Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE OKLAHOMA, ESTADOS UNIDOS, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy vengo con una Faz que el mundo aún no ha conocido. Yo soy la Madre de todos los pueblos. Aquella Consciencia que una vez se presentó como el Espíritu Sagrado e Inmaculado, a los pueblos del principio.

Como Madre de la Consciencia Indígena, hoy Me presento con una Faz diferente para que vean que nada está separado y que las almas solo se pueden unir a través de Mi Corazón de Luz.

Hoy vengo con las vestiduras del principio de los pueblos para poder reflejar en esta humanidad y especialmente en este lugar, el espíritu de lo sagrado y de lo puro; lo que Dios concibió en cada consciencia indígena cuando originalmente vivía el principio de la unidad con la Creación.

Yo soy la misma Mujer que gobierna el Cielo y la Tierra y que, con Sus más de mil Faces, a lo largo y ancho del planeta, se presenta en esta región para unir lo que está separado entre las consciencias de los pueblos originarios y Dios. 

Es por eso, que Mi finalidad de venir hasta aquí, sobre todo el Propósito que el Padre Me ha indicado, como el Espíritu Sagrado de la Paz y de toda la sabiduría del universo, es que hoy Yo ya estoy cumpliendo la Misión en la que el universo Me colocó, de poder trabajar espiritualmente con la consciencia de los pueblos originarios, no solo de Norteamérica, sino también del mundo. Porque en verdad les digo que, al principio de estas primeras civilizaciones, la Consciencia Indígena siempre fue pura, antes de que el hombre blanco surgiera.

En toda América, Dios creó una civilización sagrada, así como creó la civilización de los pueblos de Israel que fecundaron principios peculiares que ayudaron a la humanidad a encarnar el espíritu de lo sagrado, el espíritu de la reverencia y de la devoción, por todo lo que Dios concedía a las consciencias. Cada pueblo y cada raza, a lo largo de la historia de la humanidad, pudo comprender de diferentes formas a la Creación.

Pero hoy vengo a hablar de la consciencia indígena norteamericana, porque muchos de ustedes tienen que ver con ella, a pesar de que vengan de diferentes naciones y pueblos, de diferentes razas y orígenes. Todos están unidos bajo un mismo principio espiritual y también genético. Todos vienen desde la misma Fuente y todos surgieron desde el mismo portal para poder gobernar a este planeta bajo el orden y la armonía universal.

Por eso deseo, queridos hijos, que, abriendo sus sentidos y todas sus consciencias a las palabras de la Divinidad Celestial, puedan penetrar los misterios que en este día ya dejan de ser ocultos para toda la consciencia planetaria. Es que, como Madre y Señora de los Pueblos, vengo en esta tarde, queridos hijos, a intentar concebir y fecundar en el espíritu de la Consciencia Indígena, los patrones de vida y de evolución que una vez perdieron.

Sé que muchos de los pueblos de Norteamérica, que en el principio representaron al espíritu de lo sagrado, fueron influenciados por los colonizadores, llevándolos a realizar acciones que cambiaron el rumbo de su destino, de su futuro y de su propósito. 

Y aunque todo esto ya sucedió, es el motivo y la razón, queridos hijos, de que vuestra Señora de los Pueblos, de los pueblos de Norteamérica, hoy se presenta con las vestiduras de la Consciencia Indígena, para recordarles el camino del retorno, el retorno al Corazón del Padre, del Espíritu Sol y del Espíritu Luna, que crearon en estos pueblos una manifestación sagrada de amor y de hermandad, con cada esencia de los elementos de la naturaleza.

Sé que para ustedes será imposible, queridos hijos, poder retornar al principio, al origen de cómo eran sus pueblos. Pero la experiencia, la experiencia de sus espíritus, que provienen de otros orígenes y estrellas, no se ha perdido. Es eso lo que Dios Me ha pedido: que sus consciencias y principalmente sus corazones vuelvan a recuperarse en estos tiempos. Porque será ese espíritu sagrado y puro que ayudará a la transición de los Estados Unidos, sobre todo para las pruebas que se avecinan y para las cuales la mayoría de los norteamericanos no está preparada.

