Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN PRZEMYŚL, POLONIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 103.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Muchos de los Míos temen sentir el peso de la cruz planetaria que, en algunos momentos, Yo hago recostar sobre ustedes, para que puedan sentir lo mismo que Yo sentí durante Mi Dolorosa Pasión.

Hoy, vengo aquí como el Príncipe de la Paz y como el Gobernante Universal para que, aprendiendo a través de la cruz, sus consciencias puedan aprender a gobernar y a llevar adelante el Plan del Redentor, que es un Plan aún no develado al mundo.

Por esa razón, Yo estoy aquí en este día, a las puertas de la nación de Ucrania, no solo para colocar en Mi Corazón a los que han sido víctimas de la guerra, de la persecución religiosa o aun de la muerte; sino también estoy aquí para que esta región del planeta, que fue antiguamente fundada por muchos pueblos sagrados, pueda volver a recuperar la unidad que perdió a través de los tiempos, de los conflictos y de las guerras; una unidad que viene del Universo para poder colmar a los corazones de la Verdad, y para que esa Verdad les muestre el camino hacia el Portal de Mi Paz.

No solo vengo aquí por una Ucrania herida, ultrajada y sepultada por la guerra; también vengo aquí como Liberador del Mundo para retirar, de esta región, a las fuerzas negativas que aprisionan a las consciencias, los corazones y las almas, y que no les permiten ver la luz de la esperanza.

Pero no vengo a desafiar a nadie, ni siquiera a aquellos que dirigen algunas naciones del hemisferio norte, que se han comprometido con el mal y que han expandido ese mal por varias regiones de Europa, así como en otros lugares del mundo, en la olvidada África.

El desafío no es la tarea de su Maestro y Señor. La tarea de su Maestro y Señor es el Propósito Divino a través de la Sagrada Llama del Amor y de la Unidad que, en estos tiempos críticos y difíciles, Yo los invito a contemplar en su mundo interior, porque esa Llama del Propósito de Dios no puede ser apagada por nada, aunque a su alrededor reine la oscuridad.

Pero Yo vengo a disipar las tinieblas en Ucrania, para que este pueblo que ha sido invadido, lastimado y transgredido tenga la oportunidad de recibir el ciclo del renacimiento interior, porque renaciendo internamente en Cristo, renacerán en el Padre y también en el Espíritu Santo, Energías Superiores que les darán las fuerzas que necesitan, como pueblo y como cultura, para resistir y seguir adelante.

No estoy solo aquí, como su Gobernante Espiritual, estoy también aquí acompañado, en este momento, por las Huestes Angélicas Regentes y en especial por los Ángeles de las Naciones de Europa y del hemisferio norte, que se han unido a su Maestro y Señor para esta tarea.

Cuán importante ha sido, en esta jornada interior y espiritual, cada una de sus oraciones misericordiosas depositadas a los Pies del Redentor, para que Yo pueda derramar Mis Gracias y Misericordias, liberaciones y curas, no solo en las almas de Ucrania, sino también en las almas del mundo entero que aún esperan por su liberación y redención.

Con esto, Yo les hago comprender, compañeros, que Mi tarea no se restringe solo a Ucrania o a la situación de Europa del Este. Cuando el Gobernante Espiritual, Cristo Jesús, ingresa al planeta, Él atiende a todas las emergencias del mundo, especialmente aquellas situaciones dolorosas y difíciles que la humanidad sepulta para que nadie las pueda ver.

De esta forma, a través de la universalidad de Mi Corazón, Yo los invito a contemplar todas las necesidades y a trabajar por ellas, aunque su colaboración y sintonía sea indirecta; porque, cuando están en esa actitud y en esa apertura consciente y madura, no se imaginan cuántas puertas inciertas se pueden cerrar.

