MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos:

En este tiempo, todo está permitido.

Está permitido que los hombres expresen el desequilibrio que hay en su propio interior a través de acciones desmedidas y vacías de amor, vacías de Dios. Y al mismo tiempo, está permitido que el espíritu de la unidad pulse en el interior de los puros de corazón y se manifieste en la expresión del amor entre las razas, las culturas y las religiones.

Está permitido que las familias se disuelvan y vivan bajo las leyes del caos y de la desarmonía, generando conflictos y desamor entre los seres que se unieron para aprender juntos a amar. Pero de la misma forma, está permitido que las familias se curen y expresen el arquetipo de la nueva vida, evolucionando y creciendo como grupo familiar que camina en dirección a Dios.

Está permitido que el caos disuelva la paz interior de los seres y les cause desesperanza. De la misma forma está permitido que un amor desconocido emerja del corazón de los que dicen "sí" y creen en el milagro de la renovación del Amor de Dios a través de sus esencias.

Todo está permitido, sin embargo, todas las cosas suceden según las elecciones de cada ser.

Está permitido que haya caos y mal en el mundo, pero también está permitido que surja un amor capaz de curar todas las cosas.

Por eso, en este tiempo de definiciones, en los cuales las leyes celestiales tocan la Tierra para batallar con las falsas leyes del mundo e instituir la nueva vida, decídanse y defínanse según la pureza de sus esencias, según aquello que hay dentro de ustedes y que los hace semejantes a Dios.

Tienen Mi bendición para eso.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

No temas a la verdad, a la transparencia o a lo que te es desconocido.

No temas estar delante del mundo sin capas, sin máscaras o sin los velos que ocultan tu condición humana.

No temas ver tus miserias con transparencia y tus imperfecciones con claridad.

No temas sentirte peor que los demás cuando, a lo largo de toda la historia humana, los seres buscaron sentirse superiores a sus hermanos.

No temas ingresar en otras Leyes, en otro tiempo, en otro arquetipo de vida. Déjate desnudar delante de la verdad y, con valentía, ve caer las capas de tus orgullos y de tus vanidades. La humildad que nace en el corazón de los que se dejan humillar, con sinceridad, es el mayor tesoro de su evolución.

Experimentar la verdad y la transformación es la verdadera realización humana.

No estás en la Tierra para crear un personaje que se adapte a los gustos y admiraciones humanas, y que sea alabado por todos. Estás en la Tierra, hijo, para seguir el ejemplo de Aquel que fue humillado, coronado de espinas y crucificado y que, así, rompió con todos los arquetipos de honra y de gloria humanas, y mostró a los seres cuál es el verdadero legado que un hombre debe dejar en la Tierra: el Amor sin condiciones.

Deja caer por tierra todos tus orgullos, tus vestiduras de vanidades y de egoísmos. Deja que este ciclo llegue con intensidad y te transforme, quebrando, dentro y fuera de ti, tus más profundas resistencias.

Sin temor, siéntete pequeño, pobre y miserable. Vacía el cáliz de tu corazón y la morada de tu interior porque llegó el momento de que ellos sean ocupados verdaderamente por Dios y no por ti.

No temas sufrir, no temas perder lo que crees haber construido porque finalmente, hijo, dejarás de construir para permitir que Dios construya en ti Su fortaleza.

Esto no será fácil. Superará todos tus límites y romperá todas tus barreras, pero finalmente te revelará el verdadero motivo de tu existencia. Y más que saber que el Amor Crístico existe, podrás vivirlo.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dar a luz a un nuevo hombre es permitir que sus almas expresen lo que verdaderamente son, dejando que la semejanza con Dios emerja de su interior y se revele al mundo, pero, sobre todo, a ustedes mismos.

