Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, DE CRISTO JESÚS Y DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO SANTUARIO DE LA CREACIÓN, BALNEÁRIO CAMBORIÚ, SANTA CATARINA, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oremos:

Quien está en Dios nada teme.
Quien está en Dios no retrocede.
Quien está en Dios vive del Amor de Dios.
Esta es la fuerza de hoy.
En Dios, en Dios, en Dios.
Amén.
(tres veces)

A través del Sagrado Corazón de Mi Hijo, hoy les traemos, a este Centro Mariano y su fundación, uno de los Aspectos de Dios, dentro de Sus 72 Nombres Sagrados. 

El Aspecto de Dios que protegerá a este Centro Mariano y su tarea espiritual será el Nombre El Gibbor; para que la fortaleza, la fe, la compasión y el amor impulse, a través de este Centro Mariano, la elevación de todas las almas hacia el Reino de Dios; para que no solo el ser humano, sino también los Reinos de la Naturaleza sean recibidos aquí en espíritu, para que sean curados y redimidos.

Sé que están delante de un Aspecto de Dios desconocido, pero si sus almas se unen a Nuestros Tres Sagrados Corazones, comprenderán ese Aspecto de Dios por medio de la Ciencia y de la Sabiduría que les proporciona.

Porque la aspiración del Padre Eterno es que este Centro Mariano, como un punto de Luz en el planeta, refleje los Atributos de la Fuente Suprema, aquellos Atributos internos que la humanidad necesitará para poder regenerarse y curarse para que, finalmente, se cumpla el surgimiento de la Nueva Humanidad.

Hoy, Nuestros Tres Sagrados Corazones, como receptáculos de los Atributos de Dios, están aquí con todos ustedes, están aquí por la nación de Brasil y por todas las Américas; para que los pueblos de este continente sean conducidos hacia el Propósito de Dios y, por medio de los Ángeles de las Naciones de América Latina, todas las poblaciones y culturas de esta región del planeta puedan aproximarse a cumplir el Proyecto de Dios; aquel Proyecto que infelizmente está siendo oprimido y silenciado.

Pero, en este momento, Yo los vuelvo a invitar a estar en la oración. Yo los invito a silenciarse. Yo los invito a tener sabiduría y discernimiento, porque lo que sucederá en esta parte del planeta, podría afectar al resto del mundo.

Por eso, a través de Nuestra Presencia, a través de la Presencia de los Tres Sagrados Corazones, no solo venimos aquí para dar comienzo al ciclo de este Centro Mariano en su tarea espiritual y en su tarea interna, sino que también estamos aquí, hijos amados, para detener lo que se pretende que suceda sobre la superficie de este continente.

Su fidelidad a Nosotros ha sido muy significativa y la respuesta en la consagración de nuevos Hijos de María. Esto representa para Dios, así como Él nos dijo en este momento, que es posible establecer, en la superficie del planeta, el Proyecto que Él siempre quiso realizar en esta humanidad.

Hijos Míos, no se preocupen si no alcanzan los Misterios del Padre, primero amen los Misterios de Dios para después poder comprenderlos; sigan en fidelidad y obediencia lo que les dicta la Jerarquía Espiritual.

Yo estoy aquí y Soy su Madre, su Madre Universal, su Madre Celestial, la Madre de todo el Brasil, la Madre de toda Sudamérica, y tengo Mis Brazos extendidos hacia ustedes. Una vez más, les ofrezco Mis Manos para que se puedan tomar fuerte y seguir adelante. Porque como humanidad, en la superficie de la Tierra, han demostrado después de estos dos años que es posible seguir adelante cuando tan solo las almas aman de verdad.

Ahora, hijos Míos, les quiere decir algo San José. Escúchenlo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:

Así como el Cielo se abre hoy delante de sus corazones, él también se puede abrir en el interior de cada uno de ustedes.

Hoy, delante de los Sagrados Corazones, permitan que sus almas aprendan del misterio de la fe para que, mucho más allá de lo que suceda delante de sus ojos, la verdad que pulsa en sus corazones, invisible para la mayoría de los seres humanos, pueda sustentar sus vidas y así, hijos Míos, la Promesa de Dios siempre sea una realidad para cada uno de ustedes.

A través de la fe, encontrarán este Reino que hoy se manifiesta delante de ustedes. Contemplen esta realidad en su interior, y así sabrán que cielo y tierra podrán pasar, pero el Amor Divino permanecerá vivo en la esencia de todo aquel que cree. Aunque sus ojos no vean, sus corazones son capaces de sentir y, a través de ellos, penetrar el misterio.

Muchas cosas sucederán en el mundo y les traerán desesperanza a los hombres, harán que sus corazones sientan el dolor y el sufrimiento que una vez Mi Hijo sintió tanto en Su Agonía como en la Cruz. Pero, así como lo hizo el Corazón de Cristo, hoy los llamo a transmutar este dolor a través de un Amor Mayor, a través de la fe en aquello que pulsa en su interior y les revela lo que verdaderamente son y a través de la madurez del corazón, la madurez espiritual, que ya llegó el tiempo de que puedan experimentar.

Sean responsables, hijos, de sus elecciones, de sus acciones, de cada paso que dan, desde el primer pensamiento que tienen, al iniciar el día, hasta los sentimientos que emiten, las miradas, las acciones.

Rueguen a Dios para que sus acciones sean puras, para que sus vidas sean puras, porque ya llegó el tiempo de que una nueva vida despunte en la humanidad, y ustedes se comprometieron desde el principio a que, a través de los pasos de su redención, pudieran vivir esta nueva vida.

