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Vengo del Cielo con la esperanza de que Mis hijos hayan comprendido todo lo que Yo he dicho, sabiendo que el tiempo falta para poder hacer tantos cambios y que, esos cambios que llegarán a sus vidas, los colocarán delante de nuevos acontecimientos como a todos sus hermanos y a todas las naciones del mundo que deberán testimoniar su cambio interior.
Este es el tiempo de su gran mudanza para que lo nuevo pueda llegar y renovarlos.
Hoy, vengo llena de Gracia por estar de nuevo en este bendito lugar que sigue reafirmando y viviendo la devoción a Mi Corazón Inmaculado, que es lo que le permite al mundo entero que Yo pueda interceder y salvar a las almas perdidas.
Hoy han ingresado, espiritualmente, en el Reino de Fátima por su canto y por su oración. Tan simple como eso, hijos Míos, hizo posible que ustedes tomen contacto interior con los verdaderos Tesoros de Dios, que están en este planeta y también en el Universo.
Hoy, no solo les hablo de Mi dolor de Madre, sino también de Mi alegría, porque las almas dan pequeños pasos en el camino de la transformación y de la entrega, pasos que las llevarán a vivir el tiempo preparatorio del retorno de Cristo, así como lo debe vivir el resto de la humanidad, porque este tiempo, hijos Míos, ya está muy cerca, él está por suceder. Él está por mostrarse y revelarse al mundo.
Por eso, los invito día y noche al camino de la conversión, no solo a través de una vida de oración que pueda iluminar sus células y átomos, y toda su consciencia, sino también a través de un camino de servicio que Europa debe vivir y practicar en este tiempo definitivo para poder compensar los errores cometidos en el pasado, que aún nadie ha pagado.
Pero, por medio de Mi Gracia y de Mi Amor, de la Luz que brota de Mi Corazón Inmaculado, proveniente del Altísimo, el Todopoderoso, es que Yo les concedo, hijos Míos, un tiempo de reparación para que sus vidas se puedan iluminar y transformar, ser el ejemplo que Cristo necesita en la Tierra para que Él pueda volver pronto y estar entre los suyos, llevando nuevamente Su palabra de aliento y de esperanza para convertir todas las vidas y todos los corazones.
Les pido todo esto, hijos Míos, porque el tiempo del sufrimiento no terminó, las almas agonizan por sí mismas y por las consecuencias de sus semejantes. Pero Yo los invito, en esta hora, a un momento de reparación, no solo en la vivencia verdadera de los Sacramentos, sino en el tiempo de la adoración, en el tiempo del servicio y de la paz, en el tiempo del bien que puedan generar y entregar a sus hermanos para estos tiempos tan difíciles.
Yo los invito, hijos Míos, Yo les recuerdo, hijos Míos, lo mismo que dije aquí y en otros lugares del mundo, a vivir a Cristo de una forma simple, a ser parte de Cristo, de Su Consciencia y de Su Corazón porque aún Él necesita de muchas más manos para poder obrar y ayudar al mundo, en lugares recónditos y desconocidos en donde la luz y el amor aún no llegaron.
Esta también es una tarea para todos los hermanos de Europa, para todos los seguidores de Cristo que aquí se encuentran. Él espera ver que esto se pueda realizar, que pueda estar vivo en ustedes, que no sea un compromiso tibio ni frío, sino que a través de la entrega y del servicio por los demás, no solo por Europa sino también por África, aprendan finalmente a salir de sí para que el amor de Mi Hijo pueda obrar en ustedes y en el mundo.
Pero eso sucederá, hijos Míos, cuando den el primer paso y la primera entrega. Mi Hijo los preparó, amorosamente, en estos últimos días para dar los próximos siete pasos. Eso no será un misterio ni tampoco una teoría, será algo vivo en ustedes, algo que deberán practicar y ejercitar conscientemente.
