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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acércate a Mí, para sentir Mi Paz.
Acércate a Mí, para recibir Mi Amor.
Acércate a Mí, para consolar Mi Corazón.
Acércate a Mí, para que tu alma sea instruida por Mí y Yo te pueda mostrar ampliamente todos los tesoros del Cielo que guarda Mi Padre con Amor para todas las almas y esencias creadas.
Mira ante ti, en lo más invisible de la vida, en lo más profundo de tu consciencia, ese vasto universo al que perteneces, en donde ninguna fuerza contraria a Mí puede prevalecer o reinar porque el Amor de Dios es capaz de disolver cualquier nudo, es capaz de trascender cualquier obstáculo, es capaz de revelar la Verdad.
Mira este universo interior que hoy te presento, del que tú y tus hermanos surgieron, donde está la respuesta que muchos buscan para poder comprender y aceptar que, en este mundo, cada uno debe trascender su propia dualidad.
¿Por qué las almas buscan sufrir para poder aprender?
¿Cuál es ese misterio tan oculto que las almas deben comprender y vivir a través de la infinita e insondable obediencia?
Porque si una vez en el Cielo hubo un ángel creador que cayó al abismo, a partir de ese momento la evolución cambió de escuela y todas las esencias que serían creadas en este Universo Material deberían aprender de la escuela de la dualidad.
Pero, ¿cómo vencer y trascender aquel obstáculo que coloca la propia consciencia? ¿Cómo desatar aquel nudo que amarra la consciencia y que muchas veces le impide dar los pasos hacia la libertad espiritual?
Les vuelvo a repetir, como hoy te repito a ti personalmente, que la regla primera está en la insondable obediencia, en la que tu propio ser y tu propia alma estarán protegidos y resguardados de ti mismo.
Todos los que se decidieron a estar Conmigo, a lo largo de los tiempos y de las generaciones, aceptaron en primer lugar vivir esa insondable obediencia, sabiendo que esto representaría un esfuerzo interior significativo para trascender la propia voluntad humana, para desapegarse de las condiciones viciadas de la personalidad y para poder estar libre de las ideas propias.
Estar bajo esa insondable obediencia a Dios no es imposible ni inalcanzable. Estar bajo esa obediencia a Dios es una de las mayores Gracias que se puede recibir.
Hoy, Yo les abro una puerta que ustedes podrían decir que ya la conocen, pero les aseguro que no la conocen absolutamente; es la puerta de la insondable obediencia, que les presento no como una regla ni tampoco como una imposición, sino como una Sagrada Ley que coloca a la consciencia encarnada en el camino seguro de la rectitud, de lo que es impersonal y libre de cualquier apego. Porque la obediencia, en su misterio oculto y anónimo, es una corriente cósmica de liberación, que ninguna fuerza contraria puede soportar.
Si alguna vez te viste fuera de la Ley de la Obediencia, te preguntaste: ¿para qué lo hice?
¿Cuál es la razón, el motivo espiritual, mental y humano de salir de esa Sagrada Ley, que a muy pocos ampara en este mundo, ante este caótico escenario planetario, en el que la desobediencia es la moda que muchos adoptan en este tiempo?
¿Cómo será posible que más almas, en la superficie de este planeta, comprendan cuál es la razón y la existencia de la propia encarnación?
Existe un solo camino que su Maestro y Señor, su Santísima Madre y el casto padre San José vivieron en este planeta, a través de la sagrada e insondable obediencia.
Obediencia no significa solamente responder, la obediencia es una emanación primera del Amor-Sabiduría, es una ciencia oculta del Espíritu Santo que promueve en las almas y en los mundos internos la expresión de las dádivas y de los dones de Dios en los corazones.
Y esta Obra que, durante treinta y siete años consecutivos, fue concebida por la Voluntad de Dios; nació, surgió y se manifestó a través de la obediencia de algunas almas que dijeron sí al llamado.
Fue así que, hace treinta y siete años, una puerta espiritual y anónima fue abierta en el mundo, porque las propias manos de la Jerarquía sembraron a la pequeña Higuera en el suelo sagrado, para que pudiera crecer a través del sagrado riego de la Instrucción, de la reverencia insondable al conocimiento universal e interno; para que, después de treinta y siete años, esa Sagrada Higuera pudiera dar sus frutos en abundancia y amor por las almas, por la manifestación de la vida interna en todos los corazones que fueron autoconvocados por Mi hermano y amigo José Trigueirinho.
Ustedes, a través de los tiempos, tuvieron la Gracia de tener un humilde ejemplo en vida; un ejemplo de abnegación, de renuncia, de lealtad, de amor y de hermandad para con toda la Consciencia Divina, a través de su hermano José.
