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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Las madres de la Orden se pueden acercar a los pies del Altar.
Vamos a encender nuestras velas en este momento de encuentro con Cristo, intentando mantener la quietud ante la Presencia de Cristo.
A pesar de todo lo que ustedes ya saben que Yo viví, hay algo que la humanidad desconoce hasta este momento, fue una experiencia profunda que Yo viví por ustedes y por el mundo, fue lo que Me sostuvo para que Yo tuviera la valentía de beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní, para que Yo tuviera la fuerza para poder besar la Cruz antes de cargarla y dar Mis pasos firmes hasta lo alto del Monte Calvario, en donde se elevaría por primera vez el Árbol de la Vida, totalmente entregado y abnegado por los Suyos.
Esta experiencia de Amor que Yo viví, de forma tierna, profunda y espiritual, fue haber podido sentir el Amor íntimo de Mi Madre y de las santas mujeres, de las mujeres caminantes de la Tierra que veneraron al Precioso y Amado Hijo, después de todo lo que Yo hice por el mundo; aun siendo rechazado, humillado y severamente martirizado; después de tantos milagros y prodigios, de tanta liberación de espíritus impuros de las almas; después de cada una de Mis Palabras pronunciadas en los Evangelios y, sobre todo, a través de Mis Parábolas; a pesar de todo lo sucedido y vivido por Mí y por cada uno de sus hermanos y hermanas de la Tierra en aquel tiempo.
La sagrada fidelidad de las santas mujeres, y la Madre de todos sus hijos, fue lo que irguió la Voluntad del Señor para que, bajo la Omnisciencia y Omnipresencia del Padre, Yo pudiera hacer lo que saben que hice por ustedes.
Más allá del sufrimiento y del dolor del Señor, no solo en aquel tiempo, sino también en estos tiempos ante la situación planetaria, ante la grave carencia de amor en la humanidad; hoy vuelvo aquí, en nombre de Dios Padre, a entregarles a los Míos y Mías los códigos alcanzados en los méritos de Mi Pasión.
En este día en el que Mis cinco principales Llagas de Luz irradian hacia los cuatro puntos de la Tierra, vengo a intentar transfigurar sus caminos y los caminos de sus hermanos, transformándolos a través del poder de Mi Preciosa y Divina Sangre, cuidadosamente guardada y vigilada en el Arca de la Santa Alianza por los cuatro ángeles custodios de la Sagrada Arca.
Pero hoy, quiero que se detengan en algo muy importante, más allá de que conocen por ustedes mismos Mis dolores en la Pasión, quiero que se detengan en la importante enseñanza que Yo les dejé sobre el Amor, porque sé que cada uno de ustedes carga su propia cruz, con mayor o menor peso sobre sus espaldas.
Pero, ¿qué es lo que debe animarlos a seguir adelante, a pesar de las consecuencias y traumas? Así como el Señor, en Su Calvario, siguió adelante sin dudar, confiando plenamente en la vida del espíritu que el Padre Eterno Me otorgaba, en cada paso del Calvario, a través del Arcángel Miguel.
Yo quiero, amigos Míos, hijos e hijas Mías, que tengan muy presente en estos tiempos esta enseñanza primera que Yo les di sobre el Amor; porque la redención del género humano, en aquel tiempo de Mi Cruz, no hubiera sido posible si su Maestro y Señor no hubiera dado el sí.
Porque el poder o aun la autoridad que Yo pudiera haber utilizado para vencer todo el mal, fue recogido y secretamente guardado para que, posteriormente a la Muerte en Mi Cruz, todos los espíritus y almas en el mundo fueran rescatados y salvados.
Pero sus pies, compañeros, así como los pies de sus hermanos y hermanas en el mundo, después de la experiencia vivida Conmigo en Tierra Santa, caminaron por otros senderos que no fueron los Míos.
Así, a través de esta Sagrada Semana, Yo los vuelvo a hacer retornar hacia Mi único y verdadero camino, que es el camino del Amor, para que sean ungidos por Mi Espíritu y por Mi Divinidad, sus secuelas más profundas y ocultas sean disueltas, y la cura del alma y del espíritu en cada uno se pueda dar conforme a la Ley de la Gracia y de la Misericordia Divina lo otorgan.
Así como hoy, las madres de esta Orden, en nombre de todas las madres de la Tierra, llevan una vela encendida, representando la vigilia y la adoración al Señor durante Su más dolorosa agonía en este Viernes Santo, quiero que recuerden, a través de esta llama poderosa del Espíritu del Señor, que deben vigilar, orar y celar por Mi Amor en el mundo; primero en ustedes mismos, para después poder preservar y cuidar el Amor de Cristo en los demás.
Cuando en verdad, compañeros y compañeras, hayan vivido la experiencia profunda del Amor Crístico, preciosamente impregnada de los códigos de la Sangre y del Agua de Jesús; Yo les aseguro que no necesitaré repetirles esto una vez más, porque a través de su propia experiencia de amor, en el día a día y sobre todo con los hermanos que tienen a su lado, se podrá cumplir una de Mis tantas promesas hechas al Padre Eterno: que se amen los unos a los otros, así como Yo los amo; que Dios, en sus vidas, esté en primer lugar, antes que todo.
¿Por qué les digo esto?
Porque la humanidad está cambiando el curso de su camino, a través de los acontecimientos y también de las modernidades, en los que se intenta sustituir al Dios Vivo por dioses artificiales, en los que toda sensibilidad humana es bloqueada y paralizada. Quien toma contacto con esto, necesito que lo tenga muy presente para que no sea engañado.
Dios desea y aspira a gobernar sus vidas a través de Su Hijo, así como Él silenciosamente intenta hacerlo todos los días por medio de sus caminos de transformación y de redención, de amor, de servicio y de caridad.
Esto es lo que mantendrá a sus espíritus vivos en la Tierra y, más allá de que existan corrientes opuestas al Amor de Dios y a la vida divina, les aseguro que si sus consciencias mantienen estos atributos vivos, no habrá nada contrario que los haga vacilar; porque el Amor de Dios los guiará, así como el Propósito de Dios guio a Su Hijo Amado, hasta que Él murió en la Cruz traspasado y desfigurado por los pecados de los hombres y mujeres de la Tierra para que, a partir de la Muerte Sagrada de Jesús, la humanidad tuviera vida en abundancia.
Algunos se preguntarán: ¿por qué es necesario revivir la Pasión de Cristo todos los años?
Porque la humanidad se olvida, en un instante, Quién fui Yo para ustedes y el mundo, y qué es lo que Yo represento como parte viva del Creador, como intermediario y mediador entre las almas y el Padre Eterno.
Si nadie sigue Mi Camino, Mi Verdad y Mi Vida, y ni siquiera Me recuerda una vez al año, ¿qué resultado tendrá la vida de los que escogieron otros caminos?
No es necesario ser vidente para entenderlo y comprenderlo, porque las señales de los tiempos serán claras; y es el Legado de Cristo, en los corazones y en la vida íntima de todas las almas que tienen fe en Mí, que hará perpetuar el Amor de Dios y de Cristo en el mundo, más allá de todo lo que suceda en esta difícil transición planetaria.
Por eso, recuerden que, al igual que la llama que hoy llevan en sus manos, así siempre deberá estar la llama encendida en sus corazones: la llama del Propósito, la llama del Amor, la llama de la Verdad que los hará libres.
Es así que, en este sagrado momento, en el que el Cielo y la Tierra se unen en comunión y vida, a través de los corazones orantes y a través de Dios, vengo a entregarles, a través de Mi Espíritu y Divinidad, la Comunión Espiritual y Sacramental, la misma que recibió Mi Santísima Madre a través de las manos del Arcángel Gabriel.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Coloquemos nuestras manos en señal de recepción. Abramos aún más nuestro corazón, para recibir del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús ese mismo código de Energía Divina que Cristo recibió en el Huerto Getsemaní en una forma luminosa y resplandeciente.
Llevemos nuestras manos al corazón y comulguemos espiritualmente, en gratitud y amor. Comulguemos por todos los que en esta hora se olvidan de Cristo, para que Dios tenga Misericordia de esas almas y despierten a la verdad.
Oremos:
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Y así, como esta lluvia que cae en este momento para purificar, lavar y nutrir la tierra; así como los elementales, devas y ángeles, el Reino de Figueira, comulgan de la Presencia de Cristo; así Yo bendigo todas las cruces que han traído a Mis Pies y principalmente alivio su cruz espiritual.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sean valientes y tengan fe. Yo estoy aquí para ayudarlos.
En este día en que celebramos la victoria de Cristo, de su Maestro y Señor, por encima de todo mal y adversidad, vengo aquí a instituir la bendición del Sacramento del Matrimonio, porque la familia en el mundo está siendo atacada y dividida.
En nombre de todas las familias aquí presentes y no presentes, escogí a algunos matrimonios para bendecirlos hoy con Mi Espíritu, a través de la unción, del agua bendita y del incienso; para que, en esa unidad entre las almas que se aman y conviven, se restablezca el Propósito de Dios en la célula de las familias.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos prepararemos para este momento, a pedido de Cristo, Nuestro Señor.
Él se recogerá, mas volverá para bendecir a los que escogió en nombre de todos.
Mientras nos preparamos, vamos a cantarle a Nuestro Señor, recordando el poder de Su Preciosísima y Divina Sangre, para que ella nos bañe y nos purifique, como esta lluvia que cae en este momento, y nos libere de las prisiones y del dolor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cantemos y vamos a un intervalo.
Canción: “El poder de la Sangre”.
Hermanos, vamos a acompañar este momento de bendición y de consagración que Cristo pidió.
Vamos a unirnos profundamente a todo lo que Cristo nos dijo, teniendo bien presente lo que significa para Dios la familia y sobre todo el matrimonio.
Quiero aclararles que vamos a hacer una bendición y una consagración, que no es un casamiento. Lo estoy aclarando a pedido del Señor.
Pueden venir, hermanos.
Vamos a orar juntos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria en portugués, para que el Señor bendiga y unifique a estas almas en un solo espíritu, en un solo corazón, en un solo amor y vida, para que Sus Atributos y Gracias se hagan presentes en sus familias.
Ahora, oramos en inglés.
Ahora, consagrados a Mí, sus familias y sobre todo su unión matrimonial y espiritual deben ser un núcleo de luz, entendimiento y sobre todo de amor, para que los valores y principios de la Sagrada Familia desciendan sobre ustedes y sobre todos los que unieron sus vidas para vivir juntos.
A través de este simple pero profundo momento, su Maestro y Señor, Jesucristo, viene a bendecirlos con Su Espíritu y con Su Paz, para que el núcleo de la familia humana sea reconstruido y amparado, y protegido de todas las influencias del mal, por el triunfo del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en todas las familias.
Alegren sus corazones.
Que la unión entre sus almas les otorgue la evolución, la experiencia del amor y de la caridad por el semejante.
Yo los bendigo, los consagro, bajo la Unidad Trina, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oremos:
Por la Sagrada Sábana,
que envolvió y transfiguró a Jesús,
restáuranos, Señor.
Amén.