De esta manera, Yo los vengo a formar en el canal y en el Linaje de la Transmutación, para que esto deje de ser una teoría y pase a ser una realidad. Por ese motivo, en el principio de este Mensaje, les hablé del peso de la cruz planetaria, del que muchos intentan escapar. Pero, si Yo les hago este pedido de que sientan Conmigo esa cruz, les aseguro que no sentirán la Cruz que Yo llevé en el Monte Calvario, porque no la soportarían ni un segundo.

La unidad interna es la gran llave de estos tiempos; una unidad interna, fraterna y espiritual que supere las diferencias, los conflictos, los pareceres, los gustos y también los deseos.

Mi Gobierno Espiritual los lleva a la elevación de la consciencia. Y cuando sus consciencias se aproximan a Mi Gobierno Espiritual, no solo se aproximan de Mi Gran Tarea Universal, sino también, compañeros, ustedes pueden comprender la magnitud de Mi Presencia en el mundo cada vez que Me presento ante ustedes para darles un Mensaje.

Los tiempos que llegarán serán tiempos más exigentes; pero si creen en la fuerza de la fe y del amor, la ayuda del Universo llegará, sus consciencias se renovarán y el servicio se ampliará a través de su donación honesta. 

Por eso, no pueden descartar nada, nada de lo que el Universo les presenta. Ningún tipo de servicio puede ser ignorado por ustedes, porque Yo necesito cumplir Mi Plan hasta en los pequeños detalles. Estén atentos y vigilantes, porque podré enviarles muchas señales y tienen que estar despiertos y conscientes para poder percibirlas.

No les pido que se coloquen en una posición que no les pertenece o en un nivel que no han alcanzado; les pido que se coloquen en una actitud de donación interior, porque la donación es un fuego que nunca se extingue.

La donación es piedad, es amor, es Misericordia, pero también es paz. 

La donación les permite acoger a todos, bajo cualquier situación o condición. 

La donación siempre los llevará a vivir el pionerismo, para que sus corazones no se enfríen ni se acomoden a lo que es aparentemente normal.

Estamos en tiempos de caos y, por eso hoy, ustedes, en nombre de toda esta Obra y de todas las almas, están aquí, sirviendo Conmigo en esta importante tarea de liberación, por Ucrania y Rusia.

Sigamos rezando con fervor y con fe, afirmando en este plano material cada una de las oraciones y decretos; porque las fuerzas están perdiendo el control de su poder por la sagrada intervención del Arcángel Miguel y de Mi Madre Celestial. 

Sigan siendo valientes y los Ángeles de la Guarda los acompañarán. Arriésguense a asumir la responsabilidad que aún no consiguieron, porque el Amor Crístico de Mi Corazón los ayudará a asumir esa responsabilidad y tarea.

Es que necesito que entiendan y comprendan que en el lugar y en el momento en los que cada uno de ustedes se encuentra es donde Yo los necesito tener y, según las necesidades o demandas del Plan, eso puede cambiar.

Vivir el Plan Cósmico, cumplir el Plan Divino, no es pasajero, es un esfuerzo permanente y determinante. Así, nunca estarán sin asistencia, porque el Señor cuida de todos Sus apóstoles, el Señor cuida de todas Sus ovejas y protege a todos Sus rebaños.

Ucrania aún deberá reconstruirse, no solo del punto de vista material, sino también espiritual. Y para que lo material se pueda reconstruir, primero es necesario reconstruir lo que es espiritual, la gran desconexión que este país ha vivido a través de la guerra, colocando en juego a todos sus pobladores, así como a todos sus mundos internos.

Por eso, la intervención divina, como en este momento, a través de un estado de Gracia y de expiación, de unidad de corazones orantes, podrá conceder esa reconstrucción espiritual que solo los Ángeles Ultraterrestres podrán realizar, porque ellos son los únicos que pueden hacerlo. 

¿Ahora, comprenden la importancia de la oración misericordiosa en estos días?

Esto también repercutirá benéficamente en todos los cristianos de Ucrania que han sido empujados a asumir una actitud fría.

Pero su Maestro y Señor nunca se detiene, y Mi Presencia en los planos internos despertó a muchos Cristos Internos de Polonia y de Europa para que fueran verdaderos acogedores de los refugiados y de los que sufren. 

