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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oremos:
Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención,
para este planeta.
Amén.
(seis veces)
Aunque la oscuridad parezca aprisionar a la consciencia del planeta y a todas las almas posibles, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Aunque todas las guerras se desaten en el mundo y las almas emigren a diferentes naciones, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Aunque se avecinen los tres días de oscuridad y la confusión mental esté presente en la mayoría de Mis hijos, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Aunque, en las ciudades de diferentes lugares del mundo, muchas consciencias vean caminar a entidades, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Aunque la desesperación, la angustia y la ceguera espiritual estén presentes en la mayoría de Mis hijos, especialmente en aquellos que dirigen las naciones y someten a toda la sociedad; Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Aunque el sufrimiento parezca más grande que el amor, aunque el dolor sea más grande que la cura, aunque la mentira parezca más grande que la verdad y aunque la impunidad sea más fuerte que la fraternidad; Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Y aunque las almas de este mundo, es decir todas las personas, vean que suceden cosas horribles, que se abren muchas puertas inciertas y que se sigue sometiendo a las almas por la injusticia y la mentira de este mundo; Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Mi promesa sigue vigente y latente.
Yo vendré, después de Mi Hijo, para restablecer el Reino Espiritual y Celestial en el planeta. Por eso, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Esta es la hora de todos los Hijos de María. Esta es la hora de la confirmación de todos los apóstoles de Cristo.
¿Quién sostendrá, junto a la Madre Celeste, el estandarte de la Paz?
¿Quién no permitirá que su corazón se enfríe delante de esta indiferencia planetaria?
Este es el tiempo de la confirmación final de todos los Hijos de María, porque el tiempo de la preparación ya pasó. Ahora ya no son Mis niños, ahora son los servidores adultos en evolución.
Ahora, deben ser embajadores de la paz y ciudadanos de este universo, para que los Atributos Divinos desciendan a la Tierra y los millones de almas en el mundo, debido a las guerras y los conflictos, no se olviden de que Dios es Amor, Verdad y Justicia, y que nadie, ni ningún acontecimiento borrará de los corazones la esencia del Amor de Dios, aunque parezca que el sufrimiento, los conflictos y las migraciones borren en los corazones la Verdad, que es el propio Dios Vivo.
Por eso, Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Este es el tiempo de que los Hijos de María sean verdaderas consciencias decididas a servir al Plan, que permitan que el espíritu superior de cada hijo Mío descienda y que, a través de su propio origen universal, se establezcan en la Tierra los Espíritus Guerreros de la oración, los Espejos de la oración, los Contemplativos de la oración, los Guardianes de la oración, los Vigilantes del Plan, los Curadores del Amor de Dios y los Gobernantes del Rey Universal.
Coloquen sus consciencias en la dirección correcta, no permitan que lo superficial y lo horizontal los envuelva. No permitan que las fuerzas contrarias a la Luz sigan sometiendo a todas las consciencias a través de la desinformación y de la mentira.
Coloquen sus consciencias en dirección vertical y vean, en lo alto de los montes de este mundo, la victoriosa y luminosa Cruz del Redentor, que ya no será la Cruz del sufrimiento, sino la Cruz de la Misericordia, de la Justicia y del Amor que se ofrece a ustedes, de tiempo en tiempo, para que a través de la victoria de la Cruz en sus vidas, sus consciencias se eleven a Dios y, en nombre de todos los que niegan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, establezcan en este mundo la Justicia Espiritual y la Compasión, lo que permitirá que los que se han condenado al fuego del infierno, hablo de los que dirigen las naciones y todos sus súbditos, tengan la oportunidad de que, a través de Mi Hijo, el Cristo Redentor y Resucitado, todos se puedan redimir, porque ese es el verdadero Amor, amar al enemigo y no destruirlo.
Aunque el enemigo destruya en lo material, mental o espiritual, los invito, Mis amados ejércitos orantes, los invito, Mis amados Hijos de María, a que en este tiempo sean verdaderos estrategas del Plan de Dios, que no luchen con armas, que no ofendan con palabras, que no atraigan a través del pensamiento lo que es negativo, sino que sean como Mi Hijo, el Cristo, que en lo alto del Monte Calvario redimió al mundo entero, hasta el último momento de Su expiración.
Por eso, Mis amados hijos, es hora de cambiar la frecuencia de este mundo y permitir que, a través de las columnas de la oración, del servicio, del diálogo, de la compasión y del entendimiento, se abran las Puertas de los Cielos para que las Gracias de la reparación, de la cura y de la redención desciendan sobre las almas más necesitadas en este tiempo y, así, se cierren los infiernos de la superficie de la Tierra, en donde grandes consciencias negativas trabajan en la involución de las consciencias y de las almas.
