Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 130.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Contempla a tu Señor, amarrado de Pies y Manos, en la temible y dolorosa plaza de la flagelación, donde la crueldad de los verdugos los apartaba de toda unión con su propia esencia divina; porque así, de forma semejante, es como algunas situaciones internas de las almas Me dejan sometido en este momento.

A veces, las almas se olvidan de que Yo Soy todo Misericordia y de que sería capaz, en el Nombre Sagrado y Soberano de Mi Padre, de volver a hacer cualquier ofrecimiento por los Míos, así como lo estoy haciendo en este momento.

Mira cómo hoy se encuentra el Cordero de Dios que fue condenado y sacrificado por los pecados del mundo.

He aquí, ante tus ojos, el universo del Amor del Dios Vivo, que retorna en este momento de crisis personal y planetaria para dar vida, luz y esperanza a lo que ya parecería medio muerto.

¡Oh, si las almas se animaran a conocer y sumergirse en el abismo de Luz de Mi insondable e infinita Misericordia, rindiéndose a la humildad de Mi Corazón, muchas, pero muchas situaciones cambiarían de la noche a la mañana!

El Señor viene presentando la plaza de la flagelación para que recuerden que Yo sigo derramando Sangre y Agua por todas las almas del mundo; para que todos los corazones posibles, antes del último tiempo, puedan conocer internamente el océano de Mi Amor consolador, antes de que la puerta predilecta de Mi Misericordia se cierre ante el mundo y se abra de par en par la sabia y sagrada puerta de la Justicia Divina, que representa en este tiempo el principio espiritual fundamental para poder corregir a la humanidad a través de su reingreso y de su sintonía con la Ley Mayor del Amor.

Mira, así como Yo miro, el escenario doloroso del mundo. Los acontecimientos anuncian la llegada y el Retorno de Cristo, cuando la sagrada intervención divina actuará para preparar ese esperado y desconocido momento para todos.

Quiero y deseo, desde lo más profundo de Mis entrañas de Misericordia, que el planeta y la humanidad puedan recuperar la paz, desaparecida de muchas naciones y pueblos.

Este momento de oración, ofrecido por los corazones, otorga la intervención de los ángeles ante el escenario más oscuro e incierto del planeta. Pero la fuerza de la fe de los corazones devotos y de los que ejerciten en este tiempo lo que les enseñé en el primer Mensaje de este actual momento de Maratón de oración, será lo que favorecerá que grandes poblaciones y familias ya no sean abrazadas por los conflictos, por los efectos inesperados de la naturaleza y por lo que nadie en la faz de la Tierra podría imaginar.

Por eso, Yo vengo como un Vigía, como un Guardián y como un Celador de la Voluntad Mayor, que necesita cumplirse y concretarse en las almas, en todos los que, todos los días, confirman sus votos ante el Plan de Dios.

Este es el momento esperado por el Padre Eterno para que cada criatura sobre la superficie de la Tierra sea y represente una extensión de la Misericordia y de la Piedad, tan necesarias para la humanidad.

Recuerden lo que Yo les pedí en el primer Mensaje. Y ahora, más que nunca, sumérjanse en Mis últimas Instrucciones.

Yo les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús