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Contempla a tu Señor, amarrado de Pies y Manos, en la temible y dolorosa plaza de la flagelación, donde la crueldad de los verdugos los apartaba de toda unión con su propia esencia divina; porque así, de forma semejante, es como algunas situaciones internas de las almas Me dejan sometido en este momento.
A veces, las almas se olvidan de que Yo Soy todo Misericordia y de que sería capaz, en el Nombre Sagrado y Soberano de Mi Padre, de volver a hacer cualquier ofrecimiento por los Míos, así como lo estoy haciendo en este momento.
Mira cómo hoy se encuentra el Cordero de Dios que fue condenado y sacrificado por los pecados del mundo.
He aquí, ante tus ojos, el universo del Amor del Dios Vivo, que retorna en este momento de crisis personal y planetaria para dar vida, luz y esperanza a lo que ya parecería medio muerto.
¡Oh, si las almas se animaran a conocer y sumergirse en el abismo de Luz de Mi insondable e infinita Misericordia, rindiéndose a la humildad de Mi Corazón, muchas, pero muchas situaciones cambiarían de la noche a la mañana!
El Señor viene presentando la plaza de la flagelación para que recuerden que Yo sigo derramando Sangre y Agua por todas las almas del mundo; para que todos los corazones posibles, antes del último tiempo, puedan conocer internamente el océano de Mi Amor consolador, antes de que la puerta predilecta de Mi Misericordia se cierre ante el mundo y se abra de par en par la sabia y sagrada puerta de la Justicia Divina, que representa en este tiempo el principio espiritual fundamental para poder corregir a la humanidad a través de su reingreso y de su sintonía con la Ley Mayor del Amor.
Mira, así como Yo miro, el escenario doloroso del mundo. Los acontecimientos anuncian la llegada y el Retorno de Cristo, cuando la sagrada intervención divina actuará para preparar ese esperado y desconocido momento para todos.
Quiero y deseo, desde lo más profundo de Mis entrañas de Misericordia, que el planeta y la humanidad puedan recuperar la paz, desaparecida de muchas naciones y pueblos.
Este momento de oración, ofrecido por los corazones, otorga la intervención de los ángeles ante el escenario más oscuro e incierto del planeta. Pero la fuerza de la fe de los corazones devotos y de los que ejerciten en este tiempo lo que les enseñé en el primer Mensaje de este actual momento de Maratón de oración, será lo que favorecerá que grandes poblaciones y familias ya no sean abrazadas por los conflictos, por los efectos inesperados de la naturaleza y por lo que nadie en la faz de la Tierra podría imaginar.
Por eso, Yo vengo como un Vigía, como un Guardián y como un Celador de la Voluntad Mayor, que necesita cumplirse y concretarse en las almas, en todos los que, todos los días, confirman sus votos ante el Plan de Dios.
Este es el momento esperado por el Padre Eterno para que cada criatura sobre la superficie de la Tierra sea y represente una extensión de la Misericordia y de la Piedad, tan necesarias para la humanidad.
Recuerden lo que Yo les pedí en el primer Mensaje. Y ahora, más que nunca, sumérjanse en Mis últimas Instrucciones.
Yo les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mira ahora, con atención, cómo está Mi Cuerpo Divino y Glorificado, revelando los novecientos setenta y siete golpes y flagelaciones que Yo recibí por cada uno de los pecados que asumí por Amor en el Huerto Getsemaní.
Mira cada una de las marcas y de los estigmas que hoy Me dejan todas las situaciones adversas del mundo; pero Mi Corazón, que es infinito en Amor y en Misericordia, arde y al mismo tiempo rebasa en Gracias eternas e inextinguibles.
Mira con devoción y reverencia cómo el propio Cuerpo, Alma y Divinidad de Cristo se humillaron para otorgar a los más pecadores todas las Gracias que las almas necesitan.
Contempla ahora, ante el ardor que siente Mi Corazón, cómo las situaciones del mundo, y principalmente de las almas, Me dejan una vez más semidesnudo; así como fue en lo alto del Monte Calvario cuando los soldados, en su ceguera y negación, echaron a suerte cada parte del Manto que cubría el llagado Cuerpo del Señor.
Imagina que Me vuelvan a hacer esto; ya no lo podría soportar, no por los dolores causados, sino por la negación aún provocada por muchos ante el ofrecimiento de Mi Amor Redentor.
Deseo tener odres nuevos en Mis Manos para que los códigos de Mi Sangre y de Mi Agua vuelvan a ser depositados en los corazones que se ofrecen a vivir su tiempo de purificación, así como el pequeño Niño Jesús lo vivió por ustedes en el sagrado ofrecimiento del Templo.
Porque recuerden que, ante todo, incluso ante las tinieblas desconocidas de estos tiempos oscuros, la Ley y la Luz siempre prevalecerán, porque para la Ley de Mi Padre no existe lo imposible o lo inalcanzable, siempre y cuando Su sagrado pueblo y cada una de Sus criaturas sobre la faz de la Tierra cumplan y vivan en la Ley, que vuelve sagrado el espíritu y ennoblece la consciencia que sigue a la Ley como una guía imprescindible para el camino espiritual.
Vigilen pues, en este tiempo crucial, porque el Señor se reaproxima para poder volver a reunir y a unir a Sus ovejas dispersas y a algunas ovejas perdidas en cosas muy superficiales.
Comulguen de este momento Conmigo y recíbanlo como una Gracia y una amnistía extraordinaria por todos los que, en la guerra, en la persecución, en el exilio y en la enfermedad, viven la injusticia.
Yo Soy la Luz y esta Luz, que es Cristo, viene a ustedes en nombre de Mi Padre, para que esta Luz interior y eterna, que es imperecedera, aparte la sombría corteza de las confusiones, de los disgustos y de las diferencias; porque Yo los llamo a ser uno en Mí, para que su Maestro sea Uno en cada discípulo y servidor; como una vez les dije en el Evangelio: “En este mundo no se puede servir a dos señores, porque el Señor único y omnipotente es tu Dios, que está en los Cielos”.
Ahora, ¿comprenden por qué Yo mismo tracé una línea en el suelo? ¿Comprendieron el significado de este símbolo espiritual?
Yo he venido para que tuvieran vida en abundancia y esta vida interna, que Yo les ofrezco, está libre de pretensiones, de libertades propias y de decisiones unilaterales; porque la verdadera libertad les es otorgada en el espíritu, que es quien rendirá su síntesis cuando un día esté delante del Padre Celestial.
