MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma, que se sentía perturbada por no conseguir contener el flujo de sus pensamientos al orar, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, cuando me detengo para estar ante Ti y orar, mis pensamientos siguen agitados, las palabras de mi oración se confunden con el verbo incesante de mi mente y no encuentro paz. ¿Cómo puedo, Dios, purificar mis pensamientos para estar en paz ante Ti?”.

Y el Señor le respondió: “Alma pequeña, tu mente es un espejo de todo lo que recibes y consumes del mundo. Aquello con lo que tienes contacto durante tu día es lo que estará en tus pensamientos cuando llegue el momento de orar. Para que alcances la paz, no hay una fórmula, sino una actitud que se debe transformar dentro de ti, una decisión de no buscar ya determinadas cosas que solo contaminan tu mente y toman espacio en tu corazón.

Si hicieras lo contrario y en lugar de alimentar tu mente con las cosas del mundo la alimentaras con las cosas del Cielo, verás cómo la oración será para ti un momento de profundización interior y no de eterna y constante autotransmutación. Pero, para eso, debes escoger pensar y sentir correctamente, cortar los pensamientos degenerativos, detenerte ante los impulsos que te conducirán a la oscuridad y escoger siempre estar en Mí y pensar en lo que te conduce a Mi Corazón”.

Que este diálogo, hijos, les enseñe cómo estar en Dios y permanecer en Él, construyendo en cada instante de sus días, a través de las pequeñas elecciones, su momento de oración.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que se sentía perturbada por su mundo interior descontrolado, por su cuerpo enfermo, por su mente sin equilibrio, sentía que sus problemas ya no tenían solución, y le cuestionaba a Dios, diciéndole: “Señor, soy un pozo de enfermedades y de miserias, un pozo de imperfecciones y dificultades. Siento que no hay solución para mí, siento que no hay razón para vivir. ¿Puedes Tú decirme cuál es el sentido de permanecer así?”.

Y después de un largo tiempo en silencio, el Señor le respondió: “Alma amada, las soluciones del Cielo no son las mismas de la Tierra. Todo lo que pareces padecer sin fin ya es, en verdad, la respuesta para el equilibrio de algo que en tu interior necesitaba ser equilibrado. Las enfermedades que viven los seres tienen, en verdad, innumerables razones y sentidos, pero todas ellas buscan despertar el sentido de la fragilidad humana, para que las almas no permanezcan en la autosuficiencia y, sí, perciban que solo habrá cura cuando haya unidad con toda la vida.

Un cuerpo solo estará en equilibrio cuando todos sus sistemas funcionen en unidad y, si la menor de las células se sintiera autosuficiente y comenzara a construir su propio plan dentro del cuerpo, habrá desequilibrio y enfermedad y, por pequeña que sea esa célula, un ser puede llegar a la muerte solo por su rebeldía.

Cuando un alma está enferma, necesita comprender que es parte de un Todo. Y, para volver a su equilibrio, para curarse, debe ser amparada por el poder de la unidad; debe dejar que el amor y el auxilio del prójimo suplan aquello que, por sí misma, ya no está consiguiendo; debe permitir que la unidad con la vida, con los universos, con Dios, vuelva a reinar en su corazón. Que esa alma no se sienta sola, aislada o separada de un cuerpo mayor.

Cada ser, alma pequeña, es una célula del Cuerpo Místico de su Señor y Dios. Por eso, debes percibir el fluir de las leyes, el sentido de la vida, que no es propio, sino que es un sentido universal. Cada célula tiene su función, pero el propósito de un cuerpo es único. Por eso, alma amada, no busques un propósito personal, busca el propósito del universo, busca tu lugar en Mi Corazón.  Ingresa en consciencia en el espacio que te corresponde, dentro de este Cuerpo Infinito de la Creación; esto se alcanza con humildad, dejándote ayudar, con paz y con una rendición profunda, fruto de un corazón que aprendió a orar con sinceridad”.

