Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 134.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y llegará el tiempo del porvenir, en el que las almas no conocerán lo que es el dolor ni la angustia. Llegará el tiempo en el que los Míos conocerán el Reino de los Cielos en la Tierra, porque Yo lo traeré en Mi Retorno.

Así los pies ya no estarán cansados de buscar el camino para encontrar el Propósito; porque los despojados de sí mismos encontrarán el Propósito, ya que habrán cumplido con la Voluntad de Mi Padre, que es también Mi Voluntad y que debe ser también su Voluntad.

Mientras tanto, en este árido escenario planetario, Yo los llamo a la convicción y a la fe, a esa fe tan grande e inamovible que su propio Maestro y Señor vivió durante Su Agonía en el Huerto Getsemaní, en la que, ante todos los errores y horrores del mundo, su Maestro no retrocedió, sino avanzó, aun sintiendo en Su propia Carne el peso de los pecados y de las faltas cometidos desde Adán y Eva hasta el final de los tiempos.

Y hoy estoy aquí, compañeros, para testimoniarles que es posible, porque en el aparente vacío o en el árido desierto está Dios a través de Su solemne silencio para impulsarlos a la constante transformación de la consciencia, de los hábitos y hasta de los placeres; porque en el Reino de los Cielos no entrará nada que no sea de Dios y de Su Voluntad, y para algunos parece estrecharse el camino o aun no encontrar la salida.

He aquí el Corazón del Maestro que hoy se expone ante ustedes, aquel Corazón que fue traspasado en la Cruz para consumar la liberación de los pecados del mundo, para disipar toda oscuridad.

Así, su corazón humano también puede vivirlo y compartirlo Conmigo, porque Mi vara no los castigará ni los condenará. Mi Ley, que es la Ley de Dios, viene a señalarles el camino que gran parte de la humanidad está perdiendo por suplantar a Dios.

Yo deseo que sean libres, así como Mis apóstoles fueron libres, aun en el momento más culminante de sus miedos, cuando no pudieron acompañar al Señor en el Calvario y hasta la muerte en la Cruz.

Así como a Mis apóstoles, Yo vengo a hacerlos pescadores de almas y de corazones, servidores de la paz y del bien, que todos los días buscan comenzar de nuevo, cueste lo que cueste, porque la victoria de su caminata o el triunfo de su transformación no está en la Tierra, sino en el Cielo, cuando les llegue la hora de partir de este mundo hacia las esferas sublimes, con la certeza de haber vivido una experiencia de amor, perdón y redención más allá de su propia condición humana.

Sean libres de ustedes mismos para que el mundo se libere de la opresión y del mal, para que los que claman reciban Gracia y Misericordia, Piedad y Redención.

¡Cuántos, pero cuántos, esperan por esto día y noche! Porque Mi promesa no es solo para ustedes, sino para el mundo entero, para todas las religiones y los pueblos, para todas las naciones.

Cuando el momento más culminante se aproxime, sepan que será la hora de Mi llegada y de Mi Retorno. Algunos Me reconocerán y otros no. Estén vigilantes y en adoración para poder escuchar los pasos del Retorno del Señor a la humanidad.

Yo ya les he enseñado a ustedes el camino, así como lo hice con Mis apóstoles en el pasado. No vengo a darles o a entregarles algo nuevo. Vengo a enseñarles la Verdad que pueden vivir y practicar en la solemnidad del corazón, de la vida y del espíritu, porque la Verdad los hará libres de ustedes mismos y liberará al mundo de tantos errores y maleficios.

En este tercer día, he venido a orar con ustedes por los que viven la pena de muerte y la decapitación. ¡Cuánta angustia vive Mi Corazón por todo esto!

Por eso, la vida que ustedes Me puedan dar y el ofrecimiento que Me puedan hacer es lo que Me impulsa a retornar al mundo y hoy estar aquí, pisando con Mis Pies este suelo sagrado de Aurora, que es testigo desde siempre del toque de la Mano de Dios sobre ustedes, sus hermanos de toda esta Obra y todos los que escuchan con fe a los Sagrados Corazones.

Es hora de trabajar en el final de estos tiempos, es hora de que cada uno definitivamente ofrezca su don y su virtud a Dios; porque vengo a cumplir con lo que he prometido, vengo a buscar los talentos que no se pueden desperdiciar ni perder.

¿Cuál talento Me ofrecerán? ¿Qué virtud Me entregarán? ¿Qué don ejercerán en sus vidas, de verdad?

Es esto que creará las condiciones para el Retorno de su Maestro y Señor al mundo. Ante las puertas de los Cielos, espero y aguardo la respuesta de cada uno, pero principalmente la respuesta interna.

Quiero que Mi silencio los lleve a la reflexión y al entendimiento para que, ante la superficialidad de este mundo, aprendan a tomar buenas decisiones para sus vidas y para el camino del espíritu, camino que es el primero que debe manifestarse en este tiempo.

