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Hoy solo quiero que sientan Mi Corazón de Madre, un Corazón que sufre por el mundo, un Corazón que padece por la humanidad que no escucha a Dios y no le responde, un Corazón que intercede por ustedes, por sus hermanos, por todos los que sufren y padecen en estos tiempos.
Hoy ese Corazón salvífico, en el nombre de Jesús, se entrega a la humanidad, una y otra vez, para traer a las almas la Gracia de Dios.
Vengo a ofrecerles Mi dolor de Madre para que ofrezcan sus pequeños dolores del día a día, sabiendo que asumir a este planeta significa un gran sacrificio y una gran entrega que Dios puede contemplar, con amor, de parte de cada uno de Sus hijos.
Así, sus pequeños dolores se transformarán cuando, como apóstoles de Cristo, asuman este planeta que sufre y padece día a día.
Es así que hoy vengo como Madre de la Creación, como Madre Naturaleza, como la Madre del Mundo que contempla la Tierra todo el tiempo y que intenta llevar a Sus hijos hacia Dios para que cada uno de ellos encuentre la luz interior que habita más allá de las adversidades, de la oscuridad o del mal.
Yo vengo a despertar en el mundo y en este tiempo final, esa Luz Crística que existe en cada uno de Mis hijos, que es sometida y juzgada, que es oprimida y olvidada por muchos seres de la Tierra que se olvidan del Dios interior para sustituirlo por el dios de las modernidades.
Yo vengo a abrir los ojos de la consciencia humana por medio de los impulsos espirituales que traigo del Cielo, no solo para poder liberar el tiempo presente, sino también el tiempo pasado que, lleno de errores y de malas acciones, debe ser transmutado y curado por la intervención de la Madre de Dios, con la ayuda poderosa del Divino Hijo.
Es así que vengo a traer Paz donde hoy no existe. Vengo a traer un mensaje de esperanza y de renovación, sabiendo que Cristo, Mi amado Hijo, espera que lo puedan encontrar dentro de ustedes por medio de la vivencia preciosa de los Sacramentos, legado que Él dejó para la humanidad hasta que Él pueda retornar por segunda vez a la Tierra.
Todos los que son sacramentados reciben la Luz espiritual de Mi Hijo. Todos los que comulgan del Cuerpo de Cristo reciben la Luz de Dios, que los impulsa al cambio y a vivir perfectamente el camino de la redención.
Hoy vengo por una Alemania que está cambiando y que, lentamente, despierta al llamado de Dios así como Mi Hijo lo necesita en este tiempo, para que más soldados Suyos se presenten para vivir el camino del apostolado y del servicio incondicional por los demás, por este planeta y por los Reinos de la Naturaleza, que necesitan sentirse amados y respetados por el hombre.
Todo eso, hijos Míos, colaborará con el Plan del Retorno de Cristo.
En esta tarde de Luz en la que una Gracia especial desciende sobre ustedes, Gracia que no permite que el mal actúe, pero sí que los corazones despierten a la gran convocatoria del Creador, hoy comienzo aquí, hijos Míos, en esta ciudad de Múnich, a preparar la tierra, una tierra fértil en los corazones de los hombres, que recibirá las semillas de Luz que hoy su Madre Celeste siembra para que Cristo pueda recoger, cuando Él vuelva, los frutos de la redención y de la conversión, no solo en la vivencia consciente de los Sacramentos, sino en el camino fervoroso de la oración del corazón que transforma la vida y la consciencia, y que permite a las almas del mundo percibir la realidad de este tiempo y la verdadera necesidad de este planeta.
Yo los invito, hijos Míos, como su Madre, a que Me acompañen y Me sigan por todo lo que la Jerarquía Espiritual espera realizar en Europa y en el mundo, por todos los Proyectos que tiene Mi Hijo, que deben despertar en sus corazones y naciones, y que permitirán colocar al continente europeo en una preparación necesaria, espiritual e interior, para poder recibir a Mi Hijo, el Cristo.
Él viene, primero, en divinidad y en alma antes de venir físicamente, para que despierte en ustedes la Luz del Cristo interior que los ayudará y los auxiliará en su purificación interior y en el apoyo incondicional a sus hermanos que también vivirán su purificación en el fin de estos tiempos, para finalmente alcanzar la Gracia de Dios de estar en Su Reino de Gloria y de Luz.