Esta Maratón de oración es realmente diferente. Espero que la presencia de los Míos sea profunda y no pasajera, porque Yo retorno aquí no solo porque ustedes lo necesitan, sino también porque la humanidad entera lo necesita, y respondo en gratitud y en obediencia al Gran Eterno.
Que el reencuentro con la vida interior en cada uno sea una realidad que vuelva a emerger, para que la vida del espíritu les dé fuerza y renovación en el final de estos tiempos; momento tan necesario para que cada uno tome sus decisiones con discernimiento y sin precipitarse demasiado, porque en el precipicio está el mundo por haber abandonado la comunión con la Ley y, sobre todo, con el sentimiento elevado de la gratitud, de la reverencia y de la austeridad.
Los animo a ir hacia adentro del mundo interior y a estar en silencio ante Mi Verdad, Verdad que ya les revelé en diciembre pasado.
Les deseo el bien y la paz duradera a todos.
La puerta de la Verdad de Dios está abierta, ¿quién la reconocerá?
Les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como la Luz de Dios que desciende a la Tierra, Me vuelvo a presentar ante ustedes y, a través de ustedes, a la humanidad para que escuche la Voz de Dios que resuena desde lo más profundo de Su Creación, para que las almas alcancen la Luz, para que las naciones vivan la Voluntad de Dios, que ya fue prevista en el principio.
Pero sé que esto no está aconteciendo. Así como Nosotros, ustedes lo ven en el día a día de esta humanidad y de este planeta, porque el gran tiempo del Apocalipsis se está cumpliendo y no habrá quien pueda escapar de esto, compañeros.
Por eso, los hemos llamado a través de los tiempos a vivir un estado de oración perpetua y verdadera, sin permitir que pase ni un día sin orar, porque el verbo de la oración siempre los guiará, aunque caminen entre las tinieblas y las tribulaciones.
Yo vengo aquí como el Gran Testigo de la Misericordia de Dios para el mundo.
Yo Soy Aquel que fue clavado en la Cruz y con Mis Brazos extendidos sobre el madero, en la mayor agonía que ningún ser humano pudo haber experimentado, Yo no los condené, pedí por ustedes. Por eso, Me entregué por ustedes para que tuvieran vida en abundancia, a través de los méritos alcanzados por su Maestro y Señor.
Pero, a pesar de tantas Apariciones y Mensajes a través de los siglos, anunciados por Nuestros Sagrados Corazones, aún son muy pocos los que han respondido al Llamado de Dios.
Por eso, durante el mes de abril de este mismo año, Yo los llamé para que Me acompañaran a Israel y pudieran vivir de cerca Mi Tierra Santa que, también hasta los días de hoy, se guarda en trincheras y en armas para defenderse de sus enemigos.
Pero, ¿dónde está el límite entre lo superficial y lo profundo, entre lo que el ser humano puede sentir y lo que puede expresar?
Dios Padre Ha dedicado Su Vida y Su Existencia, desde el principio de esta Creación, desde la primera humanidad en el planeta, para que todos pudieran conocer en profundidad la Vida Divina. Y aún más, Él se entregó y se donó por ustedes, para que aprendieran a reconocerlo, para que aprendieran a adorarlo, para que la fe de cada uno de ustedes fuera una fuente inagotable que nunca se acaba.
Por eso, les vuelvo a repetir que muy pocos han comprendido el Llamado de Dios. Y hoy, bajo la Luz Insondable de Su Misericordia, a través de Su gran canal de Misericordia en Polonia, una vez más Me vuelvo a presentar en el Nombre de Dios para intentar llevar a las almas hacia la esencia de la Vida Divina, en la que no se practica el mal ni la impunidad, en la que la felicidad prometida del Reino de los Cielos existe, en la que no hay angustia, dolor ni sufrimiento.
Después de lo que Yo viví en el Monte Calvario, después de lo que experimenté luego de Mi Muerte en la Cruz y en el Santo Sepulcro; puedo decirles, compañeros, que el ser humano, en esta superficie, ha vivido experiencias extremas como hoy muchos de Mis hijos las viven a través del exilio, del conflicto y de la guerra, a través de la persecución por su religión y por su fe.
Porque en verdad les digo que ustedes son un Proyecto en este planeta, originado en el principio para ser un único Proyecto y ser así una única familia espiritual. Si esto hubiera sido comprendido por el hombre de la superficie; muchas cosas que hoy suceden no sucederían.
Por eso, debemos descender de los Cielos, una y otra vez; porque la humanidad siempre está a punto de perderse, de caer en un abismo sin retorno y de llevar a millones de almas hacia el mismo estado, sin que imaginen lo que verdaderamente esto significa.
Por eso, hoy, estoy aquí una vez más por Ucrania y por aquellos pueblos que también viven la guerra y que no son noticia en el mundo, porque se oculta su sufrimiento y dolor.
¿Cómo es posible, compañeros, que después de haber derramado Sangre y Agua en la Cruz, y la superficie de este mundo haber sido transmutada y liberada por Mi propia Sangre y por Mi propia Agua; que la humanidad continúe viviendo así, de esta forma, bajo el maligno espíritu de la indiferencia y de la impunidad?
Por eso, llegará el momento del Juicio Universal, algo que la humanidad desconoce. Pero no vengo a hablarles aquí de lo que sucederá en el mundo, porque ya lo escucharon muchas veces de Mí. Hoy, vengo a hablarles de las entrañas de Mi Misericordia, que espiritualmente están abiertas para que las almas ingresen en el océano de la Misericordia de Dios, como hoy ustedes ingresan en el océano de Mi Amor.
Vengo aquí para ser testigo de que el Amor existe y que, a pesar de lo que la humanidad haga o de los errores que cometa, nunca ese Amor Superior podrá ser vencido, disuelto o extirpado del Corazón de esta Creación, que es el Corazón de Dios. Porque el mal es el reflejo de una gran desobediencia, de una ilusoria capacidad de vivir la voluntad propia y de decidir por sí mismos su destino. Tarde o temprano, compañeros, las almas sufren, porque se resisten a vivir la Voluntad de Dios.
Todos los seres de la superficie de la Tierra están aquí, en esta escuela, para aprender a amar y a perdonar. Yo les di el ejemplo de Mi Vida, sin condiciones y de una forma íntima y espiritual.
Los instruí a través de las parábolas, para que sus mentes pudieran comprender la esencia del Mensaje; para que, con ejemplos tan cotidianos y simples como los que existen en las parábolas del Evangelio, todos los seres sin excepción, más allá de sus escuelas y de sus experiencias, pudieran aprender a vivir en las Leyes Superiores y, aun así, muchos no lo viven.