Dar a luz al nuevo hombre es amar más las cosas del Cielo que las cosas de la Tierra y saber que la vida en este mundo es un corte en el tiempo y en el espacio y que, para estar aquí, dejaron en lo oculto de sus espíritus una historia y una realidad que revela el verdadero motivo del caos en la Tierra, de la dualidad y, sobre todo, de la gran necesidad de amor. 

Contemplen esta vida como un momento de transición, como una escuela que los ayuda a dar un salto evolutivo, perdonando y curando errores desconocidos con la potencia del amor. 

El hombre nuevo nace para renovar la genética de toda la vida a partir de una nueva raza generada en el amor y que expresa ese amor hasta aun en su respiración. Con ella, tanto la vida en el cosmos como en la Tierra jamás será la misma. Todo se renovará. 

El hombre nuevo, dentro de ustedes, los invita a una batalla contra las tendencias retrógradas humanas, contra la condición de egoísmo y de desamor. Una batalla que es trabada en la consciencia, en la mente, en las emociones, en el corazón y hasta aun en sus células, para que ellas den espacio a un arquetipo nuevo de vida y comprendan que esta condición degenerada de la humanidad debe llegar a su fin. 

El hombre nuevo, en su interior, trae consigo un nuevo tiempo y un nuevo sentido de la vida. Abracen esta transformación, con gratitud y sin resistencia, y verán que donde reina el amor, reina la paz, y allí no hay miedo ni angustia. No importa lo que suceda en este mundo, su fortaleza estará sustentada en los Cielos.

Si quieren abrir espacio a este hombre nuevo, amen plenamente. Si no saben amar, sirvan y ayuden al prójimo, así despertarán al amor.

Y, por encima de todo, más allá de amar y servir, oren, porque este es el diálogo con Dios, y solo el Padre los mantiene firmes en este tiempo. 

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el Universo Celestial, en lo más íntimo del Pensamiento Divino, existe un arquetipo sublime de una vida superior, en el que las criaturas viven el amor y el respeto, a pesar de las diferencias, y caminan hacia la meta de la unidad con Dios, teniendo como su mayor aspiración que el prójimo pueda llegar a unirse al Padre.

En esa vida superior la paz habita en los corazones de los hombres, porque no hay entre ellos ninguna necesidad de competencia, de vanidad o de arrogancia. No hay entre ellos ninguna necesidad de control, de poder o de maldad. La paz que proviene de la aspiración para que todos alcancen el amor, nace en el Corazón del Padre y se manifiesta en los corazones de los seres.

El Padre tiene este arquetipo de vida guardado en Su interior y, de vez en cuando, lo coloca en Sus Manos y se lo ofrece a la humanidad, porque esa es la Voluntad de Dios para los hombres.

El Señor no le ofrece, este, Su Propósito, a seres evolucionados y a sabios en el amor y en la gracia; se lo ofrece a los que más erraron, a los que más pecaron y a los que más se distanciaron de Su Corazón. Seres que, reunidos en la Tierra, reciben todos los días una oportunidad de redimirse y de vivir ese arquetipo perfecto que Dios tiene para ellos.

Por eso, hijos, hoy vengo para mostrarles esta aspiración divina, para que la amen y se unan a ella, aspirando también ustedes, profundamente, a expresar la Voluntad y el Amor de Dios.

Coloquen delante de sus corazones esta meta y todos los días pídanle al Padre la gracia de poder vivir y expresar ese arquetipo divino para la humanidad. Pidan que Dios despierte dentro de ustedes ese potencial de amar, único y perfecto, que habita en sus corazones y que los hace semejantes a Él. Y crean que, mediante el esfuerzo diario por amar, es posible trascender la actual condición humana y abrazar el arquetipo divino de la vida sobre la Tierra.

Tienen Mi bendición para eso.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Bienvenidos a un nuevo ciclo de evolución, ciclo que exigirá de todos la madurez espiritual que les permitirá vivir en armonía los tiempos que llegarán.

