Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 130.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mira ahora, con atención, cómo está Mi Cuerpo Divino y Glorificado, revelando los novecientos setenta y siete golpes y flagelaciones que Yo recibí por cada uno de los pecados que asumí por Amor en el Huerto Getsemaní.

Mira cada una de las marcas y de los estigmas que hoy Me dejan todas las situaciones adversas del mundo; pero Mi Corazón, que es infinito en Amor y en Misericordia, arde y al mismo tiempo rebasa en Gracias eternas e inextinguibles.

Mira con devoción y reverencia cómo el propio Cuerpo, Alma y Divinidad de Cristo se humillaron para otorgar a los más pecadores todas las Gracias que las almas necesitan.

Contempla ahora, ante el ardor que siente Mi Corazón, cómo las situaciones del mundo, y principalmente de las almas, Me dejan una vez más semidesnudo; así como fue en lo alto del Monte Calvario cuando los soldados, en su ceguera y negación, echaron a suerte cada parte del Manto que cubría el llagado Cuerpo del Señor.

Imagina que Me vuelvan a hacer esto; ya no lo podría soportar, no por los dolores causados, sino por la negación aún provocada por muchos ante el ofrecimiento de Mi Amor Redentor.

Deseo tener odres nuevos en Mis Manos para que los códigos de Mi Sangre y de Mi Agua vuelvan a ser depositados en los corazones que se ofrecen a vivir su tiempo de purificación, así como el pequeño Niño Jesús lo vivió por ustedes en el sagrado ofrecimiento del Templo.

Porque recuerden que, ante todo, incluso ante las tinieblas desconocidas de estos tiempos oscuros, la Ley y la Luz siempre prevalecerán, porque para la Ley de Mi Padre no existe lo imposible o lo inalcanzable, siempre y cuando Su sagrado pueblo y cada una de Sus criaturas sobre la faz de la Tierra cumplan y vivan en la Ley, que vuelve sagrado el espíritu y ennoblece la consciencia que sigue a la Ley como una guía imprescindible para el camino espiritual.

Vigilen pues, en este tiempo crucial, porque el Señor se reaproxima para poder volver a reunir y a unir a Sus ovejas dispersas y a algunas ovejas perdidas en cosas muy superficiales.

Comulguen de este momento Conmigo y recíbanlo como una Gracia y una amnistía extraordinaria por todos los que, en la guerra, en la persecución, en el exilio y en la enfermedad, viven la injusticia.

Yo Soy la Luz y esta Luz, que es Cristo, viene a ustedes en nombre de Mi Padre, para que esta Luz interior y eterna, que es imperecedera, aparte la sombría corteza de las confusiones, de los disgustos y de las diferencias; porque Yo los llamo a ser uno en Mí, para que su Maestro sea Uno en cada discípulo y servidor; como una vez les dije en el Evangelio: “En este mundo no se puede servir a dos señores, porque el Señor único y omnipotente es tu Dios, que está en los Cielos”.

Ahora, ¿comprenden por qué Yo mismo tracé una línea en el suelo? ¿Comprendieron el significado de este símbolo espiritual?

Yo he venido para que tuvieran vida en abundancia y esta vida interna, que Yo les ofrezco, está libre de pretensiones, de libertades propias y de decisiones unilaterales; porque la verdadera libertad les es otorgada en el espíritu, que es quien rendirá su síntesis cuando un día esté delante del Padre Celestial.

Esta Maratón de oración es realmente diferente. Espero que la presencia de los Míos sea profunda y no pasajera, porque Yo retorno aquí no solo porque ustedes lo necesitan, sino también porque la humanidad entera lo necesita, y respondo en gratitud y en obediencia al Gran Eterno.

Que el reencuentro con la vida interior en cada uno sea una realidad que vuelva a emerger, para que la vida del espíritu les dé fuerza y renovación en el final de estos tiempos; momento tan necesario para que cada uno tome sus decisiones con discernimiento y sin precipitarse demasiado, porque en el precipicio está el mundo por haber abandonado la comunión con la Ley y, sobre todo, con el sentimiento elevado de la gratitud, de la reverencia y de la austeridad.

