en sus corazones por Mi divina intercesión, que también es la Intercesión de Mi Hijo Amado, vayan y prediquen la oración en sus grupos y familias, en sus seres queridos y conocidos, que deben curar sus corazones y vidas para que pueda resurgir la paz.
Que su Madre, la Peregrina del Brasil, recorra los lugares por donde la quieran recibir. Así, Yo estableceré el cumplimiento del Propósito para el Brasil, que no está en las manos de los hombres y tampoco de los gobernantes; está en el Corazón de su Padre Eterno, el cual siempre deberán buscar en los Cielos, en la belleza de Su Creación. Así estarán en Su Voluntad.
Amados Hijos de María, chispas de Mi Corazón Inmaculado. vivan una vida de oración todos los días para que Mi Inmaculado Corazón triunfe en el mundo, y así Yo pueda llamar a las ovejas antes de que llegue el Pastor en la Gloria del Reino de Dios.
Rezaré por ustedes y ustedes recen a Mi Corazón para que Yo pueda siempre interceder por medio de Mi Gracia Eterna y de Mi divina Pureza.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me elevo a los Cielos. Que canten los Hijos de María el himno de su consagración.
¡Paz y Bien para todos!
Madre Shimani:
Bueno, hermanos, a todos los que nos acompañaron hoy les agradecemos profundamente que se hayan adherido a este llamado de Nuestra Señora. Que la peregrinación de nuestra Señora Aparecida por el Brasil, con esta imagen bendecida por nuestra Señora, recorra cada rincón y recupere cada alma de esta nación.
A todos los invitamos a que nos acompañen en la próxima Maratón de la Divina Misericordia en nuestra amada Aurora en Uruguay, en el Centro Mariano de Aurora, el 5 y 6 del próximo mayo.
En este mes de mayo vamos a permanecer en el Centro Mariano de Aurora y todos los encuentros con los Sagrados Corazones van a ser allí. Así que están todos invitados a participar.
Muchas gracias a todos. Hoy Florianópolis tiene una belleza particular.
Vamos agradecer todos a nuestra Señora.
¡Gracias Madre por cuanto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
No teman a la lluvia de Mis bendiciones, pues Dios les está entregando una Gracia, una Gracia especial que guardarán en sus corazones, queridos hijos. Recíbanla con mucha alegría, pues esto es lo que necesita el mundo, mucha Gracia y mucha Misericordia para poder liberar a los corazones del pecado y entregarlos definitivamente al Paraíso, donde vivirán la eternidad y la paz con el Señor.
Que esta agua, que también brota del Corazón Espiritual de Mi Hijo, los purifique y despierte la pureza en ustedes; tan necesaria para que la paz sea alcanzada en ustedes, en sus familias y en los pueblos.
Si un corazón no se lava en la Fuente de Vida, ¿cómo alcanzará la eternidad, queridos hijos?
Que esta agua represente la liberación de sus corazones para poder hallar el camino correcto hacia Mi Hijo. El agua de la Fuente, de la Fuente que brota de Mi Hijo, aquella que una vez brotó en la Cruz, hoy, los viene a bendecir con el Amor, con el Amor Espiritual de Mi Hijo, para que encuentren los caminos correctos, caminos tan necesarios hacia el Paraíso, que ustedes deben comenzar a recorrer en esta hora tan definitiva.
Queridos hijos, después de dos mil trece años vuelvo a esta región de Brasil, para bendecirlos y adorarlos, y para entregarles una tarea importante en el final de este tiempo: orar y orar, por todos los pueblos indígenas para que reconozcan en ellos la hermandad, pues como Madre también los contemplo con Mi Corazón. Pero, serán necesarias sus oraciones para que también ellos alcancen la Luz y la liberación del dolor que está guardado en sus corazones por lo que se hicieron entre hermanos en otros tiempos.
Por eso, queridos hijos, como la Señora de la Liberación y de la Paz, los llamo nuevamente a la oración; pero ahora con otra consciencia porque hoy, en este día y durante esta noche, Mi Corazón los está despertando para que puedan seguir el nuevo camino, el camino que los lleva a Cristo, la Buena Nueva que deben recibir antes del regreso de Mi Hijo.
