Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN ALJUSTREL, FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 127.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y vendré como la Luz del amanecer para despertar a los últimos, que están dormidos.

Vendré como la Luz del amanecer para anunciar la llegada del Reino de Dios.

Vendré como la Luz del amanecer para disipar las tinieblas del mundo.

Vendré como la Luz del amanecer para abrir los últimos portales de la redención y para que las almas se rindan al Amor de Dios.

Yo vendré como la Luz del amanecer para terminar de purificar al planeta y dar la última oportunidad a los que ya están condenados; para que, por intermedio de Mi Misericordia, todos los corazones posibles alcancen el esperado tiempo de la conversión.

En la Luz del amanecer, Yo traeré la renovación del planeta y de la humanidad y no dejaré a nadie sin recibir lo que necesite; porque este es el motivo de Mi Retorno al mundo y, por esto, todos juntos estamos trabajando, para que todas las almas posibles reciban la Gracia de la Luz del amanecer.

Porque Yo Soy el Sol de la Gracia y Mis Rayos no tienen fin, Mi Gracia es infinita para quien se postra ante ella; así, es bendecido y consagrado porque, cuando Mi Gracia toca su vida, todo se transforma, aunque siga viviendo este tiempo de purificación.

Por eso, deben confiar en la Gracia que se derrama a través de Mi Corazón y de Mi Vida; Gracia que viene a vivificar a los corazones y a las almas para que ya no se sientan solas, sino que las almas se sientan acompañadas por Mi Amor que es el sostén de toda la edificación espiritual, que es la fortaleza de toda prueba; porque Mi Amor es la fuerza de la renovación, Mi Amor es la Luz que disipa la oscuridad, dentro y fuera de los seres.

En este último y tercer día de oraciones y súplicas a la Divina Misericordia, vengo a consumar este momento a través de sus almas, sellando un tiempo y sellando un ciclo, y preparando a sus corazones y a los corazones de sus hermanos para el esperado momento del mes de agosto, en el que, dentro de cada uno de ustedes, deberán contemplar y reconocer los frutos que se manifestaron después de todo lo que hayan podido sembrar a través de sus acciones y obras misericordiosas.

Esto también renovará a la Tierra. Esto también purificará a la humanidad. Si existen almas que vivan en Mi Misericordia, la Misericordia podrá llegar a todos sin excepción.

Sean precursores de esta Obra perpetuamente; aunque su Maestro y Señor comienza a cerrar Su ciclo con ustedes y el mundo, en su propia carne deberán vivir la Instrucción, en sus propias vidas deberán vivir la Palabra de la Jerarquía y ser consecuentes con la Gracia que han recibido a través de los tiempos, aun en un tiempo tan caótico y difícil.

Cuando la Gracia de Mi Corazón toca la Tierra, cuando los Rayos de Mi Corazón tocan a las almas, todo puede ser renovado y, a partir de ese momento, las almas tienen la Gracia de comenzar un nuevo ciclo.

Sientan Mis Palabras como si ya fueran las últimas, reciban Mis vibraciones como parte del fuego del Espíritu Santo y siéntanse ungidos por el Señor bajo la Señal luminosa de la Cruz. Así, Yo espero que puedan seguir siendo valientes, que puedan seguir construyendo el Plan en la Tierra, preparando las bases espirituales y ardientes del Retorno del Señor.

Por eso, Yo los traje hasta aquí, hasta el sagrado y humilde bosque de Aljustrel, para que las almas recuerden que aquí existe la paz que se perpetúa en los mundos internos y en las almas, para que las almas recuerden que aquí existe el portal que los contacta con el universo angélico, en donde sus ángeles de la guarda habitan y participan de la Voluntad del Señor, Voluntad que debe cumplirse en cada una de las almas, Voluntad que debe erguirse a través de cada corazón.

En estos tres últimos días, Yo estuve con ustedes y espero que ustedes estén Conmigo hasta el fin de los tiempos, así como Yo les prometí estar presente todos los días hasta el fin de los tiempos.

Mi Presencia Insondable está en la Eucaristía, está en los corazones que Me adoran y que Me aman a través del Santísimo Sacramento del Altar y, sobre todo, estoy presente en el corazón que se une a Mí y se deja transformar por Mí completamente, entregando su vida, confiando su vida en las Manos de Dios.

Que emerja, a través de este santo lugar, la pureza de Lys, para que más almas en el mundo hoy la reciban y estén protegidas de la tentación y de la perdición.

Y así como se los dije ayer, sus almas puedan ser un templo definitivo para Dios, en donde Sus tesoros más secretos y desconocidos puedan ser guardados a través de una vida de consagración y de santidad, que alcanzarán con el servicio en el día a día y la donación absoluta de sus corazones. No hay otro camino para alcanzar las Aspiraciones de Dios.

El Señor del Universo los reúne, a través de la Presencia de Su Hijo, para animarlos a seguir adelante con la fe y la confianza de que todo lo que viven y todo lo que aprenden tiene una razón desconocida para ustedes: la razón de que aprendan a amar, así como Yo aprendí a amar en este mundo y por toda la humanidad.