Y esa vida, hijos, es como la vida de Cristo en el Calvario. Alrededor de ustedes habrá caos, confusión, dolor; pero en su interior el Amor de Dios se renueva, nace un amor desconocido, incluso para el Corazón del Padre. Y es a través de ese amor que una nueva genética y un nuevo hombre comienzan a nacer, un Amor que sus células pueden vivir, que se expande desde su esencia hacia toda la consciencia.

Y, a pesar de que hoy eso les parezca imposible, solo les pido que tengan fe y que este Don Divino que hoy desciende del Cielo sobre sus vidas, encuentre un lugar en sus corazones para transformar sus vidas en algo que jamás pensaron.

No tengan miedo, pero sean firmes. El mundo los arrastrará por caminos que no son correctos. La batalla se vivirá dentro y fuera de ustedes; pero, a través de la oración, encontrarán refugio y, en los lugares sagrados, donde la Consciencia Divina habita, allí reencontrarán la paz.        

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, hoy Mi Manto es el Manto de Brasil. El Manto que representa la vida de todo este pueblo y de toda la naturaleza, de una vida que infelizmente ha sido transgredida y violada.

No permitan, hijos Míos, que el Brasil sea un lugar más del enemigo. La fuerza de su oración y de su fe puede transformarlo todo. 

Si consiguieron atravesar el calvario de los dos últimos años, es señal, hijos Míos, que es posible seguir adelante, aunque duela.

Por eso, ahora, el Rey del Universo, el Hijo del Sol, en nombre de los Tres Sagrados Corazones, de Jesús, de María y de San José bendecirá y consagrará este Centro Mariano; y así, consagrará a todos los Hijos de María que hoy se postularon ante Mi Materno e Inmaculado Corazón para ser fieles y firmes en el servicio de la oración perpetua. 

Los invito a colocarse de pie.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Así como esa llama que tienen encendida delante de sus corazones, llama que representa la Luz, el Amor y la Sabiduría de Dios para todo este planeta, para toda la humanidad; que esta llama se replique y se multiplique no solo en los seres humanos, sino también en los Reinos de la Naturaleza, que en estos tiempos de emergencia necesitan ser comprendidos, acogidos y amados, protegidos y cuidados, como parte vital de la Creación.

Si esta comunión con los Reinos de la Naturaleza se diera a través de su servicio orante, por medio del Centro Mariano Santuario de la Creación, les aseguró que no solo Brasil, sino también otras regiones del mundo estarán más protegidas, aunque el planeta demuestre en este tiempo su caos en la superficie. 

En sus manos está la decisión, en sus manos está el poder de la oración, el poder de permitir que el Cielo descienda a la Tierra, como en este momento. 

Que no solo el Hijo del Padre, sino también la Santísima Madre y el Casto Corazón de San José, en esta Unidad Trina, concedan al Brasil y al mundo la expiación que necesitan para sobrellevar este actual Apocalipsis.

No permitan que los Sellos del Libro del Apocalipsis se abran. Acojan las profecías, pero no las provoquen. 

Sean consecuentes en todo lo que hacen y viven. No se olviden de los Mandamientos, de una vida de servicio, de una vida de amor en la familia, entre todos sus seres queridos. No permitan que la célula de la familia se siga dividiendo.

Recuerden que ustedes y sus familias son parte del Proyecto esperado de Dios, el Sagrado Proyecto del pueblo de Israel.

Recuerden que esta parte del planeta es la promesa de la cuna de la Nueva Humanidad, en donde todo el planeta y la humanidad, a través de este lugar como de los Reinos de la Naturaleza, podrán regenerarse y curarse.

En los Reinos de la Naturaleza está la cura que necesitan, en los Reinos de la Naturaleza está la paz que ustedes buscan en este tiempo.

No permitan que sus vidas se vuelvan superficiales e indiferentes, abracen con el corazón abierto a toda la Creación y les aseguro que no perderán la paz. 

Delante de la Fuente Suprema, delante de los Ángeles y de los Arcángeles, Padres Creadores, que concibieron esta belleza del planeta Tierra, delante de los servidores del Cosmos y de la Tierra, delante de todos los consecuentes en la oración y el servicio por el otro, delante de la Aspiración de Dios, de Su Proyecto; que la Fuente Suprema a través del Corazón de Cristo, del Corazón Inmaculado de María y del Castísimo Corazón de San José, a través del Poder Supremo de El Gibbor, bendiga y consagre a este Centro Mariano, para que sea un verdadero Santuario de la Creación, que conceda a las almas y a los Reinos la cura y la redención que necesitan, para que todos estén en comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, en nombre del Amor y de la Sabiduría.

Yo los bendigo y los consagro como Centro Mariano Santuario de la Creación y como Hijos de la Madre Divina, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y, para comprender la importancia de este encuentro, les ofreceré Mi Cuerpo y Mi Sangre, a través de la Celebración Eucarística.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, también consagraré, a través de la autoridad de Mi Hijo, a una pequeña e inocente alma, que llegó al mundo de un lugar especial del universo. A través del Sacramento del Bautismo, esa alma recibirá no solo la renovación, sino también el recuerdo de su compromiso con Dios para el próximo tiempo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:

A través de Mi Casto Corazón y la autoridad que Me ha dado Cristo, como Siervo del Redentor, como Vigilante y Protector de las almas, a través del Castísimo Corazón de San José, la Gracia que les ofrecerá hoy Mi Corazón será la Unción para que la Señal Luminosa de la Cruz de Emmanuel siempre los guíe y los proteja.