(ocho veces)
Quiero que recuerden, todos los días de su vida, lo que su Maestro y Señor vivió y padeció por ustedes.
No solo quiero que den honor a Mi Pasión, sino que den gloria y reconocimiento a los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón de Jesús.
Porque les vuelvo a decir, como les he dicho muchas veces, que en Mi experiencia vivida en la Tierra existe todo el Legado que la humanidad necesita para poder redimirse y cristificarse.
Hoy, de manera especial y hasta diría de manera extraordinaria, les vuelvo a traer el poder del Santo Sudario, porque la humanidad necesita de ese Santo Sudario para poder curarse y sanarse.
Mi Corazón, rebasado de Misericordia, no puede soportar el sufrimiento de las almas, especialmente de las almas que sufren en su cuerpo físico.
Cuenten con Mi oración, ante el Padre Celestial, por todos aquellos que en estos tiempos sufren y padecen enfermedades. Pero les aseguro que la peor enfermedad, en este mundo, es la indiferencia al sufrimiento de los desprotegidos y desamparados.
Quiero curar, en este tiempo y por medio de Mi Misericordia, a todas las almas que viven la indiferencia, que pierden la sensibilidad y hasta pierden la memoria de lo que es amar. A todas esas almas apartadas de Dios, hoy les coloco Mi Santo Sudario, así como también lo coloco sobre cada uno de ustedes.
Fue esa humilde pero poderosa Sábana que Mi Santa Madre y las santas mujeres utilizaron para envolver Mi dolorido Cuerpo, Mi Cuerpo martirizado y ultrajado por los pecados del mundo.
Hoy, su Redentor viene a golpear, viene a abrir la puerta de sus sepulcros internos para que puedan resucitar en espíritu.
Por el poder de Mis Llagas, por la Luz de Mi Preciosa Sangre, hoy vengo a ofrecer lo más íntimo de Mi Ser y de Mi Consciencia, a fin de que las almas se curen internamente, para que la cura externa sea una realidad.
Si las personas no curan sus almas no podrán curar sus cuerpos.
En el Universo de Mi Padre, está todo lo que necesitan y un poco más. Pero como Mi Madre les ha dicho en el último Mensaje, la Creación no fue reconocida por el hombre de la Tierra, la abundancia que Dios les entregó no fue reconocida.
Hemos decidido, queridos compañeros, que su Maestro y Señor hoy les traiga el poder del Santo Sudario para que, envueltos espiritualmente por él, no solo sus almas, sino también sus corazones se puedan sanar.
Para que esto sea posible, los invito a ingresar a Mi dimensión, a través de este sentimiento de amor que une sus corazones con el Mío.
Y nuevamente les vuelvo a traer el momento del Santo Sepulcro, donde el ultrajado Cuerpo de su Señor fue colocado para que al tercer día resucitara. Su humanidad y planeta está en ese momento, entre la muerte y la resurrección. Están entre los tres grandes momentos de oscuridad.
Mi Luz viene a su encuentro para traer sabiduría, discernimiento y paz, para que sepan atravesar estas tinieblas del fin de los tiempos y nunca se olviden de que más allá de todo y por encima de todo está Dios.
Por eso, vuelvan ingresar a través de Mi Corazón en el momento del Santo Sepulcro de su Señor, para que puedan contemplar que también, más allá del sufrimiento, el amor tiene el poder de curarlo todo y de sanarlo todo.
Quiero que hoy se puedan sentir muy cerca del Sepulcro de su Maestro y Señor para que no solo recuerden lo que Él vivió por ustedes, sino también para que puedan sentir lo que sintieron las santas mujeres y Mi Madre Celestial.
Pero hoy, en ese Sepulcro, ya no está el Cuerpo de su Señor; está el cuerpo único de esta raza humana, que se comprende como la consciencia de este planeta. El alma de este planeta está en el Sepulcro, viviendo su momento más doloroso, pero desconocido.
¿Qué harían ustedes ante esta situación?
¿Harían lo mismo que hicieron las santas mujeres y Mi Madre?
Es momento de curar las heridas de este planeta, y para curar las heridas de este planeta primero hay que curar a la humanidad.
¿Por qué la situación de esta pandemia no parece tener solución?
¿Dónde está la llave que ninguno está viendo?, llave poderosa y maestra que está delante de ustedes para que la puedan tomar y abrir las puertas del universo para el descenso de la Cura Cósmica.
Y Yo, su Maestro, su Amor, su Vida, su Camino, pero también su Verdad, está como intermediario, en el Gobierno de este universo, entre el Cielo y la Tierra, para poder interceder por la humanidad.
Entonces, compañeros, curen el alma de este planeta, primero curándose a ustedes mismos del odio, de la mentira, del falso poder, de la apropiación, de la vanidad, de la falta de humildad, de la falta de fraternidad, hasta de la falta de adhesión.
Curen sus seres de todas estas energías. No lo conseguirán de un día para el otro; pero si lo intentan, todos los días, sabrán cómo superarlo.
Por eso, hoy traigo entre Mis Brazos este Santo Sudario, la Sábana que envolvió el Flagelado Cuerpo de Jesús; Sábana que tiene grabada la imagen del Cuerpo Herido de Cristo para que esta humanidad y las futuras generaciones recuerden, para siempre, lo que un ser humano, al igual que ustedes, vivió y padeció hace más de dos mil años, tan solo por Amor, para que eso nunca más se repitiera en ninguna otra persona.
Pero, aunque exista el Santo Sudario, aún la humanidad no ha accedido a la Ciencia Divina que él guarda.
¿Pensaron, en algún momento, qué significaría para cada uno de ustedes poder tocar la Preciosa Sangre de Jesús?
Recuerden, compañeros y compañeras, lo que vivieron Conmigo hace más de dos mil años.
Todos ustedes estuvieron en aquel tiempo presentes, algunos con más consciencia y otros con menos consciencia. Pero vean cuán grande es la Misericordia de Dios que, aunque el Hijo de Dios se haya entregado en la Cruz, todos estuvieron presentes y, a través de los tiempos, supieron de la Presencia de Cristo, así como fue en las primeras comunidades cristianas.
Ustedes, hoy son una prolongación, una extensión, hasta aun una proyección y una continuación de ese espíritu de las comunidades cristianas.
¿Quiénes se abrirán internamente para formar parte de ellas?
Porque Mi Comunidad Espiritual es Universal y, a través de esas comunidades que están presentes a lo largo y ancho del planeta, fortalezco, en todos Mis hijos, la Consciencia de Mi Cuerpo Místico, porque también el Cuerpo Místico de Cristo será un gran espejo, una gran herramienta a ser utilizada para el Retorno de Cristo.
Hoy deseo que ante este sepulcro de la consciencia del planeta no solo contemplen sus propias miserias, que no se coloquen ustedes primeros ante la necesidad, sino que coloquen a sus hermanos en primer lugar, a los más indigentes, a los más sufridores, a los más descartados, a los más repudiados, a los más hambrientos, a los más desconsolados, a los más enfermos, a los asesinos.
Todos necesitan ser envueltos por el poder del Santo Sudario de Jesús para que al menos una mínima parte de esta humanidad se pueda curar, y la cadena interminable de sufrimiento sea quebrada para que surja la Luz del espíritu en todas las almas, impulsada por el Espíritu Consolador del Redentor.
Y así, curando el alma de este planeta, podrán curar a las almas de esta humanidad, las que necesitan de mucha oración para poder salvarse.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a hacer la siguiente oración, a pedido de Jesús, frase a frase. Haciendo nuestra oferta ante el Sagrado Corazón de Jesús, para que el poder de Su Santo Sudario envuelva, cure y redima a todas las almas posibles:
¡Oh, Santo Sudario de Jesús!,
Luz Insondable de Resurrección,
repara cada célula de nuestra consciencia.
Amén.
(tres veces)
Vayan en paz y recuerden que estoy muy atento a la voz de sus súplicas, porque aún la puerta de la amnistía espiritual de Mi Misericordia está abierta para el mundo, no lo olviden.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando el mundo comprenda que la espiritualidad no termina aquí, ese será el gran día del paso de la consciencia. Será cuando gran parte de la humanidad crecerá interiormente y los misterios serán develados a aquellos que siempre buscaron una explicación y un porqué.
En esta coyuntura del planeta, en este momento de inflexión de la humanidad, es cuando muchos postulantes Míos, en los planos internos, se preparan para ese gran momento que vendrá como una gran revelación interior, directamente de Mi Iglesia Celestial. Esa será la primera señal de Mi venida. Muchos corazones sentirán que un momento culminante se aproxima.
Ante el escenario de la humanidad y de toda la Tierra, los corazones sentirán Mi llegada no como una explicación intelectual, sino como una verdadera señal interior de que el Espíritu Santo despertará en aquellos que confían en Mí, y esto irá más allá de cualquier religión o dogma, porque su Maestro y Señor vendrá por toda la humanidad, por todas las razas, por todos los pueblos y naciones.
Y aquello que una vez fue escrito en el libro del Apocalipsis se cumplirá, no de la forma que muchos creen. En las Escrituras hay muchos símbolos y señales que fueron dejadas a través de los apóstoles, pero que ni ellos mismos comprendieron en su momento. Esto va más allá de cualquier teología o ciencia.
La venida de Cristo a la Tierra aún no fue comprendida por el hombre ni tampoco por ninguna religión. Lo que está escrito en la Biblia es una pequeña parte de ese gran acontecimiento. Muchos, pero muchos, reconocerán tarde que no se arrepintieron a tiempo, por mantener el resguardo de su doctrina o institución.
Yo vengo a enseñar al mundo lo que le enseñé a Mis apóstoles y a todos los que Me siguieron: la humildad y la simplicidad de corazón, que permite comprender todos Mis mensajes y parábolas. ¿De qué forma ustedes creerían que Yo lo podría haber hecho?, de una forma simple. Ese era el único camino que Mi Padre Me solicitó, de una forma humilde, austera, para que los corazones pudieran reconocer a Dios. El Padre nunca podría haber revelado todo Su Poder y Su Verdad, ningún corazón de esta humanidad estaba preparado para eso.
En Fátima, a través de Mi Santísima Madre, a través del Milagro del Sol, una parte de ese Poder de Dios fue mostrado al mundo. Muchos corazones se convirtieron y renovaron su fe, eso revela al mundo que la Divinidad siempre estuvo presente desde el principio de la Creación hasta ahora y siempre lo estará. Es una Ley y nada lo cambiará.
Por eso, Yo les digo, compañeros, en estos últimos momentos en que Yo estoy con ustedes y por ustedes, en los que Nuestros Sagrados Corazones comienzan a retornar a las Esferas Celestiales, este es el momento más importante de sus vidas, en el que la gran decisión deberá ser tomada. No dependerá de nadie ni tampoco de ninguna religión, esa decisión es de cada uno de ustedes Conmigo.
Si en verdad aprendieron a leer en los acontecimientos, podrán comprender, compañeros, todo lo que su Maestro y Señor les entregó en estos últimos siete años, en los que diariamente he caminado a su lado, para que pudieran sentir y comprender el Plan de Dios.
