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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi mensaje llega nuevamente al mundo, especialmente a los corazones que estén abiertos a escuchar la Palabra de la Jerarquía Divina, una Palabra y un Verbo que resuena en el Universo, porque es un Verbo que proviene de Dios.
Porque del Verbo surgió la Creación y todo lo que existe, así como también surgieron los hijos del Padre, que han venido caminando en esta trayectoria cósmica para poder alcanzar algún día la redención.
Pero el perdón es concedido a los que se animan a vivir el camino de la redención.
Por eso, aún el Universo y la Jerarquía sostienen a este mundo y a la humanidad, porque aún hay tiempo de vivir ese camino, a pesar de todo lo que suceda en este ciclo.
La Jerarquía necesita que los valientes se animen a sumergirse en la Vida Universal, una Vida que les muestra su origen, su existencia y su propósito. En simples palabras, la revelación de su verdad y también de su pasado; no de un pasado para volver hacia atrás o recordar los errores cometidos, sino para que recuerden lo que aprendieron, lo que vivieron y lo que adquirieron a través de los tiempos, del tiempo cósmico.
Hoy, vengo a pronunciarme al mundo desde los Andes, uno de los lugares en donde la Jerarquía tiene Su Corazón y Su Presencia, desde los Andes mendocinos y chilenos, porque para la Jerarquía no existe división ni fronteras; hay un solo pueblo, un único pueblo, una única raza que, a pesar de sus experiencias y vivencias, algún día deberá reconocerse como única en este Proyecto de Amor y de redención, de perdón y de Misericordia.
Por eso, abro las puertas del Universo en este lugar, en donde hoy ustedes se encuentran para acompañar a su Madre Celeste; en donde las estrellas caídas y los soles que despiertan pueden volver a reencontrar su origen y sentirse parte de un todo, sentirse parte de la Creación, de la Vida Universal.
Por eso, hoy sus espíritus son colocados ante la presencia del Universo, ante la presencia de la Jerarquía, ante la Fuente del Amor de Dios, porque es de eso que los seres de la superficie de la Tierra, en este tiempo, deberán alimentarse para aprender a sobrevivir en estos momentos cruciales, en los que la humanidad enfrenta el resultado de lo que escogió.
Pero Yo vengo como Madre y también como Gobernanta del Universo, como la Matriz de los Espejos, para ayudarlos a corregir el camino, para enseñarles a encontrar el sendero de la paz y de la armonía, para que sus soles internos puedan brillar y manifestar el Propósito, más allá de la vida humana, de la superficialidad.
Las oportunidades que da la Jerarquía en este momento son únicas y no se repetirán. Por eso, deben aprovechar los tiempos y los acontecimientos. Deben nutrirse espiritualmente de lo que les da la Jerarquía Espiritual para que, cada día más, puedan reafirmar ese compromiso y ese propósito que vinieron a cumplir por una Voluntad Mayor y aún desconocida.
Los orígenes de los que despertaron y de los que despertarán, hoy, se unen a este momento y a este encuentro con la Madre Divina, para que el verdadero linaje, para que el verdadero don o virtud en cada ser, impulse a la consciencia tridimensional a dar el paso que necesita dar, y ayudar a revertir, en el servicio y por amor, la situación en la que se encuentra la humanidad, que es una situación adversa y muy oscura.
Pero mientras Yo estoy aquí con ustedes, hijos amados, mientras Me pronuncio en el centro de cada uno de sus seres, en donde resuena verdaderamente la Palabra de la Jerarquía, la Madre Universal y la Gobernanta Mayor disuelven las corrientes contrarias por medio del camino de la paz y de la armonía, sin generar conflictos ni enfrentamientos espirituales. Porque el amor, como ustedes lo saben, está por encima de todo, de cualquier situación o momento, de cualquier desierto interior o agonía.
El amor los hace renovar y les permite reencontrar el camino que a veces pierden por diferentes circunstancias.
El mundo y especialmente la humanidad, hoy, deberá reconocer que no está sola en este macrocosmos. Eso concederá la intervención y la ayuda de las Esferas Celestiales. Y la humanidad, o al menos una pequeña parte, podría recuperar lo que perdió interiormente; y seguiría siendo impulsada a vivir el camino de la Luz.
Por eso, todos los esfuerzos que hace la Jerarquía en este momento son inmediatos y urgentes. Así su respuesta, en este momento, deberá ser inmediata y urgente, para que el mayor equilibrio se pueda alcanzar en todo el género humano, en toda la superficie de la Tierra, en cada corazón que forma parte de esta familia universal.
