Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE CAMPINAS, SAN PABLO, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

No se olviden, queridos hijos, de que Yo Soy la Señora Desatadora de Nudos y que en Mis manos está el poder de la liberación.

Como Madre del Sagrado Alivio, quiero aliviar sus corazones en esta noche; pero también, quiero liberar los nudos que los amarran desde hace mucho tiempo. Por eso, invoquen Mi Presencia y, así, Yo concederé esta Gracia.

Vengo, desde el Cielo, a traerles la Paz pero también la liberación. Es tiempo de que Mis hijos crezcan en el camino de la conversión.

Ustedes saben, queridos hijos, que Mi perpetuo pedido es la oración.  Junto con el Niño Jesús, desataremos los nudos de sus vidas; porque, hoy, Él está en Mis brazos para traerles también Su Misericordia.

Él quiere también que sigan el camino de la paz y de la conversión, a través del ejemplo del buen discípulo que sigue las enseñanzas del Maestro del Universo. 

Muchos nudos se encuentran en esta humanidad actual, necesito de sus oraciones para que Yo pueda desatarlos. El permiso comienza primero en ustedes; por eso, abran sus corazones para que esto pueda suceder. 

Una buena Madre libera a Sus hijos del pecado y de la perdición. Yo quiero llevarlos siempre hacia el encuentro con Mi Hijo; porque ustedes saben, queridos hijos, que la humanidad se olvida de Él. 

Entréguenme sus nudos en esta noche, porque Yo les concederé el poder de la liberación a través de la Gracia Suprema de Mi Corazón. Quiero que caminen hacia ese encuentro Conmigo, todos los días, mediante la redención, la conversión y la oración. 

También quiero liberar los nudos que existen en sus familias. Ustedes saben, queridos hijos, que la Madre de Nazaret tiene ese permiso; porque mientras estuve aquí, en la Tierra, pude aprender mucho entre ustedes. 

Los ángeles Me guiaron para poder conceder la cura de muchos corazones; la resurrección de los muertos, de todos aquellos que estaban caídos en el pecado infernal. 

Desde el principio, Dios Me concedió la Gracia de poder liberarlos. 

Pero sepan, queridos hijos, que Mi Amado Hijo está sobre todas las cosas de este mundo y Él Me envía a prepararlos para Su Regreso, para que ustedes lo esperen con alegría y con devoción. 

Mientras el mundo se redime y otros se condenan; Yo les pido, queridos hijos, que usen los medios que existen en los Sacramentos, porque así sus espíritus se fortalecerán para la hora final. 

De esta forma, podré caminar a su lado, silenciosamente, y así consagraré sus corazones, poco a poco, hasta llevarlos al encuentro definitivo con Dios.

Hoy, Mis Palabras se vuelven sagradas ante sus corazones, porque quiero que se siembren y crezcan en sus corazones para que puedan nacer nuevamente a la paz; la paz que necesita el mundo, principalmente las familias que se separan por la acción del enemigo. 

Por eso, siempre tengan en su memoria, queridos hijos, a la Señora Desatadora de Nudos porque, siempre así, Yo los auxiliaré cuando su sentimiento sea sincero y amable Conmigo y, de esta forma, abran una puerta al cambio, al cambio de sus vidas. 

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Que ningún conflicto de sus corazones, hijos Míos, sea mayor que el amor que sienten por Mí y que la aspiración de sus corazones de encontrarme en Mi Reino Celestial.

Hoy, les digo que vengo también a enseñarles a dejar de lado las pequeñas cosas de la vida que cierran sus corazones y que les impiden encontrarse con Dios. 

Porque, Mis queridos hijos, si se permiten encontrarse Conmigo, dejando de lado, aunque sea por un pequeño instante, los problemas que afligen sus corazones, Yo les podré mostrar, a través de Mis Ojos Maternales, todas las necesidades del mundo y cuán pequeñas son las necesidades de sus vidas, ante todo lo que el mundo vive en este tiempo. 

Hoy, den gracias a Dios por estar ante la Madre del Mundo que trae, del Reino de los Cielos, la posibilidad de la liberación de sus corazones. 

Aseguren firmemente esta oportunidad, hijos Míos, para que Mi Rayo de Liberación pueda profundizar en sus esencias y seguir trabajando en el interior de sus seres, más allá de este día. Y, para que eso suceda, es necesario que caminen en oración, que traigan a sus mentes pensamientos de bondad, de caridad y de fe; porque de esta forma, equilibrarán el mal que existe en el mundo y todos los pensamientos que son emitidos al Universo, que solo causan dolor al Corazón de Dios.