Ya que, en este tiempo, será necesario discernir antes de actuar, meditar antes de obrar, para que sean consecuentes con la Ley.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

De esta forma, Nuestros Tres Sagrados Corazones se alegran y bendicen este encuentro, dando inicio a este ciclo de la Peregrinación por la Paz, para que las almas recuperen la esperanza que perdieron, recuperen la alegría que les fue robada y sientan el júbilo de ser Hijos de Dios. Nunca lo olviden, a través de Mi Corazón Misericordioso llegarán a Dios.

Cantemos el Himno de la Consagración de los Hijos de María; pero, todos cantemos, los que están aquí y los que están en sus casas, renovando los votos internos de la consagración para este ciclo de servicio junto a la Jerarquía Divina. 

Los Tres Sagrados Corazones agradecen por haber respondido al llamado. 

Como Cristo Redentor, que la Paz sea en ustedes y en sus hermanos. 

Que así sea. 

Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN GAVARNIE, LOS PIRINEOS, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ven a Mi Fuente de Amor y lávate para que te puedas curar.

Ven a Mi Fuente de Amor y purifícate para que te puedas renovar.

Ven a Mi Fuente de Amor y acércate para que Dios te pueda bendecir.

Ven a Mi Fuente de Amor y conságrate para que aprendas a vivir la Voluntad de Dios.

Ven a Mi Fuente de Amor y elévate para que tu consciencia se pueda expandir.

Ven a Mi Fuente de Amor y nútrete de los Códigos Divinos del Universo Celestial.

Ven a Mi Fuente de Amor y arrepiéntete para que Mi Hijo te pueda perdonar.

Ven a Mi Fuente de Amor y libérate para que te conviertas en un instrumento de la Paz.

Si vienes a Mi Fuente de Amor, todas Mis Gracias recibirás, tus faltas se limpiarán y Mi Amor las disolverá. Así, renovaré tu consciencia, tu corazón y tu vida, porque Yo Soy la Madre de las Gracias, Soy la Madre Universal, que viene del Cielo y del Universo para recordarles a Mis hijos el espíritu de la Paz presente en este bendito lugar y en los corazones que creen en Mí.

Soy la Madre que trae del Universo incalculables oportunidades a Sus hijos, porque Mi objetivo y misión es que, a través de Mi Corazón, puedan llegar al Corazón de Mi Hijo y se conviertan algún día en Sus apóstoles, en Sus embajadores de la Paz, de la Misericordia y de la Luz.

Por eso, Yo les pido que sus caminos no se confundan, que puedan seguir el camino espiritual que hoy Yo les abro a través de esta Fuente de Vida Espiritual y Celestial, para que no solo se puedan purificar y lavar, sino también para que el pasado de cada una de sus vidas se pueda borrar, porque eso es posible.

Yo Soy la Madre de las Gracias, Soy la Inmaculada Concepción que los hace renacer en Cristo, y por Cristo los hace vivir la vida eterna, junto a los Ángeles y Jerarquías, en perfecta comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.

Colócate a Mis pies y lávate con la Fuente de Vida, que hoy, a través de este lugar, te presento y te ofrezco para que tu vida, finalmente, sea otra, lejos del sufrimiento, lejos del pecado y de las deudas; cerca del Corazón del Padre, para que los apóstoles del fin de los tiempos estén prontos y preparen fervorosamente la Llegada de Mi Hijo, y luego la Llegada de Su Madre Celestial.

Hoy, con esta brisa que los toca, purifico sus vidas, reconsagro a sus espíritus, bajo la Gracia Infinita de Dios y de todas Sus Manifestaciones Divinas presentes en la Fuente Suprema de la Creación, que envía sagrados impulsos de Luz, de Misericordia y de Rehabilitación para las consciencias que se consagran a Mi Corazón Inmaculado.

Por eso, en este momento, vacía completamente tu ser, despójate de aquello que te pesa o que crees controlar por ti mismo. Deja que tu alma se pueda elevar a Dios como, en este momento, Mi Humilde Presencia eleva a sus almas hacia el Reino de Dios junto a los Ángeles, Arcángeles, devas y elementales, junto a todas las Potencias Creadoras de Dios que, como sagrados rayos del universo, dieron vida y surgimiento a cada una de sus esencias.

Hoy, a través de Mi Inmaculada Concepción, a través de la Presencia de la Madre Universal, Gobernante y Guardiana de todos los Atributos del Padre, están ante los impulsos cósmicos a través de Mi Corazón, los que dieron surgimiento a la vida en todo el universo, a la existencia en toda la Creación.

Por eso, les pido que se vacíen para que estos impulsos desciendan a sus consciencias y sus vidas sean impulsadas a seguir dando los pasos hacia Cristo, por un solo fin: alcanzar la Tierra Prometida que vive en el interior de cada uno de ustedes, llamada Reino de Dios.

En este vacío, que pueden alcanzar con su esfuerzo y determinación, también ayudarán a su Madre Celeste y a las Jerarquías para que las amarras y las cadenas pesadas de la humanidad sean liberadas del mundo y, sobre todo, de la consciencia humana. Por esta razón, hoy estoy aquí, no solo por Francia, Europa, África y Medio Oriente, sino también por el mundo entero, esclavo y prisionero del mal.

