- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo a este planeta en compañía de los doce Resplandecientes, en compañía de los Hellel, para que junto Conmigo, Ellos deliberen los próximos pasos de la humanidad y de este proyecto genético, el cual aún deberá alcanzar la realización de la Voluntad de Dios y el cumplimiento del Plan.
Meditamos y reflexionamos desde las esferas superiores de consciencia. Nos aproximamos a la Tierra, nos acercamos a la humanidad para que espiritualmente sea ayudada a poder despertar y tomar consciencia de este momento y de este tiempo agudo, que todos atraviesan.
Esa reflexión y meditación parte de un Pensamiento Divino, de una Voluntad Mayor, de intentar hacer retomar a la humanidad lo que una vez perdió, retornando al camino de Dios y hacia Su Divino Pensamiento para que, a pesar de los errores y de los hechos cometidos, se pueda volver a sembrar en la consciencia de los seres, lo que Dios tanto esperó y espera que se realice sobre la superficie de la Tierra.
Este pequeño planeta, por más pequeño que sea, es importante para Dios porque desde aquí deberán surgir los Nuevos Cristos, aquellos que portarán en sí mismos la semilla del Amor de Dios, ofrecida a través de la experiencia vivida por su Maestro y Señor en la Tierra durante Su vida pública, Su Pasión, Su Muerte y Resurrección, hasta el momento de Su Ascensión.
Todos esos códigos, todas esas experiencias vividas, todos los méritos alcanzados por su Maestro, el Cristo, Él intentará nuevamente volcarlos y derramarlos como Luz sobre el mundo, y especialmente, sobre aquellas esencias que, a pesar de sus imperfecciones y pruebas, se ofrecen fielmente para la realización del Proyecto Redentor, Proyecto que recién ha comenzado, Proyecto Redentor que acompañará la transición de la humanidad, las consecuencias que ella viva y las decisiones que ella toma, todo lo que influye en la realización divina de la Voluntad de Dios.
Pero no pierdan las esperanzas ni las aspiraciones de ver, en el futuro próximo, el surgimiento de una nueva humanidad que finalmente cumplirá las leyes, vivirá los mandamientos y celebrará, en alegría y en júbilo, la Presencia de Dios en la vida de cada ser.
Los Hellel representan no solo la Luz de Dios para los planos y los Universos, sino también representan esa máxima Voluntad que viene de la Fuente, que es inmaterial y divina.
Ellos son los portadores de las más grandes aspiraciones de Dios y son los encargados, después de Cristo, de cumplirlas y realizarlas en el Universo espiritual, mental y material.
Desde ese Universo espiritual, desde donde emana la Fuente del Amor, de la unidad y de la verdad, surgen los impulsos para que los espíritus que ya están experimentando la evolución y el despertar y, también, para aquellos que en los próximos tiempos surgirán de nuevas Fuentes del Universo y vivirán también la Escuela del Amor y del Perdón para que todos puedan aprender a encarnar, en sí, esa Voluntad Divina que nace de la decisión interior de estar en Dios y de cumplir Su gran aspiración, que es ver a Sus hijos felices, alegres, en adoración y en honra a Su Presencia, para que esa comunión y esa unión con el Universo se establezca, primero en cada ser, para después poder expresarse en la superficie de la Tierra.
Como Consejeros del Universo, como aquellos que llevan adelante las decisiones de Dios y las cumplen, a través de Sus pedidos, sabemos que la humanidad está en un punto muy difícil y crucial.
Pero si esa fe que nace del corazón, que cree y tiene convicción en el Padre Eterno siempre estuviera presente, no hay qué temer porque Dios a lo largo de los tiempos siempre se presentó y se manifestó a través de pequeños grupos, para que ese Proyecto que Él quiere alcanzar y realizar a través de Sus hijos pudiera concretarse.
Por eso siempre que surge una nueva civilización, siempre que se manifiesta una nueva raza, existen grupos de almas que son convocados por el Universo de Dios para llevar adelante Su Voluntad de una manera más próxima y cercana a la realidad planetaria.
Pero no es algo material, compañeros, no es algo visual, ni concreto. Es algo profundamente espiritual; es a través de esa unión íntima de las almas, de los espíritus, de las esencias con la Consciencia Divina; es entablar ese contacto y esa comunicación con lo Alto, sabiendo que el Padre siempre está allí y que Sus hijos también lo están, para poder vivir de una forma simple y humilde Su Voluntad.