Hoy él, Conmigo desde el Cielo, en donde reza e implora por todos sus compañeros, coloca a las puertas de Mi Corazón toda esta experiencia vivida a través de Figueira y, por intermedio de Figueira, en otros Puntos de Luz que surgieron en el mundo por la Gracia de la confianza de los que dijeron sí.
Todo esto nunca desaparecerá porque nunca fue borrado, porque lo que Dios escribe con Su propia Mano, a través de las vidas y de los corazones, nunca se puede borrar ni desaparecer, incluso lo que Él escribió con Su propia Mano a través del humilde ejemplo de vida de José.
Quisiera que hoy ustedes fueran conscientes de que no recibieron a cualquier persona, sino que recibieron a un importante hermano mayor que, con su ejemplo anónimo de vida, su servicio por la ampliación de las consciencias, siempre se mantuvo en la rectitud y en la donación, sabiendo que el gran compromiso de su hermano José era cuidar de lo que era sembrado en cada corazón que fue tocado por su voz, por su mirada o por su simple presencia.
He aquí que ante esa puerta espiritual que fue abierta en Figueira, a través de los tiempos y de las generaciones, las almas fueron tocadas por el impulso del llamado, y esto no se detendrá porque el legado que fue confiado a través de la expresión de las almas en Figueira es algo que siempre se perpetuará en los planos internos y especialmente en todos los que lo preserven, primero de sí mismos y después del mundo, sabiendo que los tesoros de Figueira que fueron confiados por la Jerarquía son los valores de la fraternidad y de la vida grupal evolutiva.
Quiero que, después de este mes de agosto, resuenen en cada mundo interior los campanarios de Figueira, el llamado de la Jerarquía que les trae el porvenir y la esperanza a todos los que algún día fueron llamados a formar parte de esta Obra de Amor.
Porque esta Obra es una de las que Yo tengo en el mundo, una de las tantas obras en este mundo que, de no existir en obediencia a la Jerarquía, no se podría sostener la transición del planeta y de la humanidad sin el sacrificio, la abnegación y la renuncia; libres de vanagloria, libres de protagonismo, libres de cualquier autoridad o poder; porque, así como Dios les dio todo, Él podría quitarles todo.
Abracen la llama que hoy les ofrezco de la humildad. Que sus vidas se rindan y se rediman para que los sagrados tesoros del Cielo puedan seguir siendo depositados no solo en Figueira, sino también en las almas que dicen sí, porque ya estamos en el tiempo preparatorio de Mi Retorno al mundo y nada puede ser en vano.
Quisiera agradecer públicamente a todos los que a través de los tiempos se mantuvieron en fidelidad a la Jerarquía, aprendiendo todos los días de la obediencia, de la lealtad, de la verdad y del servicio por amor a Nuestro Creador y por la redención de esta humanidad.
Esto es algo invalorable, porque no se puede medir ni juzgar con la mente, la fidelidad de un corazón unido a la Jerarquía es uno de los mayores alivios que promueven a Mi Corazón.
Que puedan renacer, en este día, los que por la fe y la fidelidad construyeron con sus manos las bases de esta Obra de la Jerarquía; para que las almas, más allá de sus condiciones, traumas o sufrimientos, tuvieran un espacio seguro, simple e interno para reencontrarse con Dios y con el Corazón de la Jerarquía.
Hoy, es Mi Mano la que escribe una nueva historia. Dichosos serán los que formen parte de ella, porque Mi promesa se cumplirá en todos los que Me dicen sí.
Oh, Sagrada Figueira de Luz,
que eres anónima, secreta e interna,
entrégale tus frutos al Señor,
los frutos de la conversión y del servicio de las almas,
para que por el esfuerzo de tus hijos,
discípulos y hermanos de José,
los frutos de la conversión y del servicio de las almas
sean amorosamente ofrecidos
a los Pies de tu Creador.
Que el poder de Mi Preciosa Sangre te santifique,
para santificar y liberar a todos los fieles servidores
que hayan sido heridos o lastimados.
Hoy, vengo a reparar lo que está roto.
Hoy, vengo a reconstruir con Mis propias Manos
lo que cayó al suelo,
que es la dignidad de todos los hijos y amigos,
compañeros y servidores de José.
En la víspera de la divina esperanza, todos los corazones posibles encuentren el portal de Mi Paz.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el Rey y Soberano Maestro de la Humildad.
Yo estoy aquí para servir a Mis compañeros, para que Mis compañeros nunca se cansen de conocer la inmensidad de Mi Amor; el Amor que proviene del Padre, el Amor que los creó desde el Principio, que los hizo surgir de una Fuente especial que hasta los días de hoy es desconocida por el mundo entero.
