APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

El Trono de Dios se ha conmovido por sus oraciones y súplicas. Por eso, invito a los que puedan, a arrodillarse para agradar al Corazón de Dios y para agradecerle profundamente por Su respuesta.

Es así que hoy vengo del Cielo, nuevamente para estar con Mis hijos, porque Mi único motivo son Mis hijos, los hijos que caminan al lado de Cristo, que siguen Sus pasos, que viven Sus enseñanzas y que intentan, todos los días, vivirlas cada día mejor para sentir en su interior Su sagrada enseñanza que trae para el mundo la renovación, la cura y la fe de todos los corazones.

Hoy vengo del Cielo, pero he visitado antes de llegar aquí, otros lugares de la Tierra que también necesitaban de la intercesión de la Madre de Dios.

Por esta consagración que hoy se vivirá de forma especial, no solo el Uruguay se verá beneficiado espiritualmente, sino también otras naciones del mundo muy lejanas a ésta, que también necesitan de la intervención y de la Misericordia de Dios.

Es así que hoy les traigo una Gracia y les declaro esta Gracia que Dios Me concedió para las naciones del mundo que sufren y que padecen los conflictos de estos tiempos y que no consiguen salir de esos conflictos por la propia acción del ser humano.

Y detrás de todo esto está Mi adversario. Por eso llego a esas naciones para bendecirlas, para elevar a las esencias caídas, para llevar a las almas hacia el Corazón de Dios y para que puedan sentir, sobre todas las cosas, el impulso de Su Amor Cósmico que viene a despertarlos y a renovarlos, los viene a fortalecer en el camino de su entrega y de su consagración, de su fe y de su confianza en el Padre Celestial.

Esta Gracia que hoy traigo es inexplicable, es una Gracia que descenderá sobre esas naciones para los próximos tiempos, especialmente, en ocasión de que los Sagrados Corazones pongan Sus pies en África.

Allí todo sucederá, liberaciones acontecerán y las almas se liberarán de muchísimos y constantes sufrimientos. Pero eso no solo beneficiará a algunas naciones de África, sino también a la consciencia de todo el continente.

Por esa razón, hijos Míos, la preparación para esa Peregrinación será importante y desde ahora lo anuncio y lo declaro para que ustedes, que son Mis hijos, Mis ejércitos, Mis hijos orantes que acompañan a su Madre Celeste, generen las condiciones necesarias en la obra de la donación y de la providencia, para que esa Peregrinación se pueda concretar, ya que será una de las últimas.

El 2020 promete muchos cambios para la consciencia humana, pero también grandes acontecimientos que la humanidad no podrá creer que puedan suceder.

Por eso, la Jerarquía espiritual se une y se concentra para los próximos pasos que se darán en la Obra y en el Plan de Rescate de Mi Hijo.

En ese momento, cuando todo se esté desencadenando, las comunidades ya deberán ser ese receptáculo de amor, las Islas de Salvación, para los que serán llamados a vivir en ellas y a sostener, en nombre de todo el género humano, lo que vivirá el planeta en su transición final.

Por eso, hoy les traigo esta Gracia que es interna, profunda y espiritual. Una Gracia que comprenderán en los próximos tiempos, en los próximos años que no serán muchos, en los que vivirán grandes movimientos como parte de esta humanidad y de este planeta. Esta Gracia muchos la quisieran tener y no la pueden tener, pero hoy se la entrego a ustedes, por la respuesta que Me han dado. De la misma forma entrego esta Gracia a sus hermanos, a los que en diferentes partes del mundo sostienen la llama de la fe y el estandarte del Amor de Mi Hijo, preparando Su retorno a la humanidad.

Comprendan con todo esto, hijos Míos, cuán grande es la necesidad planetaria y cuán pequeños quedan sus procesos internos ante tantas emergencias de la humanidad.

Este es el tiempo, es la hora y es el momento de cruzar el portal hacia la vida del apostolado, a la vida del servicio y de la oración permanente. Porque todo lo que han aprendido Conmigo, a través de los años, fue solamente una preparación para que Mis ejércitos de Luz, en el momento más culminante de la Tierra, estén prontos y disponibles de una manera incondicional, para poder ayudar y colaborar en esta gran batalla del fin de los tiempos que se define, el amor o la indiferencia.

Yo misma llamaré a diferentes hijos, en diferentes puntos de la Tierra, de diferentes naciones, regiones y lugares, para que conformen este gran ejército que en representación de la mayoría, de los más ignorantes e inconscientes, sostendrán el retorno de Cristo.

Y ese momento se cumplirá, la Ley se mostrará y todo estará consumado cuando Mi Hijo retorne al mundo. Y aunque muchos, diría millones, no lo podrán reconocer, Él se revelará y se mostrará de una forma tan semejante a como lo hizo con algunos de Sus apóstoles en la transfiguración del Monte Tabor.

Por eso, deben ser conscientes de que ese momento se está aproximando y de que no falta mucho. Pero serán necesarias su adhesión y su apoyo para la próximas misiones que la Jerarquía planteará en el año 2020, como les he mencionado, en el continente africano.

Es un dolor incalculable el que se liberará, como nunca antes sucedió, como ninguna mente lo podría imaginar ni interpretar; porque Yo soy la Reina de África y la Madre de todos los afligidos, de todos los que sufren y padecen el propio caos que genera el mundo. Pero la hora de esa liberación llegará y todos Mis ejércitos, los que están en el Cielo y en la Tierra, ayudarán a Su Madre Divina en ese gran momento.

Hoy realizo esta consagración de nuevos Hijos de María de una forma íntima y simple, dedicando esta consagración y bendición también a Mis hijas de África que hoy están aquí presentes, que representan a una nación dolorida, sufrida, que agoniza al igual que muchas naciones de África, en donde la desigualdad cree ser la tónica y el poder de muy pocos.

Por eso les traigo la energía del equilibrio, de la armonía y de la prosperidad que debe estar latente en el corazón de Mis hijos de África, sabiendo que por encima de todo lo que sucede y cuando Cristo retorne, llegará el momento de la gran liberación, de la libertad espiritual, de la esclavitud que viven desde hace siglos.

Estas campanadas hoy anuncian ante su Madre Celeste el fin de un tiempo, el cumplimiento de las profecías del Libro del Apocalipsis y el momento de la gran redención planetaria, más allá de los pueblos, de las culturas, de las religiones o de las tendencias que vive el ser humano en estos tiempos.

Invito de una forma íntima a los que hoy se consagrarán como Mis hijos, porque en verdad ya son Mis hijos, su Madre los asumió y los aceptó desde los pies de la Cruz hasta el presente y por los tiempos que vendrán.

Vengan aquí para que los pueda consagrar y pido especialmente a las hermanas de Etiopía que se acerquen, porque en esta consagración representarán a todo su pueblo y a todas las culturas de África, de Mi amada y querida África.

Así bendeciré a todas las naciones de los que hoy las representan, en este día de consagración. 

Hay un pequeño Jesús que habla como Mi amado Hijo, cuando dio Sus primeros pasos y asumió la Cruz de la liberación de la humanidad. Los más pequeños siempre tendrán el primer lugar en el Reino de los Cielos, porque su inocencia y pureza libera al mundo.

Y ahora, antes de proclamar esta consagración especial, pido escuchar el instrumental de Nuestra Señora de Kibeho, ya que, la Señora del Verbo Divino, Guardiana de la instrucción y del conocimiento universal para todas las almas del mundo por medio de la Fuente inmaterial de Dios, concederá una Gracia especial para todos ustedes y en consecuencia para las naciones que representan en este momento y en esta vida.

Ante el Poder que Dios le entregó a Su Sierva Fiel, en la expresión de la humildad y de la pobreza de Su Corazón Inmaculado, ante los ángeles, arcángeles, bienaventurados y santos que proclaman la bienaventuranza de su Madre Celeste, ante los coros celestiales, ante el Trono de Dios, en la Presencia de la Santísima Trinidad, por el Poder y la Misericordia que Me concedió Mi Hijo y la Gracia intercesora del Castísimo Corazón de San José, es que hoy traigo para cada uno de sus corazones la Gracia de la liberación, la cura y el perdón del pasado para que sus heridas más profundas y silenciosas sean sanadas por la imposición de Mis manos, de una Madre que los consuela, que los conforta, que los contiene, que los apoya, que los ama y que los acepta así como son.