Por eso, Mi amor maternal, el amor de Mi Hijo y el amor de San José, colmarán su nación y las naciones de Europa, estando un tiempo aquí, compartiendo con Mis queridos hijos los impulsos del conocimiento y de la instrucción, no solo para hacer crecer sus espíritus en el amor y en la verdad, sino para que esa entrega tan esperada por el Padre Eterno sea verdadera. Porque Su deseo ardiente, Su más íntimo pensamiento es que todos se puedan salvar y formar parte de esa nueva humanidad, que primero deberá nacer dentro de ustedes para después ser una realidad en todo el planeta.
Yo les ofrezco, como medio, Mi inmaculado y materno Corazón. Mi Voz no se cansará de pronunciarse en este mundo y de hablar en diversas lenguas para que todos los pueblos, todas las razas y culturas preparen el advenimiento de Cristo a la humanidad en el momento más culminante del planeta y de toda la raza, en el que las puertas de la luz se abrirán en este planeta para la llegada del Rey Universal. Momento en el cual, Él expulsará y exorcizará todo el mal presente en la Tierra y en los hombres, y el triunfo y la victoria de Su Corazón ya no serán una promesa, sino una realidad que ustedes vivirán, conscientemente, por los mil años de paz.
Como Madre del Consuelo y Madre de la Gracia, Yo los preparo, hijos Míos, para esos acontecimientos. Ya no es tiempo de decir solamente palabras hermosas, es tiempo de decir la verdad como Mi Hijo les enseñó hace tanto tiempo.
Es tiempo de ejercitar el bien, es tiempo de proclamar la paz, es tiempo de unir a las naciones en una sola voz y en una sola oración. Es tiempo de recibir a Cristo en su interior y de comulgar con Su Divino Espíritu, así estarán a salvo y alcanzarán la redención.
Para que Mi Gracia no solo se siga derramando en Portugal, sino también en Europa y en África, necesito de la respuesta de Mis hijos, de la adhesión de los soldados de Cristo para que el proyecto de la redención se cumpla en esta Tierra, superando límites, obstáculos, trascendiendo desafíos, superando barreras, abriendo las puertas del corazón para acoger al semejante, al inmigrante, al refugiado, al extranjero.
Eso es lo que Europa deber hacer en este tiempo, porque el planeta y los continentes son un presente de Dios para todos los seres.
La Creación es de la humanidad y de aquellos que deberán consagrarse como dignos hijos de Dios.
En este ocho de mayo se cumple un ciclo y el comienzo de otro hasta el ocho de agosto, cuando todo quedará más definido y claro.
Por eso, hijos Míos, aún tienen tiempo para estar concentrados y unidos al propósito de Dios sin distraerse, en el que toda su atención y fervor deberán estar en las palabras de Nuestros Mensajes para que el mundo recapacite, para que las almas despierten y sepan que un nuevo tiempo está llegando en el que el sufrimiento ya no existirá y el dolor no prevalecerá, sino la alegría de servir a Dios.
Necesito, hijos Míos, solamente que alcancen la verdad para que sean libres de sí mismos y puedan obrar en paz.
Fátima siempre será su lugar y su refugio, lo que Yo dejé aquí nunca se perderá, a pesar de lo que suceda en la superficie. Porque Fátima, como consciencia espiritual y no mundana, puede habitar dentro de ustedes. Ustedes pueden ser la luz que lleven a las almas hacia la paz, así como Yo llevé hacia la paz, por intermedio de Fátima, a millones de almas en el mundo.
Porque la luz que lleva a la paz es el amor del corazón verdadero, el amor que vivifica y siente a Cristo y que siempre lo tiene presente en su interior. Eso los hace ser Fátima en cualquier lugar para poder llevar la paz al mundo y el fin del cautiverio espiritual.
Sean instrumentos del Padre Altísimo, esfuércense y transformen sus vidas completamente, porque en las caídas o en las tentaciones Yo estaré ahí para reforzarlos y fortalecerlos en la fe y en el amor, y en el propósito y en la convicción de vivir a Cristo.