Que este diálogo, hijos, les enseñe a estar siempre en equilibrio en el Cuerpo Místico de su Creador.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma despierta y servidora, que por muchas vías buscaba cumplir su misión y expresar la Voluntad de Dios, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, a pesar de orar, de buscar una vida evolutiva, de disponer siempre mi corazón para Ti, de aspirar al servicio permanente, aun así siento que no consigo manifestar mi misión completamente. Dime, entonces, cómo hacerlo”.

Y el Señor le respondió: “Hasta ahora, alma pequeña, cada esfuerzo tuyo fue valioso, cada transformación vivida fue como un presente a los pies de Mi Altar; pero, en esta etapa de tu evolución, debes comenzar a comprender y a vivir el sentido más profundo de la entrega, de la donación de sí y de la vida evolutiva.

Llegó el momento de colocar en Mis Manos aquello que tienes de más preciado: tu amor propio, tu forma de ver la evolución, todo lo que crees saber, todo lo que consideras bueno y que te hace una buena alma delante de los demás. Llegó la hora de colocar en Mis Manos no solo tus miserias, sino también tus virtudes, tu necesidad de demostrarle a todos cómo las vives y, aunque pienses que estás dándole un ejemplo al prójimo, ya no es lo que Yo necesito de ti. Tu mayor ejemplo será oculto, pero resonará en toda la consciencia planetaria, en toda la Creación.

Entrégame tu forma de vivir y de expresarte, tu forma de servir y de amar, tu forma de orar y de conocer el universo, porque Yo aspiro a hacer nuevas todas las cosas dentro de ti, para que alcances un conocimiento mayor sobre la existencia y para que experimentes un grado mayor de amor. Debes dejar atrás todo lo que viviste hasta ahora, agradeciendo y reverenciando todo lo que fue aprendido y entregado a Mis Pies, como una escalera que te permitió llegar hasta Mí, pero que ahora debes dejar, para subir por otros peldaños que conducen a una unión más profunda Conmigo.

Eso comienza, alma amada, siendo consciente de la necesidad de ser nueva y de dejar atrás lo que pasó. Cuando Yo sienta, entonces, que tu corazón está preparado y despojado de todo lo que viviste anteriormente, te mostraré un nuevo camino, te daré a conocer nuevas ciencias, te revelaré un Amor Mayor, fruto de tu entrega y de tus renuncias, fruto de tu vacío”.

Que este diálogo, hijos, les enseñe a percibir que es momento de renovarse en Dios, de agradecer lo que aprendieron y de entregarse, para que una nueva etapa surja para ustedes y para toda la humanidad.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que amaba a Dios y a Su Plan, pero que estaba llena de sí misma y de sus voluntades, intentaba cada día vaciar su corazón para vivir las Leyes Divinas. Esa alma se preparaba para los tiempos agudos del planeta, en los que ella sabía que solo el amor incondicional y la obediencia serían la base de la transformación del viejo hombre en aquel que el Creador esperaba.

Orando un día al Señor y pidiéndole una guía para el final de los tiempos, esa alma le dijo: “Señor, me cuesta vaciarme de mí, de mis ideas y conceptos, de lo que creo que es correcto y mejor para Ti. Me cuesta silenciar mi voz para escuchar la Tuya y confiar cuando Tú te manifiestas a través de mis hermanos. Dime, oh Dios, ¿Cómo puedo hacer para vivir en Tu obediencia, en Tu Amor y, en confianza, mantenerme en Tu Voluntad en los tiempos que vendrán?”.

Y contemplando el Señor la sinceridad de esa alma, le respondió: “Alma pequeña, Yo te creé y conozco tu fuerza, fuerza que debe ser rendida para dar lugar a Mi Poder, que aún desconoces, porque tú le das más lugar en tu corazón a ti mismo que a Mí. Tengo Dones inagotables para cada uno de Mis hijos, el potencial no solo de conducir la vida en la Tierra con sabiduría, sino también de transformar los universos.

Sin embargo, Mis hijos están presos en sí mismos, en todo lo que conquistaron y aprendieron equivocadamente a lo largo de su evolución en la Tierra.