Este nuevo ciclo será marcado por las pruebas internas, en las cuales las consciencias estarán delante de grandes responsabilidades, con poca experiencia interior para asumirlas. Sin embargo, la adhesión que cada uno presente a la Voluntad de Dios y el esfuerzo por realizarla harán que desciendan del Universo la Gracia y la Misericordia que necesitan para cumplir con su misión.

Hijos, delante de los desafíos que vendrán, siempre digan sí, aunque les parezcan imposibles de ser vividos y superados. Cuando dicen sí, el Creador recibe el permiso para operar verdaderos milagros en sus consciencias y curar en ellas todo aquello que les impide dar el salto que necesitan.

Los desafíos los harán crecer y los prepararán para los ciclos que vendrán después y que serán pruebas mayores y decisivas, no solo para ustedes, sino para toda la humanidad y para todo el universo. No teman lanzarse a lo desconocido ni dar los pasos que los llevarán por caminos que ustedes no saben dónde terminarán.

No teman perder todo, principalmente, perderse a sí mismos, porque, a pesar de dolorosa, esta es la meta de la humanidad. Recuerden que el vacío de sí los conduce a la Verdad, al Arquetipo, al Origen.

Hoy les deseo un inicio de ciclo colmado por Dios y por la vida universal. Este nuevo tiempo estará marcado por el despertar de la humanidad a esta vida.

Todas las ciencias estarán unidas espiritualmente en la ciencia universal y todas las religiones verdaderas tendrán en común la vivencia del amor. El conocimiento y la religión se unirán para develar nuevos mundos y principios universales y descubrirán que la mayor ciencia, que es la vivencia del amor, los conduce a nuevos horizontes, a nuevos universos. Así, ustedes no temerán conocer la Verdad y, con el conocimiento colmado de espiritualidad y la religión plena de sabiduría, cruzarán los portales hacia una nueva vida.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo:

Cumple con alegría la misión que Dios te encomendó, la misión de vivir en la Tierra principios que provienen del Cielo y manifestar en el mundo una Nueva Humanidad.

Muchos se preguntan todos los días, si están haciendo lo que deben hacer como almas y como espíritus; se preguntan, en dónde deberían estar, con quién y haciendo qué. Pero pocos, muy pocos están esforzándose para verdaderamente abrir el corazón y atraer un arquetipo de la vida que aún no existe en la superficie del planeta.

Si quieres vivir lo que Dios pensó para ti, comienza por disponer tu corazón para algo nuevo. Busca dentro de ti lo que debe ser perdonado y lo que debes perdonar. Busca dentro de ti la fuerza para vencerte a ti mismo y ser más manso, más humilde, más servicial y pacificador.

Trata de romper dentro de ti las barreras que te separan del prójimo y trabaja en ti todo aquello que juzgas en los demás. Permanece todos los días con el espejo del corazón dirigido hacia ti mismo y, antes de irritarte o de criticar algo que ves en el otro, observa el espejo del corazón y mírate a ti mismo reflejado en aquel defecto que no puedes soportar.

Trata de comprender al otro como te comprendes a ti mismo: así como sabes que tienes infinitas dificultades y miserias, los otros también las tienen. Así como intentas dar los pasos y te esfuerzas de buen corazón, el otro también lo hace.

Solo la comprensión mutua abre el corazón para la vivencia del amor.

Si no consigues controlar las reacciones de tu mente ni de tus emociones, no te preocupes tanto; pero que ellas duren poco y que energías como la ira, la envidia, la codicia o aun el sentimiento de superioridad no tengan tu permiso para permanecer dentro de ti.

Si amas al Plan de Dios, hijo, o por lo menos quieres amarlo, reflexiona siempre que el Creador necesita de una raza de Cristos y no de uno solo, y que no será suficiente que tú te cristifiques. Recuerda que no necesitas ser mejor ni peor que nadie, pero que tanto tú como aquel que tienes al lado deben llegar a la meta de la unión con Dios.