Con Amor materno, con Espíritu Sagrado de devoción y de reverencia por cada una de las consciencias originarias que formaron el espíritu sagrado de los Estados Unidos, Yo vengo a pedirles, queridos hijos, que ingresen nuevamente en la Unidad de Dios. Que ingresen nuevamente en los patrones de vida y de evolución que hicieron de sus conciencias los pueblos más puros del planeta.

Es así que, en este tiempo, Yo los invito a reflejar lo que verdaderamente son, lo que verdaderamente son, esencialmente, porque eso es lo que Dios necesita para que en los tiempos que llegarán se pueda formar una Nueva Humanidad, basada en los principios sagrados que una vez existieron en la Consciencia Indígena como los pueblos antiguos del desierto, pueblos que permitieron la encarnación del Hijo Sol, en los tiempos pasados, en una humanidad que necesitaba ardientemente de la redención, de la salvación y de la liberación de la condición humana que le imponía su propio código genético.

Abriendo sus ojos a la Ciencia de Dios, queridos hijos, sientan Mi Corazón, Mi Corazón indígena, Mi Corazón de Madre, de Madre Tierra y de Madre Cielo, que viene a ofrecerse a ustedes en esta tarde, para poder recuperar lo que el mundo ha perdido de más valioso en este tiempo.

Quiero que lleguen a Mis brazos, a Mis brazos maternales, a Mi Espíritu de Paz, de hermandad y de reverencia, como pequeños niños, como niños de luz, como esos niños que participaron en los principios de los pueblos originarios de todo lo que era bendito y sagrado para la Consciencia Indígena y que hizo de esos pueblos pueblos sagrados, ya que estaban unidos a Dios por medio de los elementos, por medio de las ceremonias de alabanza y de adoración a los elementos de la Creación.

Queridos hijos, abran sus corazones a Mis Palabras, porque Mis Palabras son energía, son vida y son divinidad que vienen a transformar las cosas que están corruptas para que, finalmente, se vuelvan incorruptas y estén al servicio del Propósito de Dios.

Contemplen Mi Faz de Señora de los Pueblos, de la Consciencia Indígena, que hoy se muestra al mundo para que, a través de este símbolo de Mi santa Faz, puedan descubrir, comprender y penetrar Mi Mensaje para este tiempo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Con esto, vengo a disolver la indiferencia de los corazones, para que comprendan, hijos, que cada pueblo, cada raza, trae un propósito divino, perfecto, para vivir en este mundo.

Como Madre y Señora de todos los pueblos, vengo a demostrarle al mundo y a sus pequeños corazones que, para recorrer el camino de retorno a Dios, deben aprender a amar y a respetar cada expresión de la humanidad, porque cada una de ellas, hijos Míos, representa una forma de amar, única, para que todas las conciencias del universo encuentren en este planeta las oportunidades de vivir el amor, así como poder expresarlo.

Hoy, con todo lo que les dije, le clamo a la humanidad y, sobre todo a esta nación, que disuelvan los preconceptos, las indiferencias y las negaciones de las expresiones de Mis hijos, que deben volver a ser sagradas, que deben reencontrar su origen.

No vengo a cambiar las formas, hijos Míos, porque existen cosas que en este tiempo no cambiarán en la forma, pero sí en la esencia más profunda de los seres humanos. 

Vengo a retirar de sus consciencias los muros que los separan de sus hermanos, muros construidos en el pasado y que muchas veces desconocen, no saben que existen en su propio interior. Vengo a destruir esos muros con el poder de Mi Luz y de Mi Amor maternal, para entonces construir una fortaleza, en la que puedan entrar cada uno de Mis hijos.

Quiero que comprendan, Mis queridos, que Dios se expresa de muchas formas, que no existe un solo camino para llegar al Padre; pero todos los caminos que Él creó, cuando expresan el amor y la unidad con la vida, un día se encontrarán en la esencia pura y original de todas las cosas.