Por eso, estoy muy agradecido, eternamente, porque muchas almas se pudieron salvar de una destrucción espiritual y esencial que, en estos tiempos de desequilibrio planetario, no tendría solución. Por esa razón, agradezco a aquellos que abrieron las puertas de sus casas y especialmente abrieron las puertas de sus corazones.

Porque de continuar esto así, en Europa del Este o en otros lugares del mundo, toda la humanidad se podría volver refugiada. Piensen en esto y actúen con prontitud y de forma inmediata, cerrando las puertas inciertas que se abren en el plano espiritual, asumiendo por toda la raza los Sacramentos, la vivencia interna con Cristo, su Señor, para que el gran portal de la Misericordia Divina, abierto en Polonia, sustente estos tiempos de destrucción y de persecución planetaria y, por lo menos, las almas sean atraídas hacia ese canal de la Misericordia para que estén protegidas y amparadas.

Seguiré trabajando por el mundo en estos días, porque este es el preámbulo de lo que los Mensajeros Divinos realizarán en Medio Oriente en los próximos meses que llegarán. 

Como ese momento está tan cerca, esa misión en Medio Oriente está tan próxima, Yo los invito a todos a colocar su mano en el corazón y a colaborar en la materialización de esa tarea y con el apoyo inconmensurable de sus oraciones por todos sus hermanos, servidores consagrados y colaboradores, que impulsarán esa misión en Medio Oriente, llevando alivio al sufrimiento, en donde verdaderamente es muy necesario.

En el país de Túnez, la Jerarquía Divina y Espiritual cicatrizará una herida que no está cicatrizada. Diría que es un estigma en la consciencia de la nación de Turquía; porque allí surgió ese estigma que se ha irradiado al resto de Medio Oriente, a Túnez, Eritrea, Egipto y gran parte de África.

¿Saben cuál es ese estigma que Turquía y las demás naciones de Medio Oriente han vivido y que comenzó en Turquía?

Es el estigma de la indiferencia, de las puertas cerradas a los refugiados y a los necesitados. Y Túnez, como nación de África, siente en su carne este estigma de la indiferencia que solo una misión humanitaria de Misericordia y de Paz podría curar, así como las oraciones de todos podrían curar al estigmatizado Medio Oriente.

En Egipto, su Maestro y Señor junto a su Señora, la Madre de todos, y a las Jerarquías Espirituales, recuperarán los códigos de Luz alcanzados por el profeta Moisés, el gran patriarca del antiguo pueblo de Israel, quien tuvo la misión espiritual de anunciar la Ley a todos, la unidad con la Ley Divina, con la Ley Universal y Cósmica a través de los Mandamientos que hoy no vive la humanidad. Será una oportunidad de gran corrección interna para todos.

Y en Israel, la Sagrada Tierra de su Maestro y Señor, y de su Señora, podremos llevar a adelante una tarea planetaria que necesita no solo Medio Oriente, sino también el mundo para aprender a sobrellevar el Armagedón.

Detrás de todos estos impulsos, que Medio Oriente necesita, existen muchas más tareas que desconocen. Por eso, desde ahora los invito a rezar para que la materialización de esa tarea descienda y acontezca como está previsto.

Desde la frontera de Ucrania, bendigo a este herido país y, a través de este país, bendigo a todas las naciones que han sido traumatizadas por el sistema mundial, por las guerras y los conflictos, por la venta de armas, la esclavitud de las personas, el tráfico de órganos y de niños, y el temido aborto.

Que esta bendición abrace todas estas situaciones necesitadas de cura espiritual, para que las almas, esclavas de los que las aprisionan, recuperen la esperanza, el amor y la fe en la Nueva Humanidad.

¡Les agradezco por acompañarme en esta Sagrada Tarea!

