APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido, en la hora indicada y en este último día, junto con los ángeles que han traído en sus manos las Reliquias de Mi Pasión, guardadas en el Arca de la Santa Alianza.

Así, como lo hice con los apóstoles del pasado, vengo a instruirlos sobre los próximos tiempos.

Preparémonos.

Verán venir, a través de este Sistema Solar, al Hijo del Hombre.

Aún no es conocida la forma de Su Retorno al mundo, pero muchos de ustedes participarán de ese acontecimiento de tres formas probables: material, mental o espiritual.

No sabrán cuándo ese momento se acercará, porque vendré como el vigía de la noche y no avisaré; pero si sus corazones están atentos, vigilantes y orantes no entrarán en tentación, sino que sabrán reconocer, en lo profundo de su ser, el momento de Mi llegada.

Como fue dicho en las Apariciones de Garabandal, en España, será dada una señal al mundo, a través de tres llamadas.

La primera, será una llamada interna, que muy pocos reconocerán, pero que muchos podrían conocer, sentir y escuchar si verdaderamente tuvieran el corazón abierto a la transformación.

La segunda llamada será una llamada mental, propia del Universo Ultraterrestre que, de una forma u otra, sus Ángeles de la Guarda se la harán saber como fieles mensajeros del Padre, siempre y cuando estén unidos a ellos, en divinidad y de corazón.

La tercera llamada será más fuerte, será una llamada universal, en el ápice de la gravedad planetaria, una llamada que será en todos los continentes y pueblos. Será una llamada planetaria real y física, inconfundible pero misteriosa. Solo los puros de corazón comprenderán el mensaje que será visto en el cielo.

Les dije a Mis apóstoles que vendrían tiempos de grandes definiciones y esos tiempos son ahora. Ustedes y la humanidad los están atravesando. A partir de este año, que los rige en su calendario alternativo, todo sucederá de manera gradual.

Pero no tengan miedo, porque más allá de lo que vean, sientan o escuchen, quien esté unido a Mí y defienda de sí mismo todo Mi Legado no estará solo, sino que será parte de la promesa que Yo le he hecho a Dios para el fin de estos tiempos, antes de Mi Retorno al mundo.

Hoy también vengo a hablarles de los grandes cambios que aún deben suceder en sus vidas, siguiendo el camino de la fidelidad y de la transparencia, de la lealtad y sobre todo del amor, para que sus vidas estén protegidas de las fuerzas del mal que aún seguirán desatándose sobre la superficie del planeta.

Aunque en ciertos momentos sientan que la batalla espiritual es muy fuerte, nunca, pero nunca se suelten de Mi Mano, porque Yo no los abandonaré. Pero ustedes deben conquistar el Amor crístico, el Amor redentor y unificador, ese mismo Amor que fue vivido por Mí hasta la Cruz.

En ese momento y bajo ese acontecimiento, sabrán, compañeros, cuál es su verdadera cruz y qué es lo que esa cruz significa para sus vidas.

Por eso, a través de estos encuentros, Yo vengo a renovar sus vidas, para que sus vidas estén preparadas para lo que la humanidad vivirá como definición. No solo puedo hablarles, compañeros, de cosas hermosas, debo hablarles de la verdad. 

Mi venida, en este tiempo y en este momento en el cual se encuentran, no es un encuentro pasajero o momentáneo. Este es el ciclo de hacer despertar al apóstol y que, al igual que los apóstoles del pasado, den sus vidas por Mí. Porque así el mundo entero, aún sumergido en el dolor y en la ignorancia, será merecedor, en el fin de estos tiempos, de los tesoros espirituales que guarda Mi Corazón en el Arca de la Santa Alianza.

Yo les prometí estar con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos, y estoy aquí a través de este encuentro cumpliendo esa promesa. ¿Lo creen?

Por eso, cada uno de ustedes debe difundir Mi Mensaje, todo esto no puede quedar solo aquí. Ustedes pueden ser Mis apóstoles y también Mis mensajeros, a través de sus palabras pueden llevar Mi Palabra de vida, Mi Palabra de consuelo.

Cuán hermoso es ver cómo entre hermanos se sostienen entre sí, más allá de sus diferencias, sentires o ideas. En esa unidad oculta, que los invito a vivir en este tiempo final, es en donde no podrá entrar el mal, nunca lo olviden.

Si Yo los amo como los he amado desde siempre, cuánto más ustedes se podrán amar entre hermanos.

Ustedes y muchos de sus hermanos en el mundo, más allá de las distancias, pueden ser parte de la nueva fraternidad esenia, de aquella que una vez existió en los tiempos pasados y que dejó una huella imborrable en todos los que tuvieron la Gracia de conocer al Mesías y a toda Su vida crística.

Esa fraternidad esenia debe ser, en este tiempo, su aspiración para poder estar dentro de la Ley de la Jerarquía, para vivir en la Jerarquía, para ser como la Jerarquía.

No piensen que lo que les digo es imposible o inalcanzable, su primer paso en este tiempo es la fraternidad humana para, algún día, alcanzar esa fraternidad esenia.

Recuerden todo lo que ahora les digo, porque ya lo vivieron. Recuerden y permitan que, de lo profundo del corazón, de lo profundo del alma y de la esencia, emerja esa fraternidad esenia que ustedes compartieron con la Sagrada Familia. 

Muchos fueron discípulos de San José, muchos fueron discípulos de Mi Madre, y todos fueron seguidores Míos a través de los tiempos.