Y así, mientras les hablo y les transmito Mis palabras, su Madre Celeste y la Gobernanta Mayor trabajan con la humanidad en aquellas situaciones que aún no están resueltas y que necesitan de la Mano poderosa de Dios para encontrar una solución y un camino de regreso al origen.
Cuando estoy aquí con ustedes, Yo les traigo el Universo, no solo el que existe allá afuera en el Cosmos, sino también les traigo el Universo Espiritual, en donde está el principio de todo y el origen de su existencia, la Esencia primordial y fundamental que los creó, para que hoy estuvieran aquí, en este planeta, y viviendo esta escuela que Mi Hijo les ofrece por Amor.
Asumiendo el compromiso con lo que verdaderamente son y no con lo que aparentan, permitirán que el Propósito sea alcanzable para cada uno de ustedes y puedan seguir contribuyendo al Plan de la Jerarquía en este tiempo agudo de la humanidad.
Hoy, vengo a contemplar lo verdadero que hay en ustedes y no lo aparente; vengo a hacer despuntar el centro de su ser, que es un sol, una esencia que cumple un propósito y una meta en esta Creación, como muchas, muchas esencias en el universo y así los vengo a unir a una única Fuente, al Pensamiento Divino de Dios.
Los vengo a elevar hacia el Corazón del Padre, porque allí siempre encontrarán la fuerza interior que necesitan para trascenderse y redimirse en el nombre de Mi Hijo, su Redentor.
Mientras esto también sucede, las esencias de la humanidad son trabajadas por su Madre Celeste, por la Gobernanta Mayor, para que al menos una chispa de la Gracia Divina encienda la consciencia de los que duermen y así puedan despertar a la Verdad Universal.
Necesito, para que eso sea posible, de intermediarios, de servidores, de fieles colaboradores que sigan la instrucción de la Jerarquía Espiritual y no otras, para que no se confundan, para que no se vanaglorien, para que solo cumplan en obediencia y gratitud la Divina Voluntad, que es la Voluntad que siempre los liberará y los conducirá hacia el camino justo y cierto.
Mientras el planeta vive su purificación y la purificación moviliza el caos y los conflictos, que reine la Paz en el corazón de los que creen en Dios y en aquellos que cumplen Su llamado sin condiciones ni reglas.
Que el advenimiento de la Nueva Humanidad ya sea una realidad para todos porque esa humanidad, hijos, primero debe nacer en ustedes, para después estar presente en la superficie; es algo profundamente espiritual e inmaterial.
La Nueva Humanidad será un don de Dios concedido por el propio Padre Eterno para la regeneración de la vida y de toda la Creación, después de las traumáticas y dolorosas experiencias vividas en toda la raza humana, a través de los tiempos y de las décadas.
El don de Dios de la Nueva Humanidad será una realidad viva en aquellos que se autoconvoquen para que el viejo rebaño de Israel se vuelva a reunir y a congregar, y cumpla finalmente las promesas que están escritas en el Corazón de Dios, su Padre Eterno.
En este momento de transición planetaria, reúnan las fuerzas internas que provienen del amor del corazón y del amor del espíritu para llevar adelante, en este camino, las voluntades y los proyectos de Mi Hijo que aún están por manifestarse en este tiempo, aunque la humanidad viva esta dura realidad.
Confíen en lo que es posible realizar, en lo que es posible concretar y en todo lo que es posible alcanzar, porque como es Voluntad de Dios se manifestará y se presentará ante sus ojos, y llevarán adelante todo aquello que el Padre espera hace tanto tiempo.
Es posible disminuir los riesgos que podría vivir el planeta y la humanidad en este tiempo si la oferta fuera sincera y no oscilante. El Plan se cumplirá porque es Ley y en eso deben creer todos los días.
Yo estoy aquí con ustedes siempre, para ayudarlos a construir en ustedes el Plan de Dios, para que después el Plan sea una realidad en la superficie.
La obediencia y la fidelidad serán la gran llave en este momento de transición para todos los servidores y colaboradores de esta obra, así nunca faltará el puente de contacto entre su Universo y el Nuestro.
Que el Amor que hoy trae Mi Corazón los reconstruya interiormente y los coloque en los Comandos de Mi Hijo, para que la Obra de Su infinita Misericordia llegue a todos sin distinción.