Confíen, hijos Míos, confíen en el poder de la Cura Divina que hoy les traigo, así como Yo les traje la cura, hace tanto tiempo, con Mi Presencia en Lourdes. Pero hoy, esta cura que les traigo es mayor que la de aquel tiempo, es una cura que los hace caminar hacia la paz, hacia la transformación de la vida, hacia la consagración de sus vidas, hacia la elevación de sus espíritus para que estén en comunión con el Padre; así como en este momento, hijos Míos, están en comunión con Mi Corazón Maternal.

Sean valientes y entren en la Fuente de Vida que hoy se espeja como una Gracia Mayor, a través de este Sagrado Santuario de Dios, en donde los ángeles que están presentes y todos los devas creadores del universo y de los planetas, de los soles y de las estrellas, de las nebulosas y de los universos, hoy por un instante están aquí, Conmigo, para que la consciencia humana alcance la redención y la paz.

Que, a través de este Santuario de Dios, de estos Sagrados Recintos del Padre y de todas Sus Jerarquías servidoras, sus consciencias y sus mentes se abran a los impulsos de la Gracia Suprema que hoy les traigo a través de Mi Mensaje y de Mis Palabras; porque aún la humanidad necesita de cura, y esto no es una novedad, sino es una emergencia.

Por esa razón, la Fuente que Yo abrí en Lourdes está abierta para todos, para que laven sus seres a través de los códigos de la Fuente Divina, y así todo pueda ser curado finalmente.

Porque cuando el mundo se libere de su esclavitud espiritual, el mundo alcanzará la redención y la Tierra Nueva surgirá, un Nuevo Edén se manifestará y sus esencias, Esencias del Padre Eterno, deben aspirar profundamente, con todo el corazón y la vida, con toda la consciencia y el espíritu, a formar parte de ese Nuevo Edén, semejante a este lugar, en donde estarán presentes, en su superficie, los Tesoros del Padre, las sagradas herramientas de las Jerarquías que, una vez encendidas, convertirán al planeta en un mundo consagrado y elevado al Padre, en un mundo consagrado al Universo y a toda la Vida Cósmica.

Hoy, por un estado de Gracia inexplicable, la Madre de Dios, la Inmaculada Concepción, la Señora del Mundo, establece por un momento la puerta que se abre hacia la Nueva Humanidad, formada y consagrada por todas las almas consecuentes, especialmente aquellas que son víctimas del Amor de Dios.

Y, por esa causa y por esa Gracia inexplicable que Dios Me concedió, en este día y a través de este lugar, hago partícipes a los corazones de cada uno de ustedes a estar unidos a la Madre Celeste, en este primer preámbulo que gesta en la humanidad los Atributos de Dios, los mismos Atributos que estuvieron presentes en el pueblo de Israel durante mucho tiempo.

Que las sagradas luces del Santuario Natural de Dios y de Sus Sagrados Recintos iluminen sus vidas y la vida de sus hermanos, a fin de que cada uno encuentre el camino de retorno hacia el Edén de Dios.

Hoy, estoy aquí en profunda gratitud por la respuesta sincera y honesta de Mis hijas que representan a esta nación de Francia, necesitada de reconciliación y de perdón, de unidad y de amor, que hoy comienzan a ser gestados a través de sus corazones y a través del corazón de Mis hijas de Francia, hoy presentes en este valle del Santuario de Dios, junto con los Ángeles de la Madre Celeste, con Sus devas y elementales, pidiendo junto con Mi Corazón por la humanidad, por el planeta y, en especial, por Francia para que alcance finalmente la consagración total a Mi Materno e Inmaculado Corazón y para que no lleguen las pruebas difíciles ni tampoco los acontecimientos dolorosos, sino que la consciencia de Francia y de su Ángel consigan responder a la Voluntad de Dios.

Por esa razón, también estoy aquí, para confirmarle a cada uno de ustedes, Mis amados hijos, que es posible vivir la Voluntad de Dios dentro de Su Reino Celestial.

Yo consagro a todos los presentes y al mundo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y, ahora, vayan y laven sus rostros en la Fuente.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE PORTO ALEGRE, RIO GRANDE DO SUL, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

No teman, mientras Yo estoy presente el caos no prevalece en el mundo; porque es la Luz de Dios la que desciende, a través de Mi Corazón, para abrir las puertas del Reino de los Cielos y así todos pueden ingresar a través de Mi Inmaculado Corazón.

Necesito que, en esta hora aguda del planeta, imploren por los atributos de la Madre Universal. Como fue en el principio de Mis Apariciones, invito a todos Mis queridos hijos del mundo entero, a que retomen las 72 cuentas de la contemplación diariamente, hasta que Yo lo indique, queridos hijos. Así, el Espíritu Santo de Dios estará sobre sus vidas, especialmente en sus corazones, no solo guiándolos a ustedes, sino también guiando a otras almas que necesitarán de conversión y de redención.

Cada uno de ustedes, queridos hijos, necesita vivir un Atributo de Dios. Es urgente que en sus vidas se puedan establecer los Dones del Padre, para que los nuevos apóstoles de Cristo, que vendrán de diferentes caminos espirituales, puedan formar un solo rebaño, unidos a su Madre Celeste, por los mil años de paz y antes de que Mi Hijo retorne en Su Gloria.

Estoy con ustedes, queridos hijos, aunque no lo crean, en las pequeñas decisiones del día a día. Estoy llamando a todos Mis queridos hijos, para que no solo sean consecuentes con la oración del corazón, sino que también, hijos Míos, borren de la consciencia de la humanidad y de la sociedad las insignias del mal que se esparcen como noticias y novedades para envenenar a los corazones que deben despertar al Espíritu Santo de Dios.