Por todos estos méritos, concedidos desde el nacimiento de Cristo hasta Su muerte y resurrección; por toda la instrucción concedida a lo largo de los siglos, en las centenas de apariciones acontecidas en la humanidad; por los milagros, las conversiones, las adoraciones, las ofertas, las celebraciones eucarísticas; por todo lo que Me han dado Mis hijos en la pobreza y en la simplicidad de sus espíritus, es que hoy los consagro para que el Cielo descienda sobre ustedes y sobre sus naciones a fin de que el Amor de Cristo cure y sane todo dolor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora quiero que canten, para que la Madre del Verbo Divino siga teniendo la Gracia de instruir al mundo, aunque deba partir en los próximos tiempos hacia el Reino Celeste, de donde ha venido para anunciarse a Sus hijos en el amor y en la compasión. 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Y estas rosas y flores que han sido bendecidas y consagradas por Dios a través de Mi Inmaculado Corazón sean la recuperación, la vivencia y la expresión de su pureza esencial que los ha traído aquí para curarlos y regenerarlos.

Les agradezco.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La Madre de Dios hoy penetra con Su Luz al planeta y ayuda, en este día especial, en el despertar de la humanidad, de los corazones que están dormidos y que deben reconocer en este tiempo su compromiso con Dios.

Hoy es un día especial, a pesar de los acontecimientos y de los fenómenos climáticos; a pesar de la purificación del planeta, de la purificación de los Reinos de la Naturaleza y de la transición que viven muchos, pero muchos, corazones en este tiempo.

Es un día especial porque es el día de los últimos santos, de los que, en espíritu de abnegación y de entrega, de renuncia y de sacrificio por su Madre Celeste y Su Hijo Amado, ofrecen sus vidas para que por medio del dolor silencioso y del recogimiento interior las almas se puedan liberar en diferentes partes del mundo, en diferentes continentes; a fin de que salgan del sueño profundo y de la inercia; de la somnolencia espiritual y de la ceguera, que no les permite ver la luz y que solo por este acto de amor y de entrega, despertarán algún día y sentirán en su interior el llamado, como ustedes también lo sintieron en algún momento.

Sentirán la necesidad de servir y de salir de sí mismos, como ustedes lo hicieron en algún momento; aunque todavía lo estén aprendiendo por medio de la transformación, de la persistencia y de la fe.

Hoy es un día especial para su Madre Celeste, porque muchas más vidas reciben en el espíritu, una Gracia extraordinaria que no es palpable a los ojos de los hombres, al sentimiento de los humanos o a la visión de los que son concretos; sino que es profundamente interno, diría inmaterial; que desciende desde lo Alto hacia este mundo, hacia el universo interior de cada ser y que trae lo nuevo, lo que es renovador, lo que abre a la consciencia para lo desconocido, para lo que es imperceptible y mora en el Corazón de Dios.

Los ángeles del Universo ayudan en este impulso de este día trayendo entre sus manos los Tesoros del Padre, esferas preciosas de luz llenas de muchos códigos, que son sembradas en los que duermen y en los que estarán por despertar para estos próximos tiempos.

Es de esa forma, hijos, que les demuestro que la tarea es más profunda de lo que parece y de que cada encuentro Conmigo es un momento de ampliar, aún más, el Plan de Dios en la humanidad y de que los frutos divinos y espirituales estén disponibles para las almas que más lo necesitan y que aún no han reconocido su misión en esta humanidad.

Esas Gracias del Cielo y de este día, hoy llegan para los que conocen y para los que desconocen.

Porque en el universo espiritual de cada ser es posible realizarlo todo; porque allí fluyen las Leyes, se manifiestan los Principios y se muestran los diferentes Rayos del Universo que promueven en las almas el despertar de la consciencia y la derrota de la ilusión humana, para que los nuevos apóstoles nazcan, para que los nuevos apóstoles participen de la última Cena Redentora de Cristo en el momento de Su segunda llegada al mundo.

Todo lo que se vive en este tiempo es una preparación, hijos Míos.

Cada momento ofrecido por ustedes es una Gracia. Cada paso dado es una nueva oportunidad que se presenta para almas tan semejantes a las suyas.

Es así que una gran red de luz se teje y trae para el mundo un rescate mayor, aunque la mayoría de la humanidad no responda como Dios lo necesita; pero todo es posible por los que se ofrecen y porque su Madre Celeste está aquí, trayéndoles lo nuevo desde la humildad de Su Corazón Inmaculado.

Eso abre puertas para nuevos acontecimientos; eso trae para los corazones una clara verdad de saber que aún hay mucho por hacer y que el mundo espera por ayuda de más corazones y de más servidores especialmente proyectados en la juventud, que son los que ayudarán a sostener el mundo, aunque no lo parezca. Porque han venido así, en este tiempo, para poder llevar el Plan adelante con el impulso de las Jerarquías de la Luz, con la compañía de los Sagrados Corazones.

Hijos, aún todo se puede renovar y muchos más pueden seguir el camino de la santidad, aunque no lo hayan pensado para sus vidas. La santidad es una entrega por algo mayor, es un servicio por algo desconocido y que no es palpable. La santidad es decir "sí" a cada momento y ante cualquier circunstancia. La santidad es amar al otro como es y es no tener preferencias por nada, sin esperar resultado alguno y sin expectativas.

Esa es la santidad que vive Dios y Sus Mensajeros Celestiales, y es la santidad que el Padre espera poder ver en Sus hijos de este planeta.

Por eso, de tiempo en tiempo y de siglo en siglo, han existido santos; almas que han encarnado en la humanidad para un servicio mayor, aunque no tuvieran total consciencia de eso. Porque todo es parte de un Propósito mayor, de una idea pensada por el Padre para la evolución de Sus hijos en los grados del amor y del servicio.

Eso ayuda a sostener a la humanidad perdida, a las vidas que están ciegas en su camino espiritual y a todos los que están caídos y necesitarán levantarse de los abismos para conseguir ver la luz en el gran horizonte del Cristo.

Hijos, hoy estaré así con ustedes, porque así el Padre lo desea, para que, en esta escuela que Yo los invito a vivir diariamente y por medio de esta Obra, aprendan en la simplicidad a reconocer la Suprema Voluntad y a no forzar el cambio de los acontecimientos, y de aprender a leer en todo lo que sucede a su alrededor y en el día a día, a fin de estar en sintonía con lo Alto para poder comprenderlo todo y así llevar el Plan adelante.

Por eso hoy es un día especial, no solo por la encarnación de su madre espiritual en la Tierra, sino por todo lo que eso significa en los planos internos y en la Consciencia Suprema; porque de la misma forma, hijos, cada uno de ustedes es importante para Mí y sobre todo, para Dios.

Un destino está escrito en sus vidas. Un propósito aún está por manifestarse y expresarse sobre la superficie de este planeta y para la renovación de los tiempos.

Sigan caminando junto a Mí, por medio de ese ardor de amor en el corazón por la Obra de los Mensajeros Divinos, que es la Obra de Dios viva e intacta en el Universo.

Los animo a la profundización del apostolado por medio de la próxima misión en Europa y África que esta vez, como en otros momentos, podrá ser acompañada por todos en cada momento de oración por las naciones del mundo; en cada momento de recogimiento y de introspección, para poder acompañar la Voluntad de Dios, mediante cada parte del Propósito que se va cumpliendo con la ayuda de Mis hijos y en la compañía de sus oraciones.

Fueron llamados, después de treinta años de instrucción, como familia espiritual y como pueblo de este planeta, a seguir los mismos pasos que siguió Moisés con el antiguo pueblo del desierto; pero esta vez con más compromisos y con más consciencia, sabiendo que todo lo que ofrezcan será un tesoro para Dios, preciosamente considerado por Su Divino Espíritu y por Su preciosa Fuente.

Sus vidas, como tantas otras vidas que están consagradas en este mundo, han venido a testimoniar que es posible vivir el Plan de Dios y de hacerlo parte de sí todos los días.

Con esta Luz y este Amor que brotan de Mi Corazón, Yo los bendigo y los impulso a seguir lo nuevo, por medio de la historia que Cristo está escribiendo en los corazones que ya despertaron y en los corazones que despertarán.

Hoy dejo sobre el Corazón de la madre vuestra, Mi Rosa de Luz, para que ese Amor que proviene de Mí y directamente de la Fuente, llegue a los que más lo necesitan, bajo el Espíritu de la maternidad y de la aceptación de todas las cosas.

Que ese Espíritu de Amor llegue a todas las madres de la Tierra y a las madres, especialmente, que han quitado a sus hijos de sus vientres por temor a fracasar.

Que todas las vidas sean reconstruidas y que las vidas que no nacieron sean contempladas, para que lleguen algún día al Cielo y vuelvan, así, a comenzar en una nueva trayectoria universal.

Les agradezco por responder a este llamado especial y por acompañar los pasos de los Mensajeros Divinos por las tierras de Europa y de Medio Oriente.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE LIMA, PERU, AL VIDENTE FREY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Vengo aquí por un pueblo que Me ama, que Me escucha, que Me invoca y que Me suplica.

Vengo aquí por esta tierra para poder curarla, para que de ella pueda resurgir una Nueva Humanidad.

Vengo aquí por el amor de los corazones que se expresan a Dios con simplicidad y humildad. Eso es lo que me hace venir aquí, queridos hijos, que haya escogido llegar aquí dentro de esta obra de peregrinación y de este propósito que Dios Me ha colocado como parte de Sus sagrados designios.