Solo deben dejar que el corazón los inunde con estos principios, los colme con estas aspiraciones y, cada día más, los haga buenas personas que no solo siguen los Mandamientos, sino que también los viven en la simplicidad del corazón y en la humildad de la vida.

Yo vengo a mostrarles la verdadera historia de su humanidad. Así como estuve con ustedes hace dos mil años, hoy de nuevo estoy con ustedes después de dos mil años. ¿Logran sentir lo que esto significa y cuán grandiosa es la maravilla de Dios? La Gracia del Padre, que de tiempo en tiempo, desciende sobre las almas sedientas de Misericordia, de Luz y de Redención.

Mi Nombre debe estar escrito en sus vidas, porque el Nombre de Jesús aún es un misterio para todos. Pero ese misterio, dejará de serlo cuando Yo retorne; sabrán Quién fue Jesús, como muchos en algún momento lo habrán podido sentir. Detrás de ese Nombre existen muchos más Nombres, Nombres que provienen de la Fuente y de toda la manifestación divina.

Es allí hacia donde deben retornar, para que Yo pueda retornar a ustedes.

No crean que son lo que externamente muestran o todo lo que aparentan. No permitan que sus vidas sean regidas por esas energías, dejen que el corazón se abra más y más, hasta que sus corazones puedan amar a todos sin condiciones y aprendan a ser padres y madres en espíritu, hermanos en la sagrada fraternidad esenia.

También en el pasado, la Orden Templaria dio continuidad a esa fraternidad esenia, pero eran los mismos que se reunieron y que se unieron en torno a las sagradas Reliquias de la Pasión, para poder fundar ese nuevo impulso que vino del universo de que, de una forma u otra, se constituyera la nueva humanidad como una semilla de luz en las consciencias.

A través de estos últimos años y de las últimas Sagradas Semanas, he venido con Mis propias Manos trayendo el Agua de Vida para regar esa semilla interior que hay en ustedes, para que brote y nazca la nueva vida, la Nueva Humanidad. Pero ese trabajo es muy esforzado, requiere de Mis apóstoles mucha determinación y valentía, para que esas profundas Aspiraciones de Dios se cumplan.

Por esa razón, Yo los he traído hasta aquí, hacia Aurora como hacia otros lugares, en donde esa semilla de luz pueda expresar la vida de las Comunidades-Luz y, aún más, abrir sus puertas y sus corazones para acoger al mundo entero por medio del servicio humanitario, en donde muchas más semillas, en este tiempo de aparente derrota, están siendo colocadas y sembradas en los corazones, por un solo motivo, que todos alcancen la felicidad de estar en Dios y de reconocer Sus Sagrados Nombres para que esta humanidad herida sea curada, para que esta humanidad enferma sea sanada, para que esta humanidad indiferente sea unificada, para que esta humanidad dividida sea hermanada, para que esta humanidad desesperanzada viva la divina esperanza.

Mis promesas aún se seguirán cumpliendo en aquellos que se ofrezcan como cálices vacíos para que sean depositarios de los códigos de Mi Iglesia Celestial, de todos los méritos alcanzados durante Mi Nacimiento, vida pública, Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión.

Yo no necesito de algo difícil, Yo necesito de su simple donación, porque quiero que Mis amigos vivan en Mi Amor, para que Mis amigos vivan en Mí, como muchos amigos Míos a través de los tiempos vivieron en Mí y se animaron a amar lo desconocido.

Cuando hago silencio es para que contemplen, mediten y escuchen Mis Palabras, porque Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán en los cálices vacíos.

Vendré a su encuentro en las próximas Semanas Santas, pero esta vez será diferente porque Mi tiempo está finalizando con ustedes. Pero Mis Dádivas y Mis Gracias nunca terminarán, hasta que sus vidas sean la propia Gracia de Dios transformada.

Este encuentro seguirá siendo llamado Sagrada Semana, pero nos reuniremos solo en algunos momentos de las próximas Semanas Santas: en el Domingo de Ramos, en el Jueves Santo, en el Viernes Santo, en el Sábado de Aleluya y en el Domingo de la Resurrección de su Señor.

En esos días, Yo vendré al mundo para entregarles Mis últimas Instrucciones, porque no puedo partir de aquí ante tanto sufrimiento planetario, porque sé que las almas Me necesitan.

Solo les pido algo, que recen para que esos próximos encuentros puedan suceder.

No importa cómo sea, dónde sea, pero Mi Mensaje llegará, les doy Mi Palabra de esto, y espero que en la próxima Semana Santa sus corazones estén más decididos y definidos porque les quiero decir a todos que ya no hay tiempo.

No quiero forzarlos a dar un paso, quiero despertarlos a dar un paso, paso en los grados del amor. Es tan maravilloso esto, que los grados de amor son tan infinitos pero tan semejantes en todos Mis compañeros.

Tengan presente esta Instrucción, porque el universo y Su Rey siempre les darán la oportunidad de amar. También es una promesa que amen aquellas cosas que ustedes mismos no creerían que podrían amar.

Pero después de tantas Instrucciones, de tantas bendiciones y Sagradas Semanas, solo espero que en esta Pascua que hoy celebramos, del Cordero de Dios inmolado en sacrificio, puedan decirle a Dios Padre: "Mi Corazón está pronto para lo que Tú deseas, para lo que Tú esperas. Padre, haz de mi vida un instrumento en Tus Manos. Transforma este barro en algo bello para Ti, porque Tú, Padre Amado, siempre resucitarás mi vida. Yo confío en Ti".

