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Cuando no hablo es porque algo muy difícil está sucediendo. Mi silencio es porque el mundo no me quiere escuchar y esto va más allá de este lugar. Habló de los que no escuchan de verdad al Corazón de la Jerarquía y omiten todo el tiempo la Voluntad de Dios.
Pero con Mis ejércitos sostendré al planeta y podré darle al mundo lo que él no merecería. Por eso estoy aquí como su Abogada, como su Intercesora y Mediadora.
Tal vez no comprendan lo que les estoy diciendo, pero acojan Mis Palabras en el corazón y oren con más fervor aún para que Dios derrame Su Misericordia y no Su Justicia.
Todo lo que han hecho hasta ahora tiene un valor incalculable. Todo lo que oraron hasta ahora fue contemplado por el Padre Creador y eso va más allá de la vida material. Por eso, acojan Mis Palabras en el corazón por más que no las comprendan.
El tercer secreto de Fátima se está aproximando y lo que hasta hoy la iglesia no anunció, desobedeciendo Mi pedido, será mostrado al mundo entero de una manera inesperada para todos.
Cuando Dios envía una advertencia al mundo, como fue en Fátima, tiene una razón profundamente espiritual y desconocida para el hombre. No existe iglesia ni nación que la pueda impedir. Por eso, la confianza fue volcada en los pequeños pastores porque en almas tan puras se reveló la Presencia de Dios y Su mensaje. Pero el mundo decidió, en su mayoría, aprender a través del sufrimiento y generar sufrimiento a los demás.
La copa se está rebasando y la Sangre de Mi Hijo, que fue derramada por todos, deberá ser justificada por los orantes del mundo con su fidelidad y su absoluta incondicionalidad al pedido de Dios.
Con todo esto quiero decirles, hijos Míos, que no vengo a impartir ningún temor a sus mundos internos, sino un llamado de atención ante los acontecimientos que hoy vive el mundo y en los cuales la humanidad está sumergida completamente, en especial los más inocentes.
Que sus corazones no sean tocados por la ira, por la indiferencia, por la frustración. Que sus corazones, que principalmente sus vidas sean un ejemplo de oración, de constancia y de fe, por lo que ha de llegar al mundo en poco tiempo.
Muchos se arrepentirán por no haber escuchado y, como fue escrito en la Sagrada Biblia, muchos golpearán sus pechos clamando a Dios por una oportunidad.
Por eso, antes de ese acontecimiento vino la luna roja y la humanidad entera la pudo ver. No era un acontecimiento bonito o hermoso. Era el anuncio, el advenimiento y la preparación de la humanidad para las próximas señales que se revelarán en este ciclo.
El último sello del Apocalipsis ya está abierto. La guerra de todos contra todos no cesará. Por eso, nuevos mártires vendrán y no surgirán de la iglesia, sino entre los más inocentes, los que testimoniarán, hasta el fin de sus vidas, la Presencia de Cristo sin que nada les haga cambiar su fe y su credo.
Pero no piensen en lo que ellos sufrirán, sino piensen en lo que la humanidad aún no ha alcanzado y que para el mundo ya no es necesario derramar más sangre, así como hoy lo hacen algunas naciones del mundo, haciendo caer la injusticia sobre los inocentes, sobre los más pobres entre los pobres.
Por eso, su fe deberá redoblarse. Su entusiasmo en el compromiso deberá ampliarse y su fidelidad y obediencia deberá establecerse. Porque a pesar de que la tierra tiemble, su equilibrio deberá ser intocable, inalterable e irrefutable. Nada los deberá mover del lugar que han conquistado en el corazón de la Jerarquía.
Pero por otro lado, hijos míos, no todo será desgracia para la humanidad. Deberán volver a ver a los Cristos que una vez estuvieron con Mi Hijo y que en este tiempo final despertarán para que, finalmente, expresen su tarea y la concreción de su propósito.
La llama de Cristo en cada corazón humano resplandecerá y en el momento más agudo de la transición de la Tierra, las tribus con sus diferentes linajes, escuelas y experiencias se reunirán para ofrecerle a Dios un único camino y una única meta, que es alcanzar la Nueva Humanidad.
Es tiempo de crecer, hijos míos, de madurar en el conocimiento y de saber, profundamente, que su participación en el Plan de Dios tiene un propósito y una meta que sus vidas no podrán alterar.
De su adhesión y de la entrega de sus voluntades a la Voluntad Mayor dependerá la salvación de la humanidad. Para eso, nunca les deberá faltar ni la sabiduría ni el discernimiento, ni la atención ni la vigilancia ante los acontecimientos del mundo.
Hoy, una espada de la humanidad atraviesa Mi Corazón. Es una espada más dolorosa que la que recibí una vez, cuando supe de la entrega definitiva de Mi Hijo.
Sigan rezando por las naciones porque si las naciones no están bien, nada estará bien. Ustedes deben llegar con sus oraciones al Cielo, tocar el Corazón del Padre Celestial y consolar Su Espíritu por tantas ofensas recibidas.
Que se construya en ustedes el espíritu sagrado de la compasión. Porque será la Divina Compasión el atributo fundamental de este tiempo, para ver y participar de lo que se verá en el mundo, aunque no esté dentro del Plan de Dios. Porque la mayoría de los acontecimientos del mundo son generados por los hombres y no por el Cielo, por la falta de filiación con Dios y de comunión con lo Alto.
Pero ustedes, que han conquistado el Cristo interno, hagan valer esa preciosa Presencia por todos los que no valoran, en sí mismos, la Presencia del Cristo interior.
En honor al Nacimiento, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Mi Hijo, vengo a pedirles que durante nueve días, antes del comienzo de la Semana Santa, recen el Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús para que los Cielos sean colmados por sus oraciones, a fin de que Dios tenga piedad del mundo entero y Su ira sea calmada por los coros angélicos que hoy me acompañan.