Como una Madre, que no se cansa y que no descansa, vengo a dar nuevamente, el testimonio de Mi Amor por medio de la consagración de nuevos Hijos de María. Escuchando, en este momento, el himno de su consagración llamo a estos, Mis hijos, que hoy en nombre de la humanidad y del planeta darán un nuevo paso para que todo sea transformado y convertido conforme a la Voluntad de Dios, para que las almas alcancen la vida eterna y la alegría de estar haciendo el bien y cumpliendo el bien donde estén.
Por eso los llamo, hijos Míos, para darles Mi bendición en esta nueva tarea y en este nuevo compromiso que hoy asumen ante Su Madre Celeste, sabiendo que esta consagración que hoy viven en el Santuario de Fátima abre las puertas para que puedan recorrer el camino de su pureza original, inocencia que el mundo entero deberá recuperar, urgentemente, por haberse apartado de Dios y, principalmente, de la Verdad Suprema.
Por eso este paso que hoy dan, hijos Míos, no solo es por ustedes sino también por el mundo.
Mi intención maternal es que siempre oren juntos, todas las veces que puedan, por las almas que deben regresar a los brazos de Dios y recuperar su pureza esencial, contaminada por la adversidad y la ilusión mundial.
Sus oraciones siempre llegarán a Mi Corazón maternal porque siempre recordaré y nunca olvidaré lo que les he pedido.
Su consagración es un paso por muchos más, por los que lo deberán dar algún día y que por temor, fracaso o error no consiguen hacerlo. Así como Yo los acojo, los abrazo y los recibo en Mi Corazón Inmaculado, reciban en sus corazones a sus semejantes.
Sean el testimonio del Amor de Cristo para toda Europa. Compartan ese amor que hoy reciben de Mi Corazón Inmaculado y hagan feliz a Jesús para que Él siempre retorne en Divinidad y en Espíritu para derramar Su Misericordia en la Tierra y cerrar los abismos de la ilusión y del mal, a fin de que las almas recuperen la esperanza de estar aquí y despierten a su misión en este tiempo.
Oremos juntos al Padre Celestial porque Él es el que concede este tiempo de Gracia extraordinaria en el mundo y atrae hacia sí a todos sus hijos para colmarlos con Su Amor, para impulsarlos con Su Misericordia, para redimirlos y curarlos por el impulso de Su Divina Luz.
En el nombre del Amor de Dios, recemos: Padre Nuestro (en portugués).
Que Mi Corazón y Mi Vida siempre sean el portal que, a través de Fátima, los lleve hacia la paz. Amén.
Yo los consagro y los vivifico en el Amor de Cristo, nuestro Señor y Redentor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por pedido de Jesucristo les agradezco por haber cumplido esta primer etapa de esta peregrinación y, esperamos ardientemente, bajo la Llama del Amor de Dios, que las gracias y las misericordias del Padre Eterno se derramen sobre todas las naciones.
Les agradezco.
Pueden cantar a Mi Corazón.
Canción: Himno de los Hijos de María.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo vengo de los Cielos a anunciarles que la paz es posible en el fin de los tiempos.
Yo los reúno, en torno a esta Fuente de amor y de redención, para que sus almas y espíritus se puedan bautizar y, siendo liberados de todo pecado y falta, retomen el camino de la rehabilitación que han perdido.
Como Reina del Espíritu Santo de Dios, hoy derramo los siete Dones sobre este lugar, porque la Argentina tiene como misión espiritual manifestar los Dones de Dios en la Nueva Humanidad; y eso, primero comenzará en sus corazones, Mis amados.
Por eso, hoy Dios ha permitido que Mi Voz reverbere en sus esencias, para que ella haga eco en el interior de todos los que no Me escuchan; porque Mi verdadera misión entre ustedes, Mis pequeños, es que alcancen la cura espiritual en estos tiempos.
