APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi Gracia nunca se acaba para los corazones que son esforzados. Por eso, hoy les traigo Mi Gracia por medio de esta lluvia que baña a esta Comunidad, para que puedan testimoniar físicamente que, en estos tiempos, Yo estoy presente con ustedes y con el mundo.

Hoy los reúno a todos alrededor del Cenáculo de Mi Sagrado Corazón y traigo para ustedes una oferta sincera y profunda para sus vidas.

Hoy traigo entre Mis Manos la dolorosa Corona de Espinas de su Maestro y Señor, corona que ofrece su Redentor a cada uno de ustedes, para que vivan esta corona junto Conmigo, en sacrificio y en rendición por todo lo que sucede en el mundo, por todas las almas que Me han negado, por aquellos que hieren Mi Corazón.

Pero nunca les entregaré un sacrificio mayor al que Yo viví, en aquel tiempo, por cada uno de ustedes.

Esta es la corona que Yo les ofrezco, la Corona que los transformará, que los redimirá y que les hará comprender, espiritualmente, el significado de estar Conmigo en este tiempo, bajo la Luz de Mi Gracia y de Mi Misericordia.

Es por eso, compañeros, que mientras les ofrezco esta Corona a cada una de sus almas, la preciosa Sangre de su Maestro y Señor se derrama sobre el mundo por medio de los Sagrados Cálices, que los ángeles recogieron durante el tiempo de la Cruz.

Es de esa forma que uno un tiempo con otro tiempo y que, bajo la omnipresencia de Dios, bajo la omnipotencia de Su Espíritu, bajo la Gloria de Su Presencia, derramo los códigos que hoy necesitan para terminar de purificar sus vidas y consciencias; para que, finalmente, sean el modelo espiritual y servicial que Dios espera.

Pero eso no será pronto. Aún el mundo deberá vivir muchas pruebas como las que vive en este tiempo actual, en el que la frustración y el miedo abarca la consciencia humana, en el que la consciencia humana no encuentra salida, porque ha llegado la hora de que, por los méritos de la poderosa Sangre de su Maestro y Señor, las almas se rindan para que se puedan redimir y consagrar definitivamente al Plan de Dios.

Ha llegado la hora de que el mundo aprenda a mirar a Dios, a buscarlo dentro del corazón y de la vida, a percibir y darse cuenta que muchos no han escuchado el mensaje del Cielo.

Por medio del sacrificio de esta Corona, que hoy ofrezco a Mis compañeros, a todos los que escuchan, a todos los que han sido fieles a Mi Sagrado Corazón, es que Yo podré entregar una amnistía para toda la humanidad, en este momento que vive la raza humana, ante las pruebas que enfrentará y transitará.

Necesito, compañeros, hacer valer los méritos de Mi dolorosa Pasión, en este tiempo actual. Por eso, para las próximas semanas podrán revivir la Pasión de su Señor con otro grado de consciencia y de discernimiento, para que esta dolorosa Pasión siga siendo la llave y la puerta que se abre para la redención de todo el Universo, hasta que su Maestro retorne a la humanidad, en el momento más culminante y difícil de la raza humana.

Por medio del sacrificio y de la rendición que podrán vivir a través de la Corona Espiritual que hoy les ofrece su Maestro y Señor, es que sus almas y sus Ángeles de la Guarda justificarán ante Dios, por todos los errores cometidos, por los que han estado cerca de ustedes y por todos los que están en el mundo, persistiendo en la infidelidad, en la falta de transparencia y de consagración a Dios.

Ofrezco esta Corona Espiritual para que sus vidas sean la justificación perfecta delante de la Justicia del Padre Eterno, para que Él le conceda al mundo un tiempo mayor de Misericordia, de Paz y de Redención para todos los seres que lo necesitan, de una forma urgente e inmediata.

Por medio de Mi dolorosa Pasión, podrán llevar sobre sus cabezas la dolorosa Corona Espiritual de su Maestro, y ofrecerán sus vidas en los Altares de Dios, como un medio y un camino perfecto para concederle al mundo la gran Gracia que necesita en este tiempo final.

Hoy la lluvia de Mi Gracia lava sus consciencias, purifica sus corazones, neutraliza sus mentes y armoniza sus mundos internos, mientras Yo trabajo con el mundo entero, en esta hora y en este momento, en el que las fuerzas del caos, del miedo, del pánico y de la frustración, se desatan sobre la Tierra y se establece la gran guerra final entre el Cielo y los infiernos.

Sean conscientes de esto. Vivan la tensión ardiente, en la vibración de la neutralidad y en el amor profundo que puede nacer y emerger de cada uno de sus corazones; porque mientras esta batalla recién comienza, todo está permitido y nadie podrá quedar atrás, sin saber la verdad y sin tener la oportunidad de estar consciente y entrenado para enfrentar también su propia batalla interior.

Pero si hoy Yo les ofrezco la Corona dolorosa de su Señor, es porque ya han transitado por otras pruebas más difíciles que, con el esfuerzo y la determinación, aprendieron a superar en Mi Nombre.

Pero no tengan miedo. En el momento más agudo de esa batalla interior y planetaria, es cuando la Luz del Espíritu Santo y de los santos Arcángeles emergerán de lo profundo del abismo para salvar a las consciencias que fueron arrastradas por la ilusión, la mentira y el engaño de Mi enemigo.