Si el mundo entero asume este trabajo de oración, verdaderamente, en vísperas de la Semana Santa, si reza con fervor y devoción Yo vendré a pedirle al mundo una vez más la consagración a Mi materno e Inmaculado Corazón para que las naciones que se dicen ser poderosas ante Dios, por intermedio de Mi Gracia, alcancen la penitencia y el arrepentimiento total de sus faltas.
Eso evitará, hijos Míos, que de una forma sorprendente e inesperada, el Ángel de la Justicia de Dios descienda a la Tierra y por orden del Altísimo y Todopoderoso derrame el poder del Trono de Dios con una potencia mayor de cientos de rayos y truenos.
Si sus oraciones llegaran al Cielo durante esos nueve días, su Abogada y Madre podrá interceder, al menos, por la cuarta parte de la humanidad porque el resto ya se definió.
Nuestra Señora bajó Su rostro y cerró Sus ojos, la acompañamos, la sentimos y la contemplamos en nuestro corazón. La apoyamos y oramos interiormente ante Su Presencia.
Mi silencio viene a pedirle lo imposible al mundo. Así como lo pedí en Fátima vengo a pedirles a ustedes que, a pesar de los acontecimientos, definitivamente se comprometan Conmigo a rezar el Rosario todos los días. Esta vez no solo por la paz, sino también por la intervención de su Divina y grandiosa Señora ante la autoridad del Padre Celestial y de todos Sus ángeles.
Los Hijos de María que hoy se consagrarán se pueden colocar de pie en donde están.
Hijos amados, nunca despreciaré sus aspiraciones. Consuelen Mi Corazón todos los días con sus ejemplos de paz, de amor y de oración por el mundo.
Hoy, no podré atenderlos directamente, pero sepan que Mi Espíritu puro e inmaculado, Espíritu que proviene de Dios y de Su Fuente, hoy está sobre sus almas para consagrarlos.
Hoy, la Madre de Dios no puede impartir Gracias, Dios no lo ha permitido, pero no es por ustedes, sino por el mundo.
La luz de Mi Corazón siempre apelará a guiarlos. Sigan Mis pasos de Sierva y de Peregrina. Yo los bendigo y los amo.
Las flores de este altar las llevarán consigo como testimonio de Mi Amor por ustedes y por sus familias.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Piedad, ven aquí.
Hoy, te estoy llamando como en otros tiempos, hija Mía, para que me ayudes a interceder ante Dios, nuestro Padre Creador, y para que, a través de tu devoción a Mi materno e Inmaculado Corazón, puedas suplicar por medio del Ave María cantada a los Tronos del Padre para que Él escuche la voz de Su Sierva. Con esta canción y esta súplica daré por finalizada hoy Mi tarea. Los espero el 8 de mayo en Fátima para que ese Reino de Amor, de Paz y de Luz imparta su intervención en el mundo. Que así sea.
Canción: Ave María.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En vísperas de Nochebuena, Yo vengo a entregarles nuevamente, queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón para que se puedan fortalecer y seguir adelante, en estos tiempos difíciles de pruebas y de desafíos.
Hoy, les vengo a entregar Mi Reino Celestial como una oración bendita para sus vidas; pues deseo, como su Madre Universal, que permanezcan todo el tiempo bajo Mis Rayos inmaculados, para que así Mi Gracia Celestial pueda actuar en sus vidas y familias.
En este tiempo de caos, vengo a pronunciar la Paz de Dios, a pesar de las indiferencias de los hombres, de las injusticias de los corazones que muchos cometen, en este tiempo, ante el Reino Celestial.
Como Mediadora del Espíritu Santo, como Madre de toda la humanidad, como parte de esta raza, Yo vengo a interceder por todos ustedes; pero Mis intercesiones, queridos hijos, tendrán un tiempo. Por eso, hijos amados, preparen sus corazones en confianza, que sus brazos se abran para recibir Mi consuelo y reciban en sus corazones la esencia de Mi Amor maternal.
Hoy, vengo a liberar sus vidas y sus ciudades a través de la Gracia que Dios Me ha permitido realizar aquí. Uruguay debe construir cosas importantes para el fin del tiempo y está en ustedes, soldados Míos, crear las condiciones necesarias para que la Voluntad de Dios se pueda manifestar. De esa forma, hijos Míos, ustedes serán espejos de la Voluntad Suprema e invitarán a otros hijos a que sigan los pasos de la Voluntad de Dios.
Lo que Yo les hablo, hijos Míos, podrá ser cosas muy distantes para sus mentes; pero, hijos amados, Yo les traigo a través del Verbo Divino la palabra de la simplicidad y de la humildad, aquella que debe encarnar en sus espíritus para que, en el próximo tiempo que llegará, estén preparados para recibir a Mi Hijo. Él ya está llegando en Espíritu y en Vida, en Alma y en Divinidad, muchos corazones del mundo ya lo están recibiendo internamente.
Y ustedes, hijos amados, ¿cuándo darán el paso para recibir al Cristo interior? Así, Mi Hijo podrá actuar, realizando Sus Obras de paz en este mundo. Como buenos instrumentos de la luz, únanse a Mi Corazón Inmaculado. Que su verdadera visión interior sea la búsqueda permanente del Reino de Dios en sus vidas.
Necesito, hijos amados, que sean Sagradas Familias, luces para el mundo en oscuridad, estrellas en el firmamento universal, de las que Yo Me pueda servir para derramar Mis Gracias en la humanidad.
Pero cuánto los Reinos de la Naturaleza están sufriendo.Yo los invito a seguir adelante en la oración. Es necesario, hijos Míos, que sus oraciones lleguen al eterno Cielo para que Dios pueda escucharlos y derramar Su Misericordia a través de los Mensajeros Divinos.
Sé que muchos de sus corazones sufren todo el tiempo. Vivan los aprendizajes con valentía. Fortalezcan su fe y caminen con confianza hacia Mi Corazón Inmaculado, porque Yo les prometo protegerlos, ampararlos de todo mal, abrirles las puertas a un nuevo camino; y, de esa forma, hijos Míos, ustedes podrán reconocer a Cristo, Nuestro Señor.