Pero en esta estrategia espiritual que Yo los invito a practicar por medio de la oración, de la adoración, de la Comunión y del servicio, no deben desafiar ni tampoco tentar al enemigo. La estrategia del silencio será su escudo. La estrategia de la oración será su espada que cortará los grilletes del mal y disolverá los infiernos, en donde muchas almas radican sin poder encontrar la Luz y el Amor.
¿Ahora, comprenden la estrategia de estos tiempos?
Porque el mal se disolverá por su propio mal. Recuerden que Mi Hijo es el Amor, Él es la Verdad y Él es su Vida, y que Su Amor es lo que le cierra las puertas al mal.
Decídanse, Hijos de María, no solo a ser los apóstoles del fin de los tiempos, no solo a ser consciencias disponibles, decididas y definidas, sino también ofrézcanse a Mi Hijo y a Mi Materno e Inmaculado Corazón como chispas de la Luz de Cristo, códigos de Su Amor Redentor, espejos de la Madre Celeste, que pueden brillar en la superficie de este planeta para que el caos sea vencido, extirpado y retirado de la consciencia humana.
Así como les dije ayer, no quiero venir con un Mensaje de advertencia o de miedo. A través del Universo Celestial, Yo les traigo la verdad y la realidad para que sus ojos ya no se confundan, para que su atención no sea desviada por el caos de este mundo y por la ilusión.
A través de las almas bondadosas y generosas, a través de las almas de sacrificio y de las víctimas del Amor de Cristo, es en donde, una vez más, triunfará el Amor, la Justicia y el Bien de Dios. Y esa será la gran y victoriosa justificación ante todos los pecados y errores del mundo, y mismo delante de todas las guerras, condenaciones, sacrilegios e indiferencias, porque las almas serán esa justificación ante Dios, las almas, los Hijos de María, que a partir de hoy decidan que sus vidas ya no les pertenecen, sino que sus vidas pertenecen a Dios, el Creador.
Así abrirán la puerta correcta para vivir Su Divina Voluntad. Crean que esto es así. Crean y sientan, en este momento, la misma situación interior y espiritual que su Madre Celeste, la Virgen María, vivió con el Arcángel Gabriel.
¿Acaso ustedes creen que Yo dudé del Llamado de Dios cuando recibí ese Llamado del Cielo?
Ustedes están ante el mismo momento interior. Están ante la gran oportunidad, en nombre de muchos hijos perdidos, de abrazar el Llamado de Dios, de amar la cruz, para que ella se vuelva más victoriosa y redentora.
Hoy, vengo de un lugar del universo, de un lugar de este sistema solar, en donde los Espejos Celestes vuelven a trabajar por la paz en el mundo, de una forma silenciosa e imperceptible.
Por eso, invito a todas las almas orantes, a todos los corazones espejo, a que, en este día, muy especial para Mí, en donde muchos Hijos de María tienen la oportunidad de renovar sus votos internos y de dar un paso definitivo y verdadero, a que los corazones orantes estén muy unidos a los Espejos Celestes de la Madre de Dios; porque ustedes saben que la humanidad lo necesita, necesita de esa paz que fue boicoteada, de esa esperanza que fue condicionada, de ese amor que fue oprimido y sepultado, de esa fraternidad que fue disuelta a través del mal, de la impiedad y de las guerras.
Son los Espejos Celestes de la Madre de Dios que hoy se reflejan en los corazones orantes, que elevan su verbo hasta los Tronos de Dios para suplicar por Misericordia y Redención.
Que se alegren los que han persistido hasta este momento del camino.
Que mediten los que no consiguieron seguir los Pasos de Cristo.
Que oren todos Mis hijos por aquellos que fueron desviados del propósito del Amor, por diversas situaciones y circunstancias.
Quiero que cada Hijo de María, hoy, delante de la cruda realidad del mundo, del dolor y del sufrimiento de las almas más inocentes e inofensivas, que Mis hijos, los Hijos de María, no solo se sientan envueltos por Mi Manto Celeste para que en sus corazones brille la Estrella de la Hermandad, sino que en nombre de aquellos que no pueden llegar hasta Mí, por el conflicto y las guerras, por la desesperación y la angustia, por la oscuridad y el absoluto vacío de los desiertos de la vida, quiero que Mis Hijos de María, en nombre de cada uno de ellos, coloque su cabeza sobre Mi pecho para que Yo los pueda abrazar con Mi Luz y con Mi Amor.
