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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús,
pero Tu Muerte hizo brotar
un manantial de Vida para las almas
y el océano de Tu Misericordia
inundó al mundo entero.
Oh, Fuente de Vida,
insondable Misericordia Divina,
inunda al mundo entero,
derramando sobre nosotros
hasta Tu última gota de Sangre.
Amén.
He aquí este océano que muchos desconocen, más amplio que todos los mares y que todos los lagos del mundo. Es tan abundante y desconocida la Fuente de Mi Amor que algunas almas tienen miedo de penetrar Mi misterio.
Por eso, en este tercer y último día de la Presencia de su Maestro y Señor en Canadá para el mundo entero, los invito a volver a subir hacia lo desconocido a través de la escalera espiritual y celestial que les presenté en el primer día y que se animen, pacientemente y con calma, a atravesar la puerta estrecha de Dios que los liberará de cualquier condición humana, puerta estrecha de Dios que los conducirá a la propia libertad espiritual.
Por eso es inevitable, compañeros, que para poder encontrar el océano insondable de Mi Misericordia tengan que sentir y, al mismo tiempo, desprenderse de todo lo que está viejo, de lo que no podrá formar parte de Mi Obra Redentora del Retorno.
Por esta razón, Yo estoy aquí para impulsarlos y para animarlos; para que sepan que en la base espiritual de sus vidas, de sus consciencias y espíritus, está la Fuente y el océano insondable de Mi Misericordia, Fuente de Amor y de Compasión que se generó y se manifestó espiritualmente desde el momento en que su Maestro y Señor bebió del Cáliz en el Huerto Getsemaní hasta el último momento de Su expiración en la Cruz, cuando Yo entregué Mi Espíritu en las Manos de Dios para poder entregarle todos los espíritus que llegarían a Mí a lo largo de los tiempos y de las generaciones, y para poder entregarle a través de Mi oferta, en el dolor más profundo de la Cruz, a todos los grupos de almas que llegarían a Mi Corazón a lo largo de los tiempos y de los acontecimientos del planeta.
Por eso hoy, están delante de esa escalera espiritual y celestial, están prontos para dar los primeros pasos de la ascensión, del desprendimiento total de todo lo que creen, de todo lo que podrían cuestionar o dudar.
Porque dando el primer paso en esta escalera espiritual y celestial del despojamiento, Yo les aseguro que, sí caminan con confianza, ya no recordarán ni tampoco sentirán o pensarán todo lo que los puede apremiar humanamente.
Ustedes ya saben que Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie puede llegar al Padre sino a través de Mí. Si se los recuerdo es porque lo deben tener presente en este momento y en este tiempo, ante los acontecimientos que hoy vive y sufre el planeta a través de las naciones y de los pueblos que están sometidos por la guerra, por el conflicto y el dolor.
Sepan muy bien que ascender a través de esta escalera celestial y espiritual no es algo personal o individual, es elevarse a través de una consciencia madura y responsable no solo por todos sus ancestros, sino también por toda la humanidad. Así, ayudarán a su Maestro y Señor a elevar todo lo que se está corrompiendo y oscureciendo, dentro y fuera de la consciencia humana.
En cada paso que puedan dar, a través de esta escalera espiritual y celestial, también ayudarán a su Maestro a desprender a la humanidad de toda condición humana, de todo lo que obstaculiza la evolución de la consciencia.
Pero es inevitable, compañeros, que cuando llegue el momento de que cada uno cruce la puerta estrecha de Dios deba reclinar su cabeza y columna para atravesar la puerta de la humillación y de la humildad; así como lo hizo la Santa Madre al ingresar en la Gruta de Belén, para que en un espacio humilde y simple naciera el Rey del Universo.
Por eso, aprendan a través de la Humildad de María y de la absoluta confianza de María en el Plan de Dios. Aun hoy, siendo una Consciencia Glorificada, Ella sigue siendo la Esclava de Dios, a fin de que todos Sus hijos en la Tierra alcancen el gran día de la redención y de la conversión, a través de un acto de arrepentimiento por todas las ofensas cometidas contra Dios, a fin de que todo el género humano se reintegre al universo de las Leyes, a la vivencia de los Valores, de los Atributos y de los Principios del Padre, que en este tiempo todos Mis discípulos y discípulas deberán practicar en su día a día, ya que estos Valores, Principios y Atributos del Proyecto de Dios en algunas regiones y naciones del planeta se están disolviendo gradualmente.