Vengo a este lugar, como he ido a otros lugares del mundo, aguardando que las luces internas puedan despertar en sus corazones; pues Dios necesita de servidores plenos y simples, de constructores de la paz para los tiempos en los que no haya paz. De esa forma, hijos amados, ustedes, como humanidad, prepararán el camino para que Mi Hijo pueda llegar y compartir la Cena redentora con toda la humanidad.
Yo Soy la Mediadora que reza por ustedes todo el tiempo. Necesito que se unan a Mí para que puedan comprender Mis peticiones y las puedan concretar en estos tiempos de caos.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Aquellos que Me acompañan desde el principio saben que, año tras año, los Mensajeros Divinos reciben una oportunidad celestial de depositar en la esencia de los seres humanos, de aquellos que se abren para descubrir la Verdad Superior, el Principio Crístico que transformará a esta raza en semejanza a su Creador, a Su Hijo, enviado al mundo hace tanto tiempo para mostrarles el Camino, la Verdad y la Vida que debería ser no solo la suya, sino también la de toda la humanidad.
Hijos Míos, hoy les dejo la pregunta: ¿dónde está ese Principio que hace tanto tiempo deposité en sus esencias y que, año tras año, renuevo para que pueda ayudarlos a superar los límites de la vida material para unirse a Dios, a Su Universo Creador?
Hoy, quiero que busquen, en sus esencias y en sus corazones, a ese Cristo Vivo que deposité allí para que floreciera y fuera el motivo del despertar de otras criaturas en este mundo.
Quiero ver en cada uno de Mis hijos el nuevo Nacimiento de Cristo. Quiero que recuerden este año todas las Palabras que les entregué en los años anteriores; para que, de esta forma, lo puedan hacer renovar al impulso que dejé en cada uno de ustedes, porque él está vivo, sin embargo latente en sus interiores.
Quiero que esa esencia crística se renueve, los purifique y los transforme para que no pase un año más de sus vidas sin que ese Principio Crístico se manifieste en sus seres y se expanda por esta humanidad a través del testimonio vivo de cada uno de ustedes.
Que otros de Mis hijos que están adormecidos puedan despertar del sueño de la vida material, para que sus espíritus, que aguardan hace tanto tiempo, puedan cumplir con su misión en este planeta.
Hijos Míos, quiero dejar, a través de Mis Palabras, un pequeño paso para que sus consciencias puedan despertar en este tiempo. Estudien Mis Palabras y descubran, a través de ellas, todas las verdades que en otros tiempos no pudieron percibir, porque ahora sus consciencias ya maduraron lo suficiente y ya se abrieron lo suficiente para descubrir que Mis Palabras van más allá de ese simple verbo que encuentran en el papel.
Cada una de las Palabras que pronuncié en este mundo, representa una puerta para la humanidad. Puerta que quiere conducirlos al Origen Celestial de las esencias humanas, a la unión perfecta con Mi Hijo, que deben descubrir que es el Corazón del Universo, ese Corazón que mueve a todos los acontecimientos del mundo, ese Corazón alabado y respetado por todas las Grandes Consciencias que habitan en el Infinito.
Este planeta deberá reconocer, Hijos Míos, que un único Rey existe y ese Rey les mostrará qué pasos deberán seguir para volver a unirse al Creador de todas las cosas y para que puedan manifestar y cumplir el Propósito Divino para este mundo y, en consecuencia, para todo el universo.
Quiero que descubran, en este año que llega, que esta Navidad no es solo una fecha conmemorativa para el mundo, no es solo para recordar el Nacimiento de Cristo. Es para hacerlo nacer en sus corazones, para tornarlo vida en cada una de sus células, semejante a cada uno de ustedes.
Cada Navidad que pasa, debería ser el nacimiento de un nuevo ciclo para este mundo, ciclo en que la humanidad se aproxima a la unión crística que el Creador tanto espera para Sus criaturas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mientras Yo les hablo, contemplo al mundo. Imaginen por un momento, hijos Míos, lo que Mis ojos están viendo en la humanidad. Mis manos están extendidas hacia la humanidad para que todos Mis hijos puedan aferrarse a Mi Corazón, ¿será que todos se animarán a dar ese gran paso de confianza?
Hoy, estoy aquí, entre ustedes, compartiendo Mi Misericordia; pero hay muchos otros hijos que necesitan de esa Gracia. Yo los invito a que sean portadores de Mi Mensaje, un testimonio simple y vivo para la humanidad; porque eso tan simple ayudará a que la humanidad se pueda convertir.
En esta noche de Gracias y bendiciones, Mi Corazón agradece a todos los grupos de oración de Uruguay, y animo a los principiantes a que se unan a los grupos de oración, a que construyan las columnas de Luz en cada uno de los departamentos para que Mis diferentes atributos se puedan vivir en cada parte de Uruguay y, así, se vuelva una nación sagrada, rescatable, bendita y redimida por Mi Corazón. Si ustedes dan ese paso de difundir los grupos de oración, ayudarán a que todo Uruguay reciba un tiempo mayor de paz y de Gracia. Así, alegrarán a Mi Corazón Inmaculado y el mundo nuevamente se transformará.
En esta noche de Gracias, en la que Mi Corazón se expone a todos ustedes, Yo invito a los nuevos Hijos de María a que se arrodillen ante el Reino de Dios. Aproxímense a Mi Corazón para que Yo pueda bendecirlos y demostrarles nuevamente, como un verdadero testimonio, que la consagración del corazón creará la condición universal para la salvación del planeta y de sus Reinos.
No se olviden, hijos Míos, que ustedes son del Reino Humano y deben amar profundamente a los Reinos Menores que sirven a Dios desde el principio, para ayudar a la Tierra en su perfecta elevación y armonía.
Por eso, Yo los consagro como Mis hijos, y los invito a todos a que también consagren sus vidas a Mi Corazón Inmaculado. No teman por lo que vivirán, Yo siempre estoy presente en el silencio de la oración.
Cantemos alegremente para esta bendición.