Ese es el gran misterio de la existencia humana y, por eso, vienes como espíritu hasta aquí, para curar los errores del pasado en el universo.

Para que el Plan de Dios se cumpla, los seres humanos deben ayudarse mutuamente. Recuerda esto hijo, todos los días y, antes de colocar trampas en tu camino, deseando que este o aquel desaparezca de la Tierra, acuérdate de que sin ellos tu vida tampoco tiene sentido.

Acuérdate de que no importa cuán imperfecto seas tú o el otro, pues existe algo dentro de cada ser que lo asemeja a Dios y que abre los portales entre las dimensiones para que toda la Creación se una al Padre.

Si quieres que tu espíritu se aproxime y que tu alma te conduzca por el camino de la Voluntad del Creador, ábrete primero a la transformación, a la vivencia del amor y de la fraternidad, y después el propio universo conducirá tus pasos y no tendrás que andar tan preocupado contigo mismo.

Escucha con atención Mis palabras y vuelve a escucharlas una y otra vez, porque es mucho más fácil olvidarlas que ser verdaderamente transformado por ellas, ya que tu humanidad no está acostumbrada a buscar lo Divino, sino solo aquello que la engrandece y la afirma como materia.

Ilusión de ilusiones es no buscar ser nada como hombre, creyendo que la vida comienza y termina en ti. No conoces lo que es ser en verdad un ser humano semejante al Padre, pues para  eso, hijo, debes vivir la unidad con Él: morir para ti y nacer de novo dentro del Creador.

Te dejo Mi paz y Mi bendición, para que descubras la verdad sobre ti mismo, olvidando lo que piensas ser.

Ábrete para ser nada y ahí encontrarás Todo.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Muchos se preguntan de dónde partirá la unidad entre las diferentes culturas, religiones, razas y naciones. ¿Cómo unir tanta diversidad?

Pocos descubrieron la potencia del Amor de Dios y casi nadie vive la verdad que es saber que, si un Dios tan infinito fue capaz de crear tanta diversidad, Él se encuentra en todas las cosas y también en las diferentes religiones inspiradas por Él.

Las criaturas están dentro de la Consciencia de Dios, y Dios en ellas, pero la ignorancia que cerró sus ojos no les permite ver que el Creador está ahí, en lo profundo. Y, así, viven una ilusión, una vida separada de Él, solo por el hecho de no saber que Él Es en todo lo que fue creado. No lo ven y no lo sienten porque no se abrieron para saber que Él está en el interior de los seres.

El Creador, en Su posibilidad inconmensurable de amar, a lo largo de la existencia de la humanidad, concibió muchas religiones. Cada una conduciría una parte de Su Creación, pero al mantener viva su esencia todas llevarían a un único fin.

Cuando María dice que unirá, en Su Inmaculado Corazón a las diferentes religiones, pueblos y razas, no significa que todos reconocerán a la persona de María como Madre de Dios. María es la propia Unidad, pues Su Manto ampara en sí a toda la Creación. Como Unidad, Ella conduce a las diferentes religiones al Amor, que es el Principio que expresa Su Hijo.

Puede ser que muchos no reconozcan a la persona de Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida, pero aquellos que creen en el Amor y viven en el Amor están en Cristo, sin saberlo.

El Amor que Cristo expresa trasciende la existencia de la persona de Jesús. La Unidad que expresa María trasciende la persona de María. Ellos ya no son parte material de una Creación. Aquellos que provinieron de un Espíritu Único se manifestaron en la Tierra para construir un camino, para expresar un arquetipo, para dar un ejemplo vivo y, ahora, en las diferentes escalas de evolución, siguen dando ejemplos y dejando Sus pisadas en todas las dimensiones, para que incluso los ángeles sigan Sus pasos.