Que se cumpla el tiempo del apostolado y que los apóstoles de los últimos tiempos se animen a vivir esta misión, porque el Amor de Mi Corazón, Mi Amor por las almas, debe llegar a todos, a todos.

Que, en la presencia de la pureza y la inocencia del Reino de Lys y de la sagrada fuente de la energía femenina, sean bendecidos ustedes y sus hermanos del mundo para que den pasos firmes y decididos hacia Mí, aun cruzando la puerta estrecha, para que las consciencias sean elevadas a través del impulso mayor del Amor y de la Sabiduría.

Reciban así Mi bendición para que sus vidas sean bendecidas, para que sus familias sean bendecidas, para que la humanidad entera sea bendecida y se decida definitivamente a alcanzar la paz, y para que acabe tanta destrucción, dolor y sufrimiento en el mundo.

Esta civilización de la Tierra fue creada y manifestada por un fin que aún no ha cumplido. Por eso, esta es la razón por la que el Señor encarnó entre ustedes, para mostrarles el camino, el sagrado camino de la consagración y para que Mi Verdad los liberara para siempre.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LA CASA SANTA ISABEL, LUANDA, ANGOLA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando Yo vuelva al mundo, regresaré por aquellos que fueron olvidados.

Cuando Yo retorne al mundo, volveré por aquellos que están perdidos.

Cuando Yo retorne al mundo, volveré por aquellos que han sufrido.

Cuando Yo vuelva al mundo, regresaré por aquellos que han perdido la esperanza, que están sometidos y no consiguen salir adelante.

Será Mi Gracia poderosa e invencible, cuando Yo retorne al mundo, la que liberará a todos del mal. 

A Mi derecha estará San Miguel Arcángel. Él elevará Su espada hacia lo alto e invocará en Mi Nombre todos los poderes Universales y Celestiales. Así, Su espada de Luz se encenderá en Dios y será dirigida hacia la Tierra para liberar a las almas y a las consciencias de los infiernos y de los abismos.

En esa hora, la Poderosa Madre de Dios, Madre de toda África y del mundo entero, le pedirá a Sus Huestes de Luz, los Santos Ángeles del Cielo y de todo el Universo, que desciendan a la Tierra para llevarle a las almas los Tesoros de Dios; un abrazo espiritual inexplicable, un abrazo amoroso desconocido, que confortará a los corazones que han sido esclavos del mal y de la adversidad.

Mientras tanto, en esa hora tan definitiva del Juicio Universal, los Cielos se seguirán abriendo, las nubes darán paso al Hijo de Dios para que Él, finalmente, pueda tocar con Sus Pies el suelo herido de África y del mundo entero. Y llamará, de las cuatro direcciones de la Tierra, a todos los que han sido sometidos, que fueron descartados y rechazados por sus propios hermanos de la Tierra. 

Y, a pesar de que los infiernos se abrirán para que sean liberados definitivamente, aquellos que están perdidos y olvidados no temerán; porque si, hasta el fin de los tiempos, fueran fieles a la oración del corazón y a la súplica, les diré que el Espíritu Santo los guiará hacia Mí y así los encontraré nuevamente, para que juntos celebremos la Cena de la Redención y de la Paz, junto con todos los bienaventurados y todos los ángeles que estarán presentes en ese importante momento planetario.

Porque cuando su Maestro y Señor, el Rey del Universo, vuelva a elevar el pan y el vino para recordar el Sacrificio del Cordero de Dios, los infiernos temblarán, los espíritus se disolverán, las almas se liberarán y la Luz del Cielo descenderá con el poder de todo el arco iris del Cielo.

Así, los siete Rayos de Mi Corazón se expandirán en todas las direcciones del planeta, las almas serán conducidas hacia Mí por los Ángeles de la Madre del Cielo.

Mientras tanto, la Sierva y Esclava del Señor orará por ustedes; y aquellos, que han sido poderosos, que hicieron uso del poder para instigar a sus hermanos del planeta, serán retirados de este mundo. Porque llegará el Nuevo Edén, la Nueva Tierra; florecerá en los corazones una alegría inexplicable, sus rostros finalmente reflejarán la esperanza y no el sufrimiento, y serán colmados por el Espíritu Santo de Dios e ingresarán como Moisés en la Nueva Tierra.

Y estos, Mis hijos de los últimos tiempos, volverán a encontrar el Paraíso que perdieron, el Paraíso de la Creación, el origen que Dios les entregó desde el principio para que, como raza y como humanidad, fueran felices en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.

Por eso, ¡alégrense en este momento, hijos Míos! Hoy, vengo aquí como su Maestro y Redentor.

Las cruces dejan de pesar en sus espaldas, porque recibirán de los ángeles del Cielo los dones que necesitan para poder elevarse en consciencia y de corazón.

A través de la Presencia del Corazón de Cristo y del poder de Sus Cinco Sagradas Llagas, que hoy iluminan especialmente a todo el continente africano, los grilletes se rompen, las cadenas se disuelven, la deuda espiritual desaparece completamente de los corazones afligidos.

Por eso, crean, a través de Mi Corazón, en la llegada de la Nueva Tierra. Los frutos serán abundantes en el Paraíso que los espera.

Sigan convirtiéndose en estrellas de la Corona de la Madre de Dios. 