Hoy vengo aquí, queridos hijos, para colocar entre Mis Brazos a cada uno de ustedes; para que sientan la dulzura de Mi Amor, el fuego de Mi Corazón y la Luz de Mi Espíritu que viene a curar a las almas del pasado, a cicatrizar los errores, a disolver las penas y todos los sufrimientos que hayan podido vivir algún día.

Hoy escucho la voz de sus oraciones en pleno gozo, en eterno júbilo, porque hoy están abriendo la puerta a su Madre Celeste para que Ella no solo esté aquí, entre ustedes, sino también con todo el país y con todos los Andes, que tanto necesitan de la ayuda de Dios.

Quisiera que después de este día, queridos hijos, sus vidas ingresaran en el camino del apostolado y de la oración, y que este primer impulso que sus almas recibirán en su consagración, sea el motivo para dar nuevos pasos en la concreción del Plan de Dios sobre la Tierra, para que sus almas sean algún día, los soles de la Nueva Humanidad.

Hoy comienza un nuevo camino en sus vidas, queridos hijos. Sus caminos son enderezados para que en algún momento se encuentren con el Señor Jesucristo, porque Él es el precursor de todas las cosas. Él es el gran Mensajero de Dios que envía a Su sierva y discípula para entregarles la Palabra de Vida por medio de Su manantial de Misericordia y de Amor.

Quisiera que supieran, queridos hijos, que hoy sus pasos son iluminados en el amor y en la verdad, para que muchas, muchas almas más, que en estos tiempos desesperan y viven en la oscuridad, puedan encontrar la luz, la luz de sus corazones.

Yo vengo a animarlos, queridos hijos, a ser caritativos; a vivir la vida de servicio por el semejante, para que su nación y su pueblo puedan recibir una gran expiación universal, y sobre todo, la restauración de la consciencia de esta nación. Para que los nuevos códigos divinos ingresen en sus esencias, en sus corazones y en sus vidas; y todo, todo, se pueda recrear tan solo dando sus pasos en el camino del amor, de la oración y del servicio.

Los invito, queridos hijos, a ser parte de la Obra de Dios; no solo viviendo todos los días la comunión con Cristo por medio de la Sagrada Eucaristía, no solo a través de la confesión, de la oración o del ayuno, sino también a través de su entrega ardiente, de la misma forma como hoy se entregaron a Mi Inmaculado Corazón.

Quisiera que todos estos impulsos espirituales que hoy les traigo desde el cielo, permanecieran vivos en sus vidas por mucho tiempo más, porque en verdad, queridos hijos, los necesitarán para llevar adelante el Plan de Retorno de Cristo a la Tierra.

Hoy vengo a traerles, queridos hijos, las nuevas Voluntades de Dios; es decir, los nuevos designios que brotan de Su Corazón Misericordioso para cada uno de Sus hijos, los que hoy, especialmente, Él derrama con tanto Amor y tanta Misericordia por medio de Mi Inmaculado Corazón, como una puerta hacia la Redención.

Sé que el mundo y sus vidas necesitan cura. Conozco profundamente todas las necesidades de Mis hijos y especialmente las de Mis hijos del Perú; pero si cumplen Mis pedidos y siguen obedientemente Mis pasos por el camino del amor y del servicio, les aseguro, queridos hijos, que no solo sus vidas se transformarán y sus cuerpos se curarán, sino que también miles de almas más, que en esta nación aún esperan despertar, recibirán la misma Gracia que hoy reciben sus corazones y se sentirán motivadas, a pesar del fin de los tiempos, a decir ‘sí’ al Plan de Dios.

Ustedes son un pueblo sagrado, y podría decir, bendito en su origen. Les vuelvo a recordar, queridos hijos, la importancia de recuperar los valores para la vida de esta humanidad, para que los Sagrados Dones de Dios permeen sus consciencias, más allá de sus vidas, a todos sus hermanos que también necesitan del Sagrado Espíritu de Dios para encontrar el Camino de la Luz.

Hoy también quería agradecerles, queridos hijos, porque su pueblo, a pesar de sus necesidades y pruebas, ha acogido a los que emigran a este país buscando una oportunidad y una nueva esperanza, y sobre todo la paz, que también debe instalarse en este pueblo y en esta nación. Si en verdad siguen orando de corazón todos los días, Yo podré cumplir con la promesa que he hecho a Dios, de despertar aquí a nuevos soles que iluminen esta humanidad y estos tiempos de tribulación.

Si se unen en grupos de oración será más fluido, queridos hijos; se concretará el Plan de Dios, no solo en esta nación sino también en las Américas, en donde gran parte de esta raza también espera por su despertar.

En este tiempo vengo peregrinando por las Américas para despertar la raza a los designios de Dios, a la Sagrada Voluntad que está escrita en el Corazón del Padre y que debe hacerse realidad en sus corazones.

Si oran junto a Mí en este tiempo, queridos hijos, permitirán que Yo pueda retornar al Perú por segunda vez. Cumpliré Mis promesas cuando vea sus corazones encendidos por el fuego de la oración y del servicio, de la caridad y del bien, para que en esta Tierra Sagrada se vuelvan a gestar los principios de una Nueva Humanidad; una Nueva Humanidad que comenzará dentro de ustedes para que finalmente, emerja en esta superficie.

Hoy vengo como el Sagrado Sol del Universo para encender sus esencias, para que recuerden su origen y su principio, para que recuerden el comienzo de su existencia y los primeros pasos de su evolución. Eso los hará fuertes. Porque la oración los hará fuertes, para poder llevar adelante Mis Pedidos, y poder consagrar finalmente a este pueblo y a esta nación a Mi Inmaculado Corazón. Así,Yo podré contar con sus manos y sus brazos para llevar adelante la Obra de Redención en esta parte de la humanidad.

Alégrense, queridos hijos, porque están reencontrando el camino hacia Dios. Su perseverancia y su fe han permitido este acontecimiento y hoy se vuelve a escribir una nueva historia para el Perú, que comienza a surgir en el universo interior de cada ser.

Y ahora, Mis Palabras son Soplo del Espíritu, Llama que enciende la llama en sus corazones para que vivifiquen el Plan de Dios y lo lleven adelante, en estos tiempos críticos, en donde es urgente la Paz, la fraternidad y la hermandad entre las consciencias.

Hoy, quisiera hacer una consagración especial ante todos sus Sagrados Soles; aquel Sol interior que siempre debe brillar, que debe tener la fuerza interior para superar obstáculos, pruebas y tinieblas; que debe estar en lo más alto del Universo para hacer brillar el Propósito de Dios mediante la conversión y la redención de sus vidas.

Que hoy se acerquen aquí los que se consagrarán, para que su Madre Celeste los pueda bendecir por medio del Fuego Divino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Agua para bendecir.


“Señor del Universo: Bendice este elemento que has creado como emanación purísima de Tu Sagrado Corazón, a fin de que bendiga a las almas con el Soplo y con el Fuego de Tu Espíritu, con la vivencia verdadera del Amor en el corazón de los hombres de este planeta.

Que Tu Luz descienda, como Códigos de Luz, como estrellas radiantes que hacen vivificar en las almas el Divino Propósito. Amén”.


Mientras escuchan el himno de su consagración, que sus corazones se eleven a lo alto para ser bendecidos, acogidos y recibidos en los Brazos del Padre Creador.

Que sus soles internos se enciendan. Que la llama viva de la devoción despierte y que la cura de sus espíritus se establezca como portal para una Nueva Humanidad.

Que esta consagración represente el nuevo tiempo, la nueva unidad, la eterna alianza entre sus almas y Dios, en la que nada estará separado.

Queridos hijos, en esta noche sagrada, en este día bendito en el que Dios se une a sus corazones y el Hijo Divino se une a sus esencias, su Madre Celestial y Universal les entrega la faz que une a todos los pueblos, a todas las religiones y a todas las culturas. Que hoy su pueblo y su país sea protegido y bendecido por el Sagrado Manto de la Señora de Guadalupe, a fin de que se cumpla el Propósito de Dios para esta nación. Amén.

Hoy les entrego esta imagen, para que como peregrina de su pueblo, muchas más consciencias puedan vivir esta unión interna con Dios por medio de Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de los pueblos originarios y de todas las culturas de esta tierra.

Que esta imagen visite a los que más la necesitan y que siempre esté presente en sus momentos de oración, como nuevo grupo de oración.

Hoy les dejo aquí el testimonio de Mi Luz, de Mi Amor y de Mi Gracia para cada uno de ustedes. Por este fin, Consagro a Perú a Mi Inmaculado Corazón. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Escucho a las voces que se elevan a Dios para establecer esta Divina Consagración al Inmaculado Corazón de María.

