APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN QUEBEC, CANADÁ, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 21

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo no tengo ojos para ver pecadores, Yo tengo ojos para ver almas, lo que está más allá de lo que ustedes hoy no pueden ver. Por eso en este día de gloria, estoy aquí para reafirmar lo que Mi Padre creó y manifestó a través de ustedes.

Vengo a encender en ustedes los tesoros de Mi Padre, tesoros espirituales y anónimos que se guardan dentro de cada ser. Yo vengo a dar valor a todo lo que es inmaterial y sagrado para que las almas lo encuentren por sí mismas, algún día.

Y esto se manifestará, compañeros, a través de la vida de consagración y de servicio a Dios; porque cuando el Padre Eterno pensó en la Creación, pensó en lo que vendría después de todo lo manifestado y Él, en Su eterno silencio, ya estaba preparado para ver por Sí mismo las consecuencias, no los errores, sino el cumplimiento de Su Divina Voluntad a través de las almas de todos los que, en este universo y en otros, vivirían la experiencia del Amor y de la Unidad; porque allí está el principio de Su Voluntad para todo lo que fue manifestado y creado, allí está el principio del Amor y de la Unidad en las almas, que en este tiempo muchas de ellas no viven por involucrarse en la vida material y por distanciarse de la Verdad.

Pero el Padre Eterno Me envía como parte de Su Manifestación Divina a hacerles recordar a todos este principio, el principio del Amor y de la Unidad en los seres, que es algo que puede renovar la Fuente de la Creación, que es algo que puede renovar la evolución.

Así, vengo a colocarlos en otra dimensión de consciencia ante la situación planetaria de estos tiempos que ustedes ya conocen. Así, vengo a recordarles lo que es esencial, lo que en este tiempo muchas almas pierden de vista por envolverse en lo que es superficial y alejarse de todo lo que es espiritual. Esta es la causa de la realidad y de la condición humana, pero deben saber y deben recordar que la puerta hacia lo Divino y Cósmico siempre está abierta.

Yo vengo a abrirles esa puerta a ustedes y a sus hermanos del mundo, porque aún queda un poco de tiempo para que todos puedan cruzar ese umbral hacia la existencia de lo desconocido, en donde las almas pueden encontrar sentido a sus vidas, en donde los espíritus pueden encontrar sentido al Propósito de la encarnación.

Así, Yo vengo trayéndoles a ustedes la realidad divina e interna, la verdadera riqueza espiritual que vive en cada ser y en cada alma, no para vanagloriarlos, sino para hacerlos cada vez más humildes, resignados al Plan de Dios y disponibles para vivir la Voluntad Superior.

Así, Yo vengo a retirarlos una vez más de lo que es superficial para que, estando en lo que es inmaterial, universal y cósmico, puedan mirar la realidad planetaria con los propios ojos de la Jerarquía en una perspectiva constructiva y evolutiva, en la que todos los seres de este planeta, bajo cualquier condición o situación, tengan la Gracia inmediata de poder encontrar este verdadero camino hacia la verdadera vida espiritual e inmaterial.

Pero tengan cuidado, Yo no vengo a sacarlos de la realidad que deben experimentar, de todo lo que deben aprender y transitar. No vengo a dejarlos en la indiferencia, sino en la disposición incondicional e inmediata para atender a esta realidad mundial; porque muchos son los preciosos servidores que Yo tengo y sé que, a través del Centro Regente de Mi Corazón, las almas en sus diferentes escuelas y aprendizajes se colocan en los diferentes anillos de Mi Obra Redentora.

A algunas almas les corresponde estar en el anillo que Yo necesito, pero a otras almas les corresponde percibir y reconocer si están en el anillo correcto, es decir si están en el lugar correcto. Y esto no significa ni representa alejarse del compromiso que cada corazón de esta Tierra firmó Conmigo, antes de encarnar en el planeta.

¿Ahora comprenden, por intermedio de Mi Sabiduría y Amor, cuál es la diferencia entre estar en la realidad o no estar? Esto no debe generar un sentimiento o un desánimo, debe colocar a cada corazón que se ofrece a Mí en la verdadera dimensión que revela la realidad de estos tiempos.

Digo esto, compañeros, porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por proyectar y organizar para poder concretarlo en esta materia; porque así la humanidad lo necesita, así las almas lo necesitan, así los corazones lo necesitan, como parte del Plan de Rescate de estos tiempos.