Sean chispas del Soplo de Mi Espíritu, y que sus voces y corazones nunca se cansen de clamar. Porque a través de su ofrenda sincera a través de estos últimos cinco años, de la ofrenda sincera de todos los hijos de la Casa Santa Isabel, el Rey del Universo finalmente pudo llegar aquí, a África. Y, a través de este lugar, estoy pudiendo llegar a todos los pueblos de este herido continente.

Ahora, solo les pido que no miren más hacia su alrededor, que no se identifiquen con el sufrimiento ni tampoco con el caos. Ingresen a su mundo interior. Descubran la riqueza del universo espiritual que Dios les ha dado; esa riqueza que se guarda en el corazón de cada uno de ustedes, que es la riqueza de la Gracia, del Amor y de la Verdad.

Por eso, Yo siempre seré para ustedes el Camino, la Verdad y la Vida. Y hoy, sus caminos se renuevan. Hoy, la Verdad llega a sus corazones y consciencias. Y hoy, la vida de cada uno de ustedes es reconsagrada a través de la Presencia de Mi Sagrado Corazón.

Deseo que en esta casa exista una estatua del Sagrado Corazón de Jesús, en este mismo lugar donde hoy estoy apareciendo, porque quiero recibir a todos los que sufren y padecen.

Y, a través de Mi Presencia en este lugar, quiero derramar las Gracias para aquellos que contemplen esa sagrada estatua, para que siempre tengan fe, fuerza de corazón y perseverancia de espíritu.

Crean que el fin del cautiverio llegará. 

Hoy, el peso de la cruz de cada uno se alivia completamente para que puedan recibir de todo el Universo y, a través de Mi Corazón, las Gracias que necesitan para volver a encontrarse con Dios.

Crean en lo que les estoy diciendo.

Los nuevos tiempos llegarán. Las puertas del Cielo se abrirán como ahora, y el dolor por todo el sufrimiento vivido y experimentado por aquellos que lo guardan en sus corazones, hoy es transformado y curado por Mi Presencia, por la Presencia del Pastor de las ovejas de Dios, del Señor Curador de las esencias.

Hoy, quiero celebrar con ustedes este esperado encuentro. Conté los días y las horas para poder estar aquí con ustedes y, a través de ustedes, poder estar con toda África para que el estigma de su sufrimiento y miseria pueda ser revertido. 

Así como les dije, verán venir del Cielo al Hijo de Dios porque han sido fieles a la oración y a la Palabra, y ustedes ya merecen el Reino de los Cielos aunque no lo crean.

Por esa razón estoy aquí, para decirles que el Paraíso de Dios le pertenece a cada uno de ustedes, y que en el Paraíso vivirán la felicidad que tanto esperan y buscan. Esa felicidad de Dios los renovará y los transformará, y esto renovará y transformará a sus hermanos de África.  

Ahora, deseo que lleven sus manos hacia el corazón, para vivir Conmigo este momento de reconsagración a Mi Sagrado Corazón. Por ese motivo, rezaré al Padre por ustedes y por sus hermanos del África.

Abran sus corazones para que, a través de Mi plegaria, sus almas y las almas de sus hermanos reciban los frutos de la redención.

Sagrado Señor del Universo,
que eres la Fuente y la Vida,
que concibes, en todo lo Creado,
la alegría de vivir en Ti
y la esperanza que renueva a todas las consciencias,
consagra a Tus hijos, en este momento,
a través del ofrecimiento de Mi Corazón,
para que sus heridas se disuelvan,
para que sus culpas sean perdonadas,
para que todo trauma sea liberado del corazón.

Por eso, escucha la Voz de Tu Hijo,
y recibe esta plegaria como verdadero ofrecimiento de Jesús
por aquellos que Tú creaste a imagen y semejanza,
y que aguardan hasta los tiempos de hoy
la promesa de la liberación.

Amén.

Ahora, les dejaré el mejor tesoro que tengo para cada uno de ustedes, el mayor testimonio de Amor que dejé para cada uno de ustedes, el mayor milagro para cada una de sus vidas. 

Que, hasta el fin de los tiempos y hasta el gran momento de Mi Retorno a la Tierra, este legado permanezca latente en sus corazones y vidas; y siempre y cuando lo necesiten, vuelvan su mirada hacia ese legado que hoy les ofreceré a través de la Eucaristía. 

Recuerden que estoy presente en todos los Sagrarios de la Tierra y, más aún, puedo estar presente y vivo en el sagrario del corazón de cada uno de ustedes, cuando tan solo comulguen Conmigo en unidad, amor, luz y alegría.

Por eso, hoy les ofrezco este momento de Comunión que celebraré, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, por ustedes y por toda África, para que los méritos de Mi Dolorosa Pasión liberen a los corazones del caos, y los corazones renazcan en la fuerza y en la alegría de vivir en Dios.

Preparémonos para este momento, cantando.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 4, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy estoy aquí junto a Moisés y Elías, Mis antecesores, aquellos que anunciaron Mi advenimiento a los pueblos. Y ahora Yo les anuncio, compañeros, Mi Retorno al mundo.