Los principios de Amor y de Unidad son posibles de vivir para todas las religiones verdaderas e, incluso, aquellos que no tienen una religión guiada por una institución, pero que, en sus corazones, buscan religarse con Dios todo el tiempo por el Amor y por la Unidad. Es así como Cristo y María conducen a la humanidad. 

Ser cristiano es más que creer en Cristo. Si quieren llegar a la religión del corazón, en la cual todos son hermanos, hijos de un único Dios, crean en el Amor y en la Unidad.

El Amor y la Unidad los llevarán al Origen. Esta es la razón de la existencia humana: vivir esos dos atributos universales, que un día se hicieron carne y que hoy retornaron al Corazón Purísimo del Creador, para que toda criatura que vive, desde la materia hasta el espíritu, pueda retornar a Dios.

Quiero que anuncien al mundo que Dios es único y que los une a Él en los principios del Amor y de la Unidad. No importa que el camino sea aparentemente diferente, porque unos tendrán más apertura para seguir los pasos de Mahoma; otros, los de Buda; otros, de Cristo; otros, de María; pero todos pueden unirse, en espíritu, en el Propósito de Dios para la humanidad, que es único: el Amor y la Unidad para llegar a Él.

Vivan con esa certeza en el corazón y no duden, ni un solo instante, de la posibilidad de que Dios, del cual provienen todas las cosas, pueda hacer retornar hacia sí, todo lo que un día Él creó.

Yo los amo, los bendigo y les pido que sigan orando por la Paz en el planeta. Todos los días recuerden que sus espíritus ya viven en Dios y que, solo de ser conscientes de la Presencia de Él dentro de ustedes, ya son portadores del mayor misterio de Amor y de Misericordia de esta Creación.

Oren por los que desconocen el Amor de Dios y por aquellos que creen que lo aman, pero que no conocen el verdadero Amor ni la verdadera Unidad que llevan al Creador.

Su padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla el mundo en el cual vives y, por un instante, silencia los pensamientos de tu mente y las emociones de tu ser.

Observa cómo tu mundo interior reconoce que la vida expresada en la Tierra en nada se asemeja al Pensamiento de Dios.

Ve cómo dentro de ti habita el arquetipo para la humanidad y para la expresión de todo el planeta.

Siente cómo tu corazón tiene ansias de vivir la fraternidad y de conocer el verdadero amor, aquel que te lleva a dar la vida por tus amigos y a perdonar a los enemigos, amándolos tal como si fueran parte de ti.

¿Qué harás con eso que habita en tu interior? ¿Callarás tu corazón, como lo hace la mayoría de los seres humanos, o renunciarás a los pareceres mundanos para instituir en el planeta una nueva vida, aunque parezcas loco a los ojos del mundo?

La era del Armagedón, hijo, ya llegó al planeta, pero la mayoría de tus hermanos está buscando conceptos científicos, filosóficos y espiritualistas que coloquen en un patrón de normalidad lo que hoy sucede en el mundo. Son las mentes humanas intentando acallar el corazón.

Aquellos que escuchan la Voz de Dios en su interior saben que un tiempo final se inició en el mundo y que, sin el establecimiento de la paz en el corazón humano, el caos establecerá su reinado y gobernará las mentes y los espíritus de los que no se abrieron a la Verdad.

Los que se unen a Dios y silencian la mente para dejar que la sabiduría de la esencia surja no temen conocer la Verdad y no quieren acallar la Voluntad de Dios. Ellos saben que, al final de toda esta batalla, triunfará el Bien. Por eso, reconocen la urgencia de la necesidad de transformación, reconocen la imperiosa voluntad interior de renunciar al viejo hombre y a sus tendencias y de abrirse para que lo Nuevo destituya el reinado de los antiguos vicios humanos, por más que para la mente humana esas energías retrógradas y degradadas, cuando se manifiestan en la materia, a veces, sean denominadas “tecnologías”.