Así, podrán comprender con una mirada consciente, predispuesta e íntegra, que subir esta escalera espiritual y celestial no es solo por ustedes, sino también por el mundo, por todos los que en este tiempo y en esta hora crucial de la humanidad, por el sufrimiento generado en la guerra, en la persecución y en la muerte, no pueden ni siquiera levantar su cabeza para implorarle a Dios, por las condiciones tan traumáticas y miserables en las cuales viven.
¿Será que son conscientes de que están trabajando Conmigo por algo mayor?
Es hora, compañeros, de abandonar todo lo que es mezquino y soberbio, es hora de abandonar la acción de la manipulación y el egocentrismo.
Su Maestro y Señor ya les enseñó el camino, pero todos pueden ser Cristos del Nuevo Tiempo si se sumergen en Mi océano de Gracia y de Misericordia.
¿Será que han aprendido a lavar sus rostros, manos y pies en la Fuente de la purificación que Yo les ofrezco?
He aquí, delante de ustedes y físicamente, este misterio que no se esconde para quedar en secreto, sino que se revela a los puros de corazón. Esta es la Fuente de Mi Corazón que nunca se acaba y que pocos, en muchas ocasiones, la visitan o la buscan.
Dios lo pensó todo antes de que ustedes existieran como raza y civilización, aun como almas o esencias.
No piensen que están en el lugar incorrecto, intenten sentir más que pensar: ¿dónde Dios, a través de Mí, los colocó con confianza? Porque si esto no fuera así, aun dentro de su realidad material o concreta, hoy no estarían aquí Conmigo, ante Mí, escuchándome.
No vengo aquí a perder el tiempo de Dios, vengo aquí a buscar la respuesta de los corazones, de los que ya una vez caminaron a Mi lado, de los que fueron curados por Mí, de los que fueron liberados por Mí, de los que muchas veces fueron perdonados por Mí; así como fue liberada María Magdalena del pecado y se convirtió, hasta los días de hoy, en una consciencia santificada.
¿Será que creen en el poder de la conversión que Yo les otorgo como Gracia a las almas?
A todos los que aún no lo consiguen y que esperan entregarme sus corazones, Yo estoy aquí para esto. Es Dios que Me envía como Su Mensajero, como Su Portador de la Paz y del Bien para la humanidad.
En estos tres últimos Mensajes de su Maestro y Señor está la guía y también las claves para vivir esta etapa que hoy les presento, la última etapa preparatoria de Mi Retorno al mundo.
¿Quieren participar de esto? Que su respuesta no sea inmadura, sino consciente.
Yo estoy aquí para ayudarlos y para bendecirlos a través de Mis Sacramentos, Fuente inagotable de renovación para quien cree en ellos; así como las santas mujeres lo creyeron desde el principio, lo profesaron y lo vivieron en sí mismas, siendo posteriormente las testigos del Resucitado.
¿Será que ustedes serán los testigos del Retorno de Cristo; siendo testigos primero en su mundo interior, en su ejemplo de vida y en su coherencia con lo que profesan y con todo lo que creen?
Eso es lo que Yo espero con infinita paciencia y con celo de Amor.
La puerta estrecha de Dios ya se les ha presentado en estos días a las almas. Ahora es momento de que cada uno camine con sus propios pies, porque todo está consumado, así como todo fue consumado en la Cruz.
Que vengan a Mí los que están cansados y oprimidos.
Que vengan a Mí los que dudan y los que están perdidos.
Que vengan a Mí los que buscan la verdad.
Que vengan a Mí los que están angustiados.
Que vengan a Mí los que buscan la paz.
Que vengan a Mí los que aspiran a liberarse.
Que vengan a Mí los que buscan curar sus heridas.
Que vengan a Mí todos, porque aquí está Mi Corazón, puerta segura para su protección espiritual.
Les agradezco a los que hoy caminan Conmigo, a Mi lado; y que, a pesar de todo, siguen adelante y confían en el Señor, en Su Presencia Insondable y también en Su Palabra; y, aun en el momento más difícil u oscuro, siguen caminando confiadamente hasta poder encontrar el abrazo de Jesús.