Así como los patriarcas formaron a los pueblos para que la Palabra de Dios fuera vida en sus corazones, así Yo formo a los sacerdotes de corazón, para que vivan en la esencia de Mi Espíritu. Que a través de la simplicidad puedan profesar Mi Presencia en el corazón de todas las almas, principalmente en aquellas que están en la oscuridad, a las cuales Yo vengo a redimir en estos tiempos.

Una historia fue escrita en esta humanidad y hoy estuvieron frente a un pequeño hecho de Mi Pasión, pues Mi Consciencia es más amplia de lo que parece y cada parte de Mi Ser sufrió esa Pasión por cada uno de ustedes, de sus familiares y amigos, que hoy no están aquí presentes, pero sí están en este mundo, que ingresa arduamente en el primer ciclo de su transición. Mas por eso no deberán temer.

Así como los profetas del pasado anunciaron la venida del Mesías, el propio Verbo Divino de Dios, expresado a través de Mis Palabras, viene a anunciarles el Retorno del Salvador. Primero, en los corazones puros, que busquen la cristificación mediante la purificación de sus seres. Así podrán ver al Hijo de Dios resplandeciente y lo reconocerán de una forma humilde y simple, porque Él los llamará nuevamente a participar de la Cena de la Misericordia.

Mientras muchos espíritus no se animan a dar el gran paso hacia Mi Corazón, en los pocos Yo forjo lo mejor, para que las obras se puedan cumplir en la excelencia de la Voluntad del Padre. Pero cuando los ejércitos se forman a través de la oración, del servicio y de la confianza absoluta en Mi Corazón Misericordioso, las puertas de la rehabilitación se abren para aquellos que buscan una nueva vida, llena del Amor de Dios, colmada por Su Espíritu Divino, dentro de las Leyes del Universo a las cuales todos ustedes son convocados a practicar.

Esto es lo que ha llevado a la humanidad a la perdición. La falta de obediencia a las Leyes desarmoniza los planos de consciencia y las fuerzas del mal actúan para someter a los corazones fieles, principalmente a aquellos que han dado el voto de "sí" a Mi Corazón.

En la presencia de los profetas recuerden los Mandamientos. Aunque sean leyes primitivas, ellas siguen actuando en este planeta. Y son esas simples leyes, la que cuesta cumplir en los corazones de los simples, principalmente en la humanidad entera, que es sometida por la vida material y alejada del verdadero conocimiento de Dios, pues se ha implantado sobre esta consciencia planetaria una ciencia que no es verdadera, que ha llevado a la modernidad y a la desconexión del espíritu de cada ser de la verdadera esencia que los rige, que es el propósito de Dios por encima de este universo.

Moisés representa al Patriarcado y la sucesión de Abraham. Elías es el Profeta que escribió en sus libros las claras visiones de Dios sobre la Gran Advocación del Espíritu Santo, en los seres de la humanidad y en aquellos que despiertan a la unión con el Espíritu del Creador. Elías es el mensajero del Espíritu, Moisés es aquel que vivió la elección principal. Aquella que Dios le entregó a su corazón de alcanzar el propósito de una humanidad elevada, guiada por el Corazón del Padre Celestial, para que así pudiera encontrar la Tierra Prometida, que es el tabernáculo del corazón de cada ser, donde mora Dios, la esencia de vuestro amor y de vuestra unidad.

Pero esa Promesa está por cumplirse. Por eso el Hijo de Dios fue enviado a la Tierra, para que todos ustedes en estos tiempos tuvieran la sagrada oportunidad de alcanzar esa tierra prometida, la esencia de ese espíritu primordial que debe despertar en los tiempos de caos para auxiliar a las almas; a las que les tocará vivir la cruel transición, debido a las causas injustas de todos los hombres, debido a las acciones contra la Creación y todo lo creado por vuestro Padre Superior.

Por eso, compañeros, retornen al origen. Recuerden las Leyes. Comiencen a practicarlas, porque ellas se desdoblarán de una forma desconocida para el mundo. Pero si ustedes están preparados ayudarán a los menos preparados para que vivan la enseñanza primordial de cumplir los Mandamientos y no salir de la Ley, para que ella no sobre caiga sobre los corazones ignorantes, principalmente sobre aquellos que no aceptaron Mi Resurrección.

Que vengan aquí los hijos consagrados del monasterio. Todos los hermanos consagrados, pues hoy ellos cantarán Mi Resurrección. Me refiero a Mis hijos predilectos varones. Y en presencia de Mis hijas peregrinas que hoy llegaron a Mi encuentro, también cantarán en Mi Nombre la glorificación de Mi Resurrección, pues hoy puedo decir que he despertado en los corazones simples, aquellos que se abrieron a encontrarme aquí, en este recinto de simplicidad y de amor por la Jerarquía de Dios.

Mientras estoy presente, compañeros, mediten en Mi Resurrección y en la oportunidad de liberación que recibieron sus vidas, al estar hoy aquí, presentes ante Mi Universo Celestial.

Ahora ingresen en Mi Corazón y mediten en lo que les digo, y escuchen con el corazón esta proclamación que he pedido que Me cantaran. Catorce campanadas.

Reciban hoy a Abraham, su primer Patriarca de la civilización crística. Hoy estoy uniendo el Antiguo y  Nuevo Testamento. Y Mis Palabras de hoy tejen los nuevos Mandamientos, que serán vividos en las virtudes de los seres y en el amor que ellos puedan expresar a Dios, el Creador, antes de Mi Retorno.