Es por eso, que hoy vengo con Mi aspecto crístico de Sabiduría; aquel aspecto espiritual, divino e interno que en otros tiempos intervino en la humanidad para poder enseñarle y, al mismo tiempo, para poder alertarla del tiempo de la corrección y del alineamiento con el Divino Propósito.

Hoy, lo vuelvo a hacer a pedido de Mi Padre Celestial; porque todos, bajo cualquier condición o situación en este tiempo, están viviendo su propio juicio espiritual, la primera fase de ese Juicio Universal que muchos seres vivirán conscientemente.

Esto no se compara a una condenación ni tampoco a un juicio de valor. El juicio espiritual, en el que la humanidad ya está ingresando, significa un gran momento de revisión y de reflexión para poder reconocer las Gracias y los tesoros espirituales que fueron recibidos.

Para que vean que es posible este momento, el Padre Celestial, a través de Su Amado Hijo, le concede al mundo y a la humanidad esta revelación, que muchos estaban esperando, para que puedan transitar este momento en paz y con consciencia.

Yo vengo a entregarles lo más sagrado que tiene Mi Corazón para que puedan sentir en este tiempo, y también puedan vivir, la valentía de servir a Dios, así como Él lo tiene previsto a través de Su Divino Pensamiento y a través de Su Sagrado Espíritu, Espíritu Sagrado de Dios que hoy desciende al mundo y a la humanidad para bendecirlos, para renovarlos, para despertarlos a la Verdad.

La Jerarquía Espiritual prevé seguir dando pasos en el final de estos tiempos. No es tiempo de detenerse en situaciones que no quieren cambiar, no solo a nivel planetario, sino también a nivel humano.

Es tiempo de transformar todo esto en el Amor, en ese Amor que es capaz de forma incondicional de sostener cualquier situación por más dolorosa o difícil que parezca; porque, al final de todo, el alma de cada ser busca la libertad de las cadenas y de las prisiones de la vida humana. Y esto será posible a través de la Gracia que Yo puedo otorgar misericordiosamente a través de Mi Voluntad y en el momento más oportuno, en el que el alma podrá recibir este impulso espiritual.

La humanidad camina hacia su etapa más difícil y creo, compañeros, que ustedes se dan cuenta de esto, no solo por lo que pasa en ustedes mismos, sino también en el planeta. Por eso, es momento de elevar la consciencia hacia la realidad inmaterial para que puedan vivir los aprendizajes, los últimos aprendizajes que vivirá el mundo, con neutralidad, amor y paciencia.

Yo estoy aquí para sostener a los que quieran caminar a Mi lado, así como Yo lo necesito. Porque no es un querer propio, necesito que entiendan que es parte de un Propósito que va más allá de Mí. Así, podrán comprender que no es nada personal; pero Mi Amor de Maestro y de Guía los quiere conducir como un Buen Pastor que cuida a todas Sus ovejas, principalmente a las ovejas que están perdidas o que no pudieron seguir Mi Camino.

Así, con una percepción honesta como la que Yo les ofrezco en lealtad, podrán observar y contemplar que no existe Justicia sobre toda condición humana, sino que existe un afluente infinito de Mi Amor para transformar a todas las almas posibles.

Hoy, la Jerarquía Espiritual cierra una etapa importante en América del Norte. A través de Estados Unidos y de Canadá, las semillas que era necesario plantar fueron sembradas, ahora es tiempo de regarlas a través de los impulsos que fueron dados y a través de todo lo que precisa ser concretado gradualmente.

Por eso, este es el tiempo de manifestar la concreción del Plan, no solo con la existencia del Núcleo-Luz en Monte Shasta, sino también con la puerta que se pudo abrir en Canadá para manifestar también un Núcleo-Luz. Una vida grupal evolutiva más silenciosa y anónima que ayude en el final de estos tiempos, a través de los Puntos de Luz de la Jerarquía, a sostener el planeta en esta etapa final.

Entonces, vean todo lo que fue posible construir en estos casi cincuenta días, en los que muchos desafíos fueron enfrentados, pero muchos impulsos sagrados fueron recibidos a través de la última Peregrinación por la Paz en Estados Unidos y en Canadá; puerta que se seguirá ampliando conforme lo anunciado por la Jerarquía en la región de Alaska, en donde realidades más internas y espirituales será reveladas algún día, en donde una vez más cada uno de ustedes podrá tener consciencia de los tesoros que se guardan en el planeta, tesoros inmateriales de la Jerarquía.

Quiero agradecerles a los que confían, quiero agradecerles a los que apoyan toda esta misión que ha vivido su cambio en estos últimos dos años.