Yo soy la Madre de todo el Brasil y nadie podrá negarlo. A través de los siglos y de los tiempos, desde el principio de la colonización, en el corazón de la consciencia indígena, Yo vengo acompañando a todos Mis hijos para que puedan alcanzar la redención y la rehabilitación. Aún hay muchos de ellos que siguen cometiendo errores a través de los tiempos; como lo que sucede hasta hoy, en este día, que genera confusión en las mentes y perturbación en los corazones, alejándolos a todos de Dios, del verdadero Propósito que viene del Cielo a través del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María y del Castísimo Corazón de San José.

Aferren sus creencias, sus familias y todos sus caminos al Corazón de los Sagrados Corazones. Así, queridos hijos, no temerán por nada. Caminarán firmes hacia Mi Hijo por este sendero de redención y de paz que todos son invitados a vivir.

En ustedes, queridos hijos, está la gran decisión de hacerlo, de hacer algo por el Brasil y por toda la humanidad. Que sus corazones no duerman. Que sus mentes no se distraigan. Invoquen, con sus corazones y voces, el Reino de Dios, a través de la oración del corazón. Únanse como una sola familia espiritual y ya no sean más indiferentes. Abran las puertas de sus corazones para que las instrucciones divinas puedan ingresar y sembrar las nuevas semillas que constituirán la Nueva Humanidad.

Hoy, no solo estoy aquí, queridos hijos, con ustedes; a través del fuego de Mi Corazón, el Espíritu Santo de Dios está presente. Llamas nuevas se reencienden sobre los autoconvocados para generar, en estos tiempos, la redención de la humanidad y de todas las naciones del mundo.

Queridos hijos, sean precursores de Mi Voz. Lleven el llamado a los que duermen. Abran los ojos de todos los que son indiferentes, de las mentes distraídas, de los corazones que están cerrados y que desde hace mucho tiempo no quieren escuchar a Dios.

Yo necesito, queridos hijos, formar en sus vidas un verdadero cenáculo de oración que pueda ser el vórtice principal para estos tiempos finales, en el que Yo Me pueda servir de sus oraciones para presentarlas en honra al Padre Celestial. Porque si la mayoría de la humanidad, queridos hijos, no se colocara a vivir la oración del corazón, hoy no les puedo decir qué sucederá con la humanidad. Las propias acciones del mundo mostrarán todos los acontecimientos.

Los invito sinceramente, hijos amados, a que salgan de ustedes mismos por una vez en la vida, a que abran sus ojos a las necesidades de la humanidad entera, especialmente de todas las naciones que sufren las consecuencias de sus gobernantes o las decisiones de todo su pueblo.

Crean, queridos hijos, que ustedes son un pueblo de Dios llamado a servir en estos tiempos, disponible para responder al llamado de su Madre Celeste. A través de estos acontecimientos se reescribe el Apocalipsis en la humanidad. Los ángeles están atentos a los movimientos de todo el planeta. Abran sus ojos y observen cómo los ángeles realizan las Obras de Dios, en un profundo silencio y adoración por el mundo.

Necesito, queridos hijos, que se definan para dar el último paso; porque sé, verdaderamente, que muchos no serán los que estarán Conmigo en ese momento crucial de la humanidad. Pero vengo a pedir lo imposible para ustedes. El potencial está en sus espíritus desde sus orígenes. Entonces, queridos hijos, acompáñenme en este peregrinar, en esta Campaña por la Paz, que Yo intento construir en todos los corazones de la Tierra y en todas las naciones del mundo. Aún hay mucho por hacer y la humanidad sufrirá porque lo ha escogido conscientemente.

Pero Yo no los quiero llevar al sufrimiento. Yo Soy la Fuente de la Bondad y del Amor para todos. Ustedes no se imaginan, queridos hijos, cuántas noches he pasado sin tener a Mis hijos en Mis brazos.

¿Quién se ofertará en esta hora aguda para eso?

¿Quién consolará el Corazón de la Madre Universal delante de los destrozos de este mundo, de las acciones de todos los seres de la Tierra? 

No provoquen más la Ira de Dios, porque ustedes no la conocen, queridos hijos. Únanse al llamado celestial y sean como los ejércitos de los ángeles que responden a los comandos de la Madre del Mundo. Sean espejos verdaderos de oración. No se dividan. Únanse a través de la oración y por medio del servicio al prójimo. Así al menos, queridos hijos, alegrarán Mi Inmaculado Corazón.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque si buscan establecer la paz en el planeta, también la establecerán en sus vidas. 

No es necesario, hijos queridos, que piensen solamente en ustedes, cuando el planeta agoniza y cuando hay tantos hijos Míos que verdaderamente sufren en este mundo.

Si hoy escuchan Mi llamado, Mis palabras y Mi proclamación de paz es porque la paz debe reinar en sus vidas; es porque Yo los congregué, los reuní en Mi Cenáculo de Amor para que, en este día de tanta confusión, de tanto adormecimiento de la consciencia humana, ustedes pudieran despertar y reconocer, hijos Míos, que Mi Presencia está viva entre los hombres, así como la Presencia de Mi Hijo y del Castísimo Corazón de San José.

Yo estoy aquí, hijos Míos. Estoy al lado de cada una de sus almas.

Vengo al mundo todos los días, porque es tanta la necesidad, que no puedo permitir, Mis amados, que aquellas almas y esencias creadas por Dios se pierdan por la ignorancia, por no conocer al Creador, por solo elegir los placeres y las ilusiones de este mundo.