Cantemos. A pedido de Nuestro Padre Eterno, cantarán Mis hijos consagrados en nombre de todos, junto a Mis dos hijas que hoy han llegado, para entrar en el regocijo de Mi Espíritu.

Mientras escuchan, sientan sus ángeles y unan su concentración al Universo total que hoy los acoge en este recinto sagrado.

Y ahora, compañeros, elevando el ofertorio del incienso, del agua y del aceite para los sacramentos que vendrán y que bendecirán a las almas que en estos tiempos buscan la unión perfecta con Mi Padre, ofrézcanlo a los Tronos que Dios Me ha concedido, para que junto a los ángeles, las huestes de la Luz y todos los bienaventurados, reciban su oferta como honor de redención y de paz para este mundo, para este tiempo actual, para esta nueva humanidad, que ya debe despuntar en el horizonte de sus corazones.

Ante Mi Presencia celestial, en este sábado de Aleluya, eleven sus ofertas para que Yo las reciba, en la esencia del espíritu, en la oferta y la donación de sus espíritus a Mi Consciencia Paternal.

Oración:

Padre Celestial,
Suprema Unidad,
Suprema Consciencia,
Supremo Amor,
compadécete de todos nosotros
y de toda la humanidad.
Amén.
(se repite 3 veces)

Hoy las llagas del pasado serán cerradas para aquellos que creen en todo lo que viven.

A pedido de Nuestro Señor Jesucristo, los hermanos que tienen las ofrendas para ofrecer al altar del Creador  realizarán una intención a Nuestro Señor, por esta humanidad y por este planeta.

Los escucho. 

Que escuchen todos.

Por todos los jóvenes de esta humanidad Señor.

Por todos los seres que hacen el mal.

Por la paz en África.

Por todos aquellos que duermen.

Por la vivencia del amor fraterno y la compasión.

Si ustedes siguieran rezando así como hoy lo hicieron, muchos de ellos se salvarán. Y no será por Mi intercesión, sino por su justa causa de rezar de corazón y de alma por aquellos que desconocen profundamente, principalmente por aquellos que están a su lado, que en algún momento los han negado por la incomprensión.

Vivan la esencia de la humildad. Eso ayudará al planeta a tornarlo salvo y digno de poder recibirme por segunda vez. Sus intenciones penetraron la dimensión de Mi Corazón. Sus lágrimas y lloros representan para Dios el alivio de todas la penas, de todos los pecados, injusticias y ultrajes que muchos inocentes viven.

El Cielo observa todas estas situaciones y todas las Jerarquías celestiales trabajan ampliamente por su redención. No nos iremos de este mundo, porque él nos pertenece. Dios nos hizo encarnar como Verbo y como Palabra, como Unidad y como Esencia entre ustedes, para que todos pudieran comprender que la Misericordia de Dios supera todas las pruebas, todas las dificultades y pecados.

Anímense a perdonar a aquellos que los lastiman, porque así, queridos compañeros, serán Mis apóstoles.

Recemos "Oración para vivir en la humildad".

Suprema existencia del Amor humilde
Suprema Consciencia de la Creación Universal
desciende en Tu Espíritu Inmaculado
y encarna ahora en este pequeño corazón
para que Tu propósito abnegado
se cumpla en la misión que me has encomendado.
Borra de mi corazón toda arrogancia,
limpia de mi alma toda mancha,
y disuelve con Tu Luz Divina
toda deuda en mi consciencia,
pues libre de mí mismo
podré ayudarte, Padre amado,
a cumplir Tu Voluntad infinita
en todo lo que fue manifestado.
Úneme al espíritu de la humildad.
Conságrame a la esencia de Tu Verdad.
Elévame a Tu Reino
para que este ser manifestado por Tu Origen
cumpla junto a Tus ángeles
con el propósito de la venida gloriosa de Cristo.
Amén

El Señor pide la Comunión.

Estoy aquí presente porque muchos de ustedes necesitan de Mi Presencia interior para fortalecerse.

Reverencien los sacramentos y vívanlos con gratitud. El Cuerpo y la Sangre nuevamente estarán vivos en ustedes. Dichosos de aquellos que comulgan en este primer sábado, en honra y honor al Inmaculado Corazón de María, como la comunión del primer sábado reparador.

Todas las causas injustas a la Santa Virgen serán borradas. Todos los ultrajes que hacen a Su Corazón Sacratísimo serán limpios por su unión con Mi Cuerpo y Mi Sangre.

Canción: Aleluya.

Canten con más fuerza.

¡Aleluya ! Cristo Redentor resucitó en los corazones redimidos.

Vayan en paz y comulguen en alegría. Esto solo bastará para agradar el Corazón de Dios.

Despídanme cantando nuevamente el Aleluya junto a sus ángeles, para que las esferas celestiales toquen los corazones del mundo, los corazones impuros. Toquen también las campanas.

Canción: Aleluya

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE EL PRIMER SAGRADO LLAMADO

Mi Corazón está llagado por esta humanidad.

¿Quién tendrá el coraje de curarme internamente en este día?

