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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Contemplen la grandiosidad del Amor de Dios en ustedes y cómo ese Amor es capaz de ir muy lejos; así como Mi Hijo fue muy lejos, más allá de la Cruz.
Contemplen ese Amor en sus esencias, háganlo por las almas que no contemplan a Dios en sí mismas, para que en esta noche el Corazón de Dios pueda ser reparado de todas las ofensas y ultrajes que comete el mundo.
Como Reina del Amor, como Madre que los ama, como la Guardiana de sus almas, les pido que recuerden el poder del Amor de Dios que es invencible e inextinguible, que va más allá de los conflictos y de las guerras, que obra más allá de toda división y disociación.
Este Amor es el que no conoce Mi adversario, y será este Amor Mayor e Infinito de Dios que también algún día lo redimirá; así como Cristo, a través de Su Preciosa Sangre derramada, redimió a cada uno de ustedes, liberándolos del pecado y del error, abriéndoles la puerta de Su Misericordia para que todos pudieran ingresar en Su océano de Compasión y de Amor.
Ante el terrible escenario del final de los tiempos, retornen a la esencia del Amor que está en ustedes y que los creó en el principio, en la Fuente. Así, trasciendan sus propios obstáculos; así, disuelvan sus propias amarguras y tristezas.
En esta noche, reciban con júbilo la Divina Esperanza, la Esperanza que Mi Hijo promete en Su pronto Retorno; la Esperanza, llena del Amor de Dios y de la vida, que renovará la faz de la Tierra, que liberará a las almas del sufrimiento de una vez y para siempre.
Porque en verdad les digo, Mis queridos hijos, que cuando surja la Nueva Humanidad, bajo el preámbulo del Retorno del Señor, no habrá ni un alma en esta superficie a la que se le escuche su llanto, porque el llanto de las almas en la Nueva Tierra será de alegría.
Si ustedes supieran cuánto Yo los amo, les aseguro que llorarían de alegría; porque el Amor de Dios no solo es invencible, no solo es profundo, sino también es un Amor transformador; un Amor que les concede la Gracia y el Perdón, que les otorga en esta noche una amnistía espiritual a ustedes y a sus hermanos que escuchan, a todos los que en este día se hayan dirigido al Santo Sacramento de la Eucaristía. Será una amnistía plenaria que disolverá los errores cometidos hasta el presente y que les permitirá a sus ángeles de la guarda dar testimonio de este extraordinario evento ante Dios.
Así, como les dije ayer, Mis hijos, los Altares de Dios hoy están abiertos; porque las puertas fueron abiertas por los santos ángeles del Señor, para que las ofrendas de reparación y de reconciliación de las almas sean depositadas honestamente ante el Señor; y así juntos, Mis amados hijos, aspiremos e invoquemos un buen año 2024, un año sin guerras, sin conflictos ni divisiones, un año en el que prevalezca el Amor.
Y así, ese Amor es el que renovará al mundo si las almas se unen a la esencia del Amor de Dios y se reconocen como Sus Hijos, los Hijos de la Fuente.
Esto permitirá, queridos hijos, que más almas en el mundo que están perdidas sean contempladas por la Misericordia y no por la Justicia; porque como así Yo les dije, Mis queridos hijos, Yo les deseo el bien a cada uno de ustedes y a sus familias, un bien mayor que les permita comprender la realidad, esta realidad del final de los tiempos.
Pero atención, Mis pequeños, no observen la realidad del mundo con temor o con miedo. A pesar de que es una realidad aterradora y triste, necesito que las almas despiertas, a través de la oración del corazón, se decidan de una vez y para siempre a ser puentes entre el Cielo y la Tierra, a ser mediadoras del verbo orante ante todas las causas imposibles que, con la intervención de la Divina Madre, no serán causas imposibles, sino serán soluciones posibles para todos.
Mi segundo pedido, en esta noche especial, es que invoquen la paz con más fuerza; y que sus actos, palabras y acciones sean de paz, para que la paz pueda ser recibida no solo por las almas que más la necesitan, sino también pueda ser acogida por aquellos lugares que han sufrido la guerra, el conflicto y la destrucción física de los espacios; que la paz pueda renacer en los corazones más sedientos.
Y ustedes, Mis queridos hijos, que han sido tan llenos de Gracia, al igual que su Madre Celeste, sean precursores de la paz y crean en esa paz, adentro ustedes y después afuera de ustedes. Así, la vida no será un sufrimiento, sino que la alegría emergerá de ustedes y de sus hermanos, por estar respondiendo al Llamado de Dios.
Mi tercer y último pedido es que, a través de la Santa Eucaristía que enseguida celebrarán, tengan muy presente a todas las huestes celestiales, que en esta noche ofrecen el Santo Sacramento y que abren todos los Sagrarios de la Tierra, para que la Luz poderosa de Cristo colme y bañe al mundo entero por medio de Su Amor y de Su Misericordia reparadora.
Que esta sea, para ustedes, la verdadera celebración de fin de año que una vez más tengan la dicha de vivir el Sacramento Eucarístico con Mi Hijo.