Hijos, todo lo que viven, en esta Tierra, como un soplo pasará, mas aquello que concretan en sus esencias permanecerá para siempre. No se preocupen por el sufrimiento del cuerpo, cuando lo que verdaderamente padece son sus almas, cuando, aquí en este mundo, sus mentes viven la ignorancia y la ilusión permanente.

Los llamo en esta noche a que despierten y que definitivamente respondan a Mi llamado. 

Ya llegó la hora, hijos Míos, de unir todas las religiones, todos los pueblos, todas las naciones, todas las culturas de este mundo, porque en este momento su planeta necesita de paz y, si no unen sus corazones, el enemigo separará no solo a las religiones de este mundo, sino también a sus almas del Corazón de Dios.

Si no hubiera unidad entre los seres, no habrá unidad con el Creador. Si no hubiera unidad entre las religiones, ya no habrá unidad con Dios, no habrá religión verdadera; porque aquellos que no viven el amor, no viven en el Padre; mientras que todos aquellos que viven el amor, viven en Cristo, aunque no sean cristianos y que hayan encontrado otro camino para despertar su consciencia a la vivencia del amor.

Lo que verdaderamente importa, hijos Míos, es que sean verdaderos, fraternos, que se unan al principio del amor y de la paz, porque eso es lo único que la humanidad necesitará en estos tiempos.

¡Ya basta, hijos Míos, de vivir las ilusiones y de buscar un placer que terminará con este mundo, si no despertaran a la vida de oración y de paz!

Hijos Míos, en esta noche quiero que comprendan que mucho mayor que lo que acontece en la materia y que se expande por el mundo, delante de los ojos que pueden ver, es la batalla en el espíritu; porque, como Yo les digo, Mi adversario no descansa, él no duerme ni un solo minuto.

En esta noche, al mismo tiempo que Yo estoy aquí, hay millones de hijos Míos que están distraídos en la búsqueda de un falso poder; mientras que Yo, hijos Míos, les quiero revelar que el Poder de Dios aspira a manifestarse en sus vidas. 

Y es muy simple lo que les pido, porque para vivir la paz, no necesitan hacer grandes cosas, solo necesitan abrir sus corazones, porque Mi Amor por sí solo derribará las barreras de sus mentes y establecerá en sus vidas Mi Reinado de Amor, de Paz y de Esperanza, para que puedan ser, Mis amados, un ejército de luz en este mundo de oscuridad; para que puedan establecer el Reinado de Mi Hijo, y que Él los encuentre prontos cuando llegue la hora de retornar.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo Soy la Madre del Espíritu Santo y busco su verdadera espiritualidad; para que eso sea verdadero, todo comienza en el camino de la oración y de la paz, algo que simplemente son invitados a vivir.

Quisiera hablarles en esta noche, queridos hijos, de los Universos Celestiales y de toda Su Creación, pero el mundo necesita conocer la verdad, lo que siente Dios en Su Corazón cuando Sus hijos lo niegan completamente.

Incansablemente, queridos hijos, seguiré dando Mis pasos a su lado para que puedan alcanzar el camino de la redención; y cuando eso suceda, Mi Hijo retornará para rescatar a los que se han perdido en la tribulación.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado y a este momento de oración con Mi Corazón. Llevaré estas oraciones como un alivio del Corazón de Dios y de toda la humanidad.

Hoy, no consagraré Hijos de María, porque Dios está en Su profundo silencio. Yo los consagro en espíritu. Esa es la verdadera meta para todo servidor del Plan. 

Sí, los bendeciré, porque lo necesitan para seguir caminando a Mi lado. Ya son Mis hijos, desde antes que se colocaran para serlo. Para Dios, ya todo está cumplido.

Les agradezco por comprenderme. Todo tiene una respuesta mayor que comprenderán con el tiempo.

Les agradezco, les doy Mi Paz y los unjo con la Luz de Mi Espíritu.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración:  Madre Universal (en portugués).

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Aceite para la unción.

 

Estén preparados cuando el universo les pida cosas.

Con este aceite, Yo bendeciré a los que hoy no podré consagrar con la señal luminosa de la Cruz de Mi Hijo y como testimonio de Mi Amor por todos los hijos de la Tierra.

Se preguntarán porqué Yo hago esto, porque es Cristo que hoy los consagrará a ellos, así Yo abriré el camino para que Él retorne, a través de sus vidas.

Oración:  Padre Nuestro (en portugués).

 

Ahora sí, queridos hijos, lleven la Cruz de Cristo como la señal verdadera de la redención.

Y ahora, les pido que canten por todos Mis hijos del mundo que no están consagrados. 

Los que serán señalados por la Cruz de Mi Hijo aceptarán orar por aquellos que no se consagran a Mi Inmaculado Corazón y Yo oraré por ustedes hasta el fin de los días.

¡Les agradezco y vayan en paz!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mi silencio habla de todo el mundo, de los que aún no claman, de los que no piden a Dios por Su Divina Intercesión a través de los Sagrados Corazones.

Pero, he venido en esta Natividad a bendecirlos con el Espíritu de la Gracia de Mi Hijo, que participó en la Divina Concepción del Niño Rey.

Es ese Espíritu, queridos hijos, que hoy les ofrezco desde Mi Corazón Inmaculado y desde la Luz de Mi Vientre purísimo, donde se gesta la vida universal y la fraternidad entre todos los seres.

Hoy, los estoy invitando, queridos hijos, con el clamor de Mi Corazón de Madre, a que no bajen los brazos, a que sigan adelante, trabajando por este Proyecto de Dios que es infinito e interminable.