Que la Paz esté en los oprimidos, afligidos y perdidos para que la Paz, que es presencia viva de Dios, esté en el mundo, así como Mi Paz hoy está en ustedes si creen en ella.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Compañeros:
Con el poder y la fuerza de Mi Luz Celestial, cada vez que Me presento ante el mundo exorcizo y libero a la humanidad de una gran presión planetaria, a fin de que el plano psíquico sea aliviado de las corrientes del conflicto y de la perturbación.
Por esa razón, en la Hora de la Misericordia, su Maestro y Señor concede oportunidades únicas para la redención y la conversión de los corazones.
En la Hora de la Misericordia se abren los grandes espacios de la Conciencia de Dios para que las almas sean sumergidas en el océano del Amor y así se puedan curar espiritualmente.
Que en la Hora de la Misericordia sea recordada la Pasión de su Maestro, a fin de que todos los méritos de Su Muerte, de Su Resurrección y de Su Gloria sean depositados como bálsamo de reparación y de alivio interior en la humanidad, para que las almas encuentren el camino para vivir su salvación.
Que en la Hora de la Misericordia sea vivificada la presencia del Hijo de Dios para que, por los méritos de Su Pasión, la redención interior se irradie al mundo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Durante la Hora de la Misericordia, cuando el mayor caudal del Manantial de Mi Corazón piadoso se abre, todos tienen la oportunidad única de poder sumergirse en Mi Océano de Amor para que las faltas más graves sean perdonadas y las heridas más profundas sean curadas.
En la Hora de la Misericordia, compañeros, se abre la Llaga de Luz de Mi Costado para derramar el potentísimo afluente de la Piedad de Dios sobre los pecadores que, en sinceridad y en verdad, pidan por Misericordia.
En la hora más culminante de la Misericordia, cuando todos los días se recuerda la Muerte dolorosa del Señor en la Cruz, las almas, y el mundo entero, tienen la oportunidad de poder purificar su corazón de toda mancha espiritual y de poder ingresar en el Reino de los Cielos, tan solamente recordando la dolorosa Pasión de Jesús.
Anuncien al mundo que todavía las entrañas más profundas de Mi Misericordia están abiertas, para que las almas, durante esta hora definitiva de la humanidad, alcancen la salvación espiritual y el perdón universal.
Que sus vidas sean testimonio de Mi Misericordia.
Que sus ejemplos y sus actos sean misericordiosos, a fin de que, en el gran universo de Mi Misericordia, las almas y el mundo alcancen la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La Luna anunciará Mi segunda venida al mundo, las estrellas proclamarán la llegada del Rey Universal y todo el macrocosmos estará atento a ese movimiento.
Los que han sido merecedores de Mi Gracia, sentirán en su interior el gozo de Mi llegada.
Aquellos que hayan ofendido las Leyes de Dios, tendrán el último chance del arrepentimiento.
Pero mientras el Hijo de Dios descienda a la Tierra, el planeta temblará y nadie podrá oponerse a ese movimiento, porque estará llegando físicamente la Luz Divina y los corazones se alegrarán a pesar de lo que suceda, porque se librarán de su cautiverio.
Detrás de Mi vendrá el Arcángel Miguel, como muchas veces ya se los he anunciado. El derrotará lo más impuro de lo más impuro, para que en la Tierra pueda volver a brotar el agua de vida y todo, todo, se purifique.
Mientras tanto preparen sus corazones para ese momento, porque el Redentor llegará sin avisar, en el momento menos esperado por la humanidad.
Aun cuando su iglesia esté pasando su gran prueba, que su fe no titubee; que se fortalezca su fe y su confianza en Dios, porque siempre deberán recordar para esos tiempos que su única religión es el Amor de Dios y no la potestad de los hombres.
Yo les vine a enseñar hace mucho tiempo sobre el Reino de Dios, el que mora y vive dentro de ustedes.
Después de muchas pruebas, dificultades y perturbaciones, hoy sus almas tienen la Gracia de reconocer al Reino de Dios, así como muchas más almas lo tendrán en el fin de los tiempos.
Cuando Yo retorne descenderá la Luz Cósmica, y junto Conmigo todos los ángeles.
Los coros celestiales se agruparán en diferentes puntos del planeta.
Cuando la última trompeta de Universo sea tocada, deberán colocar su cabeza sobre la tierra, suplicando por una humanidad pervertida, para que la Misericordia del Redentor sea más poderosa que la Justicia, los errores se puedan aplacar y de las almas se disuelva todo mal.