Por eso, por medio de esta Corona que hoy les ofrezco, estarán Conmigo en rendición, y vivirán su rendición conscientemente hasta los límites de su ser, sin dejar de recibir la Misericordia de Mi Corazón.

Esta misma Corona, Yo se la ofrecí a los apóstoles, y hoy se la ofrezco a los apóstoles del Nuevo Tiempo, que son cada uno de ustedes; así como Mi Madre, espiritualmente, ofreció esta misma Corona a las santas mujeres, para que fueran esposas fieles de su Redentor en la consagración y en el matrimonio espiritual que cada alma puede vivir Conmigo.

Construyan, compañeros y almas Mías, ese matrimonio espiritual Conmigo, porque allí estará Mi Amor en ustedes y ustedes estarán en Mi Amor; y allí estará la Unidad de Dios, estarán en la seguridad y en la protección necesaria, y vivirán esa alianza que tanto esperan y aspiran, y que Mi enemigo, por todos los medios, quiere impedir e interferir.

Pero es en esa batalla interior que cada uno está viviendo, así como hoy vive el mundo la batalla planetaria, en donde sus almas, corazones y vidas, se confirmarán y vencerán en el nombre del Amor, del Amor de su Señor, en el nombre de Jesús Cristo.

No desistan, no se dejen caer, fortalézcanse en Mi Presencia y en la Adoración Eucarística que Yo les ofrezco, porque podrán caer, así como Yo caí por ustedes, para salvarlos y redimirlos. Pero Mi Mano está aquí, extendida hacia ustedes, para cada corazón de este planeta, para que se puedan levantar y escuchar que Yo estoy aquí, y Yo escuchar de ustedes: “Jesús, confío en Ti”.

Yo no permitiré que les suceda nada malo, pero dependerá de ustedes, de cada uno de ustedes, que eso se pueda cumplir, porque Yo puedo interceder hasta un nivel de la Ley. Y la Ley la debo cumplir por toda la eternidad.

En esta lluvia de Gracia que hoy les traigo, y por medio de este mensaje que hoy les entrego, los invito a la persistencia, a la fe y a la renovación, porque por medio de este encuentro vengo a renovar sus almas, a fortalecer sus compromisos, para que simplemente vivan la Voluntad del Creador.

De una forma muy íntima y espiritual ofreceremos esta Comunión y revivirán Conmigo, en esta Cuaresma, la Pasión dolorosa de su Señor, de la misma forma en que hoy son ofrecidas sus almas a los poderosos Altares de Dios, por aquellos que no se ofrecen, que no se entregan y que no se dejan amar.

La finalidad de todo esto es que se curen interiormente y que sientan la alegría de siempre encontrarse Conmigo, después de tantas pruebas y caídas, pero fortalecidos por la fe, por la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, por la Adoración, por la confesión interior y por la Gracia que hoy se derrama sobre el mundo entero.

Es así que estamos preparados para realizar este ofrecimiento en los Altares de Dios, porque he escuchado atentamente a cada una de sus almas y consciencias, en confesión espiritual e interior.

Que la dolorosa Pasión de su Señor, en este momento de ofrecimiento, justifique los errores del mundo y de las almas que avergonzaron Mi Espíritu.

Yo les confío Mi Vida, así como ustedes confían sus vidas a Mí, para que estemos en matrimonio espiritual, perpetuo y eterno, hasta que se cumpla la Divina Voluntad. Y hoy coloco a sus almas, corazones y vidas, ante el escenario de la Última Cena.

Y rodeado por los ángeles, en eterna súplica, recordamos ese sagrado momento, cuando después de haber ungido a los apóstoles, de haberlos purificado con el Agua de Vida, los reuní como hoy los reúno a ustedes, y a todos los que escuchan en cualquier parte del planeta, para decirles que sigan confiando en Mí y para hacerles recordar, en este momento, el mayor misterio de Amor de toda la Creación, por la humanidad.

Como hace más de dos mil años, hoy vuelvo a tomar el pan entre Mis Manos, y lo ofrezco al Padre en reparación y justificación por todos los errores cometidos, para que sea transubstanciado en el Divino Cuerpo de Cristo. Y, así, se los ofrezco a ustedes diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado y es entregado por los infieles, para la remisión de los pecados”.

Te alabamos Señor y Te bendecimos (se repite 3 veces). 

Amén.

De la misma forma, elevo el Cáliz de la redención y lo ofrezco al Padre por cada uno de ustedes y por el mundo entero. Y este vino es transubstanciado para el perdón de los pecados. Así Yo se los ofrezco diciéndoles: “Tomen y beban, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada hasta los tiempos de hoy por su Señor, para el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos Señor y Te bendecimos (se repite 3 veces).

Amén.

Unidos en este momento al misterio de Amor de Jesús y por todos los méritos que Él alcanzó hasta después de Su Ascensión, unidos a Su Presencia eterna y sublime, con la fuerza de todo nuestro corazón y alma, por la humanidad, el planeta y todos los Reinos de la Naturaleza que padecen y sufren en este tiempo, recemos juntos el Padre Nuestro en ofrecimiento para consumar esta consagración del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Padre Nuestro (en portugués).