Hoy, les traigo a ustedes, compañeros, detrás de Mí, la esplendorosa Higuera de la Luz, cargada con los frutos del servicio, de la entrega, cargada con los frutos de los que se autoconvocaron para servir a Dios en este tiempo final.
Vislumbren, en este momento, todo lo que ha alcanzado la Jerarquía en la superficie de este planeta, a través de la expresión y de la manifestación de las Comunidades-Luz, a través de las células que despertaron en este tiempo final al llamado de la instrucción y de la transformación.
Por eso, compañeros, crean de una vez y para siempre que sus vidas se renovaron; pero aún el camino es muy largo para acompañar a su Maestro y Señor en la sagrada preparación de Su Retorno al mundo.
Hoy, vengo a entregarles estos frutos del conocimiento y del sacrificio, porque esta Sagrada Higuera pudo dar sus frutos a través de los que se autoconvocaron, a través de los que caminaron, en este tiempo, siguiendo con fe y con determinación el llamado del Cielo.
No existe otro lugar en el mundo, salvo en su interior, en donde puedan guardar este Legado que hoy les entrego y que proviene de la Sagrada Higuera de la Luz, que a través de los tiempos los ha congregado para el servicio, para la concreción del Plan, el Plan del Amor y de la Unidad, que tiene que estar presente en cada corazón humano.
Por eso, celebren este momento Conmigo.
He aquí al Soberano Maestro de la Humildad y de la Entrega, Quien conoce sus nombres escritos en el universo, que vigila y protege sus consciencias para que, en cada nuevo ciclo que se presenta, tengan el coraje y la valentía de caminar hacia Mí; porque los tiempos que llegarán presentarán desafíos para todos.
Colocaré en sus corazones y mundos internos Mi Propósito para que se pueda cumplir, así como Yo espero, y este Propósito permita redimir a la humanidad. Por eso, ya no deben sentir que sus vidas son suyas, sino que sus vidas le pertenecen al Señor; porque Él, a través de la vida de cada ser, escribe la Voluntad de Dios y la concreta paso a paso.
Vengo por una nación que necesita sentirme cerca. Vengo por un pueblo amado que tiene el destino de ser la cuna de la Nueva Humanidad; porque los Rayos que rigen a esta nación son predilectos para Mí, Rayos importantes que han permitido evolucionar al universo y de los que sus almas son parte, bajo sus sagradas expresiones, a través del Amor y de la Devoción.
Por eso, Brasil es un país de brazos abiertos, es un país que debe seguir gobernado por la Reina del Cielo, para que todos los ángeles que la acompañan eternamente, protejan cada espacio y cada lugar de esta querida nación.
Con esto, quiero decirles, compañeros, que en las próximas semanas recen mucho más, y que sea el espíritu de la oración el que los inspire y los guíe para tomar una decisión correcta. El Padre también rezará por ustedes, por el Propósito de esta nación, para que siga cumpliendo lo que está escrito en el Corazón de Dios.
Brasil siempre deberá ser una nación que, por su humildad, simplicidad y belleza, ayude a las naciones hermanas y también a las naciones distantes del planeta; porque aquí, siempre deberá estar presente el pulsar de Mi Corazón Crístico; desde aquí, deberá surgir el Retorno de Cristo, porque Mi promesa está latente.
Yo vendré entre los humildes y los simples. Mi Amor derrotará a los poderosos y soberbios, y se volverá a reerguir la Nueva Jerusalén, en la que todos se sentirán Uno en el Padre y, a través del Padre, se sentirán Uno con el Hijo y el Espíritu Santo.
Por eso, les ruego que no dejen de alzar su voz a través de la oración; para que, como pidieron en este día, el Ángel de este país sea ayudado por todos conscientemente. Así, la presión se aliviará, las puertas mentales e inciertas se cerrarán y el Rayo del Amor y de la Devoción brotará de los corazones sinceros que con fervor invocan el Nombre de Jesús, para que Su Palabra y Su Voluntad se cumplan.
Es así que, en estas próximas semanas, contaré con la oración de todos los cristianos, de todos los que siguen un camino hacia Cristo, e inspiraré a este pueblo a una unidad interreligiosa, en donde exista el respeto a la vida, al amor en la familia, a la unidad entre los seres queridos y que, principalmente, exista el bien en esta humanidad.
Por esta razón, vengo a pedir, en este día, una oración especial por Brasil hasta el día 30 de octubre, para que ayuden al Ángel de este país en todo lo que Él debe manifestar y alcanzar en este tiempo. El sagrado instrumento, que utilizarán en esa tarea, será el Rosario, para que el Manto de Mi Santa Madre Aparecida sea extendido sobre el espíritu de esta nación; protegiéndola de los asedios y de los conquistadores de este tiempo, resguardando el corazón de esta nación de las ideologías que erradican la vida y que confunden a las familias con lenguajes inciertos.
