APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEGUNDO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 

Te alabamos Señor y Te bendecimos,
que por Tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Amén.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vengo a traerles las sublimes frecuencias del universo, las vibraciones de la Paz, en las que no hay mal ni resistencia.

Vengo a traerles el eco del Mensaje del Corazón de Dios, aquel mismo eco que fue escuchado por el pueblo del desierto, desde Abraham hasta los últimos profetas.

El eco del Mensaje del Corazón de Dios es inmutable y es infinito; él renueva todo, de tiempo en tiempo.

Quiero que hoy ingresen en esa frecuencia de la Paz, en donde no hay sufrimiento, en donde no hay dolor ni agonía.

Crean, compañeros, que es posible renovarlo todo.

Yo vengo del Cielo con ese Mensaje y abro las puertas de los Cielos por cada uno de ustedes.

En las vibraciones de la Paz se encuentra la verdad, el recogimiento y la reconciliación. Es allí en donde deben colocar sus consciencias y mentes, para que Mi Reino Celestial se aproxime al mundo y pueda ayudar a todas las almas de la Tierra.

En la frecuencia de la Paz está el discernimiento, colmado de la sabiduría, de la ciencia y la inteligencia.

No pueden pensar que la humanidad quedará donde está, sumergida en el sufrimiento y en el caos. 

En todo tiempo de oscuridad, en el momento más difícil y agudo, es cuando surge la Luz del universo, el eco del Mensaje del Corazón de Dios, aquel Mensaje que escucharon las tribus del pasado y todas las humanidades que pasaron por este planeta.

Es así, que su desierto terminará, la sed será saciada y el hambre será colmado de la Presencia de Mi Divino Espíritu.

Con estas simples palabras, vengo a colocarlos en la verdadera realidad de las sublimes frecuencias de la Paz, en las que todo se puede curar y renovar.

Dios no desea que luchen ni tampoco que sobrevivan. Dios quiere tenerlos a todos en Su Corazón, porque Su Amor es tan grande y desconocido que no lo saben y es en ese lugar en donde se deben refugiar, en el Sagrado Corazón de Dios, en donde todo es perfecto, en donde todo es armonía y es paz.

Por eso, compañeros Míos, retiren de sus espaldas las pesadas mochilas del ayer, la pesada cruz que cargan incesantemente, de tiempo en tiempo. 

Hoy vengo a retirar su propia corona de espinas.

Por eso, estoy aquí en Aurora, para que la vida de cada uno de ustedes vuelva a amanecer, por el triunfo de la sublime frecuencia de la Paz que hoy les traigo del universo para que la reconozcan y la sientan, porque es allí en donde ahora deben estar, mientras que el mundo se purifique, se purifique de una forma amplia y profunda.

No se dejen engañar, no se dejen amedrentar. Si Mi Corazón misericordioso y el Sagrado Corazón del Padre hoy está en ustedes, ¿por qué temerán?

Yo les traje la Luz del universo a la Tierra con la experiencia de Mi propia vida, con la expresión del Amor de Dios en Mi Sagrado Corazón humano.

Sientan Mi Corazón humano, un Corazón que los comprende y que los acepta.

Dios no desea ver al mundo como está ahora, las almas se alejaron de la felicidad de Dios y perdieron la esperanza.

Por eso, confíen en Mí, todas las veces que sea necesario. En Mi confianza comprenderán la Voluntad de Dios, aprenderán a aceptarla y a vivirla. Porque lo único que Yo deseo es que sean felices en la plenitud celestial, en la alegría de ser Mis apóstoles, en la alegría de ser Mis compañeros, que a pesar de lo que suceda, no pierden la coordenada de Mi Paz, sino que están pendientes para poder encontrarla siempre.

Y si están en la frecuencia de Mi Paz, que es la Paz de todo el universo, ¿cómo podrá prevalecer el mal? 

El mal está hecho de desamor y desconfianza, de duda y de incertidumbre. Mi Paz está hecha de fe, de fortaleza y de superación, de la superación que hoy los invito a vivir y a practicar en los desafíos de estos tiempos cruciales.

Por eso, les traigo la frecuencia de Mi Paz, para que se puedan sumergir en el océano de Mi Paz, para estar en el universo infinito de Mi Divina Misericordia.