Bendigo a todos, a través de la señal luminosa de la Cruz de Emmanuel, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vigilias de Oración
APARICIÓN DA LA VIRGEM MARÍA DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EM LAS NACIONES EN OURÉM, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Como hace ciento un años atrás, el Sol de Dios vuelve a brillar en Fátima trayendo la paz para el mundo y la Misericordia del Redentor para las almas.

Este es el mayor testimonio de Amor del Dios vivo para con toda la humanidad y el planeta.

Hoy traigo a Mis Pies, queridos hijos, las banderas de dos naciones del mundo: la de Nicaragua y la de Eritrea, para que con este símbolo, sus corazones comprendan en dónde está la Madre de Dios buscando el amor de Sus hijos, intentando proteger a los heridos y socorrer a los que más lo necesitan.

Hoy, uno a las dos naciones en un solo corazón y en una misma sintonía, para que la Gracia de Dios descienda sobre ellas y se establezca la paz, el fin de la guerra y la persecución entre los hombres, porque así, Mi Inmaculado Corazón triunfará.

Hoy, con la oración de su pueblo pude realizar muchas cosas en el mundo. Ustedes saben, hijos Míos, de la gran necesidad planetaria, de la necesidad de amor, de misericordia, de perdón, de cura y de redención.

Por medio del camino de su oración diaria, Yo les puedo conceder todas esas Gracias y muchas Gracias más, las que ni siquiera podrían imaginar.

Mi Corazón está con el corazón de Mis hijos. La Señora de Nicaragua está con el pueblo que clama, y a través de las oraciones de Mis hijos Yo tejo el Manto oculto de la Paz, en donde coloco a todos los que necesitan estar en Dios, resguardándolos del mal y del peligro.

Aunque su pueblo esté agitado, no pierdan la fe. Confíen en el poder de Mi Corazón Inmaculado y la Sabiduría de Dios estará en sus mentes y en sus corazones, para que puedan ser guiados por el camino del Bien y de la Luz, para que esa guía beneficie a muchas almas más, especialmente a las que están en peligro y que corren gran persecución.

Hoy traigo a Mis Pies también la bandera de Eritrea, porque amo a ese pueblo sufrido que aspira, algún día, a encontrar la paz.

Así como oran por las naciones del mundo y para que los graves acontecimientos no devengan, Yo también les pido, hijos Míos, que coloquen en su corazón a Eritrea, a fin de que ese pueblo se pueda recuperar y alcanzar la paz, vivir la esperanza de Mi Hijo y estar inmersos en Su Divina Misericordia, sin necesidad de refugiarse en otros países para escapar del horror.

Pero aunque esto sucede, hijos Míos, también Mi Corazón Inmaculado está en África, está en el corazón de los de Eritrea, para que puedan promover la paz por medio de la oración, de la súplica y especialmente, de la comunión con Mi Hijo; para que el Sacramento de la Eucaristía conceda discernimiento y sabiduría a los líderes de esas naciones, para que se den cuenta que ya no es necesario sufrir, sino amar, amar con todo el corazón y toda el alma, así como Yo los amo, hijos Míos.

Porque ese Amor que Yo les tengo es lo que Me permite estar aquí en este día, anunciando al mundo y a la humanidad que la Madre de Dios, la Señora de la Paz, está con Nicaragua y con Eritrea, así como está con todas las naciones del mundo, especialmente con aquellas que toman decisiones equivocadas y que comprometen la vida espiritual de millones de almas en el mundo.

Vengo a desatar los nudos de la consciencia humana por medio de sus súplicas y de sus oraciones.

Hoy, la ofrenda de todos los orantes del mundo en esta vigilia de oración ha permitido detener grandes desastres; especialmente graves decisiones que condenarían al resto de la humanidad.

Con esto, queridos hijos, Yo les hago ver la importancia de la vida de oración, de la vida constante de oración y de la perseverancia en la oración, para que sus labios no se cansen de pedir a Dios por Misericordia, porque la Misericordia salvará al mundo, y así, la Justicia Divina se detendrá y el mundo no deberá volver a sufrir, como en el siglo pasado.