Y ahora Nuestro Señor pidió hacer un Padre Nuestro en inglés.

Padre Nuestro (en inglés).

Anunciamos la Paz de Cristo en la Tierra.

La oferta que fue realizada, por cada uno de ustedes, fue aceptada por el Creador. Quiero que lo sepan y que lo recuerden para que, cuando lo necesiten, realicen el mismo ejercicio, como hoy lo hicieron ante Mi Presencia, en simplicidad y amor.

Es así como la Tierra se redimirá y se transformará.

Y antes de dejar este mundo, quería terminar este encuentro con ustedes diciéndoles que he sentido en Mi Corazón el deseo ardiente de las almas buenas y caritativas, devotas y adoradoras, de que esté presente durante la Sagrada Semana.

Es por esa razón que, con la autoridad que Mi Padre Me concedió, estaré con ustedes dos veces, en abril y en agosto, siendo que ahora en abril estaremos juntos por este medio, como en este momento. Y en agosto, bajo la Gracia de Dios y de todas sus oraciones, todos estaremos reunidos aquí para celebrar la última Sagrada Semana.

Es así, compañeros, que del 5 al 12 de abril nos encontraremos aquí en oración y ustedes, desde sus casas, también orando por el mundo y por esta situación planetaria. Y Yo les prometo entregarles Mis Palabras para que aprendan, en este momento, a pesar de la distancia, a comulgar Conmigo espiritualmente, porque llegará ese momento, y la Comunión espiritual es tan válida como el Sacramento de la Eucaristía.

Pero si ustedes desde sus casas, durante esos días de abril, están unidos a Mí como en este momento, Yo también estaré allí con cada uno de ustedes, con sus familias, con sus grupos de oración, en cada una de sus naciones, compartiendo la Pasión de su Señor y renovando nuevamente cada uno de sus votos, para que, de esa forma, durante el mes de agosto, nos volvamos a encontrar y celebremos la consagración de sus vidas a Mi Sagrado Corazón.

¿Aceptan este llamado?

¡Sí!

Lo he escuchado del otro lado del mundo.

Pero esta vez, Yo no necesito grandes escenarios. Necesito algo como hoy, simple, para que sus almas se puedan sumergir en el océano de Mi Misericordia durante los días de abril.

Del 5 al 12 de abril nos encontraremos y Me encontraré con cada alma y con cada orante, a través de este medio de comunicación y de esta misma forma, para que oremos juntos por la importantísima Misericordia que necesita la humanidad para aprender a superar sus pruebas y dificultades, las pruebas que se avecinan.

Antes de irme quiero agradecer, en este momento, el trabajo de Adoración que está siendo ofrecido por todos los adoradores y por los adoradores aún no consagrados, que tendré la alegría de consagrar en el mes de agosto, en el que estarán más fortalecidos para vivir esa tarea silenciosa Conmigo, en la búsqueda incesante de traer la paz y la armonía a la humanidad.

Agradezco todas las adoraciones que son ofrecidas e invito a los que no han profundizado en la Adoración Eucarística a que lo hagan. Beban de Mi Presencia silenciosa y el enemigo no los encontrará.

Los bendigo a todos, a todos los presentes, a todos los que escuchan, porque he sentido en esta noche la verdadera presencia interna de las almas que aún luchan por su transformación y rendición.

Que la Luz de la Gracia los colme y los bendiga.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He pedido, para terminar, una música que deleita Mi Corazón, que trae sosiego a Mi Alma y que Me motiva, a pesar de todo lo que veo, a retornar aquí, desde donde puedo dar al mundo Mi mensaje.

La canción se llama “Eso que soy, eso Te doy”.

Les agradezco.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En adoración estamos ante el Hijo de Dios, que hoy nos presenta y nos muestra Su Corazón Eucarístico más radiante que un sol y que cientos de rayos del Universo.

El centro de Su Pecho, el centro de Su Esencia es el Corazón Eucarístico que nos trae la paz y la renovación, la cura y la reconciliación con Dios.

Reverenciemos.

Y en Sus Manos, Pies y Costado, Sus cinco principales Llagas, no de dolor sino de Luz, de Misericordia; Llagas de Gracia, de resplandor y de iluminación en la vida espiritual.

A Sus Pies, dos relicarios que los ángeles, que lo acompañan, sostienen: el Corazón Inmaculado de María, como terafín espiritual y el Castísimo Corazón de San José como terafín paternal y don de humildad para las almas.

Estos Corazones se unen al centro del Corazón Eucarístico de Jesús, y se establece el Cielo en la Tierra.

Escuchamos ahora siete campanadas, a Su pedido, delante de esta revelación.

Tú eres parte de lo que Yo soy, y nunca pensaría lo contrario, porque Dios nos creó iguales y muy semejantes a Él.

Lo que vives y experimentas es un destierro de tus aspectos humanos; es el morir para volver a nacer, cuantas veces sea necesario.

Por eso, no te preocupes, no te acongojes, no sientas miedo ni tampoco soledad porque lo que vives es perfecto para Dios. Él así lo necesita, aunque a veces no lo comprendas ni lo entiendas.