Desde los Andes vuelvo a invocar y a proclamar a todos el retorno a su origen para que, en este tiempo de purificación, crean en lo hermoso y bello que Dios les dio en el principio.
¡Les agradezco por acompañar este momento planetario! Porque sé que nunca lo vivieron ni lo experimentaron. Este es el gran momento y el gran tiempo para todos. Sírvanse de Nuestro Amor para poder vivirlo. Acojan Nuestro apoyo para poder enfrentarlo.
Yo estoy aquí y soy su Madre Universal.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Ya les dije, hijos Míos, que existe algo mayor dentro de ustedes que desconocen; y que dentro de su esencia original, la pureza que Dios concibió para cada uno de Sus hijos se encuentran muchos misterios por revelar y por mostrar a cada una de sus almas.
Yo vengo como su Madre, pero también como su Gobernanta Universal, como ese gran Espejo de Justicia y de Misericordia, que viene a reflejar en la Tierra los Principios y los Dones de Dios.
Lo que el Padre espera de cada uno de ustedes, hijos Míos, es que ustedes también lo puedan representar en la superficie de la Tierra y que puedan ser espejos, tan semejantes a como soy Yo, que no solo traigan los atributos divinos a la Tierra en este momento tan agudo de la humanidad, sino que también ustedes, hijos Míos, conozcan sus propios misterios internos que el Padre les revelará cuando Él les quite con Sus propias Manos los velos de la consciencia, momento en el que todo se mostrará completamente y recordarán y sabrán quiénes son.
Por medio de su consagración diaria a Mi Inmaculado Corazón es que están enviando una respuesta al Padre Eterno, para que Él pueda contar con ustedes completamente y sin condiciones, porque al menos una parte de este gran rebaño de la humanidad deberá cumplir lo que el Padre necesita en este ciclo planetario.
En los cuatro principales continentes de este planeta deben existir las tribus de Israel, no sólo recordando sus orígenes y sus Principios Divinos, sino estando conscientes y disponibles para servir al Padre Celestial en las últimas misiones que Él encomendará a la humanidad, directamente a aquellos que despertaron y despertarán en este tiempo.
Esto forma parte, hijos Míos, del Plan infinito del Creador, un Plan que aún no se cumplió y no se concretó, un Plan que está siendo escrito por sus vidas y sus corazones, no sólo por los seres que están en la superficie de la Tierra, sino también por todos los seres que están en el Cosmos y forman parte de esta gran fraternidad universal que Dios formó y conformó desde el origen.
Ahora ustedes son conscientes, hijos Míos, de que no están solos, pero aún deben ser más conscientes de sagrados conocimientos y misterios que llegarán al mundo para poder despertarlo. Eso los colocará delante de los acontecimientos del fin de los tiempos en una postura más consciente y madura, así como Dios lo necesita.
Yo les vengo a traer, hijos Míos, esta revelación porque no está escrita en la Sagrada Biblia, en verdad esa revelación fue omitida de la Sagrada Biblia. Por eso, hijos Míos, Yo soy parte de ese Verbo Divino que en el nombre de Dios viene a pronunciarse al mundo por medio de un mensaje y de la Palabra Divina, para que los hijos del Padre sean conscientes de que hay un propósito y una meta a alcanzar, en este ciclo, que ninguna raza y ninguna humanidad anterior alcanzó hasta ahora.
Todos los que están presentes en este ciclo agudo del planeta, lo están por una razón espiritual, viviendo dentro de sí el universo de los aprendizajes y de las pruebas; aprendizajes que los colocan en la madurez de la consciencia, en la disposición interior y en el servicio incondicional al Padre Eterno.
No existen pruebas mayores, hijos Míos, que no se puedan superar. Yo les entrego la llave de la oración como un camino de comunicación con Dios, como un puente que siempre los coligará con la verdad de la existencia, donde sus consciencias podrán estar completamente elevadas, a pesar de cómo se encuentre el mundo. Y en esa elevación y en esa aspiración constante, hijos Míos, es donde encontrarán las diferentes faces de Dios y conocerán más profundamente sus Nombres Sagrados que son emanaciones verdaderas de Su Consciencia Infinita, de sus diferentes tareas y misiones en este Universo, así como en otros Universos desconocidos.
Es así que Yo les traigo la Luz de la Verdad, esa Luz que debe penetrar en sus corazones y almas, una Luz que siempre los llevará a la Verdad y los sacará de la ignorancia de la Tierra. Porque hoy no solo estoy aquí por Argentina sino también por el mundo, por todos los que escuchan Mi mensaje en este tiempo crucial y claman desde su corazón por la existencia de la Paz, no solo dentro de ustedes sino también en el mundo.
