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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En una noche como esta, en la que los árboles los abrazan y las estrellas los bendicen, Yo regresaré al mundo como aquel Hombre, Maestro y Pastor que estuvo muy cerca de cada uno para poder sanarles las heridas, para poder levantarlos del suelo, para poder expresarles la grandeza de Mi Amor por las almas.
Hoy, estoy muy cerca, como nunca antes lo hubieran pensado; porque así Yo estoy cerca de los Míos, de los que intentan todos los días de sus vidas levantarse de sus caídas para poder seguir adelante, para poder reconocer en sus propios caminos las Huellas del Señor, las Huellas del Maestro que vienen en este tiempo a indicarles el próximo camino.
Mientras la noche en Lys se prepara para volver a venerar y a glorificar a la Madre del Señor, su Maestro, el Cristo, se presenta en este lugar, así como lo hizo Su Santísima Madre, para demostrarles en este tiempo la cercanía de Nuestros Corazones, la presencia de Nuestros Espíritus, la grandeza de Nuestra Divinidad que está al servicio de la Creación y de las almas.
Por eso, hoy vengo a este bosque y a este huerto para que ingresen con el Señor en la última etapa de la agonía del planeta, en la que por ustedes mismos, compañeros y compañeras Mías, aprenderán a sostener por Mí esta pesada cruz planetaria, formada por todos los pecados del mundo, por todos los ultrajes y ofensas que aún las almas siguen cometiendo en estos tiempos y principalmente sosteniendo la cruz de la indiferencia y de la omisión de este mundo, que Yo necesito que Mis apóstoles sostengan Conmigo hasta que llegue el tiempo y la hora del Retorno del Señor.
Quiero volver a encontrarlos aquí para que puedan vivir, por ustedes mismos, la misma experiencia que su Maestro y Señor vivió en el Huerto Getsemaní, en donde en la aparente oscuridad y agonía encontró la Fortaleza de Dios, encontró el poder de la Fe de Dios para poder cumplir con lo que estaba preestablecido.
Así, de la misma forma, hay algo preestablecido para cada una de sus vidas, para cada uno de sus caminos; y este es el tiempo de que lo vivan si así lo desean, aceptar vivir lo que el Señor tiene previsto para cada corazón de este planeta.
Y ustedes no están separados de esto, compañeros. Ustedes hoy están dentro de este pedido del Señor, porque están siendo conscientes, mucho más que los que son conscientes en el mundo. Porque esta es la hora y es el momento, tan definitivos y tan culminantes, de comenzar a preparar los caminos del Retorno del Señor a través de la vida consagrada de las almas a Mi Sagrado Corazón y a través de la misión que cada ser vino a vivir y a cumplir al planeta.
Quiero decirles, con esto, que Dios ya escribió el destino de cada uno de ustedes por intermedio de Su Soberana y Altísima Voluntad y, sobre todo, a través de Su Altísimo y Poderoso Amor, antes de que ustedes y sus hermanos fueran esencias en este Universo Creador.
Pero sé que muchas almas hoy no siguen ni viven esta Voluntad de Dios. Por eso, Yo vengo a hacer de los imperfectos, corazones valientes. Yo vengo a hacer de los corazones tibios, corazones fuertes y decididos a vivir la Voluntad del Señor.
Yo los preparo a cada uno de ustedes y de sus hermanos, así como preparé a Mis apóstoles durante Pentecostés para que el Espíritu Santo descendiera y siguiera expresando Mi Obra de Redención a través de los tiempos, y también a preparar a Mis apóstoles para el momento de la despedida del Maestro, que cada uno de Mis apóstoles tuvo que vivir en su propio corazón.
Y ustedes están en un momento semejante, tan semejante que parecería igual, porque después de haber sido instruidos y bendecidos a través de los tiempos y, entre tantas, pero tantas almas, en el mundo, haber tenido la Gracia de escuchar directamente la Palabra del Señor, les puedo decir que, a pesar de cualquier situación, ya están prontos para vivir lo que está previsto por el Padre Eterno.
Cada uno sabe en su corazón lo que Dios le habla, lo que Dios le revela, lo que Dios le hace sentir en su más profundo mundo interior.
Así, Yo conduzco a Mis últimos apóstoles hasta el último tramo del camino del final de los tiempos, en el que todos deberán estar dentro de la Confianza de Dios y en la experiencia viva de Su Amor para ayudar a rescatar lo que la humanidad ha perdido y, sobre todo, para el gran tiempo de la redención que será precedido por el tiempo de la Justicia, así como está escrito en la Sagrada Biblia.
