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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sientan en su interior la luz del Centro de Figueira y reciban del Padre Su Divina Gracia. Gracia que los congrega, de tiempo en tiempo, para poder cumplir Su Santa Voluntad.
Es esta luz del Centro de Figueira que los trae desde tiempos remotos hasta el presente para poder servir y vivir en el Hijo de Dios, para poder proclamar y anunciar Su advenimiento, Su llegada.
Es por eso, hijos Míos, que hoy estoy aquí con ustedes, así como lo estuve en el día de ayer, durante la Oración por la Paz en las Naciones, cuando el Padre sintió la oración de los niños, el pedido de los más pequeños e inocentes.
Su Corazón puro y eterno se conmovió y Su Misericordia y Su Gracia se derramaron sobre el mundo, sobre los niños más inocentes que necesitaban de ayuda espiritual.
Todo este impulso y todo este propósito es movido por un motivo mayor, aun por una razón desconocida que proviene de lo eterno e invisible.
Es el Padre que los vuelve a unir y a congregar en el Amor para poder servir a Su Hijo y a Su Obra, para poder testimoniar Su Presencia dentro de ustedes y en cada corazón de esta humanidad que busca en este tiempo la Luz poderosa de Cristo.
Todo lo que se ha construido en el Centro de Luz de Figueira es por amor, es por una devoción que descendió de lo alto y que tocó a sus espíritus alguna vez. Fue eso lo que los trajo aquí hasta ahora para que, en estos tiempos y en este ciclo, abrieran las puertas a toda la humanidad y a todo el planeta para poder llevar el mismo impulso y la misma convicción de estar en Dios y así anunciarlo a sus hermanos, a los buscadores de la paz, a los buscadores del bien, a los que esperan por Misericordia.
Este Centro de Luz de Figueira les trae la Verdad, la revelación del Propósito y la manifestación de la Voluntad.
Después de treinta años, todo ha sido una preparación para estos tiempos actuales y para este ciclo de grandes acontecimientos, en el que la humanidad se enfrenta a un momento definitivo e interior, en el que la humanidad podrá o no cruzar el portal hacia lo nuevo.
Desde este Centro de Luz hoy también les traigo las herramientas de Dios, Sus instrumentos más perfectos que Él pidió crear y manifestar en el Universo para que existiera la Vida Universal y para que esta Vida Universal llegara a todos, a cada uno en su tiempo y en su momento; para que en el momento del despertar descubrieran el Conocimiento Sagrado y la esencia que mueve a todo este Universo, que es la Fuente del Amor de Dios.
Esa es la gran Fuente que todo lo permite y que todo lo concede, también para este tiempo actual, en el que la humanidad atraviesa sus definiciones y sus pruebas, en el que la unión con lo Alto será imprescindible para todos, para poder estar en lo cierto y en lo correcto, para ser bañado por la Sabiduría y por la Ciencia que proviene de Dios y que impulsa la manifestación y la concreción de Su Obra, no solo en las Comunidades-Luz, sino también en las naciones, en los pueblos, en las culturas que deben despertar al igual que ustedes a la luz del Centro de Figueira.
En ella se guardan aún los misterios que, algún día, la humanidad conocerá cuando su amor y su devoción a Dios sean más profundos y verdaderos. Pero para ustedes que, como servidores y como Obra fueron preparados hace mucho tiempo, este es el momento de dar a conocer al mundo lo que Dios tanto ha esperado, que a través de los Centros Sagrados y de los Centros Marianos, la humanidad recupere su inocencia y pureza para poder volver a estar en Dios y en Su Presencia, para sostener a este mundo que temblará y se sacudirá, para mantener las Bases de Luz sobre la superficie de la Tierra, en una absoluta y sagrada hermandad, para aprender a auxiliar a los que más necesitan, para poder recuperar los valores de cada cultura y de cada pueblo, para que no desaparezca la fe ni la confianza en el Padre.
Todo esto es movido por la luz del Centro de Figueira que se donó y se entregó, desde el principio, para esa tarea que hoy espiritualmente es consciente para todos, para todos los que una vez tuvieron la gracia de despertar aquí y a través de aquí, llevando en su interior esa luz que es movida por un Propósito Mayor y que está presente en este tiempo por una razón mayor.