Por eso, quédate en Mi igualdad porque entrarás en Mi armonía y equilibrio y nunca perderás la fe. Ninguna oscuridad ni ninguna tempestad harán desterrar tu fe y nunca se disolverá, cuando te mantengas firme en Mí.

Yo construyo caminos desconocidos y tus caminos son Mis caminos cuando aceptas vivir Mi Voluntad, por más desconocida que te parezca, por más inalcanzable que te parezca. Mi Voluntad, que es la Voluntad de Mi Padre, siempre te colocará en el camino seguro.

Nunca vendré a pedirte cosas imposibles porque sé que no Me las darás. Vengo a pedirte cosas simples, lo que nace del corazón que nunca se extinguirá, que nada lo disolverá.

Yo vengo a pedirte tu amor humano y tu fidelidad Conmigo, para que te transformes, para que aprendas a redimirte y a sublimar tu consciencia, día a día.

Yo no necesito construir en tu vida castillos para reyes y tampoco ilusiones para tu personalidad. Vengo a construir, a través de Mi Voluntad, lo que es verdadero; y lo verdadero surge de lo simple, lo simple surge de lo humilde y lo humilde es pacífico, no se atormenta, no se siente amedrentado y tampoco confuso.

La vida espiritual es simple y tu contacto con Dios también lo es. Pero dependerá de ti, hijo Mío, que ese contacto lo cultives día a día con una fe grandiosa, con una fe inextinguible, con una fe que nunca te haga dudar de lo que vives.

Pero ten cuidado, porque tu elección podría ponerte en otro camino. Y, ¿cuál es el verdadero camino para ti? ¿Alguna vez te lo has preguntado?

Lo mismo le pregunté a Mis apóstoles: ¿qué es vivir la verdad y cómo estar en ella todo el tiempo?

Si caminas a Mi lado, aunque no Me sientas ni Me percibas, aunque estés en la mayor soledad o atravesando el mayor desierto, ¿creerías y confiarías en Mí?

Yo siempre te daré lo que necesites, en el momento justo, porque todas Mis perlas preciosas y tesoros fueron muy desperdiciados por los hombres a través de los tiempos. Ahora es el tiempo de conquistar y de triunfar por medio de una entrega absoluta que alcanzarás paso a paso, por medio de una fidelidad absoluta que alcanzarás paso a paso.

No vengo a pedirte lo que es imposible para ti, porque te haría perder mucho tiempo. Vengo a pedirte lo que es verdadero, lo que Dios colocó dentro de tu ser y de tu corazón. De eso Yo Me sirvo todo el tiempo para realizar Mi Obra en el planeta y te doy el ejemplo de Mi Corazón Eucarístico, del Corazón Inmaculado de Mi Madre y del Corazón de San José como testimonios verdaderos, como muestra del amor a Dios, de un amor fiel, de un amor constructivo y sublime que solo tenía la intención de poder ser compartido y vivido con todos los semejantes.

Sé que a veces vivirás aprendizajes que no comprenderás ni aceptarás y que tu mundo interno se moverá, tu consciencia se purificará y estarás nuevamente delante de una prueba. Pero las pruebas existen no para hacer sufrir a las almas de Dios, sino para que aprendan a vencer la dualidad. Porque cuando muchos más aprendan a vencer la dualidad, más será vencido el mal y triunfará la luz y el amor en el mundo, porque no estará la raíz de la indiferencia en tu consciencia y aprenderás a obedecer, incondicionalmente, hasta en los más pequeños detalles, siguiendo ciegamente las directrices que vienen del Cielo y de la Jerarquía. Porque tú no conoces el futuro ni tampoco conoces profundamente tu pasado. Solo vives el presente y lo que está a tu alrededor día a día.

Por eso, Yo soy una Fuente en la revelación de muchos misterios de tu consciencia.

No vengo a buscar lo que fortalece a tu ego o a tu personalidad. Vengo a librarte de las cadenas de la ilusión. Y para poder liberarte, de esas cadenas y de esas ilusiones, deberás atravesar lo que Yo atravesé una vez aquí en la Tierra, porque así podrás vivir a Dios y comprender, más allá de las apariencias, todo los misterios.

Esta escuela del planeta que se llama Tierra, en donde están muchas almas, podría ser más provechosa y benéfica para todos. Pero se ha vuelto una escuela de mucho sufrimiento, por las raíces de la indiferencia, de la desobediencia y de la falta de la caridad.

Pero si tú crees en Mí, nunca perderás Mi camino ni tampoco Mis pasos porque, por mucho que te pueda suceder o por mucho que puedas experimentar en momentos difíciles, la llama de tu corazón nunca se apagará porque hoy he podido testimoniar por medio del canto de tu voz y de la alabanza al Padre Eterno que el Amor de Dios existe en el corazón de Sus hijos. Es ese amor que Yo vengo a buscar en los corazones, un amor confiable y un amor fiel. No vengo a buscar un amor perfecto, sino un amor imperfecto. Vengo a buscar su amor más pobre para que pueda ser transformado, para que el amor sea también redimido, en ustedes, y ese amor llegue a todo el mundo de la misma forma en la que Yo les doy Mi Amor.

