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Si Yo vengo del Cielo, es por una causa mayor. Es por algo que aún ustedes desconocen, queridos hijos, y que se llama Propósito Infinito, en el cual todas las almas se congregan para vivir el Plan de Dios, por ejemplo, a través de este encuentro.
Quisiera que sus corazones recepcionaran Mi Llamado maternal, porque también es el llamado de Mi Hijo, que en este tiempo los invita a la redención de sus vidas.
Yo Soy su Santa Madre del Cielo y deseo lo mejor para cada uno de ustedes.
Por eso en esta noche los invito, queridos hijos, a que puedan seguir Mis pasos de Madre Peregrina por el Camino de Luz que Yo vengo trazando, a través de este encuentro de oración, especialmente por los más jóvenes, que son la próxima misión para estos tiempos.
Yo desciendo del Cielo para traerles Mis Gracias, pero también para traerles la Palabra de Dios, que es la Palabra de Mi Hijo Amado, que resuena en todo el Universo y que espera resonar en sus corazones para siempre.
Queridos hijos, si sus corazones despiertan, muchos más corazones despertarán y así se irá cumpliendo, poco a poco, el Plan de Dios en este mundo, que es un Plan precioso e inmaculado que espera dibujarse en sus corazones, para que él también pueda cumplirse en sus vidas, ante Mi Presencia Maternal.
Quiero que hoy sus corazones se sientan consolados por Mi Espíritu; porque no solo estoy aquí, queridos hijos, con ustedes, sino también con todos los que Me escuchan en este momento, que corresponden a Mi Llamado Mayor de propagar la paz por toda la Tierra.
Si ustedes viven en paz, queridos hijos, y buscan la Paz de Dios en estos tiempos, la paz se establecerá en el mundo y los corazones no sufrirán.
Pero si ustedes, queridos hijos, no cumplen con Mi llamado, muchos más corazones sufrirán y no podrán despertar a través de su oración mediadora, la que Yo invito a construir en este tiempo en sus vidas, en sus hogares y familias, en ese sagrado oratorio de amor que Yo los invito a vivir todos los días de la vida.
Mientras estoy aquí presente, queridos hijos, contemplando cada uno de sus corazones, contemplando cada una de sus intenciones, cerrando sus heridas, también estoy cerrando la gran herida del mundo, la herida de la indiferencia y de la persecución, de la maldad y del egoísmo de los hombres.
Por eso, queridos hijos, que el poder de su oración diaria los retire del egoísmo, que abra sus ojos, los ojos de sus almas, para que puedan ver la venida gloriosa de Cristo, que está próxima, muy cerca, en este tiempo final.
Mientras estoy con ustedes, queridos hijos, también estoy con los más perdidos en el mundo, con aquellos que no reciben ayuda, con los más necesitados que precisan de sus brazos y manos para poder reconstruir una nueva humanidad, mediante el servicio, la oración y la paz.
Porque en esas cosas simples que Yo les pido, la humanidad se podrá purificar, las almas se aliviarán, recibirán el Amor de Dios en sus corazones, y podrán formar parte de la Nueva Tierra prometida.
Mientras eso está por suceder, queridos hijos, abran sus corazones y guarden estas palabras en lo profundo de sus seres, porque ellas les servirán para los momentos difíciles que llegarán y que toda la humanidad deberá vivir en este último ciclo del Apocalipsis.
Hoy estoy también aquí por las naciones; por Venezuela, por Ecuador, también por Uruguay, por todos Mis hijos de esos lugares que siguen clamando a Mi Corazón Inmaculado.
Por eso también hoy les digo: Mis amados hijos de Venezuela, de Ecuador y de Uruguay, no bajen sus brazos. Alcen sus brazos hacia el Cielo por aquellos que están derrotados por la persecución y el mal de los hombres.
Sigan orando en confianza a Mi Inmaculado Corazón, porque tengan la certeza, queridos hijos, que Yo estoy en sus hogares y familias ayudando a los más necesitados, a los que sufren la restricción, a los que sufren todos los terremotos de este mundo y que no tienen calma, ni siquiera serenidad.
Por eso Yo los invito, queridos hijos, a orar por cada uno de ellos, para que Mi Plan también se establezca en esas vidas, para que Mi Paz los pueda invadir y curar, y que por aquellos que se perdieron, Yo los pueda elevar al Cielo, al Universo.
Quisiera que aquí se estableciera una paz verdadera y eso se gestará, queridos hijos, por su decisión y colaboración. Eso también ayudará a los Reinos de la Naturaleza, que son los Reinos más perseguidos por el hombre a través de la destrucción.
Yo necesito, queridos hijos, que contemplen todas las necesidades del mundo, que puedan ver más allá de sus vidas. Así podrán responder verdaderamente al Llamado de Dios y todos sus corazones serán verdaderos colaboradores del Plan, antorchas de Luz para estos tiempos de caos.
Así como hoy estoy con ustedes aquí, queridos hijos, trayendo la presencia del Reino Celestial por medio de Mi Gracia Maternal, también estoy con todos Mis hijos en el mundo, con aquellos que abren las puertas de sus corazones para que Yo pueda entrar y morar en sus vidas.