Muchos de ustedes ya dieron el gran paso hacia Mi Corazón. Por eso, en este día tan especial, tan sagrado y bendecido por Dios Padre, los Ángeles de Cielo y sus ejércitos de Luz congregan a todos sus Ángeles de la Guarda para que los ayuden a retomar el camino que han perdido en este ciclo.
Estoy construyendo un sendero de Luz entre las tinieblas y la oscuridad. Yo Soy el gran Sol para este mundo, la gran Estrella de la Mañana que se anuncia todos los días, emitiendo un Mensaje de Paz y un llamado a la profunda redención del corazón.
Yo los necesito, queridos hijos, lavados y purificados por el Agua de Cristo. Eso los ayudará a retomar lo que nunca han hecho, que es cumplir su verdadera misión ante el Padre Altísimo, que siempre los aguarda y los espera para acogerlos en Su Reino de Amor y de Paz.
Dios Me ha dado la última oportunidad en estos tiempos, de anunciarme aquí, en América, a ustedes, como también en Medjugorje hace treinta y tres años consecutivos. ¿Acaso, queridos hijos Míos, han comprendido lo que Yo estoy haciendo entre ustedes? Tengo seguridad de que sus corazones entienden y de que sus almas pueden sentir Mi llamado.
Dios les ruega a todos sus ángeles que puedan cumplir la misión entre ustedes, la verdadera misión espiritual, de encaminarlos por los senderos de la paz y del bien.
En esta noche de Gracias y de bendiciones para Mis hijos del mundo, Mi Corazón Inmaculado se une a todos los orantes, a todos los que están coligados con Mi Espíritu mariano. A todos ellos, quiero también decirles que esperen con alegría la llegada de los Dones de Dios; porque después de que den el paso en su purificación, encontrarán los Dones de Dios en sus vidas y serán columnas de luz para Mi Corazón, portadores de la paz, mensajeros de Mi Palabra mariana para todas las almas que se apagan en el mundo.
A través de los tiempos y de las Apariciones, Mi verdadera promesa para la humanidad es consagrarla como una única familia, tan igual y tan semejante a la Familia de Nazaret.
Ustedes guardan en sus corazones el potencial para poder amar y perdonar. No pierdan tiempo, Mis queridos hijos, perdónense, ámense, reconcíliense con sus hermanos. Disipen los castigos y las iras de sus corazones, así podrán ser merecedores de Mi Gracia maternal y, a través de este punto de Luz en el cual Yo los congrego a todos, los elevo hacia el Reino de Dios, llevando en Mi Corazón sus súplicas e intenciones que siempre son consideradas por Mi Corazón Inmaculado.
Este es el Centro del Espíritu Santo para América, aquí las almas deben reencontrar el camino hacia Dios. Como Yo le he dicho a la Hermana Lucía de Jesús, aquí se pueden abrir los Séptimos Cielos, y estos no serán un misterio para ustedes, sino un verdadero sentimiento de amor y de unidad con los Mensajeros Divinos.
Mientras Mis Palabras son proclamadas a todos, reciban, en sus corazones y esencias, los códigos de Mi Divinidad, de Mi Presencia femenina, de Mi Energía maternal curadora. Guarden esos códigos en lo profundo de sus seres. El enemigo no descansará y trabajará con su astucia para retirar los códigos de su interior.
Por eso, queridos hijos, con coraje y alegría abracen la cruz y el sacrificio que Mi Hijo les entregó. Recuerden que no estarán caminando solos. Mis pasos silenciosos de Madre los acompañan. Mi Corazón se enciende en sus corazones cuando abren el portal de la oración en sus vidas. Recuerden que cuando carguen la cruz, tan pesada, lo estarán haciendo por muchos más.
Ustedes pertenecen a una única humanidad, a un principio creador infinito que debe ser invencible en sus corazones, que no puede ser derrotado por nadie porque el proyecto de Cristo se debe cumplir en sus vidas.