Por eso, Me presento como el Misericordioso Dios para que se enmienden los errores y se transmuten los pecados, que son incitados por Mi adversario a través de las almas del mundo, especialmente aquellas que no viven ningún grado de consagración.
¿Quién estará Conmigo, en el día del Juicio Universal, para dar testimonio de salvación y de Misericordia por las almas más perdidas?
Yo les enseñé que no se lucha contra el enemigo, sino que se lo vence a través del Amor, del Amor que convierte al corazón endurecido por su propio sufrimiento y dolor. El Amor siempre será la Luz de la vida.
Por eso, la humanidad pierde en estos tiempos esa Luz, queriendo abortar las vidas que no nacieron y ultrajando las Leyes de la Creación. Y esto no es parte de un pensamiento religioso, sino es la ciencia de la ética de la vida, de tener la mínima capacidad de discernimiento, de que si una consciencia destruye una vida que no nació, destruye su propia vida y su propia esencia, apartándose del Amor y de la Verdad.
Por eso, le digo al mundo por última vez y en especial a las familias que cuiden a sus hijos, que sean buenos padres, padres vigilantes y guardianes de sus hijos. No permitan que las influencias del mal de estos tiempos hagan de sus hijos objetos que no son de Dios, expresiones que no son de Dios, corriendo el riesgo de que muera el alma de sus seres queridos.
Pero esto no será a través de la imposición, sino a través de la palabra viva del amor que, de forma incesante e ininterrumpida, se repite todas las veces que sea necesario por amor, para que las almas de sus hijos y seres queridos tengan la Gracia de estar ante la Verdad, que está impregnada del Amor de Dios, y no ante una justicia que se impone a los corazones para que cambien. Vean la ciencia del lenguaje y el misterio del Verbo Creador que, solo a través de una palabra, es capaz de transformar a un corazón perdido.
Y no se olviden de orar por los que sufren las guerras, porque este mundo quiere crear más guerras insensatas y, así, crear más sufrimiento y más dolor en la humanidad.
Aunque Mi tiempo con ustedes esté terminando, en este ciclo final de los tiempos, recojan todos los frutos que les entregué a través de Mis Palabras, beban de la fuente inagotable del Amor que brota de Mi Corazón Misericordioso para todas las almas.
Lleven a las almas hacia Mi Misericordia. No juzguen; no castiguen; no usen la autoridad, porque la Autoridad está en Dios, a través de Su Sabiduría y de Su Ciencia.
Sean Misericordiosos, no se olviden de esto porque el mundo se aparta cada día más de la Misericordia de Dios y se coloca en su propia justicia e impunidad, porque la Justicia de Dios es Amor y no castigo.
Díganle al mundo que eso no es Dios; para que los errores que cometieron muchos pensadores y escritores, aun de la vida religiosa, sean corregidos para que el mundo pueda conocer al Dios del Amor y de la Vida; porque Él sabe que ustedes caerán nuevamente, pero Dios no los juzgará. Un padre, un buen padre, sabe que sus hijos lo intentarán, y espera pacientemente que den el paso definitivo hacia la comunión perpetua con Su Corazón.
Hay tantos tesoros que esperan descender de los Cielos, que la humanidad, embebida en sus propios conflictos, ni siquiera percibe que el Cielo está por encima de su cabeza.
Busquen en la noche, en el gran firmamento estelar, su estrella de origen, y díganle a Dios:
Señor, aquí estoy.
Así soy.
Me entrego a Ti en confianza
para que, a través de esta imperfecta vida,
Tú reflejes Tu Amor.
Que una vez más, Ucrania y las naciones esclavas del mundo sean bendecidas. Extendiendo Mis Brazos, como el Redentor del mundo, ilumino a través de Mis Manos y de Mi Corazón a la humanidad, para que algún día alcance la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora, junto a Mí, compañeros, recemos al Ángel Celador del Cuerpo Eucarístico de Jesús para que, en estos Cálices, que hoy están a Mis Pies, una vez más sean depositadas sus ofrendas y sacrificios en reparación del Corazón de Jesús y de todos los Sagrarios de la Tierra.
Oremos juntos, como una sola voz y un gran corazón:
Santísimo Dios,
Fuente de Amor, de Luz y de Vida,
recibe nuestros más sinceros ofrecimientos,
en gloria a Ti, ¡oh Glorioso Creador!
Amén.
(6 veces)
Los dejaré ahora con una parte de Mi Vida, reflejada a través de la Santa Eucaristía, del mismo impulso y de la misma Luz que Yo instituí en el Santo Cenáculo, por toda la vida sacerdotal del planeta.
Oremos por los sacerdotes, para que estén firmes en su oficio y en su servicio por las almas, para que sean luz en el mundo, amor y caridad.
Que la Luz de Mi Sacerdocio Espiritual los acompañe.
Vayan en paz.
Sus corazones ya fueron purificados.
Paz para Ucrania y el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
No busco lo perfecto o lo maravilloso que eres. Yo busco la verdadera honestidad de tu corazón que, unida a Mí, se pueda reflejar en tu vida y en tu consciencia. Yo les dije esto a los apóstoles y, hoy, se los digo a ustedes, compañeros.
No necesito que tu vida sea perfecta o realizada; necesito que tu vida se rinda a Mis Pies, así como las santas mujeres se rindieron a los Pies del Maestro y no buscaron nada para sí mismas, solamente complacer y adorar al Señor.
Por eso, en este momento, vacíate una vez más ante Mí y ten presente, en este instante, cuántas maravillas Dios Ha realizado en tu vida y en la vida de tus hermanos; cuántas Gracias y tesoros Él Ha derramado a través de la Presencia de Su Amadísimo Hijo en la Tierra y, aún más, Él Ha multiplicado Sus Gracias y Sus prodigios en los corazones de los Míos.
Entonces, en esta dura hora del planeta, Yo te pido: “Vacíate de todo ante Mí, una vez más, y deja que Yo te pueda ungir con Mi Luz; deja que Yo te pueda abrazar con Mi Amor, para que tú no seas nada, sino puedas ser todo en el Padre Eterno. Así como Su Hijo lo es en el Padre, el Padre lo es en Su Hijo”.
En este vacío, que Yo los invito a vivir, también los invito a despojarse de aquello que los apremia o que los atormenta; porque su Señor, el Rey del Universo, conoce a todas las amarras espirituales que viven las almas; conoce a todas las cadenas que los aprisionan.
Y para la victoria de su Maestro y Señor nada es imposible, porque quien está Conmigo y Yo estoy con él, le aseguro que se liberará, y cada paso de la vida será un aprendizaje, será una lección y una sabiduría vivida para que, en cada momento, aprendan a crecer en el amor y en la verdad; porque Yo los necesito, en este tiempo, en el amor y en la verdad.