¿Ustedes saben cómo es su espíritu, qué dimensión abarca o aun de qué parte de Dios es ese espíritu? Porque, así como Su Hijo es parte del Espíritu del Padre, el Padre es parte del Espíritu de Su Divino Hijo.

Es en el espíritu en donde deben aprender a obrar, para que este mundo realmente sea ayudado y aliviado por los portadores de la paz, por los que dicen ejercitar el bien todos los días.

El espíritu es lo más maravilloso que Dios nos concedió en esta Creación. Dejen que sus espíritus se presenten y obren en este tiempo. Abran espacio para esto, ábranle la puerta a sus almas para que el temperamento humano ya no los gobierne ni los dirija, como a muchos les sucede, porque el espíritu en cada ser solo debe aspirar a elevarse a Dios y estar en comunión con las Leyes Superiores para que, a través de sus espíritus, sean espejos del Padre Creador en la Tierra, así como los santos ángeles son espejos de Dios en este universo y en otros universos.

Abandonen la prisión de sus cuerpos. Hoy, Yo les entrego una llave para que la puerta de esa prisión sea abierta y se liberen, pero es necesario de voluntad y de determinación, de fe y de coraje, para que las amarras sean disueltas, para que se rompan las cadenas de sus pies.

El mundo resucitará espiritualmente con almas y corazones decididos y no tibios, con los que aprendan a soportar Mi Fuego, Mi Fuego de Amor transformador y redentor, aquel Fuego que los mismos apóstoles sintieron en el pasado, en cada momento que compartieron Conmigo; así como ustedes estuvieron muchísimas veces delante de Mi Fuego, ¿lo percibieron?, ¿lo reconocieron?, ¿lo adoptaron?

Allí está el poder para transformarlo todo y para elevarlo todo; aunque parezca imposible no desistan, ni ustedes ni sus hermanos, porque la meta está muy cerca, más de lo que imaginan.

Pero deben enmendar los errores del mundo y todos los ultrajes que la humanidad comete en los tiempos de hoy, para que el poder de Mi Divina Misericordia pueda obrar más que la Justicia.

Mi Mano ya separa la paja del trigo, la hierba buena de la hierba mala. Esto es parte de la Ley y es parte de este tiempo, del tiempo final.

Siembren cosas buenas, semillas de amor y de caridad, acciones de bien y de paz.

Así, Yo vengo a hacer una síntesis final en ustedes en este tercer día.

¿Cuál es la enseñanza que retirarán después de estos tres días compartidos Conmigo?

¿Qué fue lo que les intenté decir en cada momento?

Estén despiertos, en Mis Palabras y en cada encuentro está el impulso para el próximo paso. Aprovéchenlo y sírvanse de él, no pierdan la oportunidad. Abracen con amor Mi Mensaje y, sobre todo, Mi Corazón que es suyo y así espero que sus corazones sean Míos. Eso es lo que espero, pacientemente.

Que se cumpla el advenimiento de los embajadores de la paz.

El mundo está en una emergencia. Los soldados son llamados a las filas de Cristo y con los que quieran estar Conmigo, estaré; así como hoy estoy con ustedes en este amado lugar de su Padre Eterno.

Les agradezco por acompañarme y por estar aquí, así como son, sin esconderse, porque de los pobres de corazón haré el Reino de los Cielos. Y quiero de sus corazones hacer el Reino de los Cielos, no lo olviden.

Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo los bendiga. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quien esté verdaderamente Conmigo, nunca podrá perecer.

Si hoy están aquí es porque quieren estar Conmigo, acompañando a su Maestro y Señor en esta importante y definitiva tarea durante la Semana Santa, en la que los códigos más profundos de Mi Corazón estarán una vez más ofreciéndose a cada uno de ustedes; porque Mi meta es que sean Nuevos Cristos y no descansaré hasta que eso suceda.

Por eso, en este día, elevo a Dios el templo interno de cada uno, templo que ha sido transformado por Mí a lo largo de los tiempos para que las almas en esta superficie vivan su misión, sin importar lo que suceda o el acontecimiento que se presente en sus vidas.

Si ustedes ya están decididos a seguir Mis pasos, si sus vidas ya Me reconocen como el Único y Gran Señor, ¿qué deberían temer? Porque en Mi Corazón existe un lugar para cada uno, un lugar que espera que ustedes mismos lo encuentren a través de su vida de consagración, de donación y de servicio.

Es allí, en las cosas más simples de la vida, en donde reflejarán su verdadera vida, en donde sus almas podrán gobernar finalmente, en donde sus resistencias se disolverán y ya no serán un obstáculo para que puedan dar el último paso.