Sé que para muchos todavía es difícil amar y comprender al prójimo, por ser diferente; pero les pido, hijos, que aprendan a amar las diferencias, para que también puedan ser amados y construir en este planeta, una humanidad que exprese el verdadero Amor. Mi Hijo les enseñó a amar sin fronteras, sin límites, sin culturas y sin religiones. Y es ese  Amor que les vengo a traer en estos tiempos, porque esa es la verdadera esencia del proyecto humano.

Quiero que les enseñen a sus hijos, a sus nietos, ese Amor sin límites, para que puedan crecer y vivir la fraternidad entre todos los seres de esta Tierra. Crean, hijos Míos, que en Mi Presencia Divina todo es posible si abren sus corazones y contemplan en ellos Mi Inmaculada Presencia; porque hoy, contengo en Mi Inmaculado Corazón a toda la vida, a toda Creación. Dentro de Mí, como Madre de toda la vida, de todos los pueblos y de todos los seres, están todas las cosas, están también ustedes, hijos Míos.

Reconózcanse en Mi Corazón y sepan que allí todos son uno.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En los planos internos, en donde verdaderamente todo se realiza, Nuestra Señora de los Pueblos viene a sembrar, en esta tarde, semillas de Luz que brotarán como han brotado los Hijos de María, trayendo dones de Gracia y de Misericordia para las almas.

Hoy he venido también a consagrar a aquellos que Me han aceptado como su Madre de la vida, como Madre protectora y Madre del Amor.

En esta hora crucial del planeta, en la que muchas cosas esperan por acontecer en esta humanidad, Yo les pido, queridos hijos, que, con la fuerza de sus corazones y el potencial de su fe, no se cansen de consagrar sus vidas a Mi Corazón. Porque así como los consagro a ustedes, día a día, por medio de la transformación y de la purificación, para que algún día sean espíritus sublimes, Yo consagro también, queridos hijos, a la Consciencia Indígena, porque ese legado que ellos guardan en sus esencias, debe estar presente en este tiempo para una humanidad muy dormida y también para todo el universo, que se servirá de esa experiencia para seguir evolucionando y salir de esta dualidad que ha llevado al planeta y a la raza a su autodestrucción.

Ahora llamo a los hijos, que hoy se consagrarán, para que estén a Mis pies y los pueda bendecir como la Señora de los Pueblos, como el Espíritu de la Paz, como la Consciencia Divina que fecunda a la consciencia humana, a la Nueva Raza.

Vengan aquí, queridos hijos, para que Yo los pueda bendecir en nombre de muchos hijos Míos que no Me escuchan, que no Me buscan, que no Me aceptan ni tampoco Me aman. 

Yo Me sirvo del amor de sus corazones, queridos hijos, para que, sin naciones ni fronteras, Mi Amor se pueda expandir en el mundo y abrazar a los que más necesitan de redención y de paz. 

Es a través del espejo de sus corazones que Yo puedo refractar la Luz para el mundo, la Luz salvadora de Mi Hijo, la Luz redentora del Padre, la Luz de la sabiduría que proviene del Santo Espíritu.

Con cada paso que ustedes dan todos los días, en la vida de servicio y de oración, Yo puedo trabajar ocultamente en la consciencia planetaria y en todas las criaturas que necesitan encontrar el camino de retorno hacia el Corazón del Creador.

Con las Gracias que hoy derrama Mi Consciencia Indígena, presente como Espíritu Sagrado en todos los pueblos, consagro a sus corazones y almas para que Mi Corazón Inmaculado, que es infinito e inmaterial, triunfe en sus vidas y en cada hermano, en cada hijo, en cada criatura que encuentren en sus caminos. Porque Yo los invito a formar parte de la consciencia de Mi Amor, para que los pueblos originarios de los Estados Unidos recuperen el amor que concibieron, el amor que los hacía comulgar con el Creador, el Amor de Jesús y de todo Su Reino.