Quiero celebrar esta Pascua con todos los presentes y, especialmente, con todos los que están en sus hogares y con sus familias en este Domingo de Pascua, en el que las puertas de los Cielos están abiertas sobre el mundo para que Mi Espíritu resucitado resucite a todos los espíritus caídos, bajo la gloria del Sacramento de la Eucaristía.

En la presencia de los Ángeles Custodios de Dios, en la presencia de los Coros más cercanos a la Fuente Divina, hoy ellos, ante el Rey del Universo, serán testigos de que la sagrada forma de la Eucaristía ingresará, como una luz inmaterial, en los corazones que se abran para recibirla y así se instituya, de una vez y para siempre, la sagrada fraternidad esenia. Amén.

Para que sus corazones se terminen de purificar y preparen sus templos internos para recibir el Sacramento, prepararemos esta ceremonia para todos.

Los invito a invocar la presencia de sus Ángeles de la Guarda para que también sean testigos de la celebración de esta Pascua del Resucitado, de Aquel que resucita de tiempo en tiempo en el corazón humano, para hacer de cada corazón humano un corazón redimido.

Ofrezcan a sus almas la oportunidad de gobernar este momento y que todas las miserias, incertidumbres, dudas o sufrimientos, sean disueltos a través de esta celebración eucarística. Para eso escucharemos una canción desde el Centro Mariano de Figueira, una canción tan simple que dice muchas cosas, llamada “Corazón vacío”.

Los escucho, y celebremos en Mi Iglesia Celestial.

Canción: Corazón vacío.

Postrados ante la Iglesia Celestial de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo y Rey de la Vida, ofrecemos en este momento, ante Su Presencia, nuestros corazones vacíos para que, como Él dijo, nos pueda llenar de Sus Códigos de Luz y así todas las incertidumbres, dudas, sufrimientos, dolores sean disueltos por la sagrada celebración de esta Eucaristía.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Escuchamos el instrumental y vamos a seguir, en este momento, los pasos que nos está indicando Nuestro Señor.
 

Hoy, después de haber resucitado de entre los muertos y especialmente de haber resucitado en el corazón de cada uno de los Míos, vengo a compartirles el Pan de Vida y el Cáliz de la Salvación a todos Mis compañeros del mundo, para que la fortaleza de la unidad y de la fe unifique a todas las familias del mundo y haga de cada corazón humano una llama de fe en estos tiempos de oscuridad; para que la Luz del Reino de los Cielos, que está dentro de cada uno de los Míos, se haga presente y triunfe una vez más. Que así sea.

Antes estuve reunido con Mis apóstoles, hoy estoy reunido con muchos seguidores más y vengo a entregarles Mi Vida sacramentada en la Eucaristía.

Es así, que tomando el pan entre Mis Manos lo ofrezco al Padre, Adonai, Elohim y Abba, para que lo bendiga y lo convierta en el glorioso y resucitado Cuerpo de Cristo, que hoy ingresará en forma de Luz Divina en los corazones que se abran para recibirlo en Comunión Espiritual.

Así, por todo el planeta y por ustedes, haciendo memoria de Mi Legado en todas las Sagradas Semanas, vuelvo a partir el pan para ofrecérselo a ustedes, diciendo: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Y como los Ángeles del Cielo, nos postramos ante la presencia del Divino Sacramento del Altar, para que las almas más sufridas sean reparadas por la Presencia de Cristo, Nuestro Señor. 

Así, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos y se lo ofrezco a Adonai, Elohim y Abba, para que sea bendecido y convertido en Mi preciosa y divina Sangre y les vuelvo a decir, compañeros: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza que fue derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hoy hagan esto en memoria Mía".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Que todos los Reinos de la Naturaleza sean reparados, porque ellos no se pueden defender del hombre. Que las almas de la Tierra y el corazón humano despierten a la consciencia del amor por toda la Creación para que Mi divina e insondable Misericordia descienda a la Tierra.

Con alegría, júbilo y amor anunciamos que este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los que se sirvan de este Sacramento en Comunión Espiritual, porque Yo les he prometido la vida eterna.

Y ahora, oraré y les pediré que oren Conmigo para consumar la consagración de estos sagrados elementos. Así como Yo lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, oraremos meditando sobre cada palabra.

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

Anuncien Mi Paz al mundo.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Acaba de aparecer Nuestra Señora, vestida como una Esposa Celestial. Su belleza es indescriptible.

Pedimos ahora que las Madres se coloquen detrás del altar, para que anunciemos junto a Nuestro Señor y a Nuestra Señora esa poderosa, pero simple oración del centurión.

Contemplamos la majestad de nuestra Madre Divina que viene a recibir, en Su Corazón Inmaculado, las ofertas de todos Sus hijos.
 

 

“Señor yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Amén".

 

Así, hoy les anuncio que cada uno de los presentes y de los no presentes en este santuario, está en Comunión Espiritual Conmigo. Celebremos a través de tres campanadas.

Hoy invito a todas las madres del mundo, en nombre de todas estas madres aquí presentes, a renovar sus votos con la maternidad espiritual, inextinguible espíritu de protección divina sobre todos los hijos de Dios.

Escuchamos, en comunión, siete campanadas.

Hoy, después de mucho tiempo, siento sus corazones en Mi Corazón y esto Me motiva y Me impulsa a venir aquí, para poder llegar al mundo.