Colocando Mis Manos en imposición sobre ustedes, hoy los vuelvo a ungir con Mi Espíritu, bendiciéndolos con la poderosa señal de la Cruz: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando el Padre pensó en crearlos a Su imagen y semejanza, Su intención era que fueran precursores de Su Paz y que esta Paz fuera una con todos los Reinos de la Naturaleza, con toda la Creación y con todo el universo. Porque en la Paz de Dios aprenden a vivir en las Leyes universales, aprenden a practicarlas, dando un ejemplo de generosidad y de caridad a sus semejantes.

Hoy, ingreso a todos los que lo acepten al universo de Mi Paz, para que encuentren dentro de ustedes la frecuencia correcta y en Mi Presencia lo puedan sentir y experimentar.

La frecuencia de Mi Paz, la vibración más alta del Universo Celestial, está hoy sobre ustedes, es el color celeste del cielo, en donde se vive una unidad perfecta, una comunión perfecta, con los tres planos de consciencia: espiritual, mental y material.

Por eso, a través del Templo de Mi Corazón, ingresen a la gran bóveda del universo de Mi Paz y sean parte de esa frecuencia divina en todo lo que piensen, en todo lo que sientan y en todo lo que hagan. Porque si no hacen todo lo que deben hacer, bajo el impulso de la frecuencia de Mi Paz, no comprenderán el fin de los tiempos y le temerán a los acontecimientos. 

En la frecuencia de Mi Paz, serán verdaderos colaboradores del Plan y tendrán la intuición necesaria para ayudar a la humanidad.

Hoy, contemplo al mundo dentro de Mi Corazón pacífico para que las almas beban de esta Fuente espiritual y salgan del caos de estos tiempos. Ese es uno de los mayores tesoros que Yo les puedo entregar, que sean parte de Mi Paz todos los días.

Oremos por los que han perdido la paz, pero también por aquellos que hacen las guerras en las naciones y en los laboratorios, por los que se han apartado de la matriz del Propósito Divino, por los que están en la oscuridad eterna, por los que se dieron cuenta tarde del lugar que perdieron. En Misericordia y compasión, coloquemos a todas esas consciencias en el universo de Mi Paz para que una vez más la triunfante y Divina Misericordia les conceda una gracia especial a todos ellos.

 

“Adonai,
Espíritu Inmutable e Infinito,
hoy Te suplico, ante un mundo en ruinas,
en sufrimiento, en desesperación,
que aceptes la oferta del corazón humano
de Mis compañeros que, en la imperfección,
luchan por la transformación y, sobre todo,
por confiar en Mí, 
aunque muchas veces no Me vean ni Me sientan.
Retira del desierto, Adonai,
a los que han quedado atrás,
perdidos y confundidos por el mal.
Abre los océanos,
así como lo hiciste con Moisés, para que esta,
Tu última tribu de Israel,
cruce el camino que la llevará hacia Tu Tierra Prometida,
en donde Tus tesoros más íntimos e inmateriales 
se guardan para todos,
para todas tus criaturas.
Adonai,
Tú Me has enviado al mundo en este día y Yo Te pido,
Padre amado,
que Tu Espíritu Sagrado de amor y de sabiduría
renueve todas las cosas, cure a todas las consciencias
y reconstruya a la humanidad y al planeta.
Porque, por más que la Justicia Divina se cumpla,
Tú sabes, Adonai,
el valor de Mi Sangre derramada,
hasta la última gota,
hasta el último momento de Mi expiración.
Te vuelvo a decir, Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen,
perdónalos para que todos tengan
la Gracia infinita de retornar hacia Ti,
porque Mi único y ardiente deseo
es que todos sean parte de Mi Paraíso Celestial.
Que así sea.
Amén”.
 

En la intimidad de la comunión perpetua Conmigo, hoy les envío un Mensaje especial a todos Mis compañeros de Argentina. 

Mis Ojos están puestos sobre su nación. Sé que viven algo que nunca habían esperado y que los más inocentes de todo su pueblo sufren una injusticia mundial. 

Pero Yo les pido que no suelten el madero de la cruz, que sus vidas sean parte de Mi Consciencia paternal, que sus vidas sean bañadas y transformadas por la poderosa y espiritual Sangre de Jesús.

Sus vidas deben ser la esperanza en las tinieblas, la alegría en las tristezas, el amor en la oscuridad, la luz en las penumbras y la Misericordia en toda adversidad.