Para eso, es importante actuar a través de la oración. Están en el momento de reunirse en familia, como lo hizo la Sagrada Familia de Nazaret, para pedirle a Dios una oportunidad, una oportunidad importante para el mundo, pues ahora su tarea es orar por todos estos pueblos hermanos.
Hoy, Yo intercedo por ustedes. Ahora, sus corazones deben interceder por esos hermanos, para que ellos alcancen también la paz que necesitan y puedan guardar en sus corazones los principios que han alcanzado en el amor a los Reinos y a la vida.
De todas Sus criaturas, queridos hijos, ustedes pueden aprender. Dios les da para aprender lo que Él guarda en Sus criaturas, cada enseñanza gestada con el corazón les trae frutos a sus vidas.
Por eso, vean en esos pueblos hermanos, todo lo que han construido a lo largo de las generaciones, pues Brasil tiene la tarea de recuperar esos principios de amor a la vida, a los Reinos, a la Creación del Padre; porque así, eso podrá ser irradiado a aquellos que no lo viven, principalmente a aquellos que destruyen la Creación de Dios. Por ellos, también Mi Corazón Misericordioso intercede, día a día.
Oro por el mundo para que alcance la paz, principalmente para que todos puedan estar unidos y en cada nuevo despertar ver la Voluntad de Dios, para que ustedes la puedan cumplir sin juicios, pero con amor y verdad.
Queridos hijos, la humanidad es una sola. Ella es una única raza que fue diseñada por el Amor de Dios. Entonces, ustedes, queridos hijos, forman parte de un gran universo de Amor donde viven otros hermanos que aún no conocen, pero que forman parte de esa gran Fraternidad, Fraternidad que ora por ustedes, que trabaja por ustedes desde hace mucho tiempo.
Ahora, ha llegado el momento de despertar a través de Mi llamado materno. Por eso, queridos hijos, no pierdan tiempo y pónganse a orar, Dios los quiere escuchar mediante la oración del corazón. Así, sus familias podrán estar unidas, también ustedes podrán estar unidos a las otras familias en el mundo y se cumplirá Mi aspiración de que toda la humanidad sea la única Sagrada Familia que represente a las Enseñanzas de Dios, que les dejó a ustedes a través del Amor de Su Hijo y de la Presencia de Mi Corazón Materno.
Vean que en todos los acontecimientos, como este que están viviendo ahora, se encuentran los signos guardados, signos de su conversión, de su liberación, de su única unión con Dios. Porque en los Elementos del Padre se guardan los preciosos principios, aquellos que aún no son liberados por falta de oración; principios que han sido perdidos y que la humanidad debe recuperar con el amor a los Reinos y a los elementos, ese precioso Proyecto de Amor que fue construido por Dios y donado con tanto Amor al mundo.
Por eso, queridos hijos, tengo muchos pedidos para hacerles. Este es el principal: orar por su conversión, para que se puedan liberar, reencontrar el amor, vivir en la reconciliación con el Padre y caminar hacia el futuro con los brazos abiertos para recibir la Buena Nueva y encontrar el camino de la redención que les dará Mi Hijo en Su Retorno.
Mi Corazón está abierto para acogerlos. También en esta noche, escucho cada una de sus súplicas. Para que esas súplicas puedan ser escuchadas y aliviadas, les pido que oren; que algunos oren durante algunos meses y otros durante un año para que puedan recibir esa bendición, sus corazones se puedan consagrar y, cada día, ver la Sabiduría de Dios en los aprendizajes que reciban.
Queridos hijos, hoy, estoy con ustedes compartiendo el Amor de Cristo. No dejen de escuchar Mi Corazón, pues los momentos definitivos se acercan y, al fin y al cabo, todo estará cumplido.
Ustedes tienen la chance de poder cambiar. Están a tiempo, queridos hijos, abran sus ojos y sus corazones para escuchar lo que Yo les digo. Únanse al Universo del Creador y comulguen de las Palabras de Cristo.
