Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN LA 119.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando una Consciencia Divina y Cósmica desciende a la Tierra, tiene la misión, desde los planos superiores, de rescatar a todas las consciencias, más allá de cualquier condición y situación.

Por eso, a la vida nunca pueden mirarla con ojos superficiales, carentes de sentimiento o de sensibilidad; porque la Jerarquía Espiritual, cuando desciende a los mundos inferiores, contempla a través de Su Mirada lo más profundo que hay en cada ser.

En este tiempo, de tanta confusión y engaño, aprendan a mirar como mira la Jerarquía, sin condenación y sin juicio, sino a través de una mirada de compasión y de amor que los ayudará a percibir la realidad de cada ser.

Por eso, las voces que siempre callaron, que ahora hablen. La Jerarquía está con Sus oídos abiertos para poder escuchar a los que siempre estuvieron mudos, por temor a una rebelión.

Nuestro Corazón está abierto a todas las moradas. Nuestro Espíritu está sobre aquellos que confían en Nosotros, para que puedan sentir el abrazo de toda la Hermandad.

Pero, tengan presente lo que les digo en este momento; porque las almas, en este tiempo, necesitan ser consoladas para que puedan vivir paso a paso su consagración, para que se animen a seguir adelante sin temor a equivocarse.

¿Por qué les hablo de esto, compañeros?

Porque deben aprender a sentir y a comprender a quien tienen a su lado, para que la Misericordia Divina sea una realidad en el mundo y en los lugares en donde más se necesita.

Primero, deben aprender a comprender y a amar a quien tienen a su lado, porque no se pueden saltear las reglas de la evolución, las reglas de los aprendizajes, que los harán crecer interiormente como buenas personas, como Hijos de Dios.

Yo vengo con este apelo, aunque parezca que no tiene importancia, porque el valor de la escucha se está perdiendo en el mundo. El diálogo fue esclavizado y sometido, y las consciencias ya no se comprenden.

Pero, con todo lo que Yo les He enseñado, a través de los tiempos y por medio de Mi Dolorosa Pasión, les he dejado Mi Legado y Mi Tesoro para que pudieran imitarme y seguir Mi humilde ejemplo de que algún día sean bienaventurados, aun en la vida cotidiana, en cada nuevo relacionamiento con el semejante para que sea una construcción fraterna y auténtica, alejada del poder y de la autoridad que el ser humano cree tener.

Por eso, compañeros, si el Hijo de Dios, siendo el Hijo del Padre, nunca tuvo a nadie bajo Sus Pies, porque nunca se lo permitiría, por más autoridad que el Padre Me haya dado, ustedes también deben tener esta premisa. Nadie puede estar debajo de sus pies, bajo ninguna autoridad ni bajo ningún poder, porque no estarían Conmigo, así como Yo lo necesito.

Por eso, este es el tiempo, el poco tiempo que resta, para poder redimensionar las actitudes y los aprendizajes, la forma de tratar al semejante; porque todos, en lo más profundo de sus corazones, tienen un valor incalculable para Dios. Y si el Dios Vivo lo contempla en cada corazón humano, ¿cómo ustedes no lo contemplarán?

Es tiempo de cambiar, más de lo que ustedes piensan que ya cambiaron; porque cuando Yo retorne, Mis pilares, a través de las almas, deberán estar firmes y definidos. No podré colocar Mis Comandos, Mis Tesoros y Mis Aspiraciones en tierras movedizas.

Necesito colocar Mi Poder y Mi Amor en el corazón de los simples y de los humildes, que son los que siempre, a través de los tiempos, de las generaciones y de las humanidades, fueron los que concedieron el abrir las puertas de los Cielos en la Tierra, para que toda la humanidad se pudiera salvar una y otra vez.

Yo deseo que vivan el bien en profundidad, no un bien común, sino un bien mayor que les hace comprender la existencia de otra forma, que los coloca de una manera diferente delante de la realidad, sabiendo que es necesario en cada momento llevar Mi Amor al mundo.

Esa debería ser la regla primera: el amor y la escucha, para que se manifieste el diálogo; no un diálogo de indiferencias, sino un diálogo de igualdad, de un bien mayor.

Estas fueron las últimas orientaciones que Yo les hice a Mis apóstoles en el tiempo pasado, porque era necesario que cada uno tuviera bien claro lo que era necesario hacer para cumplir el Proyecto de Cristo en la Tierra. Sin esas bases y sin esos pilares, la Obra de Cristo no se concretaría. Lo mismo hoy, Yo les digo que sin esos pilares y sin esas bases, la Obra de la Misericordia no se concretaría.