Canción: “Inmaculada Señora de la Paz”.
Mi Espíritu se eleva al universo, rezo por ustedes y sus familias, con la aspiración ardiente de que se consagren al igual que la Sagrada Familia de Nazaret.
Por este encuentro y por los que vendrán, a través del permiso que Dios Me ha concedido, Yo los consagro en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias, queridos hijos, por responder a Mi llamado!
La paz prevalecerá.
Oración: “Acto Consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hermanos, a pedido de Nuestra Señora queremos compartir una breve experiencia, durante la oración, que tiene que ver con los Ángeles de la Guarda de cada uno de nosotros.
A medida que íbamos orando y profundizando en el ejercicio de la oración, los Ángeles de la Guarda oraban detrás de nosotros la oración a la Madre Universal; mientras seguíamos orando, ellos trabajaban con nuestras células. No sabría decirles ni explicarles cómo sucedía eso, pero era así.
Los ángeles iban ingresando dentro de cada una de nuestras células, como si fueran cirujanos, y retiraban cosas que tenían que ver con nuestro dolor y nuestro pasado. Ellos implantaban códigos de Luz producidos por el esfuerzo de nuestra oración. De la forma en que nosotros íbamos generando la oración, si era de corazón, esa oración iba creando la condición para que los ángeles retiraran la Luz que era generada y la depositaran nuevamente en nosotros, y así muchas cosas se disolvían.
Cuando llegó el momento de la Aparición, la Madre vino verdaderamente muy bondadosa y amorosa, como la Reina de la Paz, y todo el tiempo tenía su Corazón Inmaculado expuesto. Ella estuvo hablándole al Uruguay; percibímos que Su voz, no solo se escuchaba aquí, sino en cada rincón de Uruguay. Ella le hablaba al mundo interno de cada uruguayo y, a medida que hacía ese ejercicio, iba implantando la Voluntad de Dios en la consciencia de Uruguay, algo que era espiritual, una tarea que la Madre iba haciendo durante la Aparición.
Ella también nos mostró, en un momento de la Aparición, a todos los grupos de oración de aquí, de Uruguay, fusionados, como si fueran una sola columna de Luz que trabajaba por el Plan. En verdad, María dijo que esa era Su aspiración para este país. Que si nosotros consiguiéramos cumplir esa meta, ese propósito, todo estaría dicho, dijo Ella, todo estaría cumplido, todo lo que le corresponde cumplir a Uruguay con la Voluntad de Dios.
Eso fue lo que pasó.
Madre María Shimani de Montserrat:
Pensar que con tan poco podemos cumplir la Voluntad de Dios. ¿Será que comprendemos realmente cuál es la meta de la Divinidad? ¿Será que nuestros corazones serán tan valientes para poder cumplir esa meta de formar grupos de oración que oren por esta nación y por todas las naciones del mundo, que oren por los Reinos, que se unan al Corazón Inmaculado de María para que Ella los lleve al Corazón de Cristo? ¿Será que nos animamos a hacer eso?
Nosotros somos un pequeño país que como Dios lo vio tan pequeño lo colmó todo de belleza, y nosotros tenemos que defender esa belleza y ese Amor que Dios colocó aquí. Solo se nos pide orar. A través de esa oración, como sucedió hoy que estábamos todos muy unidos pronunciando esa oración que Nuestra Señora necesita, con tan poco, Ella permitió que los Ángeles de la Guarda disolvieran, en nuestra consciencia, algo que en muchas vidas no se iba poder disolver.
El universo es perfecto, Dios es perfecto, y cuando cada una de Sus criaturas eleva una oración verdadera hasta Su Reino, Él derrama todas Sus Gracias porque tiene un Plan perfecto para cada uno de nosotros, un Plan amoroso y bondadoso, un Plan perfecto que nos hace dignos hijos de Dios, que nos hace criaturas que podemos alcanzar la felicidad de conocer a Dios; y, más que eso, de saber a Dios, de poder vivirlo en nuestras pequeñas vidas.
Así, nosotros los invitamos, como hemos invitado a tantos otros hermanos en Uruguay, a fortalecerse en la oración, a aprender a canalizar esa Luz permanentemente, a poder disolver nuestro dolor, nuestro pasado, nuestras angustias, a colocar en la confianza de los Mensajeros Divinos toda nuestra vida y a caminar a partir de hoy siempre de la mano de Ellos.
¿Quién de ustedes no aspira a hablar con Dios y a que Dios le responda y le indique cada cosa, para poder vivir en lo correcto y en lo luminoso? ¿Quién no quiere conversar con la Madrecita del Cielo y sentir como Ella coloca en nuestro corazón cada respuesta y cómo nos hace sentir inconfundiblemente esa respuesta?
Colóquense a orar. Pregunten algo mientras están orando sinceramente y con devoción, y vivan cada uno de ustedes esa propia experiencia, de que María coloque en su corazón la respuesta. Con todo nuestro corazón los desafiamos a que lo hagan, porque se van a llevar una gran sorpresa.
A todos los que nos están acompañando, a través de Misericordia María TV, los invitamos a cantar con nosotros una última canción, una canción que siempre nos ha llenado de alegría. Vamos a cantar "Únete al Corazón de María".
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos Míos, que en los tiempos sin paz, exista la paz; por eso, abran sus corazones a Mi llamado para que Mi Voz reverbere en lo profundo de ustedes.
Yo les abro el Libro del Cielo para que conozcan los Misterios de Dios, que son la esencia del Amor y de la Verdad.
Queridos hijos Míos, he venido aquí, a Ciudad del Este, a pedir la consagración de todas las almas a Mi Inmaculado Corazón, porque esta ciudad, Foz do Iguaçu y Asunción deben consagrarse al Corazón Inmaculado de María.
Deben existir fuertes grupos de oración que dediquen sus oraciones y súplicas a todos los Reinos de la Naturaleza, que también son Mis hijos y necesitan de sus oraciones para que Dios pueda derramarles Su Misericordia.