Hoy les traigo un mensaje de esperanza, pero también un mensaje de advertencia, que es hora de colaborar con el Plan de Dios, que los servidores se multipliquen en cada parte de este mundo, que los siervos de Mi oración perpetua puedan multiplicar sus voces, para que Dios pueda acoger en Su Corazón sus llamados.
Yo los necesito, queridos hijos, para poder gestar la Nueva Humanidad, para que, toda la humanidad entera pueda traspasar este umbral de la transición. Transición que desconoce y de la que no sabe que sucederá. Los corazones se sorprenderán por lo que verán cada día que pase.
Por eso, queridos hijos, abran sus corazones y reciban Mi llamado, porque es el último para el mundo antes de que se purifique completamente.
Quisiera verlos encendidos en la oración y en la fe, porque Yo vengo a dejar en sus corazones Llamas de Luz Divina, Atributos de Dios, Códigos preciosos de la Redención y de la Misericordia, que reformarán el planeta y principalmente a todas las almas que escuchen Mi Voz.
Mientras Yo hablo, queridos hijos, sus heridas internas son cerradas. Tengan fe de que eso es así, porque su Madre todo lo puede, a través de su Sagrada Intercesión por el mundo.
Pero hoy también quería decirles, queridos hijos, que su compromiso con el Brasil, de orar por su pueblo, por cada uno de Mis hijos de esta nación que deben despertar a Mi llamado, es importante. Que deben aprender a orar y saber unirse a Dios en estos tiempos, así como lo han vivido hoy, de una forma simple y verdadera.
Yo necesito, queridos hijos, que Me lleven en sus corazones, que Me adopten en sus vidas como su Madre del Cielo y del Universo. Así también podré llegar a todo el Brasil, que tanto lo necesita.
Su nación se consagró a Mi Inmaculado Corazón y esa consagración no puede debilitarse. Será a través de los fieles seguidores de Cristo que el Brasil se protegerá y se salvará.
Por eso hoy les traigo un testimonio verdadero de la presencia de Mi Amor maternal por ustedes y por el mundo, a través de todas las Faces que Yo he revelado a lo largo de los tiempos y en esta nación, como la Señora Aparecida.
Hoy han traído a Mi Altar esta Sagrada Imagen, respondiendo a Mi pedido maternal de que hoy Yo la consagre, queridos hijos, como su Madre Peregrina para todo el Brasil.
Después de haber recibido la Señora de Fátima, de haber trabajado su simplicidad y pureza, Yo vuelvo a aparecer en sus hogares, hospitales y casas, para llegar a los más necesitados.
A través de sus manos, Me cargarán y Me llevarán a donde Me necesiten, para que Yo pueda derramar Mis Gracias maternales en todos los corazones brasileros que creen en Mi Presencia, en Mi Divinidad y en Mi Amor.
Porque así, a todos les doy; les dono Mis Gracias, les dono Mi Corazón, les dono Mi Espíritu de Paz para que siempre puedan estar en Dios y en Mi Hijo Amado.
Mi Hijo Me entregó a ustedes, para que Yo fuera su Madre, Yo quiero que ustedes sean Mis hijos y que Me lleven en sus corazones, como una experiencia viva para el resto de sus vidas; que oren Conmigo todos los días, en la simplicidad del Santo Rosario; que recuerden a Dios cada vez que despierten, porque Él está muy olvidado y ofendido; que oren por sus hermanos, por sus enemigos, por todos los que persiguen a otras almas en el mundo, por los que gobiernan, por aquellos que destruyen toda la vida y la Naturaleza, por las madres que abortan, por los hijos que se pierden y no reciben la oportunidad de vivir esta vida.
Que oren por toda América Latina junto a Nuestra Señora Aparecida, que es su Madre Peregrina del Brasil, la Llama Incandescente que vuelve a rebrotar en los corazones que invocan su Sagrada Presencia Universal y trae la salvación para todo el mundo.
Quiero que dejen a Mis pies todo el Brasil y que en cada momento en que se encuentren Conmigo, a través de su Madre Peregrina, abran sus casas y corazones para que Mi Presencia pueda entrar en sus vidas, y así como hice en Fátima, Yo pueda convertir a los corazones más duros. Porque quien está Conmigo no perecerá.
Pero hoy también vengo a consagrar a los Hijos de María que son parte de Mi gran testimonio de amor en el mundo, que revisten en sus cuerpos Mi manto de Luz para llevar la paz y el amor por cada lugar donde vayan.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán, para que Yo pueda consagrarlos y consagrar la santa imagen que visitará sus hogares.
Escuché desde el Cielo, queridos hijos, el Himno de la Señora Aparecida. Quiero que hoy lo proclamen a viva voz, para que Mi Espíritu de Amor pueda llegar a todos y las Américas se consagren a Mi Inmaculado Corazón en estos tiempos de transición.