Esa consciencia elevada que Dios los invita a alcanzar, día a día, no solo a través del camino de la oración, sino también a través del camino del servicio. Eso les permitirá, hijos Míos, estar en otra vibración y en otra consciencia, desde donde Dios podrá intervenir en la humanidad a través de los instrumentos, Sus hijos, y así disipar, de a poco, el caos que está presente en la humanidad. Y así, ustedes percibirán, hijos Míos, la existencia que se encuentra en los Espejos del Universo, que son grandes usinas de información que siempre alimentaron sus espíritus y esencias desde el principio.
Pero ahora, hijos Míos, llegó el momento de recordar todas esas cosas, de revivir todos esos tesoros que son profundamente espirituales e inmateriales y que colocarán a sus consciencias al servicio del Plan de Dios porque les aseguro, hijos Míos, que sabrán dónde estar y qué hacer en el momento exacto.
Ustedes y todos sus hermanos de la humanidad son una raza en transición, una raza que vive los primeros pasos del Apocalipsis, en el que se revelarán muchos misterios, pero también se mostrarán cosas increíbles por parte de los hombres y mujeres de la Tierra, nunca antes vistas, que también ofenderán al Corazón de Dios.
Por eso Yo los invito, hijos Míos, a elevar sus consciencias y ese pedido ya lo hicieron sus almas. Por eso hoy les vengo a hablar de todas estas cosas, hijos Míos, porque estarán alimentados de la Fuente Inmaterial y no de las informaciones que promueve la propia humanidad que confunden a los corazones y que no son verdaderas.
Como la Madre del Altísimo, la Madre Universal y el Inmaculado Corazón de María vengo, en este tiempo y fuera de la Iglesia, a ampliar la consciencia humana que cada día está más dormida, hipnotizada e indiferente a la realidad universal.
Será la elevación de sus consciencias y corazones, y de todos los que aspiren a despertar que colocará a la consciencia humana en otro nivel, en donde se podrá percibir la Presencia de Dios y de Su Fuente y traer la Verdad hacia sus corazones y consciencias.
Yo necesito, hijos Míos, que construyan el Nuevo Tiempo a través de sus ejemplos y de las enseñanzas que les ha entregado Mi Hijo, no sólo a través del Evangelio, sino de Sus Sagradas Instrucciones, de todos los impulsos que les ha entregado en estos últimos tiempos.
Pero llegó el momento, hijos Míos, de que la consciencia de la Divina Jerarquía se muestre y se haga sentir a la humanidad porque la raza humana está al borde del abismo y Yo tengo la tarea, hijos Míos, de rescatarlos y de despertarlos y de llevarlos al Corazón del Redentor, en donde estarán seguros y protegidos. Pero también tengo la misión espiritual encomendada por el Arcángel Gabriel de revelar la verdadera Consciencia de Dios y la de Nuestros Sagrados Corazones que no solo se remiten a una imagen santa.
Este es el tiempo en el que sus consciencias y mentes se pueden expandir y que el centro de su corazón sea quien gobierne sus vidas. Así sus espíritus los impulsarán a vivir los cambios sin miedos, sin restricciones ni dudas para que representen a Mi Hijo en la superficie de la Tierra como Sus apóstoles y no solo vivan Sus enseñanzas y Sus ejemplos, sino que lleven a sus hermanos, a los más necesitados, el alivio de Dios y que aprendan a sostener sus propias naciones por medio del instrumento de la oración y del servicio, que Me permitirá seguir pisando fuerte la cabeza del mal y más almas de los infiernos se liberarán, más consciencias recuperarán su fe y la esperanza en el Padre Eterno y nada más los separará de la Verdad, porque podrán preparar la venida gloriosa de Cristo; no sólo viviendo dentro de sí la Verdad de Cristo, sino el advenimiento de Su Consciencia a la humanidad, lo que nada ni nadie detendrá, porque en el momento más inesperado Él regresará.
Por eso Yo vengo como Su Madre y como Su Esclava fiel a avisarles y a anunciarles, hijos Míos, que ese momento se está acercando y Él será su gran Patriarca, su Gobernante, su Líder, su gran e infinito Amor. Y lo tendrán frente a sus ojos, así como lo tuvieron los apóstoles después de que Él resucitó. Pero ahora, no tocarán Su Llaga como la tocó Tomás, sino que ustedes, hijos Míos, tocarán Su Cuerpo y Sus Vestiduras Sagradas porque Él vendrá a abrazarlos en nombre del Amor y a establecer definitivamente la redención.