Pero los pasos que deben dar, cada uno de ustedes, tienen su momento y su tiempo. No pueden adelantarse a algo que aún no sucedió, deben seguir el ritmo del propio corazón, deben seguir el impulso del propio espíritu, porque sus espíritus ya saben lo que deben hacer en este mundo.

Dejen guiarse por sus espíritus, para que para cuando pasen por esta próxima Sagrada Semana, sus decisiones estén tomadas definitivamente, porque ya no tenemos tiempo.

Mientras los acontecimientos en el planeta se precipitan, necesito, necesito de los Nuevos Cristos, de los que se animen a caminar despojados de sí mismos, de los que no le teman a Mi Fuego Redentor, de los que se dejen moldear por Mis propias Manos para que Yo cree la forma y el modelo perfecto que Dios necesita en el final de estos tiempos, porque nunca haré nada que no Me permitan.

Sepan que Mi Amor es infinito e incalculable y es en esa frecuencia en la que ustedes deben vivir, porque el mundo vive bajo la frecuencia del odio, de la venganza y de la muerte.

Los Nuevos Cristos deberán estar presentes en este ciclo para conseguir justificar todos los errores del mundo, y sé que esto no puede ser comprendido por la propia mente.

Es el espíritu que, a través del corazón, les dará la sabiduría; porque Yo necesito que sus vidas sean Mi propia Palabra, que sus actos y actitudes, los hechos de cada una de sus vidas, sean ejemplos de servicio, misericordia y perdón; porque quiero que sepan, atentamente, que esto aplacará la injusticia que muchos corazones viven en el mundo.

Ustedes saben que este mundo enloqueció, porque ya no existe el discernimiento, porque no hay sabiduría y, al no haber sabiduría, muchos corazones perdieron la conexión con el Amor Mayor, y solo sufren y sufren. Pero hay grupos de almas en el mundo que son colocados bajo esa condición y sé que no la merecen.

Pero para que Yo pueda remover todas estas situaciones de la humanidad, cuando se cumpla el tiempo de Mi Retorno, deberá haber bienaventurados y servidores de Cristo en la Tierra, y sé que millones de almas aspiran a este camino.

Pero las propias situaciones de sus vidas no pueden paralizarlos. Deben aprender a comprender las causas que ustedes mismos generan y los resultados de esas causas en sus vidas.

Háganse responsables primero de ustedes mismos, esto es lo mismo que les pedí a Mis apóstoles: hacerse responsables de la misión que tenían que cumplir. Porque del cumplimiento de esa misión, tan semejante a lo que hoy ustedes viven aquí en la Tierra, dependerá el resultado que Cristo podrá tener en Su momento más culminante en el mundo, momento en que el Señor y Maestro removerá la oscuridad de todo el planeta, así como lo hizo desde el momento de Su Nacimiento hasta Su Muerte en la Cruz.

Porque el mundo, en este mismo momento, ante tantos errores e injusticias, no puede justificarse; pero los Nuevos Cristos, que donen su vida y su consciencia en las Manos del Señor, sí podrán justificar todos los errores para que el mundo viva una nueva era, libre de injusticias y de sufrimiento, libre de toda dualidad.

Yo necesito que entren por la puerta que les estoy abriendo para esta próxima Sagrada Semana. Es una de las últimas puertas que le abro espiritualmente al mundo, y esto es posible por el tiempo cuaresmal, en el que las almas pueden recibir los impulsos que necesitan, aunque hasta los últimos momentos de sus vidas enfrenten su propia imperfección.

Mis Ojos vienen a contemplar lo mismo que Yo contemplé de Mis apóstoles. Mi Corazón viene a buscar lo que Me pueden dar sus corazones.

Por eso, traje el Santo Cáliz y lo coloqué en lo alto de la Colina para que, en la próxima Noche Santa, así como lo vivió su Maestro y Señor, el Ángel Celador les dé a beber de Mis preciosos códigos de Vida y puedan renovar el compromiso, más allá de que ustedes vean en este tiempo un mundo cruel y aterrador. Pero es momento de que acepten que estamos en el Apocalipsis, preámbulo que anuncia la Venida culminante de Cristo a la Tierra.

Porque, cuando Yo esté presente, la gran decisión será tomada, que no solo repercutirá en este planeta, sino también en todo el universo, y llegará hasta el Universo Espiritual, donde está Nuestro Padre-Madre Dios.

En ese tiempo, que no está muy lejos, volverá a surgir la esperanza en los corazones y una felicidad desconocida los invadirá a todos ustedes y a sus hermanos. De la noche a la mañana, ya no sabrán lo que es el sufrimiento porque Mi Amor lo disolverá completamente.

Sentirán el mismo impulso que sintieron los apóstoles y las santas mujeres, que los renovó para vivir el camino de la evangelización, para ser misioneros de las Sagradas Reliquias de Cristo en la Tierra, junto con la Santísima Madre. Contemplen ese momento, afirmen ese momento en ustedes.