Los animo a ir hacia adentro del mundo interior y a estar en silencio ante Mi Verdad, Verdad que ya les revelé en diciembre pasado.

Les deseo el bien y la paz duradera a todos.

La puerta de la Verdad de Dios está abierta, ¿quién la reconocerá?

Les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SÉPTIMO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En la gran estrella de Andrómeda fue en donde Dios depositó Su gran aspiración por esta humanidad y por otras.

Andrómeda es el regente de su Sistema Solar y de otros. Fue allí, a esa parte del universo, adonde los Padres Creadores una vez llegaron para sembrar en el universo material el Plan de Dios a través de un Proyecto Divino, que primero debía surgir y manifestarse en la Gran Estrella de Andrómeda.

Los que allí llegaron fueron seres del universo mental, seres muy iluminados en la Ciencia y en la Sabiduría Divina. Fue así que los Arcángeles enviaron a los Hellel, para que pudieran gestar ese Proyecto de Dios en esa parte del universo. Esto es lo que hoy les muestra Mi Iglesia Celestial a través de su portal principal.

Estamos yendo a la verdadera ciencia de su origen, para que puedan comprender cómo actuaron las Leyes Divinas en un universo creador, para gestar después las Leyes Universales, que luego serían los Mandamientos y que son parte de la gran lección de todas las Leyes Universales.

La vida no podría surgir sin estar regida por una Ley. ¿Cuál sería el sentido de existir la evolución en el universo sin la presencia de la Ley?

Para que se pueda manifestar el Propósito Divino es necesaria la Ley. Por esa razón, el Padre así lo determinó, y la Gran Estrella de Andrómeda fue escogida para que, desde el Universo Mental, viviera esa experiencia.

Los Hellel, los Resplandecientes, los seres angélicos más sutiles del Universo Mental, nunca descendían de ese lugar, solo cuando los Arcángeles se lo solicitaron para que, a partir del universo mental, se llevara adelante en Andrómeda ese Proyecto Divino que era el surgimiento de humanidades tan semejantes a la vuestra.

¿Por qué Andrómeda fue escogida y no otro lugar del universo? ¿Y por qué hoy Andrómeda sigue siendo el Centro Regente de este Universo Local?

Todo parte de un sentido divino y oculto que está dentro de la gran Ley del Misterio de Dios, en el cual el Pensamiento Divino fue el que, en otros tiempos, en tiempos muy antiguos, promovió el surgimiento de la vida en este universo.

Así como Dios pensó en Su Proyecto humano, pensó también en otros Proyectos que siguen evolucionando semejantes a este. Con otros grados de consciencia y de evolución, las diferentes criaturas del Padre viven sus aprendizajes y escuelas para alcanzar la experiencia de los grados de amor.

¿Pero qué hay dentro de este Proyecto de la humanidad que lo hace tan importante para el resto del universo? Lo que otros universos no tienen, como ustedes lo tienen, es la llamada Esencia Divina, que los hace dignos en el Padre e hijos de Él. Eso es lo que permite que ustedes hoy estén aquí, a pesar de los errores.

En Andrómeda el propósito era muy grande; el desafío podría ser imposible, pero no podía tener fallas.

En aquel tiempo, la evolución de la consciencia era diferente. Antes de que se decidiera que existiera una humanidad como esta, que está en la superficie, solo el Padre sabía lo que iba a suceder. Por eso, Él creó las Leyes, primero en el Universo Mental, para que se cumplieran Sus pedidos y se realizaran Sus aspiraciones de tener criaturas semejantes a ustedes, que aprendieran a reconocerlo y a amarlo como Fuente Divina, como Esencia de Amor, como Poder Supremo.

Hasta ese momento, en Andrómeda todo estaba en curso. El Plan estaba pronto para ser llevado adelante.