Perdónense y ámense para que el Nuevo Mundo se pueda reconstruir y el Plan de Dios se cumpla por la amorosa intercesión de la Bienaventurada Virgen María y de Su Hijo Glorificado, Cristo Jesús.
Como hoy les dije, queridos hijos, el Señor que está en los Cielos está reuniendo a Sus rebaños y ustedes, que hoy están aquí, están dentro de ese gran rebaño del Señor.
Gracias, queridos hijos, por escucharme. Hoy, no solo los bendigo con el Agua de Vida, sino también con el Amor de Jesús.
Les agradezco por escuchar Mis Palabras. Vayan en paz y oren con el corazón, allí está la llave de todo, en la oración del corazón.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
A todos Mis hijos que Me escuchan por primera vez, en cuanto elevo Mi Corazón a los Cielos, quiero invitarlos a acompañarme en Mi tarea maternal, mañana, en la ciudad de Olinda.
¡Les agradezco!
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a retomar nuestro trabajo, como todos los días, siendo una sola voz, un solo corazón y vamos a poner la intención de orar por las almas que necesitan de rescate, sin ningún interés para nosotros, solo poniendo en el corazón que nos hemos reunido aquí para orar juntos por nuestros hermanos que están en el planeta, en la confusión, en la oscuridad.
Vamos a ofrecer a la Madre Divina esas oraciones, como vimos durante el día de hoy, colocando esa intención, oración tras oración, sin recitar, orando con amor.
Se comenzó el trabajo orando la invocación a la “Madre Universal”.
En determinado momento, junto a la oración, se entonó el “Ave María”. Luego se continuó orando solo el “Ave María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando Ella apareció, detrás de Su Cabeza se manifestó una gran estrella celeste y brillante, que giraba de un lado a otro. Ella descendió hasta el suelo y después subió hasta la copa del árbol y comenzó a hablarnos, a transmitirnos Sus Palabras, mientras detrás de Ella se abría un gran Cielo celeste donde se encontraban seres angélicos que la coronaban.
Hoy, vengo a anunciarles Mi Amor. Lleven Mi Paz y lo encontrarán.
Gracias por responder a Mi llamado de fe y a la tarea del fin de este tiempo. Quiero que todos sientan Mi Reino Divino, que hoy les traigo para que lo reconozcan y no le teman, porque es glorioso al igual que sus vidas.
Estamos orando juntos, desde hace varios días, para que se unan en fraternidad a Mí y a Mi Gran Estrella-Luz. Quiero que lleven con ustedes Mis Palabras y que encuentren la fortaleza en Mi Amor Inmaculado. Guarden en sus corazones Mi Paz para el fin de este ciclo y cada día vean nacer Mi Luz Celestial.
Hoy, como una Fuente, estoy bañando sus corazones para que se unan a Mí y Me aguarden en un próximo llamado. Muchos irán en peregrinación a varias partes del mundo para llevar Mi Luz a través de la caridad y de la entrega.
Recuerden a los 72 que una vez formó Cristo para este tiempo. El momento ha llegado y es hora de trascender la ilusión que aquí habita. A través de las oraciones lo estamos consiguiendo, pero recuerden que, si se unen a Mí, Yo estaré en ustedes para guiarlos.
Hoy, dejo sobre sus corazones a Mi Rosa Mística para que vean Mi Espíritu Sagrado que los compenetra una vez más. Cuando hoy les pedí la lectura del capítulo de Juan, era para que comprendieran que estamos en el tiempo, un tiempo de revelación y de paz, aunque el mundo esté al revés, dando sus pasos hacia atrás.
Yo estoy aquí para ayudarlos, para mostrarles el camino de la Luz, que se está abriendo a sus vidas. Lleven sobre sus corazones Mi emblema de la Paz, para que todos lo puedan ver a través de las almas que oran Conmigo para darle Luz al mundo, ya que la necesita.
Hoy, les traigo la Luz de Mi Reinado para que la guarden en sus corazones y para que siempre la busquen, a pesar de todo. Alumbro sus caminos con Mis doce estrellas, junto con MIRNA-HE, para que el Espíritu Mayor los guíe y los rebautice en unión a Cristo.