Pero la humanidad aún espera que todo vuelva a lo normal. La humanidad no quiere reconocer el fin del último tiempo. La Biblia lo revela y lo expresa claramente, pero no se queden solo con las enseñanzas que la Biblia guarda, sino que pidan a Dios con fervor que algún día puedan comprender sus misterios, para poder estar preparados, disponibles y conscientes para esperar Mi Retorno.
En la solemnidad del Inmaculado Corazón de María, Su Hijo viene a glorificar Su Nombre, Su tarea y Su misión con la humanidad, un propósito de gran sacrificio, un Amor infinito expresado a través de Su misión, algo que nunca se interrumpió porque es eterno y sublime.
Será en estos últimos meses de trabajo, cuando las almas podrán recibir de Nuestros Corazones lo último que necesitan para poder sobrellevar el fin del tiempo. Quiero que la humanidad sepa sobre el fin de ese tiempo. Ya no es momento de encubrir ese acontecimiento, sino de reconocerlo, de aceptarlo y sobre todo de vivirlo, así como Yo lo estoy viviendo por ustedes en este momento.
Los misterios de Mi Pasión no solo están revelados en la Eucaristía, sino que también las señales de Mi Pasión han sido el testimonio de muchas almas en el mundo que, a través de los tiempos y de las generaciones, se ofrecieron para vivir la estigmatización de la consciencia, algunas físicamente y otras de forma espiritual. Las señales de Mi Pasión, en las almas que he escogido, son imborrables, son un propósito de la redención del sufrimiento por medio del amor y de la compasión.
Hoy llevo entre Mis Manos el Santo Cáliz, la copa que testimonió el sacrificio del Redentor y sobre ella sostengo Mi luminoso Cuerpo, la Eucaristía, para señalarle al mundo el momento de Mi Retorno y el tiempo de la gran definición. Que las religiones asuman este momento, así permitirán que Mis Rayos de Amor y de Misericordia, que brotan de Mi Corazón, auxilien al mundo.
A pedido de Jesús, Nuestro Señor, contemplemos en Su Presencia y Gloria, la Sangre y el Cuerpo de Cristo que Él hoy sostiene entre Sus Manos.
Así como muchos bienaventurados recibieron este Misterio de Amor a través del Cuerpo y la Sangre de Cristo, hoy vengo a renovar una vez más en ustedes y en el mundo entero, la poderosa Gracia de la conversión y de la redención por medio de la Sangre y del Cuerpo de Cristo que hoy, espiritualmente, se derraman en el mundo para vivificar a las almas en la unión divina con Mi Espíritu, en donde siempre se encontrará la fuerza de su fe y confianza en nuestro Creador.
Traigan aquí el altar.
Los ángeles se congregan en este momento alrededor de Nuestro Glorificado Señor para celebrar este ofertorio, que nacerá de cada corazón sincero, en unión y en amor al Sagrado Corazón de Jesús y por la humanidad.
Que, en la solemnidad del Inmaculado Corazón de María y por los méritos de Su sacrificio, maternidad y silencio, las almas más necesitadas del mundo reciban la Gracia, en esta noche, del ingreso espiritual a Mi Iglesia Celestial para ser portadoras de Mi Paz.
Nos podemos arrodillar o colocar de pie para esta consagración que hoy, de forma solemne, realizará Nuestro Señor por la humanidad.
Pidamos la Gracia a Jesucristo de ser dignos de participar de la revelación de este Misterio de Amor, en este día y por los días que vendrán. Amén.
A los pies del Monte Calvario, en donde el Árbol de la Vida fue erguido en sacrificio y amor, nuestras almas se postran, al igual que los ángeles del Cielo, para recibir este misterio de la compasión de Nuestro Señor.
Contemplemos en este momento, así como lo muestra Nuestro Señor, el Monte Calvario y a Cristo en la Cruz, derramando Agua y Sangre, de forma espiritual, para el mundo entero.
Hagamos en este momento, ante la presencia de Jesús, nuestro acto de contrición silenciosa, un acto de penitencia y de reconciliación, reconociendo nuestras miserias, pero encontrando dentro de nosotros el Amor insondable de Su misericordioso Corazón.
Quisiera poder estar más tiempo con ustedes, pero ya llegó el fin y espero que algún día lo comprendan.
Hoy, a ustedes y al mundo, a los que tienen fe sin poder ver, ofrezco este Sacramento por Mi Iglesia en la Tierra, por el Amor de Mi Corazón en las almas.
En la noche, antes de ser entregado, tomé el pan, lo elevé en ofrecimiento al Padre Eterno para que fuera bendecido y transubstanciado en el Cuerpo de Cristo. Enseguida lo partí y lo ofrecí a Mis compañeros, diciéndoles: “Coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado para el perdón de los pecados”. Y la Luz de Mi Corazón se expandió en el mundo.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Enseguida de haber terminado la Cena, momentos antes de partir al Huerto Getsemaní para vivir y reconocer la agonía de su Maestro y Señor por la humanidad y hasta los tiempos de hoy, tomé el Cáliz y elevándolo a Dios le ofrecí Mi Sangre por Su Proyecto Redentor, para que fuera bendecido y transubstanciado en la Sangre de su Redentor.
Enseguida, se lo ofrecí a Mis compañeros diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, que será derramada por los hombres para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Y el Espíritu Santo, antes de Pentecostés, ingresó como Luz y Sabiduría en Mis compañeros, para que fueran embajadores de la Paz y servidores del Amor de su Redentor.
Padre Nuestro (en portugués).
Padre Nuestro (en inglés).
Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.
“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra Tuya bastará para sanarme. Amén” (se repite dos veces).
Y concedemos, por medio de la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, la Comunión espiritual para todos los que participan de este momento en los diferentes lugares del mundo. Que la Comunión con Cristo y con Su Espíritu les conceda la paz.
Y antes de partir al Huerto Getsemaní, en la mayor soledad de Su Corazón, Nuestro Señor les dijo a Sus apóstoles:
“Ámense los unos a los otros, así como Yo los amo. No podrán venir hacia donde Yo voy, porque retorno a la Casa de Mi Padre, pero una Gracia especial siempre colmará sus corazones, la Gracia del Espíritu Santo, que será su fortaleza y confianza para poder seguir adelante". Hoy Yo les digo lo mismo, compañeros.
No quisiera irme de aquí, pero Mi Padre ya dijo que es el tiempo. Sean testimonio de Mi Amor, aunque sean perseguidos. Sean testimonio de Mi Paz, aunque sean blasfemados. Sean testimonio de Mi Luz, aunque sean castigados, porque Yo les digo, por sus frutos los conocerán, y un buen fruto nunca muere porque siempre hará florecer, de tiempo en tiempo, el Árbol de la Vida.
Hoy descanso un momento en sus corazones para continuar adelante, así como descansé, sufrí y padecí en los que han sido estigmatizados por las dolorosas Llagas de su Maestro y Señor.
Sigan dándole valor, devoción y amor a las Llagas de Cristo, porque allí podrán estar escondidos y el mal no prevalecerá.
Los bendigo y les doy Mi Paz para que la vivan y la compartan en todo el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me despido en esta noche, escuchando una melodía especial para Mí: “Corazón vacío”.
Les agradezco.
Oración: "Padre Celestial".
Cuando vean a su Maestro mostrar las Llagas de Sus Manos, de Sus Pies y de Su Costado, despertando en ellas la Luz de Dios, es señal que un nuevo misterio está siendo revelado para el mundo.
Cuando vean a Sus ángeles rodeando al Santo Señor, en la contemplación de Su divino Sacrificio por toda la humanidad, es señal que algo importante está por suceder.
Cuando vean detrás de su Señor, en lo más alto del universo, la presencia del Padre Celestial y del Espíritu Santo, es señal que algo importante está por suceder.
Y esto importante es lo que ha traído el misterio de Mi Cruz, hace más de dos mil años, en donde la preciosa Sangre se vertió sobre el mundo y el Agua divina se derramó de la Llaga principal de su Señor.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Los consagrados que están aquí, ¿pueden acercarse, por favor?
El Señor los está llamando para revivir el misterio de Su Cruz, porque es importante que sus corazones comprendan que la victoria de Cristo no fue algo solamente humano, sino también profundamente universal.
Y ustedes, que hoy prepararon este sepulcro para Mí, sepan que de él haré resucitar a la humanidad, que se ha perdido del camino de Dios, por las tinieblas.
De este sepulcro nacerán los Nuevos Cristos y así resucitarán las consciencias, para que puedan vivir el llamado de Dios, cumpliendo así Su Divina Voluntad en estos tiempos de crisis.
Quiero ahora, que cada una de las nuevas santas mujeres, que Me auxilian en la Divina Misericordia, encienda una vela para su Señor y así podré dar continuidad a la revelación universal, que hoy les traigo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Sol, Janisa, Aylén y Nadia, subirán aquí y estarán al lado del sepulcro, a pedido de Nuestro Señor.
Yo llamo a las ovejas por su nombre, para que puedan alimentarse espiritualmente de las vibraciones más sutiles de su Señor.
En aquel tiempo Me comprometí con las santas mujeres, para revelarles interiormente los misterios de Mi Pasión y las victorias universales de la Cruz.
Dejen entonces que Mi Luz penetre en lo más profundo de las células, para que despierten las células crísticas, que los renovarán y los harán dignos hijos de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cantemos: "Adoramos" por algunas veces.
Ahora, aquellos que puedan colocarán sus manos en señal de irradiación.
Nuestro Señor, en este momento, está mostrando Sus cinco principales Llagas: las de Sus Manos, las de Sus Pies y la de Su Costado. Y las cinco Llagas brillan más que un sol, mientras los ángeles lo rodean.
Está descendiendo un ángel mayor, quien le entrega a Nuestro Señor un pergamino, que ahora Él, está leyendo.
Él dice:
Esta es la revelación sobre Mi Divinidad; desde donde provengo y hacia donde fui, después de Mi Ascensión. Todo esto es posible por la exposición de Mis cinco principales Llagas.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Ahora, los ángeles están orando:
¡Oh!, Señor Jesús,
resucita nuestra vida espiritual,
redime nuestro corazón,
eleva nuestro ser ante Dios.
Amén.
Podemos, ahora unir nuestras manos en señal de oración, aquellos que puedan, o de lo contrario colocar la mano izquierda sobre el cardíaco
Esta revelación fue escrita por los ángeles del universo, guiados por San Gabriel Arcángel.
Tres días después de Mi Ascensión, cuando Me elevé a la Casa de Mi Padre, a pedido del Único, por intercesión del Arcángel Gabriel, Sus huestes celestiales se reunieron en el universo, para dejar plasmado en este universo material y en todos sus éteres, la revelación sobre Mi Divinidad y Origen, de la cual, hoy contaré solamente una parte, porque la segunda parte será conocida cuando Yo retorne al mundo y Me vean venir entre las nubes, con el poder de la Gloria de Dios y de todos Sus ejércitos angélicos.
Yo provengo de una Fuente desconocida, llamada por los seres materiales “Fuente Primordial”. Nací y surgí como el segundo aspecto de la Santísima Trinidad. Y Mi Espíritu, por Obra y Gracia de Dios, descendió a un sol más radiante que este, que los alumbra todos los días, desde el amanecer hasta el atardecer.