A través de Mi Corazón y de Mi Alma, hijos Míos, Yo traigo para ustedes y para todos los que hoy Me escuchan la Luz de Mi Hijo, como una corriente que proviene del Cielo y del Universo Espiritual, para que sus almas sean fortalecidas y sus espíritus sean renovados por el impulso maternal que hoy les trae Mi Corazón, de no solo compartir y vivir el dolor de la Madre del Mundo, sino también de trabajar junto a la Madre Celeste por la redención de los corazones más perdidos, para que los más perdidos y olvidados tengan la misma Gracia, la misma Misericordia y el mismo perdón que ustedes recibieron, hijos Míos, cuando dejaron entrar a Mi Hijo en su mundo interior y cuando dejaron entrar a la Madre de Dios en el templo de su corazón.
Hoy veo muchas necesidades en el mundo. Mientras estoy aquí con ustedes, hijos Míos, Yo estoy con el resto de la humanidad, bajo la Omnipresencia del Todopoderoso, y trabajo junto con el Padre Celestial por las naciones del mundo que necesitarán reencenderse en el Amor de Dios para que, algún día, muchos más que ustedes sientan en su corazón el toque de la Gracia de Dios que vendrá a su encuentro como vino al encuentro de ustedes cuando sintieron a Dios en su corazón y lo reconocieron, no solo como una Consciencia y una Fuente Divina, sino también a través de los Sacramentos que Mi Hijo les dejó como un tesoro espiritual, como puertas que se abren para encontrar al Universo de Dios.
Hoy las Leyes Universales comenzarán a descender sobre Alemania y sus naciones hermanas, porque un nuevo Reino, un Reino de Luz y de Misericordia, deberá establecerse en los corazones para que el Cristo los pueda encontrar cuando Él retorne en Su Gloria, en Su mayor expresión de Luz, así como Él lo prometió antes de ascender a los Cielos.
Por medio de este encuentro con el Universo Espiritual del Padre, hoy Mi corazón de Madre trae Gracias para los que se han decidido, en esta tarde, a consagrarse como Mis hijos y a comprometerse a trabajar espiritualmente en su proceso de consagración consciente, como almas y como consciencias, como apóstoles de Mi Hijo que escuchan el llamado de Dios al servicio incondicional por la humanidad.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán para que Yo los pueda bendecir. Escuchando la versión instrumental del Himno de su Consagración, colocamos, hijos Míos, ante el Padre Celestial, esta oferta.
Y así como en encuentros anteriores entregué Rosas de Luz para que se abrieran en los corazones de Mis hijos; hoy también Yo les entregaré Rosas de Luz para que, por medio de estas rosas ofrecidas a Mi Corazón Inmaculado, encuentren dentro de ustedes el verdadero sentido de la belleza interior que Dios les colocó cuando Él los creó, a Su imagen y semejanza, como esencias para que lo pudieran imitar, para que lo pudieran expresar como la belleza que el Dios Vivo es y siempre lo será en ustedes, por toda la eternidad.
Hagan valer, hijos Míos, la posibilidad de expresar su belleza interior en Dios, para que Dios, por medio de ustedes y de sus hermanos, pueda expresar en las naciones los Atributos Espirituales que vendrán, antes de la llegada del Cristo, para despertar a los corazones al Universo Mayor.
Hoy los bendigo con la Luz de Mi espíritu y de Mi alma, así como el Arcángel Gabriel, en el nombre del Padre, bendijo a Su Sierva fiel para que comenzara a vivir su importante misión en la Tierra.
Hoy sus almas, hijos Míos, son colocadas ante ese camino para comenzar a vivir la misión espiritual que vinieron a cumplir a la Tierra, no solo como almas de Alemania, sino como apóstoles del mundo que se abren para recibir la Luz de Cristo Interior, la Luz redentora y triunfadora del Sagrado Corazón de Jesús.
Estas flores, que hoy su Madre Celeste bendice, no solo tienen el motivo de expresar en ustedes la belleza de Dios, la gran posibilidad de amar incondicionalmente al mundo y a las almas que sufren, sino también para que ustedes, hijos Míos, despierten los Dones de Dios que algún día serán los talentos que Cristo vendrá a buscar en Su Segundo Retorno para unir a los ciento cuarenta y cuatro mil en un solo pueblo, en una sola cultura, en una única humanidad, en la humanidad del Amor y de la Misericordia de Dios.