Ahora sí llegó el momento de sostener diferentes regiones y continentes del planeta. Por eso, a través de sus corazones y, sobre todo, a través de su responsabilidad consciente, deberán abrir las puertas para que se multipliquen los frutos de la Jerarquía en el planeta, como una fuente inagotable de Gracias, para las almas que los necesiten.

Me retiro de aquí, impregnando en sus consciencias un rayo de Mi Sabiduría para que lo invoquen cuando lo necesiten, para que los ilumine y les dé discernimiento, para que fortalezca la fe y la confianza de amar lo desconocido.

Gracias a los que se esfuerzan de verdad en seguir Mis pasos, de pies descalzos y despojados, para que una vez más con todos los que Me siguen y Me acompañan podamos ser nada.

Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los acompañe ahora y siempre. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEGUNDO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Llegó el tiempo de que sepan, compañeros, quiénes son verdaderamente, del lugar de donde provienen, de la Fuente de donde surgieron y por qué razón han venido a la Tierra para que, en este tiempo como en otros tiempos, aprendan a vivir el Plan de Dios y su realización en esta vida.

Esta es la encarnación definitiva para todos los seres humanos, momento en el cual todos son colocados ante la oportunidad de discernir y de tomar consciencia de lo que verdaderamente son y no de lo que aparentan ser.

Hoy vengo como el Nazareno, el Pastor que vuelve a convocar a Sus ovejas de los cuatro puntos de la Tierra, para que puedan escuchar atentamente esta revelación que los hará conscientes de su realidad y del momento que están viviendo, de la etapa que están atravesando y del aprendizaje que, en este ciclo, están transitando.

Vengo a colocarlos en la dimensión del Universo Sideral, en donde la Consciencia de Dios está presente en infinitas manifestaciones y Nombres; de ahí ustedes provienen, no son solo seres humanos, son esencias, almas y espíritus que vinieron a aprender algo fundamental: el perdón.

Ese perdón, que es tan necesario en ustedes y en el mundo, es el perdón que los llevará al arrepentimiento y a la reconciliación con ustedes mismos, entre los pueblos y las naciones.

Por eso, llegó la hora de conocer la verdad y de poder despertar a través de ella, sabiendo que en este último ciclo es en el que tendrán el gran impulso espiritual para dar el gran paso de sus vidas, reconociendo que Dios lo necesita en este momento y que ustedes también lo necesitan para poder reconstruir sus vidas, no solo de manera espiritual, sino también de forma material y, en consecuencia, toda la humanidad se reconstruirá y se volverá a levantar de donde hoy se encuentra.

Pero solo existe un requisito para eso, su fe en todo lo que les digo, su confianza en todo lo que realizo, su amor en todo lo que predico.

Así también impulsarán a otras almas a que, por medio de su oferta y entrega, también puedan despertar y tomar consciencia de que llegó la hora de cambiar.

Porque el gran cambio está llegando, el fin se está aproximando, el tiempo marca ese momento. También tienen que ser conscientes de eso para que estén preparados, atentos y vigilantes ante todo lo que moverá al planeta por el movimiento que realizará el Universo.

Hoy los quiero colocar a todos en ese plano de consciencia, desde donde cada uno de ustedes proviene, para que, volviendo al Origen y al principio de su existencia, recuperen los valores y los atributos que necesitan para atravesar estos tiempos y estos momentos tan definitivos.

Ingresemos ahora en ese estado de consciencia y dejémonos colmar por la Presencia de Dios, en la manifestación de Elohim. Fue ese aspecto del Padre que se encargó, directamente, de la manifestación de las diferentes Fuentes que, siendo creadas por los ángeles, gestaron la vida.

Siéntanse en el Vientre materno del Universo y hagan despertar, en este momento, a su pureza original que los llevará a entender la Sabiduría de Dios, la pureza que les mostrará el camino de regreso al Padre Eterno.

Porque Él se encuentra con Sus brazos abiertos, como un Padre que ama a Sus hijos, como un Padre que espera a sus criaturas para hacerles sentir la inmensidad de Su Amor y de Su compasión con el mundo.

Ante este estado de consciencia, cada uno de ustedes vuélvase hacia Dios así como son, sin ocultarle nada, porque Él los conoce por dentro, Él los sabe por dentro y nada puede quedar escondido dentro de sus corazones.