Himno de la Señora Aparecida …
Queridos hijos, cuando Yo aparecí en el Brasil a través de esta sagrada imagen para pescadores tan simples, Yo quería dejar el mensaje que el Brasil siempre debe ser el corazón de América del Sur, que pulsará en devoción y fe e irradiará Su Luz para todos los corazones del mundo.
Cada vez, queridos hijos, que se coloquen delante de Mi Presencia Aparecida, estarán confirmando a Mi Corazón Inmaculado que Yo no solo soy su Madre, sino la Madre del Brasil que nunca será expulsada y que reinará con su potestad celestial por los siglos de los siglos y en todos los corazones que Me reciban.
Yo bendigo esta imagen como el socorro para los corazones, para el alivio de los que están enfermos espiritualmente y para aquellos que padecen los dolores en sus cuerpos.
Bendigo esta imagen como el testimonio de Mi Amor por todos, porque Yo Soy parte de esta raza y a esta raza volveré, después de Mi Hijo.
Mientras eso está por suceder, contemplen a su Madre del Cielo, a Nuestra Señora Aparecida para que Yo los pueda llevar a Jesús y todos puedan estar en Su Sagrado Corazón, lastimado por el mundo y por los pecados de la humanidad.
Delante del Padre, del Hijo Amado, del Espíritu Santo y de todos los ángeles del Universo, por la potestad santísima concedida por la Pasión de Jesús y el silencio perpetuo de Mi Corazón Inmaculado, cerrando las puertas a los infiernos, Yo vuelvo a consagrar al Brasil a Nuestra Señora Aparecida con todos los Poderes Celestiales y las Gracias inexplicables que rebrotarán en los corazones como rosas y pétalos de Luz, en alabanza al Creador.
Yo los bendigo, Yo los consagro, hijos Míos, consagro esta imagen.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que nuestra Señora Aparecida restablezca los mil años de paz.
Y ahora, Mis hijos, los que hoy se consagraron, besarán esta santa imagen en nombre del perdón por toda la humanidad, para que los más impíos y crueles se salven.
Les agradezco por responder a Mi llamado y que la juventud sea Mi gran motor por la Paz.
Agradecida a ustedes para siempre.
¡Canten!
Himno de Nuestra Señora Aparecida...
Mientras Me elevo al Cielo canten con fervor, para que las almas despierten a la Misericordia de Dios.
Y ahora que he podido entrar en sus corazones por Mi divina intercesión, que también es la Intercesión de Mi Hijo Amado, vayan y prediquen la oración en sus grupos y familias, en sus seres queridos y conocidos, que deben curar sus corazones y vidas para que pueda resurgir la paz.
Que su Madre, la Peregrina del Brasil, recorra los lugares por donde la quieran recibir. Así, Yo estableceré el cumplimiento del Propósito para el Brasil, que no está en las manos de los hombres y tampoco de los gobernantes; está en el Corazón de su Padre Eterno, el cual siempre deberán buscar en los Cielos, en la belleza de Su Creación. Así estarán en Su Voluntad.
Amados Hijos de María, chispas de Mi Corazón Inmaculado. vivan una vida de oración todos los días para que Mi Inmaculado Corazón triunfe en el mundo, y así Yo pueda llamar a las ovejas antes de que llegue el Pastor en la Gloria del Reino de Dios.
Rezaré por ustedes y ustedes recen a Mi Corazón para que Yo pueda siempre interceder por medio de Mi Gracia Eterna y de Mi divina Pureza.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me elevo a los Cielos. Que canten los Hijos de María el himno de su consagración.
¡Paz y Bien para todos!
Madre Shimani:
Bueno, hermanos, a todos los que nos acompañaron hoy les agradecemos profundamente que se hayan adherido a este llamado de Nuestra Señora. Que la peregrinación de nuestra Señora Aparecida por el Brasil, con esta imagen bendecida por nuestra Señora, recorra cada rincón y recupere cada alma de esta nación.
A todos los invitamos a que nos acompañen en la próxima Maratón de la Divina Misericordia en nuestra amada Aurora en Uruguay, en el Centro Mariano de Aurora, el 5 y 6 del próximo mayo.
En este mes de mayo vamos a permanecer en el Centro Mariano de Aurora y todos los encuentros con los Sagrados Corazones van a ser allí. Así que están todos invitados a participar.
Muchas gracias a todos. Hoy Florianópolis tiene una belleza particular.
Vamos agradecer todos a nuestra Señora.
¡Gracias Madre por cuanto nos das!
Hijos Míos:
Convoqué aquí a aquellos que están dispuestos a escuchar Mis Palabras y que, después de escucharlas, seguirán a Mi Inmaculado Corazón hasta el fin de sus vidas y, después de ellas, trabajarán Conmigo por toda la eternidad.
Yo vengo al mundo a advertirle, pero sobre todo vengo a aquellas naciones que deben ser la cuna de una Nueva Raza, de una Nueva Humanidad, porque fueron las naciones que mantuvieron al menos un poco del principio de la pureza.