Por eso, hijos Míos, que sus corazones en este momento de crisis no pierdan la esperanza. Anímense a reorganizar sus vidas a través de la vida grupal, anímense a experimentar la vida comunitaria de las Comunidades-Luz que Nuestros Sagrados Corazones y las Sagradas Consciencias del Universo pidieron fundar hace muchos años, en ciertos puntos de Sudamérica, para que la humanidad que estaría sufriendo y padeciendo en este tiempo consiguiera encontrar un lugar en donde pudiera ver a Dios, sentirlo en lo profundo de su corazón y saber con certeza que nada está perdido, a pesar del caos que reina en el mundo.
Esas Comunidades-Luz, hijos Míos, son las Islas de Salvación para la humanidad entera. Por eso, hijos Míos, sepan que los valores sagrados de Dios están presentes aún en la Tierra y en esos lugares.
Pero deberán vivir completamente el desapego, la neutralidad y la confianza, para que sus vidas vayan cambiando, poco a poco, y sepan que Dios, a través de las Comunidades-Luz, coloca Sus Sagrados Aspectos, cada uno de Sus Nombres Sagrados, para que Sus Atributos alimenten sus espíritus y a todos los que lleguen allí para vivenciar la presencia del Amor, de la hermandad, de la solidaridad, de la cooperación y de la Verdad.
Porque allí estamos presentes, entre ustedes y en ustedes. Allí encontrarán refugio a sus necesidades espirituales e internas. Allí encontrarán apoyo siguiendo los principios de la hermandad y de la vida grupal para que todo se mantenga en orden y en armonía.
Las Islas de Salvación son para aquellos que se quieren transformar verdaderamente y entregar su vida en las manos de Dios, así como nunca antes la entregaron. Las Islas de Salvación son lugares para las familias, para la célula principal del Plan de Dios que debe ser protegida y amparada por la Jerarquía, para que la familia como arquetipo espiritual siga perdurando a través de los tiempos, no pierda la felicidad y el amor que la ha concebido, sino que reciba siempre la Gracia de Dios para que todos los que nacieron y nacerán sean también dignos hijos de Dios, parte de la familia universal.
Pero el mundo está con su atención en otras cosas, por eso llegó el tiempo, hijos Míos, de que su Madre Celeste les revele lo que el Universo guarda hace mucho tiempo y que por períodos, a lo largo de la historia de la humanidad, ha tocado a esta raza por medio del despertar y del conocimiento, de la experiencia que tuvieron los pueblos sagrados, los pueblos originarios que consiguieron cumplir con el Plan de Dios, antes de que fueran exterminados.
Esa enseñanza, esa forma de contacto interior, con el Universo y con Dios, deberá ser retomada por la humanidad para que estén en la sintonía correcta y con la protección correcta.
Ahora, hijos Míos, como testimonio de que es importante mantener esa familia universal, como Madre del Altísimo y Señora de Argentina, escuchando el instrumental del himno de consagración de los Hijos de María llegó el momento de que los que hoy se consagrarán se aproximen hasta aquí para recibir Mis palabras y Mi bendición, sabiendo que sigo confiando en todos los que ya se consagraron y en los que, más allá de la apariencia humana o de los acontecimientos, se están consagrando para servir a la Madre de Dios, a la Gobernanta del Universo y de la Tierra, al Espejo de la Justicia y de la Misericordia.
Por eso, hijos, regocíjense, alégrense y vivan la esperanza, que Mi Corazón maternal hoy les entrega en esta consagración, de permitir que sus almas y esencias estén bien despiertas y conscientes para que sus vidas completamente sean parte de los Atributos de Dios.
En esta noche, en donde toda Argentina es bendecida amorosamente por la Madre de Dios y bajo la presencia de los ángeles del Cielo, enciendo en ustedes, hijos Míos, la Pureza Original, para que ella los haga libres de espíritu y de cuerpo, de alma y de corazón, sabiendo que Dios está dentro de ustedes y los ama, y que Él tiene la autoridad de curar todas las cosas, por más difíciles e imposibles que parezcan.
Ustedes, hijos Míos, hoy se están comprometiendo ante Mi Inmaculado Corazón a no sólo orar por las familias de Argentina, sino también a orar por la Paz en Argentina, Paraguay y Uruguay.