Liberen sus amarguras, disuelvan sus tristezas, curen sus corazones, fortalezcan sus almas y entren en comunión con el Padre, ante la Presencia de Elohim, para que Él pueda entregarles Su Gracia en este momento y a través de Su Hijo, por la gran necesidad que tiene la humanidad y por todas las esencias que aún están perdidas en los abismos de la ilusión, de la ignorancia y de la indiferencia, por las almas que sufren, en este momento, sin tener un momento de alivio ni tampoco de paz.

Por la Gracia que siempre les ha entregado Mi Corazón misericordioso y ante ese origen del cual cada uno proviene en esencia y en espíritu, ante la oportunidad de la reconciliación y de la paz, para que se establezca la cura en la humanidad y en compañía de todos los Ángeles de la Guarda presentes en este planeta y dentro de esta humanidad, entonaremos los Nombres de Dios, para que cada uno, ante la Fuente purísima del Padre y bajo el poder de Sus Sagrados Nombres, reciba lo que necesita en este momento.

En total despojamiento interior, sin expectativas ni intenciones personales, con la apertura del corazón y del alma, llamaremos a los Nombres de Dios para que Sus Nombres, Atributos, Gracias, Misericordias y Prodigios, desciendan a la Tierra.

Lo harán hasta que Yo se los indique.

Podemos comenzar.

Cántico: ¨Los Nombres de Dios¨.

En este momento, Cristo se encuentra hablando con Su Padre, ante la Fuente Espiritual de la Creación. Cristo, como un tierno Hijo, conversa con el Padre, arrodillado ante Él.

Ante la emanación de esa poderosa Luz, Cristo se ofrece por cada uno de nosotros, por el propósito de cada vida, por la misión de cada ser, por el Plan de Amor en la humanidad, por la redención de todas las almas.

Cristo se ofrece incansablemente, mostrándole al Padre cada una de Sus Llagas, revelándole al Padre cada uno de Sus martirios, agonías y pesares por la humanidad y, lo principal, Cristo le ofrece de nuevo Su Corazón por cada uno de nuestros corazones. Porque, en este momento, el Maestro sabe de la importancia del cumplimiento del camino espiritual de cada uno de Sus compañeros.

De las Llagas de Sus Manos y de Su Costado, ofrece la Luz de la insondable Misericordia, alcanzada por el Redentor durante Su dolorosa Pasión.

El Padre recibe nuevamente, en el centro de Su Espíritu, en donde la Fuente se manifiesta, cada uno de los ofrecimientos de Cristo, así como los ofrecimientos y sacrificios, las renuncias y pruebas de sus discípulos. Le ofrece al Padre los triunfos de la adoración, la fortaleza de la comunión y el poder de la oración de los que se encomiendan día a día a ella.

Jesús, con una mirada de amor ante la Fuente del Padre, reúne a Su alrededor a los arcángeles, que también están en adoración ante esa Fuente luminosa.

Los arcángeles ofrecen sus consciencias por el Proyecto Genético humano y cada uno deposita, dentro de esa Fuente, sus herramientas: espadas, escudos, cristales de luz, sus propias coronas y, especialmente, el corazón espiritual de cada arcángel que unidos como un solo corazón protegen y amparan a toda la Mente Creadora.

Jesús, en absoluto e interiorizado silencio, mira hacia cada uno de nosotros, aunque todavía esté frente a esa Fuente de Luz. Con una mirada de amor, pero en Su Corazón con un sentimiento de dolor por las almas del mundo, por los que lo abandonaron y no se rindieron, Él nos pregunta:

Mis compañeros, ustedes ¿qué le darán a Dios por la redención de todo el género humano? ¿Qué le entregarán al Padre? ¿Qué esperan para poder hacerlo?

Jesús, llorando, nos dice:

El tiempo está terminando, no lo desperdicien, no desperdicien su encarnación, hagan valer lo que Dios depositó como tesoro en cada uno de sus corazones.

La mirada de Cristo se vuelve hacia la Fuente de Luz.

Se aproxima a Él, al igual que a los arcángeles, Nuestra Señora, la Virgen María, acompañada por más huestes de Luz.

María le ofrece a Cristo...

En el silencio de María se expresa el Amor que Ella ha podido recoger de cada uno de los corazones que, sinceramente, todos los días han orado junto a Ella sin esperar nada a cambio.

María, la Virgen Santa, coloca sobre las Manos de Su Hijo todos los frutos de la oración del corazón, especialmente la Oración por la Paz en las Naciones, así como le entrega el amor que Sus hijos han colocado en cada una de esas oraciones, superándose a sí mismos, muriendo a sí mismos, vigilando, cuidando y protegiendo ese pedido de la Madre Universal.