Aprendieron que crecer es afirmarse y reafirmarse constantemente en la propia voluntad, y se pierden todas las maravillas y verdaderos Dones que Yo les concedo a los que están vacíos de sí.

Por eso, alma pequeña, reconocer tu ignorancia es el primer paso; silenciarte y contener tus impulsos es el paso siguiente; ser observadora, en oración, de todos los gestos de la vida y dar tu opinión solo cuando te sea pedida. Antes de estar en desacuerdo con la voluntad ajena, primero debes vivirla en obediencia. No quieras colocar tu voluntad sobre la de los demás, sin antes aceptar lo que te piden. Yo forjo tu consciencia y transformo tu orgullo humano a través de aquellos que envié para que sirvieran contigo. Por eso, ejercita obedecer sin condiciones y expone tus sentimientos solo cuando te abran camino.

Descubre el fluir de las Leyes y, cuando así lo hicieras, estarás dentro de Mi Gracia, y ella fluirá sobre ti como caudal de sabiduría cuando algo te sea dado para conducirlo. Mientras tanto, alma pequeña, vive la confianza, la obediencia y el amor, y ellos serán para ti fuente de transformación y de entrega. Y llegarás a Mí y Me representarás en el mundo y más allá de él, porque te vaciaré de ti y haré morada en tu corazón”.

Que este diálogo los inspire para que vivan en obediencia y amor, para que le den espacio a Dios para que se exprese en sus corazones.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que aspiraba a conocer la Eternidad y el Paraíso, y que cada día buscaba méritos para llegar a merecer un lugar en el Cielo, le cuestionó al Señor sobre cuál sería el camino para merecer estar a Su lado, diciéndole: “Señor, la vida en la Tierra, a pesar de ser sagrada, es poca para mí. Mi alma aspira ardientemente a estar Contigo en el Paraíso de Tu Eternidad. Dime entonces, Dios amado, ¿cómo hacer para permanecer a Tu lado en el Infinito?”.

Y con profundo amor y sabiduría, el Señor le respondió: “Alma pequeña, ¿qué es el Paraíso para ti? ¿Cómo piensas, en tu corazón, que hay vida en Mi Reino? Yo te creé para habitar en ti; de esta forma, quiero hacerte comprender que no necesitas desear estar en el Cielo para estar a Mi lado, sino descubrirme en tu interior. Feliz y bienaventurada es el alma que sabe encontrar en la propia esencia la unidad Conmigo, aquella que no busca afuera de sí, sino adentro, en lo profundo del propio interior.

Tantas son las almas que dicen querer estar Conmigo, pero ¿cuántas son las almas que, en silencio, se detienen para encontrarme en su propia esencia?

Muchas son las almas que dicen preferir Mi Reino al mundo, pero ¿cuántas son las que dejan de lado las cosas del mundo, aun por un instante, para buscar Mi Reino en el propio corazón y saberse ese Reino?

Muchas son las almas instruidas en Mi Conocimiento, que saben Mis Palabras y dicen amarlas, pero ¿cuántas son las que, después de ser instruidas sobre algo, no se detienen para conocerlo ni buscan una experiencia sobre lo que aprendieron?

Alma pequeña, Mi Reino está en ti, así como Yo también estoy en ti, y el camino para encontrarme es simplemente buscándome de verdad, con sinceridad y con amor. Cuando simplemente te detengas para encontrarme en ti, verás que Mis Misterios no estaban ocultos en las estrellas. Mi Paraíso no solo está en el Cielo, también está en tu interior”.

Que este diálogo, hijos, los inspire a buscar a Dios en el propio interior, y no solo a conocer Sus Misterios, sino también a experimentarlos cada día.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que estaba despierta y dispuesta a adentrarse en los misterios celestiales, todos los días le oraba a Dios y le pedía Su auxilio para desapegarse del mundo y no temerle al Cielo. Esa alma le temía al sufrimiento, a la transición de los tiempos y al cambio del planeta, porque todo eso le era desconocido.