Pero primero deberán creer en el Reino de Dios que está dentro de ustedes, es lo que Yo vengo a anunciar para estos tiempos definitivos, porque la vida humana está muy exteriorizada, se ha perdido la esencia del silencio, de la meditación y de la reflexión en Dios.
Antes de que más almas se pierdan en el mundo y no consigan salir de su cautiverio, hagan un acto de amor por cada una de ellas, recordando todos los días y cuando despierten en cada mañana, que el Reino de Dios está dentro de ustedes y aún él deberá descender a la Tierra, con toda Su Gloria y Poder.
Por eso San Miguel Arcángel trabajará como nunca antes ha trabajado, mucho más de lo que trabajó durante Mi Divina y Dolorosa Pasión, para sucumbir los infiernos a niveles más profundos de la consciencia, a fin de disolver y de disipar todo mal.
Desde el ADN del ser humano hasta lo más externo, todo se redimirá.
Tengan confianza y fe en lo que están viviendo.
Acepten con gratitud Mi Convocatoria y reenciendan en sus espíritus el fuego del compromiso sideral.
Porque la Tierra tendrá la última oportunidad de ser redimida, ya no hay tiempo que esperar.
La consciencia de su planeta agoniza día a día y también todo lo que está en su superficie.
Por eso arriésguense, compañeros, a volver a firmar el compromiso con Mi Corazón, que no es un compromiso mental, ni tampoco moral; es un compromiso profundamente espiritual que los podrá aproximar cada vez más a Mi Divina Misericordia, en donde todas sus almas se podrán sumergir en Mi Océano de Amor, para que se disuelvan las heridas y todos los traumas vividos a través de los tiempos.
A través de Mi Amor Yo les traigo la nueva vida, porque sus vidas deberán renacer para estos próximos tiempos por medio de los Sacramentos que Yo les ofrezco, tan simplemente, para que sus almas puedan revivir el encuentro con el Sagrado Maestro del Amor.
Vengo en esta tarde a limpiar sus impurezas y a volver a elevar sus espíritus al Reino de Dios, porque la hora de Mi regreso al mundo se está aproximando y necesito, con todo Mi Corazón, que más almas estén preparadas para poder recibirme conscientemente.
Sientan la alegría interior que, de alguna forma o en algún plano, podrán reencontrarme y que Yo no seré su juez, sino su mediador e intercesor ante el Padre Celestial.
No hablo de los pecados, sino de lo que aún deberá purificar el mundo para volver a ser una tierra prometida.
Esa tierra prometida, compañeros. comenzará primero dentro de ustedes.
Y si esa tierra prometida nace y surge, el gran cambio de la consciencia se verá en la humanidad.
Pero algo Me deberán dar para que eso pueda suceder, a algo deberán renunciar para que sus vidas se transformen verdaderamente.
No le puedo pedir al mundo entero un gran sacrificio porque sé que no Me lo dará, pero sé que puedo pedirles a ustedes pequeños sacrificios para que el mundo pueda cambiar, poco a poco.
El sacrificio que Yo les pido no es sufrimiento ni dolor.
Les pido que coloquen a Mis Pies sus sufrimientos para que Yo pueda transformarlos todos en la Fuente de Mi Divina Misericordia, una Fuente de Amor y de Reparación que en algún momento se cerrará, porque descenderá al mundo la Fuente de la Justicia Divina.
Siempre les diré la verdad, para que no sean engañados por nadie.
Pero ustedes, compañeros Míos y almas Mías, pueden ser precursores de ese gran cambio en la humanidad, volviendo a fortalecer en sus familias los gestos de amor y de hermandad, colocando oratorios en sus familias para que el soplo del Espíritu Santo descienda sobre sus hogares, estén protegidos y amparados por la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.
Con cosas tan simples, pero verdaderas, el mundo podrá vivir su gran cambio de consciencia; solo necesito que vivan Mis designios de forma verdadera para que Yo pueda estar más cerca de ustedes y nuevamente, volver a bendecirlos.
Todo esto preparará Mi segunda venida a la humanidad. Los sellos del Apocalipsis ya estarán abiertos. Lo que antes era un misterio, será una gran revelación en el mundo, por eso los ángeles del Universo descenderán a la Tierra para poder anunciarlo.
Todos los que se hayan mantenido en Cristo y por Cristo, recibirán esa revelación interior.
Sentirán en lo profundo de su corazón y de su esencia el Retorno de Cristo.