Yo los bendigo queridos hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Hoy quiero que nuevamente Me canten en cherokee, porque esta proclamación la llevaré al Corazón de Dios con la intercesión de las almas simples que, viviendo su transformación y redención, imploran por sus semejantes, por sus orígenes, por la raza verdadera que concibió lo sagrado y lo divino en esta humanidad.

Con el Espíritu de la Gracia y de la Misericordia, les agradezco por haberme ayudado a llegar a Oklahoma y por todo lo que aún haré en estos días, en este lugar, con sus oraciones, en unidad con cada uno de sus corazones.

Los amo, y que este año que comienza sea un año de mayor Misericordia para el mundo y del despertar de los que aún duermen en la ilusión de la humanidad.

Les entrego una parte de Mi Cielo para que lo contemplen en el universo de sus corazones.

Sabiduría, mucha sabiduría para la humanidad. 

¡Les agradezco!

APARICIÓN MENSUAL DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE CARACAS, VENEZUELA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Con la dulzura imponente de Mi Corazón, vuelvo a esta nación para traer la paz. Con toda la dulzura del Corazón de Mi Hijo, vengo a cicatrizar sus heridas espirituales, a traer la sanación a sus almas; vengo a traer la cura a sus almas.

Queridos hijos, escuchen con atención Mi Mensaje, porque mientras Yo estoy con ustedes aquí, el Universo de Dios está con todos ustedes y con cada hijo, en cada rincón de esta nación.

Queridos hijos, vengo a fortalecer su fe; vengo a traer la esperanza, la dicha para todos.

Queridos hijos, vivan en Mi Fe, proclamen Mi Fe al mundo. Vengo a liberarlos de este cautiverio que se ha vuelto interminable.

Queridos hijos, escuchen Mi Voz con el corazón. Mis Palabras decretan nuevas Leyes para sus vidas. Mi Corazón proclama la grandeza del Amor de Dios en ustedes.

Queridos hijos, sientan Mi Corazón Inmaculado. Escuchen Mi Voz dentro de sus corazones. Así, una energía divina, en este mismo momento, vendrá a su encuentro para establecer la paz. Crean en Mi Paz, porque Mi Paz es invencible y es posible. Así, queridos hijos, ayudarán a sus semejantes en toda esta nación, que también debe consagrarse a Mi Inmaculado Corazón.

Queridos hijos, vean el ejemplo de los hijos de Colombia que, en su mayor devoción y pacificación, recibieron a Mi Corazón Inmaculado con un gozo inmenso e infinito, para los tiempos que vendrán.

Queridos hijos, no es la primera vez que ustedes escuchan a Mi Corazón y que Yo estoy presente en sus vidas, caminando en mansedumbre al lado de cada uno de ustedes. Yo vengo a hacer florecer sus vidas. Yo vengo a despertar lo más verdadero que existe en sus esencias. Esto, queridos hijos, se llama Cristo interior, algo que nunca nada ni nadie podrá borrar, porque Cristo vive en ustedes. Él y Su Corazón son invencibles; si Cristo vive en ustedes, son corazones invencibles.

Yo vengo a traerles a ustedes un milagro de Amor, el milagro de Mi Corazón misericordioso que está presente en este momento, envolviendo al espíritu de su nación para que las puertas a la redención se puedan abrir.

Queridos hijos, vivan este momento como un gran sacrificio. Que sus corazones ya no tengan penas. Que sus corazones se alegren por participar de esta comunión con Mi Corazón Inmaculado.

Queridos hijos, Yo estoy presente aquí y en el hogar de cada uno de Mis hijos que, en este mismo momento, reciben Mis Palabras en sus corazones para poder unificar sus vidas con el Sagrado Espíritu de Dios.

Queridos hijos, sientan a Mi Corazón como el único motivo para sus vidas. Concentren sus caminos a través de Mi Alma santificada; para que muchas almas más, al igual que las suyas, puedan despertar en este momento al llamado de redención de Mi Corazón.