Agradezco a Perú, a su pueblo y a su cultura por haber respondido a Mi Llamado.

Los amo, y les agradezco.

APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Yo Soy la Madre y Misionera Confederada. Soy la Señora de los Treinta y Tres.

Hoy vengo a su encuentro para anunciar a este pueblo Mi más especial petición, de que algún día se cumpla la Voluntad de Dios en toda esta nación y en todos los que la representen en el mundo, los que algún día espero que sean embajadores de la paz.

Uruguay tiene una misión importante que no puede omitir y es responsabilidad de todos Mis hijos, sobre todo de los dirigentes de esta nación, que ese propósito se cumpla.

Como sabemos hijos Míos, ese propósito fue alterado por la mano del hombre, pero no descansaré, porque de a poco y silenciosamente, su Madre Celeste y Señora de los Treinta y tres, hará consagrar esta nación a Su Propósito espiritual y divino.

El Cono Sur fue escogido para una gran misión y a Uruguay le corresponde una gran parte.

No es por acaso, queridos hijos, que Aurora se guarda aquí y desde aquí revela sus misterios.

Necesito que comprendan, hijos míos, cuán importante es ese propósito para Dios en este tiempo.

Por eso Soy su Madre Misionera y Confederada, porque en el Uruguay se debe alcanzar la confraternidad y esa confraternidad les hará libres de todos sus errores cometidos, de todos los débitos ocasionados, en este país y en este pueblo.

Vengo aquí para traerles un mensaje renovador, un nuevo Principio que debe ser gestado en la consciencia humana de los uruguayos. Eso les permitirá comprender con profundidad la Voluntad de Dios y a medida que sus pasos sean dados en dirección al Propósito, el país será más consciente de lo que debe curar, de lo que debe redimir, en lo que debe hacer penitencia y sobre todo, reparar ante nuestro Creador.

Ya que el propósito de Uruguay fue alterado, aún hay tiempo, querido hijos, por medio de su consagración a la Señora de los Treinta y tres; existe una chance definitiva que lleve a todo su pueblo a un gran despertar y a una gran redención.

Deseo, como Señora de este pueblo, retirar a este pueblo de su profunda somnolencia, de su profunda ilusión e indiferencia. En verdad les digo, queridos hijos, dependerá del esfuerzo de muy pocos, para que la gran misión se cumpla en este país.

No dejen de gestar en este pueblo los grupos de oración, los verdaderos grupos de oración que su Madre Celeste necesita para este tiempo. Que su compromiso no sea tibio sino verdadero, determinado y firme, para que Yo les pueda encomendar nuevos designios que el Padre Me ha dictado en Mi Corazón. Eso hará de Uruguay un país verdadero y consciente de sus responsabilidades y cometidos, buscando por encima de todo la igualdad espiritual y la comprensión entre las religiones .

Cuando digo que los grupos de oración deben ser verdaderos, es porque el compromiso debe ser más firme y verdadero y no casual. Eso hará del Uruguay un verdadero espejo de luz, que pueda reflejar lo que tanto Dios espera derramar sobre este país.

Este mismo Principio del cual hoy les hablo, queridos hijos, es el mismo diseño y es el mismo Propósito para otras naciones del mundo, que también deben redimir sus errores y abrir las puertas para el Sagrado Conocimiento Divino, que no vendrá de la mente de los hombres sino de los corazones puros, que por medio de la oración y de la comunión con Cristo, recibirán del Cielo los impulsos de luz que harán de esta tierra libre, finalmente libre.

Quiero retirar de la consciencia de los uruguayos la esclavitud espiritual permanente, un estado de consciencia en la cual se encuentra que es casi imperceptible, que la hipnotiza, que la hace inerte y que no le permite dar los pasos verdaderos hacia la Luz .

Hasta que la Aurora de Mi Corazón no sea reconocida, el pueblo permanecerá en sus errores y será el sacrificio de muy pocos, la transmutación de los mismos.

Necesito, hijos Míos, que con la apertura de nuevos grupos de oración en el Uruguay, una nueva consciencia se geste en el corazón de Mis hijos, para que más consciencias de este país reconozcan definitivamente la Voluntad de Dios; que hagan de este pueblo, el verdadero pueblo que fue en sus orígenes, desde la consciencia indígena hasta los primeros pobladores que vivían la Voluntad de Dios y la advocación a la Señora de los Treinta y Tres.

Si Yo fui la Patrona que independizó a su pueblo. ¿Qué podría hacer ahora, queridos hijos, si los corazones de los uruguayos Me recibieran en sus hogares y en sus familias y vivieran con devoción, con mucha fe, la consagración a la Señora de los Treinta yTres, la Santa Faz que los llevará a comprender Mi presencia en Aurora?

Aquí hay muchos misioneros que están dormidos. Por eso, Soy la Misionera Confederada  que viene a despertar a los que están en la somnolencia, a los que aún no han encontrado el camino de la Luz y de la Verdad.

Dios ha entregado esa Faz de la Señora de los Treinta y Tres para este pueblo, por Su gran e importante misión para el fin de estos tiempos, así como también el Padre ha revelado otras faces de Mi Corazón para otros pueblos, que es lo que necesitan para vivir su misión espiritual como nación y como pueblo. En verdad les digo que todo tiene un sentido espiritual.

La Señora de los Treinta y Tres desea que cumplan las promesas que una vez les dicté, hace algunos años, y que también cumplan los pedidos que Yo les he dictado, también hace algún tiempo. Aún estoy esperando por ello.

Cuando esos pedidos se cumplan, con todo el esfuerzo del corazón y de la vida, Uruguay tendrá nuevas oportunidades de poder despertar a todo lo que ha hecho, a los cometidos realizados, que han interferido en la evolución de esta parte de la humanidad .

Mientras eso no suceda, el sueño aún será muy profundo y difícil será el despertar y la inercia de este pueblo. Por eso entre los pocos que he llamado realizaré las grandes obras, así como Jesús llamó a los apóstoles para dar a conocer Su Evangelio al mundo entero, con muy pocos.

Necesito, queridos hijos, que no se aflijan por todo lo que hoy les digo. Soy la Señora de los Treinta y Tres y si hoy estoy aquí, es por una misión y un objetivo.

Vivan los tiempos de madurez como así Dios lo necesita y podrán apartarse definitivamente de la tibieza. Sus corazones estarán firmes y podrán cruzar las puertas que la Señora de los Treinta yTres abrirá, como última instancia para el Uruguay.

Por eso, Mi Obra primero se fortalecerá en el mundo entero antes que en el Uruguay, porque en verdad les digo, queridos hijos, que gran parte de los uruguayos se darán cuenta tarde de todo lo que han perdido.

Necesito que sean Mis embajadores de la paz por todos los rincones de este país y que se unan en un mismo propósito, en una misma sintonía, haciendo los esfuerzos necesarios para hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón en el Uruguay.

Aún espero seguir siendo la Patrona de su país, porque Yo no espero, queridos hijos, aunque muchos lo piensen, ser sustituida por otros ídolos que el propio país ha concebido como verdaderos, como parte de su irreal libertad.

Con ojos de misericordia miro este país, porque Dios Me ha enviado desde el Universo para descender sobre estas tierras, en este lugar lejano, en donde aparentemente nada sucede y nadie escucha Mi Voz. Pero en verdad es todo lo contrario. La Señora de los Treinta y Tres, la Madre y Señora Confederada, trabaja silenciosamente para que los corazones de este país sean arrebatados por el Amor de Mi Corazón, por la Gracia de Mi Espíritu, por la Santidad de Mi Alma.

El Uruguay deberá ser reconstruido muchas veces, hasta que las consciencias definan su camino.

Nadie estará libre del Juicio universal. Sabemos que ese tiempo se aproxima y que esa hora se acerca. Hagan oración y penitencia por los que no lo hacen en el Uruguay, por aquellos que transgreden la vida con los abortos y no saben lo que están haciendo, cuánto están hiriendo a la Creación con esa actitud y perversión humana.

Oren y hagan penitencia por los que aceptaron los ídolos de este mundo y de los que fragilizan a las almas y que hacen perder a los corazones el camino de la Luz.

Pero al fin de todo Mi Inmaculado Corazón triunfará y los que no pueden estar en la Nueva Tierra, estarán en otro lugar, viviendo desde el principio todos estos códigos que Yo les derramo, encuentro tras encuentro. Esas almas deberán aprender a ser merecedoras de la Misericordia de Dios, pero no descansaré. Su Madre y Misionera Confederada irá hasta el final para poder salvar la mayor cantidad de almas del Uruguay, antes de que todo se sumerja.

Pero si en verdad existiera un cambio radical, aceptando la Voluntad de Dios y viviendo un verdadero arrepentimiento, la mayoría no sufrirá las propias consecuencias de sus acciones y así, Mi Inmaculado Corazón intercederá, como intercedió una vez en Fátima por toda Europa, para que ella alcanzara un tiempo inexplicable de paz, aunque no la mereciera.