En agradecimiento al Padre Eterno y a Su Fuente de Gracia Divina, rezarán a su Madre Celeste un Ave María para que el Padre reciba en Su Corazón el rayo de gratitud, de reverencia y de devoción que en esta nueva etapa deberá abundar y expresarse en Alemania.
Oración: Ave María (en alemán).
¡Les agradezco por haber respondido a Mi llamado!
Que la Gracia de Dios, el Amor Divino del Hijo y la Luz del Espíritu Santo estén en ustedes y en toda Alemania.
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo.
Escucho el himno de su consagración.
En esta noche, de una forma especial, quisiera verlos con las velas encendidas para que de esa forma, hijos Míos, Yo pueda encender la esencia y el corazón de los que no están aquí.
Quiero que cada día de sus vidas, profundicen el significado de sus simples acciones, porque de esa forma, Mis amados, podrán ir viviendo lo sagrado en sus días, y esta vida dejará de ser común para ser semejante a la Vida Celestial.
Quiero que a partir de hoy y para siempre, cada vez que enciendan una vela en sus vidas, se acuerden de Mí. Recuerden que Yo estaré encendiendo una esencia, sobre todo cuando Me entreguen una oración sincera delante de esa llama sagrada.
Y si, más allá de eso, cantan para Mí con alegría, las puertas del Cielo podrán abrirse a los que viven en la oscuridad, a través de la luz que nace de las velas encendidas con la intención correcta y así, con esa simple acción, deberán prestar atención a todas las acciones de sus vidas. Cada palabra pronunciada debe ser impregnada de amor, de humildad, porque así aprenderán con los Mensajeros Divinos y con todos los mensajeros enviados por Dios, que no pronuncian una sola palabra en vano.
Aunque en algún momento podamos decir cosas difíciles para la humanidad, en Nuestro Verbo nunca falta el amor, la comprensión, la humildad y la unidad con todos los seres de este mundo. Es así, Mis queridos, que deberán seguir el ejemplo de Aquellos que Dios envía hacia sus vidas.
¿Por qué piensan que, mientras hablo, necesito que exista una canción? Porque es así, Mis queridos, que ingreso profundamente en sus almas. Mi Voz se une al sonido de todo instrumento tocado con el corazón. También, a través de ellos, Mi Amor se expande por el mundo y Mi Paz impregna las vidas.
Mas hoy, quisiera hablarles de algo importante, importante para Dios y para la humanidad. Y, antes de hablar, silencio, porque necesito que Me sientan para que comprendan así lo que les quiero decir.
A través de su simple oración, muchas de las malas acciones causadas por esta nación pudieron ser liberadas, pero aún hay mucho, Mis queridos, para ser convertido en el corazón de esta nación tan amada por Dios. Muchos piensan que vinieron a Mi encuentro para visitarme, pero fui Yo Quien los convocó internamente para que pudieran estar aquí. Soy Yo quien convoca a los soldados de Mi ejército y del Cielo los llamo por el nombre, porque sé del potencial que guarda cada uno de ellos. Sé lo que pueden ofrecerme y lo que no pueden, pero mucho de lo que sé, ustedes lo desconocen.
Yo sé, hijos Míos, que la humanidad puede entregarle a Dios mucho más de lo que le entrega; que la oración y la vida del espíritu, si fueran una prioridad de todas las almas, convertirían este mundo para siempre y lo tornarían sagrado. Pero muchos desconocen la grandeza de las cosas simples y otros temen ingresar en el Corazón de Dios porque piensan que allí perderán todo lo que tienen, lo que son; pero desconocen, Mis queridos, que nunca conocieron lo que verdaderamente son.
Este mundo, que pueden tocar, ver y sentir, es solo una pequeña parte de la Creación de Dios, que es infinita, sublime, a veces inalcanzable para el corazón humano, que está encerrado en su pequeña vida material. No les digo que abandonen todo, sus familias, sus empleos, sus estudios. Lo que les pido, hijos Míos, es que se abandonen a sí mismos, que reconsideren los valores de su vida, que puedan vivir cada instante de ella sabiendo que la prioridad y la verdad se encuentran en el espíritu.