Dios, en esta noche, escucha el clamor y las oraciones de todos Sus Hijos. Él los escucha a través del Corazón de Su Amado Hijo, presente en este sagrado y humilde lugar de Aljustrel, en donde las almas pueden encontrar la verdadera vida, la Vida Divina, en el absoluto vacío de sus propias intenciones y expectativas, porque pueden venir a beber de la fuente de la pureza de Lys para que más almas en el mundo ayuden a recuperar la inocencia que esta raza perdió.
¿Ahora, comprenden cuál es la razón por la cual hoy estoy aquí?
No solo para que a través de Galileum escuchen Mi Llamado, sino también para que puedan ver a sus almas aquí reflejadas en el gran espejo de la pureza de Lys, en donde también los ángeles del Cielo y de la Tierra se sirven de la abundancia espiritual e inagotable de este lugar, en donde la llama de la fe siempre estará encendida y se reencenderá todas las veces que sea necesario a través del alma que se rinda a los pies del Reino de Lys.
En esta nueva Maratón, que anuncia el fin de un tiempo y que antecede al próximo mes de agosto, que los corazones se abran definitivamente, así como lo ha dicho Mi amado padre espiritual San José, padre espiritual de todos ustedes, que puedan realizar una síntesis y darse cuenta, por ustedes mismos, de todo lo que han participado con nosotros a través de los tiempos y cuántas Gracias y tesoros espirituales e internos les fueron otorgados a las almas.
Ahora llegó el tiempo, ahora llegó la hora, como lo fue con su Maestro y Señor, de que cada una de sus vidas y la vida de sus hermanos se conviertan en un templo vivo y resplandeciente que irradie los tesoros de los Sacramentos y de todas las Gracias que fueron concedidas a los que los recibieron por un simple acto de Amor Mayor; así como hoy, este simple acto de Amor Vivo permite este encuentro entre Mi Alma y sus almas, entre Mi Corazón y sus corazones.
Porque Yo Soy el Señor de la Cercanía, Soy la Luz que viene a brillar en esta noche de oscuridad para que los que cayeron se levanten y sigan caminando a través de la Luz que les irradia Mi Corazón Vivo a todos; y, principalmente, a través de la Luz que les irradia Mi Corazón Eucarístico, que pueden recibir una y otra vez como una Gracia inexplicable para que, cada día más, ustedes sean parte de Mí, para que Yo pueda algún día ser parte de ustedes y así ustedes sean parte de Dios, como Dios es parte de Su Hijo Amado en Santa Unidad.
Hoy, vengo también como un peregrino junto a ustedes para que, en el recogimiento del Reino de Lys, el Señor medite con Sus compañeros sobre los próximos pasos que deberán ser dados para seguir materializando y concretando la Obra de la Jerarquía. Y, esta Obra, se concretará únicamente a través de las almas que solo Me dicen sí, todos los días de sus vidas hasta el final de los tiempos.
Yo vengo a cumplir con Mi promesa, así como les dije a Mis apóstoles en el Santo Cenáculo que estaría con los Míos hasta el final de los días, hasta que se cumpla el tiempo y el momento del Gran Retorno de Cristo.
Hoy, estoy aquí orando con ustedes y por ustedes, y en especial por los que deben aún dar pasos en esta trayectoria que se presenta ante cada corazón humano. Una trayectoria infinita y desconocida que hoy Yo les traigo como parte de la Voluntad de Mi Dios, su Padre Adonai.
Mientras las voces de los fieles y devotos peregrinos se elevan como un gran espejo hacia el Reino de los Cielos, a través del Santuario de Fátima, que sea concedido al mundo un tiempo más de paz y principalmente un tiempo mayor de paz interior, para que todo pueda ser curado y reparado de las ofensas que sigue cometiendo el mundo.
Abran espacio para que los ángeles de la guarda intercedan ante Dios por todas las causas urgentes y principalmente por los que más necesitan de ayuda. Este es el gran tiempo del apostolado, no lo olviden.
Les agradezco por estar Conmigo honestamente y de corazón, porque la honestidad siempre los llevará a la verdad y la verdad los hará libres.
Hoy, las estrellas son testigos de este momento, así como el universo es testigo de cada Palabra del Señor.
Que los más sufridos y necesitados sean bendecidos.
Mi Corazón se conmueve porque Dios Me concedió la Gracia de que pueda estar más cerca de Mis hijos de África, para estar con los que más sufren, con los que más claman, pero sobre todo para estar más cerca de los que más aman en el mundo a través de la fuerza auténtica de su fe.
Dios conceda la reconstrucción de África en el próximo tiempo para que, algún día, el mundo entero conozca quiénes son en verdad las almas de África. Se los prometo.
Que la paz sea en todos los que la buscan, que la paz sea en todos los que la claman.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Una vez más, el Cielo responde al llamado de Sus hijos, y esto es por vivir la paz en el corazón.