El camino del retroceso, hijo, es conocido por la mente humana como avance. Aquellos que siguen las tendencias de esos llamados “avances” no percibieron que el camino de la evolución quedó atrás cuando la consciencia humana rechazó la simplicidad, la fraternidad y el amor y cuando, en la era industrial, que marcó el retroceso espiritual del hombre, ella se abrió a la competencia, a la esclavitud, al usufructo      obsesivo y a la negación casi absoluta de la vida espiritual.

En otras eras de decadencia, como al final de la Atlántida y de la Lemuria, el ansia de manipulación del poder espiritual hique el hombre perdiera el camino de la pureza y de la unidad. Ahora, nuevamente, el falso poder se apropia de la mente y de la aspiración de los hombres que creen que pueden colocarse por encima del Creador con el libre albedrío.

El hombre degradado cree que tiene poder sobre la vida y sobre los Reinos de la Naturaleza. Al enviar a Su Hijo, que venció la muerte y perpetuó Su Resurrección, el Creador quiso demostrarle a la humanidad que solo Suyo es el Poder y que todo lo que existe, debajo de Su Poder, pertenece a la fuerza que se pierde y se desvanece como polvo ante el fuego de la Gloria de Dios.

Pero te digo, hijo amado, que muchos de tus hermanos no aprendieron con el ejemplo de Cristo y eligieron un sufrimiento aun mayor: un aprendizaje que trascendiera la experiencia de un único hombre y que incluyera en sí a toda la humanidad y a todos los Reinos de la Naturaleza. El Armagedón es la Pasión de la consciencia planetaria. 

Podrás estar en esa Pasión de tres formas, como Cristo o como los ladrones crucificados a Su lado: ambos ladrones pensaban solo en sí mismos, aunque, al final de todo, uno de ellos aceptó la Voluntad de Dios y se convirtió a tiempo; el otro decidió permanecer en su orgullo y ni siquiera con todo el sufrimiento se rindió al Perdón de Dios. O, entonces, podrás estar como Cristo, siendo tú quien vivirá los mismos pasos de la Pasión de todos los seres de la Tierra, pero no con espíritu de castigo, de culpa, de furia, de frustración ni de dolor, solo ofreciendo al Padre cada paso con la cruz del mundo, para que una Nueva Raza redimida pueda surgir de tu ofrenda de amor y de perdón.

Hijo, deberás elegir desde ahora el camino que seguirás: si tus pisadas estarán sobre las pisadas de Cristo, confirmando la victoria de Dios; si escogerás sufrir en la ignorancia y permanecer en tu propio parecer para rendirte en la última hora; o si permanecerás en tu orgullo sin límites y, aun en Presencia de Dios, elegirás el camino del abismo.

La cruz te será entregada de todas formas. Sujétala firme y da tus pasos.

Los primeros pasos en la Pasión planetaria dictarán el destino de la humanidad. Por eso, desde ahora, en tu Getsemaní interior, renuncia a las tentaciones y acepta la redención; así, Dios estará contigo, los ángeles te ampararán y cargarás tu cruz, solo contemplando la victoria de tu Padre Altísimo.

Después de todo, reinará la paz.

San José Castísimo, que viene a abrir los ojos de la humanidad.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La manifestación del Plan de Dios tiene como vehículo la energía de los rayos celestiales. Esos rayos descienden al mundo por intermedio de la Ley de la Atracción o de la Ley de la Correspondencia y, de esa forma, impregnan las consciencias que tanto interna como externamente se disponen a vivir en síla Voluntad del Dios Supremo. Poco a poco, esa Voluntad va ganando espacio en la vida del planeta y, uno a uno, impregna a los seres que se inspiran en el ejemplo de otros para transformar su vida.

Así como sucede con los individuos, también ocurre con los arquetipos de la vida; tanto en la sociedad como en la vida de las diferentes naciones. Muchos se preguntan de dónde vendrá la manifestación de la Nueva Humanidad y a partir de cuál principio surgirá.