Deberían meditar y sentir en sus corazones lo que significa para el Reino de los Cielos que en cada día se celebre el misterio del Amor de Cristo, a través de la Comunión, y todos los méritos salvíficos y redentores que las almas reciben a través del Sacramento.
Por eso, hijos Míos, en este final de los tiempos, no vivan la Comunión como algo normal; que sus almas se exalten con júbilo y alegría por poder confirmar a Cristo en ustedes, como símbolo y señal de esperanza para el mundo entero.
Así, sus pequeñas almas y sus pequeñas esencias podrán ser ese gran espejo que se refleja en la Tierra, para que los códigos y los méritos de la Pasión del Señor enmienden todos los errores del mundo y les concedan la redención a las almas que ya se condenaron.
Con especial predilección y amor, Mis hijos, acompañaré esta Sagrada Eucaristía que hoy oficiarán en nombre del Señor.
Así, su Santísima Madre, la Reina del Cielo y de la Tierra, la Humilde Esclava del Señor, la Intercesora entre los corazones y Dios, podrá elevar junto con los santos ángeles y los ángeles de la guarda todas las ofertas, para que en el mundo se alcance la paz y el fin de la guerra, no solo de la guerra física, sino también de la guerra en las familias.
Porque Mi deseo ardiente, Mis hijos, es que cada uno de los miembros de sus familias y de las familias del mundo pueda reencontrar en su mundo interior el Amor de Dios, que los salva y que no los castiga, que los libera y que no los condena, el Amor que los ama tal cual son y que los impulsa a la transformación de la vida y del corazón.
En esta noche especial, en la que se cierra un ciclo y comienza otro nuevo ciclo, aspiremos a través de la Celebración Eucarística a que todas las almas, especialmente las más perdidas en el mundo entero, alcancen la Gracia de la Misericordia en este próximo 2024.
Les digo y les pido que tengan fe, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará.
Así, los bendigo para el próximo año y les consagro cada uno de sus pasos, los pasos que deberán dar al encuentro de Cristo, Nuestro Señor, siguiendo las huellas de Luz del Gran Maestro.
Que sea un año, un nuevo año, de más Gracias y Misericordias para todos. Mi oración perpetua está presente incansablemente por esta causa.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
María ha sacado el Inmaculado Corazón de Su Pecho, en este momento, colocándolo sobre la palma de Su Mano derecha. Se lo ofrece a cada uno de nosotros como un Corazón Ardiente en amor, en Gracia, en servicio y en piedad por las almas.
Oremos, renovando nuestros votos para este próximo 2024 y tomando para nosotros mismos al Inmaculado y Ardiente Corazón de María, que arde en amor por las almas y las familias del mundo.
Santa Madre, agradecemos Tu Presencia aquí entre nosotros y en el mundo entero.
Acepta nuestra vida tal cual es, imperfecta, llénanos con la fuerza de Tu Amor para que podamos concretar las aspiraciones de Tu Amadísimo Hijo, Jesucristo.
Inmaculado Corazón de María,
fuerza, luz, protección y esperanza,
en Ti nos renovamos, a Ti nos consagramos
para que seamos testigos, ahora y siempre,
del triunfo de Tu Inmaculado Corazón
en toda la humanidad.
Amén.
(3 veces)
La Madre Divina está sonriendo, porque nos dice que Ella nos dio Su Corazón, y ahora nos pide que le demos nuestro corazón, y que no tengamos miedo porque no vamos a perder la vida, porque dijo que si le entregamos nuestro corazón tendremos vida en abundancia.
En el silencio de nuestro corazón entreguémosle el corazón a María, así como Ella nos lo entregó. Y así, nuestro corazón y el Corazón de María se funden en un solo Corazón, y recibimos de la Divina Madre el don del entendimiento, el don de la paciencia, el don de la fe, el don del perdón, el don de la cura, el don de la paz, el don de la unidad y el don de la redención.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Recuerden Mis tres pedidos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor,
haz de mi corazón Tu nueva y eterna Jerusalén.
Entra en mi interior con Tu gloria y majestad.
Conduce Tus pasos al templo de mi corazón,
y allí, derriba toda mentira, vanidad y egoísmo,
toda soberbia, arrogancia y miseria
que me separan de la verdadera esencia
que habita en mí.
Torna sagrado este templo, por Tu Presencia,
por Tu Verbo y por Tu Corazón.
Que Tus Palabras encuentren eco en mi interior
y, por los siglos de los siglos,
resuenen en mi consciencia
y se tornen Vida en mi vida.
Amén.
Que este Domingo de Ramos acontezca no solo en la memoria, sino en el corazón, en la consciencia y en la vida de todos los discípulos de Cristo.
Tienen Mi bendición para ser morada eterna y renovada del Señor.
San José Castísimo
Mientras más contemples y adores a Dios en la Eucaristía, Él estará más en ti y se revelará en tu interior.
