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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Consejo Interno del planeta, que es la Jerarquía, ya está reunido, y ese Consejo decide sobre el futuro de la humanidad. Sobre la mesa de la Hermandad están las nuevas decisiones. Todos contemplan y meditan la mejor solución.
Hay muchas situaciones que están siendo evaluadas y, aunque no tengan total consciencia de lo que esto significa, les agradezco desde ahora por estar orando Conmigo, para que también la Jerarquía Espiritual sea ayudada en la toma de nuevas decisiones.
Un Plan está descripto ante Nuestros Ojos. La Divinidad debe dar un primer paso para que después toda la Jerarquía dé el próximo paso y, así, toda la humanidad pueda avanzar en el camino de la recuperación de su Propósito.
Delante de un tiempo de grave emergencia, la Jerarquía replantea su actitud ante el universo. Las Esferas Mayores indican este camino.
El Cetro está en la Mano de la Madre de Dios. Ella es Quien conduce y guía a toda la Hermandad, porque así se volverá a cumplir Su Palabra y Su Mensaje, como lo fue en los últimos tiempos y a través del próximo 8 de agosto, cuando una coyuntura especial se dará a todos los mundos internos que estén atentos y vigilantes; para que todos aquellos que despierten, en ese día, reciban la revelación tan esperada y tan ansiada desde otros tiempos; para que también todas esas consciencias den el paso en su evolución y despertar.
Hoy, les hablo a través del lenguaje de Mi Gobierno Espiritual, porque ya deben sintonizarse con Mi Gobierno Espiritual y Divino. Ya es tiempo de que reconozcan que, después de la Ascensión del Señor, Él asumió el Gobierno de este universo y de otros, Él asumió la conducción de todas las almas y esencias en este universo y en otros.
Su Señor asumió prepararse para retornar, y ese camino comienza a delinearse dentro del corazón que vive el Mensaje, dentro de las almas que escuchan Mi Llamado; porque todo sucederá en lo más invisible y en lo más profundo, en donde todos los ojos no lo pueden ver, en donde solo el corazón ardiente podrá sentirlo y reconocerlo.
Estas son las dádivas y los tesoros de la Jerarquía que se confiarán a los consecuentes de corazón, a todos los servidores del Plan de Cristo.
Esa será su última estrella, ese será su último sol, que nacerá en lo más profundo del universo de cada ser que cree en Mí y que, como a través de los últimos tiempos y de los últimos años, formará parte de la nueva historia que Yo estoy escribiendo a través de las almas que se transforman en Mí y por Mí, a través de los corazones que responsablemente asumen su papel en estos tiempos.
El Libro de Amor de los de las Vestiduras Blancas, en este agosto, está abierto y expuesto a todos.
¿Quién reconocerá su firma en ese Libro? Pero, más aún, ¿quién reconocerá su experiencia de amor y de redención en ese Libro?
¿Se han dado cuenta, compañeros, que en estos últimos diez años de haber estado Conmigo, forman parte de una nueva historia de redención de la humanidad? Así como muchos hermanos y hermanas de ustedes en el mundo también forman parte, especialmente aquellos que tienen fe en el Señor.
Por eso, como su Redentor, como su Maestro y Señor, como el Gobernante de este universo, como el Hijo del Dios Vivo y de la Creación, vengo a abrir esta última y definitiva puerta, la puerta número 14, que es la puerta del Retorno de Cristo, para que las almas se regocijen y sientan júbilo en el Señor, el Redentor; así como los ángeles del Cielo hoy sienten el júbilo de formar parte de la historia del Cristo Vivo en el corazón de cada ser humano que profesa y vive su fe en Mí, que vive a través de Mis Sacramentos y que se anima a multiplicar Mis Gracias en este mundo herido.
Por eso, ante el Consejo Interno de este planeta, que es el Consejo de toda la Hermandad, alrededor de esa mesa, donde nuevas decisiones serán tomadas y experimentadas, los invito a asumir esta parte Conmigo, los invito a decidir junto con Nosotros, sus Maestros y Jerarquías; los invito a reconocer su firma y su nombre en el Libro del Amor, y a sentarse a la mesa de la Jerarquía para construir el Plan, no solo el Plan de Mi Retorno al mundo, sino el Plan de la redención del mundo, que imperiosamente deberá cumplirse y vivirse en estos tiempos.