Vengo como Madre de la Luz a conceder la cura a las profundas heridas humanas y todos los que responden a Mi llamado en las diferentes naciones del mundo; dejen que sea una sola consciencia.

Esto abre la puerta, queridos hijos, para que la Gracia de Dios pueda entrar en las naciones, especialmente en aquellas que más necesitan de misericordia y de perdón.

En este día, en esta noche de Gracia, vengo a hablarles nuevamente del compromiso de la vigilia de oración por la paz en las naciones, la que será fundamental y primordial para los próximos tiempos, a fin de mantener la estabilidad en el planeta, y sobre todo el equilibrio del psíquico de la humanidad.

Cada oración que sea ofrecida y que será ofrecida, será bien recibida por el Reino de los Cielos. Y no solo sus vidas se irán transformando, sino que el mundo se seguirá convirtiendo para reconocer la Voluntad de Dios y algún día, por la Gracia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, establecer los mil años de paz.

Algún día retornaré a Centroamérica a restablecer el Reino de Dios, que quiere ser removido por Mis enemigos. Pero no se amedrenten; recuerden que Mi Inmaculado Corazón triunfará, le traerá al mundo la Paz, aunque él se purifique, aunque él atraviese este agudo tiempo final.

Esta noche Me despediré de ustedes, hijos Míos, concediéndoles una Gracia espiritual por su esfuerzo, sacrificio y empeño para llevar adelante esta Obra de Paz en el mundo, siguiendo los pasos de los Mensajeros Divinos en esta importante Red de Oración que es gestada por sus corazones, para generar más paz en el planeta, alivio y cura a todas las almas de la Tierra.

Eritrea es un país que debe ser considerado por todas las naciones del mundo, porque allí existen almas que son merecedoras de la Misericordia de Dios y que a través de la cooperación, caridad y fraternidad, de los demás países, puedan recibir una oportunidad de ser alguien en la vida.

Por eso, hijos Míos de las demás naciones del mundo, Yo los invito a abrir aún más el corazón para acoger en sí la verdadera necesidad espiritual de ese pueblo, que necesita del auxilio de todos, no solo para poder establecer la paz, la dignidad social, el bien y la cooperación, sino también para restablecer el Reino de Dios, como una vez lo estuvo en los principios de la vida de Moisés.

Así podrán hacer valorar los Mandamientos, que nacieron en esa región del mundo por pedido de Dios y que enseñaron a la humanidad, y siguen enseñando, los primeros pasos en la vida espiritual, a fin de convertirse en dignos hijos de Dios, siguiendo los pasos de la Ley y de la Voluntad Divina.

Eritrea es un país que debe ser curado, no solo por el servicio humanitario, sino también por las oraciones de todos Mis hijos, especialmente por el acogimiento que los corazones de las demás naciones puedan hacer por aquellos que más lo necesitan, así como por el resto de África, que espera por más compasión, solidaridad y ayuda humanitaria.

Esta ayuda que Yo les pido no nacerá de las grandes naciones del planeta, sino de las simples naciones del mundo que aún no han perdido el espíritu de la solidaridad y que podrán entender lo que Yo les pido.

Así, les pido que no teman abrir las puertas de sus hogares para refugiar a aquellos que más necesitan de esperanza y de paz, porque algún día, ustedes también podrían necesitar de esa paz y de esa esperanza.

Invito a los adultos en la vida del espíritu a tomar consciencia de esto y a postularse para ayudar a esas naciones, que esperan por solidaridad. Así estarán consolando a Mi Inmaculado y Materno Corazón y concediendo al mundo una Gracia que tal vez muchos no merecerían, pero que será posible por su espíritu de incondicionalidad y de servicio.

Eritrea debe ser un país repoblado de esperanza, que transmita la alegría de vivir en Dios como una vez lo transmitió, para que el espíritu consolador, que es el Espíritu Santo, colme con Sus Dones esa tierra y ese pueblo, trayendo la renovación y la cura para todas esas consciencias.