Mi Inmaculado Corazón llega sobre todo a América, porque la simplicidad y el amor de los corazones que habitan aquí permitirán que la Voluntad de Dios se cumpla.
Esta nación, Mis amados, tiene una tarea primordial con Mi Corazón y, sobre todo, con un Aspecto Divino que representa a Mi Consciencia, que atrae la cura del Universo hacia la Tierra.
Pero antes de ser representantes de esta cura para el mundo, necesitan vivirla.
Aspiro a llegar a sus corazones por medio de Mi Pureza y de Mi Maternidad, mas también de la Verdad de Mi Corazón, porque Mi Corazón es uno con el Corazón de Dios y tiene la tarea de cuidar a cada criatura de este mundo; pues las almas, que hoy habitan en la Tierra, provienen de Mi Vientre materno, almas que debo amparar, pero también corregir, para que caminen en la senda correcta rumbo al Reino Celestial.
La humanidad aún no comprendió la gran misión que este mundo tiene para con el Universo. Muy pocos, hijos Míos, son los que se dispusieron a abrir sus ojos para ver a través del corazón.
Cuán pequeños son sus problemas y sus dificultades ante la grandeza del Plan de Dios.
Pocos comprenden, Mis amados, la grandeza de vencerse a sí mismos, de vencer el orgullo, la falta de fraternidad, de permitirse ser humilde, porque es a través de la humildad que Cristo vive en los corazones.
Hoy, Mi Inmaculado Corazón viene acompañado por el Castísimo Corazón de San José, para que aprendan de Su humildad, de Su simplicidad, y se permitan vivir esos Atributos Divinos que le abrieron las puertas del Cielo al Casto Corazón.
Espero que a partir de esta noche suelten las amarras que los prenden a ustedes mismos, que los prenden a lo que piensan y sienten, y que no les permiten vivir según los Planes de Dios.
Hoy, vengo a mostrarles, hijos Míos, que cuando actúan a través del corazón ya no importa su forma de pensar o de sentir, porque funden sus voluntades con la Voluntad Divina y están dispuestos a cumplir aun lo que no comprenden.
Aquellos que viven la humildad saben que existe una Mente Única, que crea y recrea todo el Universo, a todas las criaturas que habitan en él y que tiene un propósito perfecto para cada una de ellas.
Esa Mente Única debería vivir en la mente de cada ser humano, para que sus pensamientos fueran uno con el Pensamiento de Dios.
Mis amados, sus pequeñas consciencias son semejantes a la Consciencia del Creador, porque pueden amar como Su Hijo y pueden crear como Sus ángeles. De esa forma, son parte viva de Su Divina Consciencia; sin embargo, aún desconocen esa verdad, ignoran su poder creador o la perfección con la que este don les fue dado a las consciencias de este mundo.
Muchos creen que el don de crear les fue entregado solo para que manifestaran destrezas materiales, pero sus destrezas llevaron al mundo a ser como él es, llevaron a la consciencia de la humanidad a agonizar espiritualmente, sin percibir ni sentir la agonía de sus espíritus.
Ignoran, Mis amados, su capacidad de amar, y hasta el poder del amor que vive en sus corazones también ganó un tono de propiedad, porque solo aman aquello de lo que pueden apoderarse. Aún no aprendieron a amar sin recibir nada a cambio, a amar en silencio, a amar al Creador y en Él a todas las cosas.
Digo esto, hijos Míos, no solamente a los que habitan en esta nación, sino a todos los que Me escuchan en los cuatro puntos del mundo.
Pero vengo especialmente a este lugar, a esta ciudad, porque esta nación guarda uno de los principales Reinos Celestiales que se expresan en la Tierra, en el interior de este planeta, para irradiar a toda la consciencia planetaria, y todos los lugares de esta nación de Uruguay deben corresponder a tamaña riqueza que habita en su interior.
Les pedí que existieran grupos de oración en todos los departamentos, porque Uruguay necesita encenderse como nación, porque los Espejos de Luz de Mi Reino en esta Tierra deben estar representados por los corazones orantes; para así, desde este lugar, expulsar el mal que oprime al mundo.
Necesito de soldados, de compañeros de Cristo, de hijos predilectos de Mi Inmaculado Corazón, de servidores que se donen junto al Casto Corazón de San José que manifiesten el Plan de Dios, que entreguen hasta la última gota de sudor que corre por sus rostros, para que así se cumpla la Voluntad de Dios.
Quiero hacer de esta nación una gran puerta de liberación para el mundo. Por eso, necesito encontrarlos despiertos, conscientes y más adheridos al Plan de Dios, olvidados de sí mismos y unidos como un solo corazón, independientemente de las diferencias que existen entre cada uno.
Uní en Mi altar a aquellas consciencias que, a pesar de ser tan diferentes, deben llevar adelante Mi Plan de Amor en esta nación, porque es así como el Señor les da la oportunidad de redención a sus almas con este gran servicio de conversión y de liberación para el mundo.