La Eucaristía no es solo el Cordero entregado por Amor para reparar los pecados del mundo. La Eucaristía es el Corazón completo y perfecto de Cristo, en donde se guardan los misterios de la Creación y la esencia del Amor de Dios. Amor que, conteniendo en sí a todas las cosas, se multiplicó para que la vida tuviera forma y espíritu, renovando y recreando la Existencia Divina.
La Eucaristía es la presencia del Altísimo revelada. Allí está quién es Dios, Sus misterios, Su Amor y Su esperanza. Contempla y adora a la Eucaristía y en ella, al Portal para retornar al Origen, a la Verdad, a la Luz.
Dios se oculta en Sus misterios y se revela a los que lo buscan. Busca a tu Creador y Redentor en la Eucaristía y, en silencio, deja que Él te conduzca a Su Corazón, a una unidad perfecta con Su Verdad y con Su Amor.
El misterio de la Eucaristía se revela a los humildes, en el silencio de su corazón. En humildad, permanece delante de este elemento consagrado y así como Dios colmó el pan de todo lo que Él es, deja que también consagre y transforme los elementos de tu ser en unidad con Él.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
He aquí que desde el Cielo desciende la bendición de Dios hacia la Tierra, en forma de agua y de vida, para lavar y nutrir a todos los Reinos de la Naturaleza.
Cuando los corazones claman a Dios, verdaderamente, las puertas de Su Reino se abren, no solo en el Cielo, sino también en el interior de los seres. Contempla así, hijo, esa puerta que hay entre Su Esencia y tu corazón.
Hoy y siempre, el Señor me envía como Su Siervo y Compañero para despertar a las almas a la verdad sobre sí mismas, sobre su evolución y sobre la vida. Por eso, busca en Mis palabras las llaves que abren tu consciencia a esta verdad y dispone a tu ser para vivirla.
No quieras ser de esta o de aquella forma. No quieras vivir estas o aquellas cosas. Solo permanece delante de tu propio corazón, sabiendo que es una puerta hacia la Consciencia Divina, hacia el Universo Celestial, y di al Señor: "Aquí estoy, Padre. Aquí estoy para saber quién soy yo. Aquí estoy para saber de Ti, de Tu Plan, de Tu Voluntad, de Tu Amor, de Tu Esencia".
Di al Padre que aspiras a cumplir con Su Voluntad, que quieres ser un testimonio vivo de Sus promesas y que esta sea la única razón de tu existencia, que esta sea la esencia de tu vida.
Contempla al Creador como una Fuente Divina en el centro del Universo, que te conoce y te acompaña. Una Fuente de Amor inextinguible de la que surgieron todas las criaturas y que conoce en profundidad a cada una de ellas.
Habla, hijo, con Aquel que te ve transparente. Aquel ante el cual no existen máscaras ni ilusiones. Habla con Dios y deja que Su transparencia y Su sinceridad te transforme, te purifique, te calme y alivie tu corazón; retirando de ti la fragilidad del engaño y de la ilusión, sustituyéndolos por la fortaleza de la unión con el Creador, la fortaleza de estar en la Verdad y en la Voluntad Divina.
Profundiza en tu vida espiritual porque eso es lo más necesario en este tiempo. Sin esa unión sincera con Dios solo serás humana fragilidad.
Los tiempos que vendrán necesitan encontrarte firme y pleno, no de ti mismo, sino de Dios.
Por eso, ve y golpea a la puerta de tu pecho. Habla con tu Dios y Señor. Él te escuchará y responderá a tus súplicas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Serie – Revelaciones Divinas de estos tiempos
Mi Divina Concepción en unión a la Santísima Trinidad
En las elevadas esferas del Universo Espiritual, lugar en donde está presente el Dios Vivo, existen grandes matrices espirituales, las cuales abarcan grandes espacios de la Consciencia Trina; porque esas matrices son el fiel reflejo de un Principio y de un Propósito de la Voluntad Divina.
Con formas de grandes ciudades-cristal de luz, esas matrices, que son espirituales y divinas, formadas por el aporte del Don de cada Padre Creador, es decir, por la intervención de cada arcángel, guardan elevados principios y atributos de la Mente Divina con el fin de poder proyectar y materializar el Plan y sus diferentes manifestaciones en los Universos.
De una de esas antiguas matrices del Universo Espiritual proviene la Esencia Inmaculada y Pura, proviene la Concepción Divina de la Madre de Dios.
Esos espacios inmateriales, dentro de las esferas sublimes, solo pueden ser visitados y contemplados por los arcángeles, ya que de esas matrices espirituales también emanan principios de la Fuente Creadora; porque esas grandes ciudades-cristal de luz están unidas, vibratoria y espiritualmente, a las doce principales Fuentes del Padre-Madre Creador.
Todo ese sistema evolutivo de vida es una gran corriente de elevada energía espiritual que nutre los espacios de la Creación y, al mismo tiempo, se traslada hacia los demás Universos constituidos: el Universo Espiritual, el Álmico, el Mental Superior y el Material Cósmico.
De esa forma, toda la vida existente es muy beneficiada por esos impulsos que eternamente emanan de las Fuentes Creadoras del Universo Espiritual.