Ofrezcan a Dios vuestra reparación para que el Gran Consolador venga a vuestro auxilio.

 

Fray Elías toma el cuaderno y comienza a escribir el primer Mensaje mensual.

Al terminar, Cristo Jesús continúa transmitiendo sus palabras:

 

En esta noche, Yo traigo la oportunidad de vivir en Mi Misericordia.

En esta noche sagrada, invitaré a algunos hermanos a que eleven hacia Mi sagrado Altar la oferta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en honor de todos aquellos que mueren y de todos los inocentes para que Mi infinita Misericordia pueda seguir derramándose sobre el mundo.

Mi Corazón está en ustedes cuando tan solo lo permiten. Hoy Mi Corazón necesita estar más adentro de ustedes. ¿Me lo permitirán? Vivan en Mi Misericordia.

Estoy aquí con ustedes, pero también con el mundo. Observo lo que sucede en vuestro alrededor y también en toda la humanidad.

Mientras me elevan la oferta de consagración de estos Bienes Celestiales, canten a Mi flagelado Corazón para poder aliviarlo.

“Un hombre llamado Jesús” será el cántico.

Después de consagrar, queridos compañeros, Me despediré de ustedes.

 

Cántico: Un hombre llamado Jesús.

 

Suben al palco los hermanos convocados para hacer la oferta de los elementos para la consagración.

Cada corazón sostiene, entre sus manos, la oferta para Mi Sagrado Corazón.

Quiero que sepan que, en este momento, Dios los escucha en nombre de esta humanidad. Que cada uno de ustedes, en Mi Nombre, realice una oferta al Creador por una causa necesaria de este planeta, para que la Divina Misericordia permee todos los espacios y a todas las consciencias. Silenciosamente, los escucho.

Recojo en Mi Corazón vuestras súplicas y recibo de vuestros corazones todo el amor que Me pueden expresar. Con todo el amor de este mundo, aquel que proviene de las almas buenas, Yo reconstruyo esta humanidad, transfigurando ese amor en la esencia de Mi amor misericordioso, y lo vuelvo a derramar sobre la humanidad, así como es en este momento.

 

Recemos.

Padre Nuestro (en arameo).

 

Recordando, en vuestros internos, el pasaje de Mi Última Cena, traigan a vuestras memorias el momento de la importante consagración que Yo realicé por esta humanidad, en honor al Padre Supremo y a todos los Padres Creadores que se unieron a ese principio de transubstanciar el pan en Mi Cuerpo sagrado, el vino en Mi Sangre preciosa.

Reverencien en este momento los Rayos que brotan de Mi Corazón.

Oración (se repite tres veces):

Agua, Sangre, Vida y Redención
que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús,
ten Piedad, Misericordia y Compasión por todos nosotros.
Amén.

 

Y así, en conmemoración de Mi Presencia eterna en el mundo, como fue en aquel tiempo, entre todos Mis apóstoles del pasado, del presente y del futuro, Yo bendigo estos Sacramentos bajo la imposición poderosa, luminosa, redentora y misericordiosa del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Celebren con amor Mi Eucaristía.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Cántico:

Un hombre llamado Jesús.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

En verdad, ¡gracias, Señor!

Y a pesar de que el Mensaje de Cristo hoy fue muy fuerte, Él nos reveló Su Corazón flagelado nuevamente. Él no dejó de decirnos que nos amaba profundamente, así como cada uno de nosotros es. Él necesita de cada uno de nosotros, porque Él nos decía que cada uno de nosotros escuchamos Su Llamado, y Él necesita ese amor que cada uno de nosotros puede expresar por Cristo, porque será la única forma que Él tiene de poder derramar ese Amor nuevamente sobre la humanidad.

Él nos llamó, también en este día, a renovar nuestra confianza en Jesús. A no bajar los brazos a pesar de las cosas que están aconteciendo en el planeta. A fomentar nuestra esperanza y nuestra fe. Por eso, al final Él derramó Sus Rayos sobre nosotros y llamó a cada uno de esos hermanos que sustentaron esas bandejas, dentro del público, porque Él también reconoce en todos a Sus discípulos, no solamente en los que estamos consagrados, porque Él ve nuestra consagración internamente.

Él intentó, a través de esta consagración del Cuerpo y de la Sangre, que entre todos nos pudiéramos unificar en Cristo.

Él necesita que cada Sacramento, que cada oración que realicemos sea ofrecida a Él en reparación de las cosas que suceden en el mundo.

Él dice que es lo único que puede hacer en este momento, así evitará la Justicia del Padre, porque hoy Él nos mostró que el Padre tiene Su Corazón de Luz muy dolorido.

Pero si entre todos nos unimos y multiplicamos esa oferta de amor a Cristo, realizando cada cosa que hacemos en nuestro día por Cristo, Él prometió elevar a los inocentes al Cielo.

 

Para finalizar, se compartió el primer Mensaje mensual.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 14ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Madre María Shimani de Montserrat:

Buenas tardes a todos y gracias por acompañarnos. Estamos en la recta final de esta Maratón de la Divina Misericordia y en el día de ayer Nuestro Señor nos dijo que había podido realizar parte de la tarea que nos había encomendado, de llevar las esencias de los no nacidos al Reino de Dios.