Vengo a pedirles cosas simples, porque sus corazones Me pueden comprender. Mis manos se abren para acariciarlos, bendecirlos y consagrarlos en estos tiempos finales a la Voluntad de Dios, que muchos desconocen al olvidarse de los Mandamientos, de las Leyes básicas de la vida que les permiten, en sus vidas, que sigan un camino correcto hacia la Luz.
Por eso, queridos hijos, fundamenten sus vidas en el Santo Rosario. Busquen la esencia de la oración del Santo Rosario, así participarán de Mis Planes de Paz, aunque ustedes no lo crean.
Yo vengo a anunciar, como en Medjugorje, un último tiempo de paz para la humanidad.
Ustedes, Mis pequeños amados, tienen en sus manos la llave de la salvación. Lleven consigo el santo rosario como un emblema de paz y de amor, de unidad y de compasión entre las criaturas. Así permitirán, Mis amados, que Yo los acompañe en cada nuevo ejercicio de oración.
Cuando el sol nace todos los días, es Mi Corazón Inmaculado que se eleva para iluminar sus abismos, disipar las tinieblas y traer la Luz de Dios a este mundo sufrido. Por eso, únanse Conmigo todos los días en la oración; así Me ayudarán, queridos hijos, a que muchos corazones que hoy viven aquí también sean consecuentes con el Llamado de Dios.
No se cansen de buscar, queridos hijos, el camino de la paz y de la entrega. Dios les promete cosas preciosas para sus vidas, tan solo cuando sus almas se unan a Mí en la oración.
Dios les entregó, desde el principio de este mundo, el sagrado atributo de la oración del corazón, que no solo trae paz a sus corazones y vidas, sino también silencio interno y externo que tanto falta aquí. Sus corazones deben aprender a escuchar a Dios.
Yo Soy su Mediadora, su Madre Universal. Necesito que se aferren a Mi Manto en estos tiempos. Muchas almas se pierden en este mundo actual y la mayoría no percibe que está en la perdición.
Día y noche, Mis lágrimas se derraman sobre este mundo porque Mis hijos no cambian, no buscan la verdad, no quieren vivir la redención para poder vivir la glorificación de sus vidas. Los necesito firmes y dispuestos, abiertos a escuchar Mis Palabras, que son las últimas en este tiempo, y que reverberan en este espacio y en lo profundo de sus esencias, en donde quiere residir Dios y Mi Hijo Jesucristo.
Por eso, abran sus ojos a Mi llamado, sean constructores de la Nueva Humanidad, permitan que sus células despierten con Mi Voz y se puedan convertir en fuentes de Misericordia.
No Me cansaré de advertirles que está abierta la puerta para el retorno a Dios.
Este es Mi último pedido a la humanidad.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, ante Mi Pureza, abro las puertas del Reino de los Cielos para que puedan retomar, hijos Míos, la pureza original que vive en sus corazones y que se perdió a lo largo de los siglos por la ilusión y por las modernidades del mundo.
Hoy, quiero que rememoren a aquel santo indio que un día confió en Mi Presencia, entregándoles a esta nación y a toda la humanidad la posibilidad de consagrarse al Inmaculado Corazón de María.
Mis queridos, cada uno de ustedes trae en su sangre y en su esencia la pureza de aquel santo indio. Hoy, delante de las Puertas del Cielo, abran los ojos de sus corazones para que, como en aquel tiempo, puedan sentir Mi Presencia, puedan ver Mi Corazón, Mi Espíritu Inmaculado que llega a sus vidas para nunca más ser olvidado.
Hoy, Mi Amor se guarda en sus células, en sus almas, siempre y cuando Me dicen sí. Si vienen a Mi encuentro, aunque sea por curiosidad, no tengan miedo de estar ante Mi Corazón, porque llamé una a una a sus almas para que se reencontraran Conmigo; que a través de ustedes, hijos Míos, muchos otros que están perdidos en el mundo puedan retornar al Corazón de Dios. Esta es una oportunidad única para sus almas como para la humanidad.
Hijos Míos, el Verbo Divino llega al mundo para tornar a las almas semejantes a su Creador, para enseñarles a amar, a perdonar, a ser misericordiosos en este mundo, al que tanto le falta la Misericordia.
Mis amados, en esta noche los invito a abrir el corazón verdaderamente, para que no sea solamente un momento Conmigo, sino que esta hora se perpetúe en todos los días de sus vidas y que, a través de la oración diaria, se puedan unir nuevamente a Mí, porque Yo estoy con todos los que oran, estoy con todos los que claman de corazón.
Yo escucho sus súplicas incluso cuando no Me sienten. Yo observo al mundo perpetuamente, observo a los hijos que Dios Me confió, para que la menor apertura del corazón pueda posibilitar la conversión de sus seres, para que puedan retornar al Corazón del Padre como al Corazón del Universo y a ese Origen del cual proviene cada una de sus esencias.
Hijos Míos, hoy, los invito a retornar a Mi Corazón, este que hoy se muestra a sus ojos, y los que aceptan Mi llamado pueden ver y pueden sentir Mi Presencia. Vengan a estos brazos que hoy se abren en dirección al mundo y llaman a la humanidad al despertar.
Yo los aguardo desde el principio y los esperaré eternamente hasta que un día puedan decir un sí definitivo al Corazón del Padre Celestial.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Como Reina de la Paz, les dejo sobre sus seres el sagrado símbolo de la Cruz de Mi Hijo, como una señal de conversión y de rehabilitación para todos.
Yo necesito, queridos hijos, que abran la puerta de sus corazones a Dios.
Estoy muy agradecida por su presencia y llamo a todos aquellos hijos que necesiten una bendición celestial, una Gracia sublime, para que mañana se encuentren Conmigo aquí, en este mismo lugar y horario.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Lleven Mi Paz a sus hogares. Que reverbere la Paz, la Paz de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Como María nos dijo, Ella vino hoy como la Reina de la Paz. Cuando Ella llegó hasta aquí, por detrás de Ella veíamos muchos seres que cantaban, y yo pregunté: “¿Madre, ese cántico es del Reino Celestial?” y Ella respondió: “No, este es el cántico de este mundo, de todos los peregrinos que Yo acompaño en este día”, y nos mostraba que, al mismo tiempo que Ella estaba aquí, Ella estaba acompañando a los devotos en Fátima, en Belén de Pará y en Nuestra Señora Aparecida.