Agradezco a todos los que construyeron con sus manos y con su tiempo está Sagrada Semana, una de las más inolvidables para Mí. También agradezco a todos los que fielmente acompañaron esta Semana Santa. Como les ha dicho Mi Madre: "Yo estoy aquí" y Soy Su Maestro.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermana Amerisa puede pasar aquí y arrodillarse un momento delante de Cristo.

Nuestro Señor, hoy la bendice en esta sagrada tarea de la maternidad como Madre Elisabeth de la Cruz. 

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ponerse de pie.

 

Y ahora, compañeros, Mi tiempo ha terminado y quiero que terminen escuchando una canción que sea la melodía de estos tiempos para los nuevos apóstoles. Esta canción se llama “Estar en Tu Corazón”.

Yo los bendigo y les doy Mi Paz.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Podemos ir en Paz, demos gracias a Dios.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

A pedido de nuestro Maestro, vamos a repasar con ustedes, muy brevemente, aquellas cosas que han sucedido en esta semana.

Recuerden que Nuestro Señor llegó en el Domingo de Ramos, anunciando que Su Pasión iba a tener, en esta última semana, una profundidad más amplia, porque Él quería que nosotros preparáramos nuestro corazón.

Él trabajó con toda la humanidad durante toda la semana solo para preparar nuestro corazón, para que hoy, domingo, el día en que Él resucita en nuestro corazón, nosotros nos pudiéramos animar a decirle: “Señor, mi corazón está pronto”. 

Y en esa última frase que Él dijo, que nuestro corazón estaría pronto para ser un instrumento, abrazando lo desconocido con total confianza, se resume toda nuestra trayectoria durante esta semana. Y es lo único que nos debe importar en este tiempo: preparar nuestro corazón para que esté pronto, para abrazar cualquier cosa que Él necesite de cada uno de nosotros, con total confianza en todos Sus Designios y en Su Amor.

Su Gracia y Su Misericordia son infinitas; por eso, Él estará sustentando nuestros espíritus por las Semanas Sagradas que vendrán.

Nosotros prepararemos, con júbilo en el corazón, Su casa, nuestro corazón, y lo esperaremos con alegría y gratitud. 

Prepararemos para todos ustedes una tarea que va a resumir todo aquello que Nuestro Señor realizó durante esta semana, y podremos repasar todo lo que vimos y escuchamos, y todo aquello que, ocultamente, Nuestro Señor hizo en nuestro planeta y en nuestra humanidad y que Él tuvo la Gracia de podernos mostrar, porque necesitamos comprender lo que sucede en este mundo cuando Él nos regala Su Presencia.

“Seguimos preparando nuestro corazón, Señor, para abrazar todo aquello que vendrá y transformará esta Tierra, en esa Aspiración de nuestro Padre: que este mundo, este planeta y esta humanidad se conviertan en un planeta sagrado”.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

Y unidos a Ti, Rey del Universo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICI0N DE CRISTO JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy no vengo del desierto, pero sí de un lugar del Universo, para contemplar a Mis guerreros, a aquellos que dicen vivir en Mi Divina Misericordia.

Finalmente llegué aquí y a esta parte del planeta, para extirpar del seno de esta Humanidad y de algunas almas lo que hace corroer la vida espiritual. 

Ante la potestad del infierno, sus corazones no deben temer. Si Mi Gobierno está presente y vivo en sus corazones, el Plan de Mi Padre triunfará.

Podrá temblar la tierra, abrirse los abismos, emerger las bestias, pero los ángeles del Señor, aquellos que sirven a todas las almas, vendrán a su auxilio para desterrar todo lo que genera la impureza en la humanidad. Traerán del Universo y de los Universos Celestiales, los Dones y las Gracias de Dios para que las almas se conviertan y participen de este Plan definitivo que comienza a pulsar en Mis nuevos apóstoles.

Cuando Yo estoy presente, compañeros, no hay mal que se pueda resistir.

Recuerden que Yo sufrí por ustedes, padecí por ustedes, entregué Mi Vida por ustedes, derramé Mi Sangre por ustedes, para generar a través de los tiempos la Liberación.

A través de los Méritos de Mi Divina Misericordia crean que es posible trascender los abismos de la Tierra, y a través de Mi Presencia Sagrada, por medio de Mi Insondable Corazón de Luz; cerrar las puertas al mal para que las almas resuciten espiritualmente, se liberen de sus ataduras, de las cadenas de la involución, para que pueda emerger la verdadera alma, aquella esencia divina creada por Dios que vino a cumplir una parte del gran Propósito Universal.

Hoy vine aquí con Mi gran Consciencia de Luz.

Después de mucho tiempo, aproximo todo Mi Ser hacia ustedes, para que sus cuerpos no tiemblen, pero sí, sus corazones se puedan calentar en Mi Divino Espíritu.

Todos los ángeles que forman parte Mis legiones de Luz, se congregan cuando estoy presente para transmitirles el mensaje de salvación y redención.

Cuando el Rey del Universo está presente, las puertas al Reino de Dios están abiertas y todas las Jerarquías Celestes se reúnen como una única Hermandad, para impulsar a los autoconvocados a vivir el fin de los tiempos con un espíritu de valentía y de coraje, con el espíritu del verdadero guerrero que no batalla con la espada para lastimar, sino trabaja con su corazón para irradiar Mi Amor al mundo. 