Entonces, un día, cuestionando al Señor, ella le dijo: “Señor, creo que Tú eres Dios y que, más allá de esta vida, hay una Vida Mayor. Sé que estamos viviendo una gran ilusión, pero inmersa en ella, no consigo comprender la verdad. Le temo al cambio de los tiempos, le temo al sufrimiento del mundo y le temo a todo lo que tendremos que vivir antes del Retorno de Cristo. ¿Tú podrás vencer esos temores en mi corazón?”.

Y el Señor, contemplando a esa pequeña alma con una mirada de compasión, le respondió: “Cuando un corazón está en Mí, vive todo de forma diferente. Para él, el sufrimiento se transforma en oferta y pierde su peso, el dolor se convierte en un Amor Mayor.

La transición de los tiempos y todo lo que la humanidad tendrá que vivir será vivido de una forma diferente por aquel que está en Mí. Sus ojos verán la confusión del mundo y en su interior habrá sabiduría. Porque te digo, alma amada, que no serán las pestes, los movimientos de la naturaleza o las señales del cielo que harán que las almas en la Tierra sufran. Serán la ignorancia y su desconexión con la vida superior lo que las tornarán perdidas.

Las bases en las cuales se sustentaban, buscando incansablemente una vida de placeres y de comodidades, no existirán, y ese será el mayor pesar de la humanidad, la raíz de todo sufrimiento.

Aquel corazón que esté en Mí no temerá, porque Yo le daré paz y fortaleceré su fe. Y cuanto más oren, más estarán en Mí y Yo les concederé sabiduría. Y, dentro de la confusión y de la oscuridad del mundo, sus almas serán como faroles indicándoles el camino y, entonces, serán la sal de la Tierra y la luz del mundo. Mis Palabras se cumplirán, y el cumplimiento de las profecías también les traerá paz. Por eso, no temas, pero ora y sé persistente en tu fidelidad, porque Yo te escogí para ser luz sobre la mesa y este es tu destino”.

Que esta historia los fortalezca, disipe sus temores y los coloque en la dirección correcta para que oren y no dejen de orar, y así encuentren la paz.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma, muy esforzada por cumplir el Plan de Dios y ser mejor, estaba afligida por sentir que, a pesar de sus esfuerzos, no sabía amar y no conseguía ser mejor como tanto aspiraba.

En un momento de oración, le cuestionó al Señor y le preguntó: “Señor, hago tanto esfuerzo para amar más y ser mejor, pero siento que no salgo del lugar y que estoy lejos de la perfección de Tu Amor y de la semejanza Contigo. ¿Dónde está eso que Tú dices que habita en nosotros?”.

Y respondiéndole el Señor, también con una pregunta, le dijo: “Alma pequeña, ¿acaso Me buscas más a Mí, o a ti y al mundo? ¿Está tu atención en edificar tu propia consciencia, en contentar a los demás o en amarme de todo corazón y con todo tu ser?

Comprende que Soy Yo quien debe amar a través de ti, y para que alcances la revelación de esta unión profunda Conmigo, debes buscarme más a Mí que a ti. Debes poner tu atención en Mi Espíritu, tu corazón dispuesto ante Mi Presencia y, antes que nada, construir tu vínculo espiritual y esencial Conmigo. Así, seré Yo quien ame en ti, y te sentirás mejor, porque Me sentirás más a Mí y menos a tus limitaciones humanas. Tu vida hablará sobre Mí, y aquellos que te encuentren, Me encontrarán.

Es así, alma pequeña, que alcanzas la perfección cuando Yo puedo ser perfecto en tu interior.

Este es un camino largo y diario, en el que cada día buscas más a Mi Corazón y Me cedes un espacio en tu interior. Pero, si tu atención está en ser mejor y en que tu amor sea mayor y más perfecto, entonces siempre te frustrarás y no encontrarás la paz”.

Les cuento esta historia para que sepan en qué dirección deben hacer sus esfuerzos, para que su empeño esté en amar a Dios, conocerlo y expresarlo cada día más. Así, encontrarán la paz.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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