El desierto del planeta terminará. Las almas ya no agonizarán y no habrá nadie en esta superficie que muera por injusticia; porque los Poderes del Cielo se moverán, las Leyes manifestarán la Voluntad Divina, ángeles y arcángeles, conocidos y desconocidos, se presentarán, las trompetas sonarán y no habrá nadie en esta superficie que no las pueda escuchar.

Ese será el momento indicado, el Retorno Glorioso de Cristo. Momento importantísimo para Dios, porque Su Mano señalará a la Tierra y a la humanidad. Los justos entrarán en el Reino de los Cielos; los injustos vivirán su juicio para que se puedan redimir, inclusive el ángel que cayó del Cielo será juzgado. 

Si la Sangre Preciosa de Mi Cuerpo fue derramada sobre el mundo y Yo morí por ustedes y ofrecí hasta Mi último suspiro por ustedes, ¿qué es lo que Yo no podré ofrecer por el mundo cuando retorne?

Las almas conocerán Mi Gloria. Los misterios de Mi Corazón serán develados. Los secretos en el Cielo ya no existirán, porque Dios no tiene misterios, Dios es la expresión del Amor Vivo, Eterno e Inextinguible. Esto traerá gozo a todos los corazones que hayan creído en Mí hasta el final.

Por eso, díganle al mundo y a sus seres queridos que se arrepientan, así como Cristo hizo penitencia en el Huerto Getsemaní y cargó sobre Sus Espaldas todos los pecados del mundo, desde ese momento hasta el final de los tiempos.

Lo único que les pido es que nunca se olviden de amarse los unos a los otros. Ustedes no pueden estar divididos, porque he aquí la Unidad de Dios, que se hace presente en Divinidad, Alma y Espíritu, así como se hizo presente en el Santo Cenáculo, bendiciendo a los apóstoles y a las santas mujeres. Mientras tanto, Yo siempre los esperaré.

Vengo a dar testimonio de Mi Palabra para que sus cargas sean disueltas, para que el alivio llegue a todos, para que confíen en Mí, así como muchos a lo largo de los tiempos confiaron en Cristo hasta el final.

Porque en verdad les digo que cada uno de ustedes tendrá su hora definitiva, así como su Maestro y Señor tuvo Su sagrada hora definitiva en el Huerto Getsemaní. No le teman a este momento, porque siempre de la noche oscura surgirá la Luz Invencible de Dios; y quien se aferre a esa Luz, se aferrará a Mi Manto y será curado inexplicablemente.

Como un testimonio de Amor, hoy vengo a bendecir y a consagrar a dos hijas Mías, que recibirán nombres importantes en este nuevo ciclo de sus consciencias y vidas. Estos nombres son importantes para Mí por lo que representan en esta etapa que vive el mundo.

Y, a través de este testimonio de consagración que ahora viviremos, quiero despertar, en todos, la importancia de que todos los días renueven sus votos. Porque cada uno, desde su experiencia y sobre todo desde su corazón, puede vivir un voto Conmigo. Recuerden que Yo no busco perfectos, Yo busco pecadores, corazones simples, verdaderos y abiertos a abrazar Mi Voluntad.

Estaba esperando este momento de consagración para que todos sean testigos, al igual que Mis apóstoles y las santa mujeres, de que todo lo que Yo hago y todo lo que digo es por una sola causa, es por un milagro de Amor.

Estoy contemplando ahora qué es lo que sienten sus mundos internos; porque, a través de Mí, Dios los observa, el Dios del Amor y de la Bondad.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a preparar incienso y agua bendita, y Fray Baltazar hará esta consagración a pedido de nuestro Maestro.

Patricia y Débora.

Vamos a acompañar este momento de consagración a través del cántico "Consagración". Y vamos a acompañar a las hermanas en esta oferta ante la Faz de Cristo, Nuestro Señor, presente y acompañando este momento.


Hijas Mías, que sus voces siempre canten por aquellos que callan, que sus voces sean la Voz de Dios en la Tierra para curar a los corazones heridos, para pacificar a los corazones que no tienen paz, para renovar a todos los que han perdido la esperanza.

Por eso, en esta sagrada noche, ofrezcan esta consagración por todos los que no se consagran; y eleven este ofrecimiento durante la Celebración Eucarística por este motivo y por este fin.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hoy, Débora, el Señor te consagra como María de los Inocentes, por todos los inocentes que sufren en el mundo.

Hoy, Patricia, Nuestro Señor te consagra como Clemencia, por todos los que están bajo el yugo de la impunidad, para que todos puedan vivir la liberación de la esclavitud espiritual.


Así, Yo las consagro en nombre del Amor de Dios y de Su Santa Voluntad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por hoy haber estado Conmigo, ya estamos en camino a la Sagrada Semana.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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