Cuando Yo ya no esté aquí entre ustedes, hijos Míos, deberán tener todas estas cosas presentes y claras, para que Mis Palabras no se las lleve el viento, sino que se siembren en sus corazones como códigos de vida, mostrando a Dios verdaderas acciones que quieran reconstruir su pueblo y su nación.

No teman decir al mundo que Yo estoy aquí. Imiten a los santos en ese camino de apostolado y de evangelización.

También estoy rezando, hijos Míos, por los obispos y los sacerdotes de su pueblo, para que algún día también alcancen el arrepentimiento y tomen consciencia de que aquí no he venido en vano.

Para testimoniar al mundo esta Obra de Misericordia, hoy consagraré nuevos Hijos de María, que representan a muchas naciones más en el mundo, que también serán precursores de la Obra de la Misericordia de Dios, por medio de su fidelidad, oración y fe.

Que vengan aquí.

Mientras los instrumentos tocan la melodía de su consagración, su Madre Celeste los bendecirá en esta noche y bendiciéndolos a todos ustedes, también bendecirá a este pueblo, para que viva el arquetipo de Dios; el Propósito Divino que algún día debe vivirse en los corazones de todos los uruguayos.

Hoy, la Madre y Señora de esta nación, la Señora de los Treinta y Tres, la Madre y Misionera Confederada, bendice sus espíritus, los espíritus de todos sus hermanos que alcancen el Propósito de Dios de forma verdadera y simple, viviendo acciones de caridad y de misericordia para con el mundo, actos de reconciliación y de paz entre todos los seres de la Tierra.

Hoy sus ángeles de la Guarda celebran este momento, y sus ángeles de la Guarda reciben en sus manos sus sagrados y verdaderos nombres para que su misión espiritual, hijos míos, se pueda concretar y realizar dentro de esta confraternidad, que Mi Corazón gesta entre todos los misioneros del mundo.

Que el espíritu de la hermandad los compenetre, los colme y les traiga a sus corazones el símbolo de la Unidad, para que la reconciliación en sus mundos internos se establezca, las faltas sean perdonadas, las heridas sean cicatrizadas y en sus corazones se encienda la Estrella de la Hermandad, aquella Estrella que repoblará la Tierra de seres de bondad y de luz, viviendo en unión con todo el Universo.

Los bendigo y los consagro como hijos y siervos de Mi Inmaculado Corazón. Que este paso que hoy dan sus vidas, sea el impulso para dar muchos pasos más en esta caminata al encuentro de Nuestro Señor Jesucristo, Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Me elevo al Cielo implorando por el Uruguay, para que despierte a la Verdad.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En ofrenda, hoy les ofrezco Mi Inmaculado Corazón como el triunfo perfecto para sus vidas y para todo el Proyecto de Dios.

Hoy Me reúno con ustedes, hijos Míos, y con todos aquellos que escuchan Mi Voz, con todos los que contemplan el esplendor de Mi Inmaculado Corazón, que transborda de amor por el mundo y por las almas, las que buscan a Dios y también las que se pierden sin poder verlo.

Hoy, en este día trece de mayo, los uno al Centro de Fátima, y los hago ingresar a la Fuente de su Luz, de su Amor y de su Pureza Original, para que recuerden, queridos hijos, lo que en verdad son para Dios y para todo el Universo, que ya no son más lo imperfecto, lo impuro, lo pecaminoso.

En ustedes existe la Pureza que Dios creó desde el principio, para poder manifestar Su Amor sobre la Tierra y en toda la humanidad.

Esa Pureza esencial, queridos hijos, se encuentra en sus almas, y sus almas esperan por mucho tiempo para poder dar ese paso hacia la entrega mayor.

Hoy vengo coronada por las doce estrellas que Mis hijos de la Tierra Me han colocado, honrando cada uno de Mis atributos, y haciéndolos parte de sus vidas, como el bálsamo perfecto para la cura interior.

Hoy estoy con todos aquellos que Me escuchan y que abren las puertas de sus hogares y de sus corazones, para que Yo pueda entrar y reinar como su Madre Santísima.

Hoy vengo con el Cetro de Dios tomándolo con Mi mano, para mostrarles, queridos hijos, que el poder del Amor es invencible, y que las tinieblas serán derrotadas, porque aún Yo sigo pisando la cabeza de la maléfica serpiente que causa el dolor y la desesperación en todos los seres humanos.

Hoy vengo con el libro de Dios que les revela la Justicia y también la Misericordia que los acoge en este momento, que les permite ingresar al Corazón de Dios en perfecta plenitud, devoción y amor.

Hoy Mis ojos están aquí para observarlos y contemplarlos como la pureza que son y la misión que tienen, queridos hijos, de poder alcanzarla en este tiempo tan difícil para el mundo.

Pero siempre que recuerden a Fátima, lo alcanzarán. Porque Yo estoy allí, y también espero estar en sus corazones para que se cumpla la Voluntad de Dios.

Este mensaje que hoy les traigo, queridos hijos, es preparatorio.

En este día trece de mayo, en donde todos los ángeles se reúnen alrededor de su Madre Celeste y sobre este suelo de Aurora para unir ambos Centros de Luz, Fátima y Aurora, Yo vengo a declararles, queridos hijos, una fundación especial, y la continuidad de un movimiento mariano, que será el preámbulo para la derrota de Mi adversario.

Este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal prometerá, para todos, la devoción incalculable a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Jesús.

El Hijo de Dios y la Madre de Dios se ofrendan como Corazones para el mundo, para que las almas los puedan contemplar y vivir plenamente a través del amor y la oración; columnas que no los harán perecer a pesar de la tempestad de estos tiempos.

Este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal los unirá a Mi Corazón Inmaculado.

Yo querré ser la Gobernanta de sus vidas y corazones, de sus hogares y familias, para que se pueda constituir la Sagrada Familia en estos tiempos y la consagración de cada ser de este mundo al  Plan perfecto de Dios, que debe cumplirse con la colaboración de cada esencia de la Tierra.

Mucho más de este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal conocerán a través del tiempo, pues él ya viene siendo gestado para poder ser presentado a todos.

Este Movimiento es la continuidad de una Obra que Yo comencé en Fátima, después de Mis Apariciones, con todos los sacerdotes, que son los siervos de Mi Hijo y de la santa Eucaristía.

Este Movimiento quiere, queridos hijos, que vivan la devoción a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Jesús, para que las almas, en los tiempos finales, tengan en quién confiar a pesar de lo que suceda y del tiempo de su purificación.

Adoptar Mi Inmaculado Corazón y el Corazón de Mi Hijo significa un paso para sus vidas, una renovación para sus familias, para que los dones del Espíritu Santo puedan comenzar a manifestarse, en cada obra de amor y en cada acción diaria.

Esos dones que serán derramados por los Sagrados Corazones les permitirán realizar el Proyecto de Dios y cumplir con su misión principal para este tiempo final.

Por eso, queridos hijos, Yo me ofreceré como el centro para sus familias y como la Mediadora para todas las causas imposibles.

Quiero entrar en sus vidas aún más. Todavía no he alcanzado lo suficiente para conquistar sus corazones y, aunque sé que Me han adoptado, aún espero, queridos hijos, revelarles Mis designios para estos tiempos.

Quien ingrese a este Movimiento Mariano y Sacerdotal contará con la ayuda de Mis ángeles del cielo y podrá aprender, queridos hijos, de los tesoros de instrucción que quedaron grabados en la Tierra y en el Evangelio por la Sagrada Familia.

Se develarán en sus vidas muchas gracias y podrán construir, en ustedes y en sus seres queridos, aquello que nunca consiguieron, porque el alma que adopta Mi Inmaculado Corazón, no perecerá, aunque se purifique.

Este Movimiento intentará unir sus corazones, pero también los corazones de toda la Tierra, que en alguna advocación viven Mi Presencia en sus vidas e imploran a Dios por la infinita gracia, para que ella descienda del Cielo y se derrame en todas las almas que lo necesitan.

Este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal será protegido por los sacerdotes de esta Orden que Yo he formado junto a Mi Hijo.

Será el primer paso para un ecumenismo mayor y verdadero, que no solo unirá a los cristianos, sino a todos aquellos que en verdad buscan vivir en el Amor de Dios y que necesitan encontrarlo en este momento, para poder sobrevivir espiritualmente.

Por eso Mi Corazón se ofrece a ustedes y al mundo, dando continuidad a este Movimiento Mariano que comenzó una vez en Fátima, y que brotó y nació como una pequeña flor, que después se convirtió en grandes jardines en todas las almas del mundo que contemplaban Mi Corazón.

Vengo a traerles a través de este Movimiento la posibilidad de que estén unidos al Universo de Dios y que puedan ser mediadores para estos tiempos finales;  porque  habrán almas que necesitarán de sus oraciones y también de su paz.