Busquen el silencio interior para comprender lo que les estoy diciendo. No coloquen sus pensamientos en otros asuntos, solo velen por Mi Paz y vigilen por Ella.
Será necesario que lleven a otros corazones lo que les estoy entregando durante todos estos días; será la forma como ustedes se confirmarán a Mí, y Yo a ustedes como la Reina de La Paz. Laven sus seres con las oraciones continuas para que el Espíritu Divino descienda y los pueda fortalecer a través de Mí en esa unión permanente Conmigo.
Descansen en Mis Brazos, si así que lo aceptan, para que puedan ver nacer el Nuevo Sol, la Estrella-Luz que hoy les traigo desde Mi Reino al mundo y a la humanidad.
Aguardo que ustedes continúen unidos a Mí después del día 25, que será el último impulso de Mi Luz para que todos recojan Mis enseñanzas, Mis instrucciones, las siembren y las hagan florecer para los otros.
Lleven la Luz de Mi Corazón y confíen. Yo Soy la Reina de la Paz, la Madre de las Gracias, la Señora y Madre Profeta de la Nueva Era. Hoy, piso con Mis Pies a la serpiente del mal, para que las almas se alejen de las tinieblas y ustedes Me ayuden, en oración, a rescatarlas, como lo estoy haciendo con ustedes durante todo este tiempo que estoy viniendo aquí y a otros lugares.
Necesito de soldados de la paz que confíen en Mí, misioneros que lleven Mi Amor con simplicidad y humildad. No les pido nada más, sino solo orar Conmigo para que se unan a Mi tarea universal, a Mi Principio Inmaculado y a Mi Poder Divino. Por eso, hoy Me anuncio a ustedes como el Águila del Sol, el nuevo Espíritu que desciende al mundo.
Desde los inicios, en Medjugorje, hasta aquí, en Brasil, ¿será que han comprendido qué es lo que quiere el Señor? Por eso, Yo vengo aquí para decírselos: es hora de que los pueblos se encuentren y se unan, primero en espíritu, después en esta dimensión; pero mucho deberá pasar para que esto suceda. Por eso, a todos los estoy preparando para ese momento.
Anhelen buscar Mi Fuego Sagrado, que es Inmaculado, para que transforme sus vidas por entero y para que nada quede del pasado, para que las nuevas ovejas pasten y Yo, como la Pastora del Amor, los pueda guiar hacia Cristo.
No teman unirse a Mí a través de oraciones antiguas, no estarán yendo hacia ninguna doctrina, sino hacia Mí, hacia la redención. Todos estamos en falta, pero todos somos perdonados. Hoy, les traigo esta Gracia para los que se animen a aceptarla.
Oremos sin juzgar y confiemos para amar.
Se ora tres veces el “Ave María”.
Les doy las gracias porque más almas son elevadas. Recuerden cuando eran niños y aprendieron esta oración. La esencia de esta oración es que el Ángel que se anunció a Mí, el Arcángel Gabriel, el Ángel de la Redención, se anuncie a ustedes, para que sus corazones permanezcan abiertos y no se cierren a Mí. Cada uno, en su escuela, debe saber que todos pertenecen al mismo mundo, que está a prueba ante lo Divino, ante la Ley.
Por eso, les traigo Mi Paz para que se animen a trascender lo que aún está inmaduro y que debe florecer para Mí.
Yo Soy la Madre de todos, Soy la Divina Concepción, la misma de ayer y de ahora.
En oración, eleven sus corazones para encontrar Mi Reino.
¡Gracias a todos por responder a Mi llamado!
Que el Amor de Cristo los perdone y los fortalezca. Busquen sin cansancio la Misericordia, ella está allí.
Se canta “Ave Luminosa”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Les queríamos compartir que cuando la Madre se manifestó y nos transmitió Sus Palabras, detrás de Ella aparecieron tres estrellas doradas que formaban una triangulación y, entre esas estrellas, apareció escrita la palabra MIR.
Al final, mientras el coral estaba cantando, Ella se fue elevando, y nos irradió siete rayos de diferentes colores. Después desapareció.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más