Este sol es el centro de muchos universos, de muchas constelaciones, planetas y estrellas. Allí reposó por primera vez, la Divinidad del Hijo de Dios.
Por las manos de los arcángeles, en una sagrada Fuente solar, más radiante que el oro rubí, Mi Consciencia fue preparada como una sublime Esfera de Luz, que penetraría las dimensiones y los universos, hasta llegar a encarnar en la Tierra y nacer en el sagrado pesebre de Belén.
Pero antes de llegar al mundo, los tenebrosos ya sabían Quién era Yo. Sus planes temblaron y sus reinos fueron derrotados, porque era la Misericordia misma, que en Su Sagrada Divinidad, estaba naciendo y surgiendo en el Corazón del Universo.
Sutiles consciencias presenciaron, así como todas las criaturas celestes, el surgimiento de la Divinidad de Cristo, que por primera vez se materializaba dentro de este universo material, para despertar el Amor superior en todas las consciencias.
Concéntrense. No permitan que el enemigo abunde en las mentes. Quien contempla Mis cinco Llagas mientras escucha Mis Palabras, no se desconcentrará, porque estará en el propósito y en la vibración correcta para recibir lo que tiene que recibir y así, no perder todo lo que hoy traigo, para una humanidad en tinieblas.
Soy sincero con sus corazones, para que puedan crecer en la verdad y no perder las oportunidades que hoy les traigo, con el objetivo y la misión de aliviar su propia cruz, a través de Mi Divinidad Crística, desconocida por el mundo y por toda Mi Iglesia.
Es así como Yo les enseño que Jesús dejó de ser un hombre después de haber vivido la Cruz y de haber resucitado, entregando la expiación al mundo. Su Cuerpo, Mente y Alma se tornaron divinos para dar continuidad al Plan de salvación universal.
Fue esta Esencia que surgió desde ese sagrado Sol, la que atravesó los universos y los planos de consciencia hasta llegar a este planeta, para traer nuevamente la Fuente de Dios, que toda la raza en el tiempo pasado, había perdido.
Para que esta Divinidad estuviera aquí, Dios tuvo que sacrificar Su segunda Persona. Y en una universal humillación, volverse pequeño, humilde y simple, entre los más simples.
¿Ahora comprenden, compañeros, con Quién están conversando y a Quién están escuchando, aunque todos los días parezca lo mismo?
Mi Divinidad viene a cambiar el punto de sus consciencias, para liberarlos del engaño diario y para que así ingresen en la verdadera fuente de sus corazones, en donde Yo aspiro a estar todo el tiempo.
Hoy, es esta Esencia, esta Divinidad Solar, la que se muestra al mundo por segunda vez, después de haber encarnado en Belén, para traer la Luz al mundo y la Redención de la humanidad.
Hoy, no todos pueden ver esta Divinidad, pero sí pueden coligarse con Ella a través de sus esencias, en donde se guardan los verdaderos secretos de la historia de su evolución y de su despertar. Quiero servirme de esas esencias crísticas, que en estos tiempos son atormentadas por su personalidad; son flageladas por sus pensamientos; son crucificadas por sus acciones.
Dejen nacer, ahora y siempre, su verdadera esencia solar. Esto fue lo que Yo vine a encender hace dos mil años atrás, en todos Mis apóstoles y en las santas mujeres, con la ayuda de Mi amada Madre, Quien se comprometió a los pies de la Cruz, a ser guardiana de la fe de todas esas esencias, hasta el fin de los días.
Dejen nacer a su verdadero Ser interior. Él espera ser morada del Corazón de Cristo.
No pierdan tiempo. No se confundan. Ya no juzguen. Sean uno en Mí y Yo, hasta el fin de los tiempos, podré ser Uno en ustedes, en sublime hermandad.
Dios llora en este tiempo, en Su profundo silencio, al ver tantas esencias solares perdidas, que buscan el amor en lo exterior; que satisfacen sus necesidades en la superficialidad de las cosas; que no encuentran sentido ni salida, ni tampoco ninguna cura para sus consciencias.
¿Qué esperan, soldados Míos?
Esta, Mi Divinidad Crística, que estuvo entre ustedes por treinta y tres años, retornó a la Casa de Su Padre para terminar de concretar las Obras de la Santísima Trinidad, después del triunfo de Mi Corazón en la Cruz.
Hoy les traigo esta Comunión con Mi Divinidad, porque llegará un tiempo en que solo podrán estar en comunión perpetua con Mi Divinidad eterna. Ese será el refugio no solo para sus almas, sino también para sus consciencias y sus cuerpos. Ese refugio divino que hoy les ofrezco, es fuente de reparación y de prodigios en las consciencias que se rinden y se despojan de sí, para que habite en ellas el Supremo Rey.
Contemplen Mis cinco Llagas. Sírvanse del Manantial de Mi Corazón, para que todo resucite como era en el principio de esta Creación.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Por la Bendita Llaga
que marcamos en el Costado
de Nuestro Señor Jesús
de donde brotó la Fuente Insondable de Misericordia
para el mundo entero,
Adonai, Padre Eterno,
reconcílianos con Tu Glorioso Reino.
Amén.
Acepten en silencio, los sufrimientos que hoy les imparto y háganlo por Mí, por la salvación de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Las cruces.
Hoy, Mi Cruz se reparte en muchas consciencias del planeta, que se animan a aliviar Mi Corazón agonizante, para que así, todo el planeta sea restaurado; para que el planeta sea restaurado en esta hora aguda de la Tierra. La cruz representa la liberación interior de todos los atavismos de los seres humanos, de todos los que aceptan vivir esta entrega, por el surgimiento de una Nueva Humanidad.
Hoy también dejen posando sobre Mi Pecho su cruz espiritual, para que sea aliviada por el Amor de su Señor.
¡Cuántas cruces vive el mundo! ¡Cuántos sufrimientos viven las almas inocentes! ¡Cuántas guerras son generadas! ¡Cuántos conflictos son realizados! ¡Cuánto amor falta en los corazones endurecidos, que no aceptan Mi Divina Misericordia!
¿Por qué les he pedido colocar las cruces sobre este simbólico sepulcro? Porque estas cruces, que también carga su Señor, deben repartirse amorosamente entre Sus discípulos y seguidores.
Hoy, esta es Mi invitación para ustedes: que salgan de sí, para que Yo pueda estar en ustedes, compartiendo las cruces de la humanidad.
¡Cuántas razas y pueblos viven su cruz! ¡Cuántas culturas y tribus son diezmadas! ¡Cuántos niños son explotados! ¡Cuántos pequeños aún son abortados! ¡Cuántos padres están solitarios, sin tener a un niño en sus brazos, mientras muchos son retirados de los vientres de sus madres! ¡Cuántos enfermos agonizan en este Viernes Santo!
Así, Yo digo para Mi hijo Miguel que estoy con él, cargando su cruz hasta que Mi Amor venza.
¡Cuántos moribundos están en las calles de este mundo! ¡Cuántos ancianos son lastimados! ¡Cuánto sufre el Reino Mineral, en su más perpetuo silencio! ¡Cuántas piedras preciosas son retiradas de las montañas que son explotadas! ¡Cuántos vegetales son cortados y nadie lo percibe! ¡Cuántos animales son ultrajados, tanto en la tierra, como en los océanos! ¡Cuántos de ellos son comidos y no existe compasión por el sufrimiento de esos semejantes! ¡Cuántos devas son retirados de las grandes florestas del mundo! ¡Cuánta maldad se ha hecho a la Creación, después de tanto Amor expresado por el Padre! Y ni siquiera después de haber encarnado Su Hijo y de haber muerto en la Cruz, han terminado los males en el mundo.
¿Ahora comprenden por qué tantas esencias solares se pierden?
Llegó el tiempo de la gran fraternidad, de la unidad entre los corazones, entre las culturas y pueblos. Los simples reerguirán a la nueva humanidad, después de tantas catástrofes vividas.
Les doy la esencia de Mi Misericordia, para aliviar estas pesadas cruces del mundo.
Les dejo esta reflexión para que oren por ella y que, aún más, las puertas a Mi Divina Misericordia se abran para la humanidad.
Que así sea.
Mientras Me elevo al Universo, por Mi dolorosa Pasión, ofrezcan a Dios sus voces, invocando a Adonai, Su Espíritu Santo y Su Misericordia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canten con toda la fuerza del corazón y del alma, para que la Tierra sea repoblada de nuevos códigos crísticos.
Que así sea.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
¡Gracias Señor por cuánto nos das!
En este encuentro, te honramos Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Purifíquense y no teman, pues la hora de su libertad está cerca.
Yo Soy el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús, la Fuente de Gracia para el mundo, el Manantial de la Verdad para las almas, la Renovación de los espíritus, el Camino de regreso hacia Dios. Vivan en Mi Sagrado y Glorificado Corazón.
Yo Soy el de ayer, el de hoy y el de siempre. Todo comienza en Mí y todo vuelve a Mí, para quien vive en la ley de Mi Corazón.
Yo vengo a liberarlos de este cautiverio. En esta hora, vengo a desatar vuestras amarras, a retirar las cadenas de sus manos para que puedan caminar hacia Mi Corazón Sagrado.
Mi Espíritu es puro y glorioso. Dichoso de aquel que se digne a recibirme, porque Me conocerá y sabrá Quién Soy esencialmente; pues Yo Soy ese Corazón bondadoso y compasivo que murió en la Cruz por ustedes y los hizo renacer a la vida, a la vida del Espíritu, del Sagrado Espíritu de Mi Padre.
Después de tanto tiempo, retorno para volver a encontrarlos, pues deben entregarme sus talentos. En esta hora crucial del mundo, Yo vengo a despertar los talentos que duermen, para que estén a Mi servicio.
Yo vengo a anunciarles esta verdad porque necesito que sean buscadores de esa verdad y que su oración los eleve, para que puedan descubrir nuevas cosas que no habitan en la realidad de este mundo.
Yo los estoy invitando nuevamente al Reino de Dios, esta es Mi invitación directa para todos. Y a pesar de que deben orar por sus pastores, por todos aquellos a los que les confié Mis rebaños, deben orar siempre Conmigo, porque pueden tener la conexión directa con Mi Corazón.
Unidos al Padre Celestial, encontrarán su misión cuando se unan a Mi Corazón Misericordioso y busquen en esta vida la verdad de lo que son, que aún no han descubierto por todo lo que los rodea en el mundo. Deben salir de esa realidad para poder encontrarse Conmigo.
Yo estoy presente en los necesitados y en todos aquellos que necesitan de fuerza para seguir adelante. Yo solo deseo que Me puedan encontrar no solamente en los corazones alegres, sino también en los corazones que sufren en soledad.
Vengo a curar sus heridas espirituales con el bálsamo perfecto de Mi Corazón Misericordioso y, aunque no entiendan lo que esto significa, Yo les permito que beban de Mi Fuente para que sus cuerpos sean lavados y purificados, y así reciban el bálsamo de la renovación, un don perfecto del Espíritu Santo que reconstruirá sus vidas para siempre; siempre y cuando no Me olviden en los caminos que ustedes recorren, porque Yo he golpeado sus puertas, la puerta de sus corazones para poder entrar y comulgar con ustedes.