El Amor de Dios que puede vivir en ustedes todo el tiempo los hará invencibles, soportarán las corrientes contrarias que vendrán hacia Mis apóstoles para prepararlos para el gran momento final, donde el gran ángel caído vivirá su juicio ante la Presencia del Hijo de Dios, del Supremo Padre, del Espíritu Santo, del Arcángel Gabriel y de la Santísima Madre del Mundo.

Cada vez que el tiempo pasa, que el final de los tiempos se aproxima y la hora del juicio se acerca, los demonios más impuros se estremecen, al ver resplandecer la Luz de Cristo en todos los hijos de Dios que se definen a dar los pasos en Mi Santo Nombre glorioso, para derrotar las corrientes del mal y hacer concretar el Plan de Dios en la superficie del planeta.

En cada mes, cuando Yo me aproximo a ustedes, sus corazones deben estar más conscientes, sus mentes deben estar unidas a la Mía, para que nada, ni nadie, los pueda separar de Mí.

Yo les ofrezco Mi Corazón poderoso que es el emblema de la verdadera espada de Luz que flamea en el Universo para instituir en toda la Creación, el Amor y la Unidad que nunca separará a las criaturas de Dios, a pesar de cualquier corriente contraria que venga a lastimarlos o a incomodarlos. Sepan, queridos compañeros, que las puertas del Armagedón ya están abiertas. 

Trabajen todos los  días, no solo para elevar sus consciencias sino también para redimir cada aspecto de sus seres y ayudar a sus semejantes para que abandonen las cadenas del mal, se rediman, se trasciendan, alcancen el amor y hagan triunfar Mi Corazón en cada ser de este mundo.

Sean Mis apóstoles del fin de los tiempos, sean ese único espíritu que trabaja por el Plan de Dios en nombre del Hijo Primogénito y de la Santísima Madre Celestial.

No se cansen de trabajar por esta Obra de Dios que desciende sobre la Aurora, y sobre cada corazón humano para que sea participe del venidero Reino de Dios, después de la transición de la tierra.

Crucen el umbral de esta transición sin miedo, a pesar de que los embates sean fuertes, y las batallas cansadoras.

Crean, queridos compañeros, que Mi Corazón Misericordioso y Luminoso los encandilará, será el farol para el mundo, será la llama encendida que alumbrará los caminos de cada uno de ustedes durante los tiempos de la gran tiniebla. 

Y a pesar de que en la superficie del planeta las fuerzas del mal tengan posesión de muchos corazones, Yo tengo muchos, muchas criaturas, que son servidoras Mías, incansables, que están a Mi lado, siguiendo Mis Pasos en nombre del sacrificio y de la humildad, en nombre de la reparación por todos los ultrajes cometidos.

En todos ellos está Mi Templanza, esta Mi Fuego, está Mi Luz, está Mi incansable Amor que puede irradiarse al mundo a través de los espíritus que dicen " sí" a la Voz del Gran Maestro.

Mientras les hablo, compañeros, Mi Voz exorciza todas las cosas, cierra todas las puertas inciertas, y trae el Reino de Dios a la superficie de un planeta enfermo, para que los corazones se puedan coligar todos los días con el Propósito de Dios, que está escrito en sus almas desde el principio de la creación hasta el fin de los tiempos.

Ustedes, junto a Mi, forman parte de una nueva historia que se escribe en el Corazón del Padre, una historia redentora, una historia de paz y de amor que vuelve a conocerse por cada uno de Mis apóstoles.

No intenten modificar los tiempos; todo pasará, mas Mis Palabras permanecerán.

Cuando Yo ya no esté aquí, entregándoles el impulso de Mi Corazón, deberán vivir en sus vidas todos los impulsos que Yo he derramado, a través de los últimos tiempos, en cada maratón de oración, en cada encuentro mensual Conmigo.

El alma que ha sido provechosa de todas las Gracias derramadas desde Mi purísimo Corazón, desde Mi manso Espíritu, estará al resguardo durante el tiempo final y tendrá el escudo, la espada y el casco para prepararse para la batalla.

Así Yo formo a los ejércitos, ejércitos de la humildad, libres de la soberbia, de toda arrogancia; espíritus en libertad que saben encontrar la paz cuando el caos está presente en el mundo. 

No se olviden, compañeros, de las Leyes Universales, las cuales encomiendo que estudien para que nada los sorprenda ante de tiempo, y así sepan preparar a sus semejantes, cuando todo se desate en el mundo.

El gran y último nudo de la consciencia resistente de la humanidad será desatado por vuestro Rey. Y cuando eso suceda, todo se desarrollará, así como fue escrito, por Mi amado apóstol Juan.

Vivan el Apocalipsis en consciencia, develen los misterios a través de las señales que vienen por medio de los Mensajeros Divinos.

Vean a su alrededor cada movimiento del planeta y no sean indiferentes, porque si son indiferentes, estarán aislados de la Verdad y no tendrán conocimiento para poder discernir en las cosas.

Vivan la Sabiduría que es derramada por medio de los instructores que Mi Padre les ha encomendado. Sepan reconocer  en humildad, el Amor qué existe en ellos.

Y sepárense de las apariencias, vivan una sola hermandad, porque esa hermandad, compañeros, construirá el verdadero castillo que soportará toda la batalla. 

Mas si están firmes en el Amor y en la Unidad, no habrá nada que lo derrote, que lo tire abajo, porque sus corazones estarán en la Luz, en la Unidad, en la Misericordia de Dios, códigos que el mal no conoce en estos tiempos y que nunca ha conocido.