Queridos hijos, a pesar de lo que suceda, a pesar de lo que estén viviendo, no desistan. Lo más sagrado que existe en ustedes es la pureza de Dios, es la pureza de los Sagrados Corazones que vienen a reencender sus llamas internas para que las puertas a la Luz se puedan abrir.

Queridos hijos, ya no teman, Yo estoy con ustedes. Crean que esto es posible por encima de todas las cosas, de cualquier pensamiento y sentimiento o acción que los pueda atormentar.

Queridos hijos, pisen como Mis pies a la mala serpiente, porque ella dejará de hacer sufrir a los corazones. 

Que desaparezcan, de esta realidad, todos los males que existen y que perturban a los corazones; porque esos males los hacen temer, los hacen alejarse del Corazón de Dios.

Yo soy su Intercesora, Yo soy su Madre de Coromoto, soy la Madre de su pueblo que viene a encender en sus corazones el verdadero propósito de sus vidas; lo que ustedes conocen como sagrada misión; lo que ustedes, desde su nacimiento, vinieron a cumplir en el nombre del Padre Celestial.

Queridos hijos, en cuanto estoy con ustedes, muchas puertas inciertas se están cerrando para que sus corazones y sus mentes puedan escuchar la Voz de Dios, puedan sentir el Reino de Dios que es infinito, poderoso, invencible, glorioso y bienaventurado para cada uno de ustedes.

Queridos hijos, como su Señora Desatadora de Nudos, vengo a liberar los nudos de su consciencia, porque todo lo que sucede comienza y termina en la consciencia de todos Mis hijos. Pero si sus corazones aman de verdad, perdonan de verdad, se reconcilian de verdad, esto pronto terminará.

Queridos hijos, Yo vengo a reactivar en ustedes la filiación con Dios, algo que nunca podrá desaparecer. Ustedes vienen del Universo, vienen de una Fuente mayor e infinita que se llama Amor y Unidad de Dios. Esto nunca podrá ser cortado por nada.

Queridos hijos, crean en la filiación con Dios. Aférrense a esa filiación con el Altísimo; así, sus células llenas de miedo se reencenderán a través del gozo de Mi Espíritu, de Mi Espíritu de Paz y de Conversión, de Misericordia y de Perdón, que hoy vuelvo traer nuevamente a su tierra.

Queridos hijos, Mi Hijo Me envió a ustedes y Yo los envío a predicar la paz; a llevar el alivio, la calma, la serenidad que ustedes tienen en sus corazones, el gran principio crístico que se llama Poder del Amor. Si el Amor vive en sus corazones y si ustedes creen en el Amor de Dios, ¿por qué temen, hijos Míos?, ¿acaso Dios no es más poderoso que todos los hombres?

Los falsos reinos caerán a su izquierda y a su derecha. Como dijo Mi Hijo en Jerusalén: “No quedará piedra sobre piedra”. 

¡Ay de aquellos que hacen el mal y que no miran hacia el Corazón de Mi Hijo! ¡Ay de esos pobres hombres! ¿Quién rezará por su conversión, en el día del Juicio Final?

Queridos hijos, Yo vengo a anunciarles el Cielo desde Mi Corazón. Vengo a liberarlos de sus pecados y faltas, a través del poder de Mi infinita Misericordia, sagrada Fuente de Amor que Mi Hijo Me entregó a los pies de la Cruz.

Carguen con su cruz. No teman, hijos Míos, no habrá mayor peso que el que puedan soportar.

Yo vengo a liberar sus caminos. Yo vengo a abrir las puertas del Cielo, en el espíritu y en el alma de cada uno de ustedes. Si ustedes Me llamaron, hoy estoy aquí entre ustedes, hijos Míos, porque Dios así lo desea profundamente.

Sean precursores de la Misericordia de Dios. Si sus actos son misericordiosos y llevan caridad a todas las almas, sin temer en lo que podrá suceder, muchas cosas de esta nación se liberarán.

Gran parte del horror hoy es liberado por Mi Corazón Santo, junto a las huestes de Luz que alaban al Padre eternamente, junto al Arcángel Miguel que entierra Su Espada sobre este suelo, para que las almas se puedan liberar.