Mis amados, aquellos que Me escuchan no deben ser un motivo de estancamiento para este país. Por eso, olvídense de sí mismos y vayan a servir, a cumplir los 33 Principios que les entregué para consagrar esta nación, no solamente a Mi Inmaculado Corazón, sino también al Castísimo Corazón de San José y al Sagrado Corazón de Jesús.
Esta nación necesita estar libre de impedimentos. Sus corazones necesitan estar libres del poder, de la disputa, de la competencia, de la competitividad, porque de esta forma podrán estar puros para que fluya, a través de sus consciencias, el Poder de Dios y no el poder propio.
Alegren sus almas mientras Me escuchan, porque estoy retirando a cada uno de ustedes del abismo de la ignorancia y les estoy mostrando un nuevo horizonte, un Propósito superior para sus vidas.
Es por eso, Mis amados, que bendeciré esta imagen, que ya está consagrada a Mi Corazón, para que así abra la puerta de cada hogar de esta nación, de aquellos hogares que quieran escucharme, que quieran orar Conmigo, encendiendo el Reino de Aurora para que la cura se expanda por el planeta, comenzando en cada uno de ustedes hasta llegar al mundo entero.
Aspiro a que esta imagen sea una representación viva de la consagración de Uruguay a Mi Inmaculado Corazón, que a partir de ella, de su ingreso en sus casas, en sus grupos de oración, se reúnan en fraternidad, se reconcilien, disipen de sus corazones toda arrogancia por la unión que Yo les traigo a sus vidas.
Que, a partir del momento en el que Yo ingrese en sus casas, sus corazones se conviertan en corazones misioneros que sirvan y amen el Plan de Dios, que en verdad es un Plan no solo para este mundo, es un Plan que abarca todo el cosmos y que incluye a cada criatura.
Hoy, les pediré, Mis amados, que clamen por una intercesión espiritual para que la Voluntad de Dios, expresada en el Casto Corazón de San José, pueda ser una realidad en sus vidas, que puedan servir junto al Casto Corazón, y así generar méritos para que el Reino de Aurora siga siendo una expresión viva en la superficie de la Tierra.
Les pediré que, en el silencio de sus corazones, le clamen a Emmanuel para que interceda por esta nación, para que abra sus ojos, para que despierte sus consciencias a un nuevo ciclo, marcado por la transformación, por la fraternidad, por la unidad y por la humildad que el Casto Corazón le entrega al mundo.
Le pediré a una hija Mía que cante Conmigo y que le exprese al mundo Mi Voz y la glorificación que el Creador realiza por el surgimiento de la Nueva Humanidad, sobre todo por el despertar espiritual de Uruguay.
Mientras Me escuchan, unidos a la voz de esta hija Mía, oren y pídanle a Dios una intercesión espiritual. Después de esto, les diré internamente lo que más quiero de cada uno de ustedes.
Que vengan hasta aquí aquellos que se consagrarán como Hijos de María y, de rodillas ante Mí, ofrezcan su consagración por esta Mi amada nación de Uruguay, por todos los que aquí nacieron y que necesitan despertar al Plan de Dios.
Lo que más quiero es que comprendan que Yo los amo y que aspiro a que puedan conocer sus esencias, sus espíritus, sus corazones, que puedan expresar la belleza que existe dentro de cada uno y ya no alimenten las ilusiones; porque de nada valdrá, hijos Míos, que no vivan la verdad, si Dios, que es la propia Verdad, está delante de sus ojos.
Ahora, les pediré que, uno a uno, los que se consagrarán a Mi Inmaculado Corazón y también los que llamé en este altar, representen el espíritu de la fraternidad por medio de la unidad Conmigo y sean misioneros Míos en esta tierra, en esta nación y en este planeta.
Los consagro y los envío en una misión de conversión, primero la propia, después la de Uruguay.
Que esta consagración de Hijos de María represente el sí de esta nación al Inmaculado Corazón.
Que vengan aquí Mis amados hijos, de los diferentes grupos de oración, que vinieron a este lugar respondiendo a Mi llamado, con la esperanza de que, en esta noche, Mi Plan se cumpliera.
Yo los amo, hijos Míos, y les agradeceré siempre cada esfuerzo que hagan; pero, como buena Madre, siempre los llamaré a entregar más, para que superen los límites que ustedes mismos colocaron en sus consciencias, para que descubran la verdad y el amor infinito que habita dentro de sus seres.
Canten todos juntos, como Hijos de María, mientras Mi Corazón se expande a través de sus corazones por toda esta nación, disipando el mal e impulsándolos a dar el primer paso en la liberación de su propia consciencia y en la consagración de Uruguay al Inmaculado Corazón. Yo los esperaré prontos y respondiendo a Mi llamado. Que los Principios de la Virgen de los Treinta y Tres pronto sean una realidad que permita la redención del Uruguay.
Por la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en esta imagen les dejo Mi Amor y aspiro a estar sobre sus almas para conducirlos siempre hacia el verdadero despertar.
En esta noche, Me coloco sobre ustedes y también dejo Mi Corazón en esta imagen, porque cuanto más lo necesiten, Mis amados, más Gracias derramaré sobre cada uno de Mis Hijos.
