Apariciones extraordinarias
NOVENA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA COLINA DE LAS APARICIONES, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LAS 20:00 H, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Algunas horas después, el grupo se reunió nuevamente en la Colina de las Apariciones para esperar en oración a la Reina del Cielo. Como en los días anteriores, se rezó la oración “Madre Universal”.

Después de una hora de oración, el coral entonó “Oferta a la Madre” y durante el cántico Ella apareció sobre el árbol.

Fray Elías se aproximó y, cuando se instaló el silencio, comenzó a transmitir Sus Palabras.


El mundo encontrará la paz cuando los corazones quieran vivir la paz.

Hoy, vine a proclamar Mi Fe.

Queridos Míos, les traigo, desde los Cielos, la Bendita Misericordia para que sus corazones se nutran de ella.

Yo Soy la Reina de la Piedad en el fin de este tiempo.

Ahora, cuenta lo que has visto y lo que te he dicho.

 
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Mientras orábamos, aparecieron en el cielo tres aros de estrellas, aros concéntricos que parecían un portal. Desde el centro de esos aros, emergieron algunos seres angélicos. Uno de ellos llevaba una gran caja de Luz y anunció que era el Arca de la Santa Alianza.

Ese ángel se acercó, descendió hasta nosotros y nos dijo lo que el Arca significaba, después se elevó.

En otro momento, más tarde, apareció a la izquierda del árbol el Padre Pío, que en sus manos llevaba guantes, como los que en vida cubrían sus estigmas. Él nos bendijo. A la derecha del árbol apareció San José, el esposo de María. Padre Pío y San José se reunieron frente al árbol y observaron lo que sucedía en las alturas, en lo alto del cielo.

Entonces, la Madre apareció vestida con una túnica rosada y un manto blanco, Su Rostro era luminoso y claro, como también lo eran Sus Pies, que llevaban una rosa celeste sobre cada uno.

Tenía en Su Cintura una cinta color plata, y Su Aura blanca irradiaba mucha Luz. Sobre Su Cabeza vi la corona de estrellas y un canal de Luz que venía desde lo Alto, un canal de energía celeste.

A los pies del árbol había siete ángeles y cada uno llevaba una antorcha encendida en sus manos.
 

Estos son los siete Aspectos de Dios, los siete Principios para la Nueva Tierra.

Queridos Míos, hoy les traigo la Paz de Mi Corazón Maternal para que renazcan en sus vidas, para que no pierdan la alianza Conmigo y para que se unan a Mi Inmaculada Faz de oración.

Gracias por haber respondido al llamado durante este día.

Hoy, les traigo Mi Luz Mayor a sus corazones, a aquellos que quieran escuchar nuevamente estas simples Palabras.

Gracias por haber plantado este jardín. La Luz de Mi Corazón desciende sobre estas flores porque Yo Soy Pura e Inmaculada. Quiero que ustedes imiten esta pureza, que llevan en sus corazones dormidos.

Para alcanzar la pureza se debe vivir en humildad; es un gran paso para la vida terrestre. Pero lo importante, hijos Míos, es que están a tiempo de poder ir a ese encuentro, hacia ese camino donde Yo estoy.

Hoy, Me colocaré como Ave Protectora sobre un grupo de consciencias como lo he hecho durante todos estos días, hasta el día 25 de este mes. Esto preparará a los grupos que vendrán después, en noviembre, para encontrarme otra vez.

Si han visto pasar sobre ustedes el Arca de la Alianza, es señal de que el Señor está cerca y los está llamando.

Pero para descubrir los misterios, estos deben ser amados y así ellos se abren al conocimiento. Lo importante es crear fuentes permanentes de oración en este mundo dolorido, para que Mi Corazón triunfe en todas las naciones de América, Europa y Oriente.

Oceanía será la última región donde triunfará Mi Corazón, continente que se unirá en oración al fin de los tiempos, en fidelidad; pero América debe renovar el compromiso Conmigo, como lo hizo en Guadalupe.

Ahora, Yo estoy aquí para los que crean en Mí, pues este es Mi último llamado para renovar la vida de los corazones y para que Yo pueda cicatrizar las heridas con Mi Misericordia, Misericordia que brota de la Fuente y que se une al Corazón de Cristo, Mi Hijo. Antes de que Él llegue, Yo ya estoy aquí anunciándolo.