Después, Ella dijo las palabras que todos pudimos oír y se despidió, dejando una invitación para cada uno de nosotros de ofrecer esta Gracia que recibimos hoy para que otros de nuestros hermanos también pudieran recibirla.
Entonces, vamos a llamar a aquellos que sabemos que necesitan de la Presencia de Nuestra Señora y vamos a traer a esos hermanos hasta aquí, para que Ella también pueda escuchar sus súplicas y derramar sobre ellos Sus bendiciones.
Agradecemos a todos por haber venido, y mañana nos encontraremos en el Corazón de María.
Y a todos los hermanos que nos acompañaron por Misericordia María TV, también les agradecemos profundamente.
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Gracias a todos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Madre nos ha pedido estar entre Sus hijos e iremos hacia donde Ella nos indique en este momento.
Nuestra Madre Divina dice que está con toda Su Consciencia Espiritual manifestada, en este momento, sobre Aurora.
Ella está cerrando un ciclo en este momento. Nos ha pedido que estemos atentos a las señales del Cielo, después de estas horas que vendrán.
Ella quiere realizar una cura masiva y espiritual a aquellos que se abran. Este es un estado de Gracia que Ella consiguió a través de las oraciones de todos.
Ella se manifiesta como la Madre del Sol, del Universo y de la Tierra. Por eso, a través de Su Presencia Dorada manifiesta el Poder de Dios.
Ella dijo que es la Mujer Vestida de Sol y en Su Pecho apareció el Sacratísimo Corazón Inmaculado. Debajo de Ella, apareció el mundo, al que pisaba con Sus pies. Tenía un Cetro en Su Mano derecha y es coronada por los ángeles como una Reina Solar.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Así, Yo Me manifiesto a ustedes, queridos hijos, para que comprendan, después de siete años, Mis Profecías.
Vamos al encuentro de Mis hijos.
Canción: Ave María (en latín).
Queridos hijos Míos, por el Fruto Bendito que Yo traje a la Tierra, les pude derramar la Paz de Dios y, a través de ese Fruto Bendito, Yo le traje la Gracia a la humanidad.
A través de Mis caminos, queridos hijos, Yo he abierto las puertas de la redención para todos y muchos, con coraje, escucharon Mi llamado. Mi Voz reverberó en el corazón de todos los seres y Mi Misericordia se irradió a todos los seres de la Tierra.
Yo Soy la Reina que viene del Sol y alumbro las estrellas y los corazones de todos Mis hijos para que puedan seguir los pasos que están siendo indicados en el horizonte.
Mis Obras se realizarán a través de todos Mis hijos.
En estos últimos siete años, Mis amados, Yo les traje la Presencia de Dios a sus esencias. Muchas almas consiguieron reconciliarse con Dios y así, Yo les pude entregar la tabla de salvación.
Oré mucho por ustedes a lo largo de estos años y, en el presente eterno, Yo lo continuaré haciendo por toda la humanidad.
Muchos corazones más deberán despertar a Mi llamado; por eso, llegó la hora de que sean testimonios, que sus vidas reflejen la Luz de Mi Inmaculado Corazón para que muchas almas más puedan despertar y así la cura se pueda establecer en los corazones simples.
En este día, Yo los reúno a todos, en este Reino Sagrado. Las puertas del Cielo y de la Tierra se abren y ustedes están en medio de esta comunión interior, en esta fusión con el Espíritu de Dios y con todos los servidores del Plan de Amor.
Así, queridos hijos, que sus corazones no dejen de palpitar. Yo he sembrado en estos años la Llama del Espíritu Santo en sus vidas. Es hora de que florezca el amor en sus corazones, aquel amor puro que Dios sembró en sus vidas y les dio la oportunidad suprema de poder vivir la redención a través de la Presencia de Mi Hijo.
Yo los reúno a todos dentro de Mi Corazón Inmaculado. Mi Esencia Solar se expresa a las criaturas y todos los espíritus de buena voluntad son convocados para que, como rebaños de Cristo instruidos y formados por la instrucción espiritual de las Jerarquías Divinas, todos puedan preparar el Retorno de Cristo.
Que sus corazones ya no se desanimen, sino que abran la puerta para poder encontrar el universo interior, aquel que habita en el interior de cada ser.
Ya no busquen las cosas afuera de ustedes. A través de la oración del corazón y de la entonación suprema a Dios, encuentren su propio universo interior, así podrán conocer sus galaxias, sus estrellas y soles en comunión con el Alma y el Espíritu de Dios.
Yo preparo el camino para el Retorno de Cristo, pero Mis manos necesitan de manos obreras que se puedan unir a las Mías, en caridad y amor; así, juntos e inseparables, podremos unir el Cielo con la Tierra en un tiempo de caos.
Queridos hijos, el sufrimiento terminará en el mundo. Conozco, con Mis ojos misericordiosos y principalmente con Mi Corazón Inmaculado, los sufrimientos que muchos hermanos les ocasionan a otros hermanos. La desunión terminará.
Yo vengo a anunciar la Buena Nueva del Retorno de Cristo. Así, como Él nació de Mi vientre maternal, Yo gesto en Mi vientre, en Mi vientre supremo y bendito, a todas las esencias redimidas; que son todos sus corazones y almas que nacerán en el nuevo tiempo para cumplir la promesa de Cristo de ser nuevos redimidos, apóstoles del amor y de la redención que dijeron sí a Mi llamado maternal.
Hoy, vengo descalza a su encuentro para que puedan ver Mi humildad y simplicidad. Mi Corona es su corona, Mi Poder es su poder, pero no como ustedes lo conocen.