En Mis Palabras está el Amor de Dios. En Mi Presencia está el Amor de Dios. En Mi respiración está el Amor de Dios. En Mi mirada está el Amor de Dios. En Mi Esencia está el Amor de Dios. Y donde Yo estoy, está el Amor del Padre, y si ustedes están en Mí, Mi Padre estará en ustedes y ustedes estarán en el Amor de Mi Padre.

Eso es lo más urgente que necesito en este tiempo para que, sobre las naciones de la Tierra, los astros del Universo no se precipiten y los elementos de la Naturaleza no muestren su furia y dolor porque los hombres no comprendieron el mensaje de la Creación.

Vengo a intervenir sobre todas esas cosas. Vengo a pedirle al mundo que despierte al amor y que le cierre la puerta a la indiferencia.

Pero, para que eso sea posible, compañeros, deben comenzar a vivirlo en ustedes mismos día a día, en las lecciones de la vida, en sus familias, en sus trabajos porque así se transformará el mundo y la consciencia humana.

Ya no necesito de las resistencias de los hombres, del sufrimiento de los corazones, de la agonía de las almas.

Por medio del Amor de Dios vengo a traerles el Reino del Padre Celestial, porque sé que lo necesitarán para estos tiempos y para todo lo que llegará inesperadamente.

Mientras estoy aquí, trabajo con otros aspectos de su consciencia, con aquellos aspectos que están ocultos y que solo se ven con los ojos del corazón.

Vengo a trasformar la miseria humana en Misericordia. Vengo a elevar sus corazones a Dios para así poder elevar a la humanidad entera, a aquellos que sufren y padecen, a aquellos que están solos y enfermos, olvidados y abandonados en muchos lugares del mundo.

Vengo a ofrecerles el sacrificio en el nombre del Amor, para que el Amor esté presente en la humanidad y en los corazones, para que el Amor de Dios detenga las guerras y los conflictos humanos para que el Amor de Dios quite la sed de muchas consciencias y retire de la oscuridad a muchos corazones.

Por eso vengo a ofrecerte algo que aún no has vivido. Estás ante la oportunidad de cruzar el Portal del Universo para volver a confirmar tu vida en Mí y para que Mi Vida sea en tu vida y en cada momento de tu historia interior.

Como  muestra de ese Amor inconmensurable y divino, en este momento, en el que las almas están delante de Dios a través de los Corazones de María, de Cristo y de San José, ofreceré la transubstanciación y consagración de los elementos para que el Corazón ofendido del Hijo, el Primogénito y el Unigénito del Padre Celestial, sea aliviado y consolado por los hombres y mujeres de la Tierra; y hoy no solo pueda estar aquí con ustedes, en Argentina, preparándolos para la próxima etapa de la Peregrinación por la Paz, sino también pueda llegar, en este momento, en omnipresencia y en omnipotencia, a los rincones más lejanos de la Tierra, en donde la pobreza y la miseria material se expresa, en donde la enfermedad tiene más fuerza que la cura; en donde el miedo y el terror de las guerras ha hecho sucumbir a la fe en grandes desiertos.

Vengo a hacer emerger de los corazones la llama de la esencia y de la fe, para que ella reine y se establezca más allá de las naciones y de los continentes, para que esta fe los una al Universo de Dios.

Y por encima de toda adversidad, crueldad o indiferencia, nunca se cansen de sonreírle a Dios, nunca se cansen de amar a Dios y de llevar ese amor a sus hermanos; porque si aman, por más que sean imperfectos, aman con el Amor de Mi Corazón y de Mi Vida; así el mundo se convertirá, el castigo se detendrá, la Justicia Divina no llegará y los astros del Cosmos no se moverán, mostrando su fuerza y poder  como nunca antes nadie lo vio, porque habrán respondido conforme al pedido de Mi Corazón y de Mi Consciencia, por medio de este día de reparación al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús.

Por esa razón, vengo a pedirles, en nombre de la Voluntad de Dios, que todas las almas del mundo, todos lo que lo pidan y también aquellos que no lo pidan, reciban el libro de Mis Poemas de la devoción de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, porque en las horas más definitivas, en las que ustedes se encontrarán delante de Dios y delante de las cosas inimaginables que se verán en el mundo, se recogerán en sus habitaciones, encenderán una vela y en nombre de su Ángel de la Guarda rezarán esos Poemas, para que la Gracia Divina y la Misericordia del Padre sostengan a este planeta y, principalmente, a todos sus mundos internos.

Porque cuando Yo ya no esté con ustedes como estoy hoy, su fortaleza no solo será Mi Corazón, sino también todas las palabras que les he dicho.

En los Poemas está la llave de su transformación.

Agradeceré que eso sea entregado lo antes posible y difundido en el mundo entero, en todas las lenguas posibles, como un medio de reparación de los corazones del mundo al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús.

Ya están dentro de Mi Iglesia Celestial y sus esencias están ante el Padre Celestial, contemplando Sus Altares y Su poderoso Trono de Luz, que fue visto por muchos patriarcas y profetas y por la mismísima Madre de Dios y San José Castísimo, así como por todos aquellos servidores que en Mi nombre, a través de los tiempos, sirvieron a la Obra de Dios en la superficie de la Tierra dando testimonio de Mi Presencia y de Mi Palabra, dando ejemplo de caridad y de bien en el mundo entero.