Es así, queridos hijos, que a partir de este día, en la oración semanal por África, Yo les pido que coloquen en sus corazones a Eritrea, para que Mi Obra pueda llegar allí, para que la Voluntad de Dios se cumpla con la ayuda de todos y en ese país se alcance la Paz.

Mi alegría es infinita al tener presente un representante de ese pueblo.

Mi dulzura Maternal está en esos corazones necesitados, cicatrizando profundas heridas, purificando profundas secuelas, concediendo paz en el mundo interno de Mis hijos de Eritrea.

Yo Soy la Madre de los refugiados, la Consoladora de la Paz, el Ave de la esperanza, la cura para las esencias, el consuelo eterno para los corazones.

Yo Soy la Reina de la Paz y la Gran Madre de África, la que tiene Su Corazón en el centro de ese continente haciendo palpitar en ese lugar y en todas las naciones del África, la esperanza y la alegría de reencontrar, de ciclo en ciclo, a Dios.

Hoy concedo a este hijo de Eritrea la bendición del Padre Celestial para su nueva tarea.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que el Espíritu de la Paz esté contigo y este Espíritu de Paz se propague en Eritrea y en el mundo, trayendo esperanza y renovación a las vidas que más han sufrido por la injusticia social y por la indiferencia.

Es misión de los europeos asumir Eritrea. Es su deber y su compromiso, así como a las demás naciones de África, para que la expiación sea concedida a ambos continentes y se cierre el ciclo de la persecución y de la esclavitud, y así, se abra el ciclo de la Luz y de la Esperanza, de la Misericordia y de la Redención.

Hoy deseo que desde este corazón africano, parta el Amor para todos los corazones del África, al igual que de todos los corazones que están aquí presentes y que están acompañando este momento con la Madre de Dios.

Quisiera escuchar de nuevo esa canción que recuerda, que trae a la memoria la Presencia de la Señora de Kibeho, Patrona de Ruanda y de toda África.

Les agradezco en esta noche por haber respondido a este importante llamado.

Dios los bendiga y les conceda la Paz. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 3, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

 

Mi Dios, 
yo creo en Ti, yo te adoro,
yo te espero y yo te amo.

Y te pido perdón,
por los que no creen en Ti,
no te adoran, no te esperan
y no te aman. 

Amén.

 

Hijos de Mi Padre, escuchen bien lo que les diré:

Aquí está presente el testimonio de Mi Amor vivo por ustedes. Dichosos los que lo contemplan de corazón porque merecerán la vida eterna.

Escuchen, tribus de Israel, hoy extendidas por toda la Tierra. Escuchen, pueblos de Oriente. Escuchen, pueblos de Occidente, que Mi Voz resuena en los cuatro puntos de la Tierra.

Escuchen a su Señor, que está declarando a la humanidad el último tiempo de Su Misericordia.

Levanten las banderas de la paz entre todas las naciones de la Tierra. Enciendan en sus corazones la llama de la pacificación. Que entre hermanos se reconcilien. Que entre las tribus se unifiquen y que todos sean exaltados por la venida del Hijo de Dios.

Aquí está el testimonio de Mi Amor por ustedes, hecho Cuerpo y Sangre, para la reconciliación de la humanidad con Dios. Dichosos son los que lo contemplan en la Adoración y en la Comunión.

Escuchen Mi Voz, tribus de Israel. El Señor Todopoderoso está enviando a Su Hijo por segunda vez. Dichosos de los que creen en Sus Palabras, porque sus ojos se abrirán para poder verlo, cuando Él llegue en el momento menos esperado, glorioso y sublime entre las nubes, anunciando al mundo el fin del dolor y el resurgimiento de la esperanza en los corazones.

Tribus de Israel, hijos de David, ya no se opongan los unos a los otros. Que las naciones ya no se levanten las unas contra las otras. Mucha sangre inocente está siendo vertida en el mundo.