Pero para que todo esto fuera posible, hijos Míos, Dios escogió a uno de Sus Hijos que hoy ya no está presente entre ustedes, pero sí omnipresente en espíritu, en esencia, en amor y en devoción junto a los Mensajeros del Padre y a Sus ángeles.
La esencia de luz del Centro de Figueira encarnó, se manifestó entre ustedes y trajo para el mundo la oportunidad de sobrevivir y de superar el fin de los tiempos a través del amor a la instrucción y de la devoción a lo sagrado, como también de la reverencia a la Jerarquía.
Una parte de la luz del Centro de Figueira llegó a su encuentro, para algunos hace muchos años, para otros hace poco tiempo y para otros hijos, recientemente. Pero muchos más vendrán, movidos y atraídos por esa luz del Centro de Figueira que durante mucho tiempo se pronunció a través de la palabra y del verbo, a través del conocimiento y de la instrucción que preparó sus corazones para este momento, que preparó las bases para este tiempo y que trajo para el mundo la oportunidad de sostener, sobre la superficie de la Tierra, la unión con la Jerarquía.
Esa parte de la luz del Centro de Figueira vino de un lugar muy lejano del Universo, así como muchos de ustedes vinieron en diferentes momentos y tiempos.
Esa luz del Centro de Figueira una vez despertó en la consciencia de José Trigueirinho a fin de que se construyera y se manifestara la vida en comunidad, la vida en hermandad, la vida en servicio y en oración.
El pasado no está separado del presente. La luz del Centro de Figueira se manifestó en los primeros tiempos cuando el mundo necesitaba un gran cambio en la consciencia, al igual que en este tiempo y que en este ciclo. Sus bases se fundaron, sus áreas de luz se construyeron y las almas llegaron y llegarán, porque todo está unido en un mismo propósito y en una misma esencia.
Por eso, hijos Míos, comprendan con todo esto la Voluntad de Dios y cómo esa Voluntad trabaja y se manifiesta en la humanidad y, especialmente, en los que sirven al Padre Eterno.
Hoy, 13 de julio, se cumple el fin de una síntesis de la experiencia que vivió y compartió con ustedes José Trigueirinho, no solo como hermano, sino también como alma unida a su grupo de almas. Y hoy, después de esa síntesis, una nueva etapa comienza. Una etapa y un ciclo que también repercutirá en ustedes y en la Obra, porque los frutos de la Figueira ya están maduros para cosecharlos y para donarlos en servicio al mundo y a las almas que tienen sed de la verdadera instrucción, así como la tuvieron ustedes en algún momento, hijos Míos.
Que permanezca en ustedes la ampliación de este propósito del Centro de Luz de Figueira para que, no solo aquí, sino también en el mundo, reciban el auxilio que necesitan, el auxilio que viene de la Jerarquía y para que ustedes, al igual que José Trigueirinho, sean el próximo testimonio para el nuevo tiempo.
El testimonio dejará la experiencia del amor y del servicio en la humanidad para que, como una cadena de luz y de amor, otras almas encuentren la misma oportunidad y la misma experiencia de poder servirse y nutrirse de la luz del Centro de Figueira.
Reconozcan, en este día, la gran Gracia que recibieron, aunque no sean totalmente conscientes. Y cómo esta Gracia, en este ciclo, se amplió y se compartió con las naciones y con otros pueblos.
Hoy hablamos de una Obra universal y no individual. Hoy hablamos de una Obra grupal y no personal. Este es el tiempo de abrir las puertas para todos, porque todos merecen recibir la oportunidad del despertar y de la instrucción. Es tiempo de acoger. Es tiempo de escuchar. Es tiempo de recibir con alegría al semejante, el que viene buscando la paz, la esperanza y el Amor de Dios.
Así, nunca les faltarán los impulsos de la Jerarquía y cuando se haya cumplido la gran aspiración y meta, ustedes serán precursores de este conocimiento recibido y de este Templo Sagrado que representa Figueira para la humanidad. Y así, su esencia de luz se compartirá y se ampliará en otros Centros Sagrados en los que emergerán nuevas comunidades para acoger a los diferentes pueblos y culturas, para compartir y servir en fraternidad.