Por eso hoy, en este día santo, donde la Misericordia permite este encuentro, Yo vengo a recordarles este compromiso Conmigo, de retornar a Mi Corazón, de buscar la morada de Mi Corazón, de encontrar Mi Espíritu Divino y de volver a comulgar con Mi Consciencia que se dona en esta oferta para la salvación del mundo y la liberación del mal, del mal de todo el planeta.
Mientras ustedes Me sigan, las puertas del infierno se cerrarán. Mientras Me nieguen, las puertas del infierno se mantendrán abiertas.
Yo vine a morir por ustedes, fui clavado por ustedes en la Cruz, pues son una única humanidad que viene desde el principio aprendiendo. Pero ya no será necesario que vivan en el sufrimiento, y aunque la mayoría de las almas lo ha escogido, Yo vengo a darles una oportunidad para que puedan rehabilitar sus vidas y ellas se tornen redimidas alrededor de Mi Corazón Sacratísimo, para volver a comulgar en esta cena perfecta con la Gran Conciencia de Dios.
Abran sus ojos, compañeros, aquieten sus mentes y vuelvan a sentir Mi Corazón amado, Corazón que es amante de las almas que se esfuerzan por buscar su propia redención, de las almas que son obedientes a las indicaciones que reciben del Cielo, de las almas que despiertan a la vida espiritual porque nunca antes la han encontrado.
Yo les traigo la consciencia del Universo Celestial a través de Mi Sagrado y Glorificado Corazón.
Por medio de Mi Gracia Sublime, les doy la oportunidad de conocer el Reino de Dios, algo que es inmaterial ante sus ojos, porque es un Reino que vive en el Corazón de Dios, donde todas las almas buenas se congregan para unificar sus aprendizajes, después de esta vida terrenal.
De esta forma, Yo les digo, compañeros, que el Paraíso de Dios existe y no es una ilusión, es una verdad que palpita en el Corazón del Padre Celestial. Yo los invito a retornar a ese Paraíso, antes de Mi Retorno al mundo, porque en la segunda Venida de Cristo, vendré a llevarlos al Paraíso.
Por eso, deben estar preparados, purificados y limpios. Sus sentimientos deben estar puros, sus mentes deben estar quietas para poder escuchar a Dios y no escuchar a Mi adversario; porque quien está en Mi Divina Misericordia, a nada le podrá temer; tendrá la fuerza de Mi Espíritu Crístico para seguir adelante como Mis apóstoles, así como Me siguieron los doce en el pasado, que permitieron, a lo largo de los tiempos, que Mi Palabra de vida se expandiera por el mundo y que, a través de Mi Pasión, por Mi Pasión y todo lo que sucedió en la Pasión, hoy Yo pudiera estar aquí entre ustedes, reuniéndolos en el cenáculo de Mi Corazón.
Que Mis Palabras sean vibraciones en sus vidas, y sus corazones se colmen y se liberen de todo dolor.
Yo Soy su Redentor y Salvador. Yo vengo a resucitar sus vidas, que están muertas. Vengo a extenderles Mi Mano Misericordiosa por última vez, para que las almas se levanten del suelo, abandonen los abismos de la vida material y reencuentren el camino a la vida espiritual a través de la oración del corazón, aquel sagrado instrumento que Mi Madre les enseñó.
En esta tarde de Misericordia, en la que muchas almas en el mundo se congregan para escucharme, Mi Espíritu omnipresente lleva la Paz a los cuatro puntos del planeta, retira los espíritus impuros para que las almas puedan aspirar a la vida espiritual, reencender sus corazones en Dios y reencontrar el camino que han perdido.
Una y otra vez, Yo los llamé. Ahora, Yo los llamo a estar Conmigo plenamente, a que sientan Mi Corazón Consolador, Mi Corazón Glorificado y Vivo, que viene en este ciclo final para darles Su último llamado, en el Apocalipsis que ya comenzó.
Imiten a Juan el apóstol, Mi amado hijo. Imiten a todos los santos, hombres y mujeres, que en Mi vida se congregaron en Mi Corazón Sagrado para seguir este camino de conversión hacia la paz.
A través de sus vidas, Yo despierto los instrumentos de Dios y así, puedo realizar Mis obras, tan importantes en estos tiempos. Si sus corazones se abren a Mi Corazón, en verdad les digo, compañeros, que Me podrán ayudar en esta hora definitiva, para que la mayor parte de la humanidad despierte de este letargo que nunca termina.
Cuando sientan pena, busquen Mi Corazón.
Cuando se sientan atormentados, busquen Mi Corazón.
Cuando no tengan fuerzas, busquen Mi Corazón.
Cuando sientan miedo, busquen Mi Corazón.
Cuando todo parezca perdido, busquen Mi Corazón.
Cuando no tengan esperanza, busquen Mi Corazón.
Cuando pierdan la paz, busquen Mi Corazón.
Yo Soy su Corazón, Soy el que Soy desde el principio.
Confíen en Mi. Reverencien Mi Corazón Sacratísimo, adórenlo.
Confiésense nuevamente en nombre de Dios, para que sus corazones estén limpios para recibirme. Los escucho en el silencio del corazón. Cuando un corazón se confiesa es como una rosa que se abre.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Confesados, ahora vivirán los Sacramentos. Es la unión que sus corazones pueden tener con Mi Corazón, es el camino directo hacia Mi Espíritu, en esta hora de redención.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Jesús bendecirá estos elementos para todos nosotros, en unión con Su Espíritu y Su Misericordia.
El aceite de geranio es el aceite de la resurrección.
Los jóvenes son el proyecto para la Nueva Tierra, en ellos debemos colocar la protección y la confianza. Hoy, ellos realizarán la oferta de Mi Comunión para agradar a Mi Corazón y pacificarlo en los tiempos que vendrán.
Que los Centros Marianos se preparen para realizar la misma oferta.
Que sacerdotes y hermanas se coloquen cerca de este altar.
Oración: Padre Nuestro (2 veces en portugués).
En nombre de la juventud del mundo, hacemos la oferta al Corazón de Jesús.
Prepárense para que, a través de esta Comunión, los códigos de Mi Corazón Sacratísimo se irradien a los jóvenes del mundo, que son las bases de la nueva era. Eleven la oferta a Mi Corazón.
Dios Santo,
Dios Fuerte,
Dios Inmortal,
ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Amén.
(3 veces en portugués)
En los jóvenes, se guarda el espíritu de la pacificación que debe ser remediado en muchos corazones. Por eso, la oferta es tan importante en estos tiempos.
Nuevamente, los bendigo en nombre de la Paz y recuerden que pueden ser parte de Mi Sagrada Familia en unión perfecta con Mi Corazón de Amor.
Les agradezco a los orantes del mundo por estar respondiendo al pedido de Mi Madre Celestial.
El Espíritu Santo los guía, en este momento, por el mejor camino posible, el camino hacia la Paz.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús, Yo confío en Ti.
Mientras Me elevo al Reino de Mi Padre, donde se guarda su verdadera morada, los ángeles del Cielo, en nombre del Señor, acompañarán este momento de unión Conmigo a través de los Sacramentos.
Cantemos a Adonai. Cantemos a Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Kodoish melódico.
Repitamos con Jesús, mientras Él se eleva:
Santo, Santo, Santo es el Señor de las huestes.
Amén.
(4 veces)
Después de haber seguido las huellas de Mi Pasión carguen vuestra cruz con valentía y sin demora, pues en el próximo tiempo Yo los espero para que formen parte de Mi Gloria, después de haberse transformado.
No teman por lo que vendrá, mas trabajen para que nada pueda suceder.
Estoy llamando a los últimos que formarán las últimas filas para que los que están adelante de ustedes puedan seguirme.
El Universo les muestra un misterio que es amado por pocos.
Ahora que saben todo, síganme, pues hay mucho por hacer. Y esto no son solo palabras, es el Verbo de Dios pronunciado a través de Mi boca, a través del Hijo de Dios que los convoca.
La Cruz es conocida por pocos, pero su misterio es inmenso; es un mar de Misericordia para aquellos que quieran sumergirse en él. Solo basta dar un primer paso y confiar en lo que Yo les entrego, pues vuestra purificación debe ser inmediata.
No hay más tiempo que esperar. El Universo los llama para la Gran Tarea, que no es solo en este mundo sino en todo este vasto Universo que espera silenciosamente por vuestra definición.
Cuando eso suceda compañeros, todo estará cumplido y las puertas se abrirán de un lado para el otro, de occidente a oriente, de norte a sur y todos así lo podrán ver cuando estén atentos y vigilantes Conmigo.
Mientras cantan para vivir los méritos de Mi Pasión recibiré en esta tarde de Misericordia vuestras intenciones y, principalmente, las de todas Mis hijas, Mis hijas consagradas a Mi Corazón eterno.
Cantemos "Vigilad unidos a Mí, siempre orando".
Mientras cantan a Mi Corazón, entréguenme aquello que ya le llegó la hora de vivir su propio destierro, para que nazca la Luz de Dios.
Canción: "Vigilad unidos a Mí, siempre orando".
Mientras el mundo arde en llamas por sus propias decisiones, la Gloria de Dios viene a vuestro auxilio para rescatarlos. Dichosos de aquellos que creen en Mi Buena Nueva, porque así no desistirán.
Hijas Mías, arrodíllense delante de vuestro Maestro y así como el primer día de vuestra consagración, Me honrarán.
Canción: "Devocionario a la Divina Misericordia".
Quien Me sigue no se arrepiente.
Quien Me sigue se dona por entero.
Quien Me sigue se alimenta de Mi Espíritu.
Quien Me sigue se transforma, así como el árbol, el que pierde sus hojas, da nuevos frutos y después revive todo el tiempo.
Quien Me sigue no se pierde, mas encuentra el camino que perdió.
Quien Me sigue, es Mi testigo y es quien Me espera para poder recibirme.
Quien Me sigue, no se detiene, anda rápido para alcanzar los Pies del Maestro.
Quien Me sigue todo lo recibe y no se pierde nada. Las Gracias son su suprema fortaleza.
Quien Me sigue escucha el Llamado y lo cumple como una premisa.
Quien Me sigue aguarda por el advenimiento de lo nuevo.
Quien Me sigue representa a un apóstol de los tiempos.
Quien Me sigue es porque confía y tiene absoluta seguridad de saber lo que está haciendo.
Quien Me sigue escucha en su interior las señales del Advenimiento.
Quien Me sigue está atento al cambio de los tiempos y socorre ante cualquier necesidad.
Quien Me sigue espera con paciencia el día de su redención, pero nunca se detiene pues vive la transformación infinita.
Quien Me sigue, es porque ya Me dijo que sí.
Cristo Jesús Glorificado.
Tráiganme el incienso para bendecirlo pues deben esperar hasta el día domingo, por la Resurrección del Rey en el corazón de los que estaban muertos.
Los aguardo.
Recemos. Esto es lo que es necesario para estos tiempos.