Quiero despertar las células de sus corazones para que promuevan Mi oración, que es necesaria para salvar a las almas que no encuentran descanso ni refugio y que sufren más que ustedes. Como ya lo he dicho, Yo estoy aquí nuevamente mientras haya almas que aguardan Mi rescate.

Hoy, abro Mis Brazos para bendecirlos y extiendo Mis Manos para que las tomen y se unan a Mi Inmaculada Concepción, que es la Fuente principal del bautismo espiritual de los que deben volver a nacer en unión con Dios, en reconciliación con el Señor, con el universo, con la vida, con sus hermanos.

Como estamos en un tiempo de cierre, Yo vendré aquí hasta el día 25, a anunciarles que confío en ustedes, para que puedan responderle a Mi Voz, que es mayor que sus corazones. Aquel corazón que se nutra con Mi oración, estará en Mí y Yo en él para que pueda vivir la paz y llevar Mi Paz a los que necesitan ser irradiados por este principio universal.

Si hoy les hablo de la Paz, es porque es necesaria, es la fortaleza que se une a la Luz que le da brillo especial a la vida.

El alma encuentra al Señor cuando se dispone a unirse a Él sin juicios.

Saben que el Juicio Divino está llegando a toda la humanidad y aquellos, que se animen y se lancen a Mi Corazón, podrán encontrar equilibrio en el fin de este tiempo. Sepan, hijos Míos, que esta es Mi tarea como Madre Inmaculada, como Corazón Resplandeciente que una vez estuvo aquí en la Tierra aprendiendo a llevar la experiencia de la vida hacia otros universos, donde el Señor Me aguardaba, Quien Me preparó para retornar Glorificada.

Todos saben que Mi Asunción a los Cielos fue verdad, en Cuerpo y en Alma. Ninguna parte de Mí quedó sobre esta Tierra, porque Mi Esencia debía ir unida para responder al Gran Llamado de socorrer a los corazones en estos últimos siglos que han pasado.

Por eso, hoy estoy aquí y en Medjugorje, llevando el mismo Mensaje de Paz a diferentes consciencias, llevando Mi Luz a los diferentes corazones y abriéndoles las puertas, las últimas puertas, a aquellos que quieran entrar a Mi Reino de Paz.

Después del día 25 pase, vivirán un ciclo de meditación y reflexión, porque no solo Me estarán respondiendo, sino también al Señor, que los observa desde antes de su existencia como carne y como alma.

¿Qué harán con todo lo que están recibiendo?

Por más que no Me hayan visto, saben que Yo estoy en sus corazones, observando cada intención; pues una Sabia Madre socorre a los niños que pueden caer a los barrancos y a los abismos. Allí, Yo les extiendo Mi Manto para que se sostengan fuertemente y puedan traspasar las barreras de esta materia.

Mi Esencia ama a toda la Creación y manifestación del Señor.

Sabemos, hijos Míos, que estamos en tiempos de redención y estoy abriendo la puerta de los Cielos para que todos puedan entrar, aquellos que creen y aquellos que no creen, aquellos que sienten y aquellos que no sienten, aquellos que comprenden y aquellos que no comprenden Mi Mensaje de Paz.

Ahora, Me elevaré a las alturas para bendecir a más corazones. Y tengan presente, queridos Míos, que sus oraciones resuenan en los Cielos del universo. Ese mismo universo responderá en sus vidas para aquellos que busquen la Verdad que brota desde el corazón, que nace de cada esencia en donde no existe el mal.

Las batallas prosiguen, y deben afianzarse en la oración porque están en un ciclo de oración Conmigo, como ustedes ya han vivido en otros ciclos.

¿Y ahora, qué harán con lo que les estoy diciendo? ¿Qué harán con todo lo que les he entregado durante estos días y los días que restan hasta el 25?

Solo les puedo decir que Mi Voz ha descendido a sus corazones, abiertos o no a Mi Luz Maternal. Sepan, hijos Míos, que Mi Voz está pasando como la Voz del Señor, para los que la quieran escuchar y nutrirse con una nueva Luz curadora.

Encuentren en Mi Corazón todo el descanso que necesitan y acepten los sacrificios por el mundo, por sus hermanos, por la paz y la redención.