Si sus pasos son dados hacia el Corazón de Mi Hijo amado, si sus Cristos internos consiguieran manifestarse en estos tiempos, muchas más almas llegarán a Mi encuentro a través de los grupos de oración.

Mi Hijo vino a instituir, en este tiempo y para esta parte de América, los verdaderos grupos de oración, los verdaderos principios de la Red-Luz que se basan en la transparencia y en la fidelidad a todo lo que les oferta Mi Hijo, a través de Su infinita Misericordia.

Pero si esos pilares no estuvieran firmes y aún no se separaran de todo lo que sucede alrededor de cada grupo, muchos podrían sufrir por estar lejos del Principio de Mi Hijo amado. Mi Hijo los fundó como Sus Brazos y Sus Manos, como Sus Pies caminantes que van en busca de todas las almas perdidas.

Por eso, llegó en esta Navidad el momento, queridos hijos, de renovar los principios de la Red-Luz, para que no solamente sean servidores de Dios, sino portadores de la unidad, de la verdadera palabra, la palabra de vida y de aliento, de la oración consoladora, de la fe que debe unir a cada uno de sus miembros.

He participado, queridos hijos, de los acontecimientos que han sucedido en el sur del Brasil, a través de estos grupos de oración que Yo amorosamente he congregado, más allá de la vida terrenal y de todas las formas, para servir a Mi Proyecto de Paz en el mundo.

Es como si ustedes, queridos hijos, cuando se sumergen en sus incomprensiones y dudas, abriéndole las puertas al enemigo, Me dieran las espaldas y no escucharan Mi Voz dulce que los llama a servir; no solamente al mundo, sino también a sus hermanos que conviven con ustedes todos los días, siguiendo este propósito con la esperanza de concretar el Plan de Dios.

¿Qué haremos, queridos hijos, cuando las verdaderas cosas sucedan en el mundo? Ustedes son portadores de la Luz de los Centros Sagrados. Ustedes son las células futuras de ese nuevo Orden de la Hermandad que debe estar expresado en el planeta.

¿Cómo podremos, queridos hijos, atender a otras cosas en el mundo si los más pequeños y amados Míos, en el mundo, se separan por cosas tan insignificantes?

Queridos hijos, no quiero revelarles qué es lo que en verdad siente Dios con estas cosas, ante todo el Conocimiento Sagrado que amorosamente les fue entregado en sus vidas.

Verdaderamente, queridos hijos, si ustedes no se unen a través de Mis manos, para que Yo los lleve a recorrer el camino del infinito, su purificación será muy dura.

Queridos hijos, Yo no quiero que sufran por sus propias cosas. Quiero que sufran por el mundo; quiero que sufran por aquellos que no tienen nada y ni siquiera reciben la Mirada de Dios, sino solo la Justicia que en el universo los condena diariamente.

Queridos hijos, Yo les traigo la visión universal de las cosas. Ya no hay tiempo que perder, Mis amados. La Red-Luz debe crecer y debe estar formada por nuevos miembros que respondan a este llamado de servir al Plan de Dios, a pesar de las consecuencias, porque Yo nunca los abandonaré, aun en el tiempo de mayor oscuridad.

Por eso, abran sus ojos; no sus ojos físicos que juzgan y que son indiferentes en muchos momentos de la vida, abran los ojos del corazón y sientan Mi Sagrada Palabra como un Espíritu renovador y divino que viene a traerles la esperanza y la cura de todas las heridas.

Hoy, vengo a abrirles la puerta a la Consciencia Mayor. Hoy, Me tomo este tiempo y les doy este Mensaje para que las cosas no se precipiten dentro de ustedes cuando venga la gran ola de la purificación del planeta.

Queridos hijos, a través de su ayuda y colaboración, muchas cosas se pueden impedir en el mundo; así, como servidores de Cristo, que también pertenecen a la Obra de los Mensajeros Divinos, creen las condiciones necesarias para que las cosas no se precipiten día a día.

Por eso, queridos hijos, no solo los llamo al servicio, sino también a la importante unidad en estos tiempos, que debe estar por encima de sus cuestiones y formas para que siempre puedan ver la Luz del Propósito.

Cada vez, queridos hijos, que ustedes se pierden en las cosas insignificantes, un alma pierde la oportunidad de despertar, ¿y quién se hace responsable de esto? Cuando sus corazones ya estando maduros pueden dar los pasos seguros a la fraternidad.

Queridos hijos, lo más imposible para la Jerarquía de la Luz, es la unidad entre los servidores. Yo no vengo a juzgarlos, hijos Míos, quiero que sus corazones estén abiertos para escuchar estas cosas. ¿Cómo serán portadores de la Luz Divina de Dios, para que pueda llegar a las almas sufrientes de Medio Oriente y del mundo, si sus corazones están cerrados por cosas que ya no tienen importancia?

Necesito, queridos hijos, que, en esta Natividad del Señor, sus corazones estén receptivos al Espíritu de Cristo que, por obra de la Gracia y de la Misericordia, viene nuevamente a su encuentro para unificarlos.

Por eso, queridos hijos, recemos. Recen Conmigo ante los Tronos de Dios para que el Proyecto se cumpla en todos los corazones de la Tierra, y el auxilio infinito de la Misericordia de Dios llegue a través de Mis amados hijos que, a través de los años, Yo he congregado para esta sagrada misión.