Vivan la dualidad, no como un conflicto, sean inteligentes y sepan soportar las corrientes que vienen del Universo.

Nuestras manos están extendidas, no solo para retirarlos del desierto, sino para apartarlos del abismo que se abre sobre la superficie de este mundo, tragándose a muchas almas inocentes.

Sean misericordiosos. En los pequeños detalles de la vida imiten Nuestros Corazones, que ya son sagrados para ustedes, y que vienen a su encuentro para traerles la Luz de Dios, la Esperanza.

Ahora vean, compañeros, con sus consciencias de luz.

Sientan, con sus corazones, como todo se ha pacificado. Porque donde está el Amor de Dios, no existe nada opuesto, solo existe la Verdad, que compenetra los corazones para que vivifiquen, en espíritu, la Presencia del Padre Sublime.

Sientan cómo los ángeles ayudan a restaurar todas las cosas trayendo la Gracia de Dios para los corazones que se abren a recibirla profundamente en sus esencias.

Por último, les pido, carguen con su cruz, no como un castigo, ni tampoco como un martirio. Carguen su cruz por todas las almas del mundo, por los horrores que viven los Reinos de la Naturaleza y nadie, ni siquiera la mayoría, se acuerda de ellos.

Amen como nunca han amado, y sus corazones se redimirán.

Confíen. Porque si aman, Dios estará presente en sus vidas.

Mis Palabras traen el poder de lo nuevo, la renovación, porque Yo renuevo todas las cosas.

Vengo a anunciar para todos que los necesito para llevar Mi Obra adelante. Y mientras se purifican, Yo los ayudaré a poder ver la  meta en su universo interior.

Hoy celebro una cena reparadora con todos. Derramo Mi Gracia sobre el mundo para traer la Paz.

Me han preparado un pan especial, el cual Yo gusto mucho, porque es el pan que simbolizó hace dos mil años la presencia de Mi Cuerpo, en materia divina, para todas las almas del mundo.  Siempre que hagan un pan así, sepan que recordarán  la presencia del Hijo en la Última Cena y su transfiguración en Luz y  en Amor.

Ofreceremos estos dones por todas las almas caídas, por los que han abandonado Mi camino, en estos últimos tiempos, porque volveré a encontrarlos y les diré: “¿Qué has hecho con los talentos que te di?”

Las perlas preciosas que Yo entrego no pueden desecharse. Por eso Yo los transformo rápidamente y los ingreso al circuito de la purificación para que no pierdan los tesoros que Yo he depositado, en confianza, en ustedes.

Por eso, los que hoy están  alrededor de esta Obra, no son los mismos que estuvieron ayer, les enseño a trabajar en la humildad, pero no en la indiferencia de estar descansados, sin hacer nada por el Plan.

Yo los invito a reconocer una vida anónima, un vacío profundo, para que emerja el silencio  que siempre les revelará lo sagrado.

No existen primeros, ni segundos, para Mí. Todos están en las filas del ejército del Redentor.

Los invito a aprovechar las oportunidades que les doy en las últimas filas, pues en ellos está la mayor responsabilidad de animar a los que llegan para que trasciendan sus vidas y cumplan con el Propósito que Dios pensó. 

Celebremos esta Cena por los apóstoles que están llegando a Mi mesa y por los que llegarán para demostrarles a los que son mas viejos en este apostolado del amor, que la humildad siempre los mantendrá unidos a Dios.

Y harán como Yo hice con Mis apóstoles: lavarán los pies de los que son más jóvenes, para que ellos tengan la mayor oportunidad de amar.

Sean humildes como Yo les enseñé, no quieran nada para sí, sino todo para los otros. Esa es un alma que vive en la felicidad celestial.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Cristo vamos a cantar "Guerreros de la Misericordia".

Misericordia, Océano de Piedad...

Queridos compañeros, les dejo Mi Cuerpo y Mi Sangre como testimonio de Mi Fe por ustedes, para que el Propósito de Dios se cumpla en cada corazón que es congregado por Mi Espíritu para vivir la Sagrada Palabra y el divino ejemplo de la cristificación.

Les agradezco por soportar Conmigo las corrientes poderosas que vienen a liberar a la humanidad.

Sepan que Mi Corazón se ofrece como refugio para cada alma que aspire a estar en él.

Nos veremos, compañeros,  en la próxima Maratón de la Misericordia, en donde iré a visitar a Mis más queridos apóstoles, aquellos que apoyan incondicionalmente Mi Obra.

Vean en ese sentido, que los planes que Yo tengo para todos son fuente de Gracias para las almas, una oportunidad que no se puede perder.

Sean conscientes de eso y apoyen Mis santas decisiones, porque así no se engañarán.

Los bendigo, en el nombre de la Luz de Dios, bajo el poder del Padre,del Hijo y del Espíritu Santo. 

Sean paz para este planeta y nunca se cansen de serlo.

Mientras me elevo, que canten mis guerreros de la Misericordia, pues la fuerza del guerrero está en el Amor.

Guerreros de la Misericordia...

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos vamos a agradecer a Cristo la oportunidad de que Él descristalice nuestras consciencias en representación de todas las consciencias del Planeta que viven esa ilusión de estos tiempos, que no conocen el Amor de Dios y que no están despiertos a su verdadera tarea. 