Así fue que los Hellel, en una fuente de Luz semejante a la Fuente Única, dentro de la gran estrella de Andrómeda, crearon a los primeros representantes que llevarían adelante esta y otra humanidad.

Era necesario que hubiera intermediarios en este Proyecto no solo para acompañarlo y guiarlo, sino para que la primera humanidad que surgiera en la Tierra a través de Adán y Eva, pudiera seguir las directrices divinas que fueron encomendadas por los Hellel a esas consciencias superiores, que eran intermediarias entre el Cielo y la Tierra, entre su humanidad y el Universo Mental.

En ese tiempo, la primera experiencia de amor fue llevada adelante. No estaba en la Mente de Dios descender a la Tierra como el Cristo, para redimir a la humanidad. Pero el Proyecto se desvirtuó, no siguió el camino correcto por la elección de los hombres y mujeres de aquel tiempo.

Pero había algo en todo eso que no se podía perder, era la esencia del Propósito que había sido pedido y solicitado por el Padre a los Arcángeles, y los Arcángeles a los Hellel.

Desde que fue establecido el Proyecto en Andrómeda y partió desde allí hacia otras partes del universo, las humanidades, en sus diferentes escuelas y enseñanzas, debían mantener viva su esencia divina para comprender, en su evolución, al Proyecto de Dios y entender que la vida había sido creada para adorar a Dios, para amarlo y reverenciarlo, así como Él los ama, los reverencia y los adora como parte de Su Paternidad.

Hasta ese momento, Andrómeda consiguió desarrollar lo que el Padre necesitaba. Los Resplandecientes llegaron para instalarse por un tiempo determinado. Fue el gran momento de manifestar el pedido de Dios, en el que las primeras trece humanidades debían existir en el universo material, siendo que una de las trece humanidades tendría el don de la conexión divina y del contacto angélico. Y esa humanidad es la vuestra.

¿Ahora comprenden la importancia de que este proyecto dé resultado?

La llave maestra para superar la dualidad es el Amor. El Amor no puede ser destruido por el adversario, así como él intentó destruir el proyecto muchas veces, tentando a Adán y Eva al gran desvío de todos los tiempos, con el fin de que no se cumpliera lo que Dios necesitaba.

Pero la aspiración de Dios no fue impedida. Muchas consciencias del universo llegaron a la Tierra para socorrer a la humanidad, porque lo que había sucedido en Andrómeda había sido muy importante.

Un cónclave espiritual fue realizado en aquellos tiempos, cuando aún no existía la consciencia humana ni siquiera la elaboración de la primera parte del Proyecto, porque era solo una aspiración del Universo Mental para después ser una realidad en el Universo Material.

¿Por qué el Proyecto de Andrómeda no se completó en la Tierra, con toda la asistencia que le fue concedido? ¿Por qué las consciencias superiores no consiguieron cumplir lo que les pidieron los Hellel?

Tienen que tener consciencia, compañeros, de que un Padre Creador había fallado y que fue absorbido por su desobediencia.

A partir de allí todo cambió. El Padre Eterno, por un momento, estuvo ante una incógnita. ¿Qué sería de la Creación si Su Proyecto no se cumpliera como Su Consciencia Única lo había determinado? ¿Cuál fue la razón de desobedecer a Su Ley y a Su mandato, y de no haber comprendido que el centro de Su Poder es el Amor y no la autoridad?

El errado Padre Creador no pudo ver más allá de los hechos. Por eso negó al Padre Eterno y todo cambió. A partir de allí la evolución fue dividida por el primer error de Adán y Eva. La manzana de la tentación los abrazó y el Proyecto genético cambió de la noche a la mañana.

Salieron de la inmortalidad e ingresaron a la mortalidad. Sucedió algo inesperado, el hombre y la mujer de la Tierra despertaron a la vejez, algo que no estaba previsto porque Dios había pensado en una humanidad eterna e inmortal.

Después de veintiséis mil años de haber surgido el primer Proyecto en la humanidad con Adán y Eva, llegó Abraham, que fue el primer y gran patriarca, que tuvo que enfrentar el momento más duro de su vida, llevar a su pueblo a vivir en la Ley y no en la desobediencia.