La humanidad no coloca atención en lo que eso significa y en la importancia que tiene, porque exige de cada consciencia vivir un cambio y una transformación.
Es la propia Voluntad Divina, es la propia energía de la Fuente inmaterial de Dios que impulsa no solo a la voluntad, sino también a la transformación y a la redención de los seres. Y cuando eso sucede, cuando esa transformación se presenta y esa purificación se manifiesta es señal de que esa Voluntad se está concretando, más allá de las formas, de las apariencias o de los hechos.
Por eso, las almas que aspiran a vivir en Dios nunca pueden perder de vista ese conocimiento y esa instrucción que los llevará siempre a poder renovarse, en nombre de muchos seres, de muchas consciencias que duermen, que están en la ilusión, que no quieren ver a Dios y lo ofenden.
Será ese amor en el corazón que aspira a Dios, el que permitirá sostener en este tiempo al planeta y a la humanidad, por más que sea un amor imperfecto. Debe ser un amor verdadero, aunque no sea maduro, que se ofrezca incondicionalmente a suplir la necesidad de la humanidad, su gran necesidad espiritual e interna para que la Luz no se apague, para que la Luz prevalezca y reine por encima de todas las dimensiones y de los planos; esa Luz que proviene también de la Fuente de Dios, tan semejante a la Luz del Sol que los nutre y les da vida.
Aunque no tengan consciencia de las decisiones de Su Maestro, junto a los Resplandecientes, colóquense siempre en esa actitud de vivir la renovación por medio de la transformación, de la purificación y de la redención. Porque así, compañeros, Me estarán testimoniando en este momento agudo del planeta, en el que todo lo que hace el ser humano de superficie es muy grave. Por eso, entre pocos, entre los más silenciosos e imperceptibles, Dios realiza Su Plan y Su Voluntad.
Así como Él lo hace, con Sus arcángeles, ángeles y Jerarquías, sosteniendo por amor lo que es insustentable, para que las almas puedan tener una oportunidad de renacimiento en el Amor y en la Gracia, para que puedan volver a ser ungidos por el Espíritu Santo y se rediman reconociendo no solo sus errores, sino también sus virtudes y dones que una vez fueron desperdiciados para que, ahora, por medio de esa Gracia especial, sean colocados al servicio del Padre Eterno.
Solo necesito que nunca se olviden de lo que hay dentro de cada ser que es la Esencia de Dios, la que los ayuda a comunicarse con el Universo y con toda la existencia, la que los impulsa por medio de sus almas a vivir el Plan y la Voluntad Divina.
Por encima de toda adversidad, tribulación u oscuridad recuerden esa Esencia Divina y comprométanse a protegerla y a cuidarla de ustedes mismos y del mundo, para que más Luz y más Amor del Universo esté presente en este momento en la Tierra, que sea emanado e irradiado hacia todas las consciencias y hacia todos los lugares, en donde se necesita del Amor, de la Misericordia y de la Paz.
Cada vez, compañeros, que venimos hacia su encuentro reencendemos, nutrimos y alimentamos de Luz Divina esa Esencia que está dentro de cada uno de ustedes, para que sea el Amor el que crezca en ustedes y no la ignorancia.
Den valor a esa preciosa Esencia que Dios les dio y sabrán cómo atravesar estos tiempos y cómo soportar estos momentos de inflexión planetaria; y se ofrecerán así como Yo Me ofrecí por ustedes y por el mundo, para poder curarlos con Mi Sangre y para poder purificarlos con Mi Agua.
Revivan ese compromiso recordando Mi Pasión y, de allí, tendrán fuerzas internas para atravesar este momento planetario. Aún hay mucho por hacer. Aún hay mucho por realizar.
Ocúpense de lo esencial, de lo que cada uno vino a cumplir y a aportar en este tiempo, y de lo demás se ocupará Dios, el Universo y, así, su cura y su redención se alcanzará y seguirán evolucionando y profundizando no solo en el conocimiento universal, sino también en la comprensión y en la sabiduría infinita de la Voluntad Suprema.
Hoy bendigo al mundo de una forma especial, en la Presencia de los Resplandecientes, los Hellel, para que las almas sean ayudadas internamente a tomar sus decisiones y a dar sus pasos en dirección al portal de la redención.
Yo les doy la Paz para que la vivan y la compartan en donde sea más necesario y urgente.
Les agradezco por acompañarme en este tiempo.
Y no se olviden de su Esencia Divina y Solar que está en ustedes para ayudarlos a vivir la redención.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más