Por eso, ¿qué es lo que hoy Me ofrecerán?, ¿qué es lo que le entregarán a la Jerarquía en este día que comienza el Gran Encuentro, en vísperas del 8 de agosto?
¿Quién entrará definitivamente a la Estrella Sagrada de Mi Corazón y formará parte de Mi Sagrada Geometría que se renueva y se recrea a través de las almas que se purifican y se transforman?
¿Quién formará parte del nuevo diseño de la Hermandad?
¿Quién decidirá ser Luz en este mundo en tinieblas?
¿Quién será corresponsable Conmigo en este Plan de Rescate?
¿Quién reconocerá lo que ha vivido Conmigo en otros tiempos, las Huellas del Señor que siempre siguieron, la Luz del Señor que siempre buscaron, el Amor de Cristo que siempre aspiraron a encontrar?
Esto es lo que Yo tengo para ofrecerle a cada uno, en esta hora y en este momento.
Por eso, les pregunto:
¿Qué es lo que más le ofrecerán a Cristo?
Porque ha llegado el momento de tomar la decisión, porque de esta decisión y de este momento interno dependerán los próximos pasos de la humanidad y del planeta.
Sepan que todo esto es hecho por Amor y por ninguna otra causa.
Es el Amor, en este momento, que les concede este milagro, de que puedan volver a escuchar al Señor, el Cristo, y que sus Cristos internos lo puedan reconocer.
Porque es el tiempo y es la hora de reunir a los 144.000, desde los cuatro puntos de la Tierra; como hoy muchos de ellos están reunidos en Portugal, celebrando la Palabra del Señor, viviendo la Palabra del Señor, comulgando de la Presencia del Señor.
He aquí el Libro de Amor de los de las Vestiduras Blancas, recíbanlo en sus manos.
Este es el Sagrado Tesoro de la Hermandad Espiritual, preciosamente guardado en el Corazón de la Jerarquía, en donde la verdadera historia de este mundo está escrita, la historia que ningún libro de esta humanidad aún ha revelado. Por este Tesoro, Hemos trabajado a través de los tiempos, a través de los siglos y de las generaciones.
En este Libro de Amor, que hoy les presentamos y les otorgamos, también está la historia de cada uno de los Míos.
Guárdenlo en sus corazones y que sus vidas sean parte de él, como este Libro es parte de la Luz de la Jerarquía, en donde todos los nombres son conocidos, en donde todas las trayectorias están representadas.
Esta es la verdad de Mi Amor por todos, porque en ese Libro también está Mi vida, la vida que Yo viví aquí en este mundo con ustedes.
Cada momento de predicación, cada milagro concedido por el Padre, cada gota de Sangre que fue derramada en el Calvario, cada agonía que fue vivida por Mí en el absoluto silencio y, sobre todo, a través de ese Libro, Mi vida está representada por el amor que muchos Me tienen de verdad.
Es este amor en los Míos y de los Míos en Mí que renueva todas las cosas, que supera todos los males, que disuelve toda la oscuridad, que resucita a los muertos de espíritu, que bendice a los que están condenados, que santifica a los que son perseverantes.
Mi Amor lo puede todo, hasta los confines del universo.
Así, sean bienvenidos al Gran Encuentro de la Jerarquía Espiritual, que ha abierto la puerta para que todos puedan entrar a Nuestras Moradas, para que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza y para que los Nuevos Cristos, a través de los últimos apóstoles del fin de los tiempos, repueblen la Tierra de Misericordia, Gracia y Redención.
Comulguen de este momento Conmigo, así como Yo comulgo de ustedes por medio de la donación de sus vidas y, sobre todo, de sus corazones.
Reciban Mi bendición y Mi Paz.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y ahora para celebrar este momento y, sobre todo, para bendecir el especial momento que vivirá esta Obra en estos días de agosto con toda la Jerarquía; vengo una vez más en el nombre del Amor y de la Vida, a celebrar la Eucaristía con ustedes y con sus hermanos, fiel testimonio de Mi Amor por el mundo.
Preparémonos para esta ceremonia, para que Mi Iglesia Celestial descienda a la Tierra y haga un milagro de cada corazón humano.
Celebremos, los espero.
Los reúno nuevamente en Mi mesa de redención, así como reunía a los apóstoles y a tantos que participaban Conmigo de este Sacramento en los planos internos.