Yo necesito que puedan madurar en un amor más expansivo y menos emocional, un amor justo y pacífico, un amor solemne y leal. Así, llevarán Mi Plan adelante con perspectiva y sin tantas oscilaciones, porque lo que Yo vengo a construir en cada uno de sus corazones es algo verdadero y no pasajero, es algo que Yo necesitaré en este tiempo final, cuando Yo los tenga cara a cara y les pida Mis Tesoros para preparar Mi Retorno al mundo, y así cumplir la Aspiración de Dios de manifestar la tan ansiada Tierra Prometida.

Por eso, estoy aquí junto a Mis ángeles, testigos fieles de este momento; junto a sus ángeles de la guarda que también son testigos de este momento, de la importancia de la madurez para todo lo que su Maestro y Señor necesitará llevar adelante en este tiempo final.

Ahora, ¿comprenden la esencia de lo que es el rescate?

Un verdadero apóstol nunca puede interrumpir el camino del prójimo, todos deben sentir la libertad de poder crecer y expresarse. Esto es lo que les permite a ustedes ser verdaderos, sabiendo que cada consciencia y cada corazón tienen su lugar y su espacio en el Corazón de Dios.

Espero que sus hermanos y hermanas, que están en el mismo camino y que se encuentran en Mi Barca, tengan algún día un lugar en sus corazones y no un problema; porque el Amor que Yo les enseño no se refiere a lo tridimensional, el Amor que Yo les enseño se refiere a lo espiritual, a lo verdadero y a lo auténtico, sabiendo cuándo decir sí y cuándo decir no. Por eso, deben hacer un examen de consciencia en ustedes mismos.

No necesito de culpas, necesito de una reflexión madura y consciente, humilde y arrepentida, sabiendo que es lo único que ustedes Me podrán ofrecer para que Yo pueda tener la autoridad de salvar a otras regiones del mundo, a ciertos espacios en donde ya no llega Mi Luz.

Ahora, ¿comprenden la amplitud de Mi Plan de Rescate?

Desde lo más pequeño hasta lo más grande debe ser cuidado y protegido. Desde lo más pequeño hasta lo más grande, todo debe estar bajo una reflexión. Así, Yo les podré confiar más tareas y podré justificar ante la Ley lo que estoy haciendo en este tiempo.

Ya están a las puertas del apostolado maduro, se los vengo diciendo en los últimos tres meses. Ahora es tiempo de vivirlo, es tiempo de concretarlo. Eso es lo que tanto espero, con toda la fuerza de Mi Corazón.

No es nada difícil lo que les pido, ustedes saben que les digo la verdad, porque ahora es necesario preparar Mi Retorno, y cada día que pasa se vuelve más urgente.

Por esa razón, una vez más, Yo estoy aquí no solo para bendecirlos y para alentarlos, sino también para hacerlos consecuentes en Mi Camino de Cristificación, que no se trata de una teología ni de una filosofía, sino que se trata del corazón que ama profundamente la vida, que ama al prójimo, así como es, que ama fervorosamente cumplir la Voluntad de Mi Padre.

Así, Yo les vengo a enseñar lo mismo que les enseñé a Mis apóstoles. Espero que haya una respuesta sensata. Yo conozco el potencial de sus corazones, conozco las virtudes que pueden vivir sus almas, conozco los dones que sus espíritus pueden recibir de Dios.

Por eso hoy, los volveré a sacramentar y, en especial, les volveré a entregar Mi Sagrado Cuerpo y Mi Preciosa Sangre para que sus vidas, en este tiempo final, sean testimonios vivos de Mi Amor para un mundo herido, para que la unidad se establezca, para que la paz sea una realidad, para que los que sufren puedan ser aliviados.

Esta debería ser su aspiración, comenzando con quien tienen a su lado. Así, vivirán en Mi Hermandad Crística.

Les agradezco que hayan respondido tan prontamente para este encuentro. Los animo a caminar en la fe y por la fe, para que la cura sane el corazón humano.

Está todo dicho.

Que Mis Palabras reverberen en lo profundo, para que se pueda cumplir la Voluntad de Dios en la Tierra y en el Cielo.

Y, ahora, celebremos la Santa Comunión para que las almas más sufridas reciban Mi Amor.

Les agradezco.

Continúen en Mi Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.