Entonces, Mis queridos hijos, ¿cuál es el camino que escogerán en este ciclo? Yo necesito que escojan el camino de la oración del corazón. La verdadera espiritualidad se encuentra en el servicio y en la caridad. Así, ustedes se purificarán con mucha levedad y no perderán tiempo en poder transformarse en esta era.
Caminen confiados hacia Mi Corazón y reciban esta Gracia como una última oportunidad para esta humanidad doliente y enferma.
Queridos hijos, ustedes tienen en sus manos la llave maestra del universo, el verdadero símbolo de la paz, que quiere flamear en sus corazones para que la victoria de Cristo se cumpla antes de Su Retorno.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, vengo a liberar sus vidas para que ya no carguen con los equipajes del pasado.
Quiero que hoy sea el motivo de la apertura de un nuevo ciclo para cada uno de sus seres. Hoy, abro las puertas para la redención de sus almas, aquellas que hace tanto tiempo aguardan esta oportunidad y por eso vinieron a Mi encuentro en este día.
Hijos Míos, para que esta liberación se dé en sus vidas y no sea un acto pasajero, es necesario que se reconcilien no solo con Dios, sino con todos los seres que están a su alrededor. Que ya no haya más egoísmo en sus vidas, separatividad e indiferencia; porque necesito que sus corazones sean un solo corazón que pulsa en este planeta.
Independientemente de la historia de cada uno de sus seres, hoy, quiero unir a sus esencias para que en este lugar se forme un ejército de paz, un ejército de oración que irradie fraternidad a todos aquellos que no la pueden vivir.
Para eso, hijos Míos, necesito que estudien Mis palabras, que contemplen cada una de ellas, atrayendo a sus vidas los códigos que allí deposité.
Cada vez que llego al mundo, traigo en Mis brazos Gracias Celestiales que son derramadas sobre las almas. Esas Gracias, Mis queridos, jamás perecerán, pero podrán estar latentes en las esencias de aquellos que no se abrieron a responder a Mi llamado.
Hace un año, dejé un impulso en este lugar, que dio frutos en el corazón de algunos seres; pero, que en otros, este impulso quedó latente, aguardando un nuevo ciclo para manifestarse.
Hijos Míos, en esta noche les pido que ya no esperen que pase otro año, sino que dejen que los impulsos, las Gracias y los Dones que hoy deposito en sus vidas y que son únicos en este universo, puedan tornarse vida en cada una de sus esencias, puedan purificar sus células, sus átomos, sus consciencias para que en este tiempo que llegará puedan tornarse instrumentos de Dios en este mundo.
No importa el pasado de sus vidas, lo que vivieron en este mundo o en otros. Les traigo de los Cielos la oportunidad de un recomienzo cuando solo le dicen sí a Mi Corazón.
Hijos Míos, puedo tornar el libro de sus vidas en un libro en blanco, pronto para escribir nuevas palabras, la historia de esta humanidad, la historia de redención de cada uno de sus seres. Y para eso, necesito que no solo confíen en Mi Presencia, sino que aspiren a vivir Mis Palabras y que se decidan, a través del Rayo de la Voluntad que deposito en sus almas, a que estos códigos crezcan cada día y se tornen acciones, pensamientos y sentimientos puros y cristalinos, que sean motivo de conversión para otras almas que se aproximen a ustedes.
Hijos Míos, les pido en este día que ya no confundan la vida del espíritu con todas las falsas enseñanzas que existen en este mundo, sino que descubran, a través de sus corazones, la verdadera enseñanza celestial que los Mensajeros Divinos traen al mundo; y podrán descubrir esta verdad a través de la experiencia de sus corazones.
Vivan las Palabras Divinas que descienden al mundo en este tiempo. Descubran la simplicidad de estas Palabras, los tesoros celestiales que Dios le envía al mundo, porque en esta simplicidad, hijos Míos, están guardados misterios infinitos que la humanidad jamás descubrió, pero que ya llegó el tiempo de que los velos de la ignorancia sean retirados de sus ojos.