Ustedes tienen Conmigo la misión espiritual de proteger el Proyecto que Dios ha pensado para este tiempo y para este lugar en Sudamérica, en donde deberá brillar la Estrella de la Nueva Jerusalén que hará renacer en la Paz y en el Amor a todos los corazones.
Yo los consagro, como muchas veces ya los consagré, pero ahora los consagro como Mis hijos, como Mis queridos hijos que caminarán a Mi lado formando parte de los ejércitos de la Paz, de los comandos poderosos de la oración del corazón.
También los invito, hijos Míos, a experimentar y a vivir el servicio por el semejante y por los Reinos de la Naturaleza, especialmente por las aldeas tan pobres de la Argentina, que muchas de ellas se encuentran aquí en Buenos Aires, en donde los corazones esperan por una sonrisa, por un gesto de amor, por un abrazo de compasión para poder soportar la miseria que viven en este tiempo.
Pero, hijos Míos, si sus corazones se elevaran al Cielo por medio del impulso de la oración y sus oraciones fueran profundamente verdaderas, no sólo ustedes seguirán estando debajo de Mi Manto, sino todos los más pobres entre los pobres.
Porque la Madre de Dios seguirá trabajando espiritualmente para que la Nueva Humanidad sea en Argentina y reciba el retorno de Cristo. Amén.
Yo los bendigo y les doy Mi abrazo maternal.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy les dejo Mi Luz, Mi Cariño y Mi Consuelo para que lo lleven en ustedes mismos y lo compartan con los que más lo necesitan; así la red poderosa de Mi Amor llegará al mundo entero.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Y escucho el himno de su consagración.
Hasta pronto.
Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia.
Redención, Redención, Redención
para este planeta.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mientras las puertas del Cielo aún se abren, Yo vengo como su Gobernanta Universal, como Reina y Madre de todos los ángeles, a pedido de Mi Amado Hijo.
Hoy vine con todos ellos, los que dieron principio a la Creación. Véanlos en su interior. Siéntanlos con sus corazones, son los ángeles de Dios que vienen al mundo para pacificarlo, para traerle la Misericordia de Dios a todos los conflictos del mundo.
Cuán grande es este Universo de Dios que solo los corazones más simples y humildes consiguen vislumbrarlo completamente con la visión del infinito. Es ese Infinito el que hoy se aproxima a ustedes, queridos hijos, es el Reino Celestial que se acerca para traerles la Luz a los corazones, la cura a todas las almas y la compasión a todas las consciencias.
Hoy, los ángeles del universo sustentan Mi Manto de Luz para que se extienda sobre el mundo, especialmente sobre las naciones en donde falta la paz y la redención.
Vean cuántos ángeles se aproximan a ustedes para traerles la sabiduría de Dios y para que esta sea comprendida por sus corazones como un sentimiento profundo de unidad.
Así, perciban el tiempo real, la verdadera realidad que hoy desciende al planeta y sobre este Centro Mariano para renovar su propósito ante Dios y el propósito de todos los demás.
Hoy, vengo a darles a conocer, queridos hijos, la esencia de la Creación de Dios, algo que en estos tiempos se revelará a los que están despiertos y dormidos, porque aún queda un tiempo más de Misericordia.
Quisiera que todos Mis amados hijos traspasaran con sus consciencias y, sobre todo con sus corazones estas sagradas dimensiones que hoy se hacen presentes ante ustedes.
Hoy, les he traído especialmente a ustedes, queridos hijos; y a todos Mis hijos del mundo, despiertos e ignorantes de este conocimiento; a cada uno de los ángeles de la Creación de Dios. Porque, en verdad, Mi Padre, a través de Su Amado Hijo, les ha enviado estas sagradas presencias aladas ante sus ojos, para traerles el Soplo del Espíritu. Aquel Soplo de Dios que, de tiempo en tiempo, vivifica el alma y engrandece al espíritu por estar unidos a Su gran humildad.
Estos santos ángeles, queridos hijos, son los que se aproximaron cuando el Hijo de Dios encarnó a través de Mí. Ellos fueron los que prepararon, en el mundo, la Venida del Mesías. Fueron los que anunciaron a San José que sería el Padre de Jesús, el testigo de este gran milagro de Amor. Los mismos ángeles fueron los que anunciaron a Mi Madre, Santa Ana, la venida de Mi Pureza Original al mundo.