Vamos agradecer porque Cristo, como un Gobernante mayor, venga a traernos esas corrientes para que las podamos conocer y distinguir y no tenerles miedo, sino abrir nuestro corazón y nuestro espíritu para poder acompañar esta Obra del fin de los tiempos a la cual todos estamos siendo convocados, como lo dijo hoy.

Hoy, Él vino con todo su Gobierno Celestial, por decirlo de alguna forma.

Cuando apareció, tenía un báculo en su mano izquierda, que lo hizo golpear en el suelo y una expansión de Luz solar abrazó, en cuestión de segundos, a todo el planeta, lo que se llevó, liberó, expulsó, muchas maldades.

Él mostró ese acto, ese ejercicio, no para que nosotros conozcamos Su Poder, porque mientras hacía ese ejercicio,  al mismo tiempo revelaba Su Corazón manso y humilde.

Sentimos que Cristo vino a enseñarnos a vivir la determinación, a poner fin a una etapa y comenzar un nuevo ciclo, acompañados por Su Presencia.

Así somos invitados, como Él nos dijo hoy,  a seguir sus santas decisiones.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA 30.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

¿A qué le temen? Cuando Yo estoy presente la Luz reina y la oscuridad se disipa de los espacios más profundos de todos los seres. 

¿Por qué temen? ¿Acaso el Poder que Dios Me ha dado no es más fuerte que mil ejércitos?

El Poder que viene de Dios es invencible pero no puede ser tentado por nadie.

El ángel caído aún no ha salido de su abismo porque todavía falta que Yo retorne para entregarles Mi Victoria y Mi Paz. 

Yo los llevo a todos por un largo desierto y algunos temen morir en el camino por tanta sed.

Yo Soy ese gran Espejo de Agua, Soy ese Oasis que está en la mitad de sus caminos para salvarlos y darles de beber de la última Agua de Vida que todo salva, que todo redime y que todo sana.

Aún están a las puertas de ese gran desierto que Yo los invito a cruzar a través de las experiencias y de las pruebas. ¿Acaso no confían que Yo pueda estar allí para ayudarlos?

Hoy estén postrados como Yo una vez lo hice en el Getsemaní.

La soledad forma parte de la prueba de todos los iniciados. Si Yo, que Soy vuestra Vida, lo padecí, ustedes también, pero no en el mismo grado como Yo lo sufrí por ustedes y por todo el mundo, hasta los tiempos de hoy. 

No hay hacia donde puedan escapar, compañeros. El Armagedón es la puerta de entrada al Apocalipsis, que muchos creen que aún no ha llegado pero que se desenvuelve de una forma arrasadora en esta humanidad. 

Yo Soy ese Sagrado Corazón que los consuela, que los conmueve, que los une con el Padre Celestial.

Las espinas de Mi Corazón son la muestra de la gravedad del mundo y de todos sus moradores.

El yugo es fuerte en estos tiempos pero no hay qué temer, trabajen por Mi Padre y junto a Mí, para servirme en el nombre del Amor, del Amor Infinito. 

Hoy se desata en el mundo la gran y primera batalla espiritual, que no está en la visión,  ni al alcance de todos.

Por eso he venido en esta noche para confortarlos, para darles a beber de Mi Agua, que no los hará morir sino renacer en espíritu, en unión Conmigo. 

Son tiempos difíciles y se volverán cada vez más difíciles, pero necesito que se aferren a Mi Corazón para que puedan estar en el Corazón de Mi Padre.

También sufro por tantas crueldades, por tantos desánimos, por tantos pecados; pero Yo morí por ustedes en la Cruz y Me fue concedida la Misericordia de Dios.

El mismo Dios se hizo clavar en la Cruz por ustedes para que no se perdieran. Pero esta experiencia parece no ser suficiente para esta humanidad de hoy, que en la consciencia profunda cree que el Maestro fracasó.

La victoria está en la fuerza del Amor verdadero e invencible que proviene de la Fuente de Mi Padre y que regenera todas las cosas, las cosas más perdidas. 

Si sus caminos alguna vez se desvían de los Míos, sepan que pueden retornar.

¡Cuánto amor tengo para dar a las almas y pocos lo aprovechan!

¡Cuánto tiempo tengo Mis Brazos abiertos y extendidos hacia ustedes para acogerlos y pocos Me abrazan!

¡Cuánta paz puedo entregarles y pocos la buscan!

Les di los Sacramentos, las señales de la salvación para que pudieran vivirlos una y otra vez; porque el cuerpo puede morir pero el alma vive en la eternidad.

Es a sus almas que no deben fallar, es a sus espíritus que no deben lastimar por sus acciones, por sus dudas, por su poca fe.

Yo sé que muchos no se animan a cruzar este desierto tan extenso y duro.

Quien confía en Mi Misericordia se salvará y no estará perdido. 

Hoy vengo como el Jesús de la Divina Justicia para el mundo.

Mis Manos siguen llagadas por las faltas del mundo, por la soberbia, por la arrogancia, por la falta de penitencia. Pero Yo les doy la fuerza para reconstruirlos, para sanarlos, para renovarlos una y otra vez. 

Estoy a las puertas de ese desierto para acompañarlos, pues muchas almas no sabrán cómo caminarlo porque no tienen la guía interior. Pero Yo Soy ese sendero que los llevará al Padre, a la casa del Padre Celestial en donde no existe el miedo, no existe la oscuridad, solo reina el Amor. 