Compañeros de Argentina, Mis promesas no cambiaron por ustedes ni tampoco por su nación y pueblo.  Aún Mis Pies pisarán su tierra y, en el momento menos pensado, Me verán venir no solo entre las nubes, sino también Me verán venir en sus corazones, en donde la fuerza de la fe no los hará perecer.

Hoy seco las lágrimas de los que lloran por una nación destruida por la injusticia y el sufrimiento. Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos.

Hermanos de Argentina, vengan a Mí y vivan en Mi Corazón, porque allí Yo los aliviaré y les daré la fuerza de la superación; así como les entrego esa fuerza de superación y de fe a todos Mis hermanos de Venezuela, a todos los que son abrigados, desde niños hasta ancianos, en los campos de refugiados.

Vendré por los pueblos más sufridos y haré nuevas todas las cosas. Es la Palabra del Señor.

 

Te alabamos, Señor.

 

Hoy vuelvo a recoger sus intenciones y súplicas para que, como intercesor de las almas entre el Cielo y la Tierra, Dios les conceda la Paz para que tengan fortaleza y mucha valentía para atravesar estos durísimos tiempos. 

Pero recuerden que Yo morí por ustedes y en el momento más doloroso de Mi Vida, clavaron los clavos en Mis Manos, Pies y atravesaron con la lanza Mi Costado. 

Espiritualmente, ¿ustedes vivirían lo mismo por Mí?

El Amor debe triunfar ante toda oscuridad, porque el Amor triunfará.

Recogidos en el universo de Mi Paz, en esta tarde de Divina Misericordia, los invito, compañeros, a prepararse para la Comunión Espiritual.

Yo los bendigo y les doy Mi Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE ÁMSTERDAM, HOLANDA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mientras el Hijo del Padre está presente, los universos se detienen para recibir a la Luz del mundo, la Luz que disipa las tinieblas, la Luz que vence el caos, la Luz que los lleva a la Paz.

Es esta Luz Divina que viene del Universo para encontrarse con las esencias creadas por Dios, para que las esencias abandonen los abismos de la ilusión, de la mentira, de la indiferencia, de la omisión.

La Luz Divina de Dios, a través del Hijo, desciende al mundo para encontrarlos, para convocarlos y para llamarlos a recordar la Voluntad del Padre y toda su existencia interior desde el origen.

Es esta Luz Divina de Dios, por medio del Amado Hijo, que los lleva al conocimiento sagrado del Universo y de toda la manifestación de las Fuentes de la Creación.

Por medio de la consciencia de la Luz Divina vengo a elevarlos, vengo a retirarlos de la perversión, de la ceguera espiritual, de la falta de discernimiento y de sabiduría.

Vengo a recuperar los valores de su pueblo y de su nación, los orígenes de sus orígenes, la hospitalidad de cada una de sus almas, la solidaridad de cada uno de sus espíritus que una vez unidos a la Fuente trajeron la apertura espiritual y material para recibir a otras culturas y a otros pueblos, así como lo ha hecho Alemania en los últimos tiempos.

Viviendo esos principios de fraternidad y de solidaridad con sus semejantes y con sus hermanos, no importando la nación o la cultura, abriendo las puertas al acogimiento y al amor es que las naciones de Europa podrán ser perdonadas por todo lo que cometieron a través de los tiempos, no importando la gravedad o la maldad ocasionada.

Porque esta Luz Divina que viene a encontrarlos desde el Universo Mayor es la Luz que les trae la Misericordia, una Fuente de Gracia y de expiación que ustedes necesitan para que sus vidas se transformen completamente conforme a la Voluntad del Padre y al compromiso que cada uno de ustedes debe vivir en este tiempo.

Por eso, compañeros, alégrense, vivan el júbilo a través de la Luz Divina de Dios, Luz que trae el Hijo del Altísimo para convertir las esencias al Amor de Dios, para que las esencias sean bañadas por la Sabiduría y sean colmadas por la Gracia que llega, en estos tiempos difíciles, para abrir los ojos de los hombres, para que recuperen la filiación con el Universo y su existencia.

Por eso vengo a recuperar, uno de los más importantes atributos de su nación, el atributo de la hospitalidad y de la solidaridad que una vez vivieron con sus naciones hermanas y que hoy viven con otras naciones del mundo, tan lejanas a la vuestra.

Eso, compañeros, el espíritu de la solidaridad y de la hospitalidad despertará en ustedes el amor al servicio, no solo por el ser humano sino también por los Reinos de la Naturaleza que claman por la ayuda del hombre de superficie para poder soportar el fin de estos tiempos, los tiempos más definitivos de la Tierra.