Los ángeles de esta Creación Superior fueron los que guiaron a Moisés y permitieron guiar a los pueblos en el desierto.
Fueron los mismos ángeles que estuvieron con Abraham para formar las nuevas tribus que guardarían los códigos de la Venida del Redentor en la esencia de sus almas y de sus espíritus.
Fueron estos mismos ángeles, queridos hijos, los que Me han acompañado a lo largo del tiempo en las Apariciones, en cada lugar del mundo en donde Yo Me he hecho presente para traer la advertencia del Cielo, el Mensaje de paz y de reconciliación, al mundo.
Son estos mismos ángeles de Dios que hoy, presentes ante ustedes y sus corazones, vienen al mundo para poder guiarlos hacia el Propósito final, hacia el día del gran Juicio Final.
Fueron estos mismos ángeles, los que acompañaron la Pasión de Mi Hijo; los que juntaron, con sus propias manos, cada gota espiritual que Mi Hijo derramó a través de Su Santa Sangre.
Fueron los mismos ángeles, queridos hijos, los que junto con Mi Hijo sustentaron el Cáliz de la Última Cena, derramando sobre él la Misericordia de Dios y dando al mundo el testimonio de que Él era el Redentor, el Salvador de todas las consciencias, a lo largo de todos los tiempos.
Fueron estos ángeles, enviados por San Miguel Arcángel, los que acudieron a Jesús durante la flagelación, los que vivieron junto con Él cada dolor padecido y la Sangre derramada por la salvación de la humanidad.
Fueron estos ángeles los que consolaron al Corazón de su Madre Dolorosa, al ver a Su Hijo flagelado y ultrajado por los pecados del mundo.
Fueron estos ángeles, queridos hijos, los que llevaron junto con Jesús y el cireneo, la pesada Cruz del mundo, la gran deuda universal que aún no se ha pagado.
Fueron estos ángeles, los que sustentaron la Cruz cuando el Rostro de Mi Hijo tocó el suelo.
Fueron estos ángeles los que, a los pies de la Cruz, durante tres días, contemplaron el sacrificio del Hijo de Dios y ayudaron a Jesús a liberar de los infiernos del mundo a todos los que estaban dentro de ellos.
Fueron estos mismos ángeles, los que anunciaron a las mujeres de Jerusalén la Victoriosa Resurrección de Cristo, Nuestro Señor.
Fueron los ángeles, que hoy nos acompañan, los que acompañaron a su Señor por el camino de Emaús, para testimoniar Su Resurrección ante el mundo.
Estos mismos ángeles, hijos Míos, acompañaron la Ascensión de Jesús y guardaron en sus corazones la promesa de la Segunda Venida de Cristo; algo que hoy, estos mismos ángeles de Dios, ante la Presencia de su Madre Celeste, vienen a testimoniar y a confirmar que el Retorno de Mi Hijo está próximo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
¿Alguna vez se preguntaron por qué Yo Soy la Reina de los Ángeles?
¿De dónde viene la potestad que el Creador Me entregó, de cruzar los universos y las dimensiones, acompañada por aquellas criaturas que habitaron primero el cosmos y que representan Su Propósito para toda Su Creación?
¿Alguna vez se preguntaron, hijos Míos, de dónde proviene Mi Maternidad? ¿Será de este mundo o de todo el cosmos?
¿De Mi Vientre Purísimo nació solo el Redentor o todas sus esencias?
Hoy les traigo un gran misterio, que escribo en los espejos de sus corazones, reflejando en cada uno de ustedes la santa presencia de los ángeles celestiales.
Cuando les revelo cada pasaje de estos ángeles por la Tierra, no solo les cuento una historia; les traigo a sus consciencias un impulso, una llave que les abre una puerta para que reconozcan una verdad que es más que milenaria, es eterna.
Ante Mis santos ángeles y arcángeles, quiero que reconozcan, hijos Míos, la esencia de su creación, la procedencia de sus esencias; porque hoy, en esta noche, representado en Mi Presencia y en la presencia de los santos ángeles, tienen aquí todo el misterio divino.
Yo Soy esa Fuente Madre de donde proviene la vida, y cada uno de los arcángeles, que hoy les traigo, representa la manifestación de la vida.
Hoy, contemplen en Mi Presencia, no solo Aquella Mujer de Nazaret que traía en Su Vientre al Hijo de Dios. Contemplen hoy este Gran Vientre de la Creación, esta Fuente Materna de donde provienen todos aquellos que, como el Hijo de Dios, deben manifestar Su Propósito y Su Plan.