Abraham lo consiguió, pero Él tuvo que sufrir mucho porque Dios le pedía todo, sabiendo que de Su descendencia después nacería el Cristo.

Por eso, lo que sucediera con Abraham y su pueblo era determinante. Ese fue el gran momento de corregir el Proyecto humano y de aprender a vivir correctamente las Leyes.

A partir de allí, el Padre Eterno vio que la humanidad nunca más podría estar desorientada, y que el rumbo de la humanidad dependería del cumplimiento de Su Voluntad y de Su Ley. Y eso ha sido así hasta los días de hoy por la intervención de los Sagrados Corazones, porque como parte de Dios conocemos su historia y somos parte de esta humanidad.

Mi Madre y Yo encarnamos para que hasta la materia viviera el proceso de redención y pudiéramos hacer cumplir lo que los Hellel habían determinado. Por eso, tuve que morir en la Cruz, ser negado y repudiado, humillado y flagelado para que el Proyecto humano fuera salvo y, en esta última oportunidad, a través de la Presencia de Cristo en la Tierra, se pudiera cumplir la aspiración de Dios, que Su Amor fuera parte de Sus criaturas para siempre.

Y así, Dios Me ha pedido servirme de Sus criaturas, de Sus hijos, a lo largo de los tiempos y de las generaciones, para que todas las almas posibles alcancen a vivir la vida crística, aun en los momentos culminantes, aun en los ciclos determinantes, hasta que se cumpla la Voluntad de Dios.

Aún la aspiración de los Resplandecientes está por ser realizada. Ese momento definitivo llegará con el Retorno de Cristo, cuando todo esté por cumplirse, cuando las profecías se manifiesten y la humanidad tome consciencia, en la última hora, de estos acontecimientos.

Es así que el Libro Sagrado de los Hellel aún está incompleto. Es la historia de sus vidas que lo completará. Es el valor que, por el precio de Mi Sangre, todos ustedes le puedan dar, para que ese Libro termine de ser escrito por las propias manos de los Resplandecientes.

Su vida y la vida de cada ser de este planeta debería estar escrita en ese Libro Sagrado, como testimonio del cumplimiento de la Voluntad de Dios, así como está la Vida de su Señor escrita en el Libro de los Resplandecientes.

En este séptimo día les dejo esta revelación para que comprendan y sientan lo que el Padre está sintiendo y viviendo, que este momento es culminante y no habrá otro. Por eso, Él Me envía como Su Mensajero, para que no solo en Mi Misericordia vivan estas cosas, sino también las cumplan, así como está previsto.

Hoy su parte humana está ante la Verdad de Dios, para que cada día más se vuelva consciente y responsable, porque estamos ante el último gran tiempo, el tiempo de la llegada, del Retorno del Hijo de Dios.

Que Dios los haga humildes para escuchar Su Mensaje y Su Palabra, para ir más allá de sí mismos y cumplir Su Voluntad.

A través de la Gracia del Sacramento de la Eucaristía, comulguemos de este misterio y de esta verdad de Dios, para que la humanidad pueda dar una respuesta ante el Proyecto no finalizado.

Celebremos.

Nos colocamos en primera persona delante de Nuestro Señor Jesucristo, para recibir Su bendición y Su Gracia Divina. Nos unimos de corazón a esta oración por todos los sacerdotes:

Señor, 
que mi espíritu sea purificado
en este momento,
para que yo pueda participar
de Tus misterios insondables de Amor.

Señor,
que mi alma sea purificada
en este momento,
para que yo pueda ser merecedor
 de todas Tus Gracias. 

Señor,
que mi mente sea purificada
en este momento,
para que mi consciencia esté unida
 a la Divina Mente de Dios, y así,
pueda tener la Gracia de cumplir, amorosamente,
con este santo sacramento.

Señor,
que mi corazón sea purificado
en este momento,
para que mis sentimientos estén unidos
a Tu purísimo sentimiento
de Amor por la humanidad.