Es así que una vez más, por medio de este ofrecimiento, después de haber purificado sus corazones, vuelvo a renovar la vida de Mis compañeros y compañeras a través del misterio infinito de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, hoy preciosamente expuesto en este Altar, en el sagrario de cada corazón humano.
Celebremos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Los que puedan se colocan de pie o se arrodillan en este momento de transustanciación.
En el Santo Cenáculo, Yo los reuní para entregarles Mi Vida, para entregarles Mi Amor, para otorgarles la redención hasta el fin de los tiempos.
Es así que, abriéndoles las puertas a este sagrado mes de agosto, vengo a ofrecerles lo más íntimo de Mi Vida y de Mi Corazón para que tengan vida en abundancia.
Es así que les vuelvo a pedir que tomen el pan, lo eleven a Dios en acción de gracias, en ofrecimiento interno, para que el Padre convierta este pan en Mi Glorioso Cuerpo, que vuelvo a partir y a compartir con ustedes, diciéndoles que este es Mi Cuerpo, el Cuerpo que fue entregado por los hombres y que hoy es entregado por muchos para el perdón de los pecados.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Reverenciamos la Presencia del Cuerpo de Cristo, así como Mis ángeles del Cielo lo reverencian.
Les pido que vuelvan a tomar el Cáliz entre sus manos y lo ofrezcan a Dios en sacrificio; así como lo hizo Su Hijo Amado, para que el vino sea transustanciado en Mi Preciosa Sangre, en este momento en el que el Cielo se une a la Tierra, en el que las almas se unen a Dios y Dios se une a las almas en comunión eterna.
Así, lo vuelvo a pasar a cada uno, diciéndoles: “Tomen y beban todos de él porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios; la Preciosa Sangre que se vuelve a derramar espiritualmente sobre el mundo en este momento, por la remisión de todas las faltas y el fin de la guerra. Vuelvan a hacer esto en Mi Presencia y en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando al mundo”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos la Presencia de la Sangre de Jesús, así como los ángeles la reverencian y así como los ángeles la recogieron en lo alto del Monte Calvario.
En unión al Padre, en unión a la Presencia del Hijo y a la Presencia del Espíritu Santo, vamos a realizar la oración que Yo les enseñé en el Monte de las Bienaventuranzas, para que este sacrificio sea agradable al Creador, y por el triunfo de Mi Corazón en este mundo y en cada corazón que se ofrece en este mes de agosto a ser parte del Plan de Mi Retorno.
Oremos.
Oración: “Padre Nuestro”.
Que Mi Paz tan esperada descienda al mundo.
Y quiero que la próxima oración la digan con la misma fe que tuvo el centurión, creyendo en el poder del Perdón y de la Misericordia.
Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Y así, en este momento de unión con Cristo y por Cristo, anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas del mundo entero con el Sagrado Corazón de Jesús.
Que Mi Paz esté en ustedes, para que Mi Paz dé vida en abundancia.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Pueden venir aquí Gabriel Cruz, Lucía, Michael y la hija de María Garabandal. Cristo va a ofrecer esta Comunión por la juventud.
Oremos:
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
Y después de esta Comunión Conmigo, que los prepara para el mes de agosto, no se olviden del Libro de Amor de la Jerarquía, debiendo vislumbrar y contemplar con esperanza y regocijo esa dádiva y tesoro de la Hermandad.
Les agradezco por estar Conmigo hoy y por estarlo hasta el fin de los tiempos.
Les imparto Mi Luz y Mi bendición paternal:
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Vayan en paz, Conmigo.
Después de haber seguido las huellas de Mi Pasión carguen vuestra cruz con valentía y sin demora, pues en el próximo tiempo Yo los espero para que formen parte de Mi Gloria, después de haberse transformado.
No teman por lo que vendrá, mas trabajen para que nada pueda suceder.
Estoy llamando a los últimos que formarán las últimas filas para que los que están adelante de ustedes puedan seguirme.
El Universo les muestra un misterio que es amado por pocos.
Ahora que saben todo, síganme, pues hay mucho por hacer. Y esto no son solo palabras, es el Verbo de Dios pronunciado a través de Mi boca, a través del Hijo de Dios que los convoca.