Y hoy con esa tarea tan intensa que hubo aquí, que se escuchaba desde todos los espacios de este lugar, seguramente Nuestro Señor hizo la otra parte de la tarea. Así, ahora nos vamos a colocar para orar y cantar preparando Su llegada, y ver lo que Él tiene para nosotros en esta tarde.

Queremos recordarles que Él nos pidió que oráramos con todo nuestro corazón, porque si lo hacemos así vamos a estar unidos a Su Corazón. Él ayer nos dijo que de Su Corazón debería derramarse la piedad para este mundo.

Así, si estamos conectados con Él, seguramente vamos a recibir una gran bendición en la tarde de hoy. Entonces coloquemos toda nuestra energía, todo nuestro amor en esta recta final.

¡Buen trabajo para todos!

 

Hoy Mi Corazón emite Su voz de Paz para el mundo. Traigo la esperanza y la alegría para aquellos que la han perdido. Vengo a traer el gran silencio a este mundo tan ruidoso, para que los corazones ingresen en Mi armonía universal. 

Yo les traigo la fe y la confirmación de Mi Presencia. Por eso, Yo les traigo la Luz del universo para que vuestros ojos se puedan abrir a lo desconocido y a lo nuevo.

Hoy les oferto Mi Corazón como un agradecimiento predilecto por el esfuerzo que han hecho de orar Conmigo en estos días.

Hoy el Cielo se abre ante vuestras almas y él derrama Sus Gracias y tesoros en los corazones simples; semillas que brotarán en el futuro para que los dones estén disponibles en este Proyecto final que debe cumplirse a través de ustedes y de la humanidad. 

Sientan el latir de Mi Corazón y permanezcan Conmigo, en esta hora tan difícil, pues el mundo necesita de mucho alivio y de mucha cura y, en consecuencia, de mucha oración.

Agradezco a todos los compañeros Míos que comulgan Conmigo. Los premios serán entregados en el universo y serán honrados en el Reino de Mi Padre. Las puertas se abren en este lugar para poder bendecir a todos, principalmente a aquellos que han cerrado su corazón a Mi Corazón. Mi Luz penetra en lo más profundo y oscuro, disipa las tinieblas y trae la luz de la cura para esta humanidad. 

Yo los reúno en el nombre del Amor y de la Verdad. Les traigo el consuelo que tanto necesitan para que en el fin de este tiempo sean renovados por el Espíritu de Dios y se preparen como Mis guerreros para el momento del gran Retorno de Cristo.

Muchos de ustedes Me verán, mas algunos no Me reconocerán. Sean consecuentes Conmigo todos los días de vuestra vida, así Yo Me serviré de vuestras virtudes y destrezas para cumplir con Mi Obra Redentora en el fin de este ciclo. 

Entréguenme aquello que aún no Me han entregado. Yo necesito la calidez de vuestros corazones para que puedan percibir el pensamiento y el sentimiento puro, la llama misericordiosa que los trasforma y los redime.

Yo Soy el Glorificado Corazón de Jesús. Bienaventurados serán aquellos que Me honren en este ciclo. Glorificados serán aquellos que Me sirvan plenamente, porque estarán haciendo obras de servicio y de caridad, de entrega y de sacrificio por aquellos que aún no lo hacen. 

Como Yo lo hice en Ruanda, vengo a evitar la Ley de Dios sobre este mundo, pues este mundo Me pertenece desde el principio. 

Yo Soy la emanación del Gran Espíritu del Creador. Mis Leyes sublimes los pueden permear y curar, borrar de vuestras células cualquier dolor para que vivan, en este tiempo tan difícil, en Mi Misericordia.

Todos los días, a las tres de la tarde, Mi manantial se abre para toda la humanidad. Mi Corazón se dona profundamente a aquellos que lo quieran recibir y trasforma lo que es intransformable, redime lo que es irredimible, cura lo que es incurable. Por eso, confíen en Mi hora de Misericordia.

Yo vengo, en este tiempo a este mundo, no solo por ustedes para poder despertarlos, sino por aquellos que aún siguen durmiendo en su propia ilusión. 

¡Ay de aquellos que nieguen al Hijo de Dios! ¿Cómo podré derramar Mis Gracias sobre ellos? 

Para eso, necesito de todos vuestros instrumentos, de vuestros corazones y de vuestras vidas, para que Mis vertientes de redención y de cura puedan ser derramadas sobre toda la humanidad.

Este momento que hoy comparten Conmigo es único y no se volverá a repetir en este lugar. La necesidad en el mundo es muy grande, la emergencia de las almas también es mayor. Existen muchas carencias, muchas necesidades que resolver en esta era. 

Para que todo eso sea cubierto y todos reciban lo necesario, necesito de misioneros de Mi Misericordia, de misioneros de la oración y del servicio que puedan transmitir Mi Ley Mayor, la Ley del Padre, que es la Ley del Amor. Ley que los llevará a la unidad y a la redención.

No teman purificarse en este tiempo. Permitan que Mis ángeles desaten vuestros nudos. Este momento es único para todos y muchos no reciben estas Gracias, pues Mi Espíritu que es inmaculado y puro, que proviene de la Fuente Mayor de Dios, viene desde lo más alto hacia vuestro encuentro para que puedan despertar y entender lo que está sucediendo en ustedes y Conmigo.