Bajo esa condición espiritual e interna, eleven sus corazones a Dios.

Nos colocamos de pie.

Y ante todo lo que les he dicho hasta este momento, realizando una confesión interna de Mi Corazón con cada uno de ustedes, reciban cada una de Mis Palabras como una revelación de la Verdad y del sentimiento de Dios para estos tiempos, sabiendo que será muy necesario y urgente trabajar todos los días en la reparación de los errores que comete la humanidad para que las millones de almas, que están en la ilusión del mundo y en la superficialidad de la vida, tengan la gracia, así como ustedes la tuvieron, de poder escuchar a Dios por intermedio de Su amado Hijo, de poder recibir la Presencia de Dios a través de los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José para que muchas más consciencias sean tocadas por la propia Mano del Padre Eterno en lo profundo de sus corazones, así como fueron tocados sus internos.

Por eso les pido que valoren y den mérito a Mis Palabras porque las necesitarán cuando todo se desencadene.

"Así como en Tus Altares, Padre Eterno, el incienso emana la santidad y el servicio de los ángeles del Universo, que este incienso que hoy es ofrecido a las puertas de tu Iglesia Celestial, no solo disipe la oscuridad y la maldad de los corazones sino que traiga la fuerza de la fe, de la renovación y de la esperanza para aquellos que escuchan Tu llamado. Que así sea".

“Con esta misma agua, Padre, Tú Me santificaste y Me bautizaste en el Río Jordán. Creaste el elemento agua para demostrar la belleza de Tu Amor en los océanos y en los mares del mundo, para que Tus hijos se purificaran y se bañaran en la castidad y en la pureza del mismo elemento. De la misma forma en que Yo fui bautizado en el Río Jordán, que hoy esta agua esparza Tu Gracia en el mundo. Amén.”

Hoy lavaré sus manos y consciencias así como lavé las manos, los pies y las cabezas de Mis apóstoles; porque no solo Pedro lavó su cabeza con la ayuda de su Maestro y Señor, sino que los demás apóstoles también fueron lavados y purificados como hoy ustedes lo son. Que este lavado y esta purificación los renueve, y crean para siempre que para Dios nada es imposible.

De estas cuatro bandejas que contienen los elementos para la consagración, hoy solo representaré al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo con tres de ellas, para que se pueda fundir la Alianza de Dios infinita e inextinguible con los corazones.

Nuestro Señor los invita, a aquellos que puedan, a arrodillarse para la consagración.

Este es el vino que representa el esfuerzo de los hombres por trabajar la tierra, sembrarla y cultivarla para que pueda dar frutos a todos los hijos de Dios y para que todos sean saciados espiritualmente.

Esta es el agua que no solo los bautiza, sino que también los purifica. Esta es el agua que brotó de Mi Costado, junto con Mi Sangre, cuando estaba en la Cruz, para esparcir sobre el mundo no solo la Misericordia, sino también la justificación ante todos los errores cometidos.

Señor, hoy vuelvo a tomar el pan delante de Tus hijos. Por el profundo Amor que brota de Tu Corazón recordamos y afirmamos el sacrificio de Tu Amado Hijo, cuando lo elevó y Tu Santo Espíritu lo bendijo. Lo entregué a los apóstoles y la Llama de Tu Amor se encendió en sus corazones y en todos los que se sirven de este glorioso Sacramento y les dije: "Tomen y coman todos de Él porque este es Mi Cuerpo Vivo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Y cuando los ángeles tocaron tres campanadas, el pan se convirtió en el Cuerpo de Cristo.

Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.

A continuación tomé el Cáliz y Tu Espíritu de Amor lo bendijo, lo entregué a los apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban todos de Él porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para el perdón de los pecados. Nunca olviden hacer esto en memoria Mía".

Y al escuchar tres campanadas el vino se convirtió en la Sangre preciosa de Cristo.

Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.

Oración: Padre Nuestro.

Y al escuchar siete campanadas fue consumado absolutamente la entrega y el sacrificio de Cristo a través de la institución de la Eucaristía.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos da la Vida Eterna.

Que sean felices, compañeros Míos, los que se sirven de este glorioso y bendito Sacramento, adorado y honrado en los cielos y en la Tierra por todas las consciencias para el cumplimiento del Plan de Dios en la humanidad y en Argentina. Amén.

Para vivir la escuela de Mi Amor, Yo los invito a que se amen los unos a los otros todo el tiempo. Esa regla, que entregué hace mucho tiempo, aún se mantiene viva y necesito que la ejerciten y la practiquen todos los días.

Se pueden colocar de pie.

Y con su mano sobre el corazón se confirmarán a Dios, por medio del Hijo del Padre, para amar todos los días un poco más y mejor, así como Yo los amo, porque el Amor que viene de Mi Corazón es un Amor eterno. Se arriesgarán y se animarán todos los días a amar como Yo los amo y a colocar el amor en primer lugar ante cualquier dificultad o prueba, porque si confían en Mi Amor, en Mi Amor todo lo superarán.

Que este Amor se expanda en el mundo y encienda los soles en la Tierra, para que la Vida divina y universal se haga carne en todos los seres, sea consciente y despierte la misión de cada consciencia, para que triunfe el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y en el nombre de ese Amor que siempre los llevará a la paz, que la paz esté en ustedes y en todos los lugares en el nombre del amor.