Señor,
que mis manos sean purificadas
en este momento,
para que sea digno de participar
de la celebración y de la consagración
de Tu Cuerpo y de Tu Sangre.
Purifica mis manos de todo
lo impuro e incorrecto que he hecho,
para que sea bendecido
al poder tocar Tu glorioso Cuerpo.

Señor,
que mis ojos sean purificados
en este momento,
de todo lo que miro fuera de la Ley,
para que, durante la celebración,
siempre mi mirada esté fija solo en Ti.

Señor,
que mi boca sea purificada
en este momento,
de las palabras, dichos o juicios
que yo haya pronunciado contra el Amor de Dios,
para que todo lo que diga, a partir de ahora,
sea la Santa Palabra de Tu Evangelio,
bajo la Gracia del Espíritu Santo.

Señor,
que mis oídos sean purificados
en este momento,
de todo lo que yo haya escuchado,
para que a partir de ahora
solo escuche Tus Palabras,
y practique, como sacerdote,
todas Tus enseñanzas.

Señor,
vacíame en este momento,
para que no sea mi persona la que actúe,
sino la fuerza y el poder de Tu Espíritu,
el que realizará milagros y prodigios
en esta Santa Eucaristía.

Amén.

Celebremos el misterio del Amor de Cristo presente en la Eucaristía y; ante la Presenciade Nuestro Señor; de los Resplandecientes, los Hellel; y de nuestro Padre Creador; no solo ofrezcamos este Sacramento como rendición de la condición humana, sino también ofrezcamos nuestras almas y corazones como testimonios y acción de Gracias por todo el Amor de Cristo recibido a través de los tiempos.

Por eso, antes de Cristo haber sido entregado, Él tomó el pan, lo elevó dando gracias al Padre para que fuera bendecido como Su Glorioso Cuerpo, para que fuera transubstanciado por los ángeles del universo, como justificación y perdón de los errores humanos. Enseguida lo partió y lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen y coman porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Enseguida Él tomó el Cáliz y se lo ofreció al Padre por la redención de la humanidad, para que fuera convertido en Su Sangre. El Cáliz fue bendecido y la oración del Hijo fue escuchada por nuestro Padre Creador. Enseguida Él se lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Memoria Mía".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Padre Nuestro (en español e inglés).

Que la Paz, el Amor y la Luz de Cristo desciendan al planeta.

Señor, 
yo no soy digno de que entres en mi casa, 
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme. 
Amén.

Padre Celestial que a todos conduces, 
acepta nuestra oferta de entrega a Ti. 
Guíanos por el camino del Amor 
para que Tu Voluntad sea hecha. 
Amén.

El Plan de Salvación de Cristo está aconteciendo y esa es la esencia de Mi venida aquí como Mensajero de Dios, como Hijo del Padre, para que todos sean rescatados por Mi Amor.

Les agradezco escuchar en este momento la alabanza “Rescatados por Tu Amor”, para que entiendan la esencia del mensaje que hoy fue entregado, porque todo siempre partirá del Amor y el Amor les traerá la Gracia.

Yo los bendigo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias Señor, por cuánto nos das!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 82.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy necesito que coloquen en consideración todo lo que hice en este lugar y en otros lugares del mundo, porque todo lo que sucedió tuvo un propósito mayor y desconocido para gran parte del mundo.

Colocando su consciencia en el sentido de lo que Yo quise hacer, sus comprensiones, su conocimiento y hasta su sabiduría, no se limitarán a la mente, sino al alma que es la que recibe el impulso de Mi misericordioso Corazón.

No habría otra forma de que Yo llegue al mundo, en este ciclo, para anunciar a la humanidad Mi Retorno. Pero aún nadie sabe cómo eso sucederá y lo que acontecerá en la hora en la que Yo retorne.

A través de los años Yo les di algunos ejemplos, pero depende de cada uno de ustedes profundizar en el sentido espiritual de ese acontecimiento.