En esta noche, hijos, al revelarles los pasajes de la vida de Jesús, junto a los santos ángeles, quiero demostrarles que estos mismos ángeles están presentes ante ustedes para que manifiesten aquel Propósito, tan sagrado, vivido por la Sagrada Familia.
Estos mismos ángeles despertaron a cada una de sus almas, las condujeron al camino de la purificación y hoy los colocan delante de un propósito infinito; porque llegó el tiempo de vivirlo.
Quisiera revelarles muchas cosas, y se las revelo al corazón; aquel que es capaz de comprender este símbolo, que hoy les traigo, y que les develará muchos misterios que la humanidad siempre ignoró.
Por eso hoy, hijos, contemplen esta Presencia Divina y, en el silencio de sus corazones, dejen que Yo les muestre lo que verdaderamente quisiera decirles en esta noche.
Poco a poco, prepararé sus almas, sus espíritus, para que en nombre de la humanidad cumplan el Plan de Dios, conscientes de Su manifestación.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis amados hijos, ahora rezaremos la oración que les he transmitido, para que la consciencia planetaria y, sobre todo la consciencia humana, despierten a esta verdad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a orar siete veces:
Santa Reina de los Ángeles,
Santa Madre de Dios,
revela a nuestras almas
la presencia de los ángeles de Dios
para que, unidos a ellos,
vivamos el despertar y la redención.
Amén.
Ahora, queridos hijos, llamaré aquí a dos almas que son parte de Mi Espejo, del Gran Espejo de la oración universal: Anarel y fray José de Arimatea. En este, su día, Mi Corazón impulsa una bendición maternal.
Que vengan aquí.
Vean como en el espejo de un corazón se da el impulso de la cura para las almas y en el espejo de otro corazón se da el impulso de la devoción para la salvación del planeta.
Que estos, Mis amados hijos que hoy bendigo, coloquen sus manos en señal de recepción.
Parecen ser diferentes, pero son iguales. Desde donde surgieron, existe la unidad y es esa unidad, queridos hijos, la que debe mantener unida a los espejos de sus corazones para que se concrete Mi Plan, así como se cumple en ellos y en cada uno de Mis hijos.
Como Reina de la Paz, coloco Mis manos sobre sus consciencias, irradiándoles Mi bendición maternal y Mi gratitud celestial por seguir cumpliendo esta sagrada Tarea.
Que este testimonio de amor los ayude a todos a seguir adelante, porque Mi Propósito en ustedes es infinito.
Los bendigo con la autoridad celestial y en la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
No Me he olvidado de los Hijos de María, solo les enseño, como les enseñó Mi Hijo, que los simples de corazón, los últimos, entrarán en el Reino de los Cielos.
Que vengan aquí los Hijos de María, aquellos que hoy se consagrarán.
Contemplen a los ángeles de Dios con amor, sagradas presencias del infinito que vienen a unir a las almas con el Corazón de Dios. Que sean estas, sus almas, las que vivan el Propósito del Padre, así como Yo lo he vivido por ustedes, en el principio.
Que este compromiso, que hoy asumen Conmigo, sea el servicio a sus semejantes, la caridad a los más necesitados, la oración por los enfermos de cuerpo y de alma y la unión perfecta de sus corazones con Dios, para que así Mis Gracias siempre estén entre ustedes.
Anuncien a Mi Corazón silenciosamente el voto de su consagración. Coloquen su mano izquierda sobre el pecho y dígame, silenciosamente, lo que hace ya bastante tiempo siempre Me quisieron decir. Yo escucho la voz de sus corazones y en sus corazones realizo Mi Obra, porque así los aproximo, queridos hijos, a la Consciencia Divina de Dios, aquella Consciencia que los creó en el principio y a la cual retornarán cuando llegue su fin.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Oraremos a pedido de María, con todos los Hijos que se consagrarán hoy, la Oración a la Madre Universal.
Demos gracias y gloria a Aquel que permite todas estas cosas, porque es a Él, al que le debemos la gloria, la Gracia y la gratitud por todo lo que realiza desde Su Consciencia Infinita de Amor.
Hoy, no les pediré que canten el Himno de Consagración, sino que entonen junto con los ángeles aquel canto que abrió los Cielos para que ellos estén presentes: “Aleluya”.
¡Gracias por responder a Mi llamado, al llamado de la Creación!
Los bendigo, Mis queridos hijos, abrazando a cada uno con Mi Manto de Luz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más