Pero para que las almas puedan estar en ese amor y en esa verdad, deben estar en el vacío de sí mismas, así como su Maestro y Señor estuvo vacío de Sí mismo en el Huerto Getsemaní, en el momento de Su condenación, en el juicio de los fariseos, en cada paso del Calvario como en la crucifixión, su Maestro y Señor estuvo vacío de Sí mismo para que estuviera Dios sufriendo por ustedes; porque quiero que sepan, de una vez y para siempre, que el Dios Vivo sufrió por ustedes en la Cruz.
Él descendió de la Fuente y del Universo para salvarlos y rescatarlos. Y el poderoso Amor del Dios Vivo se hizo tan pequeño e insignificante que nació en un pesebre, donde los adversarios nunca podrían pensar que Dios estaba allí.
Así, el Amor del Padre, a través de Su Hijo, derrota a los poderosos, humilla a los soberbios, despoja a los que desperdician las riquezas, y da Sus más preciados tesoros espirituales a los más pobres de corazón, a los más humildes en su interior. Y Él ennoblece y eleva, a través de Su Presencia, a los que reconocen Su Nombre Sideral, Adonai.
Sé que la cruz está pesada para muchos, pero les aseguro, ante este Mar Mediterráneo, en donde rezo profundamente por las heridas y ultrajes ocasionados a los más inocentes, que existen cruces peores que las suyas; porque así, Yo puedo ayudarles a cargar su propia cruz, sin que lo perciban.
Pero Yo necesito, en este tiempo final y desafiador, que ustedes Me ayuden a cargar con la cruz del planeta, porque muchos no la quieren cargar ni soportar por temor a lo que sentirán o padecerán.
Pero no se olviden de lo que una vez les dije, que Yo no vengo aquí a pedir nuevos crucificados, porque el Dios Vivo ya se dejó crucificar por ustedes, para que se pudieran liberar del mal.
Yo vengo a buscar víctimas que se postulen a Mi Amor. Vengo a llamar a las víctimas de Mi Amor Misericordioso, que no solo reconozcan, una y otra vez, la Presencia del Señor en sus vidas, sino que también reconozcan el poder de Su Sangre y de Su Agua, afluentes infinitos convertidos y transustanciados en los Rayos sublimes y poderosos de la Divina Misericordia; que, una y otra vez, Yo le ofrezco al mundo incansablemente para la liberación de las almas de toda esclavitud espiritual, como también de los infiernos de este mundo que tragan a muchos.
Por el poder de Mi Sangre derramada en cada paso del camino del Calvario, Yo les vengo a demostrar el sacrificio y la sagrada entrega del Señor, a través de Su más absoluto silencio, que derrotó a los enemigos, que estaban en contra del Plan de Dios.
Y a pesar de que Mis apóstoles Me abandonaron en el momento más culminante de Mi Vida, en el que Yo más los necesitaba, fui consolado y sostenido espiritualmente por las santas mujeres que, con su propia oración y éxtasis, le ayudaron internamente al Señor hasta ungirlo con los aceites más preciados de Tierra Santa, preparando la sepultura del Señor, porque ellas sabían claramente sobre el día de Mi Gloriosa Resurrección.
Con este hecho, que hoy les traigo a todos, los invito a vivir el Rayo de la Resurrección, porque cada uno de ustedes lo necesitará en este tiempo para aprender a comenzar nuevamente todos los días, a pesar de los aprendizajes y de las lecciones de la vida, a pesar de los embates o de las interferencias.
Yo les vengo a enseñar a través del Rayo de la Resurrección sobre el poder de la trascendencia y de la renovación, algo que su propio Maestro vivió en el Sepulcro, al tercer día, al haber resucitado, y al haber sido adorado y reconocido como el Dios Vivo por todos los ángeles del Universo.
Quiero que lleven este impulso en el corazón y en la esencia para que, con coraje, valentía y determinación, aprendan a superar el fin de los tiempos; porque aún habrá mucho por atravesar, aprender y crecer internamente, y Yo los apoyaré para que vivan las nuevas experiencias crísticas.
Cuando sientan que la tensión es demasiado ardiente o la presión parezca muy grande, recuerden que estarán delante del gran paso de la cristificación, porque son pasos graduales y maduros para aquellos que se deciden a atravesarlos.
Es así como Yo hago surgir a los Nuevos Cristos, no solo porque recuerdan Mi Presencia en este mundo y en la humanidad, que es una Presencia imborrable e inextinguible, sino también porque Mis apóstoles se animan a caminar a Mi lado en cada nueva convocatoria, más allá de las consecuencias o aun de la familia.
Yo les prometí una vez que a quien Me diera todo, Yo le daría todo y cuidaría de cada uno de los miembros de su familia; porque todo es importante para Mí, aun lo que parece más pequeño e invisible.
Así, Yo les hago comprender que Dios está presente en lo que es simple y verdadero, que Su Poder y Su Majestad se esconde en lo que es humilde y austero, y que Su Amor se revela y se muestra en todos los que son verdaderos y honestos de corazón. Es así que Él consigue abrazar a Sus Criaturas, las sostiene, las guía y las conduce al cumplimiento del Propósito Espiritual.
Así, el Padre Eterno se renueva a través de las almas y de los corazones; y este planeta, aparentemente perdido, se puede recrear por medio de los corazones que se entregan en confianza al Señor y aceptan vivir de Su Amor Mayor.
En esta nueva noche, en la que los encuentro en lo alto de las montañas de Málaga, y frente al Mar Mediterráneo, testigo de los dolores más grandes del mundo por las guerras, invasiones y conquistas vividas en este lugar del planeta, por los cientos de barcas que cruzaron este mar y fueron descartados; Yo vengo a conceder una amnistía espiritual, para que los errores cometidos con los más pobres, entre los pobres, sean perdonados a través de su sí para seguir en sacrificio el camino del Señor por todos aquellos que no viven Mi camino, por aquellos que niegan Mi camino, por los que no viven Mi Palabra, por los que no quieren despertar.
Que su sí sea por cada uno de ellos, para que sus vidas sigan siendo agraciadas y bendecidas en lo más profundo del espíritu y de la consciencia, lugares en donde recogerán la fuerza interior que necesitan para vivir su aprendizaje en este planeta.
Es así que Yo iré reuniendo lentamente a los rebaños del Señor, en los cuatro puntos cardinales del planeta, hasta que llegue el tiempo y la hora, no tan lejanos, de Mi Retorno al mundo, porque en poco tiempo dejará de ser una promesa para ser una realidad.