Agua, Sangre, Vida y Redención,
que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús,
ten piedad, misericordia y compasión por todos nosotros.
Amén.
( se repite tres veces)
Vayan ahora, hacia el momento del nacimiento de Jesús y recuerden lo que allí sucedió. Recuerden lo que allí sucedió con los reyes de Persia, del Oriente y del más lejano Oriente, qué fue lo que ellos le ofertaron al Rey y qué es lo que hoy Yo les pido que Me oferten.
La representación de la vida de la naturaleza en el incienso es la oferta más sublime de la creación de la vida material.
Inciensen vuestros seres para que reciban la Gracia de la Misericordia y recuerden lo que él representa a través de los tiempos, que es la liberación de la impureza humana, aquello que corroe a las almas y las separa de Dios por absoluta ignorancia.
Hoy les ofrezco esta consagración para que vean en estas señales la presencia de Mi Espíritu que los exorciza.
Ante la potestad del Padre Celestial y en glorificación al Hijo de Dios, en esta hora en que Él vive Su muerte y derrama Su Misericordia sobre el mundo, elevemos hacia los altares celestiales, junto a los ángeles creadores, la oferta del incienso como redención y la puerta para vivir la rehabilitación.
Canción: “Pater Noster”.
Vivan Mi encuentro como algo único.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Vayan en paz y en honra al Creador.
En esta tarde de Misericordia vengo con el deseo ardiente de volver a encontrarnos, porque aún hay muchas almas en el mundo que no Me quieren ver.
Por eso hoy y en esta semana, los invito a recordar Mi Sacrificio, para que también lo vivan por aquellas almas que niegan a Dios.
Aún existen muchas consciencias sumergidas en el materialismo. Pero aún Mi Misericordia llega al mundo para poder salvarlos.Y en Mi total confianza, seguiré adelante a través de ustedes, para que Mis planes de redención se puedan cumplir.
Desearía que sus corazones estén bien cerca del Mío, pues necesito escuchar el palpitar de sus esencias, porque esta semana no será igual a la anterior, a la que Yo viví con ustedes en el año anterior.
Los tiempos cambiaron mucho, Mis compañeros, y pocos perciben los cambios que han surgido en la humanidad. Por eso hoy les muestro Mi Corazón, el que derrama Sangre y Agua perpetuamente.
Mi Corazón está lleno de Misericordia para todos, pero muy pocos han venido a beber de esta Fuente de Gracias por temor al pecado, al error o a la equivocación. Queridos compañeros, Mi Misericordia no ve esas cosas sino el espíritu de su perseverancia.
En el principio de este encuentro, Yo les envié un mensaje de paz desde las esferas superiores de la consciencia, para que ustedes se pudieran unir a esos principios creadores.
Pero hoy también quiero decirles, Mis compañeros, que vuestro Padre, el arcángel Miguel, acompañándome en presencia y omnipresencia, espera descender sobre este suelo sagrado de Aurora, a través de la manifestación de la sagrada ermita. Ya pasó mucho tiempo del pedido que Yo les hice, Mis amigos. Muchas almas esperan en los mundos invisibles poder pasar por este portal. Y eso será posible a través de su colaboración.
Ustedes sabrán, Mis amigos, que el Cielo tiene muchas necesidades sobre esta humanidad. Y así como los Mensajeros Divinos pedimos muchas cosas, también la humanidad nos pide muchas cosas.
La Gracia es recíproca. Por eso, compañeros Míos, pongamos manos a la obra, pues el arcángel Miguel espera descender y traer Su Gloria a este lugar. Gloria que será irradiada para el mundo, principalmente para aquellos corazones que deben ser exorcizados.
Sigan orando por esta causa santa. El Padre Creador se los agradecerá. Sigan invocando Su Santo Nombre en sus corazones, porque así también estarán llamando por Mi Gracia Universal.
El arcángel Miguel y Yo somos uno solo. Él fue el gran Mensajero de Dios para aquellos tiempos pasados, en donde Él Me ayudó a cargar con la Cruz de esta humanidad.
Pero Él viene ahora en su auxilio, luminoso y alado, para traer Su liberación a la humanidad, lo que las almas esperan hace mucho tiempo.
En esta Sagrada Semana, compañeros, deseo que puedan revivir Mi Pasión, así como lo hicieron en el año anterior. Pero en este tiempo, en esta Sagrada Semana, sus corazones ya deberán estar maduros pues necesito, en este ciclo, recoger todos los talentos que Yo deposité en ustedes, pues la emergencia planetaria es muy grande y las almas piden por auxilio y por liberación y será a través de sus corazones, de sus instrumentos internos, que son las almas alabando a Dios, donde Yo podré realizar Mis obras y llegar a los lugares inhóspitos, en donde ni siquiera existe la luz ni el amor.
Repitan para Mi Corazón glorificado sus súplicas e intenciones internas, pues Mi Corazón está abierto para acoger sus pedidos. Porque durante esta Semana Sagrada, Yo iré trabajando con cada uno de ustedes. Intentaré mostrarles las señales que Yo necesito que vean, para que sus espíritus y consciencias puedan madurar.
Me alegra profundamente volver a encontrarlos, porque esta Semana Sagrada es especial para el mundo, principalmente para aquellos que no reciben nada. Por eso, Yo estoy convocando a todos los servidores, para que se arriesguen a venir hasta aquí y compartir Conmigo la emanación del Amor de Mi Corazón que es necesaria para el mundo y para grandes partes de esta humanidad que ya no aguantan más, que necesitan de Mi Misericordia a través de sus espíritus mediadores.
Yo les traigo la convocatoria final para que sean, ahora y siempre, Mis apóstoles. Vivan Mi mensaje en la práctica y en la vida, vivan Mis enseñanzas por encima de todo, pues ya están preparados, Mis compañeros, así como Yo preparo a muchos espíritus a lo largo y ancho del mundo, que siempre Me sienten en sus corazones y responden a Mis comandos celestiales, sirviendo a las almas más necesitadas y carentes, escuchando a los corazones más pobres y moribundos. Y principalmente llevando la Luz y Mi Amor.
Quédense quietos, pues Mi energía está trabajando en ustedes.
Esta es una de las últimas Gracias que Yo derramo sobre el mundo, antes de Mi Retorno a la Tierra. Por eso, guarden cada código de Luz que Yo deposito en ustedes.
Recuerden las palabras que Yo les dicté al principio de este encuentro.
Vivan Mi Mensaje, vivan Mi Mensaje y sean Mi Mensaje para todos.
Sientan Mi Corazón, que se aproxima a sus espíritus.
Sientan el regocijo de Mi Amor.
Entren en Mi Regazo de Luz, porque allí siempre todo estará bien.
Olviden lo que sucedió. Vivan el eterno presente Conmigo, así recibirán lo que el Cielo quiere derramar a través de Mi Corazón.
Solo los necesito cerca de Mí, para que puedan sentir Mi Esperanza y Mi Aliento.
Yo vengo aquí por todos, principalmente por aquellos que ya no están aquí, los cuales espero, en la paciencia infinita, que algún día retornen a Mis Brazos, a pesar de los caminos que escogieron para sus vidas.
Yo convoco a todas las ovejas a formar parte de este gran rebaño de luz universal, de estos núcleos de luz profundos que vive su consciencia interna, pues es hora de despertar. Su consciencia profunda los está llamando para que realmente vivan lo que han venido a vivir en nombre del Señor. El mundo lo necesita y muchas almas también lo esperan.
El Plan se cumplirá también a través de todos los servidores. Todo está unido a un mismo hilo de luz, desde la Tierra hacia el Universo, más allá de este Universo material.
Convoquen siempre a vuestro Padre Eterno. Él será la fuerza que los moverá, que los transformará y los purificará.
Mi Corazón será su refugio. Por eso, llegó la hora de estar preparados y de no perder el tiempo en las cosas superficiales.
Reafirmen su voto de compromiso Conmigo, pues Yo espero todos los días, dentro del gran silencio universal en el cual Yo vivo, que cada alma de esta Tierra pueda escuchar Mi último llamado, pues estoy cumpliendo la promesa de retornar, primero desde el espíritu, para después manifestarme en Gloria para toda la humanidad.
Pero Yo necesito de testigos fieles, que puedan dar el ejemplo de lo que han vivido y que también Me puedan esperar cuando se aproxime la gran hora hacia la humanidad. Ese será el momento, compañeros, de que todo estará cumplido, así como fue escrito en el principio.
Ustedes son parte de una historia universal que está siendo escrita en los libros del Creador. Ustedes deben ser las plumas en la manos de Dios, para que Él pueda escribir Su Voluntad a través de sus vidas.
Los invito, compañeros, a la consagración de los elementos sagrados, que serán para ustedes el Cuerpo y la Sangre de su amado Redentor.
De la tierra surge el trigo, producto del trabajo de los hombres. De este trigo nace la harina para que surja el pan de vida para la humanidad. A través de este ejemplo, compañeros, los invito a recordar sus orígenes, pues deberán volver al principio de todo. Así como surgieron del Todo pronto volverán al Todo, porque allí se fundirán con la Esencia de Dios.
En aquel tiempo, cuando Yo estuve con ustedes, presente, celebrando Mi última cena, este mismo pan que está frente a Mí, estuvo sobre la mesa, siendo ofrecido al Creador como el Cuerpo glorificado de Cristo, aquél que sería mutilado, martirizado, flagelado y herido para la liberación de los pecados de las almas.
Que este Cuerpo santificado represente para sus memorias y principalmente para sus células, la búsqueda constante de la unión con Mi Espíritu, con Mi Divinidad y con Mi Glorificación.
Reciban en esta hora los Rayos de Mi Luz.
La uva también es producto de la tierra y del trabajo de los hombres. Pero a través de este ejemplo, Yo les doy a beber de la renovación, de la transfiguración, de la transustanciación de las partículas impuras que forman parte de esta consciencia planetaria.
En aquel tiempo, cuando Yo Me encontraba sentado a la mesa con los Míos y con muchos de ustedes, como almas en gloria y en alabanza, Yo les dí de beber a todos del código perfecto de Mi Sangre, donde no existe ninguna impureza, sino la máxima expresión del Amor que fue derramada por Mí durante la flagelación, el calvario y la cruz.
Reciban en esta tarde, los Rayos de Mi infinita Misericordia y recuerden beber de esta Sangre, con reverencia y amor, pues ella siempre los renovará, los transmutará y los liberará, siempre y cuando recuerden que Yo estoy presente en todo los creado.
Recemos como en el Monte de la Bienaventuranzas.
Oración: Padrenuestro en arameo.
Y a través del agua que lavará sus pies, se encuentra el símbolo de la purificación, en donde las heridas, los pecados y los errores son lavados por la castidad que representa el agua misma.
Cuando reciban esa bendición, recuerden que estarán siendo liberados de las amarras. Porque el agua guarda el código de la pureza original, de lo que existió en el principio en el Génesis, lo que santifica a las almas, las purifica y también las renueva, bajo el Espíritu Santo de Dios.
Tráiganme aquí el agua.