En este sentido, así como la Creación y los Universos se alimentan y nutren de principios divinos que la Mente Única emana constantemente, en este caso, las criaturas creadas a imagen y semejanza de Dios tienen el potencial interior de entablar un contacto con el sentido de su existencia, es decir, de poder retomar la unión con su propósito de vida.
La Esencia de la Madre de Dios surgió, se manifestó y partió de una de esas potentísimas matrices para poder vivir, enseguida, por Voluntad de Dios, una experiencia de amor en la Tierra.
Esa Concepción Divina de la Madre de Dios se formó sin ninguna mancha, dado que no tuvo experiencia alguna ni de sufrimiento, ni de dualidad o de errores.
El Origen Divino de la Esencia de la Madre Mayor se constituyó con base en un altísimo grado de pureza, de amor y de humildad; lo que la llevó a encarnar en la Tierra como un Ser puramente inmaculado y humilde.
Esta característica, poco usual dentro de la Creación del Proyecto de Dios, tuvo un sentido y un propósito desconocido hasta el presente para el ser humano.
En las revelaciones entregadas a María Santísima a través de San Gabriel Arcángel, se expresa que la constitución espiritual de la Madre de Dios es un fiel espejo del deseo ardiente de Dios, de que las criaturas de la Tierra pudieran conocer el Amor del Padre en un aspecto maternal y cósmico.
Toda la sencillez y la pobreza que pudo manifestar la Madre de Jesús durante Su pasaje por la Tierra, eran reflejos del cumplimiento de ese proyecto pensado por Dios para vencer el mal y la dualidad mediante la llegada del Mesías, del Salvador.
Para Dios fue importante, primero, el aporte espiritual, universal y divino de los Padres Creadores, de los arcángeles, para que esa experiencia de divina maternidad y de amor incondicional tuviera un resultado imborrable a través de los tiempos y de las épocas.
El reconocimiento que cada ser de la Tierra puede hacer a la maternidad y a su filiación con la Madre de Dios, espiritualmente, permite concederle a Dios Su Divina Presencia en el corazón de los hombres.
Así, el mal vuelve a ser vencido por el poder del amor maternal, por aquel amor de madre incondicional que es capaz de dar la vida por cada uno de sus hijos.
En síntesis, el deseo de Dios de que la humanidad tuviera una Madre material y espiritual, como María, la Madre de Jesús, fue para romper la cadena que se formó en el principio con Adán y Eva, para que la humanidad, pudiendo reconocer a la Madre de Dios, la Madre de todos, el amor maternal disolviera las raíces del mal y las causas de todos los errores, de época en época.
De esa forma, el proyecto pensado en la Fuente de la Creación, a través de las matrices y con el aporte espiritual de los arcángeles por indicación del Padre Eterno, constituyó la Esencia de María como resultado posible y evidente de aplicar la misma experiencia de amor en todas las criaturas, permitiendo la concreción del Plan y la trascendencia de la dualidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Origen de la Sagrada Fuente Femenina
Amados hijos:
Quien en estos últimos once años les ha hablado y les ha compartido el Amor de Dios, proviene de una Fuente peculiar que fue creada por el Universo Ultraterrestre antes de que existiera el Universo Material.
En esa Fuente, la Esencia Divina de quien más tarde sería María, la Madre de Jesús, fue gestada, acondicionada y amorosamente preparada para llevar adelante la gran misión en la humanidad.
Esa Fuente Ultraterrestre del Universo Espiritual se caracterizaba por su altísimo grado de pureza, de amor y por su esencia inmaculada.
El Padre, luego de la caída del Proyecto de Sus primeros hijos, Adán y Eva, pensó en crear un medio y una Consciencia lo suficientemente pura, inmaculada y humilde, que con Su Amor invencible pudiera abrazar a todo el error humano y convertirlo a través del perdón y de la sublime Maternidad.
Fue así que los Padres Creadores, los Arcángeles, recibieron el pedido de Dios y, en los elevados Universos Celestiales, cada Arcángel comenzó a aportar lo mejor de sí, a fin de que la Esencia Femenina que surgiría de la Fuente Creadora llegara a la Tierra para comenzar, como alma y divinidad, con Su especial misión.
La Sagrada Fuente de la Energía Femenina se traslució por medio del Principio de la Maternidad.
En tiempos pasados, el Padre Eterno pensó que era necesario que Sus hijos tuvieran una Madre capaz de acogerlos, de comprenderlos, de ayudarlos y de guiarlos por el camino correcto del bien y de la paz.
Así nació de dos seres humanos, de Ana y de Joaquín, la Consciencia de María, la que desde joven llevaría adelante la misión de gestar en Su Purísimo e Inmaculado Vientre al Niño Jesús, el Redentor.
Una especial coyuntura universal, cósmica y espiritual sucedió durante la gestación de María, así como durante la gestación de Jesús.
Los Arcángeles consiguieron manifestar y atraer hacia el Universo Material corrientes creadoras de energía que contenían altos voltajes de Amor-Sabiduría, así como de pureza esencial y virginal.