Queridos hijos, con alegría, hoy les traigo Mis bendiciones maternales y con predilección guardo sus intenciones en Mi Corazón para que puedan saber que Yo las escucho atentamente.
Hoy, les agradezco también a Mis hijos por haber traído estas imágenes que, al final, Yo bendeciré para que puedan llevar a sus hogares Mi Gracia Maternal.
El mundo vive un tiempo de paz, hijos Míos, que también es un tiempo de Gracia para todos, un tiempo de esfuerzos y aprendizajes, en el que las almas deberán madurar desde el corazón.
Deben unirse, en este tiempo, a Mi Corazón Inmaculado para que puedan seguir los pasos directamente hacia Mi Hijo.
En profunda alegría, hoy Mi Corazón se alegra por escuchar a Mis hijos en la oración del corazón.
Si hoy, Yo vuelvo aquí, a Belo Horizonte, queridos hijos, es porque los Planes de Dios son perfectos para este tiempo final.
Dios quiere reconstruir sus moradas internas para que cuando regrese Mi Hijo, junto con Su Amada Madre, ustedes lo puedan recibir en paz y en el bien.
Dios quiere construir también sus hogares y sus familias, para que la Presencia de Su Corazón Altísimo pueda estar entre sus familiares, como lo estuvo desde el principio con la Sagrada Familia.
Hoy, la Reina de la Paz irradia Su Paz al mundo y escucha también la súplica de Sus hijos, principalmente de aquellos que están lejos de este lugar.
Les agradezco, queridos hijos, por contribuir en este tiempo final con la oración por los hermanos de Filipinas, también África necesita de sus oraciones y en consecuencia el mundo entero.
Los océanos también necesitan de sus oraciones. Todo lo que fue vida creada por Dios necesita de su sincera oración. Hoy, les hago este simple pedido, queridos hijos, porque es necesario que el mundo cambie a tiempo.
Mi Corazón Inmaculado viene a auxiliar a todas las almas. Él espera que Mis hijos puedan retornar al Corazón de Mi Hijo, porque muchas almas se pierden día a día. Muchos de Mis niños siguen caminos que son incorrectos, Yo solo los vigilo en el silencio de la oración.
Yo los necesito, queridos hijos, fuertemente en este tiempo. Dios espera que puedan despertar a este nuevo llamado que Mi Corazón está proclamando en toda América.
También, queridos hijos, las necesidades se encuentran en muchos de Mis niños, los más pequeños, que necesitan de la educación perfecta de sus padres para que, en este tiempo definitivo en el que la modernidad influencia a las almas, ellos puedan crecer en el Espíritu de Dios, en la vida de la oración en familia.
Así, podrán estar protegidos en este tiempo y sus caminos de fe se abrirán para encontrar cosas buenas y preciosas entre los seres más queridos, que también en esta era precisan curar y redimir su corazón.
Ahora, necesito en este tiempo, queridos hijos, que sus brazos estén bien abiertos para que el corazón pueda sentir las Palabras que el Cielo les envía en esta era. Como en Fátima, Lourdes y ahora en Medjugorje, vengo a anunciar un tiempo más de paz en la Tierra.
Queridos hijos, es muy urgente la oración para que el mundo pueda ser ayudado. Si muchos de Mis hijos no rezan la oración del corazón, ¿quién podrá ayudar a la humanidad?
Dios envía a Sus Mensajeros Divinos para que las almas puedan dar pasos seguros en la Luz.
Ustedes cuentan con la ayuda de Mi Inmaculado Corazón y de los Sagrados Corazones de Jesús y de San José, quienes aguardan ardientemente por la ayuda de sus oraciones, para que puedan difundir la paz en otras regiones del mundo, principalmente en donde hay miseria y falta de amor.
Queridos hijos, el mundo está poblado de muchas cosas, cosas buenas y cosas no tan buenas.
Yo los invito a seguir el camino del Evangelio para que, en este tiempo de pruebas, sus corazones puedan percibir la verdad y la mentira, y decidirse por el camino del Espíritu Santo, que es el Espíritu que les dará la fortaleza en este tiempo de transición.
Siempre, los aguardaré en Mi Corazón Materno.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis amados, Mi Presencia en el mundo tiene la finalidad espiritual de establecer un tiempo mayor de redención.
Por eso, quiero que sepan que cuando sus almas están ante Mi Presencia, contemplan delante del corazón dos puertas a ser elegidas: una de ellas las conduce al Paraíso, a una vida de paz y de misericordia, y la otra puerta, hijos Míos, confunde a sus corazones, sumergiéndolos en las ilusiones del mundo.
Hoy, les digo que a todas sus consciencias les está siendo ofrecida una oportunidad de despertar.