Para recuperar esos valores que hace vivir en cada uno la igualdad, no sólo como sociedad sino también como pueblo, compartiendo en fraternidad todo lo que tienen podrán impulsar a otras naciones del mundo a que también abran las puertas, no sólo de sus hogares sino también de sus corazones, para recibir al refugiado y al que sufre porque en esencia y en Luz Divina todos son hermanos, todos son hijos de Dios, más allá de las faltas o de los errores, más allá de los aciertos o de los hechos cometidos.

Recuerden que son hijos de Dios y que la Fuente de la Luz Divina hoy se aproxima a ustedes para traer a Holanda una oportunidad espiritual, que hoy es sembrada en la consciencia de muchos para que en el tiempo venidero dé sus frutos, así como el Padre lo espera y lo necesita.

Hoy vengo a llevar sus consciencias hacia la universalidad de la vida, hacia la comprensión más amplia de la realidad mayor y superior, que en este tiempo trae impulsos de Luz para las consciencias a fin de hacerlas partícipes de la verdad, de todo lo que los transformará y les hará tomar conocimiento sobre la situación planetaria de estos tiempos.

El espíritu de la solidaridad y del acogimiento los sacará de sí mismos para encontrar en cada punto de esta ciudad, y más allá de ella, el Amor de Dios que hace falta en los corazones que se olvidaron de su compromiso interior por sustituirlo por las tendencias de estos tiempos.

Pero Yo hoy abro Mis Brazos sobre Holanda y el mundo entero, así como abro sus corazones para que sientan la hermosura de estar en Dios y de participar en comunión de Su Amor Divino, lo que los hace más dignos hijos de Dios, más serviciales, más humildes, más disponibles para poder llevar adelante en este ciclo final el Plan del Padre que debe cumplirse, compañeros, primero dentro de cada uno de ustedes para que él después se cumpla en toda la humanidad.

Es por esa razón que está llegando el tiempo y el momento de que todas las naciones y sus habitantes despierten conscientemente al Retorno de Cristo. Por eso en este ciclo vengo en Divinidad para que sus almas puedan recibir Mis sutiles vibraciones, para que después toda su consciencia pueda ser partícipe del cumplimiento de esa promesa que una vez Yo realicé, en lo alto del Monte de los Olivos, cuando le dije a los apóstoles y a todo el pueblo de Israel que así como el Hijo de Dios era elevado por las nubes de Luz, el Hijo del Padre retornaría por segunda vez entre las nubes del Cosmos para que la Luz del Padre transforme y redima completamente a todo el género humano.

El tiempo se está acercando, ese acontecimiento se aproxima. Por eso la voz de los Mensajeros Celestiales resuena en el interior de las naciones del mundo para que la mayoría posible, de la noche a la mañana, sea partícipe de ese momento, de la Segunda Venida de su Redentor.

Mientras contemplo a una Holanda que debe renovarse en el Amor de Dios, contemplo a muchas naciones del mundo que también necesitan recibir la Misericordia de Dios.

Este momento, compañeros, esta hora que vivimos juntos entre el Cielo y la Tierra, entre la Voluntad Superior y la voluntad interior que se fusionan para poder cumplir el Plan, es que con alegría por todo lo que ha sucedido en esta peregrinación, por el esfuerzo verdadero y sincero de cada ser orante y colaborador, por cada gesto de amor entregado hasta en los más pequeños detalles, después de todas las ciudades visitadas y de todos los propósitos cumplidos conforme a la Voluntad de Mi Padre es que Europa estará pronta para recibir al Redentor en Cuerpo, Alma y Divinidad, así como lo estará África algún día.

Mi Corazón palpita también por ese continente sufrido y explotado por los hombres, olvidado por los más poderosos y aprovechado por los más injustos.

Pero las oraciones de los más inocentes, de las almas de Angola y de toda África, por intermedio de Nuestra Señora de Kibeho, han preparado el camino interior y espiritual para que los Mensajeros Divinos lleguen allí algún día.

Escuchamos sus corazones y sus oraciones, escuchamos las peticiones de nuestros hijos de Angola que han orado, en su mayor miseria, por los que más tienen para que se puedan salvar como ellos ya se salvaron y están Conmigo en el Reino de los Cielos.