Dichosos de aquellos que creen en lo que digo, porque verán el resultado en sus vidas. Ese es el gran milagro que hoy les traigo, hijos Míos, el milagro del Amor de Dios que nunca podrá apagarse en sus células. Siempre y cuando crean en el amor, serán invencibles y no fracasarán.

Queridos hijos, a través de los tiempos Yo he estado en los momentos culminantes. A través de los tiempos, Yo les traje un Mensaje de Paz. Queridos hijos, escuchen la Voz de Mi Corazón que derrama Su Misericordia en sus seres.

Queridos hijos, afirmen su compromiso Conmigo. Yo vengo a extenderles Mi mano para que la puedan tomar fuerte, no sentir ningún miedo, sino que puedan caminar firmes hacia ese sagrado propósito de la Nueva Humanidad.

Queridos hijos, no se olviden de rezar por sus hermanos, principalmente por aquellos que ya no están en este país, para que Dios les conceda la Gracia de que puedan retornar a su verdadero pueblo, hacia su verdadero propósito desde el corazón de Venezuela.

Yo vengo a hacer latir sus corazones. Yo vengo a traerles el fuego de Mi devoción, algo que nunca se podrá apagar si ustedes oran Conmigo, con ese fervor que los caracteriza.

Queridos hijos, pídanme lo que quieran.

Queridos hijos, Yo soy su Madre de la Gracia. La Gracia es lo que ustedes necesitan para poder renacer de corazón, para poder hacer resucitar sus espíritus para la sagrada misión que hoy les encomiendo.

Queridos hijos, Yo soy la Madre de todos los pueblos indígenas. Y aquí, en el pasado, existieron sagrados pueblos que encomendaron a Dios su alma y su divinidad. Rescaten esos principios sagrados. Rescaten la consciencia indígena del amor. Así, Roraima resplandecerá y ustedes serán partícipes de esta sagrada misión de convertir a los corazones, no por las palabras, sino por un simple acto de paz y de amor.

Lo que hoy están viviendo es por la falta del Amor a Dios. Dios está lleno de Amor para ustedes. Dios necesita de sus corazones, hijos Míos, para que se conviertan en pacificadores del gran Redentor de todos los tiempos.

Por eso, en este mes de octubre, mes del Santo Rosario, Yo les traigo la revelación de Mi Corazón Inmaculado. Hoy, deposito sobre Mi mano, como una sagrada oferta, el Bendito e Inmaculado Corazón de María, que siempre pulsará dentro de ustedes, cuando lo permitan. ¿Quién les podrá quitar Mi Corazón de su interior? Nunca nadie lo podrá hacer.

Mi Corazón es divino, es sublime y se vuelve más fuerte y poderoso cuando Mis hijos oran de corazón.

Queridos hijos, la bestia le teme a esas cosas. El Amor de la Madre de Dios es invencible e infinito en su esperanza. Si ustedes creyeran en esas simples cosas, hijos Míos, no importaría que no tengan qué comer. Lo que más importa, hijos Míos, es que su alma y su vida estarán nutridas por el Espíritu de Dios. Quien vive a través del Espíritu de Dios nunca tendrá sed, nunca tendrá hambre.

Queridos hijos, si los santos en el pasado, en profundos ayunos y abstinencias, consiguieron vivir a través de la Eucaristía, ¿ustedes creen en el poder de la Comunión de Cristo? 

Queridos hijos, donde está Cristo, no está el mal. Si Cristo está en ustedes, Dios está en ustedes y Yo también lo estoy, hijos Míos. Eso es invencible para los tiempos que vendrán.

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.

Bienaventurados los buenos de corazón, porque serán premiados en el Reino de Dios.

Bienaventurados los humildes y los pacíficos, porque siempre alcanzarán la alegría. Que esa alegría, hijos Míos, que los nutre a ustedes todo el tiempo, nunca se apague; así, alegrarán al Corazón de Dios que está bastante ofendido por las injusticias del mundo.