Cuando seres humanos se congregan para unir su disposición de manifestar el Plan de Dios y así atraer los arquetipos creadores de los rayos celestiales hacia la vida, esos rayos no solo descienden en los individuos, sino también por intermedio de ellos impregnan la consciencia grupal y encaminan naturalmente la vida grupal hacia la manifestación de lo que Dios pensó para la sociedad humana.

La vida humana sagrada y orientada siempre hacia la obediencia al Divino comenzará a surgir en pequeños puntos de luz en el mundo. Así como algunos individuos inspiran a otros que den nuevos pasos por medio de su transformación, las pequeñas comunidades que dan ejemplo de una vida fraterna y crística, en un arquetipo de sociedad humana, inspirarán a masas de personas e incluso a naciones para que sigan el mismo ejemplo.

Es así como nace la Nueva Humanidad. La Nueva Humanidad es fruto del esfuerzo de cada uno. Después, tendrá su cuna en la unión de los esfuerzos de dos o más que comiencen a constituir una vida grupal y, así, poco a poco expandan esta vida sagrada por el mundo, consagrándolo al Plan de Dios.

Es por este motivo que les pido que jamás piensen que sus esfuerzos no serán suficientes, porque a veces les parecerá que reman contra la corriente de otros miles de millones de seres humanos que hacen cosas contrarias a la Voluntad Divina. Cristo también era uno solo, pero Su Amor por Dios y por Su Plan cambió el destino de la humanidad. Hoy, ustedes son mucho más que uno; son millones de seguidores de Cristo, que deben comenzar a unirse para cumplir con la meta de cambiar el destino, no solamente de la humanidad, sino también de toda la Creación.

Yo los bendigo y los guiaré siempre.

San José Castísimo

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Escucha en tu corazón la historia que Te voy a contar. Deja que Mis palabras fluyan como agua pura en el río de tu mente y que los misterios de Mi vida corran dentro de esta agua con la misma armonía. Confía en el compromiso que tu corazón tiene Conmigo, porque muy poco es lo que el mundo sabe sobre esta historia y muy poco seguirá sabiendo, hasta que ingrese en el Reino de los Cielos.

Nací de una gestación de infinita pureza, preparada por los ángeles, como si crearan una flor, pero era Mi alma que crecía en el vientre materno de Mi santa madre. Le digo santa porque sobre ella descendió el Espíritu Santo y, a través de sueños, fue preparada por los ángeles para comprender la maternidad que viviría, de un niño poco común para su época.

Mi madre me cantaba al corazón, oraba y preparaba su gestación con profundo amor; amor que Dios le infundía para inspirar a su creación, que sería la semilla de lo que vendría a ser José, el llamado hijo de David.

Nací y crecí acompañado por los ángeles; Mi santa madre, adornada por el Espíritu Santo, fue quien desde los inicios me enseñó a realizar las primeras obras de caridad. Me enseñó que, para el prójimo, se ofrecería siempre lo mejor y, quien así procediese, dando al prójimo lo que mejor tenía, recibiría de Dios lo mejor que Él tenía del Reino de los Cielos.

De esta forma fui comprendiendo las Leyes de Dios, que eran muy diferentes a las leyes de la Tierra y, cuanto más Mi consciencia infantil se sumergía en ese Reino, más me veía fuera de todas las leyes del mundo; sobretodo las leyes de la materia, estas que prenden al hombre y lo hacen rehén de las energías capitales.

Dotado de profunda unión con Dios, el Señor jamás permitió que las leyes de la Tierra actuasen sobre Mi consciencia juvenil.

Aprendí del trabajo y de la soledad, del silencio, de la oración y del ayuno y, crecí en estos hábitos diarios. De familia simple y pobre, así fue reflejándose la vida en Mi alma, crecí simple y pobre de las cosas del mundo.