¿Acaso Mi Retorno no sería parte de este acontecimiento actual? ¿Quién lo podría censurar? ¿Por qué razón habría que hacer eso? ¿Quién tiene la autoridad, el Padre o los hombres?

Así como Yo les hablo, en este momento, es como Yo hablé en el templo y en muchos lugares de Tierra Santa, para que las almas aprendieran correctamente lo que estaba sucediendo con la Presencia de su Maestro y Señor en aquellos tiempos.

Pero este tiempo es diferente. La humanidad es muy influenciada, el mensaje es modificado, usurpado e interferido, y las almas caen en esos grandes agujeros de inconsciencia e ignorancia; pero la Palabra de Dios es irrefutable, sobre todo, cuando ella desciende con poder y autoridad.

Yo vengo aquí a anunciarles la Palabra de Dios y ninguna otra cosa.

No soy el Cristo de la nueva era, soy el Cristo del ayer y de hoy, el Señor del eterno presente. He dado testimonio de Mi Presencia a través de los tiempos no solo dentro de Mi Iglesia, sino también fuera de Mi Iglesia.

¿Acaso la Casa de Mi Padre no es para todos? ¿Quién tendría autoridad para decir lo contrario?

El Poder está en Dios, en el Hijo y en el Espíritu Santo, y es en eso que Yo los invito a creer y a vivir. Así todos serán bautizados por Mi Espíritu, porque cuando Yo regrese al mundo, físicamente, vendré por todos.

¿Qué sentido tendría venir solamente por los cristianos?

El universo se moverá, los elementos se sacudirán y el planeta lo sentirá cuando el Hijo del Hombre retorne al mundo.

Yo vine y vengo por la humanidad, porque les enseño a religarse con Dios, a seguir las enseñanzas del Evangelio, a ser parte de la vivencia de los Sacramentos y a profundizar, día a día, en el sentido de la oración.

¿Eso solamente es para los que Me conocen? ¿Cuál sería la razón de haber muerto por ustedes?

Mi sacrificio fue por la humanidad entera y por todas las generaciones que pasaron por la Tierra hasta el presente. Y ese sacrificio seguirá teniendo valor, poder y autoridad, porque es el Padre que está en los Cielos, el que le da autoridad y poder. Yo soy parte del Padre y el Padre es parte de Mí, y todas Sus criaturas pueden ser parte de Mi Corazón misericordioso.

Mi mensaje es para los que están despiertos y para los que no están despiertos, porque Mi Propósito no es para los entendidos ni los eruditos, es para las almas que son las que deberán seguir viviendo en la eternidad, a Mi lado, para siempre.

Pero si Yo no hablo así para el mundo, la humanidad sigue sumergiéndose en la ignorancia y en la influencia de otros hombres.

Es momento de que comprendan este gran acontecimiento que están viviendo en este lugar y a nivel mundial.

Cuántas almas están siendo llamadas a renovar su fe, su compromiso con Mi Iglesia Celestial y el valor de los Sacramentos, que Yo les enseñé hace mucho tiempo.

Así siempre podrán estar a Mi lado y nadie ni nada los confundirá, porque estarán en Cristo y vivirán por Cristo, siendo celadores de las Enseñanzas que Yo les dejé no solo en el Evangelio, sino a través de este llamado que he reiterado en estos últimos siete años.

Ese valor del Legado que les entregué en estos últimos tiempos, que es parte de la Palabra de Dios para los corazones abiertos, no puede ser despreciado, desmerecido o censurado, porque en verdad, compañeros, nadie conoce la esencia de la Palabra de Dios y el poder transformador que ella tiene cuando llega a los corazones y a la vida de las personas.

El Cielo viene al encuentro de los autoconvocados, no de los que se resisten ni de los que niegan lo que sucede aquí. Cada uno vivirá lo que necesita. Recuerden que su elección es lo que los salvará o los condenará, y eso no depende de ninguna religión ni de ningún movimiento espiritual.