¿Alguna vez se lo han preguntado, Mis compañeros?

Muchos de ustedes ya entienden todas estas cosas. Por mucho tiempo caminaron Conmigo en los grandes desiertos y valles, escucharon Mis predicaciones y Mi Palabra de Vida. Ustedes son remanentes de pueblos antiguos, los grandes pueblos del desierto que escucharon a Dios, desde Moisés hasta Abraham, siempre han estado Conmigo en espíritu y en vida. 

Pero llegó el momento, Mis queridos compañeros, de que asuman en este tiempo la tarea final. Cada uno sabe lo que Me puede dar. Yo no vengo a buscar cosas perfectas ni predilectas. Necesito de vuestras miserias para poder transformarlas.

Así, Yo reconstruiré todas vuestras esencias y las de vuestros hermanos para que puedan resucitar en espíritu y, renovados por Mi Luz y Mi Paz, puedan volver a reencontrar el camino que han perdido.

En verdad les digo, Mis amigos, todos los que han pasado por las Maratones de la Misericordia, ya retornaron a Mi Corazón misericordioso. Agradezco a aquellos que han persistido en acompañarme durante los dos días; que renunciaron a cosas tan vanas, tan materiales y tan mundanas para encontrarse con la fuerza de Mi Corazón.

Amados Míos, ustedes han sido transformados por Mi Luz Celestial y esto trae consecuencias de transformación en toda la humanidad. Los pesares de este mundo están siendo aliviados y muchos corazones que sufren están encontrando consuelo.

Yo les quiero hacer reconocer el Reino de Dios, aquel que se aproxima a través de Mi Presencia cósmica.

Este es Mi último Llamado, antes del gran regreso esperado. No piensen en cómo Yo vendré, solo busquen estar en Mí todos los días. Eso bastará para que Me puedan reconocer en el gran momento esperado. Nada los hará temer. Nada los perturbará. Nada les quitará la fe y la fuerza interior porque habrá sido una gran consecuencia de vuestra perfecta transformación a través de Mi Corazón.

Hoy los bendeciré con el Agua de Vida, con el pan y el vino que representan Mi Cuerpo y Mi Sangre, códigos preciosos que los transforman, día a día.

Mis Manos lavarán vuestros pies y también derramaré bendiciones sobre vuestras cabezas, dándoles el Bautismo de Mi Corazón para que sean bañados por Mi Espíritu Santo.

Compañeros Míos, renovados a través de este encuentro Conmigo, ingresen al Reino de Mi Padre, porque Él siempre los aguarda en silencio. Él siempre está allí para ayudarlos, para escucharlos, consolarlos y amarlos.

Crean en lo que Yo les digo, porque el tiempo del gran cambio está llegando y en ese momento vuestros corazones y almas ya deberán estar fortalecidos, porque a través de Mí, a través de Mi infinita Misericordia, serán inamovibles y cumplirán de esa forma con la parte del Proyecto que hoy Yo les entrego. Proyecto que es desconocido para vuestras mentes, pero profundamente conocido por vuestras almas.

A través de este Cielo infinito que comulga con ustedes, Yo los bendigo y los perdono, los renuevo y los redimo. Les entrego Mi santo Cuerpo y Mi preciosa Sangre como códigos de transfiguración para vuestras vidas.

Yo los bendigo y los amo por el Poder que Dios Me dio para este mundo. Vayan en paz y en confianza Conmigo.

Sostengan con vuestras manos la antorcha de la rehabilitación. La liberación está próxima para muchos. Dichosos de aquellos que confían antes de vivirla, porque nada les faltará.

Ahora los observo en silencio para elevar vuestras miserias. Mi Amor es fuerte y transformador, Amor que comprende y entiende vuestras vidas, no importa el grado de equivocación, lo que importa es vuestra confianza en Mí. Así no estarán separados de Mí y siempre serán bendecidos.

Abran vuestro corazón al perdón. Liberen de vuestras esencias las manchas que las oscurecen. Yo les traigo la fuente renovadora, la fuerza palpitante del Universo Mayor, la Unidad Celestial y Divina que quita la sed de todos los corazones. Yo les traigo el poder de la reconciliación y de la vida infinita para los que creen, en verdad, en el Redentor.

Les agradezco por elevar a los no nacidos hacia los Reinos Mayores, en donde podrán nacer nuevamente, en espíritu, en las moradas del Padre.

La fuerza de la Misericordia nunca los separará de Mí, siempre y cuando confíen en lo que hacen. Cuando oren de corazón y de alma, la Misericordia siempre los ayudará y todo se resolverá en este tiempo definitivo.

Les agradezco por intentar ser misericordiosos en estos tiempos.

Sigan adelante y con fe, Mi Corazón los acompaña.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Nuestro Señor vamos a cantar con mucha devoción “Cristos del nuevo tiempo” para despedirnos de Su Consciencia Mayor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani de Montserrat: 

Los esperamos a todos en el Corazón de los Mensajeros Divinos. Recuerden orar siempre, todos los días, para que Sus Planes se puedan concretar.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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