Quiero que el mundo conozca la verdad. Para el próximo ciclo, Mi Divina e Insondable Misericordia descenderá en amor, justicia y compasión en Francia y ella se propagará con la Divina Madre en las islas Mauricio, desde donde también África, Madagascar y el sur de la India se verán beneficiadas espiritualmente. 

Estos también son los frutos del trabajo generoso y amoroso de los hombres y mujeres, jóvenes y niños que han trabajado verdaderamente, sin importar el tiempo, por el triunfo del Inmaculado Corazón de María y por la victoria de Mi Sagrado Corazón durante esta peregrinación por Europa.

Aquí, en esta hora y en este momento, ante el Cielo y la Tierra, ante sus almas y ante todos sus hermanos del mundo, por medio de la Misericordia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo vengo a cerrar un ciclo proclamando la victoria del Amor en las esencias más perdidas del mundo, para que elevadas al Reino Celestial por la Suprema Madre del Mundo y acogidas por el Castísimo Corazón de San José, se cumpla el advenimiento de Cristo en la humanidad.

Y las Gracias de Dios no sólo llegarán a Francia en una próxima vez, sino también a las islas Mauricio para que Madagascar, África y el sur de la India también sean contemplados por el inmenso océano de la compasión de Dios.

Que así sea.

Ante las Puertas del Cielo celebremos la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo ofreciendo estos elementos del altar que amorosamente serán transubstanciados por su Señor a fin de que los valores de la fe y de la solidaridad no sólo se restablezcan en Holanda, sino también en Francia, en África y en las islas Mauricio.

Celebremos, agradezcamos y regocijémonos en Dios porque el Amor en el hombre vuelve a triunfar.

Hoy se presentan ante el altar los frutos del trabajo del hombre por medio del trigo que se convierte en pan para dar alimento a los hijos de Dios y por medio del vino para saciar la sed de los corazones del mundo.

Nos colocamos de pie.

“Bendice esta agua Señor para que lave con Tu Amor y con Tu Luz a los corazones de Holanda, para que ellos encuentren el camino verdadero de su unión espiritual Contigo por los siglos de los siglos. Amén”.

“Así como el incienso que protegió y amparó al Hijo de Dios, cuando reposaba en el Santo Sepulcro, exorciza Señor a través de este elemento todo lo que no pertenece a Tu Luz para que la consciencia humana sea elevada”.

“Por el Agua que brotó de Mi costado, que este agua todo lo purifique y lo sublime a fin de que las almas se liberen de sí y alcancen Tu Paz”.

A pedido de nuestro Señor Jesucristo, invitamos a todos los que puedan a arrodillarse para la consagración.

Recuerda hijo Mío, cuando el Señor tomó el pan elevándolo a Dios, la Luz Divina lo bendijo y lo entregué a los apóstoles diciéndoles: ¨Coman todos de Él porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por lo hombres para el perdón de los pecados¨.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Enseguida tomé el Cáliz entre Mis manos y dando gracias a Dios por ese sacrificio, la Luz Divina lo bendijo, lo entregué a los apóstoles diciéndoles: ¨Tomen y beban todos de este Cáliz, porque es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto en Mi memoria¨.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Que así como le enseñé a Israel en el Monte de la Bienaventuranzas la oración del Padre Nuestro, hoy les pido a ustedes que como un nuevo pueblo y una nueva consciencia oren junto Conmigo esa oración.

Oración: Padre Nuestro.

El Cuerpo y la Sangre Divina de Cristo, dichosos y bienaventurados sean los que se sirvan de este Sacramento porque hoy recibirán una Gracia que perdurará el resto de sus vidas y les traerá una expiación, por los méritos alcanzados por su Maestro y Señor en el Monte Calvario hasta Su muerte en la Cruz.

Amén.

Oración de oferta al Padre Celestial.

Que la Unidad entre las consciencias prevalezca para que el Plan de Dios se cumpla en cada corazón humano y se exprese la belleza del Amor de Dios en los corazones así como en toda la Creación.

Yo bendigo a Holanda, así como bendeciré con Mi visita a Francia e islas Mauricio.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En honor y gloria a Dios, por la Misericordia que brota en Mi Corazón para que también en Holanda siempre esté presente la paz y en gratitud por toda la peregrinación realizada de una forma milagrosa y contundente en Mi nombre, y por los mil años de Paz, se darán el saludo de la paz.

Que el Padre Celestial siempre los bendiga.

Les agradezco.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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