La Cruz es conocida por pocos, pero su misterio es inmenso; es un mar de Misericordia para aquellos que quieran sumergirse en él. Solo basta dar un primer paso y confiar en lo que Yo les entrego, pues vuestra purificación debe ser inmediata.
No hay más tiempo que esperar. El Universo los llama para la Gran Tarea, que no es solo en este mundo sino en todo este vasto Universo que espera silenciosamente por vuestra definición.
Cuando eso suceda compañeros, todo estará cumplido y las puertas se abrirán de un lado para el otro, de occidente a oriente, de norte a sur y todos así lo podrán ver cuando estén atentos y vigilantes Conmigo.
Mientras cantan para vivir los méritos de Mi Pasión recibiré en esta tarde de Misericordia vuestras intenciones y, principalmente, las de todas Mis hijas, Mis hijas consagradas a Mi Corazón eterno.
Cantemos "Vigilad unidos a Mí, siempre orando".
Mientras cantan a Mi Corazón, entréguenme aquello que ya le llegó la hora de vivir su propio destierro, para que nazca la Luz de Dios.
Canción: "Vigilad unidos a Mí, siempre orando".
Mientras el mundo arde en llamas por sus propias decisiones, la Gloria de Dios viene a vuestro auxilio para rescatarlos. Dichosos de aquellos que creen en Mi Buena Nueva, porque así no desistirán.
Hijas Mías, arrodíllense delante de vuestro Maestro y así como el primer día de vuestra consagración, Me honrarán.
Canción: "Devocionario a la Divina Misericordia".
Quien Me sigue no se arrepiente.
Quien Me sigue se dona por entero.
Quien Me sigue se alimenta de Mi Espíritu.
Quien Me sigue se transforma, así como el árbol, el que pierde sus hojas, da nuevos frutos y después revive todo el tiempo.
Quien Me sigue no se pierde, mas encuentra el camino que perdió.
Quien Me sigue, es Mi testigo y es quien Me espera para poder recibirme.
Quien Me sigue, no se detiene, anda rápido para alcanzar los Pies del Maestro.
Quien Me sigue todo lo recibe y no se pierde nada. Las Gracias son su suprema fortaleza.
Quien Me sigue escucha el Llamado y lo cumple como una premisa.
Quien Me sigue aguarda por el advenimiento de lo nuevo.
Quien Me sigue representa a un apóstol de los tiempos.
Quien Me sigue es porque confía y tiene absoluta seguridad de saber lo que está haciendo.
Quien Me sigue escucha en su interior las señales del Advenimiento.
Quien Me sigue está atento al cambio de los tiempos y socorre ante cualquier necesidad.
Quien Me sigue espera con paciencia el día de su redención, pero nunca se detiene pues vive la transformación infinita.
Quien Me sigue, es porque ya Me dijo que sí.
Cristo Jesús Glorificado.
Tráiganme el incienso para bendecirlo pues deben esperar hasta el día domingo, por la Resurrección del Rey en el corazón de los que estaban muertos.
Los aguardo.
Recemos. Esto es lo que es necesario para estos tiempos.
Agua, Sangre, Vida y Redención,
que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús,
ten piedad, misericordia y compasión por todos nosotros.
Amén.
( se repite tres veces)
Vayan ahora, hacia el momento del nacimiento de Jesús y recuerden lo que allí sucedió. Recuerden lo que allí sucedió con los reyes de Persia, del Oriente y del más lejano Oriente, qué fue lo que ellos le ofertaron al Rey y qué es lo que hoy Yo les pido que Me oferten.
La representación de la vida de la naturaleza en el incienso es la oferta más sublime de la creación de la vida material.
Inciensen vuestros seres para que reciban la Gracia de la Misericordia y recuerden lo que él representa a través de los tiempos, que es la liberación de la impureza humana, aquello que corroe a las almas y las separa de Dios por absoluta ignorancia.
Hoy les ofrezco esta consagración para que vean en estas señales la presencia de Mi Espíritu que los exorciza.
Ante la potestad del Padre Celestial y en glorificación al Hijo de Dios, en esta hora en que Él vive Su muerte y derrama Su Misericordia sobre el mundo, elevemos hacia los altares celestiales, junto a los ángeles creadores, la oferta del incienso como redención y la puerta para vivir la rehabilitación.
Canción: “Pater Noster”.
Vivan Mi encuentro como algo único.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Vayan en paz y en honra al Creador.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más