Y en una noche semejante a esta, ante el Mar Mediterráneo, ustedes y sus hermanos del planeta podrán ser testigos del Retorno Glorioso del Señor; algunos aquí, en este plano físico, y otros en los planos internos; pero todos serán partícipes de ese gran momento prometido, así como los ángeles serán testigos de ese acontecimiento universal.
Yo los preparo para ese día, conscientemente, y no Me olvidaré absolutamente de nadie, porque está todo previsto por el Padre Eterno. Yo mismo recuerdo a aquellos que ya no viven en este plano físico, a sus seres queridos y a los seres queridos de toda la humanidad, que por alguna razón perdieron la vida y murieron con la esperanza de encontrar la Tierra Prometida.
Hoy, Mi Corazón Misericordioso ilumina esta noche, así como esta Luna ilumina con su aro de Luz al mundo entero, testigo fiel de la Presencia de Dios en ustedes, testigo de la Gracia que desciende a través de Mis Palabras y por la redención de todo el género humano.
Sigan rezando en estos días para aliviar Mi Corazón y sepan que con júbilo los estaré esperando en Israel, en nombre de todos sus hermanos de la Obra y de la humanidad; porque les aseguro que Israel será un antes y un después en sus vidas y en la vida del planeta, al volver a manifestarse Mis Códigos Crísticos para el mundo entero.
Eso es lo que los señalará a todos ustedes como Mis autoconvocados. Eso es lo que reconocerá Mi Padre Eterno cuando Yo Retorne al mundo.
Por esta causa estoy aquí, para que se cumpla en ustedes y en sus hermanos del mundo entero, para que despierten los que están dormidos, para que amen de verdad los que odian, para que sean perdonados los que se vengan, para que se rediman los que no fueron rescatados. Todo está siendo contado y previsto por el Señor.
En esta hora de la noche oscura del planeta, tengan fe y sigan adelante. Mi promesa se cumple en el silencio de sus corazones. Es allí en donde Yo quiero vivir para siempre en ustedes, es allí en donde Dios los necesita a todos.
Ahora, bajo esta noche sideral y universal, en donde las estrellas son testigos de la Pasión de Cristo, pero también de Su Ascensión a los Cielos, al Universo; que todas las consciencias, que viven en el cosmos, contemplen este momento de Comunión Espiritual; para que todas esas consciencias que viven en el firmamento, en otras galaxias y en otras estrellas, aprendan de este momento que Yo con tanto Amor les entregué por medio de la institución de la Eucaristía.
Ingresen Conmigo al Cenáculo interior y revivan conscientemente el Sacrificio del Señor, para que este mundo alcance la paz, para que este mundo deje la violencia, para que las naciones se liberen de la impunidad y para que los más pobres y simples ya no vivan en desigualdad, sino en fraterna igualdad, con el fin de que descienda el Reino de Dios a la Tierra.
Dejo en este firmamento estrellado, en esta noche de luna que los abraza, no solo la bendición de Mi Espíritu, de Mi Alma y de Mi Divinidad, sino también dejo aquí latente en este universo sus orígenes; para que se comprometan a llevar este momento al universo, al lugar de donde provienen, lugar al cual retornarán algún día para fundirse finalmente en la Fuente Inmaterial.
Les agradezco una vez más por acompañarme en esta noche solemne. Ingresen Conmigo en la Comunión Espiritual para volver a preparar, una vez más, el templo interior para la Comunión con el Sagrado Hijo que les abre las puertas de Israel para que ingresen en la Nueva Jerusalén.
Oremos también por esta causa y por esta misión; es lo mínimo que les pido.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Deja que la Misericordia de Dios colme tu corazón y tu vida, para que puedas ser un testigo de la redención a través de Mi Amor.
Deja que la Misericordia de Dios sea parte de tu vida, para que algún día aprendas a comprender Mi Voluntad.
Pero hoy, Yo te pregunto:
¿Cuál es el misterio de la Misericordia?
¿En qué estás pensando cuando invocas Mi Misericordia?
¿La Misericordia de Dios es solo un acto de piedad, de compasión o de perdón?
La Misericordia de Dios no es solo eso. Debes abrirte a descubrir este misterio que no solo surgió de la Cruz, de la entrega total del Hijo del Padre, sino que fue la Misericordia de Dios lo que permitió, a través de Su Amor, la Creación y la existencia de la vida.
Ahora, con este ejemplo, ¿puedes comprender un poco más sobre la Misericordia?
Es importante que, en este tiempo crucial de la humanidad en el que todo se precipita rápidamente, tú comprendas qué significa la Misericordia Divina, porque ella no es solo un acto de compasión, de amor inconmensurable o de piedad inextinguible; la Misericordia es una manifestación del Cosmos, sostenida por la Fuente Creadora.
Para que los Ángeles del Padre pudieran crear las dimensiones y planos, tuvieron que ser colmados por la Misericordia de Dios para que pudieran sentir, a través del amor, la importancia de manifestar la Voluntad del Padre, así como Él la sintió en Su Corazón en el principio, así como Él la pensó en el origen para todas Sus Criaturas.
Esto es un poco de la Misericordia de Dios, la que Yo vine a establecer aquí, en Polonia y, a través de Polonia, en el mundo entero. Pero aún Mi Misericordia sigue siendo un misterio para muchos. Por esa razón, hoy estoy aquí nuevamente, así como lo estuve hace mucho tiempo atrás para revelar Mi Faz Misericordiosa.
No es solo a través del misterio de Mi Amor que ustedes se pueden aproximar a Mi Misericordia, estar debajo de Mis Rayos, de la Luz de la Sangre y del Agua; sino también sus consciencias y esencias, por intermedio de Mi Divina Misericordia, no solo se pueden aproximar a la expiación que necesitan, después de tantos errores y experiencias vividas; sino que, a través del poder de Mi Insondable Misericordia, sus consciencias se pueden expandir en Mi Amor. Porque será siempre a través de Mi Amor que comprenderán lo que es ser piadoso y misericordioso y, así, sus actos y sus entregas ya no estarán vacías, sino serán completadas por el fuego de Mi Misericordia.
Esta tabla de expiación que les traigo a todos, aún sigue brotando de lo profundo de Mi Corazón, no solo de Mi Corazón de carne, sino también de Mi Corazón espiritual y cósmico que ha ampliado Su tarea de Misericordia a toda la Creación y a todo el universo.