Mi Corazón llega en este tiempo a muchos lugares del mundo y Me hago visible a muchos corazones, inclusive de esta nación, Brasil, para que la mayor cantidad de almas posible pueda ingresar a Mi Reino. Solo es necesario, hijos Míos, que descubran Mi Corazón y que dejen madurar, en cada una de sus esencias, el Propósito Divino que les traigo a través de las diferentes manifestaciones al mundo.
Hoy, les digo que las ilusiones del mundo confunden a sus corazones, porque las modernidades y todos los placeres que les ofrece la materia atraen a las personalidades de sus seres, hijos Míos. Mas es necesario, en este tiempo, que puedan escuchar el clamor de sus almas y permitirle que sea más fuerte y más intenso que las voluntades materiales.
Hoy, Mis queridos, le envío a cada uno de sus corazones un rayo de Mi Misericordia para que todas las faltas que cometieron a lo largo de los tiempos puedan ser perdonadas y, como miembros de la humanidad, reciban la oportunidad de vivir una nueva vida, una vida de redención.
Si aceptan, Mis queridos, tener sus esencias limpias ante Dios, podrán abrir los ojos a nuevos universos, nuevos conceptos de la verdad, que hoy son desconocidos para la mayoría de los seres.
Solo les pido que sean verdaderamente valientes, para que el poder de sus almas se manifieste en la materia y conduzca a cada uno de sus seres por este camino de redención.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Aguardaré siempre que permanezcan en Mi Corazón Inmaculado. Y tengo la aspiración, queridos hijos, que todas sus familias puedan reconsagrarse a la Sagrada Familia de Nazaret, para que el Espíritu de los Tres Sagrados Corazones pueda permanecer entre ustedes, en sus moradas y en sus corazones.
Mientras Mi Espíritu se alegra, los bendice y los cura profundamente; Él borra de sus corazones todas las deudas, todo sufrimiento, todo dolor; porque, como Madre de todos los corazones y Reina de la Paz, quiero que Mis hijos puedan ser felices, ser partícipes de esa felicidad celestial que se encuentra en el Reino de Dios y, como ustedes saben, Mis pequeños, este Reino ya fue anunciado por Mi Hijo y volverá a ser anunciado en su esperado Regreso a la Tierra.
Ahora, Yo los invito, queridos hijos, a construir esa morada a través de la oración.
Dios espera poder ser consolado a través del sacrificio, del ayuno, de la oración y, principalmente, a través de la Comunión perfecta con Mi Hijo. La primera Comunión verdadera, queridos hijos, se encuentra en la unión de sus corazones con el Sagrado Corazón de Jesús.
Esta alianza, que ustedes pueden construir mediante la oración y la confianza en Cristo, es invencible; nadie la podrá derrotar, porque la victoria de Cristo es permanecer eternamente en sus esencias.
Muchos de Mis hijos, en este tiempo del mundo, deberán reconocer la pureza, la humildad y todos los atributos que fueron gestados en los Sagrados Corazones desde el principio, cuando Nosotros estuvimos entre ustedes ayudando a Nuestra humanidad.
Porque Nosotros, queridos hijos, a pesar de estar ahora en el Cielo y de que Mi Espíritu venga a hablar con ustedes, regresaremos en un tiempo cercano para restablecer sobre la Tierra los Mil Años de Paz.
Queridos hijos, hoy Me despido con alegría y en devoción, y agradezco a Mis hijos de Belo Horizonte por abrirme nuevamente las puertas de sus corazones; porque solo a través del corazón y de la unión perfecta con Dios nadie temerá, sino que se levantará para seguir caminando a pesar de las caídas.
Por eso, Mi Hijo estuvo entre ustedes, llevó sus cruces para liberarlos y entregarles Su Misericordia, para que pudieran vivir en paz. Busquen la Infinita Misericordia de Mi Hijo, el manantial está abierto para los que tienen sed.
Y ahora, bendeciré estas imágenes, queridos hijos, y como estamos en la era del Espíritu Santo, que el Ave Luminosa pueda sobrevolar sobre sus espíritus; la que, en Pentecostés, trajo la Paz al mundo y la evangelización de las Sagradas Palabras de Cristo en toda la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Que la Luz y la Cura de Dios permanezcan en sus corazones. Sigan adelante, el Padre los aguarda.
Canción: “Ave Luminosa”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora nos está pidiendo rezar por la paz en las naciones, este es Su último pedido en esta noche. Rezaremos un Ave María en cada idioma, para que todas las naciones estén en el Corazón de nuestra Madre.
Oración: “Gloria”.
Canción: “Ave, Ave, Ave María”.
Canción: “María, Madre Divina”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más