Pero Yo estoy aquí para mostrarles la Verdad. Yo les dije que soy la Verdad, el Camino y la Vida, y ustedes deben reconocerlo en sus corazones y en su unión Conmigo a través del Plan redentor de Mi Padre.

Hay un camino que aún la humanidad no recuperó, que es el camino de la redención. Por esa razón sufrí por ustedes, no solo en la Pasión y en la Cruz, sino en cada momento que estuve aquí entre ustedes anunciando Mi Buena Nueva.

Aún Yo seguiré viniendo al mundo cuanto sea necesario y cuanto lo necesite Mi Padre Celestial. Y eso no será impedido, obstruido o interferido, porque nadie conoce, en ninguna parte de este planeta, lo que significa el Poder y el Deseo de Dios.

Los invito en humildad y reverencia, y en profunda gratitud, a unirse a la Voluntad de Mi Padre, porque Yo soy parte de Su Voluntad. Si eso no fuera así no habría razón y motivo de estar aquí hablándole al mundo, llevando Mi Palabra a los corazones.

Despierten y no se dejen engañar. Muchos lobos circundan Mis Iglesias, y eso ya lo saben. La Iglesia tiene mucho que enmendar por sus hechos y acciones a través de los siglos.

¿Quién lo enmendará?

Por ahora, un solo hombre que ha dado la vida por Mí, no por sus palabras, sino por sus hechos, el santo Padre Francisco. Yo lo coloqué allí para que Me ayude en el momento más difícil de la humanidad y él sabe, en su corazón, que lo que Yo estoy haciendo aquí es cierto, porque infunde verdad de transformación y de redención de las almas, de renovación de la fe y de la unión cada vez más profunda con los Sacramentos.

¿Eso está fuera de la Ley?

Que sus corazones no se llenen de malas palabras, más bien que sus labios se llenen de oraciones, porque lo que ha sucedido aquí a través de los años es justo a los Ojos de Dios. Nadie tiene la autoridad de reprocharlo ni de juzgarlo porque Yo soy el Cristo, Quien lo ha pedido y establecido.

Si quieren saber la verdad, vengan a ver con sus propios ojos y a sentir con sus propios corazones. Las almas que aquí se encuentran han dado la vida por Mí y eso no puede ser ofendido porque estarán fuera de la Ley, y la Ley actuará conforme a sus acciones.

Yo les pedí que se amaran los unos a los otros, pero ustedes aún aman sus propias voluntades, por eso el mundo sufre. Y amarse los unos a los otros no es amar su propia creencia o religión, es amar a la humanidad, a los Reinos de la Naturaleza, a la Creación. No sean más injustos porque Yo ya no podré interceder por ustedes.

Ustedes saben a quiénes les hablo.

No puedo dejar que se engañen a sí mismos. Mi Presencia y Mi Palabra es para el mundo entero, porque cuando llegue el momento más difícil, que día a día se aproxima, en esa hora será en la que los hombres y mujeres de la Tierra, más allá de sus religiones o acciones, recibirán un potentísimo golpe en la consciencia, y cada uno verá delante de sí lo que ha hecho de esta vida. Y en esa hora, tendrán la última Gracia de arrepentirse o de condenarse.

Quisiera ocupar Mi Palabra en lo que verdaderamente le sucede al mundo, cuántas almas en el mundo que son sinceras y verdaderas, cuántos corazones que sienten sin comprender y sin ver, esperan por este momento, cada nuevo mes, para escuchar a su Señor y sacar fuerzas, valentía y esperanza entre tanta maldad y sufrimiento.

Yo los invito a guardar los Mandamientos, a vivirlos y a ejercerlos, pero es tiempo de que sientan y comprendan todo lo que Yo estoy haciendo, porque es por un bien mayor, por el bien del mundo entero, de los que más necesitan, de los que más suplican, de los que se pierden.

Yo los invito a que colaboren con la Obra de su Maestro y Señor, y a que no la censuren. No quiero ver a nuevos fariseos, porque ya los tuve frente a Mis Ojos.