En este momento, sientan en el silencio del corazón el latir del Corazón de la Madre Divina, de un Corazón que los ama, de un Corazón que los acepta, de un Corazón que los abraza, de un Corazón que los baña con el Amor de Dios, de un Corazón que los ilumina en cada uno de sus pasos.
Sientan, por un momento, el Corazón de la Madre de Dios, un Corazón que sufre por el mundo cuando las almas se distancian de Dios, cuando las almas se alejan del Padre de la Divina Misericordia.
Ahora, abrácenme, colocando sus manos en Mi cintura, sobre el cinturón dorado de la Madre de Dios, y coloquen sus oídos sobre Mi pecho, el Centro de Luz Femenino de la Creación, que guarda y protege a todo el universo y la vida.
En esta alianza Conmigo, internamente, renueven sus votos con el Padre Creador.
Yo les agradezco por escucharme y también les agradezco por tener la valentía de persistir, para que el Retorno de Cristo sea una victoria en el mundo entero.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Oremos. Aún con nuestra cabeza sobre el pecho de la Madre de Dios, oremos junto a Ella en unidad y confianza, en fraternidad y amor.
Señor,
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza,
que la humanidad pueda expresar su arquetipo,
que la palabra sea viva y construya Tu Templo,
que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.
(tres veces)
¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos:
El universo está atento a la situación del planeta y de la humanidad.
Este es el momento en el que su unión con Dios es muy importante. Eso permitirá que la Fuente Suprema descienda a la Tierra por medio de instrumentos.
Si eso sucede, hijos Míos, a pesar del fin de los tiempos, se establecerá la Paz y será esa profunda Paz la que los guiará y los colmará en estos tiempos difíciles.
Yo vengo al mundo para hacerles recordar este principio primordial, porque es necesario tener almas espejo en la Tierra que puedan refractar los Principios y Atributos de la Fuente de Dios, más allá de sus imperfecciones y pruebas.
Yo necesito, hijos Míos, que den el permiso para que sus almas puedan gobernar y no sus personalidades.
Ya están en el tiempo de atravesar el portal que los llevará a la elevación de la consciencia y a la comprensión profunda sobre el significado del Plan de Dios.
Si sus almas gobiernan, otros serán los acontecimientos y el sufrimiento desaparecerá. Pero Yo sé, hijos Míos, que la mayoría de Mis hijos en el mundo no vivirá esto.
Yo vengo a pedirles, en este momento, que cumplan una Aspiración de Dios, para que Su Gracia esté presente en la humanidad en este momento crucial.
Por eso, hijos Míos, Yo vengo a abrir los ojos de sus consciencias, vengo a permitirles, a través de Mi Corazón, que puedan ver más allá de lo que es aparente, de todo lo que es material o concreto.
Vengo a colocarlos ante la visión espiritual del Propósito, para que estén más próximos de la Fuente Inmaterial y de allí provengan los impulsos que ustedes necesitan en este momento, para vivir la situación del planeta y de la humanidad.
Cuantas más almas gobiernen en este momento, mayores serán las posibilidades de actuación de la Jerarquía.
Es momento, hijos Míos, de perder el miedo a lo desconocido, porque si pierden el miedo a lo desconocido, su control y poder desaparecerán.
Y finalmente, hijos Míos, se darán cuenta que ustedes no son nada, porque es en esa nada que Dios los necesita, para que Él pueda colmar, con Su Vacío infinito y espiritual, un vacío que no quiere nada para sí, que no desea nada para sí, que no ostenta nada para sí.
Y así permitirán que, en el vacío, el Amor de Dios los colme y los fortalezca, y sus almas puedan servir y obrar como hace tanto tiempo esperan, como hace tanto tiempo lo intentan.
De la Fuente Inmaterial vendrá el auxilio para todos los que lo pidan, tengan confianza en lo que les estoy diciendo porque allí está la gran llave.
Mi Corazón Inmaculado hoy refracta los Rayos de los Atributos de Dios que provienen de Su Fuente Inmaterial.
Y estos Rayos penetran en las almas que se abren para vivir el gobierno de sí y, de esa forma, estar sirviendo a Cristo en la antesala de la preparación de Su Retorno.