Oración:
¡Oh! Sangre de Cristo derramada sobre el mundo
purifica nuestra alma, alivia nuestro corazón
Ten piedad de nosotros, Señor
(se repite tres veces)
Amén
Las mujeres de Betania, prepararon los pozos de luz para que los códigos de Dios fueran derramados y los enfermos pudieran ser curados por el bautismo que Yo impartí después de Juan, Mi amado hermano.
Recuerden los pozos de Betania y de Samaria. Allí, cuando Yo pasé, dejé un principio fundamental para el mundo: la renovación del Sacramento del Bautismo y de la Fe para todas las almas que tenían fe en el Hijo de Dios, a pesar de no conocerlo, ni saber en verdad quién era o de dónde venía. La fe cura a las almas y les trae la esperanza para poder proseguir adelante.
Por eso, en esta tarde de Misericordia, bendigo este sacramento, esta agua casta y pura, para que sirva de cura para las almas y de liberación de los pecados del mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A pedido de Nuestro Señor escucharemos el Padrenuestro en latín.
Para aquellos que puedan, arrodillarse, para recibir la bendición de Nuestro Señor en este primer día.
Canción: Paternoster
Bajo la bendición de las esferas celestiales, recuerden que en este día y por los días que vendrán, los estaré congregando en el Espíritu de Mi Amor, para que sean motivados a seguir adelante. Y a pesar de las consecuencias, vean la Luz de Mi Presencia en el horizonte, la cual siempre estará presente en sus internos.
Envío Mi abrazo de luz a Madre María Shimani y a la Hermana Lucía, pues en esta Sagrada Semana estarán presentes en Mi Corazón.
¡Les agradezco por estar hoy Conmigo!
Creen puentes de luz durante estos días, así Yo podré ayudarlos y entregarles la esencia de Mi Amor.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sientan en Mi Silencio el decir de todas las cosas, la verdad que surge para la vida que estaba muerta.
Hoy estoy junto a los doce, aquellos que estuvieron Conmigo en el pasado. Los traje para que los puedan reconocer y apreciar como redimidos, la humanidad que se ha redimido y seguirá redimiéndose.
Mientras Yo camino al lado de ustedes en estos días, traigo buenas nuevas para todos, esperanza para los corazones y las almas, y misericordia para compartir y difundir.
Agradezco en esta tarde por aquellos que se esfuerzan y que en el cansancio obran para Mi Padre, sin tiempo y sin detenimiento. Sepan que eso será recompensado en el Reino de los Cielos. Dios no se separa de Sus hijos prodigiosos, mas los apoya y los acompaña en el silencio del corazón.
Hoy quiero compartir con ustedes un hecho importante: antes de la Última Cena en aquel tiempo, muchas almas bondadosas se unieron a Mí en la oración.
En diferentes partes de Oriente, por Galilea, Judea y Jerusalén se unieron a Mi Pasión interior y abrieron las puertas para que la Misericordia de Dios los acompañara.
En ese tiempo, todo lo que estaba sucediendo era importante, desde la soledad hasta la alegría. Yo estaba viviendo cada paso en la Pasión, una nueva señal que Dios manifestaba, para Mi Consciencia y Mi Corazón, cuando Yo instituí la Cena como una ceremonia importante.
Quería, en aquel tiempo, que todos pudieran vivir Mi Pasión de forma verdadera, por eso Yo abrí las puertas para que las Leyes Divinas descendieran y todos pudieran reconocer que el Hijo de Dios estaba presente en la Tierra.
Las Leyes se cumplieron en aquel tiempo tan difícil, pero Mi Misericordia se difundió por el Mundo entero de la misma forma que Yo lo hice con Faustina Kowalska, trayendo nuevamente para la humanidad algo importante y misterioso, que es la Misericordia de Mi Pasión, el Agua y la Sangre que redime y que lava, que purifica y que transmuta los pecados.
Por eso vivan en esa Fuente Mayor, esa Fuente que brota de Mi Corazón incansable y que está disponible para aquellos que la buscan y aquellos que se animan a servirse de ella y ser nutridos por el Espíritu de Mi Corazón, por Mi Divinidad y por Mi Consciencia Mayor.
En estos días Yo vengo a reactivar sus corazones. Vengo a recordarles los compromisos que tienen con los Sacramentos, porque cada ritual de los Sacramentos es importante para sus espíritus, gesta cosas nuevas para el alma, para la consciencia y para la vida, y todo se vuelve más liviano, más sereno y más pacífico.
Lo que Yo les traigo en estos tiempos es el Sacramento de la Reconciliación, que lo vivirán a través de los demás Sacramentos. No es por si acaso que Yo instituí la Eucaristía para que Mi Espirito Universal estuviera presente en el pan y en el vino, y en cada nueva comunión que el alma viva Conmigo, pueda renovarse y abrirse para lo Mayor.
Sepan que todo su ser comulga Conmigo; cada parte de sus seres y cada partícula, las células y la sangre de sus seres, el agua que circula por sus cuerpos es nutrida por Mi Espíritu en el momento de la Comunión.
Los invito a conocer este misterio, a que abran sus ojos para la realidad que viven por la Comunión, porque allí se guardan muchas llaves para todos, principalmente para aquellos que viven en Mi confianza.
En la Última Cena, en aquel tiempo, Yo instituí algo importante para el planeta que es el descenso de Dios a través de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, los Dones del Espíritu Santo en el pan y en el vino, la Transfiguración y la Resurrección que Yo viví por todos. Leyes que son desconocidas por esta Tierra, pero que muchos que fueron simples las vivieron y las practicaron con humildad.
Imiten a aquellos seres que vivieron la santidad. Sigan los pasos que ellos siguieron de forma simple, porque Dios necesita de sus corazones, una morada pura y entera, disponible para recibir la Voluntad del Señor.
Yo vengo nuevamente a abrirles los ojos para algo mayor y algo divino.
Yo los reúno en esta tarde nuevamente, para que refuercen su compromiso Conmigo y beban con paz de Mi Sangre y de Mi Agua, dones espirituales para la humanidad entera que son derramados espiritualmente en este tiempo para los corazones que tienen sed de la Luz de Dios y que necesitan curar sus consciencias para que sean redimidos, bienaventurados y buenos servidores del Hijo Primogénito.
A partir de hoy recordarán algo importante durante tres días seguidos, que es el nacimiento de Mi Consciencia en la humanidad y todo lo que Yo hice por ustedes en aquel tiempo.
En cada momento que compartan Conmigo, cada hecho y cada pasaje que Yo les entregaré, vívanlo como algo verdadero e importante. Así sus consciencias se nutrirán a través de Mi Espíritu Cristico y recibirán el Fuego Divino de la transformación.
Y después de un tiempo no se reconocerán, porque Yo los habré transformado enteramente y no lo percibirán porque ya estarán transfigurados por Mi Luz y por Mi Amor.
Anímense, arriésguense a que Yo los pueda vencer a través del Amor y de la Misericordia.
En poco tiempo no se reconocerán, porque habrán bebido de Mi Fuente de una forma sincera y verdadera por medio de la Comunión y de la oración constante, llaves que ayudarán a cambiar a la humanidad, llaves que abrirán nuevas puertas para el próximo tiempo.
Pero para que eso se cumpla, compañeros, es necesario arriesgarse un poco más y no temer por nada, porque cuentan con Mi confianza y Mi apoyo interior, cuando sólo Me digan “sí”.
Hoy los apóstoles vienen a bendecirlos a todos, a través del ejercicio pastoral, de la bendición del gran Espíritu de Dios que cada una de esas consciencias cultivó en sus corazones.
Hoy les muestro todas estas cosas para que crean que es posible vivir en la santidad. Y no será necesario consagrarse solamente a Mí, sino vivir una vida de caridad, de servicio, de oración, que puedan ser testimonio para sus hermanos, que puedan ser llamas de luz incandescentes para los demás hermanos,, por donde pasen o por donde vayan.
Cuando lleguen a ese punto de consagración y de entrega, muchos reconocerán Mi Presencia en ustedes, porque Yo sigo siendo el Gran Pastor de la Humildad, la Estrella del Universo para todo el planeta, que prepara el advenimiento y el regreso del Cristo transformado y renovado, el cual todos verán y se sorprenderán.
Por primera vez, queridos compañeros, responderé a siete intenciones de esa cesta. Pero sepan que todas son importantes para Mi Corazón. Ya las conozco profundamente, pero sé el significado y el valor que para ustedes tienen las respuestas en esta vida, respuestas que nacen de Mi Corazón Sacratísimo, luz para la oscuridad, sabiduría para la confusión, claridad para las tinieblas, amor para lo que está mal, herido, latigueado o cansado.
Yo los amo y Yo los corrijo porque son rebaños con potencial al despertar. Todo lo que digo proviene del Amor, del Espíritu de Mi Padre.
“Juan, te espero, cuando tan solo aceptes entrar a Mi Reino.”
“Tranquila, tu familia se salvará. Únete día a día a Mí. La reconciliación se establecerá, porque Mi Espíritu formará parte de tu hogar y confortaré a tu consciencia.”
“Franco, tu ángel se llama Joel. MI Camino está siendo preparado para que tú puedas entrar en él como un nuevo apóstol del amor. Anímate a seguirme, Te espero.”
“Que tu aspiración sea amar el planeta todos los días, pues él será la casa para los que vendrán pronto.”
“La humildad se encuentra en la llave del servicio, en la caridad que nunca acaba, en el decir “sí” todos los días a todas las necesidades que se presentan, así el espíritu se forja a la transformación.”
“Sí, ellos ya lo saben, ya están en el Cielo Conmigo, tus pasos lo han permitido. Hoy te saludan.”
“Quiero que seas una hija de Mi Divina Misericordia, así podrás consagrarte a Mi Sagrado Corazón y todo estará cumplido en tu espíritu.”
Ayer liberé a muchas almas que estaban condenadas, pero necesito de instrumentos dispuestos a ayudarme, columnas de transmutación que Me sirvan y que se donen constantemente. Si eso fuera posible en la mayor parte de la humanidad, la humanidad se salvaría.
Hoy les entregaré una bendición a través del aceite sagrado, el mismo aceite que ungió Mi Cuerpo herido, que lo restauró y que lo curó y lo preparó para la Resurrección.
El aceite los une al alma y son ungidos por el Espíritu Divino de Dios, con la Fuente Primordial de Su Amor y de Su Unidad.
Cada vez que son ungidos, sus cicatrices y heridas espirituales son disueltas por Mi Amor Misericordioso.
El aceite sagrado tiene el poder de la reparación, abre las puertas para los principios de la cura del cuerpo y del alma enferma y abre las puertas para el Espíritu Mayor de Dios, tan solo con una señal de la Cruz. Así todo estará hecho.
Bendigo todos estos elementos que en este día formarán parte de la nueva comunión de ustedes Conmigo, preparándolos para el Jueves Santo, donde los invitaré a sentarse a Mi mesa y se confirmen como los apóstoles del Amor, como los servidores de la Misericordia.
Yo los bendigo siempre con Mi Espíritu de Amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por hoy estar Conmigo.
Mi Voz llega a este mundo para retirarlo de la oscuridad y del miedo.