Cuando Yo ya no esté entre ustedes, este Movimiento continuará con Mi Obra; y serán ustedes, los apóstoles de Mi Hijo, quienes darán ese testimonio de que Yo estuve aquí, entre ustedes, por tanto tiempo y que les di a conocer el poder de Mi Inmaculado Corazón para todo el planeta. Que también les enseñé a cerrar las puertas de los infiernos y a retirar de las garras del adversario a cuantos se pierden en este ciclo.

Así cumplirán, queridos hijos, a través de este Movimiento, con el mismo Apostolado que Mi Hijo fundó con sus primeros seguidores; y también darán continuidad  a la Obra que su Madre realizó con José de Arimatea y las santas mujeres de Jerusalén después de la Ascensión de Mi Hijo, fundando la primera Orden Consagrada a Nuestro Señor Jesucristo.

Así recordarán, queridos hijos, algo que siempre hicieron, y cada alma de esta Tierra tendrá oportunidad de participar de ese Movimiento, según su grado de consagración y de despertar.

Por eso en este día trece, queridos hijos, sepan que todos tienen un lugar en Mi Inmaculado Corazón, y que Yo oro por ustedes para que finalmente se cumpla el Plan de Dios en todos los corazones.

Este Movimiento abrirá las puertas para la verdadera fraternidad; y la Obra que Yo he realizado aquí, en el comienzo, en Aurora, será más aceptada y comprendida después de que todo haya pasado.

Muchos se apenarán por no haber escuchado antes, pero la luz de este Movimiento ayudará a convertirlos.

Aunque sean religiosos y cristianos, la luz de éste, Mi Movimiento, los convertirá porque estará presente Mi Inmaculado Corazón, que es el emblema para la salvación de las almas de los que quieren reconciliarse con Dios, después de haberse separado de Él por mucho tiempo.

Mi Corazón Inmaculado, queridos hijos, es la representación del Universo del Amor de Dios, que aún no todos conocen; Universo que espera ser conocido por todos, para que puedan curar sus heridas, sus incomprensiones y sus dudas.

Mi Inmaculado Corazón se ofrece al mundo nuevamente en este día para salvarlo, antes de que todo suceda.

Mi Corazón Inmaculado será el estandarte de este Movimiento.

Será Mi Corazón que querrá estar estampado en sus espíritus y almas, en esa fusión perfecta con el Amor de Dios y con su Misericordia.

Mi Corazón Inmaculado, en este Movimiento, será el portal para que los ángeles desciendan y puedan trabajar junto a ustedes en esta Obra Corredentora junto a Mi Hijo.

Mi Corazón lo es todo para el mundo, y así espero que sus corazones también lo sean, para que Dios sienta agrado de estar en ustedes y en sus hermanos todo el tiempo.

Hoy he traído Mi Inmaculado Corazón para que nazca, en este día, el Movimiento Mariano y Sacerdotal; para que los nuevos cristos se presenten ante el llamado del Universo y en su redención, alcancen cumplir con la Voluntad del Padre Celestial.

Aún no comprenderán lo que hoy les estoy diciendo, pero guarden Mis palabras en sus corazones, porque en sus corazones es el primer lugar en donde Mis designios se cumplen, y es desde donde las obras se realizan para todo el planeta.

Sientan Mis palabras antes de comprenderlas y así se transformarán, queridos hijos.

Mi amor espera depositarse en ustedes cuando su confianza sea absoluta, cuando sus espíritus se abran para esta sagrada convocatoria y así, las naciones de América serán aliviadas.

Porque este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal, queridos hijos, comenzó desde el primer momento en que ustedes dijeron: "sí", a Mi Llamado hace ocho años atrás, cuando aprendieron a orar y oraron Conmigo; cuando cumplieron cada uno de Mis pedidos por la paz en el mundo y por la salvación de las almas.

Ese Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal fue siendo gestado en sus espíritus cuando éstos fueron receptivos a Mi Llamado Universal.

Y aún hay mucho por hacer, queridos hijos, hay mucho por realizar y cumplir ante Dios.

Hoy dejo Mi Inmaculado Corazón para ustedes como el tesoro del Universo, el emblema del amor para toda la humanidad; como la fundación de este Movimiento para este día bendito y glorioso, en donde su Madre del Cielo es coronada por el amor de sus hijos.

Quiero que hoy firmen este compromiso Conmigo a través de su amor y de su "sí".

Así muchos serán ayudados, y llegarán de diferentes formas a Mi Inmaculado Corazón: como el refugio para los afligidos, como el hogar para los que desesperan, como la cura para los que están enfermos y como la salvación para los que estuvieron en el abismo.

Hoy deposito aquí, ante ustedes, Mis siete rosas de Luz; porque a partir de este noveno año de encuentros Conmigo, queridos hijos, el séptimo ciclo se cumplirá y comenzará un nuevo ciclo para todos Prepárense.

Este Movimiento también será formado por los Hijos de María que Me representan en esta humanidad, como el testimonio de la conversión y del Amor de Dios en sus vidas.

Hoy llamaré a los que se consagrarán, en este día, en  que vuelvo a revelarles el poder de Mi Inmaculado Corazón, que es el Poder de Dios.

Que vengan aquí Mis hijos, los que se consagrarán.

Hoy son tres, queridos hijos, en el sagrado recuerdo de la pureza de Jacinta, Francisco y Lucía, y en el sagrado recuerdo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¿Qué significará, queridos hijos, este momento para sus almas?

¿Qué representará esta consagración para sus almas ante Mi Inmaculado Corazón, que se abre para recibirlos y  amarlos, infinitamente?.

Hoy dejo para cada uno de ustedes la semilla de la pureza original, para que la recuperen y la hagan crecer como un gran árbol de luz que acogerá a los corazones sufrientes y perdidos, por su oración.

En unión a Mi Inmaculado Corazón reciban la Luz del Cielo, que hoy les extiendo por obra de la Gracia y de la Misericordia, tocando sus cabezas y rogando a Mi Hijo su gran paso al Universo Mayor.

Yo los amo y los adopto como Mis hijos, porque ustedes ya Me adoptaron como su Madre.

Y así vuelvo a cumplir en este día, a través de estos tres hijos, el Proyecto del Amor de Dios en todos los corazones.

Reciban de Lys Fátima, la Paz.

Y ahora, hijos que hoy se consagran, repitan conmigo:

Mi Dios yo creo en ti...

(Oración del Ángel de la Paz, recitada por tres veces)

Y así, hijos que hoy se consagran, sus corazones se limpian y sus almas se purifican en Mi Luz, en el Amor perfecto de Dios y en la Unidad con Su Espíritu.

Hoy los consagro en el nombre de todo el Universo, en el nombre del Amor y de la Paz, para que ella se establezca en sus vidas y en todos aquellos que se crucen en sus caminos.

Recuerden, queridos hijos que hoy se consagran, que adoptaron Mi Inmaculado Corazón, quien siempre los protegerá y los amará como nunca nadie los ha amado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Por este día, por los días que pasaron y por las obras que vendrán, les agradezco por responder a Mi Llamado.

Que se eleven sus velas y que se cante “El día trece de mayo”.

Vayan en paz.

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Siempre les traeré la esperanza y el porvenir en los tiempos difíciles.

Aquel que vive en Mi Hijo nunca se arrepentirá. Su corazón será predilecto ante los Ojos de Dios y siempre encontrará la llave que le abrirá las nuevas puertas.

En estos tiempos difíciles, queridos hijos, Yo los invito a persistir con el corazón. Mi sagrado Manto de cura está sobre ustedes y sobre todos aquellos que se colocan en oración, pues Mis redes de Luz se extienden por el mundo y Mis hijos se multiplican ante el llamado del Señor.

Yo les traigo Mi Corazón Inmaculado como el gran emblema. Yo Me oferto a ustedes como el Lucero del mundo, estaré con ustedes en los tiempos de tinieblas.

Yo Soy la gran Señora Vestida de Sol, la gran Madre de la Cura Universal. Dichosos de aquellos que creen en Mi Presencia predilecta; porque en el tiempo que vendrá, después de este mundo, todos serán inmaculados ante los Ojos del Altísimo.

No teman liberarse de sus amarras, el tiempo llegó para que eso suceda.

Dónenme sus vidas completamente y Yo podré obrar a través de ustedes.

Únanse en este tiempo y no se permitan separarse.

Mi Hijo desea estar entre ustedes todo el tiempo, conducir a las almas y a los corazones hacia el verdadero propósito personal de cada ser.

Mi Luz hace abrir sus ojos, Mi regocijo los colma y los permea.

Yo vengo en esta noche, queridos hijos, a anunciarles su tiempo de cura y de redención. 

La Aurora ya está brillando hace mucho tiempo y los ojos abiertos deben reconocer el porvenir, aquel que viene del horizonte infinito; cuando el corazón se abre para recibirlo, muchas riendas son desatadas y los corazones alcanzan la cura que necesitan.