Quiero que sigan estudiando en las escuelas, en las universidades. Saben que si su presencia en aquellos lugares fuera verdadera portadora de un testimonio vivo de la Presencia de Dios en este mundo, podrá convertir a muchas almas y darles a muchos de Mis hijos la oportunidad para que no se pierdan. Quiero que continúen trabajando, yendo todos los días a su empleo, si saben que al llegar ahí pueden convertirse en una puerta a Mi Corazón Inmaculado para que Mi Presencia transforme la forma de vivir de este mundo.
Quiero que cuiden y amen a sus familias, que descubran en ellas la verdadera oportunidad de amar al prójimo así como es, de aceptar a cada miembro de sus familias con sus limitaciones y dificultades y, aún así, descubrir lo bello, lo sagrado que existe en cada corazón.
Pero también habrá aquellos a quienes les pediré todo, inclusive la vida en este mundo, porque pueden entregármela para servir incondicionalmente a Mi Plan; y que esta entrega absoluta pueda servir de ejemplo a los que aún están prisioneros de la vida material y no consiguen tornarla sagrada, sino que, al contrario, cada día se sumergen en las ilusiones y se olvidan de que Yo los llamo a la transformación.
Mis queridos, les digo todo esto porque a cada uno lo llamo a una definición mayor. Que aquellos que deben tornar la vida sagrada donde están, se esfuercen para hacerlo todos los días; venciendo las propias limitaciones y tendencias humanas, venciendo el asedio que Mi adversario les impone por medio de las modernidades y de los deseos materiales para afirmarse todos los días en la vida del espíritu. Y aquellos que saben que deben entregarme su vida, que encomienden a Mi Espíritu Inmaculado todo lo que son y se lancen sin miedo en Mis Brazos Maternales, porque Yo siempre los cuidaré. Y, si bien les daré duras pruebas para que se fortalezcan, siempre estaré a su lado.
El tiempo de ignorancia de la humanidad ya está acabando. El mundo superior se aproxima a los ojos humanos. Todos podrán ver, tocar, sentir lo que siempre temieron. Los que desde ahora hagan nacer la fe en sus corazones cantarán gloria y aleluya cuando el Reino de los Cielos descienda a la Tierra. Pero los que decidan permanecer en la ignorancia, teniendo como única verdad el reino de este mundo, encandilarán sus ojos en la grandeza de la Luz Divina y se quemarán en el fuego del Retorno de Mi Hijo.
Sé que muchos confían en Mí, pero no creen que ese día llegará. No importa que no crean. Mi Inmaculado Corazón los comprende, porque su corazón es muy humano y penetró poco en los misterios del espíritu. Lo que les pido es que perseveren, porque un día llegará el alivio a sus mentes, a sus almas, porque comprobarán que todo lo que les dije siempre fue verdad.
Bienaventurados los que seguirán Mis pasos sin comprender, sin ver, sin creer; que persistirán en la esperanza, aun sintiendo que no tienen fe, porque Yo les digo, hijos Míos, que su fe es inquebrantable.
Bienaventurados los que confiarán en la guía de los que Yo envié al mundo porque, por más imperfectos que sean sus instructores, en sus corazones vive la Voluntad de Dios.
Bienaventurados los que serán testigos de Mi Presencia en este mundo, que vencerán la vergüenza y el miedo de proclamar y anunciar el Retorno de Mi Hijo, de difundir cada una de Mis Palabras en los cuatro extremos de este mundo, porque a través de ellos les abriré las puertas del Cielo a los incrédulos de espíritu y de corazón.
Bienaventurados los que no se cansan de escucharme y permiten que cada una de Mis Palabras ingrese en lo profundo de sus seres, rompa las barreras y las estructuras que los separan de Dios y los transforme para siempre.
Bienaventurados los que no temieron consagrarse a Mi Inmaculado Corazón y los que un día se consagrarán, porque con ellos construiré Mi ejército de paz y, en un tiempo de caos, expandiré Mi Paz por el mundo.
Llamo aquí a los Hijos de María que se consagrarán en esta noche. Que piensen bien antes de venir a Mi encuentro, porque Yo los transformaré para siempre. En esta noche los coloco ante la Consciencia de Dios, que se manifiesta y se expresa al mundo por medio de Su Sierva.