Sigan cantando; porque, a pesar de que Me despediré de todos, Mi Corazón Inmaculado permanecerá presente, irradiando y despertando a cada consciencia.
Les agradezco.
Queridos hijos:
Cuando llegué a esta nación, vine con un Propósito, porque debajo de este suelo existe un Reino que es consagrado a Mi Corazón desde el principio de su existencia. Este Reino, que Yo llamo “Reino de Aurora” y que les doy a conocer poco a poco, es la cuna de la cura de la humanidad. De este Reino, que es Mi Reino en el mundo, proviene la restauración de todas las esencias que se perdieron a lo largo de su trayectoria en el planeta.
En este país existe el Reino de Aurora, que debe manifestarse en la superficie por medio de este Centro de Oración. Aquí, deberán encontrar almas consagradas al Corazón de María y al Plan de Dios, como lo es en todas las dimensiones.
Cuando llegué a esta nación, hijos Míos, vine por un Propósito Mayor, por un pedido de Dios Altísimo, porque la consagración de este país es vital para la manifestación de Sus Planes.
Si no existiera el Reino de Aurora, manifestado también en la superficie, irradiando su cura a los corazones que están perdidos, muchas almas perderán la oportunidad de recibir la redención. Y el Plan de Dios, Mis amados, debe cumplirse en todas las criaturas, sobre todo en las más pecadoras, en las que más erraron en el universo y que vinieron al mundo en busca de una oportunidad.
Les digo esto, Mis amados, porque es Mi deseo consagrar esta nación, no solo por ella y por sus habitantes, sino también por el planeta y por lo que ella representa en la vida del espíritu.
Por eso, les pido que Me ayuden a llegar a la ciudad de Montevideo, porque no vengo por un propósito material, vengo por un Propósito Espiritual y Divino, porque no hay más tiempo y los corazones de este mundo, sobre todo de esta nación, deben reconocer Mi Presencia y la existencia del Reino de Aurora, porque ellos no solo necesitarán de esta cura para sus almas, sino también porque como seres de esta nación de Uruguay deberán estar curados para ayudar a otros que, en el final de los tiempos, necesitarán recibir la redención.
Hoy, quiero que comprendan, hijos Míos, al menos una parte de Mi Plan. Quiero recibir aquí, en Aurora, a Mis hijos del mundo entero y, para eso, necesito fortalecer a los que nacieron en este suelo.
La cura de Aurora no proviene de este mundo, proviene del Corazón de Dios como un principio puro, capaz de convertir y redimir todas las moléculas del mal. Es por eso, Mis amados, que Yo estoy aquí y permaneceré aquí, porque así Dios lo necesita.
La cura de Aurora debe llegar a todos los espacios de este planeta, más allá de la nación de Uruguay. Ella debe ser llevada en los corazones que se redimen y que lo anuncian con el testimonio de su propia conversión; anunciando que la salvación es posible y que, con la Presencia de Dios, todo puede ser redimido.
Quiero que comprendan, Mis amados, la importancia de la existencia de Aurora, así como la de cada Centro Mariano fundado por Mi Inmaculado Corazón. Cada uno de ellos le ofrece al mundo un Atributo Divino y tiene, en la vida de su espíritu, un Reino le que ofrece algo a la humanidad que es completamente desconocido para el corazón humano, pero que ahora, poco a poco, Yo necesito revelarles. Porque, en los tiempos que llegarán, deben poder contar con lo que Dios les ofrece por medio de cada Centro Mariano, de cada Centro Espiritual que se manifestó en la Tierra a pedido del Altísimo.
Cuando Yo les dije que se iniciaría un nuevo ciclo, muchos sintieron y pensaron que Yo tantas veces les dije eso, porque muchos ciclos comenzaron en este mundo. Los tiempos se aceleran y los Planes de Dios se deben manifestar, por eso las estrategias celestiales cambian a cada instante. Y, en este mes de diciembre, les aseguro que comenzará un nuevo ciclo y que un cambio definitivo deberá acontecer en la consciencia humana, como también en la consciencia planetaria. Muchas puertas se abrirán, pero también otras se cerrarán, porque nada quedará como está.
El mal que existe en los corazones de los seres deberá ser expurgado y, por eso, parecerá crecer. Muchos perderán el control sobre sí mismos y, antes de que llegue ese momento, necesito que las almas sepan que aquí encontrarán la cura para poder vivir su purificación de una forma más armoniosa.
Es por eso, hijos Míos, que necesito tanto llegar a la ciudad de Montevideo, para que no se cierre una puerta en el corazón de esta nación y el Reino de Aurora no pueda cumplir su misión en este mundo. A partir de este nuevo ciclo del mes de diciembre, cuando la purificación interior y exterior de los seres se acentuará, necesito que Aurora esté plena y segura para cumplir su misión.