En aquel tiempo, la Idea de Dios fue concretada y una vez más, por la Presencia de la Madre de Dios y del Divino Hijo, el mal fue vencido, así como el ángel caído fue vencido por Miguel Arcángel una vez en el Universo.
La existencia de la Consciencia de María, una simple madre de Nazaret, fue el resultado de una experiencia divina y angélica que superó todos los tiempos.
El Padre Eterno, a través de María, nos demostró Su Amor Consolador, nos enseñó cuán grande es Su Misericordia y qué infinito es Su Perdón para con Sus hijos más perdidos.
Dios nos enseñó, a través de María, la universalidad de Su Amor y la presencia de Su Corazón Paterno en todo momento.
De esa especial Concepción Divina proviene María, la Madre de Cristo y Madre de todos.
Ella es la incondicional y eterna abogada entre los hombres y Dios.
Ella es la que espera en el silencio y la que reza por Sus hijos en la quietud de Su Inmaculado Corazón.
Es la que viene al auxilio de los que con sinceridad se arrepienten. Ella llega a todos los pobres y humildes de corazón.
María es la Madre que todo consuela, que todo repara y que todo cura.
Su Corazón sufre cuando Sus hijos se separan de la Verdad y se sumergen en la mentira.
Es la Madre que nunca dirá "no", que siempre dirá "sí" a quien la llame.
Dios nos dio una Madre que muchas veces ofendemos, lastimamos y omitimos con nuestra indiferencia e ignorancia.
Ella es la Madre paciente que espera que siempre vayamos más allá de las apariencias, que podamos sentir el corazón del hermano que busca paz y comprensión.
María nos enseña a amar de verdad para que, en Cristo, caminemos hasta la meta de estar en Dios, para siempre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Por medio de esta canción vengo a clamar al mundo que no pierda su inocencia, porque de lo contrario sufrirá mucho, peor que el siglo pasado.
Que la inocencia no se pierda de los corazones, para que nunca les falte la Paz.
Ayer les hablé de la esperanza, pero hoy les hablo de la verdadera consciencia que muchos ojos no quieren ver, por temor, por miedo o por angustia.
Pero Yo, hijo Míos, como Madre de Ustedes y Madre del Mundo, debo decirles siempre la Verdad.
Estamos intentando construir algo nuevo en un tiempo difícil, en donde cada segundo y cada minuto es definitivo; en donde cada paso que será dado, deberá ser dado con premeditación y discernimiento, para que nadie se precipite al abismo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, como les dije a los pastores en Fátima: No pierdan su inocencia; porque si pierden su inocencia como humanidad y como pueblo, perderán el poder de su pureza original, sus esencias se mancharán y Dios no podrá aproximarse a ustedes para traerles lo nuevo y lo renovador.
Pero como Yo Soy Madre de todos y Madre que viene por todos, por los que están y por los que no están aquí, hoy les hago esta súplica desde lo profundo de Mi Corazón Espiritual y Maternal; que su inocencia pueda resplandecer en estos tiempos a pesar de los errores, de las pruebas y de todo lo que sucede en el mundo, día a día.
Necesito, hijos, que por medio de su inocencia, retornen al camino de su pureza esencial, porque el mundo lo necesita mucho para poder seguir adelante.
A pesar de todas las manifestaciones de estos tiempos, hijos Míos, recuerden que Yo siempre seré su Patrona en esta nación y deseo ser Patrona en todas las naciones del mundo, no importa cómo Me reconozcan o cómo Me llamen. Yo Soy la Divina Madre de Dios, el Espíritu Sagrado y Femenino, que surgió de la Fuente para venir al mundo y tener a todos Mis hijos en Mis Brazos, así como tuve a Jesús, al Supremo Rey.
Los invito a que por medio del camino de la oración, no solo busquen la esperanza de Dios, sino la inocencia interior que debe reinar en estos tiempos, para que las cosas se mantengan en su equilibrio y sobre todo, para que las naciones se mantengan en armonía.
Porque si su inocencia está disponible para el mundo, permeada por una profunda gratitud y amor, muchas cosas que estarían por suceder en los próximos tiempos se podrían detener, cosas muy difíciles y muy grandes, que su Madre Celeste observa, día a día.
Por eso, todo lo que hagan y todo lo que ofrezcan a Dios será importante en este tiempo; ustedes deberán ser creadores de fuentes de reparación para que muchas cosas se equilibren en el mundo y muchos acontecimientos que están previstos no sucedan.
Por medio de este llamado los quiero llevar a todos a la esencia del Amor y de la Verdad, para que el mundo también pueda despertar a eso.
Pero esa esencia del Amor comenzará primero en ustedes, en su descubrimiento interior de una forma simple y humilde, para que después despierte en el mundo y en la humanidad.
