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Oración de la Sierva de Dios
Oh, Señor,
colma nuestra vida
con los dones de Tu Gracia.
Revélate, Mi Dios,
en cada paso de la vida.
Hazte presente en lo más pequeño,
para que muchos más descubran
el sagrado poder de Tu Humildad.
Abre, Señor, las puertas de Tu Reino,
para que todos puedan entrar.
Que con Ojos de Misericordia,
Tú puedas contemplar la grandeza
de que todas Tus Criaturas estén en Ti,
y Tú, Señor, en ellas.
Que la llama flameante de Tu Propósito Divino
pueda ser reconocida por aquellos
que atraviesan la noche oscura,
porque Tú, Señor, eres la Luz del mundo,
Tú eres ese puente que se muestra
ante nuestros ojos,
para que lo podamos atravesar
en confianza hacia el Paraíso.
No mires, Señor, la indiferencia de los hombres,
la crueldad de los incrédulos;
coloca, Señor, Tu Mirada en todos aquellos
que en sacrificio y en amor se entregan a Ti,
para alabarte y para reconocerte
como el Único Señor, Adonai.
Que Tu Insondable Amor, Señor,
sacramente la vida de Tus Hijos.
Haz que una vez más brille la estrella de Belén
en lo más profundo del corazón
de los que aspiran, algún día,
a encontrarse, cara a cara, con Cristo.
Así, Mi Dios, prepara la Nueva Tierra
a través de los que, por amor, se ofrecen a Ti,
para que Tu Sagrado Reino descienda a la Tierra.
Que en esa unión perfecta
entre Tu Corazón y el corazón de Tus Hijos
se vivifique Tu existencia,
porque al fin de todo,
cuando todo se haya cumplido,
conforme Tú lo decretaste,
Tus Criaturas y Tú, Señor del Universo, serán uno,
y ya más nada separará la vida de la esencia,
la realidad de lo inmaterial,
lo interno de lo divino y cósmico.
Tu Sierva y Esclava, una vez más, se ofrece,
en amor y en renuncia,
para que muchos más puedan renacer en Ti.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Sierva del Señor
A los soldados de la oración: la Red-Luz Planetaria - Parte II
Que hoy, llevando sobre su pecho la estrella de la paz, se confirme su existencia y así se revele el misterio de su origen.
Descubriendo el sentido oculto y la razón de su venida a la Tierra, que sus corazones se pacifiquen en Cristo para que en ustedes se cumpla el Divino Propósito.
Hijos, ahora que llevan sobre su pecho el símbolo sagrado del Corazón del Redentor, que sus brazos se mantengan abiertos para recibir y acoger cualquier necesidad y que, en esa apertura incondicional y con esa respuesta inmediata, ustedes puedan reconocer la acción de la Divina Providencia.
Este es el tiempo en que la nueva Red-Luz, con todo el conocimiento recibido, abrirá las puertas de su mundo interior para acoger la grave situación planetaria y la vivirá como parte de sí para poder aliviarla, así como la Jerarquía, de tiempo en tiempo, alivia al planeta.
Ser parte de la nueva Red-Luz no significa ser impulsado por emociones ni por metas propias. Es decir "sí" a la Jerarquía bajo cualquier circunstancia o situación para poder ir más allá de las apariencias, para poder penetrar con la consciencia el sentido del Propósito.
Por esa razón, hijos Míos, llevar en su pecho el símbolo de su redención es abrir las puertas del corazón para aprender a acoger la Divina Gracia y vivir en la Misericordia de Dios, a pesar de la situación precaria de la humanidad.
Un misionero Red-Luz tiene claro y presente en su consciencia que no será su persona humana la que actuará o servirá, sino que ella dará espacio para que el alma, y lo que está más allá de ella y proviene de Dios, sea la que conduzca el propósito personal de cada ser.
Llevar estampado sobre el pecho el símbolo de la nueva Red-Luz es enviar un mensaje al Universo de una verdadera y profunda adhesión al Plan; es comprender, aceptar y acoger las necesidades del Propósito, y es esforzarse sinceramente para que esas necesidades se cumplan. Porque un misionero de la Red-Luz ya es consciente de que cada pedido de la Divinidad no se remite a una situación o a una persona; él sabe que cada pedido deberá realizarse y cumplirse para que acontecimientos próximos que podrían suceder no afecten a la humanidad ni a los Reinos de la Naturaleza.
El misionero Red-Luz reconoce ahora la importancia primordial de permanecer en sintonía con la Jerarquía para que su camino, su vida y su consciencia sean conducidos y protegidos por un sendero seguro.
Quien lleve estampado el sagrado símbolo de la Confraternidad sabrá que estará formando parte de una Hermandad infinita, de una Misión amplia y que cumplirá, como deber, la parte que le corresponde con alegría y con la certeza de que, más allá de todo, se cumplirá el Plan de Amor en la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Despojado del mundo, camina con confianza hacia el encuentro con Cristo y llega ante el Maestro con todos tus defectos e imperfecciones, porque Él con todo eso hará algo y transformará la Tierra dolorida.
Ante el Señor del Universo ríndete y entrégate a Sus Brazos; así tu mente no divagará, sino solo encontrará la respuesta que necesita para seguir los pasos de Cristo.
Transfórmate conforme a los tiempos y a los ciclos. No intentes resolver algo que te llevará meses o años, solo confía en el divino propósito que toca tu corazón.
Reconstruye la humanidad con el ardiente ánimo de vivir en Dios y deja atrás la tibieza o la creencia de que no conseguirás corresponder.
Por medio de tu fe supera todas las barreras y trasciende todos los ciclos.
Solo ábrete para conocer dentro de ti la semilla de la paz, la que una vez fue sembrada por el propio Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mantén firme tu fe para que ella te eleve hacia lo Alto; así estarás unido de corazón y de alma al Reino de Dios.
Mantén firme tu fe, porque nada ni nadie te podrá hacer fracasar. Todas las vivencias de las experiencias son pasajeras y nada es para siempre.
Mantén firme tu fe para seguir aprendiendo sobre el amor y para que, en confianza, construyas en ti el camino de retorno a tu verdadero origen.
Mantén firme tu fe para que la luz de la fe te acompañe y guíe tus pasos en dirección al Divino Propósito.
Hijo, que tu fe no desaparezca, sigue alimentándola con el fuego de la oración. Así todo se seguirá purificando y será trascendido para que, algún día, alcances la unidad infinita con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Mantén firme tu fe para que aprendas que todo pasará, pero el espíritu permanecerá encendido en el gozo de vivir a Dios.
Tu fe firme te salvará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más