Queridos hijos, el verdadero poder nace del amor y de la unidad, algo que muchos no han conocido a lo largo de los tiempos por querer hacer su propia voluntad interior. Pero Yo los invito, en este último ciclo, a vivir el despojamiento de sí, para que sus heridas sean cicatrizadas y no quede ninguna señal de sufrimiento en sus células.
No teman vivir lo que Dios les entrega, sean valientes y perseverantes en el camino de la transformación.
Yo Soy su Mediadora y Pacificadora; como Madre de toda la humanidad y del universo, acompaño a todas las criaturas que dan pasos hacia el Señor.
Queridos Míos, lo más importante es que no se olviden de vivir las Leyes del universo. Sus corazones deben ser transmisores de esas Leyes Mayores.
Profundicen en vivir la Ley de la Caridad, la Ley de la Misericordia, la Ley de la Redención y de la Purificación; así, podrán ser austeros, simples y verdaderos, y de sus corazones nacerá el manantial del que muchos necesitan beber, porque sus espíritus estarán nutridos por Cristo.
Con todo el universo sobre Mi Presencia, las estrellas los saludan con detenimiento. Abran sus ojos a la vida espiritual. Fusionen sus esencias con Dios Padre, ya no Lo ofendan más, el mundo lo ha hecho ofender. Él no quiere derramar Su Justicia sobre ustedes, porque a través de Mi Infinita Misericordia Piadosa, Yo quiero conducirlos por los caminos correctos.
Recuerden los Mandamientos, vivan los Mandamientos. Sean la expresión viva de Mi Mensaje Mariano, así evitarán que Mis Palabras queden en el papel y para que ellas sean fuego divino en sus corazones, impulsos de transformación, de verdad, de amor y de Misericordia.
Queridos hijos, hoy Me presento ante ustedes como la Madre vestida de Sol. Sientan a Mi Corazón Inmaculado, Yo estoy aquí con ustedes, porque a través de ustedes y de toda la humanidad que corresponden al Llamado de Dios, Mi Corazón triunfará.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Que vengan a Mí todas las almas que un día fueron tocadas por Mi Corazón. Vengan a Mí, vengan, porque hoy les abro las puertas de este Reino para que puedan recibir cura y liberación.
Que vengan a Mí todos los espíritus que un día perdieron el camino, pero Me pudieron encontrar para vivir la Reconciliación con Dios. Vengan a Mí, porque hoy estoy abriendo las puertas del Cielo para que puedan volver a unirse con lo sagrado, con lo divino, con los aspectos de sus seres que representan a la vida superior.
Expulsados sean todos los espíritus que, en este momento, impiden que Mis hijos se unan a lo Sagrado. Expulsados sean los espíritus que no responden a la Voluntad Divina porque, en esta hora de Misericordia, hago descender al mundo la Luz majestuosa de Mi Reino, la Divinidad de Cristo, que ingresa en cada una de sus células, en cada uno de sus átomos, encendiendo las consciencias de aquellos de Mis hijos que aceptaron responder a Mi llamado.
Reciban, en esta hora, la cura y la liberación que sus almas tanto aguardan para tornarse verdaderos misioneros, seguidores de Cristo, proclamadores de la Verdad Divina. Vengan a Mí todas las almas que se distanciaron de Mi Corazón, que dejaron perder en este mundo a todos los impulsos que un día les entregué.
Hijos Míos, Mi Voz resuena más allá de este lugar, ingresa en otros Reinos que están distantes de este para congregar a todas las almas que un día estuvieron ante Mi Presencia, porque reúno en Mi Consciencia Maternal a todos los aspectos que un día le presenté al mundo.
Le traigo en este momento a cada una de sus vidas, en este lugar, todos los códigos de Mi Consciencia, aquellos que una vez Yo les traje, al mundo, para despertarlos e impulsarlos a abandonar la vieja vida, el viejo hombre que hasta el día de hoy deteriora al planeta.
Hijos Míos, vengo a renovar sus consciencias, a liberarlos de todos los males que enferman a sus espíritus y aprisionan a sus almas en profunda oscuridad.
Hijos Míos, si en esta hora de profunda Misericordia elevan a los Cielos el clamor de sus corazones, el sí de sus seres, para que sean liberados y perdonados de todo el pasado, Yo les digo que esta Gracia descenderá sobre el mundo, liberando las amarras de sus consciencias y, a través de ustedes, liberando a muchas otras criaturas de este mundo.
Traigo, en este momento, a todas las naciones en las cuales pisaron Mis Pies, a todos Mis hijos que estuvieron ante Mi Corazón en toda la historia de la humanidad para que, a través de este acto, todos los corazones se reenciendan y aquellos, que perdieron los impulsos que Yo les entregué, puedan retomar el punto en el cual quedaron sus almas.
Hijos Míos, incomprensible para sus pequeñas consciencias es este grandioso momento universal, en el cual todos los seres del Universo, todos los bienaventurados y santos, todas aquellas consciencias que conducen en el Reino Celestial a muchos espíritus que caminan rumbo a la evolución, hoy reverencian Mi Presencia y por un instante se detienen para contemplarme en este mundo, atrayendo la redención hacia almas muy antiguas, que están clamando en este tiempo, por encontrar un nuevo camino, por ingresar en el nuevo futuro prometido hace tanto tiempo a esta humanidad.
Hijos Míos, aunque sea incomprensible para sus corazones, quiero que caminen a Mi lado, aun sin comprender por qué senda los hago caminar. Conduzco sus pasos, aun sin que comprendan por qué senda conduzco sus pasos.
Hoy, les traigo a sus seres, en esta hora misericordiosa, la verdad de sus espíritus, que está muy distante de esta materia, pero que clamó ante el Reino de los Cielos por una oportunidad para volver a unirse, para que puedan sentirse enteros ante Cristo, ante este nuevo ciclo que les es ofertado.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Bendigo los frutos benditos del Reino Vegetal. Reverenciemos a este sagrado Reino por formar parte de la Creación Divina de Dios, del Pensamiento Universal, de la Creación Infinita de todas las cosas que existen en este mundo, en este planeta, en el corazón de la humanidad.