La humanidad ha perdido muchos valores, ha perdido muchos principios y también muchos designios que su Madre Celeste viene a restablecer en este tiempo por medio de la peregrinación y del llamado a todos Sus hijos del mundo, independientemente de su religión, de su nación o de su pueblo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, que Yo Soy la Madre Universal, la Madre que acoge a cada uno de los hijos de Dios: los perfectos y los imperfectos, los pecadores o los creyentes, los que han errado o los que han acertado, todos son Mis hijos en la misma Fuente Original.
Por eso Yo vengo a llamarlos y vengo a buscarlos, para que la transformación de la consciencia suceda en este tiempo y no sucedan graves acontecimientos, como está previsto.
Pero el camino de la oración del corazón que cada uno de ustedes Me ofrece día a día, disipa poco a poco todas las malas influencias y la Luz puede reinar un poco más en el mundo, llegar a más corazones dormidos y despertar a más consciencias que deben encontrar su verdad interior para poder seguir el camino de la Fuente, el camino hacia la Divina Voluntad.
Mientras hablo con ustedes Yo rezo por el mundo. Quisiera que todos lo días que vendrán imitaran este ejercicio de su Madre Celeste, porque en cada segundo de sus vidas, así como en cada tarea diaria, será necesario colocar la mente y el corazón en la oración, para que muchas, muchas más fuerzas negativas se disipen y el poderoso canal de la oración triunfe en Mis hijos y en consecuencia, en el mundo.
Únanse a la oración permanente y continua con su ángeles de la guarda; momentos más agudos llegarán al mundo y ya no son solo palabras, sino realidades que su Madre Celeste hoy les decreta.
Porque el mundo decidió seguir el camino del desamor y se apartó de la verdad.
Pero aún aquí, en esta Tierra, hay muchos corazones valientes, de los cuales Dios se servirá plenamente para llevar Su Obra al mundo.
Todavía hay un poco de tiempo, para poder resolver lo que sucede en la humanidad.
Por eso Yo los llamo, hijos Míos, a que Me acompañen en cada paso de una nueva peregrinación, porque su Madre Celeste necesita establecer nuevas realidades en el mundo; lo que Yo llamo "Principios de Dios", que vienen directamente de la Fuente para acudir a la humanidad.
Dios necesita de instrumentos, de muchos más instrumentos que quieran donar sus vidas al Plan; por un Plan que aún es desconocido y que la humanidad conoce tan solo en un menor porcentaje.
Pero no hay Misterio que no se pueda revelar; su Madre Celeste siempre les traerá la verdad, la guía y el camino para sus vidas, para que ese Divino Plan se cumpla como está previsto.
Sepan, hijos Míos, que estamos llegando al gran momento de los grandes esfuerzos que deberán vivir cada una de sus almas. Esfuerzos mayores de los que han vivido hasta este tiempo, porque es necesario convertir muchas más cosas en el mundo.
Con la dulzura de Mi Voz, hoy les traigo la Verdad; con la calma de Mi Corazón, hoy les traigo la esperanza; y pronuncio el llamado de Dios para el mundo una y otra vez, hasta que finalmente todas las almas escuchen y se den cuenta que es necesario cambiar.
Les agradezco por su perseverancia y su Fe, por medio de esas virtudes Yo también puedo hacer muchas más cosas en el mundo.
La perseverancia siempre los tornará valientes; la esperanza siempre construirá el futuro, dentro y fuera de ustedes y sobre la superficie de la Tierra.
Quiero que hagan triunfar el Plan de Dios en la humanidad, con cada esfuerzo y cada dedicación diaria, con cada oportunidad de servicio y de entrega, para aliviar el Corazón de Dios que está muy ofendido por los hombres, también por Su iglesia.
Quiero que alivien el Corazón del Padre junto Conmigo, con esa alegría que viven y que tienen y que nunca se podrá borrar, con esa devoción que han construido por medio de cada cuenta de oración diaria, con cada servicio que han prestado a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza.
Todas, todas esas virtudes transforman al mundo y reparan el Corazón de Dios aunque a veces estén muy cansados. Todo es valorado por el Altísimo y reconocido por Sus Ángeles del Cielo.
No hay testimonio de amor que ustedes hagan que no quede escrito; todo queda registrado en el Libro de los Cielos; toda obra de bien que se realiza, toda obra de Paz que se propaga, todo servicio prestado que se entrega de una forma incondicional al Universo, es registrado en los Libros del Cielo, y así muchas más Gracias pueden retornar al mundo, como la Gracia de la Presencia de la Madre de Dios en estos tiempos críticos y difíciles.
La dulzura de Mi Corazón siempre estará cerca de ustedes, aunque llega el tiempo en que Me recogeré al Cielo, al igual que Mi Hijo; estaré aquí, en Espíritu con ustedes, haciendo florecer y emanar las Gracias que muchas más almas necesitarán en los tiempos definitivos, en los Centros Marianos .
Todo lo que hagan por Dios, lo harán por la humanidad y en consecuencia el Reino de los Cielos, les retribuirá con Sus Gracias.
Hoy podré decir, querido hijos, que la Misión Espiritual en Europa y África será cumplida; pero será necesario de mucha más ayuda para que ella pueda finalizar como está previsto por el Universo.