Ustedes están siendo rehabilitados en sus corazones, y ahora deben darle una oportunidad a sus hermanos que viven sumergidos en la ilusión y en la oscuridad del alma. Ha llegado la hora de expandir la luz de la oración, para que Yo pueda alzar a los que están caídos, como alguna vez lo han estado ustedes.

Sepan que el alma que toca con sus rodillas el suelo y coloca su cabeza sobre Mi Manto, estará protegida por su humildad y compasión. Es hora de que brote desde sus corazones todo lo que han aprendido a lo largo de estos 30 años.

La preparación ya ha pasado; es hora de la acción, de la verdadera misión crística en el fin de este tiempo.

Los rebaños se están volviendo a agrupar en oración y por sintonía, pero deben dejar entrar a los rebaños que están perdidos, porque Yo los conduciré hacia ustedes. Sepan que Yo los estoy enviando, en este último ciclo, para que los acojan, los resguarden y los amparen.

Hoy en especial, llevo Mi Paz a todos los niños que representan a Mi Pureza Original, una vez concebida como María, la Madre del Mesías. Deben proteger y enseñar a orar a los niños, porque ellos tienen una tarea Conmigo, la de difundir Mi Luz en este mundo.

En la simplicidad se encuentra el gran camino hacia los Cielos, imiten al que Yo he recorrido desde hace siglos.

Ahora, Yo estoy aquí entre ustedes, acompañándolos con Mi Paz y dándoles Mi Paz para que puedan caminar en estos cambios que Yo, desde los Cielos, les traigo en este Centro de Amor.

Sepan, queridos Míos, que el universo es único y que Yo Soy Única entre todas las criaturas.
Yo Soy la Inmaculada Madre de las consciencias, la Guardiana de los corazones, el Ave del Sol. Por eso, los invito a que oren siempre Conmigo, en cada momento, y cuando parezca que la oración decae por la pereza o el aburrimiento, recuerden todo lo que han recibido y coloquen la visión interna, del corazón, en aquellos que no tienen nada, en lo que está aconteciendo en este último tiempo.

Fue anunciado por Mí en Fátima una tercera guerra. ¿Será que recuerdan lo que Yo les he dicho?

Meditemos, el Señor nos pide que reflexionemos.

Abracemos la Luz que está llegando.

Oremos:

Bendita Tú eres, entre todas las criaturas,
porque fuiste concebida por una Gracia Mayor.
(tres veces)

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a repetir con Ella esta oración:

Salve, Madre del Mundo,
Guardiana del Amor.
(siete veces)


También la siguiente oración:

Salve, Madre del Mundo,
Guardiana del Amor,
Tu Luz en cada corazón.
 Amén.
(cuatro veces)

Y la que sigue:

Salve, salve, salve, Señor.
(tres veces)


Y continúa:

Salve, salve, Salve, Señor,
Tu Mente Divina en cada corazón.
Amén.
(cinco veces)


Ella dice sonriendo:
 

¿Ustedes ven que simple es encender los corazones?

Es así como debemos orar: con amor y devoción, busquen esa llama.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ella va a bendecir a todos los presentes, pero en especial a un grupo de hermanos.


Mientras Fray Elías, Madre Shimani y Trigueirinho se desplazan hacia el lugar indicado por la Madre Divina, en donde dará la bendición, se ora la invocación a la Madre Universal. Luego se entona el “Ave María”.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a sentir a Nuestra Señora sobre este grupo.

Ella se encendió como un Ser de Fuego y después se volvió hacia Su interior y nos mostró un gran orandio. Sobre Su Cabeza apareció una estrella y una media luna, y después con un pequeño lienzo, un pañuelo blanco, iba limpiando, iba borrando algunas cosas que había en las cabezas de los miembros de este grupo, como cuando una madre limpia a un niño pequeño.


Gracias por responder a Mi Voz.

Estoy contigo, con cada corazón, con cada ser.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora dice que ahora responderá siete preguntas.


Se realizan las siente preguntas y transcribimos aquí lo que Ella respondió en la última.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Madre Divina responde que debemos sentirla en nuestras vidas y en nuestros corazones, más que en nuestros pensamientos. Esa es la meta que cada alma debe alcanzar. La propia alma que ora encuentra la respuesta cuando el Señor así lo quiere.

 
Para cerrar y en agradecimiento, se ora la oración a la Madre Universal por tres veces y se entona “Ave Luminosa”.