A través de Mi Insondable y Divina Misericordia no solo pueden recordar los tres hechos más importantes de Mi Vida en la Tierra, que fueron la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús, sino que a través de esos tres hechos, pueden penetrar en las entrañas de Mi Misericordia, y no solo su vida de superficie se convertirá y se redimirá, sino que también sus espíritus se convertirán y se redimirán hasta que puedan volver a alcanzar el origen que perdieron como humanidad, como planeta y como Proyecto del Padre.
A través de Mi Insondable Misericordia, Yo vengo no solo a fortalecer la manifestación de este potente canal que abrí una vez en Polonia, sino que también vengo a ofrecerles por última vez la puerta de Mi Divina Misericordia para que la anuncien al mundo, no solo como Mis apóstoles y servidores, sino también como los testigos de la Misericordia de Dios, del milagro que Dios pudo hacer en sus vidas hasta los días de hoy.
Ahora comprenden por qué le pregunto a cada uno de ustedes: ¿Sabes cuál es el misterio de Mi Misericordia?
No es solo la purificación y la expiación de las faltas, de los errores o de los pecados, es concederle al mundo y a la humanidad, a todas las almas y corazones, la oportunidad de reintegrarse al Proyecto del Padre a través del potente canal de la Misericordia de Dios, que los colocará en el lugar que perdieron al cometer sus errores.
De esa forma, estarán delante de la Presencia Divina y se abrirán sus caminos para que cumplan la Voluntad de Dios. Una Voluntad Suprema que está siendo olvidada y sustituida por la voluntad propia de los hombres y mujeres de la Tierra, aun en aquellos que viven la espiritualidad.
En Mi Misericordia está la puerta para su resignación. En Mi Misericordia está la puerta para su humillación. En Mi Misericordia está la puerta para su humildad y consagración total de la consciencia a Dios.
Yo vengo a despertar en ustedes ese principio cósmico, porque Mi Corazón de carne y Mi Corazón espiritual necesitan tener consciencias depositarias de Mi Misericordia que sean capaces de olvidarse de sí mismas, para entregarse a cumplir y a servir en todas las necesidades, desde las más pequeñas hasta las más grandes.
Si eso no sucediera con muchas más almas que sean canales de Mi Misericordia, a través de los actos de la Misericordia Divina que pueden vivir en su día a día; hoy, con pesar en Mi Corazón, vengo a decirles una vez más la verdad que deben escuchar y la verdad que deben recibir en su interior para aprender a vivir Mi Palabra: si no existen más almas que sean partícipes de Mi Misericordia y si la Misericordia Divina no dejara de ser una teoría en la mente y una frialdad en el servicio, puedo decirles que el mundo se sumergirá en una profunda guerra, peor que la que existe en Ucrania.
Por eso, Mi Divina Misericordia ha traído a cada uno de ustedes, en los planos internos y espirituales, hacia el vórtice mayor de Mi canal de Misericordia, instituido preciosamente aquí en Polonia por Mi propia Consciencia Divina, para que las almas recuerden la importancia de vivir en la Misericordia y no en breves momentos de Misericordia.
Ya tienen la capacidad de darse cuenta, por sí mismos, cuándo no son misericordiosos, cuándo no son piadosos, cuándo sus obras están vacías de amor y de luz.
Recapaciten y, delante de este misterio de la Misericordia que hoy les traigo, renueven sus votos Conmigo, porque pocos son los rebaños que hoy tengo disponibles para que sean verdaderos partícipes de Mi Insondable Misericordia.
La Misericordia no es una teología, tampoco es un concepto mental; la Misericordia de Mi Corazón, abierta en lo alto de la Cruz del Calvario, es una acción concreta y sostenible.
Hoy, los invito, en el fin de estos tiempos, a que la Divina Misericordia sea permanente y constante en ustedes, para que sus actos de amor y de misericordia no oscilen ni se enfríen tanto, como alejando la mirada de la luz del sol.
Entren en el calor de Mi Corazón Misericordioso y sus vidas estarán en el lugar donde deben estar y cumplirán la tarea que vinieron a cumplir, sin demorar tanto los pasos que deben dar hacia Mí.
Hoy, lo que pasa en Europa del Este no es solo una tragedia, una falta de consciencia, una gran ausencia de Misericordia; sino también lo que pasa en Europa del Este es un mal universal que, a través de Mi Gobierno Espiritual, Yo vengo a ponerle fin, especialmente por las almas inocentes no solo de Ucrania, sino también de otros lugares del mundo que son afectados e interferidos por las guerras y los conflictos.
No podemos permitir, compañeros, que se fortalezcan en el mundo los pilares del mal; debemos trabajar arduamente, con toda la fuerza del corazón y de la vida, teniendo presente que ya no tenemos tiempo y que son necesarios más canales de Misericordia, expresados a través de las almas en la superficie de la Tierra.
Yo vengo con este Mensaje porque hay corazones que se alejan de Mi Misericordia y se dejan abrazar por sus problemas o hasta por sus propias pruebas; porque se alejan de Mi Misericordia y creen más en la culpa y en la justicia en vez de creer en la expiación que les trae Mi Divina Misericordia.
Ya existen suficientes víctimas en el mundo que verdaderamente necesitan de manos misericordiosas, de miradas misericordiosas, de corazones misericordiosos, de servidores misericordiosos. El mundo ya no necesita, el universo no necesita más víctimas en esta humanidad, sobre todo aquellas que creen ser víctimas de algo y no lo son, que dan disculpas por todo lo que hacen y que no cambian absolutamente en nada.
Allí, Mi canal de Misericordia no se puede expresar, porque las Gracias que tengo que derramar son tantas y las Gracias que les he entregado fueron tantas, que ahora puedo ver con Mis propios Ojos y escuchar con Mi propio Corazón cómo se habitúan a Mis Palabras, y eso no puede suceder porque Mi tarea no es mecánica y tampoco es una tarea estática.
El dinamismo de Mi Misericordia es muy amplio y Mi Corriente Universal y Divina solo los puede impulsar a la ascensión. Cuando estén estancados, den el paso para salir del propio pozo y entrar en la Corriente Crística de Mi Corazón; porque los tiempos son urgentes, las necesidades son urgentes y el planeta corre el riesgo de perderse en la ignorancia, en la ilusión, en la guerra y en el conflicto.
Hoy, puedo decir todo esto porque tengo a todos dentro de Mi canal de Misericordia. Si estuviéramos fuera de ese canal no sería posible decirlo, porque a través del canal de Mi Misericordia Yo los llevo a la madurez de la consciencia y de la vida, a ser capaces de vaciarse todos los días un poco más; para que el compromiso que tienen Conmigo sea real y no ilusorio, sea un compromiso capaz de asumir con responsabilidad lo que a cada uno le pertenece; para no demorar a la Jerarquía hacia donde la Jerarquía quiere llegar en estos tiempos, hacia los espacios en donde necesita ingresar y penetrar con su consciencia, necesita de consciencias maduras y no mediocres, de corazones calientes y encendidos por el fuego de Mi Amor, de Mi Gobierno Espiritual, y no de corazones tibios o fríos que no consiguen dar ni un solo paso.