Me ofrecí al mundo para que llegaran a Mi Padre, para que ascendieran hacia lo más alto. Muchas veces sus cuerpos no lo quieren, pero no se amedrenten, todavía el universo es dual y la experiencia es viva para todos.

Pero si existe el amor entre los Míos, nada pasará, porque donde está el amor verdadero y no orgulloso Yo estoy presente. Tal vez no Me podrán ver ni sentir en los momentos más cruciales, pero cuando la batalla esté en pleno auge, Yo estaré presente para apoyarlos. 

Viví por ustedes la primera guerra de la Redención a través de la Pasión y de la Cruz. Yo les enseñé cómo hacerlo en el silencio, en la entrega y en la confianza en Dios, pero muchos no quieren hacerlo porque temen fracasar.

La no resistencia será su cordial hermana, la que los fortalecerá para vivir las pruebas, así como están escritas. Si no se purifican no pueden llegar al Reino de Dios. 

Adán y Eva salieron de este proyecto durante el Génesis y desde ese momento, el pecado original se cultivó en el corazón de los hombres y de las mujeres de la Tierra.

Llegaron los Patriarcas para enderezar los caminos de la humanidad.

Llegaron los Profetas para anunciar la salvación del mundo a través de Cristo.

Llegó María, vuestra Madre, para acompañarlos en el amor y en la fe; si esa mujer tan simple decidió vivir los poderes del Cielo, abrazándolos con fervor y devoción, aceptando la Voluntad del Padre, ¿por qué ustedes no lo hacen? 

Todo lo que se muestra en sus caminos es parte de una experiencia.

La santidad es la meta de los nuevos cristos, de los nuevos corderos que irán a diferentes mataderos; pero nadie irá al matadero así como Yo fui, por cada una de las esencias a las  que les faltaba la paz y la reconciliación.

Mi Sangre fue vertida sobre el mundo y pocos la adoraron; es la Sangre de Dios hecha carne que se entregó por la Redención.

La luz de los misterios es para todos sin excepción; los misterios de la Sangre vertida, los misterios de la Cruz, de la Pasión, de la Agonía y de la Resurrección, fueron y son para que el mundo pudiera dar sus pasos hacia el Señor. 

Mientras les hablo contemplo el mundo que agoniza y otros festejan su propia realización. ¿Qué es más valioso: Que una humanidad se salve, o que una nación se desarrolle por sus pobres poderes? Las armas fueron creadas para instigar a los corazones, para crear el miedo y la persecución.

Si están unidos a Mí podrán morir, pero sus espíritus siempre resucitarán. La victoria se encuentra en el Amor, en la Unidad que es encomendada por Mi Padre a todo el Universo. 

Mientras les hablo camino en el desierto junto a ustedes, así como lo hice con los doce para mostrarles dónde se encontraba la verdad.

Que sus corazones se pacifiquen, se calmen, que sean mansos y amorosos. Sus semejantes podrán fallar, pero su amor no podrá desaparecer.

¿Cómo estaré Yo presente en ustedes si no está la Fuerza del Amor que todo lo mueve y que todo lo recrea para que las almas crezcan en el Amor de Dios? 

Hoy consuelo a los que han caído, los que no consiguen levantarse del suelo por sus propias experiencias. 

Hoy los bautizo así como Juan Me bautizó en el Jordán y les confío la alegría de vivir esta experiencia que muchos no comprenden porque es desconocida.

No pierdan la esperanza, que su fe no sucumba, pues hoy el Rey de Dios, el Hijo del Hombre, el Siervo del Altísimo pisa con Sus Pies lo que causa el dolor y la amargura en los corazones, liberándolos de los pecados, de las tentaciones, de los desvíos.

Les entrego Mi Fe que es lo que puedo legarles. No dejen de buscarme, pues muchos corazones Me necesitan a través de Mis verdaderos discípulos. 

Hoy traigo la serenidad y la calma, pues las batallas no terminarán, y cada vez muchas más almas deberán sumarse para que ese Ejército de Luz nunca decaiga.

Vuestra Madre corre al desierto para refugiarse, así como lo dijo Juan; ustedes también deberán hacerlo antes de que llegue el mal tiempo. Muchos se sorprenderán por no haberse preparado. 

Los Sacramentos serán las llaves para entrar en ese refugio, así como la oración y la vigilia.

No deben perseguirse, no deben amedrentarse, sino estar al servicio de lo que Dios necesita para la humanidad. Pues en este Libro que hoy llevo entre Mis Manos, son pocos lo que se han comprometido, aunque podrían ser muchos más, si todos caminaran en la fe. 

Yo los amo, los bendigo y los bautizo en la indulgencia concedida por Mi Divina Misericordia. 

Adoren al Señor, adoren a Adonai. 

Padre, que confiaste a Tu Hijo el misterio del sacrificio por el mundo, ayúdalos Señor para que se vuelvan a erguir en Tu Nombre Santo.

Así como enviaste al Huerto Getsemaní a  centenas de ángeles para que Me auxiliaran, así Señor levántalos del suelo cuando caigan.

La carne es débil pero el alma es fuerte, creada a Tu semejanza, creada en el nombre de Tu Amor.

Adonai, nutre los espíritus, eleva a las almas a Tu Reino, a Tu Vida, a Tu Corazón. Disuelve el dolor del mundo, reconstruye Tu Proyecto por aquellos que te escuchan a través de Tu Hijo. Amén. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Cristo Jesús Glorificado

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto