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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando Yo vivía en Tierra Santa, Mi Hijo Me había encomendado que Me ocupara especialmente de las almas sufridas, y muchos ya conocen el silencio de María; ese silencio que llevaba, a través del ejemplo, la Presencia de Dios, la cura a los corazones, el alivio del sufrimiento de todos los que agonizaban en el dolor.
¿Por qué hoy les digo esto, Mis hijos? Porque Me alegra venir a esta casa, a una casa entre tantas casas en el mundo, en la que la familia es contemplada por Dios como Su Proyecto Primordial.
Todas las familias que ya están formadas en el mundo, como ya les he dicho, hijos Míos, están siendo atacadas y asediadas.
Por eso, también deberemos seguir orando por la unidad en las familias y especialmente la unidad en toda la familia humana; para que el espíritu de la solidaridad, de la cooperación y de la fraternidad estén presentes en estos tiempos tan críticos y difíciles para las almas que en diversos lugares del mundo enfrentan y atraviesan pruebas inesperadas.
Pero Yo, como una Madre Bondadosa y Misericordiosa, coloco en Mi Corazón y entre Mis Brazos a todos los que necesitan de Mi Paz en estos tiempos; porque sé que, a través de estos tiempos definitivos y sobre todo en este tiempo de purificación, los corazones necesitan imperiosamente reencontrar la paz, en un momento de caos desconocido para muchos.
Pero Yo, como una Madre Paciente y Amorosa, vengo a erguir nuevamente en Mis hijos lo que Dios les entregó en el origen; porque muchas de las situaciones que hoy viven el mundo y las naciones, situaciones que cambian los acontecimientos de la noche a la mañana, suceden porque esta familia humana de la superficie de la Tierra no solo ha rechazado la Ley, aun no conociéndola profundamente, sino que a través de sus modos y hábitos de vida, apartados del verdadero Amor de Dios, fue llevada a seguir alejándose de sus valores y de sus principios como civilización y Proyecto de Dios.
No puedo dejar de decirles, Mis queridos hijos, que, como una Madre receptiva y abierta a los corazones, no dejo de sentir el dolor de Mis hijos por todo lo que viven en estos tiempos y mucho de lo que viven es desconocido para la mayoría. Siento en Mi Corazón el dolor de los que padecen y sufren, siento la agonía y el grito de los animales que mueren asesinados de una forma indescriptible.
¿Quién se hará cargo de esta deuda espiritual de la humanidad?
Mi Hijo no retornará para volver a ser clavado en la Cruz. Quiero que lo sepan, hijos Míos, el propio Dios Vivo, Omnipotente y Eterno, entregó Su Vida y Su propio Ser por las criaturas de este mundo; para que, ustedes y todos sus hermanos aprendieran sobre la escuela del Amor y del Perdón, pero ¿dónde ha quedado todo lo que Mi Hijo les enseñó hace tanto tiempo?
En esta realidad planetaria, y sobre todo a través de estos últimos acontecimientos, son pocas las almas en el mundo, y este es Mi pesar, que no solo consiguen comprender qué significa la consagración, sino también lo que significa preservar en sí mismas los Valores y los Principios de Dios en Su Proyecto.
Pero mientras esté en primer lugar el uso de las armas y las experiencias en laboratorios, no solo con animales, sino gravemente con humanos, ¿cómo creen que el planeta dejará de moverse?
Ahora, quiero que entiendan, hijos Míos, porque sé que muchos lo piensan en este tiempo y muchos más lo pensarán en los próximos tiempos:
¿Dónde está Dios?
¿Ustedes lo han visto dentro de ustedes mismos?
¿Ustedes han percibido a Dios en la Creación y en la naturaleza?
Su propia Manifestación y Poder en lo más simple y humilde, revela Su Belleza, pero también Su Humildad.
¿Cómo es que pueden pensar que Dios no está con los que sufren y padecen?
¿Acaso, Yo no estoy aquí y Soy su Madre Mediadora e Intercesora?
Ni siquiera todas las huestes angélicas, con las que trabajo día a día, ni siquiera todas las corrientes o poderes del universo que habitan en lo más alto del cosmos consiguen atender a esta situación interna de la humanidad.
¿Comprenden lo que Yo les estoy diciendo por Amor?
Mi Hijo ya los preparó. Mi Hijo ya se los anunció.
Ahora, Mis queridos hijos, ustedes que dicen ser los compañeros y apóstoles de Cristo, deberán atravesar, al igual que Cristo, los abismos de la Tierra y sobre todo sus propios abismos con sus propios pies.
La Luz ya les fue enseñada e indicada. Muchos ya conocen su propia estrella de origen. ¿Qué más es lo que necesitan, Mis hijos de la Tierra? ¿Cuántas señales más son necesarias para poder cambiar?
Les pido que no culpen a los elementos de la naturaleza. La respuesta de cada uno de ellos es la agonía que viven. Mientras sigan matando animales, mientras la sangre humana e inocente siga corriendo, pocos serán los que conseguirán estar en paz.
Por eso, debe crecer en este tiempo la fuerza y el poder de la Red Suplicante. No esperen que el cambio se dé en la mayoría; porque si así hubiera sido en la época de Cristo, ya esta humanidad viviría en la sexta dimensión. La transformación deberá seguir siendo profunda, consciente y verdadera.
Pregúntense a ustedes mismos, según el círculo en el que se encuentren en esta Obra o fuera de ella:
¿Qué estoy haciendo de mi vida?
¿Qué hice con los tesoros que recibí sin merecerlos?
¿Las Palabras de Dios y de Mi Hijo, finalmente, se hicieron carne de su propia carne?
No pierdan tiempo en las ilusiones del mundo, porque el mundo ya está muy ilusionado.
No cierren con sus propias manos la puerta de la Gracia. Ábranles la puerta de la Gracia a los que no la merecen; pero esa puerta se abrirá si sus vidas son consecuentes con los Principios del Padre; porque todo, absolutamente todo, en el día del Juicio Final será contado.
Hijos, les tengo que hablar claro porque ya no hay tiempo. Coloquen sus pies sobre la realidad y ya no la aparten de sus vidas.
La copa se sigue rebasando. ¿Quién recogerá los códigos de la Sangre de Cristo que se están perdiendo en muchas almas consagradas? Rezo ante Dios de rodillas, porque la vida sacerdotal está en juego.
¿Quién decidirá, de una vez y para siempre, ser víctima de Cristo; no una víctima humana, sino una víctima de Su Amor, una víctima de la resignación del Señor?
Hijos amados, crezcan, crezcan y maduren pronto. No quiero volver a ver lo mismo que pasó en Ruanda, en donde la mayoría no escuchó a la Madre de Dios.
Es tiempo de que hagan algo por ustedes y, sobre todo, por la humanidad. Si hoy tienen la Gracia, ante tantos millones de almas, de poder escucharme, ¿será que Mis Palabras en sus vidas ya pasaron a un segundo plano?
No se acostumbren a la Jerarquía Espiritual. Hay almas que darían su evolución por escuchar a la Madre Divina y muchos más darían cualquier cosa por estar delante de Mí, como Portadora de la Paz y Mensajera del Cielo.
Que se fortalezca en este mundo la red de servicio y de caridad y, sobre todo, la formación y el conocimiento para los tiempos de emergencia.
Todo, absolutamente todo, les fue confiado.
Hoy, les traigo este Mensaje a los que se animen a crecer interiormente y salir del aprendizaje de la inercia y de la inactividad, porque estos tiempos ya estaban escritos y no todos deberán vivir todo. Cada uno estará donde ya está previsto y esto no significa indiferencia, sino significa el aprendizaje que deberá vivir y asumir.
A las puertas del día 8 de mayo, las semillas, las últimas y preciosas semillas de la Luz de Mi Amadísimo y Venerable Hijo, ya fueron entregadas.
Recuerden lo que Él les preguntó: “¿Dónde esas semillas serán sembradas?”. Sus tesoros son inexplicables, pero son inconmensurables.
Es tiempo de percibir la realidad. Este es el Mensaje de todas las Jerarquías, es tiempo de escuchar, es tiempo de enmendar los errores cometidos, inclusive dentro de esta Obra, porque como les dije hasta hace poco tiempo, ¿quién se hará responsable de todo lo sucedido?
La impunidad de este mundo supera las dimensiones. La Misericordia siempre será infinita, pero la Misericordia nunca será irresponsable; para eso, está la santa y sabia Justicia que los coloca en el camino de la Ley, algo que muchos aún no entienden.
El Amor siempre será más grande; pero sus pasos de transformación, si fueran honestos, podrían ser más grandes.
Mi Hijo les enseñó esto en cada paso con Su Cruz, hasta el último momento de Su expiración, porque cuando Él ya no tenía nada que ganar ni perder se entregó aún más por ustedes y por el mundo; cuando ya no tenía una gota de sangre en Su Cuerpo, Él entregó Su Espíritu como justificación y acto de reparación por los errores cometidos desde Adán y Eva hasta el final de los tiempos. Mi Hijo espera a Sus apóstoles maduros.
Mi bendición para todos, en este día, a fin de que el Santo Espíritu guíe a las consciencias por el camino del discernimiento y de la sabiduría en el tiempo de la reparación, especialmente por los que sufren.
Mi Alma está con el Brasil como antes nunca lo estuvo.
Les agradezco por estar Conmigo y por haber respondido a Mi llamado.
Recuerden, es hora de crecer interiormente, todo ya les fue enseñado.
Sean merecedores del Legado de la Jerarquía y de la fundación de esta Obra. Sean celadores de los principios de la vida grupal y evolutiva; pero, sobre todo, debido a la ausencia de inocencia y de pureza en este mundo y siendo conscientes de todo, mucho más que otras almas, sean celadores de la verdad y de la transparencia.
Recuerden lo que Mi Amado Hijo les dijo una vez: “La verdad los hará libres”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús
Oremos todos juntos ahora por los atributos de la Madre Universal para que las almas puedan recibirlos en su esencia en este día 8 de mayo.
Oremos la oración “Madre Universal”, una vez en español, en portugués y en inglés; para que, unidos a la Reina de la Paz, nuestra honesta y sincera oración del corazón llegue al planeta.
Oración: Madre Universal.
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Permanecemos recogidos en el Corazón de María, escuchando Sus Palabras.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más