¿Acaso condenarán lo que les estoy diciendo en este tiempo?

Yo sufrí por ustedes, fui fuertemente golpeado, azotado y malherido. Mi Cuerpo y Mi Sangre se derramó en cada paso del Calvario. Y aunque muchas veces sentí que no llegaría al fin o que moriría en el camino, la fidelidad, la obediencia y la transparencia de las santas mujeres y de muchos seguidores Míos, fue lo que Me dio fuerza para continuar, bajo el abrazo maternal de Mi Madre.

Yo necesito esa actitud de ustedes y ninguna otra, porque nunca comprenderán las cosas del Cielo si antes no las aman profundamente.

Amen lo que no está a su alcance y control, amen la Obra de la Misericordia de su Redentor en este tiempo.

Yo vengo a hacer en las naciones, apóstoles y misioneros Míos en el amor, en el servicio y en la oración.

Les dije todo lo que Yo esperaba porque Me lo permitieron.

Ahora los invito a que, ante el Sacramento del Altar, renueven su oferta a Mi Corazón, para que el Espíritu Santo les dé la Gracia del entendimiento y de la ciencia, para que el discernimiento y la sabiduría despierte en ustedes y sus corazones sientan la paz de lo que escuchan y de lo que viven a través de Mi Presencia como el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús.

Traedme aquí el incienso, para elevar este momento y la oferta de este altar a los Pies de Nuestro Creador. Espero que así lo hagan, en este momento, junto a Mí.

Pueden traer el altar.

Invitamos, a los que puedan, a que nos arrodillemos para esta consagración.

Sepan que lo que hice, hace más de dos mil años, y lo que hago en este tiempo, es solo por una razón: el Amor.

“Padre, acepta nuevamente la oferta de Tu Hijo, para que este pan se convierta en el Cuerpo de Cristo. Lo elevo ante Tu Presencia para que lo santifiques y a través de Él, santifiques a Tus hijos, para que estén prontos para recibirme en el esperado Retorno.

Por eso lo ofrezco a Ti y lo ofrezco a ustedes para que lo coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para la remisión de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.

Amén.

“Así, Padre Eterno, vuelvo a ofrecer el Cáliz, fruto de la redención de los corazones, para que sea aceptado por Ti y por los hombres, como medio de conversión y de redención de los corazones”.

Y les vuelvo a decir: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por su Señor para el perdón de las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.

Amén.

Cuerpo y Sangre de Cristo.

Oremos la oración que el Señor nos enseñó.

Padre Nuestro (en portugués).

Padre Nuestro (en inglés).

Anunciamos la Paz y la Misericordia de Cristo en la Tierra.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra Tuya bastará para sanarme. Amén”.

Hermano Moisés y hermano Camilo venid aquí, para servirse de este Sacramento.

Vamos a orar juntos, con el hermano Camilo y el hermano Moisés, ante Nuestro Señor Jesucristo, la oración del Ángel de Portugal, para que Cristo lleve esta oración en Su Corazón y la presente al Padre como ofrecimiento de las almas que se convierten a Cristo, en el Amor del Corazón del Redentor.

 Mi Dios, yo creo en Ti, yo Te adoro,
yo Te espero y yo Te amo,
y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(se repite tres veces en español y una vez en inglés)

Me despido de este lugar después de este encuentro de oración vivido con el esfuerzo y la dedicación de los corazones valientes, llevando en Mi Espíritu todas las súplicas, intenciones y oraciones de los que invocaron el poder de Mi Divina Misericordia. Todos esos esfuerzos, que muchos no pueden ver y que son silenciosos pero verdaderos para su Señor, en este día se convierten en Gracias y expiaciones para el mundo entero. Amén.

Me elevaré al Cielo y retornaré a la Casa del Padre, escuchando una última canción que cerrará y consumará este momento de instrucción y de conocimiento para las almas. La canción se llama “Descansaré”.

Les agradezco y los bendigo en Comunión espiritual e interna con el Sacramento del Altar. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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