Hoy, les puedo hablar así porque ya es hora de crecer interiormente. Hay mucho por hacer y hay pocos que lo puedan hacer. Si ustedes crecen y maduran para que Yo Me sirva de sus instrumentos, más consciencias llegarán y se aproximarán, y serán testigos de cuánta ayuda podrán recibir para cumplir con Mi Voluntad.
Vengo a cerrar muchas puertas inciertas y a reerguir a las almas hacia el universo de Mi Misericordia.
Por eso, desde ahora les agradezco la valentía de vivir Mis Palabras y la decisión de asumir este momento a través de la oración misericordiosa; sabiendo que estamos corriendo detrás del tiempo, de un tiempo en la humanidad que se precipita, día a día, por el avance de la ignorancia en el mundo que deja a la mayoría de Mis hijos en la ilusión.
Que puedan volver a despertar a través de este impulso para que puedan seguir Mis Pasos.
Agradezco que todos internamente hayan llegado hasta aquí para ser parte de este Comando de su Maestro y Señor, por Polonia y por el mundo entero.
Les agradezco por caminar en la fe.
¡Adelante, guerreros de la Misericordia!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En esta tarde de Misericordia vengo con el deseo ardiente de volver a encontrarnos, porque aún hay muchas almas en el mundo que no Me quieren ver.
Por eso hoy y en esta semana, los invito a recordar Mi Sacrificio, para que también lo vivan por aquellas almas que niegan a Dios.
Aún existen muchas consciencias sumergidas en el materialismo. Pero aún Mi Misericordia llega al mundo para poder salvarlos.Y en Mi total confianza, seguiré adelante a través de ustedes, para que Mis planes de redención se puedan cumplir.
Desearía que sus corazones estén bien cerca del Mío, pues necesito escuchar el palpitar de sus esencias, porque esta semana no será igual a la anterior, a la que Yo viví con ustedes en el año anterior.
Los tiempos cambiaron mucho, Mis compañeros, y pocos perciben los cambios que han surgido en la humanidad. Por eso hoy les muestro Mi Corazón, el que derrama Sangre y Agua perpetuamente.
Mi Corazón está lleno de Misericordia para todos, pero muy pocos han venido a beber de esta Fuente de Gracias por temor al pecado, al error o a la equivocación. Queridos compañeros, Mi Misericordia no ve esas cosas sino el espíritu de su perseverancia.
En el principio de este encuentro, Yo les envié un mensaje de paz desde las esferas superiores de la consciencia, para que ustedes se pudieran unir a esos principios creadores.
Pero hoy también quiero decirles, Mis compañeros, que vuestro Padre, el arcángel Miguel, acompañándome en presencia y omnipresencia, espera descender sobre este suelo sagrado de Aurora, a través de la manifestación de la sagrada ermita. Ya pasó mucho tiempo del pedido que Yo les hice, Mis amigos. Muchas almas esperan en los mundos invisibles poder pasar por este portal. Y eso será posible a través de su colaboración.
Ustedes sabrán, Mis amigos, que el Cielo tiene muchas necesidades sobre esta humanidad. Y así como los Mensajeros Divinos pedimos muchas cosas, también la humanidad nos pide muchas cosas.
La Gracia es recíproca. Por eso, compañeros Míos, pongamos manos a la obra, pues el arcángel Miguel espera descender y traer Su Gloria a este lugar. Gloria que será irradiada para el mundo, principalmente para aquellos corazones que deben ser exorcizados.
Sigan orando por esta causa santa. El Padre Creador se los agradecerá. Sigan invocando Su Santo Nombre en sus corazones, porque así también estarán llamando por Mi Gracia Universal.
El arcángel Miguel y Yo somos uno solo. Él fue el gran Mensajero de Dios para aquellos tiempos pasados, en donde Él Me ayudó a cargar con la Cruz de esta humanidad.
Pero Él viene ahora en su auxilio, luminoso y alado, para traer Su liberación a la humanidad, lo que las almas esperan hace mucho tiempo.
En esta Sagrada Semana, compañeros, deseo que puedan revivir Mi Pasión, así como lo hicieron en el año anterior. Pero en este tiempo, en esta Sagrada Semana, sus corazones ya deberán estar maduros pues necesito, en este ciclo, recoger todos los talentos que Yo deposité en ustedes, pues la emergencia planetaria es muy grande y las almas piden por auxilio y por liberación y será a través de sus corazones, de sus instrumentos internos, que son las almas alabando a Dios, donde Yo podré realizar Mis obras y llegar a los lugares inhóspitos, en donde ni siquiera existe la luz ni el amor.
Repitan para Mi Corazón glorificado sus súplicas e intenciones internas, pues Mi Corazón está abierto para acoger sus pedidos. Porque durante esta Semana Sagrada, Yo iré trabajando con cada uno de ustedes. Intentaré mostrarles las señales que Yo necesito que vean, para que sus espíritus y consciencias puedan madurar.
Me alegra profundamente volver a encontrarlos, porque esta Semana Sagrada es especial para el mundo, principalmente para aquellos que no reciben nada. Por eso, Yo estoy convocando a todos los servidores, para que se arriesguen a venir hasta aquí y compartir Conmigo la emanación del Amor de Mi Corazón que es necesaria para el mundo y para grandes partes de esta humanidad que ya no aguantan más, que necesitan de Mi Misericordia a través de sus espíritus mediadores.
Yo les traigo la convocatoria final para que sean, ahora y siempre, Mis apóstoles. Vivan Mi mensaje en la práctica y en la vida, vivan Mis enseñanzas por encima de todo, pues ya están preparados, Mis compañeros, así como Yo preparo a muchos espíritus a lo largo y ancho del mundo, que siempre Me sienten en sus corazones y responden a Mis comandos celestiales, sirviendo a las almas más necesitadas y carentes, escuchando a los corazones más pobres y moribundos. Y principalmente llevando la Luz y Mi Amor.
Quédense quietos, pues Mi energía está trabajando en ustedes.
Esta es una de las últimas Gracias que Yo derramo sobre el mundo, antes de Mi Retorno a la Tierra. Por eso, guarden cada código de Luz que Yo deposito en ustedes.