Así, permitirán que el Ángel de Brasil atraiga, hacia este país, el Propósito Espiritual y Divino de esta nación, que comenzó a cumplirse con la liberación de la esclavitud, trayendo más sensibilidad y respeto a los humildes e inocentes.
Por eso, Yo les pido que se coloquen en la frecuencia correcta, que difundan el poder del Amor, que difundan el poder de Mi Misericordia, que sean precursores de la oración del corazón y no se involucren con la mentira mundial.
Es tiempo, compañeros, de que ayuden conscientemente a la Jerarquía; porque, así como les dije a Mis apóstoles hace tanto tiempo, depende de la penitencia y del arrepentimiento de los corazones que la Justicia no descienda al mundo, que descienda Mi Insondable Misericordia y los corazones se alegren por su liberación.
Hoy, estoy aquí, rezando también por ustedes y por su pueblo. No puedo pensar, ni por un momento, que no podré colocar Mis Pies sobre este suelo sagrado de Brasil, porque es una promesa que Mi Padre Me hizo en la Cruz, que, después del tiempo del Armagedón, en una región del planeta sencilla y humilde, el Señor retornaría al mundo.
Recen para que esas bases espirituales permanezcan. Llamo también a todos Mis compañeros de otras naciones a unirse a la oración por Brasil, porque es tiempo de que comprendan y perciban que son parte de una única familia universal.
Por esa razón, Mi Consciencia está cerca en estos días, cerca de Mis compañeros, de aquellos que tienen abierto su corazón; así como el Maestro estuvo con Sus apóstoles hace tanto tiempo, compartiendo Su Humanidad, Fraternidad y Amor.
Después de esta noche oscura que el mundo vivió y que aún algunas partes del mundo siguen viviendo, Mi Presencia, a través de la consagración de nuevos adoradores, encenderá la llama incandescente de la paz, para que permanezca en el mundo y no se extinga, porque si faltara la paz en este mundo, todo se precipitaría rápidamente.
Por eso, la importancia de mantener la oración por Brasil, para que el Ángel de este país pueda interceder ante el Padre, así como hoy Mi Corazón intercede por ustedes, para que sean Mi testimonio de redención y de perdón.
Aproximen a los pies de este altar a los nuevos adoradores, porque Mi deseo en este momento es que Mis sacerdotes los bendigan con el agua y el incienso, para que sus almas vivan este momento de consagración; y así, Yo también los pueda bendecir en Espíritu, en Divinidad, por esta sagrada y bendita tarea que asumieron hace tanto tiempo, a fin de que el equilibrio en el planeta se mantenga, no solo el equilibrio mental, sino también el equilibrio físico de la Tierra. Esta debe ser la gran llave y la gran causa de los adoradores en este tiempo, para que Mi Gracia y Mi Misericordia sigan descendiendo al mundo y a las almas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Cristo y ante Su Presencia en este momento de consagración interior de estos hermanos, vamos a apoyar la tarea que Él hará con cada uno de ellos a través de una canción. Cantaremos “Consagración”.
En este momento, le ofrecemos a Cristo los elementos para que los bendiga.
Señor,
deposita, a través de estos elementos,
Tu Sagrada Presencia,
expresión de la infinidad de Tu Amor Misericordioso y Eterno.
Deposita, a través de estos elementos,
Tu Gracia y Tu Misericordia,
para que las almas, a través de esta bendición,
se sientan partícipes de Tu Reino,
y siempre a través de los tiempos se renueven.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Canción: “Consagración”.
Gracias por aquellos que adoran Mi Corazón Eucarístico, que Él siempre sea su fuerza y su renovación en los aprendizajes de la vida, en los aprendizajes de estos tiempos. Que Mi Eucarístico Corazón de Amor sea siempre el poder del Amor Curador y Renovador.
Poniendo Mis Manos sobre ustedes, Yo los consagro como Adoradores del Eucarístico Corazón de Jesús.
La paz esté en ustedes.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Pueden colocarse de pie.
Ahora, los nuevos adoradores van a hacer una oferta interna a Cristo, en este momento, para que Él siempre los impulse a seguir este camino de Adoración, a reconocer Su Nombre y Presencia en ellos. A través del silencio de su corazón, eleven la oferta y ante Su Presencia respondan a Su llamado.
Elevaremos nuestra oferta interna a través de una simple oración, en este momento de consagración.
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi convocatoria!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En la Presencia Interna de Nuestro Señor, vamos a prepararnos para el Sacramento de la Comunión.
Nos mantenemos en sintonía con Su Corazón Misericordioso para que podamos revivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, a través de la Comunión que será ofrecida en el Altar.
Vamos a cantar los Nombres de Dios.
Canción: “Sagrados Nombres de Dios - Canon nº1”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más