Aquí, en este lugar, como en cada Centro Mariano, le abrí puertas de liberación al mundo para que, en lo que es invisible a sus ojos, todo lo que hoy no corresponde a los Planes de Dios, todo lo que el enemigo manifiesta en el mundo, pueda ser retirado del planeta. Estas puertas de liberación deberán crecer cada día más para que, de una forma acelerada, este planeta pueda estar limpio y apto para el surgimiento de una nueva raza.
Por este motivo, necesito de bases firmes y de almas consagradas que, representando a cada nación, defiendan los Centros Marianos de la astucia del adversario de Dios.
Por eso les pido, Mis amados, que se unan a Mi Propósito de Paz, que se unan a Mi Corazón Inmaculado en oración todos los días, que fortalezcan su consagración a Dios y, por medio del ejemplo, animen a otros, que deberán seguir los mismos pasos para alcanzar la redención.
Hoy, con la intención de que más ejemplos verdaderos de transformación y de fe existan en este planeta, consagraré a nuevos Hijos de María, para que así la humanidad vea que, mes a mes, nuevos corazones son impulsados a tornar sus vidas sagradas, a responder al llamado de Dios de una forma más profunda y no solamente usar una camiseta celeste, sino también consagrar la vida al Plan de Dios.
Porque les digo, Mis amados, que consagrarse como Hijos de María es ofrecerle a la humanidad una oportunidad más de redención, siempre y cuando sean verdaderos en sus consagraciones y se renueven a diario por medio de la oración, de la transformación consciente, del esfuerzo permanente por vivir el amor, la fraternidad y la unidad con todos los seres y con todos los Reinos, porque esos son los atributos que abrirán las puertas hacia la Nueva Tierra.
Que vengan hasta aquí Mis amados hijos.
Mis queridos, cada vez que un alma más se consagra a Mi Corazón, siento la alegría que alivia a Mi Divino Espíritu de todo el dolor que Me causa la humanidad que Me ignora y que no Me reconoce como Madre del Mundo, como Madre Universal, que no acepta el manantial de Amor que Yo tengo para ofrecerle.
Cada vez que se arrodillan ante Mí, buscando consagrar sus almas, aspirando a dar un primer paso en esta unión Conmigo, por más que sea tan desconocida para muchos, Mi Corazón se regocija y se alegra profundamente y, por un instante, hijos Míos, parece que ni el dolor ni las espinas existieran en Mi Corazón Inmaculado.
Es por eso que los consagro y, con todo Mi Amor, les agradezco por animarse a transformar sus vidas cada día. Sé de las dificultades de cada uno, conozco sus pruebas y resistencias. Sé de todo lo que aún no pudieron transformar y, con ojos de compasión, hoy extiendo Mi Mano hacia ustedes y les ofrezco Mi Luz y Mi Paz para que, a través de la Paz de Mi Corazón, den sus pasos y este camino ya no sea tan duro, tan difícil para sus pequeñas almas.
Que vivir una vida consagrada al Corazón Inmaculado de María sea motivo de alegría para todos.
Que vivir la vida de oración, aunque la vivan con un poco de sacrificio, sea un motivo de regocijo espiritual eterno, porque sé que sus almas reconocen que este camino es verdadero y que se llenan de gratitud por estar recorriendo un camino sagrado, mientras tantos en la humanidad caminan hacia el abismo de este mundo.
Hoy, los consagro y los bendigo con la potestad que Dios Me concedió, por ser Su Sierva, Madre de Sus criaturas.
Coloco Mi Manto sobre ustedes y les pido que lo lleven en los momentos más difíciles y que, aun cuando el mundo tenga miedo de proclamar su fe, mantengan sobre sus cuerpos Mi Manto. Él los protegerá, los santificará y le traerá paz a todo el universo.
Ahora, canten para despedirse de Mí, para que Me eleve con sus ofertas. Que Yo eleve en esta noche, por medio de la oferta de sus corazones, a las almas que tanto clamaron por una oportunidad.
Reciban la Gracia y la Misericordia de Mi Corazón para disolver los vínculos con el pasado y vincularse Conmigo y con Dios eternamente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora nos pide que traigamos las sagradas medallas para poder bendecirlas, y que también se aproximen los nuevos Hijos de María para esta bendición.
Oración: Ave María.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Como Nuestra Señora de Figueira, derramo sobre estas medallas los frutos y los méritos que Yo alcancé cuando estuve entre ustedes, aquí en la Tierra, antes de Mi Asunción a los Cielos. Que este símbolo poderoso represente, para ustedes, la Bendición y el Amor de Dios para el resto de sus vidas.
En alegría y en gratitud, bendigo también a estos hijos que hoy se animaron a dar un paso hacia la consagración a Mi Corazón Inmaculado. Nuevamente, Yo les digo, queridos hijos, abran sus corazones para esta consagración.
Les agradezco a los peregrinos, que han llegado a Mi encuentro, el esfuerzo y la dedicación por seguir Mis pasos de Luz. Dios los bendice con Gracias Especiales.
Mis queridos hijos, Yo les agradezco por este encuentro, vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Agradecemos a todos los peregrinos por haber llegado hasta aquí, y vamos a dar profundas gracias a nuestra Madre por cuánto nos da.