Bienaventurados los que descubrieron que Yo Soy la Madre de Jesús, pero también Soy la Madre Universal, que Dios vive dentro de Mí y Yo en Él.
Queridos hijos del Inmaculado Corazón de María, hoy los bendeciré, los despertaré, los liberaré de todo el mal. Permitiré que renazcan en espíritu para que sean plenos servidores de Mi Corazón. Sepan que, respondiendo a Mi llamado, estarán cumpliendo con la Voluntad de Dios para sus vidas, voluntad que tanto buscaron en este mundo, camino que tanto se preguntaron dónde estaba, cómo lo recorrerían. Hoy, Yo les muestro que este camino es el que sigue en dirección a Mi Corazón. Si hoy se toman de Mis Manos, que se extienden delante de ustedes, Yo los conduciré al Universo, al Corazón de Mi Hijo, y Él los llevará a Dios.
Ahora, quiero que canten con alegría, con devoción, que proclamen Mi nombre, que se consagren a Mi Corazón con la certeza absoluta de que nunca más serán los mismos, porque Yo les mostraré quiénes verdaderamente son.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Sonríanle al Universo que tanto aguardaba su respuesta.
Yo los amo y los encuentro en Mi Corazón todos los días. Eleven el verbo a los Cielos y anúncienle al mundo que son consagrados a Mi Corazón. Anúncienles a las almas que viven en la oscuridad que existe una Luz que las guía, una Luz que está disponible para todos, que no juzgará a ninguna de ellas, que aliviará su sufrimiento, disipará el dolor, consagrará la vida y tornará sagrado el corazón.
Yo los amo, hoy y siempre.
Canción: Himno de los Hijos de María.
Hermana Lucía de Jesús:
Nuestra Madre Divina vino hoy como la Reina de la Paz, pero Ella estaba presente aquí mucho antes de haber comenzado a pronunciar Sus Palabras. Desde el inicio de nuestra oración, nuestra Madre Divina ya estaba sobre el Centro Mariano de Aurora realizando una gran tarea de liberación por medio de la presencia de los grupos de Uruguay.
Cuando llegó, Ella pronunciaba Sus Palabras muy lentamente, primero porque observaba a cada uno de nosotros para saber hasta dónde Ella podría decir lo que quería y también para que Sus Palabras pudieran ingresar en nosotros. Cada Palabra que Ella pronunciaba era como un impulso de Luz que salía de Su Corazón e ingresaba en nuestro interior.
Ella no solo hablaba con los que están presentes aquí. Ella nos mostraba, al mismo tiempo que estaba aquí, otros lugares del mundo que recibían este impulso de Su Verbo, no solamente los hermanos que están acompañándonos por “Misericordia María TV”, sino también almas que desconocen completamente que Ella está aquí y que, por medio de nuestras oraciones, pudieron recibir esta Luz de Nuestra Señora.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nosotros queríamos contarles que cuando comenzamos a cantar “María, toca nuestros corazones”, ustedes vieron que en un momento todo quedó un poco intenso, porque con esa apertura de nuestros corazones, de todos los que están aquí, representando a este país, le dimos permiso al universo para que María pudiera liberar a este país de algunos aprendizajes equivocados que a lo largo de nuestra historia no fueron buenos para sus habitantes ni para el Universo, para la Ley Universal.
Esto es lo que permite que lo que pesa sobre esta nación, que no está de acuerdo con la Ley del Amor, con la Ley del Universo, pueda ser aliviado un poco y tal vez algún día, cuando aquí todos comprendamos algunas cosas y les abramos el corazón a los Mensajeros Divinos, nuestro destino pueda cambiar.
Y así María, con los demás Mensajeros Divinos, camina por el mundo liberando los errores de las naciones para que, en el proceso de la purificación, las naciones tengan nuevas oportunidades y no tengan que vivir el peso de sus errores.
Entonces, siempre tenemos que estar atentos, porque a veces nosotros, a partir de nuestro mundo interior, cuando le decimos sí al Cielo, estamos abriendo una oportunidad no solamente para nosotros.
Por eso, hoy María nos pidió que observáramos las cosas simples, porque vean qué simple es cantar con el corazón y cuán grandioso es el resultado.
Así son las cosas de Dios. Entonces, tenemos que aprender a vivir más en Dios.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más