Hoy vengo aquí por Mi amada Tierra Santa, por Egipto, por Eritrea, por Sudán, por Siria, por Turquía y por Grecia. Que escuche la humanidad la Palabra de Dios, mientras los ángeles se postran ante la Divinidad del Hijo de Dios.

Resígnense por aquellos que no lo hacen. Humíllense por aquellos que no se humillan ante Dios. Que escuchen la Palabra de Dios, todos los corazones. Que escuchen la Palabra del Hijo del Padre, impregnada por Su Divina Misericordia y por Su profunda Piedad.

Que se unan las lenguas y los pueblos. Que ya no existan las fronteras ni las barreras. Que cada uno acoja a su hermano y semejante, para que el Reino de Dios los guíe en esta hora sangrienta de la humanidad.

Sean bendecidos los presentes por Nuestro Padre Abba. Sean bendecidos los que no son bendecidos. Que reciban del Corazón del Hijo de Dios el aliento para retornar a la esperanza, la alegría para seguir viviendo, la cura para sanar sus heridas más profundas.

Quiero que escuchen la voz de Aquel que estuvo entre ustedes como Hermano y que, nuevamente en esta semana, vuelve a verter Su Sangre Espiritual sobre el mundo, para que la Justicia Divina no descienda sobre gran parte de la humanidad.

Quisiera que hoy sus corazones, ante la adoración de Mi Cuerpo Eucarístico, terafín universal de todas las humanidades, ustedes pudieran asumir con consciencia y de corazón a las naciones del mundo que sufren su propia agonía. En esta Sagrada Semana ofrezcan, amigos Míos, Mis siete agonías por Egipto, Eritrea, Sudán, Nigeria, Israel, Grecia y Siria. Yo dejé en aquel lugar un tesoro para el mundo que muchos aún están buscando en su peregrinación de fe.

Pero vengo aquí a Sudamérica para demostrarles la omnipresencia del Hijo del Altísimo porque, en Su omnipresencia, Él ama a Sus criaturas en la esencia de sus espíritus y almas, constituidas por la molécula del Amor de Dios desde el principio de su existencia.

Hoy no solo quiero que sean corazones sinceros, sino fieles a Mi Llamado. Estoy abriendo las puertas para que ingresen a las nuevas escuelas que Mi Corazón les ofrece, en Su inmensidad e infinidad.

Hoy siete adoradores, de esta Orden que Yo he constituido, ofrecerán a Su Señor, a Su Santísimo Esposo Eucarístico, la llama de sus corazones, encendiendo una vela a los pies de este Santísimo. Y lo harán por cada una de las naciones que Yo he nombrado, que sufren el terror y la pérdida inmensa de Mi Divina Misericordia.

Las espero para poder continuar. Mantengan su atención en el Santísimo Sacramento del Altar, porque Mi Cuerpo Eucarístico y Mi Divinidad están presentes, trabajando con el mundo entero.

Entonen esa canción, mientras espero.

Y así, Yo les encomiendo, queridas hijas, que oren, al igual que muchos más, por cada una de las naciones que les he nombrado, las cuales son parte del dolor de Mi Corazón, en esta Sagrada Pasión que en este tiempo estoy compartiendo con todos ustedes.

Alivien la agonía de Mi Corazón para que, pudiendo salir de sí, se unan a Mí como tantos siervos Míos para clamar por esta raza que está perdiendo su Proyecto. Pero Mi Divina Misericordia supera todas esas cosas cuando sus corazones se unen a Mí en constancia y fe y, a pesar de lo que suceda, responden a Mi Corazón misericordioso, para que Yo pueda ser Misericordia en ustedes, y ustedes sean Misericordia en el mundo que está sufriendo muchísimo.

A todas Mis hijas y Mis hijos adoradores, hoy les entrego el mayor tesoro de Mi Consciencia que es la Comunión espiritual de su Maestro y Señor. Porque cada vez que adoren al Santísimo Señor, en el silencio de sus espíritus, deben saber que estarán comulgando plenamente todos los días Conmigo, hasta que se pueda cumplir Mi Plan de Paz.