En esta noche, deseo consagrar estas sagradas imágenes, especialmente aquella que será la peregrina para muchos corazones y que representa a Mi Gloriosa Faz en Fátima.
En esta noche, Yo colocaré Mis Manos sobre ella, para que los códigos de Fátima puedan estar en los corazones que invoquen, a través de ella y por medio del poder de la oración, Mi preciosa intercesión.
Irradiaré a través de ella el universo de Fátima, los códigos de Luz que Yo dejé impresos hace mucho tiempo en Europa. A todos los que se unan a esta sagrada imagen de Fátima y permitan que recorra cada hogar, Yo les prometo derramar las Gracias sobre sus familias.
Todos son Mis queridos hijos, no tengo predilección por uno ni por otro. Mi tarea maternal llama a todas las consciencias para una misión mayor.
Mi Consciencia Maternal trabaja con los espíritus de cada uno de ustedes y, a través de Mi oración perpetua, a través del Santo Rosario y de cada nueva oración que Yo pronuncio por el mundo, Yo elevo a cada uno de Mis hijos hacia el Reino de Dios, para que cada uno cumpla con la misión que vino a realizar.
Todos son hijos de María sin distinción, todos son preciosos rostros ante el Trono del Padre, almas puras que nacieron de la Fuente Mayor. Busquen la unidad que existe entre sus corazones, no permitan que el enemigo los engañe.
Yo vengo a abrirles sus ojos y a enseñarles el camino de la cristificación. Necesito de los apóstoles de Cristo para preparar la tierra fértil y sembrar las nuevas semillas en sus corazones; porque el Pastor está llegando al mundo y buscará sus frutos internos, los talentos que Él les dejó hace tanto tiempo.
Un verdadero ser fraterno es aquel que ama sin separaciones, vive lo que proclama, es un ejemplo de caridad y de humildad para todos.
Queridos Hijos, nuevamente los invito a la santidad del corazón. Tengo preciosas promesas para sus almas, deseo que Mis rayos de Gracias estén entre todos ustedes. Por eso, en esta sagrada noche, bendigo esta imagen peregrina que les abrirá las puertas a nuevos corazones, y todos encontrarán la paz, la paz que falta en el interior de muchos.
Yo los necesito firmes y valientes, que puedan ser un solo corazón y una sola alma.
Vengo a anunciarles Mi misión a todos Mis hijos; pero sepan, Mis pequeños, que aquel que Me dice sí se compromete un tiempo Conmigo; por eso, piensen en lo que deciden. Ustedes tienen la gran libertad interior de elegir; Dios los hizo libres y puros, son tan puros como las grandes praderas de estas tierras, sus esencias son tan puras como el agua cristalina.
Quiero que ustedes sean flores en el Reino del Creador y que muchos dejen de ser espinas en el Corazón de Dios. Él necesita derramar Su Misericordia sobre todos. Sean honestos y caritativos. Únanse a esta propuesta evolutiva. Únanse a Mi llamado mariano. Yo necesito de ustedes, como ustedes necesitan también de Mi Corazón.
Les abro las puertas a los que las tienen cerradas. Llegó el momento, queridos hijos, de ofertarse de corazón y de alma a Dios. Existen muchos caminos de servicio en la Tierra, Dios los ama a todos por igual. Dios nos enseñó, a Mi Hijo y a Mi Inmaculado Corazón, a amar a todos ustedes.
En este tiempo, queremos proclamarles, a todos, la grandeza del Reino del Padre. Que sus corazones se abran al Gran Llamado. Todo está donde debe estar.
Queridos hijos, mediten sobre lo que les digo. Necesito que amen más de corazón, hasta que este amor sea una locura santa, desborde de sus almas y se derrame sobre sus hermanos; así el Plan estará concretado.
Ahora, bendeciré la imagen para ustedes, para todos los grupos de oración que la recibirán con amor y también para los hogares que se abran a recibir Mi sagrada imagen.
Yo Soy para todos. Mi Amor es de todos, porque Yo los amo profundamente.
Que Mi esperanza los ilumine y que se abran las puertas a la redención.
Acepten Mi Mano, Yo los sustentaré fuertemente. Una Buena Madre no los dejará caer. Los llevaré, entre los ángeles y arcángeles, hacia el Reino verdadero de la Paz; promesa infinita para sus corazones, después de este mundo.
Gracias, queridos hijos, por compartir este momento con el Cielo.
Y antes de despedirse de Mi hasta el día de mañana, cuando liberaré a muchas consciencias, Yo los invito a que, antes de retirarse de este salón, toquen esta imagen para recibir los códigos de Fátima y lleven en sus corazones Mi Presencia Santísima, que promete curarlos todos los días cuando se abran a la Fuente Mayor con absoluta confianza y fe, porque todo siempre estará bien.
Dios protege a los siervos que lo sirven y ama a todas las criaturas, por encima de todas las cosas.
El Universo los llama a servir, el Universo se derrama sobre sus consciencias.
Mi Corazón Inmaculado se oferta a ustedes para ayudarlos.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más