No se confundan con todo lo que la humanidad cree saber. Busquen la Verdad que deposité en sus esencias en este día.
Clamen al Espíritu de Dios para que estos Dones, que hoy llegaron a sus vidas, se puedan manifestar; y para eso trabajen, caminen, oren con el corazón y encuentren en la vida de oración las puertas para la redención y la rehabilitación de sus espíritus.
No permitan que este Centro Mariano sea una fuente de la cual no vienen a beber. Quiero que sus almas sacien su sed en este lugar, que no lo dejen vacío, porque las Gracias Divinas aquí encuentran morada y necesitan de la presencia de sus corazones para ser vertidas al mundo.
Vengan y encuentren aquí el Agua de Vida y, a través de sus corazones que son testimonios vivos de sus esencias, lleven el Agua de Vida a todos los lugares de este mundo en los cuales las almas padecen la sed del espíritu y del corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis aromas sublimes envuelven sus almas en el espíritu del perdón y de la paz.
Reciban de Mis manos las Gracias de Dios y aguarden con esperanza la Llegada de Cristo a este mundo tan necesitado de perdón.
Hoy, Mi Alma se regocijará por su canto, que es un canto eterno, un don e instrumento de Dios que abre las puertas de los corazones que están cerrados y que encuentran, a través del canto de Dios, la paz.
Hoy, estoy con ustedes para consagrarlos, porque todos son consagrados por Mi Corazón. Imiten el ejemplo de aquellos que dan los pasos con confianza. Así, conseguirán dar el gran paso que Dios aguarda hacia el camino espiritual, hacia la vida crística, hacia la vida eterna.
Con este fin, consagraré a Mis hijos con los Dones del Santo Espíritu de Dios y aguardaré que cada uno represente una chispa de Dios, una luz que encandila al mundo y que atrae a otras almas hacia el camino de la conversión y de la redención.
La armonía también existe en este mundo. Por esta finalidad, queridos hijos, a todos los que serán consagrados, en esta noche bendita en la que el universo se une con la Tierra y sus Jerarquías Celestiales congregan a sus seres para cumplir la gran misión, los bendeciré con esta Agua de Cristo, con esta simple y casta Agua, a través de la Señal de la Cruz, glorioso símbolo de Cristo, exorcista y liberador para los tiempos finales.
Se acercarán a este lugar para recibir la Señal de la Cruz, en una sola fila, como un único ejército que escucha en el corazón la Voz de Dios.
Mientras serán bendecidos, Yo estaré aquí; porque no solo consagraré a sus seres, sino también imantaré con Mi Luz a todos los Reinos de la Naturaleza que también aguardan de ustedes un gesto de amor y de servicio tan simple como poner la atención en ellos para percibir su necesidad y, así, todos podrán entrar en un perfecto equilibrio con toda la Creación, como Dios lo espera de parte de todos ustedes.
¡Alégrense, cúrense, alaben a Dios por siempre!
Yo les agradezco por responder a Mi llamado y acompañaré este encuentro con todos Mis hijos en el silencio del Corazón; así, Dios Me lo ha permitido y todos aquellos que quieran renovar sus votos con los Planes de Dios que lo hagan en este momento; pues Mi oferta amorosa y maternal será elevada a los Altares de Dios después de que Yo ya no esté aquí, en esta noche sagrada.
¡Los amo y les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Estoy aquí. No Me he ido. Confíen.
Oración: Ave María y Gloria.
Mientras son bendecidos, queridos hijos, Yo desde aquí, sobre este árbol sagrado oraré por ustedes, por el mundo.
Canción: “Mirarte a Ti”.
Queridos hijos Míos, el Cielo siempre los aguardará para que caminen en búsqueda del infinito. Cuando algún día alcancen ese paso, podré decirle al mundo que Mi Inmaculado Corazón ha triunfado sobre las tinieblas.
Les agradezco por responder a Mi llamado. Bendigo a todos los presentes bajo la Señal luminosa de la Cruz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más