He venido a Aurora para congregarlos a través del Amor de Cristo, Nuestro Señor. Hoy, los invito a unirse a Su Corazón Sagrado, en este día de reparación y de comunión. Permitan que las Leyes de Su Misericordia puedan actuar para que sus corazones sean cristalinos.

Deben purificarse, hijos Míos, así estarán plenos de Mi Gracia maternal, que siempre los abraza y les hace sentir el Amor profundo de Dios.

Desearía, profundamente, curar muchos corazones más; pero están ciegos, están en las sombras, viven en la oscuridad de esta vida material.

Yo los invito, hijos amados, a que sean precursores de Mi cura universal, así Mis Rayos tocarán sus esencias y se expandirán hacia otros corazones.

La cura universal es la esencia que los rescatará antes de la Venida de Cristo. No teman purificarse, no teman sufrir por Dios. Todo en este tiempo está previsto, lo que es en el Cielo y lo que es en la Tierra. Cada día más, con el paso del tiempo, el universo y la Tierra se funden y el gran momento se aproxima a la humanidad.

Yo les vengo a anunciar las señales, las profecías y los misterios, a aquellos que muchos no conocen, que se revelarán al mundo en el momento cierto y justo. Y, a pesar de que las tinieblas circunden la Tierra, los corazones que escuchen Mi llamado, que oren Conmigo el Santo Rosario y que recuerden Mi Corazón Inmaculado siempre estarán dentro de Mi gran Sol Universal. Yo los apartaré de la tribulación siempre y cuando Me lo permitan.

Yo estoy aquí como su Mediadora, su Madre de las Gracias del Gran Corazón de Dios que pulsa en este mundo, convocando a los servidores para la gran Misión final.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Que el cansancio de sus cuerpos no alcance a sus corazones, para que no se cansen jamás de estar delante de Mi Presencia, porque si perseveran acompañándome en este camino, puedo servirme hasta de su cansancio, de su persistencia ante las purificaciones de la vida.

Hijos Míos, imaginen, en este momento, si Mi Presencia fuera visible a sus ojos, si cada vez que Yo llegara al mundo todas las criaturas Me pudieran ver, ¿en algún momento se cansarían de venir a Mi encuentro? 

Hoy, quiero dejarles esta reflexión porque, aunque sus ojos no Me vean, sus corazones Me pueden encontrar, porque Mi Presencia aquí, en este momento, es más real y verdadera que la materia que compone sus cuerpos y que compone toda la vida sobre la Tierra.

Hijos Míos, todo lo que ven a su alrededor un día desaparecerá, pero Mi Presencia jamás desaparecerá, ni de este mundo ni del universo. Mi Corazón Materno se expande cada día, y, cada segundo que pasa en este mundo, Mi Consciencia abarca una parte más de la Creación Divina, porque todo lo que fue creado proviene de Mi Corazón, a pesar haber sido pensado por Dios.

Mis queridos, quiero que se renueven cada día ante Mi Corazón para que, de esa forma, Yo pueda renovar sus consciencias, porque si no se disponen a vivir la transformación, con tantas oportunidades que les son entregadas, ¿qué será de esta humanidad que muchas veces no conoce a Dios, que muchas veces ni siquiera oyó Su Nombre?

Mis queridos, ustedes, que tienen la oportunidad de estar ante las puertas del Cielo, deben vivir lo que toda la humanidad un día vivirá. 

No sientan temor porque hoy sus corazones se purifiquen. No sientan temor jamás por no encontrar el viejo hombre que fueron durante tanto tiempo. Mi Presencia viene a renovar sus vidas, como a toda la humanidad, para que puedan ser nuevos ante Cristo, ante Su Retorno glorioso a este mundo. 

Sé que muchos no creen, pero el Rey del Universo retornará. Para eso, Mi Voz hace eco en el mundo para preparar los corazones y las consciencias, para preparar cada espacio de este planeta, para que sean receptores de la Misericordia Divina y que, cuando llegue la Justicia, los corazones estén preparados para vivirla y para comprender la Voluntad de Dios, que se manifiesta en cada cosa de esta vida.

Hijos Míos, no existe la injusticia divina. Todas las acciones humanas generan consecuencias que deben ser equilibradas en este tiempo por los corazones despiertos. Y, lo que llamo de corazones despiertos, son estos que están delante de Mí, son estos que escuchan Mi Voz en muchos lugares del mundo, son estos que Me aman, que aman el Corazón Sacratísimo de Jesús, aun sin saber de Su Presencia en este tiempo.

Mis queridos, quiero tornarlos apóstoles que renueven el apostolado de un tiempo pasado; que puedan entregar sus vidas por sus hermanos, por la redención de la humanidad, por la redención de los Reinos de la Naturaleza, que desde el principio de la humanidad aguardan esa oportunidad de redención, aguardan que el ser humano pueda ser su fiel ejemplo de elevación al Creador. 

Pero hasta hoy, hijos Míos, solo los Reinos dieron ejemplo de elevación, de humildad, y no existió reciprocidad por parte de los seres humanos. Por eso, les pido que puedan vivir en este tiempo lo que Dios espera de la humanidad desde el principio de su creación, que ya no pierdan las Gracias que el Señor les envía, como las perdieron a lo largo de los siglos.

Hijos queridos, escuchen Mi Voz y permitan que ella ingrese en sus consciencias como en sus corazones.

 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, mañana, Yo los invito a que Me traigan una humilde flor, que Yo consagraré y será su sincera oferta por la paz y la redención de la humanidad, una oferta sincera a Dios Padre que los unirá a Su Creación, a su principio y a su fin.

Queridos hijos, hoy los consagro, los bendigo. Eleven sus objetos sagrados para la bendición maternal.

Dios Altísimo y Todopoderoso bendice estos objetos sagrados que representan la señal de vida y de redención para las almas que, juntas como una humanidad única, alcancen el Nuevo Tiempo, aguardando con esperanza la gloriosa Venida de Cristo.

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Nuevamente, les agradezco a los grupos de Paraguay por haber respondido a Mi llamado. Dios les agradece.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

En estas últimas Apariciones de Nuestra Señora en los días 24 de vigilia, nos ha transmitido Mensajes bien importantes.

Después de un tiempo de silencio durante las Vigilias, hemos entendido que la urgencia planetaria es grande y Nuestra Señora está tratando de socorrernos y de estar con nosotros lo más posible. Ella nos ha mencionado que cuanto más nos entreguemos a Su tarea, por más tiempo nos podrá acompañar y estar con nosotros durante los tiempos difíciles, como dijo hoy.

Así que depende un poco de nuestro esmero que Nuestra Señora pueda seguir con nosotros un tiempo más.

Vamos a preguntarles a los hermanos si tienen algo para compartir.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora tiene una predilección por Aurora. Ella siempre se siente plena al estar aquí, entre Sus hijos de la Comunidad. Ella siente siempre una receptividad especial; y eso no significa que sean diferentes a otros, sino que es un grado de filiación que cada uno tiene con María.

Hoy, el momento de la Aparición fue diferente porque, por lo general, cuando María aparece, existe una explosión de Luz que es expansiva.

Hoy, antes de que Ella llegara, apareció una espiral de Luz de siete colores y, en ese momento, Ella se manifestó como la Madre del Sol. Enseguida, de abajo de Su Manto, empezaron a salir muchos Querubines. Muchos comenzaron a subirse sobre nosotros, con tanta armonía y con tanto amor que le dijimos: “Madre, ¿qué es lo que está aconteciendo?”.

En ese momento, desde el Inmaculado Corazón de María comenzaron a salir hilos de luz de color verde que los Querubines colocaban dentro de nuestros corazones; y que sacaban dolores, angustias e incomprensiones. Por un instante, nos vimos todos unidos al Corazón curador de María y se generó en nuestro interno una sensación de gran alivio.

Entonces, María comenzó a dirigir Sus Palabras. En el momento en que Ella habló que caminaría con nosotros entre las tinieblas, nos mostró una visión de María caminando en el mundo, entre los pueblos, guiando a muchas personas hacia una montaña; y algo muy significativo había en esa visión, Ella tenía un candelabro que iluminaba esa oscuridad e iba abriendo los caminos para que, los que estaban detrás de Ella, pudieran reconocer la Llegada de Cristo. De eso, no nos explicó nada más. 

Hoy, estaba muy feliz, porque no solo consiguió tocar nuestro corazón, sanar algunas heridas, sino también tocar a otros corazones que no estaban aquí. Ella decía que hay muchos corazones que están cerrados porque sufren; por eso, nos invitaba a ser precursores de esa cura.