Es de esa forma, que las huestes que acompañan a Nuestra Señora depositan sobre la Fuente cientos de Rosarios de Luz y la fe expresada por cada uno de Sus hijos en los Santuarios y Centros Marianos fundados por Su Inmaculado Corazón.

El Padre, atento al movimiento de la Madre de Dios, escucha a Nuestra Señora, así como los arcángeles escuchan a Nuestra Señora.

María, nuestra Madre, conversa con Dios; y Cristo, Su Hijo, está en éxtasis ante el Amor que emana la Voz de María y, sobre todo, ante la donación que hacen Sus manos por la humanidad. Y la Gracia que le concede el Padre a nuestra Madre alivia al Corazón de Cristo; y un bálsamo de Luz entra en el Corazón del Redentor, disolviendo las espinas en Su Espíritu.

Los errores son aplacados. La misericordia concede la redención a las almas que escuchan, en este momento, este mensaje.

Jesús se levanta del suelo y toma las manos de Su Madre, mirándola con dulzura, diciéndole a María:
"Madre, Yo Te entregué a Mis compañeros y Tú los has cuidado, aunque algunos no te hayan correspondido. Hoy Me vuelvo a levantar del suelo, así como Me levanté en el Calvario tres veces, porque Tú Me ayudas, Madre, con la fuerza de Tu Amor, de Tu paciencia y de Tu confianza a renovar todas las cosas. Y hoy renovamos juntos, ante la Presencia de Dios, a todas Sus criaturas, y los que se han arrepentido de corazón son ungidos con la Señal luminosa de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".

Y así, los arcángeles se retiran de la Fuente y la Madre de Dios se recoge en el Templo de Su Corazón para seguir orando por Sus hijos.

Cristo vuelve aquí, a este lugar, con una mirada de mansedumbre, impregnado de un profundo silencio y renovando Su Corazón en nosotros, nos ofrece nuevamente el mayor misterio de Su Amor, la santa Comunión, de la cual todos los que escuchan son invitados a participar espiritualmente.

Y así como hoy Nuestro Señor nos ofrece Su Cuerpo y Su Sangre, en este momento y después de esta experiencia, en la cual fuimos colmados por la Santísima Trinidad y nuestras culpas fueron lavadas por la Fuente del Amor de Dios, ofrezcámonos en este momento y por los días que vendrán, para que Dios, por medio de los Sagrados Corazones, siempre nos muestre el camino para encontrar la Luz, el Amor y la rendición.

Vamos a escuchar el instrumental de “Y así habló el Maestro”.

Rendidos ante el altar de Nuestro Señor, revivimos este misterio de amor y el legado que Él nos entregó por medio de la Eucaristía, y permanecemos ante la presencia de esa experiencia que vivimos juntos. Traemos a nuestra consciencia la imagen de esa Fuente de Luz para que también podamos depositar lo que tenemos y lo que no tenemos, en confianza, en Creador.

En un tiempo tan semejante a éste, Jesús estaba reunido con Sus apóstoles para entregarles el legado más importante de la humanidad, antes de vivir Su dolorosa Pasión.

Es así, que Él se ofreció y elevando el pan, se lo entregó al Padre para que fuera bendecido. Y enseguida, se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Enseguida tomó el Cáliz y realizando el mismo ejercicio, se lo ofreció al Padre para que fuera bendecido. Enseguida se lo pasó a Sus apóstoles y con toda la ternura y el amor de Su Corazón, mirándolos a los ojos a cada uno de ellos, les dijo: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por los hombres para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Bienaventurados los que se sirvan de este Sacramento de forma espiritual, porque en este día también estarán comulgando Conmigo, a pesar de dónde se encuentren.

En unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, recemos la oración que Cristo nos enseñó.

Padre Nuestro (en español).

Padre Nuestro (en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Y hoy, siete gotas de la Sangre Espiritual de Cristo fueron derramadas por el Redentor, dentro de estos cálices, por la redención de la humanidad. Amén.

Que la paz esté en ustedes, para que la paz esté en el mundo.

Y antes de partir al mismo lugar y espacio espiritual adonde hoy, en consciencia, los llevé a cada uno de ustedes, les pido que recuerden esta experiencia, porque la necesitarán como fortaleza de sus espíritus y almas.

Mediten a través de esta experiencia y podrán encontrar muchas más llaves en su camino espiritual.

Hoy, por segunda vez, he sentido la presencia de cada uno de sus corazones, de esa forma, no Me siento solo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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