Yo les ofrezco Mi Corazón como una Rosa de Luz, el Corazón Espiritual de su Madre que pulsa en todo el universo, escuchando las súplicas de Sus hijos, irradiando todo el Amor del universo a todos aquellos que creen en el renacimiento interior.

Si en sus manos está una llama encendida, ¿creen que ese es el símbolo de la paz?, ¿creen que un alma está siendo aliviada? Eso es posible cuando ustedes viven en la fe. Yo vengo a traerles el Don de Mi Fe, que es algo invencible. Cuando se vive de corazón, la fe siempre triunfará. Y Mi Corazón triunfará en ustedes, cuando crean en la fe, porque la fe es el Amor de Dios, es la Unidad de Dios, es la compasión para todo el universo.

Queridos hijos, hoy, no solo los que están aquí piden por ustedes, sino todo el mundo, todos Mis muy queridos hijos que están, en este momento, unidos a la proclamación de Mi Corazón.

Yo les vengo a traer el advenimiento del Espíritu de Cristo, aquel Espíritu que los ayudará a caminar en estos tiempos de tribulación. Sigan orando, honrando al Corazón de Dios para que así, Él también los glorifique.

Recemos:

Adonai, 
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención,
para este planeta. 
Amén.
(siete veces)

 

Queridos hijos, en el gozo de Mi Espíritu que concibe la paz y la redención, hoy quisiera especialmente consagrar a los Hijos de María, a estos hijos que se consagrarán ante Mi Presencia Celestial. Que vengan aquí los que se consagrarán, Yo los espero.

Queridos hijos, cuando sus voces cantan, el Cielo responde inmediatamente al pedido de los corazones y a las súplicas de las almas que buscan la paz.

Hoy, vengo desde el Cielo, como su Patrona de Coromoto, para bendecirlos, así como lo hice la última vez, imponiendo Mis manos sobre sus cabezas.

Imploro al Todopoderoso por la Gracia de Su Luz y de Su infinita Misericordia, que los hará fuertes e invencibles; y así, a pesar de cualquier consecuencia, siempre estarán en libertad.

Recuerden hijos Míos, que deben ser dignos hijos de Dios; y si hoy ustedes se dignifican y se consagran, a Mi materno Corazón de Madre, es porque están dando el sí a través de esta consagración para que se pueda establecer el espíritu de la paz, la unidad y el amor entre los corazones del mundo.

Si ustedes, hijos Míos, son generadores del Amor de Dios; el Amor de Dios triunfará y Mi obra se cumplirá, al menos en las Américas.

Rezo por ustedes. Rezo por este pueblo. Rezo por este país, junto al Ángel de la Guarda de esta nación y en la presencia de los coros celestiales, de Cristo y de San José Castísimo. 

Bajo esta sagrada triangulación, con el poder del infinito del Cosmos, Yo establezco, hijos Míos, la consagración definitiva de sus espíritus y almas, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Canten. Ahora, son Hijos de María.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado y recuerden que, a través de sus vidas, Mi Inmaculado Corazón triunfará.

Los amo y los bendigo, en nombre de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos dejar un pequeño relato de lo sucedido durante el trabajo de oración.

Cuando estábamos trabajando con las oraciones que recitábamos, los ángeles, a pedido de Nuestra Señora, comenzaron a recorrer cada rincón de Caracas y fuertes haces de Luz fueron aproximándose a las almas que más lo necesitaban.

Ellos depositaban en la esencia, en el corazón de cada hermano, una molécula de Luz. Algo que venía directamente del Creador. Era algo que era poderoso, luminoso e invencible.

Y cuando esa molécula de Luz que ellos depositaban en cada hermano se encendía, todo lo que había alrededor y que era oscuridad, desaparecía. Y una forma de fuerza espiritual positiva se engendraba dentro de cada uno, y se manifestaba a través del corazón, como el Amor de Dios. Era como si fuera algo que lo renovaba a cada uno.

¡Gracias Señor, por cuanto nos das!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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