La gran venida de Mi Hijo primero se dará en las almas que puedan gobernar, no como se hace aquí en la Tierra entre los seres humanos; hablo del Gobierno Celestial y Espiritual, en el que Mi Hijo, el Cristo, es el gran Regente en el universo; Él determina, ante la autoridad del Padre, las directrices y comandos.
Sus almas y esencias pueden participar de ese gran ejército, que Él conforma en todo el universo y más allá de este.
Así comprenderán, hijos Míos, que el Gobierno del cual hoy les estoy hablando no se restringe a una persona o a una nación; no es un sistema, no es un sometimiento ni un control humano.
El Gobierno Celestial, que lleva adelante Mi Hijo, proviene de la Fuente de la Creación como provienen los Arcángeles. Así como los Arcángeles tienen sus emanaciones y ejércitos de Luz, el Gobierno Celestial tiene sus principios y Jerarquías.
Ustedes en este momento del planeta pueden estar bajo esa Ley, la Ley del Gobierno Celestial, la que reordenará en el fin de los tiempos a todo el universo, inclusive a este planeta y a la humanidad.
Es el Gobierno Celestial que hará surgir a la Nueva Humanidad, la que finalmente vivirá los Mandamientos que nunca consiguió vivir ni cumplir.
De las Esferas Celestiales llega este Mensaje para el mundo, a través de la Luz de Mi Materno e Inmaculado Corazón, y animo a Mis hijos a que permitan que sus almas gobiernen, bajo el impulso del Gobierno Espiritual y Celestial de Mi Hijo.
Los invito a salir de lo horizontal e ingresar en lo vertical, en lo que proviene de la Fuente Suprema, y así estarán alineados con el Propósito, pero también con el Principio, que en esta encarnación les permitirá concretar su tarea y misión.
Sus vidas ya no pueden ser independientes, autónomas ni tampoco tener propiedad de sí. Sus almas ya están en la hora de vivir el Gobierno Celestial de Mi Hijo, Gobierno que en el universo se prepara para gestar Su próximo Retorno.
En las simples palabras que Yo les digo, hijos Míos, existen muchos principios y atributos. Aprovechen este momento porque la mayoría de Mis hijos no tiene esa oportunidad.
Sean conscientes que se deberán seguir construyendo las bases de la Nueva Humanidad; una humanidad que estará libre del odio, de la persecución, del maltrato, de los homicidios, de la explotación, de la esclavitud, del tráfico, de la indiferencia y de los errores.
Las almas, que viven en el gobierno de sí, serán parte de la Nueva Humanidad. Este ejercicio, que Yo les invito a vivir, no es un método ni tampoco una práctica, es una actitud interna, una ardiente aspiración de estar muy cerca de Mi Hijo.
Y aunque su purificación esté en su momento más agudo no desistan y tengan fe, porque la transformación y redención del ser humano de la superficie de la Tierra es posible cuando se aspira primero a vivir en la Ley para después cumplirla y llevarla adelante.
Cuanto más almas permitan estar regidas por el Gobierno Celestial, mayores serán las posibilidades y las Obras que realizará Mi Hijo cuando Él retorne, de la noche a la mañana; mayores serán las posibilidades para que Él pueda reencontrar a Sus compañeros y a los que esperan hace mucho tiempo poder reencontrarlo cara a cara.
Pero antes de que Él realice Su Retorno, Su gran y definitiva tarea, así como fue en el pasado, Mi Hijo volverá a reunir a algunos de sus compañeros para partir el pan, y les dará de comer de Su Cuerpo Glorificado y Vivo, y es en ese momento, hijos Míos, que se cumplirá la gran promesa que Él hizo hace mucho tiempo, la cual dice: “Estaré todos los días con ustedes hasta el fin de los tiempos", hasta que Su Gobierno Celestial se establezca y la humanidad y el planeta sean parte de esa regencia espiritual.
Oremos con fervor y sirvamos con gratitud, hijos Míos, sabiendo que cada acontecimiento de la vida, cada experiencia vivida y compartida, puede ser parte del establecimiento de ese Gobierno Espiritual que sus almas pueden vivir en este tiempo definitivo; y esa experiencia podrá llevar a muchas, pero muchas, almas perdidas a tener la oportunidad de la Redención y la Misericordia.
Hoy, estoy aquí ante ustedes en Espíritu, pero Mi Cuerpo ascendido y trascendido se encuentra en el Universo, también a la espera de algún día retornar, para que todos estén cerca de la Madre de Dios, viviendo el Proyecto de Dios para siempre.
En la fe y en el amor los bendigo, sean pacientes y perseveren.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más