Recuerden las palabras que Yo les dicté al principio de este encuentro.
Vivan Mi Mensaje, vivan Mi Mensaje y sean Mi Mensaje para todos.
Sientan Mi Corazón, que se aproxima a sus espíritus.
Sientan el regocijo de Mi Amor.
Entren en Mi Regazo de Luz, porque allí siempre todo estará bien.
Olviden lo que sucedió. Vivan el eterno presente Conmigo, así recibirán lo que el Cielo quiere derramar a través de Mi Corazón.
Solo los necesito cerca de Mí, para que puedan sentir Mi Esperanza y Mi Aliento.
Yo vengo aquí por todos, principalmente por aquellos que ya no están aquí, los cuales espero, en la paciencia infinita, que algún día retornen a Mis Brazos, a pesar de los caminos que escogieron para sus vidas.
Yo convoco a todas las ovejas a formar parte de este gran rebaño de luz universal, de estos núcleos de luz profundos que vive su consciencia interna, pues es hora de despertar. Su consciencia profunda los está llamando para que realmente vivan lo que han venido a vivir en nombre del Señor. El mundo lo necesita y muchas almas también lo esperan.
El Plan se cumplirá también a través de todos los servidores. Todo está unido a un mismo hilo de luz, desde la Tierra hacia el Universo, más allá de este Universo material.
Convoquen siempre a vuestro Padre Eterno. Él será la fuerza que los moverá, que los transformará y los purificará.
Mi Corazón será su refugio. Por eso, llegó la hora de estar preparados y de no perder el tiempo en las cosas superficiales.
Reafirmen su voto de compromiso Conmigo, pues Yo espero todos los días, dentro del gran silencio universal en el cual Yo vivo, que cada alma de esta Tierra pueda escuchar Mi último llamado, pues estoy cumpliendo la promesa de retornar, primero desde el espíritu, para después manifestarme en Gloria para toda la humanidad.
Pero Yo necesito de testigos fieles, que puedan dar el ejemplo de lo que han vivido y que también Me puedan esperar cuando se aproxime la gran hora hacia la humanidad. Ese será el momento, compañeros, de que todo estará cumplido, así como fue escrito en el principio.
Ustedes son parte de una historia universal que está siendo escrita en los libros del Creador. Ustedes deben ser las plumas en la manos de Dios, para que Él pueda escribir Su Voluntad a través de sus vidas.
Los invito, compañeros, a la consagración de los elementos sagrados, que serán para ustedes el Cuerpo y la Sangre de su amado Redentor.
De la tierra surge el trigo, producto del trabajo de los hombres. De este trigo nace la harina para que surja el pan de vida para la humanidad. A través de este ejemplo, compañeros, los invito a recordar sus orígenes, pues deberán volver al principio de todo. Así como surgieron del Todo pronto volverán al Todo, porque allí se fundirán con la Esencia de Dios.
En aquel tiempo, cuando Yo estuve con ustedes, presente, celebrando Mi última cena, este mismo pan que está frente a Mí, estuvo sobre la mesa, siendo ofrecido al Creador como el Cuerpo glorificado de Cristo, aquél que sería mutilado, martirizado, flagelado y herido para la liberación de los pecados de las almas.
Que este Cuerpo santificado represente para sus memorias y principalmente para sus células, la búsqueda constante de la unión con Mi Espíritu, con Mi Divinidad y con Mi Glorificación.
Reciban en esta hora los Rayos de Mi Luz.
La uva también es producto de la tierra y del trabajo de los hombres. Pero a través de este ejemplo, Yo les doy a beber de la renovación, de la transfiguración, de la transustanciación de las partículas impuras que forman parte de esta consciencia planetaria.
En aquel tiempo, cuando Yo Me encontraba sentado a la mesa con los Míos y con muchos de ustedes, como almas en gloria y en alabanza, Yo les dí de beber a todos del código perfecto de Mi Sangre, donde no existe ninguna impureza, sino la máxima expresión del Amor que fue derramada por Mí durante la flagelación, el calvario y la cruz.
Reciban en esta tarde, los Rayos de Mi infinita Misericordia y recuerden beber de esta Sangre, con reverencia y amor, pues ella siempre los renovará, los transmutará y los liberará, siempre y cuando recuerden que Yo estoy presente en todo los creado.
Recemos como en el Monte de la Bienaventuranzas.
Oración: Padrenuestro en arameo.
Y a través del agua que lavará sus pies, se encuentra el símbolo de la purificación, en donde las heridas, los pecados y los errores son lavados por la castidad que representa el agua misma.
Cuando reciban esa bendición, recuerden que estarán siendo liberados de las amarras. Porque el agua guarda el código de la pureza original, de lo que existió en el principio en el Génesis, lo que santifica a las almas, las purifica y también las renueva, bajo el Espíritu Santo de Dios.
Tráiganme aquí el agua.
Oración:
¡Oh! Sangre de Cristo derramada sobre el mundo
purifica nuestra alma, alivia nuestro corazón
Ten piedad de nosotros, Señor
(se repite tres veces)
Amén
Las mujeres de Betania, prepararon los pozos de luz para que los códigos de Dios fueran derramados y los enfermos pudieran ser curados por el bautismo que Yo impartí después de Juan, Mi amado hermano.
Recuerden los pozos de Betania y de Samaria. Allí, cuando Yo pasé, dejé un principio fundamental para el mundo: la renovación del Sacramento del Bautismo y de la Fe para todas las almas que tenían fe en el Hijo de Dios, a pesar de no conocerlo, ni saber en verdad quién era o de dónde venía. La fe cura a las almas y les trae la esperanza para poder proseguir adelante.
Por eso, en esta tarde de Misericordia, bendigo este sacramento, esta agua casta y pura, para que sirva de cura para las almas y de liberación de los pecados del mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A pedido de Nuestro Señor escucharemos el Padrenuestro en latín.
Para aquellos que puedan, arrodillarse, para recibir la bendición de Nuestro Señor en este primer día.
Canción: Paternoster
Bajo la bendición de las esferas celestiales, recuerden que en este día y por los días que vendrán, los estaré congregando en el Espíritu de Mi Amor, para que sean motivados a seguir adelante. Y a pesar de las consecuencias, vean la Luz de Mi Presencia en el horizonte, la cual siempre estará presente en sus internos.
Envío Mi abrazo de luz a Madre María Shimani y a la Hermana Lucía, pues en esta Sagrada Semana estarán presentes en Mi Corazón.
¡Les agradezco por estar hoy Conmigo!
Creen puentes de luz durante estos días, así Yo podré ayudarlos y entregarles la esencia de Mi Amor.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más