Oremos:

Sagrada Unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unifícanos en profunda fraternidad.
Amén.
(siete veces)

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Y les digo todas estas cosas porque Dios Me permitió amparar con Mis propias manos aquellos de Mis soldados que se comprometieron Conmigo desde el principio.

Mucho aún vendrá, hijos Míos, muchas pruebas que deberán superar, muchas barreras que deberán quebrar en sí mismos antes de que Mi Hijo retorne al mundo y procure a todos prontos para fundirse con Su Espíritu Divino.

Les digo todas estas cosas porque el Señor ya no tiene tantos compañeros en esta Tierra así como los tiene en el Cielo. Y, los soldados que aún tengo, necesito cuidarlos porque necesito que despierten a otros por medio del ejemplo de su fortaleza. 

Los Atributos de Dios se están extinguiendo de esta Tierra. La unidad, la fraternidad y el amor, que deberían llevar al ser humano a la manifestación del arquetipo divino para esta raza, casi no existen en la consciencia de los seres de la Tierra. Y un día, Mis amados, ustedes dijeron sí a la vivencia de todas estas cosas. 

Yo Me aferro a sus palabras y al compromiso que hicieron con Mi Corazón, porque sus almas claman frente a Mi Altar para que Yo nunca permita que se sumerjan en los abismos de este mundo.

El Señor Me pide, día a día, que Yo sea incansable, que recuerde que Soy Madre de esta Tierra, que, así como Soy la Madre de Jesús, que es el principio perfecto de la humanidad, también Soy Madre, hijos Míos, de todos ustedes, de aquellos que escuchan y de los que no escuchan Mis palabras, de aquellos que creen y de los que no creen en Mi Presencia, porque no puedo negar Mi Maternidad. 

Sus esencias provienen de Mi Vientre Purísimo, así como proviene Jesús, y debo cuidarlos y ampararlos siempre, como amparé a Mi Hijo.

Deberé conducirlos al sacrificio, a la transformación y aunque no pueda impedir su sufrimiento, como no pude impedir el sufrimiento de Cristo, siempre estaré a su lado, con los ojos fijos en sus almas, padeciendo con cada ser de esta Tierra la transformación que los llevará a la victoria de Dios.

Por eso, solo les pido que confíen en Mi Corazón, que confíen en Mis correcciones, así como confió el Niño Jesús, porque Él sabía que esas correcciones también provenían de Dios. 

El Señor confiaba todo el tiempo, desde Su Nacimiento, en la unión de Su Madre Divina con Dios Altísimo y escuchaba cada palabra pronunciada por Mi boca, vivía cada una de Mis instrucciones y, aun siendo Rey, respetaba y amaba a Su Sierva. Por eso, les pido, Mis amados, que imiten los pasos de Cristo y que, con humildad, escuchen a Mi Inmaculado Corazón. 

Deseo que Mis ejércitos crezcan y que se fortalezcan en el amor, porque la humanidad necesitará de su ejemplo, necesitará de su amor para trascender el miedo, necesitará de su fraternidad para trascender el odio, necesitará de su esperanza y de su fe para trascender la angustia, el temor y la desesperanza de sus corazones.

Reciban hoy la Gracia que les entrego, de estar ante el Espíritu de Cristo. Dejen que sus almas contemplen la grandeza de este momento, y que esta grandeza disuelva la pequeñez de todos sus problemas, porque no debería existir nada que les impidiera llegar al Corazón de Dios, cuando las Puertas del Cielo se abren delante de sus ojos.

Sientan Mi Amor y Mi Compasión, porque deseo en esta noche que crezcan y maduren, para que la semilla que deposito en el interior de sus seres no pase más un año sin germinar. Y que, en la próxima Navidad, Nuestro Señor no solo renazca, sino que también crezca y se multiplique en la esencia de aquellos que nunca escucharon Mi llamado.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, como un acto de piedad, como un acto de sembrar el amor en la consciencia de la humanidad, a pedido de San José, ¿serían capaces de llamar a aquel hermano que no han comprendido ni entendido?, para decirle misericordiosamente: “Querido hermano, no te he comprendido. Debo aprender a amar para poder aceptarte”, simplemente con eso, Mi Corazón triunfará.

Por eso, en esta noche, les dejo una lección, una enseñanza para que recuerden lo que su Madre Celestial, que los ama profundamente, siente de esta humanidad.

En cuanto llamo a los divinos hijos que hoy se consagrarán, escucharán: “Encuentro con María en el corazón”.

Les agradezco.

Estoy aquí para escuchar.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden acercarse los que se van a consagrar como Hijos de María, por favor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Bajo el espíritu de la Paz, Yo los bendigo y, a través de la Misericordia de Mi Hijo, Yo los ilumino para que siempre reine la redención en los seres, el estado de Gracia que los colma perpetuamente desde Mi Corazón de Madre.

Por eso, extendiendo Mis manos sobre sus cabezas, derramo Mis Gracias para que ellas maduren como frutos en los corazones que escuchan a la Madre de Dios; y que, a través del espíritu de la santidad, sus vidas se renueven en la fe, porque un Hijo de María es aquel que escucha con atención al Corazón de su amada Madre Celestial. Y así, como lo tuve a Jesús; en esta Natividad, entre Mis brazos, los tengo a cada uno de ustedes, esperando que crezcan y que caminen hacia su verdadera misión: el retorno al Universo Celestial.

Yo los bendigo y bendigo a todos Mis hijos que en esta hora Me escuchan, en cada punto de esta Tierra, junto con sus Ángeles de la Guarda.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Les agradezco por escuchar la Voz de Mi Corazón!

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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