Mi Luz proviene del Padre y se derrama sobre los corazones que han caído.
Mi Misericordia se aproxima a vuestras vidas y trae la Luz que necesitan en este tiempo.
Yo vengo a levantar vuestras vidas del suelo. Les extiendo Mis Manos para que se puedan tomar fuerte y seguir Mi Camino de redención y de paz.
Mi Plan para Argentina es perfecto y predilecto, pero Yo necesito de ovejas dispuestas a seguir al Gran Pastor, para conocer nuevos campos y nuevos frutos que tengo para darles.
Necesito de vuestro sí para continuar con Mi Obra. Por eso, en este mes de abril, les envío a Mi Madre como mensajera y curadora, para que prepare vuestros corazones para el nuevo tiempo que llegará a Argentina.
Cada nación tiene un compromiso muy importante con Dios. Los Mensajeros del Cielo se presentan en este siglo nuevamente para advertir a la humanidad sobre los pasos que está tomando y los caminos que está siguiendo, caminos que no van hacia Dios porque son decisiones que no están en la Luz del Padre.
Por eso, en Mi gran Misericordia infinita, vine para abrir vuestros ojos a lo nuevo, para que puedan despertar a tiempo dentro de este caos que vive el mundo internamente.
Mi Misericordia viene a liberar vuestras amarras y vuestros pecados todas las veces que sea necesario, porque el Padre Me ha concedido conocerlos profundamente.
Mi Ley de Misericordia viene a corregir vuestras acciones y vidas. Por eso, vayan como los apóstoles y anuncien Mi llegada al mundo. Yo vendré silenciosamente a este mundo, sorpresivamente, y Me apareceré a aquellos que me abran el corazón y que hayan orado Conmigo constantemente por esta humanidad.
Mi Padre me ha enviado nuevamente a congregar los rebaños que se han perdido y estas Maratones de oración intentan congregar a todas las almas que deben retornar a Dios, principalmente, aquellas que están en Dios, en este momento deberán ayudarme a auxiliar a aquellas que están distantes de Dios.
Por eso, Yo los necesito firmes y dispuestos a seguir Mi Camino.
Yo no les puedo prometer felicidad en este mundo caótico, pero sí les puedo prometer, en el próximo mundo, Mi Misericordia, Mi Eternidad, Mi Divinidad y Mi Espíritu, como muchos santos, ángeles y bienaventurados que gozan de este Espíritu Crístico.
Yo les vengo a traer el universo a vuestras presencias. Yo Soy el Corazón del universo que late profundamente todo el tiempo. Yo les vengo a traer la Verdad de Dios para este tiempo.
Mediten en las acciones que toman todos los días. Sean buenos servidores en este tiempo, en paz. Sean proclamadores de la Paz que viene del Reino de Mi Padre. Yo los amo misericordiosamente todo el tiempo. Yo los reúno cerca de Mi Corazón para que lo puedan sentir. Mi Corazón es el Amor eterno de Dios manifestado.
Por eso, en este tiempo tan definitivo, vengo a recordarles el compromiso que han hecho Conmigo. Vuestras familias, amigos y conocidos, nadie escapará de poder conocerme en este tiempo.
Mi Amor es más fuerte que el amor que se vive en este mundo. Mi Poder y Mi Divinidad es grande en esta humanidad.
Queridas ovejas, queridos compañeros, los invito a preparar esta Sagrada Semana con el corazón, esta Pasión que vienen a recordar todos los años de vuestro tiempo. Yo los invito, queridos amigos, a que sientan Mi Pasión y que mediten en ella, así Yo podré conceder Gracias especiales a aquellos que lo hagan y Mi Corazón los podrá liberar y curar de todo aquello que no han conseguido liberarse.
Yo les vengo a recordar, en esta Sagrada Semana, Mi Pasión. Las diferentes fases que Yo viví en la Pasión, porque en verdad el mundo no conoce lo que viví verdaderamente. A través del Orandio de la Pasión y de la Transfiguración, Yo se los he revelado.
Por eso, durante esta Sagrada Semana, ofértenme sinceramente vuestros corazones. El Altar está abierto a todos. El sacerdote recibirá las ofertas de sus fieles para que todos celebren en el espíritu de la paz y del amor.
No será necesario, en este mundo, que ningún hombre más cargue con otra cruz. Yo lo he hecho por ustedes, queridos amigos. Mis Manos y Mi Cuerpo fueron llagados por ustedes. Yo cicatricé todas Mis heridas a través del Amor y, así, presenté al mundo la redención.
Pero a medida que pasa el tiempo, la humanidad se olvida del compromiso con Cristo. Por eso, Dios, en Su Bondad y en Su Misericordia envía a Sus Mensajeros para recordarles este compromiso.
Necesito que puedan fundirse con Mi Espíritu en esta próxima Sagrada Semana. Por eso, Aurora resplandecerá para recibir nuevamente Mis Rayos, como en el principio. Por eso, los ángeles que Yo envío al mundo están trabajando duramente, para que las almas se puedan aproximar a la Pasión de Mi Corazón y no sean distraídas por las cosas que oferta el mundo.
Yo necesito que sientan Mi Corazón como algo verdadero y simple, necesito que Mis Palabras reverberen en vuestras esencias.
Sepan, queridos compañeros, que este es Mi último llamado al mundo; de la misma forma en que Yo lo hice una vez en Ruanda, anunciando Mi Mensaje a través de Emmanuel, y África consiguió la consagración a Mi Sagrado Corazón, no solo a través de la obra que Dios me envió a realizar en ese país, sino también a través de las misiones que hicieron los Hijos de María.
Aún hay mucho que aliviar en esta humanidad dolorida, pero quién se animará a llevar las llagas espirituales del cuerpo en sus corazones. Esta es una gran propuesta que hoy Yo les entrego.
Muchos temen al sufrimiento por amor a otros. Vivan los ejemplos de todos los que han pasado por esta humanidad, de los grandes bienaventurados y santos que dieron sus vidas por Dios.
Pero en esta era tan importante Mi Llamado es para todos. Mi Corazón está queriendo entregarse a todos. Yo necesito de todos los que nunca me han escuchado ni visto para que Mi Obra se pueda cumplir en gran parte de esta humanidad.
América debe cumplir su gran promesa ante el Universo Celestial. Por eso, las misiones que Mi Madre está realizando, en cada país, preparan a las esencias para lo que vendrá en el próximo tiempo.
Mis Palabras en este momento son verdaderas, necesito que puedan entenderlo con vuestros corazones. Mi manantial está abierto para aquellos que lo busquen, pero pocos se arriesgan bañarse en Mi océano de Misericordia para que Mis aguas eternas puedan lavarlos y cicatrizarlos.
Que todos los que Me escuchan no tengan miedo, Yo vengo a entregarles el Amor de Dios, el Amor verdadero del Padre que es olvidado por muchos, porque reina la soberbia, la ignorancia y la indiferencia, raíces que producen grandes males y que enferman a las almas rápidamente, perdiendo la esencia y la luz interior.
Pero Yo Soy parte de ustedes y ustedes son parte de Mi Corazón eterno, Yo conviví y viví entre ustedes, Yo les proclamé a vuestras vidas Mi sagrada Palabra salvadora. ¿Qué han hecho con el Evangelio que Yo les entregué?
Vengo en este tiempo a buscar los talentos. ¿Por qué los esconden en vuestros corazones? Es tiempo de darse mucho más. Dios espera de ustedes lo máximo. Yo estoy aquí para ayudarlos y socorrerlos.
Yo vengo a abrir vuestros ojos a lo nuevo, al universo, al Reino de la Paz y del Amor. Pero pocos quieren vivir esta realidad. Con los pocos que Yo cuento, en esta era, realizaré Mis grandes Obras en el mundo entero.
Sirvan en paz a vuestros hermanos y a todos los Reinos de la Naturaleza que también sufren perpetuamente. Nadie percibe cómo los árboles son destrozados y heridos.
Ustedes saben, queridos compañeros, que cuando Yo era niño y fui a Egipto, las grandes palmeras del desierto reverenciaron Mi pasar. ¿Acaso Dios no vive en los Reinos de la Naturaleza? ¿Qué están haciendo con este mundo tan precioso que Dios les entregó?
Ha llegado la hora del rescate, del rescate planetario, del rescate de esta humanidad enferma y que muere sin ver la Luz de Dios. Yo vengo a resucitar a aquellos que han caído otra vez y a liberar a los espíritus impuros que condenan a muchas almas en esta humanidad.
Mi Misericordia es preciosa, pero para vivirla debe ser amada, queridos compañeros. ¿Cuándo se animarán a cruzar el portal hacia Mi Corazón? Yo tengo para entregarles cosas preciosas. Mi Palabra siempre se ha cumplido a lo largo de los tiempos.
Yo he convertido Eucaristías en corazones y carnes vivas; Mis Cruces han derramado mucha sangre. Todos han visto Mis milagros a lo largo de los siglos. ¿Qué más necesita esta humanidad? Dios está presente en todos los lugares. Pero ¿será que todos lo pueden ver?
Yo Soy esa parte de Dios que viene a hablarles. Esa emanación de la Fuente que se proyectó sobre la humanidad y que se volvió un hombre vivo, de carne y hueso, que caminó entre ustedes para compartir la Palabra y vivificar vuestros corazones, llevándolos a la Redención y al Amor.
Queridos compañeros, les agradezco por esta gran respuesta de ustedes.
Cuando oren Conmigo y se unan a Mí, recuerden que Yo siempre estaré vuestro lado. Deseo ardientemente estar en vuestras vidas, ser parte de vuestra sangre, de vuestra respiración, de todos vuestros cuerpos. Yo quiero ser la Célula viva en vuestras células, la Luz resplandeciente que transfigura y transforma como un Rayo del universo que viene a auxiliar y ayudar a la humanidad.
Pero todo comenzará, queridos compañeros, con vuestro simple y humilde sí, así todo estará consumado.
Aquí presente, bendeciré los elementos sagrados y las imágenes que traerán resurrección para vuestras consciencias.
Que esta próxima Sagrada Semana que se aproxima sea una celebración verdadera para todos, un encuentro perfecto con la Sagrada Familia universal.
Allí estaremos, en el corazón de Aurora.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Mientras traen los elementos vamos a orar con nuestro Maestro el Padre Nuestro y el Gloria.
Cristo Jesús bendice los elementos.
Cuando oran de corazón, Yo los amo más.
Gracias, queridas almas, por esta simple dedicación. Les agradezco.
Ingresen en el universo de Mi Paz y caminen firmes en el Propósito. Dios siempre los proveerá. Sean bienaventurados.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Todavía Jesús está presente, acompañándonos. Vamos a esperar por unos instantes hasta poder responder a un pedido que nos hizo de escuchar las Bienaventuranzas que una vez el transmitió en uno de Sus Mensajes diarios.
Él nos pide, en este momento, que sigamos unidos a Él en comunión, de corazón a Corazón, sintiendo Su Presencia.
A continuación, se lee el Mensaje diario transmitido por Cristo Jesús el 15 de febrero de 2013, sobre las Bienaventuranzas.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más