Bendigo a todos los Hijos de María, aquellos que dieron los pasos hacia Mi Corazón. Hoy, los consagro y los bendigo. Y, a todos ustedes, Mis queridos hijos, en nombre de todos los que no están aquí, los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora, canten “Inmaculado Corazón de María” para agradar a Mi Corazón Maternal. Mi Rayo está sobre ustedes desde el Eterno.
Canción: “Inmaculado Corazón de María”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bien, aquí están las naranjas del árbol de Nuestra Señora, que se cosechan todos los años el 8 de agosto y que nuestra Madre las bendice para que cada uno lleve una naranja.
Y, vamos a pedirles a los hermanos que nos hagan algún comentario.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Al principio nos vimos ante una Aparición misteriosa, que la propia Madre Divina nos fue revelando de a poco.
En los momentos previos a la Aparición, cuando estábamos orando el Ave María, Ella fue descendiendo del universo con mucha contundencia y poder; y los ángeles sostenían Su Manto que estaba abierto, y, por encima de Nuestra Señora, Cristo estaba coronándola y Dios le estaba entregando un Cetro.
Ella descendía así, con esa manifestación. A medida que se aproximaba el momento en el que Nuestra Señora se acercaba aquí, a este lugar de Aurora, muchas Consciencias Celestiales se congregaron durante la Aparición. Se veían situaciones que eran un poco inexplicables; parecía que una gran reunión estaba sucediendo en el Cielo, y esa reunión y toda esa energía descendían con mucha fuerza sobre nosotros, y Nuestra Señora era el centro que canalizaba esas energías celestiales hacia nosotros.
Cuando Ella llegó, permaneció mucho tiempo en silencio, contemplando a la humanidad entera. Desde un gran Cielo que estaba abierto detrás de Ella, muchos seres celestiales la acompañaban, como también bienaventurados y santos. Eran muchos, tanto en el Cielo como acá sobre la superficie, y todos ellos estaban atentos a los movimientos de Nuestra Madre.
Mientras Ella estaba allí presente, desde un primer momento, se fue manifestando cada vez con más fuerza y nitidez, hasta el momento en que Ella se nombró como la Madre del Sol.
Las vestiduras de Nuestra Señora eran casi palpables y la mirada de Ella era penetrante y profunda. Había momentos que costaba mirarla todo el tiempo. Y Ella mostraba detalles de Sus Vestiduras, de Sus Atuendos, como si guardara dentro de Su Manto muchos universos, que eran infinitos, profundos y desconocidos.
Hasta que, en el momento de la Aparición, después del largo silencio de Nuestra Madre, Ella pidió que tocáramos la campana, fuertemente.
Y le pregunté ¿será que la campana se caerá?
Ella se quedó en silencio, sonrió y dijo: “Toque con fuerza, por 33 veces”.
A medida que sonaba cada toque de la campana, Ella llevaba nuestra consciencia a niveles más elevados; y fue muy fuerte, porque Ella veía todas nuestras deudas y dificultades. Ella veía los diferentes aspectos de nuestros seres, veía a través de Sus Ojos todo lo bueno y todo lo que no hicimos bien; pero, a pesar de eso, a través de la reunión de esas Consciencias Celestiales y de esa puerta grandiosa que estaba abierta detrás de Ella, fue elevándonos a todos como un solo grupo.
Cuando Ella hacía ese movimiento simbólico y espiritual, estaba también elevando a una gran parte de la humanidad. Y, en ese momento, Ella desterraba y desactivaba muchas energías.
A través de esa acción que hacía con nosotros, cuando nos elevaba de dimensión en dimensión, que contamos que fueron 33, a las que todos entramos a través de Ella.
Así, fue desactivando acontecimientos futuros que estaban previstos para la humanidad, que iban desde guerras hasta catástrofes. Solo Su mirada silenciosa desactivaba esas cosas, pero Ella todo el tiempo irradiaba mucha, pero mucha humildad, hasta que nos pidió que nos acercáramos a Sus hijos, como Ella dijo, y allí continuó realizando una tarea interna con todos.
Percibíamos que Nuestra Señora iba haciendo toques de Luz en algunos de los hermanos presentes. A pesar de que Ella estaba en el Cielo, elevada, Su Corazón transmitía rayos de Luz hacia algunos hermanos; y esos pequeños rayos hacían un trabajo grandioso en el espíritu de los presentes.
Y parecía que todo eso no iba a terminar; pero Nuestra Señora como parece que percibió nuestro interior, por el grado del voltaje de la energía de Su Presencia y de las presencias que la acompañaban, Ella comenzó a recoger Sus energías, Su Presencia. Aun cuando todavía hablaba con la Hermana Lucía de Jesús, Ella seguía emitiendo impulsos internos.
Y, en un momento, al final de la Aparición, Ella nos mostró que, por encima de algunos de los hermanos presentes, había libros abiertos que algunos ángeles dejaban en blanco, borrándolos. Eran libros muy gruesos y llenos de escritura, y ellos los blanqueaban como si fuera con un pincel de luz, así parecía. Era una indicación que Nuestra Madre les dio a los ángeles.
Este es un resumen.
Madre María Shimani de Montserrat:
Ojalá algún día, podamos comprender, ¿verdad? De repente cuando pase otro ciclo, otros siete años y estemos reunidos en el auditorio de Aurora, en el auditorio de verdad, podremos recordar este momento y comprender todas aquellas cosas que los Mensajeros Divinos nos han entregado en este tiempo.
Ahora, vamos a cumplir con un pedido de Nuestra Madre. Ella pidió, de la misma forma que les pidió a Sus hijos de Brasil de que le pusieran música a la oración “Madre Universal”; otra cosa también les pidió a Sus hijos de Argentina.
Así, unos van a abrir y otros van a cerrar este gran evento. Para cerrar este encuentro, nuestros hermanos de Argentina van a realizar una oferta amorosa a Nuestra Señora, parece que Padre Pío tuvo algo que ver.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más