Reciban este día la luz del Centro de Figueira y comulguen con ella, en renovación y en fe.
La historia deberá seguir siendo escrita. Su hermano y compañero, José Trigueirinho, fue un instrumento en las Manos de Dios. Hoy ustedes deberán ser los instrumentos en las Manos del Padre para que Él siga escribiendo Su Voluntad.
Les agradezco por escuchar y responder a Mi llamado y los invito, hijos Míos, a escuchar nuevamente este mensaje, porque en él he dejado los impulsos que ustedes necesitan para seguir adelante en la perseverancia y en la fe, en el amor al Propósito y en la devoción a la Jerarquía.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, dejen que el Espíritu y el Amor de Dios los envuelva, así como hoy los colma este amanecer en este día en el que la luz interior se fortalece en cada consciencia y se vivifica bajo los rayos de la Gracia de Dios y de la presencia de Su Divino Espíritu.
Es en el nombre de Su Gracia que hoy vengo a su encuentro, que hoy vengo para estar con ustedes, con Mis queridos hijos y en este Centro Sagrado de Figueira, como en otros Centros.
Enciendo la luz de Mis Espejos para que ellos reciban los impulsos de luz de los Espejos del Cosmos y de toda la Creación a fin de que los Atributos de la Vida sigan estando presentes en la consciencia del ser humano y del planeta, y las esferas sublimes de la Creación y de toda su existencia estén más próximas de la humanidad y del mundo que sufren día a día.
Es por medio de la Luz de los Espejos del Cosmos que hoy reenciendo el espejo interior en cada corazón humano para que vuelva a recuperar su filiación con Dios y la comunión con lo alto, para que sea partícipe de la vida universal y de todo lo que vive y vibra en el Universo.
Hoy les traigo el regalo del Amor de Dios que es un presente inextinguible para sus consciencias y para este tiempo planetario; en el que el equilibrio, la armonía y la paz deben ser su camino diario, su meta y su propósito.
Hoy enciendo los Espejos del Centro Sagrado de Figueira a fin de que los nuevos árboles, que ya crecieron, den sus primeros frutos en la manifestación de los Atributos de Dios y, especialmente, de Su Voluntad a fin de que estos frutos, algún día, sean cosechados por Mis hijos del mundo entero y puedan alimentarse de la espiritualidad que Dios ha concedido y concebido en este lugar desde los primeros años de la manifestación de esta Comunidad-Luz.
Hoy los frutos de la Instrucción Sagrada son compartidos con el mundo entero y el Centro de Luz de Figueira abre sus puertas para que, con caridad y amor, acoja a las almas sufridas de la humanidad y lleve el Amor del Padre, el Amor que Él depositó desde el principio en este lugar a los que más lo necesitan, para que la esperanza no muera en el corazón humano, para que la fe no se precipite, para que la luz nunca se apague.
Yo traigo para ustedes la Luz de Mis Espejos, la Luz que existió en el principio y antes de esta creación material. Es esta Luz Divina, misteriosa y desconocida que proviene de la Fuente del Padre y de Su Universo de Amor, la que una vez tocó este suelo sagrado del Centro de Luz de Figueira y trajo para todos la Gracia del despertar de la consciencia, del reconocimiento y de la vivencia de la divinidad interior en cada ser, de la unión con el Altísimo y con Su Voluntad para el cumplimiento de Su Plan sobre la superficie de la Tierra.
He aquí la Luz de los Centros Sagrados, de los Centros Marianos, de los Centros de Amor, que emanan sus Atributos Divinos e inmateriales para el equilibrio de la humanidad y del planeta, para la experiencia y la escuela del Amor y del Perdón, para la unión infinita con Dios por encima de todas las cosas.
Hoy están ante uno de los Misterios de Dios que la Madre del Mundo devela por medio de la Fuente Divina, en unión con los Espejos del Cosmos que preparan a las consciencias para el próximo ciclo.
Sudamérica es la cuna de muchos Recintos Sagrados, en donde la experiencia del Amor de Dios está presente y aún es desconocida.