La soledad me enseñó la humildad, pues en soledad profundizaba en los misterios de la Fe y en la ciencia del Reino de Dios, lo que me hacía comprender día a día, cuán pequeño era delante de la Grandeza de Dios Altísimo.

Es verdad que hice voto de castidad a los 12 años; en verdad, la castidad y la pureza Me fueron infundidas por Voluntad Divina y eran virtudes naturales de Mi pequeño ser. Cuando a los 12 años comprendí parte de la Voluntad de Dios para Mi pequeña consciencia, Me confirmé en esa Voluntad y ofrecí el voto de castidad perpetua.

No solo hice este voto delante de Dios, sino también le prometí ser eternamente servicial en todas las cosas; mientras viviese e incluso en la Eternidad sería Su fiel siervo y obrero, sirviendo eternamente a Su Santidad y a todos Sus hijos, a aquellos que más necesitan.

Cuando me casé con María, encontré en Ella también la perfecta caridad, de lo cual fuimos ejemplo como familia y como personas.

Todo trabajo realizado por Mis manos era ofertado a los pobres, a los más pobres que nosotros y, como había aprendido de Dios, cuando daba a los que necesitaban, por Obra y Gracia del Espíritu Santo, recibíamos en nuestra mesa todo cuanto necesitábamos para subsistir.

María era también ejemplo de caridad espiritual; formaba en el Amor a Dios a todas las que lo necesitaban, desde las ancianas a las más jóvenes, estaba siempre rodeada de mujeres de Nazaret y de Jerusalén.

En Mi trabajo de carpintero ejercía el oficio siempre unido a la Voluntad del Señor, y esto permitía que los instrumentos confeccionados fuesen dotados del Espíritu Santo. Muchos milagros acontecieron, dentro y fuera de Mi conocimiento; milagros por los cuales pedía perpetuo silencio a los que los recibían y atribución total a la Gracia Divina y a Su Santa Voluntad y Obra.

En Mi carpintería formaba a los jóvenes y niños de Nazaret; entre ellos estaba el Niño Jesús, que más me enseñaba que lo que aprendía. Con Su presencia, los milagros realizados a través de los objetos que confeccionábamos comenzaron a crecer.

Como nuestras confecciones estaban hechas para gente muy pobre pero de mucha Fe, no les costaba creer en las Obras del Espíritu Santo y, aunque profundamente agradecidos a aquella familia tan misteriosa de Nazaret, viendo tan profunda humildad y pureza, no dudaban en atribuir estas santas obras a Dios.

La vida de José fue por sobretodo una vida de silencio, de trabajo y de oración. Dice el Señor que este es el arquetipo de la vida consagrada; una vida que existió hace tantos años y que para muchos puede ser considerada como superada, vino para demostrar al mundo el arquetipo de las familias sobre la Tierra.

José y María se completaban en las virtudes y en la devoción, en el Amor a Dios y en los cuidados a Jesús. Jesús aprendió en Su infancia todas las virtudes de Sus padres y sobresalió en todas, creciendo en ellas y enseñando a sus humildísimos padres a vivir bajo la Ley de Dios.

La Sagrada Familia era el complemento de la perfecta santidad, Obra purísima del Creador, vista desde los mínimos detalles y preparada no solo en José y María, sino en todas las últimas catorce generaciones de ambos padres de Jesús.

Estas generaciones fueron creciendo en pureza y santidad para ofrecer a los dos santos la santidad más pura que pudiese existir sobre la Tierra y, de esta unión perfecta, pudiera nacer protegido del mundo y amparado por el Espíritu Santo, el Hijo dilecto de Dios, Su primogénito, Jesús Cristo.

 

Lo que aparece escrito en la “Mística Ciudad de Dios” se complementa con lo que está en el Evangelio.

Todo debe ser leído y estudiado con el corazón para que a través de él sea transmitido.

Que esta devoción nazca primero en vuestros corazones para que después recorra el mundo.

Vuestro amado Hermano e Instructor, San José Castísimo.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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