Por primera vez, queridos hijos, y por Voluntad del Altísimo Padre del Universo, los Mensajeros Divinos abrazarán a muchas naciones al mismo tiempo y con ellas a todas las almas que allí se encuentran, para evitar una catástrofe universal que podría abarcar gran parte del mundo y sobre todo a muchas, muchas vidas.
Pero ahora que Me han respondido y Me seguirán respondiendo por los días que vendrán, Yo misma evitaré, a pedido de Mi Hijo, lo que podría suceder en esa parte del mundo y que podría traer grandes consecuencias en el resto de la humanidad.
Cuando su Fe se sostiene en el Propósito, la Misión se cumple y las Gracias vuelven al mundo para socorrer a los corazones más perdidos y a las naciones más necesitadas de Misericordia, aunque no lo parezca.
Hoy le pido a Dios para que la humanidad recupere su inocencia interior y que esta inocencia prevalezca y reine en este tiempo.
Como un testimonio Mío de este pedido, hoy consagraré a nuevos Hijos de María, que formarán activamente parte de Mis ejércitos celestiales, para llevar adelante esta obra de Redención y de Perdón en la humanidad, a la cual el mundo necesita despertar.
Que a los pies de este escenario se coloquen los Hijos de María, los que hoy se consagrarán ante Mi Inmaculado Corazón.
Hoy volveré a pedirles que repitan la canción que han cantado, como un llamado Mío al mundo, para que muchos más hijos Míos Me escuchen y encuentren la Paz.
Deseo que traigan ante Mi Presencia agua para bendecir y consagrar, para Mis hijos que hoy se consagrarán.
Los escucho…
Yo los consagro y los bendigo.
Les agradezco por haber respondido a este importante llamado.
Dios derrame su Luz en sus vidas y especialmente en sus corazones.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo.
¡Les agradezco!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vivan el Amor de Dios, queridos hijos, y el mundo alcanzará la paz. Este es Mi principal deseo para esta esta Natividad de Nuestro Señor.
Quiero que, en el nacimiento de esta Luz interior, queridos hijos, ustedes puedan abrir más el corazón para que Dios pueda colmarlos completamente y así llevar adelante Su Proyecto en cada uno de sus días.
Vengo aquí como la Madre que todo lo puede, como la Madre que extiende Sus brazos y Sus manos para tomar a Sus hijos, así como ha tomado en brazos a Jesús cuando estuvo en el pesebre.
Pero hoy quiero tener en Mi regazo a cada uno de ustedes, a cada ser de este planeta que no vive la paz, que no practica el amor y que no lleva adelante su misión en estos tiempos definitivos.
Necesito, hijos, que sigan a Mi lado, por más que desconozcan Mis Planes, por más que duden de ellos, por más que no los comprendan.
A través de los Planes de Dios, les llevo y les entrego todo Mi Amor, el Amor de una Madre que comprende, que acepta y que vive junto a Sus hijos el sufrimiento del planeta y de su humanidad.
Hoy vengo rodeada de los Ángeles de Dios, aquellos ángeles que anunciarán los nuevos tiempos, las nuevas etapas y los nuevos ciclos. Por eso, en los planos internos ellos están haciendo sonar sus trompetas, porque son los que anuncian, en vísperas de este tiempo, el Retorno de Nuestro Señor.
Vengo a dejar en ustedes, queridos hijos, una semilla de Luz, de entendimiento, pero también de súplica, para que aprendan todos los días, por medio de su transformación y entrega; para que hagan cumplir el Plan de Dios en cada nuevo paso.
De las almas de esta Tierra depende la concreción del Plan de Dios y de su continuidad a través de los tiempos. Por eso, son llamados a vivir algo que nunca vivieron y que aún no aprendieron.
Por eso, deben pasar por estos tiempos con valentía y experimentando el amor en cada minuto, en cada segundo y en todos los momentos de la vida, para que sus espíritus, queridos hijos, se enriquezcan con lo que es verdadero, para que el amor los lleve a ser transparentes, para que todos crean que su camino es en verdad una entrega.
En el camino de la oración encontrarán una llave, una fortaleza y el ímpetu para trascender las pruebas y los tiempos que llegarán.
No dejen de beber de la fuente de la caridad y de los buenos ejemplos.
Permitan que la Piedad de Dios los transforme por medio de cada nuevo servicio, de cada oportunidad de expresar la entrega y el amor.
Mi Hijo ha venido a nacer, en este tiempo, en los corazones simples. Mi Hijo ha venido, en este año, para terminar de concretar Su esperado Plan de Retorno al mundo.
Cuando no consiguen dar los pasos en el Plan de Dios, detienen los Planes del Creador.
Nuestras Manos y Nuestros Sagrados Corazones se donan, incansablemente, para ayudar a los hijos de Dios a sentirse seguros en el camino de la entrega, de la renuncia y del sacrificio.