Por eso, hoy el Centro de Luz de Figueira se manifiesta en su superficie para que las puertas hacia la Misericordia Divina se mantengan abiertas y más columnas de luz se manifiesten sobre esta humanidad en la superficie de la Tierra y por medio de los corazones que proclaman su fe en el Señor.
Entren entonces, hijos Míos, al Universo de Mis Espejos y siéntanse en el vacío interior, en la entrega total, en el espíritu incondicional y en la unión perfecta con el Padre Eterno a fin de que sus vidas, hijos Míos, sean instrumentos de lo Alto, de la Voluntad, del Amor vivo que es eterno e inextinguible, que es un Amor infinito e incalculable. Es el Amor que los creó, es el Amor que los hizo partícipes de la vida, del sentimiento de la verdad, del conocimiento de lo sagrado y de la unión con el infinito.
El Centro de Luz de Figueira hoy se expresa a la humanidad y al planeta y les recuerda a sus discípulos que él siempre estará aquí para recibirlos y acogerlos, para colmarlos con sus atributos que son parte de una Verdad Divina, de una Voluntad Suprema, de un destino celestial.
Yo necesito, hijos Míos, que propaguen esa luz por el mundo, esa luz que proviene del Centro de Luz de Figueira, al igual que de otros Centros de Luz en el mundo, que son parte de la Voluntad de Dios y que desde antes de la existencia del hombre en la superficie, están presentes en el planeta para traer a las almas el Conocimiento de Dios y la búsqueda incesante de la Verdad, de una verdad que algún día alcanzarán, de una verdad que los hará libres de sí mismos, de las cadenas del error y de la culpa. Porque la esencia de esa verdad es el Amor, el Amor que proviene de la Fuente, el Amor de Mi Hijo, el Cristo, que los hace participar de la Comunión con Su Luz Celestial y con Su Vida.
Hoy la Jerarquía Celeste reenciende el Centro de Luz de Figueira para que las almas recuerden los principios que aquí fueron fundados y que se vivirán en la Nueva Tierra para el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Una vida que estará basada en el Amor, en la Verdad y en la Unidad Divina; en la posibilidad de compartir, de amar y de entregar lo que cada uno es verdaderamente, más allá de los defectos o de las imperfecciones.
Es esa luz interior que el Centro de Luz de Figueira hoy viene a despertar en sus discípulos, en todos los que fueron tocados por la instrucción del Maestro Interior, de su compañero y amigo José Trigueirinho.
Vean como ese instrumento se entregó a Dios para manifestar la luz de los Centros Sagrados, luz que auxiliaría a la humanidad en el fin de los tiempos y que permitiría a toda la Jerarquía Celeste cumplir el Plan de intervención y de rescate de las almas del mundo por medio del despertar de la consciencia, del amor y de la oración.
Hoy están ante el paso para ser instrumentos en las manos de Dios, así como lo fue su instructor y amigo José Trigueirinho, en la simplicidad de la vida, en la acción del amor, en el sostén de las purificaciones y de las pruebas, en la fortaleza de la fe, en la ampliación de la consciencia por medio de la devoción y de la reverencia a la Divina Jerarquía.
Comulguen con este momento, comulguen con la luz del Centro de Luz de Figueira y así, en la renovación del espíritu, reciban la Paz por medio de Mis Espejos que hoy contactan los Centros Sagrados del planeta, los que en una sola Red de Luz y de Amor auxiliarán a las almas y fortalecerán a los servidores que confían plenamente en la Jerarquía.
Que Dios siempre, hijos Míos, los haga partícipes de Sus Dones, de Su Verdad y principalmente de Su Misericordia.
Que el Centro de Luz de Figueira hoy brille en cada corazón humano, más allá de conocerlo o de desconocerlo, más allá de penetrarlo o de comprenderlo.
Que la Luz del Centro de Figueira y de la Jerarquía los acompañe para que se cumpla el Plan.
Que así sea.
Los bendigo en la luz de la espiritualidad divina y de la consciencia mayor de los Espejos de la Gracia y de la Misericordia, bajo la Luz del espíritu de la Paz y de la Reconciliación.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más