Sentirán que deberán recogerse, silenciar y orar, adorar y contemplar la inmensidad del Universo Celestial, porque el Hijo de Dios estará llegando al mundo.
De una forma nunca antes vista, todo dejará de ser una promesa. Porque el Verbo encarnado se volverá a cumplir, Él se manifestará a la humanidad en Su Gloriosa segunda Venida.
Muchas de las cosas que hoy les digo no las comprenderán, porque son palabras que provienen del Universo Espiritual y que primero intentan nutrir sus espíritus, para que sus esencias sean colmadas por Mi Divina Gracia.
Porque será Mi Divina Gracia la que les dará el entendimiento y la comprensión; una Gracia divina e infinita que constantemente se dona por la salvación de las almas y el rescate del planeta.
Ahora que han reactivado en ustedes su compromiso interior Conmigo, recuerden la existencia de sus ángeles de la guarda, que también sufren por la perversión de los seres humanos. Llámenlos, día a día, con la oración del corazón. Pídanles que los acompañen en los momentos de trabajo y de familia.
Repueblen sus hogares de los ángeles de Dios, para que las fuerzas capitales sean exorcizadas y el mal sea disuelto por el poder del Amor.
La familia argentina deberá ser reconstruida, recuperando los valores de la Fe, más allá de los errores de la iglesia.
Yo los invito, compañeros, a elevar sus consciencias de plano para que sus almas se coliguen con la Fuente verdadera de la luz, la Fuente inmaterial que proviene del Padre Eterno y que emite impulsos de tiempo en tiempo para la evolución de las almas y la redención de los corazones.
Ayer les ofrecí Mis Llagas. Hoy les ofrezco el Sagrado Cáliz que especialmente he traído entre Mis Manos para que la Sangre del Cordero de Dios sea vertida en todas las almas que acepten beber de este Cáliz de reparación y de cura.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido del Padre Celestial entonaremos "Sagrado Cáliz del Señor", abriendo esta ceremonia entre el Cielo y la Tierra para el descenso de la Iglesia Celestial por medio de la donación del Corazón del Maestro y de todos los ángeles presentes en este momento.
Eleven sus corazones a Dios en profunda gratitud y recogimiento.
Escuchemos el canto de esta oración que invoca la Misericordia para el planeta.
Los escucho:
Sagrado Cáliz del Señor...
Para ser merecedores de Mi Gracia y de Mi Misericordia, primero deben ser merecedores de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, sagrados elementos que Yo les ofrezco para la redención de sus consciencias y la elevación de sus espíritus, a fin de que se cumpla la Divina Voluntad.
Que Argentina, en esta tarde, sea bañada por los atributos divinos de Mi Sangre y de Mi Cuerpo, a fin de que las corrientes perversas se disuelvan y triunfe la Luz del Sagrado Corazón de Dios para siempre. Amén.
Recuerden cuando Yo les dí el Pan y les dije que comieran de él porque este es Mi Cuerpo que fue entregado y es entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Coman de Mi Sustancia de Luz.
Y hoy, de nuevo, les doy de beber del Cáliz, diciéndoles que esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza entre las almas y Dios. Sangre derramada por el Cordero de Dios para el perdón y la redención de los pecados.
Recuerden el Monte de las Bienaventuranzas y cuando Yo les enseñé esa simple, pero poderosa oración que los une a Dios en total consciencia y esencia.
Oremos:
Padre Nuestro...
Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra para los seres de buena voluntad.
Y así, Yo los santifico a todos con Mi Espíritu, para que sus vidas alcancen algún día el espíritu de la santidad, que es ser verdaderas personas que viven en la bondad y en el bien de Dios, para hacer repoblar en la Tierra los Códigos del Cielo en todos los corazones que encuentren y que busquen el mismo camino de retorno a la Casa de Dios.
Como les dije a Mis Apóstoles y a muchos que estaban presentes en los planos internos:
Mi Paz les dejo y Mi Paz les doy.
Hoy contemplo sus esencias y no sus pecados para que puedan revivir la alegría de reencontrar el Reino de Dios dentro de ustedes.
Que sus espíritus entren en júbilo, que sus almas alcancen el gozo de Dios y que todas las fuerzas contrarias sean disipadas por la Presencia de la Segunda Persona de Dios, el Primogénito y Unigénito, su Maestro y Señor, el Redentor.
Los bendigo:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad, dense un saludo de paz, para que la Paz esté en la Argentina.
Que así sea.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más