Mis queridos, hoy les digo que cultiven la alegría en su interior, a través de la caridad, del auxilio amoroso al prójimo; porque, si sirven a sus hermanos que más necesitan, encontrarán a Cristo en el interior de cada criatura, pues el Señor se hace visible a los ojos que lo buscan en los corazones necesitados. 

La Luz de Nuestro Señor se muestra a aquellos que la buscan y que buscan encender esa Luz en las esencias que hoy se apagan.

Las obras de caridad, hijos Míos, llevarán a sus almas por un camino de transformación, un camino de transformación también para el mundo, porque jamás se olviden de que cada una de sus almas representa a toda la humanidad ante Dios.

Por eso, Mis amados, jamás teman convertir sus corazones en corazones puros, simples y humildes. Porque mientras los corazones del mundo buscan crecer en vanidad, en orgullo y en su vida material; sus pequeños corazones deben mostrarse a Dios como corazones que valoran el Reino de Dios y que reconocen que toda la riqueza del mundo no es nada ante Dios.

La mayor riqueza que pueden guardar en sus corazones y que jamás ninguna criatura de esta Tierra les podrá quitar es el Amor que Cristo depositó en cada una de sus esencias, aun en los corazones que lo desconocen como Señor y Rey de este Universo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Ante la Presencia del Niño Jesús, y como Madre y Señora Desatadora de Nudos, hoy, quiero liberar el nudo de la enfermedad del cuerpo y del alma. 

Por eso, en este momento, queridos hijos, con fe, en sus corazones, en la creencia de la Presencia de Dios a través de Mi Inmaculado Corazón, entréguenme en Mis m

Manos la enfermedad del cuerpo o del alma y, a cambio y amorosamente, les entregaré la Cura de Mi Corazón. 

Por eso, queridos hijos, les hablo directamente a los que hoy están presentes y también a aquellos que acompañan Mi visita en esta noche. 

Ustedes verán, queridos hijos, cómo en Mis Manos se depositan grandes nudos de la humanidad, y la liberación de cada uno de ellos será por su fe en Mi Corazón Misericordioso; porque la puerta de Mi Corazón, de Mi Corazón Humilde, los llevará a Jesús, el Rey de reyes. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora está comunicando que hará una oración para la cura del cuerpo y del alma.
Mientras oramos, Ella pidió que los presentes, con total armonía y tranquilidad, se aproximen hasta aquí.
Oración: Ave María (varias veces en croata).

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Como el Padre del Universo les enseña, queridos hijos, toda alma que quiera recibir, directamente de Su Corazón, una Gracia Sublime, debe colocar las palmas de sus manos hacia arriba, en señal de recepción de la Luz de la Fuente Mayor que brota a través de Mi Corazón.

Cierren sus ojos y sientan Mi Presencia. Dios está con ustedes en este momento y les envía esta cura espiritual, a través de Mi Intercesión como su Madre.

En este momento, Dios reúne a todas las faces que Yo he hecho conocer, a lo largo de los siglos, en el mundo entero. 

Mi Gran Consciencia Virginal está aquí. 

Vean, en las palmas de sus manos, una luz celeste que representa a la Fuente de Mi Gracia, Mi Gracia reparadora para Mis queridos hijos. 

Entréguense en confianza en Mis brazos y escuchen Mi siguiente oración:

 

Santísimo Padre del Universo, 
que concedes las Gracias y los Poderes 
a Tus Mensajeros Celestiales, 
intercede por esta parte de la humanidad 
que busca la esperanza, el consuelo y la cura. 
 

Que, a través de Mi Inmaculado Corazón, 
que representa al poder de Tu Amor sobre la Tierra, 
concédeme la Gracia de derramar 
el Amor sobre Mis hijos; 
y que, por la ayuda espiritual 
de Tu Amado Padre Arcángel Rafael, 
que Mi Corazón derrame las Gracias curadoras, 
repare el mal en los corazones, 
los libere del pecado,
 para que alcancen la promesa 
que Mi Hijo les concedió
de estar ahora en Tu Paraíso. 

Amén.

 

Lleven las manos hacia el corazón. 

Bendigo estas sagradas imágenes, en gratitud y amor. 

Que el Poder Curador del Padre, que la Redención del Hijo y el Amor del Espíritu Santo, permanezcan en ustedes y les den la fuerza para caminar decididos hacia los Sagrados Corazones.

Les agradezco. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a entonar: “Ave, Ave, Ave María”.