Para que el amor venza a la indiferencia se darán el saludo de la paz.

Les agradezco.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 23.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Al comenzar, se comparte el video en donde Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús recibe el Mensaje extraordinario del 4 de junio de 2015 para la Maratón.

 

Hoy Mis Pies caminarán por vuestros senderos para corregir vuestros caminos.

Reverencien a Mi Corazón, que es el Corazón de Dios vivo. 

Y así, postrados como los ángeles los quiero ver todo el tiempo para que acompañen Mi tarea redentora en estos tiempos de caos.

Los sacrificios son los mejores pétalos de luz que las almas Me entregan y depositan a los pies de Mi Reino, como una oferta de amor y de reparación para las almas del mundo.

Estos tiempos que vendrán serán más exigentes y por eso no deberán temer. Yo los necesito unidos a Mí, todos los días, para que no pierdan las huellas que Yo les dejo en el camino.

Así, sabrán hacia donde ir y no se perderán por las cosas banales, mas estarán despiertos para percibir todas las cosas, todas las necesidades a las que ustedes deberán responder en nombre del sacrificio y por el sacrificio que Yo hice por ustedes en el principio.

Cuando estoy aquí con ustedes, estoy con el mundo, contemplándolos, observándolos, sintiendo vuestros corazones y vidas, esperando ardientemente el momento de vuestra entrega a Mí, pues la hora está marcada para cada uno de ustedes. Así lo ha determinado Mi Padre, a través de la Voluntad de Su Corazón.

Fácilmente, a pesar de las tribulaciones, reconocerán el camino que Yo les dejaré y estarán abiertos a encontrar las emergencias del fin de los tiempos que se revelarán en los corazones, en todos los internos de los seres, para que después se manifieste esa gran necesidad planetaria en toda la humanidad. ¿Quién estará preparado para eso?

Por eso, vengo en estos tiempos a confortarlos, para que reconozcan Mi antigua Palabra en el Evangelio y Mi nuevo Evangelio en estas Palabras, las cuales escribo con Mis Labios de Luz para toda la humanidad y el universo, pronunciando el Verbo de Dios, aquél que ustedes deben saber distinguir entre los falsos verbos de esta humanidad.

Mi Corazón es consecuente con ustedes, pero al mismo tiempo es muy paciente. 

Mi Amor siempre los puede ayudar. Mi Amor entiende todas las cosas, porque es el Amor de Dios, aquél que debe estar en ustedes, así como estuvo en Mi Corazón en las horas crueles de la Pasión.

Ustedes vivirán nuevas pasiones a través del sacrificio que Dios les enviará. 

En esa hora tan esperada, ustedes deberán dar el gran paso hacia el Creador, sin perder un minuto en todo lo que Él les entregará durante estos tiempos difíciles, porque aquel que haya confiado en Mí, recibirá del universo todas las Gracias que necesite para volver a reencontrarse Conmigo en el Paraíso de Dios, el Paraíso del Señor.

Lleven estampada, en sus corazones, Mi Luz eterna. Ella será útil para ustedes. Será muy necesaria y urgente para enfrentar la trascendencia de los tiempos. El universo marcará esa hora universal y la humanidad no escapará de ver esas cosas, pues el universo se mostrará así tal cual es y todos lo podrán conocer como fue en el principio y como es ahora, en este tiempo eterno y presente, en el que todas las Jerarquías de la Luz se congregan para poder concretar el esperado Proyecto de la humanidad. 

Ustedes son parte de ese Proyecto, aunque muchas veces no lo crean. Cada parte de vuestros seres forma parte de esta Creación mayor. Cada célula de vuestros cuerpos forma parte de esa chispa divina, la que permitió que surgieran en los orígenes, en el principio, en donde todo fue creado y manifestado por Dios. 

Ese mismo principio tendrá un fin y así ustedes deberán retornar con una verdadera experiencia de amor hacia las moradas de Adonai, en donde todas las experiencias de redención se fundirán como una sola para concretar el gran deseo del Padre de que se rediman a través del amor y del perdón.

Eleven vuestros corazones hacia Mi Reino. Yo les espero.

Mientras Yo estoy aquí, Mi adversario está con muchos. ¿Quién Me ayudará a retirar el mal de la humanidad con la oración fervorosa que todo lo transforma y lo transfigura, así como Dios lo prevé?

En esta tarde vengo a hablarles de la importancia de volver a Dios, porque cuando salgan de aquí, habiendo recibido Mis Gracias y Misericordias, sé que Mi adversario los tentará.

Allí deberán estar fuertes e invencibles, demostrando al mundo lo que he enseñado, lo que aprendieron a través de Mi energía espiritual.

Así, estarán salvos y tendrán la dignidad de pertenecer a Dios, porque Dios quiere pertenecer a ustedes. Él quiere ser el gran espacio en vuestras vidas, esa ciencia divina que transforma vuestras vidas en estos caminos tan confusos que vive la humanidad.

Mientras estoy aquí, confiésense ante Mi Corazón. Yo los escucho en el silencio del espíritu, en la profundidad del alma, donde en verdad se viven todas las cosas. Son cristalinos ante Mis Ojos; conozco a vuestros internos antes de que ustedes Me conocieran.