Durante todo el momento de la Aparición, María tenía Sus brazos extendidos sustentando Su Manto, que era verde y que estaba sobre nosotros todo el tiempo. Ella derramaba, sobre nosotros y sobre todos los que estaban coligados con Ella en ese momento, códigos de Luz de diferente tonalidades y colores.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA SAGRADA CASA HERMANO PÍO, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, con gran alegría, les traigo la cura a todas las almas. Mi Inmaculado Corazón les promete acompañarlas en este camino de purificación. Dios les ha concedido la Gracia de consagrar esta Casa para su consuelo, porque ahora ya es el tiempo de vivir la purificación, la Gracia y el perdón.

Con alegría, en esta noche, los reúno dentro de Mi Corazón Inmaculado. Que esta lluvia resuene en sus corazones como una sagrada bendición, una limpieza profunda de sus almas y corazones para que, en el próximo año, nacidos en Cristo, puedan iniciar un camino de apostolado y de oración.

Hoy, Mi Inmaculado Corazón reúne a todos los poderes del Cielo y, ante las Presencias de Rafael y de Miguel, los Santos Padres Creadores, derrama Sus Rayos sobre ustedes.

Para concederles esta Gracia tan espiritual y especial, Yo he tenido que orar mucho por ustedes, como ustedes tuvieron que orar Conmigo por mucho tiempo. 

Quisiera consagrar cada una de las áreas a Mi Inmaculado Corazón. Por eso, en el próximo año, de forma especial, iremos preparando juntos el jardín en Mi Corazón, para que los sublimes Reinos del Cielo puedan expresarse sobre la Tierra a través de las flores y de los jardines, que representan al espíritu de sus almas, el verdadero origen al cual ustedes pertenecen, que está en el Reino del Señor.

Cuando Yo visite cada una de las áreas, entenderán, después de mucho tiempo, cuál es Mi verdadera intención para ustedes y para cada uno de los espacios que Yo iré preparando para el fin de los tiempos, porque cada área tendrá una tarea especial, al igual que los Centros Marianos.

Pero hoy, Mi Mensaje se centra, queridos hijos, en la importancia de la cura de sus corazones; porque a partir de ahí, queridos hijos, un nuevo ser puede despertar y animarse a vivir el Llamado de Dios.

Por eso, Yo Me manifiesto, en esta noche, como la Sagrada Señora de Figueira. En Mis Manos, Yo traigo los frutos para entregarles, que ustedes ya conocen hace mucho tiempo, frutos que deben alimentarlos para poder vivir el Llamado de Dios: el fruto de la Caridad, el fruto del Amor, el fruto de la Unidad y principalmente el fruto de la Fraternidad. 

Si ustedes viven todos estos frutos y, a través de sus oraciones, recogen estos dones de Mi Gran Árbol, podrán curar sus almas e iniciar un nuevo camino de forma verdadera y simple, como Yo siempre he intentado enseñarles desde el principio de Mi visita a este lugar.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

La mayor cura que les traigo a sus vidas es la cura de sus espíritus, la cura de sus corazones, que se manifiesta a través del Rayo de la Redención que le traigo al mundo desde los Cielos.

Hijos Míos, en esta hora, abran sus corazones para borrar aquellos registros de errores cometidos en el pasado, mucho más allá de esta vida; porque quiero construir, en este lugar, un templo de cura que vaya más allá del plano físico, que curará a la materia como consecuencia de la cura del espíritu. Y para eso, contaré con el auxilio de cada uno de Mis hijos, aquellos que trabajarán a través de la oración, de la donación de sí, del servicio abnegado; aquellos que trabajarán incansablemente, de día y de noche, para acompañar a sus hermanos. Así, hijos Míos, construiré aquí una escuela para la formación de sus almas, para el despertar del amor, de la fraternidad y de la caridad, como ya les he dicho.

Es de esta forma, Mis queridos, que como Señora de la Figueira consagro este lugar y a cada una de sus vidas para que se donen a Dios y aprendan, en este final de los tiempos, a convertir sus vidas permanentemente. Porque hoy les digo que la conversión de las almas debe ser diaria, permanente y constante, porque siempre brotará de lo profundo de sus seres algo que debe ser convertido.

Por eso, busquen aquí Mi Presencia y Mi auxilio siempre que se sientan enfermos de corazón, de cuerpo y de espíritu, y después que Me llamen, vendré a su encuentro en Espíritu, acompañada de Ángeles y Arcángeles, como lo hago ahora para irradiar sus almas y, a través de ustedes, a toda la humanidad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Como el Arcángel Gabriel anunció el Nacimiento del Mesías, en este tiempo Yo anuncio el Retorno de Mi Hijo. Por eso, de forma extraordinaria, hoy estoy con ustedes para recordarles la Buena Nueva, el Llamado del Señor, la Venida del Santo Espíritu de Cristo, en auxilio de los que han caído y de los que se condenaron perpetuamente al fuego del infierno.

Vengo a liberar las esencias que han caído, esa es la promesa que Yo le hice a Dios. Por eso, necesito de todos Mis hijos para cumplir la gran promesa que hice ante el Trono del Padre: la salvación y el rescate de la humanidad.

En cada momento de oración y de comunión con Mi Hijo, sepan, queridos hijos, que Yo Me encuentro allí, en el silencio del corazón, acompañando a ese gran cenáculo de los nuevos apóstoles que se unen al Corazón de Cristo y que, en absoluta confianza, responden al Llamado de Dios.

En esta noche tan Misericordiosa, que esta sagrada lluvia los lave profundamente y salgan de aquí totalmente renovados a través de la Gracia de Mi Espíritu Maternal y del Amor profundo que Yo tengo por todos ustedes.

Quiero decirles que, hoy, Yo estoy aquí porque ustedes se comprometieron Conmigo a ayudarme en el fin de estos tiempos, a vivir la transición de este Apocalipsis, a ser sellados por Mi Inmaculado Corazón y por la Llama poderosa de Cristo, elemento sagrado que los preparará en espíritu para iniciar nuevas tareas que Yo le propongo a cada uno de Mis hijos. 

Por eso, cada uno de ustedes, hijos Míos, ofértense a Dios, Él está escuchando en esta noche su llamado. 

Eleven sus imágenes hacia lo alto y abran sus corazones para recibir, en este momento, Mi bendición maternal. 

No se imaginan, queridos hijos, la alegría que siente Mi Corazón por ser Madre de la Figueira.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Consagro estas imágenes para que sean el fiel ejemplo de la presencia de Mi Energía Virginal. 

Que, los Rayos de Cura, que provienen del Santo Árcangel Rafael, desciendan sobre sus esencias para que se curen profundamente y encuentren, en el nuevo camino, la paz del corazón, la alegría para sus almas, la reconciliación con Dios y la victoria de la redención en toda la humanidad. 

En esta noche de alegría, vivan la víspera del Nacimiento de Cristo con profundo amor y reverencia.

Mi Hijo está naciendo una vez más en el mundo, pero esta vez Él quiere nacer en el pesebre de su corazón. Así se prepararán, amados Míos, para recibir al Redentor por segunda vez.

Que la bendición del Cielo, la Misericordia y la Gracia de Dios permanezcan en sus corazones y en todas sus familias.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Escucharé, en esta noche, el cántico a la Señora de Figueira. Que canten los ángeles y que los corazones se alegren. El Redentor está llegando para establecer la Victoria del Padre y los Mil Años de Paz en los cuatro puntos de la Tierra.

¡Les agradezco!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No Me he ido, queridos hijos, una Buena Madre siempre escucha a Sus hijos, sobre todo cuando cantan de corazón y de alma al Reino de Dios.

 

Canción: "Nuestra Señora de la Figueira".

 

El Cielo les agradece por esa sincera respuesta, porque en las cosas más simples se encuentra lo verdadero y lo puro, cuando en verdad el corazón se dona en los Brazos del Creador.

Quiero dejar una semilla de Luz en este lugar, en el corazón de los servidores que se dispondrán a servir a los que más sufren y a los que necesitarán de consuelo.

Queridos hijos, mientras sus corazones se movilizan, Yo podré hablarles para consagrarlos a Dios en esta nueva tarea que compartirán muy de cerca con San Pío. Él será su fiel Instructor, quien guiará sus pasos en el camino de la cura de las almas y de la alegría de los corazones.

La esencia principal de toda esta tarea es la alegría para los que sufren. Este es el mayor remedio para los corazones que necesitan paz y liberación.

Coloquen sus manos hacia lo alto para realizar una oferta a Mi Corazón Inmaculado. Cada uno sabe lo que puede darme, para Dios todo tiene un gran valor. El gran misterio del Amor se encuentra en la entrega absoluta al Padre. Hagan su oferta, Yo la recibiré en Mi Corazón Materno.

Y, para despedirnos de esta unión, entre el Cielo y la Tierra, cantemos.

Lleven ahora sus manos hacia el corazón, y crean que en Dios todo es posible.

Los bendigo y los amo.

¡Gracias por responder a Mi llamado!

 

Canción: “Ave Luminosa”.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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