Los ángeles, al igual que ustedes, criaturas semejantes a Dios, tienen en sí el potencial de divinizar las cosas cuando aman profundamente y con confianza.

Les pido a todos Mis siervos, consagrados o no como adoradores, que cada día más se animen a penetrar en este misterio, en este terafín y en este símbolo, que los elevará en humildad, renuncia y sacrificio por todo lo que su Maestro desea cumplir en el mundo.

Hoy, a cada uno de ustedes, compañeros, los tomo de la mano para que acompañen a su Señor en esta agonía, que ve suceder en el mundo, día tras día, y que no se detiene. Pero el Poder de Dios es más fuerte que todos los hombres y que todas las naciones.

¡Ay de aquellos que hacen el mal a sus hermanos! En el día de Mi venida al mundo Me temerán por tanto Amor que Yo emanaré para todos los confines de la Tierra, hasta que surja la nueva humanidad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Nos ponemos de pie.

 

Hijos de Mi Padre, reverencien a Aquel que viene entre las nubes trayendo el Amor de Dios y la Misericordia, y haciéndola viva en todos los que confían en Su Sacratísimo Corazón.

Yo estoy aquí para estar cerca de ustedes y no separarme jamás, porque lo que Yo tengo para cada uno es eterno.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos.

 

Mientras preparo el altar, para bendecir el agua que bautizará a las almas en el Espíritu Santo, unámonos en este momento a la Fuente del Amor de Dios, que es la que santifica a las consciencias que se unen para vivir en sus esencias estos sacramentos, en representación de muchas almas más.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Señor se está preparando para vivir el momento más doloroso de Su Pasión por la humanidad. Y ustedes deben ser sacramentados para poder acompañarlo en este camino de búsqueda incesante de Su Corazón.

 

"Señor, exorciza este incienso para que sea tan sublime como los ángeles del Cielo, que liberan de las fuerzas del mal a todas las criaturas de la Tierra.

Padre Eterno, bendice esta agua, para que sea más casta y más pura, y sea tan bendita así como Tú lo eres en el Universo.

Amado Padre, bendice estas velas para que sean Luz Divina en el mundo, así como Tú te hiciste Luz y expansión de Consciencia en todo lo creado. Amén.

Señor, Adonai y Padre Altísimo, Tú que creaste el agua para generar la vida en las consciencias; Tú que hiciste nacer este elemento para que todos pudieran aspirar a encontrar Tu sublime castidad; Tú que has dado este elemento a todos los planetas y estrellas para que esta agua se comportara como una fuente de cura y reparación de todas las heridas que Tus criaturas vivirían a través de los tiempos, haz que ella espeje Tu Amor en aquellos que serán sacramentados en este día. Haz, Señor, que ella, en su castidad y esencia, expurgue, purifique y limpie lo impuro para que cada corazón que será santificado, encuentre la cura, la renovación y la paz. Que así sea.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aquí, en este momento, Adonai y a través de estos elementos que son parte de los humildes que aran la tierra para que nazca el trigo y de los que cosechan la vid para nutrir sus cuerpos, hoy Me vuelvo a entregar a Ti, Señor, tan pequeño, humilde e insignificante entre Tus hijos, para que a través de esta transustanciación, los corazones encuentren refugio en Mi Espíritu.

Elevo Señor, esta ofrenda, Adonai, Emmanuel, Abba, a los pies de Tu altar para que sea derramada Tu Gracia en Mí, y Mi Gracia sea en ellos, en todos los que sufren y padecen las guerras. Que así sea".

Y hoy también pediré una canción, compañeros, para poder elevarla a Dios, clamando por esta Misericordia para la humanidad; una canción que representa el amor a la Palabra de la Jerarquía Universal y Celestial, porque Mi Palabra es como el agua que quita la sed. "Mi Palabra es agua viva".

Les agradezco por estar en Mí y por permitir que Yo esté en ustedes.

Oremos un Padre Nuestro por todo el planeta.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro te honramos, Señor. Amén.
 

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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