Y así como estoy con ustedes, estuve con los apóstoles y con todos aquellos que siguieron Mi Palabra en confianza, en fe y en amor.

Elevemos la oferta al Creador en esta tarde de Gracia, mientras el mundo sucumbe por la acción de sus propios males.

¿Quién se arriesgará a conocer la grandeza de Mi Amor y a ser conquistado por Mí, sin miedo a perder las propias estructuras que crea esta humanidad superficial?

Porque si están en Mi Amor, ayudarán al planeta y podré decirles que este Proyecto valió la pena en este mundo. 

Si ustedes no cambian ¿quién cambiará?

Vengo a anunciarles este Mensaje a ustedes porque sé que Me escuchan y que alguna vez Me han escuchado, a pesar de las circunstancias de vuestras vidas.

Vengo a despertar a los nuevos discípulos. Los ejércitos ya deben estar preparados para la batalla. Comandados por el arcángel Miguel, se forman las filas de la evolución para que los Resplandecientes desciendan al mundo y puedan guiar a las nuevas almas redimidas en el Señor, en el Corazón de Cristo, el Maestro Redentor.

Hagamos la oferta con simplicidad. Dios los escucha y los escuchará aún más cuando abran vuestro corazón para vivir en Su Suprema Voluntad.

Y así, como la Misericordia infinita lo permite, descenderé para darles una parte de Mi Amor a vuestros espíritus y a todos aquellos que, en estos momentos, en el lugar donde se encuentren en cada parte de este mundo, estén verdaderamente abiertos a escuchar Mi Mensaje y comprender Mi energía crística, la misma energía que redimió al mundo durante la Pasión.

Vengo a entregarles estos dones para que vuestras vidas ya no sean las mismas, sino que estén totalmente abiertos para corresponder al Plan de Dios.

En estos lugares santos, en donde Yo he aparecido y vengo a visitarlos, deben existir verdaderos núcleos de luz. Dios les confió esta obra de las Comunidades.

Está escrita vuestra firma en los Libros de Luz, en este sagrado compromiso con esta parte del Plan que Yo vengo a recordarles en este tiempo difícil. Porque cuando las cosas se atropellen, deberán tener bien presente lo que han recibido. Así podrán corresponder a Dios.

Apoyen y ayuden a esta Obra. 

Aquí existe vuestra verdadera morada interior. Es lo que Dios necesita que ustedes vivan. No existe otra cosa. Es lo que Dios destinó para vuestros espíritus desde el principio.

¡Ay de aquellos que salieron de aquí sin haberlo percibido!

Dios Me pidió descender hasta aquí para recordarles este sagrado compromiso, que no es una obligación con Adonai, sino que es una fusión interna con el verdadero propósito de esta sagrada tarea de los núcleos de luz, donde los Mensajeros Divinos se sirven para ayudar a la humanidad y principalmente a ustedes, modelos perfectos para la redención.

Yo Me aparezco en este sagrado Cenáculo para recordarles los votos, los mismos votos que hicieron los apóstoles en el pasado y que, en esta vida bendecida por Dios, ustedes también deberán hacer, dando el testimonio de vuestra confianza absoluta en Mi Sacratísimo Corazón.

Eleven vuestras vidas hacia Mi Espíritu. Eso es lo único que les resta hacer. Así, Yo podré trabajar a través de vuestras vidas, en medio de una intensa purificación. 

Yo no los soltaré, los cubriré con Mi Manto en los momentos más urgentes del mundo. Así, sabrán, compañeros, que Yo siempre estuve con ustedes, así como con Mis apóstoles, en espíritu.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos, a pedido de nuestro Maestro, a consagrar los elementos. Él dará la bendición en esta tarde, entre todos. Algunos hermanos sustentarán estos elementos sagrados para la consagración.

 

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Y así, Yo estoy sobre ustedes y el mundo para consagrarlos y Mi sacerdocio es para todos, para aquellos que quieran vivir Mi ministerio crístico, renovar sus espíritus a través de Mi Corazón y de Mis Palabras sagradas.

En este momento de Misericordia, en el que Mis Rayos irradian al mundo y bajo ese ministerio sacerdotal de vuestro supremo Rey, bendeciremos los elementos y vuestras vidas, renovando los votos por el Plan Divino de Dios.

 

Canción: "Pater Noster".

 

Y así, como en la Última Cena, Yo los renuevo, entregándoles Mi glorioso Cuerpo y Mi preciosa Sangre, dones sagrados que esperan vivir eternamente en el tabernáculo de vuestras almas.

Los bendigo y los absuelvo nuevamente, bajo el poder que Dios Me ha concedido por Amor y Misericordia por esta humanidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (dos veces en portugués y una en latín).

Vayan en paz y mañana los espero, porque vuestros espíritus se renovarán a través de los sacramentos que Yo con tanto amor he entregado al mundo para que siempre pudiese retornar al Reino de Dios.

 

Canción: “Oración para la Reparación del Corazón de Cristo” del Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, a través de esta consagración de la Comunión que Cristo hizo hoy para nosotros, Él nos llevó a una parte de la Última Cena y trajo códigos nuevos para cada uno de nosotros.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

Contacto