No todos vivirán lo que Yo les pido, pero es posible realizarlo y experimentarlo. Cada entrega incondicional de sus corazones mueve el Corazón del Padre y Él, nuevamente, les confía Su Plan de Misericordia y Redención.
Ya no piensen, queridos hijos del mundo entero, que fueron estrellas caídas. Ahora, con el impulso de su Cristo interior sean estrellas redimidas en el firmamento. Sean estrellas más brillantes y radiantes que la gran Estrella de Belén, porque en sus corazones existe el Don del Temor de Dios; existe Su Esencia Divina que aún no es comprendida por el mundo.
Para vivir ese misterio, queridos hijos, Yo les traigo en donación Mi Inmaculado Corazón, para que puedan ingresar en él sin miedo y con confianza.
En Mi Corazón existe el Fuego de Dios que todo lo transforma.
En Mi Corazón existe la Morada de Dios, que a todos refugia, especialmente a las almas heridas, a las almas mediocres, sufridas; a las almas que hacen el mal y no saben cómo salir de él.
Yo vengo a ofrecerles, queridos hijos, en esta Natividad, el gran Presente de Dios: Mi Inmaculado Corazón, para que sea esa llama viva en sus vidas, que todo ilumina, purifica y transmuta.
Crean, queridos hijos, que es posible alcanzar la transparencia, la consagración y la entrega al Plan de Dios.
Los ángeles anuncian con sus trompetas los nuevos ciclos, las nuevas enseñanzas y las experiencias que vendrán a sus caminos para tornarlos, algún día, libres de sí mismos, libres de la arrogancia, libres de la soberbia, libres de la vanidad, libres del pecado y de la mentira.
Deseo, como Madre incansable y perpetua, hacerlos semejantes a Mi Inmaculado Corazón, hacerlos verdaderos en cada paso de la vida y con cada hermano que encuentren en sus caminos.
Así, hijos amados, construiremos en este tiempo la unidad entre las almas y los corazones; la Sagrada Unidad, a la cual le teme Mi adversario porque no la conoce.
La esencia de la Unidad es el Amor y la Verdad que siempre los salvará, que siempre será su tabla de salvación, que siempre los socorrerá y los auxiliará en estos tiempos difíciles.
Necesito, queridos hijos, que vean Mi Obra como una obra mundial, como la gran Obra de Jesús, el Redentor que viene en este tiempo a prepararlos interiormente para Su Retorno.
Después de más de dos mil años, Nuestras Palabras ya no solo serán Mensajes, sino realidad. Verán cumplirse lo que les digo. Por eso, para que sean partícipes del momento del Retorno de Nuestro Señor, fortalezcan su confianza y su credibilidad en la Mensajera fiel de Dios.
Vengo caminando como Madre Peregrina a través de los tiempos, de los siglos y de los años, para anunciar en cada lugar del planeta ese esperado momento.
Ustedes junto a Mí, queridos hijos, tienen una gran misión que no la comprenderán por el resto de sus vidas, solo la terminarán de comprender después de esta vida, cuando todo ya haya sucedido como lo ha pedido Dios.
Ustedes forman parte de una misión transitoria, del pasaje de un viejo tiempo a un nuevo tiempo.
Ustedes, hijos Míos, son la primera célula dentro de Mi Obra que se forma para generar vida en nuevas almas. Por eso, queridos hijos, no todo lo comprenderán ni tampoco lo sabrán por más que así lo crean.
Sean humildes en el camino de la transformación y alcanzarán el Reino de los Cielos que aún tiene las puertas abiertas para los corazones sinceros, para los corazones que clamen de verdad por Misericordia y Redención.
En esta noche, su Madre Celeste prepara Su próxima misión a Perú y Ecuador. Desde ahora, queridos hijos, los invito a acompañarme en la concreción de este designio que viene del Padre y que se pronuncia a través de Mi Inmaculado Corazón. Perú y Ecuador serán el preámbulo para Asia y África.
Aún Mi Obra no ha terminado, pero luego ella se recogerá, cumpliendo así el tiempo que Dios Me ha permitido vivir entre ustedes y con ustedes. Ese será el momento en donde deberán ser Mi Mensaje vivo sobre la superficie de la Tierra. Será el momento en que todas las enseñanzas de Nuestros Corazones ya no solo estarán en los libros, sino vivamente en sus vidas.
Será el momento tan esperado para ayudar y socorrer a las almas del mundo, a las naciones y a los continentes que vivirán su gran y última purificación.
Cuando eso esté por suceder, queridos hijos, estén atentos en vigilia, adoración y oración, porque el Retorno de Mi Hijo estará próximo.
Las Cruces Azules que Él ha pedido instaurar en los Centros Marianos serán la señal e indicarán, en el momento cierto, Su llegada. Por eso, ellas deberán estar encendidas para que las almas reconozcan a dónde llegará el Redentor y dónde Él congregará a las naciones y a los pueblos para volver a hablarles y a anunciarles Su última Buena Nueva.
Que se cumpla entonces, queridos hijos, el advenimiento de los Cristos de los últimos días.
Que este Cristo interior que ha nacido en los corazones del mundo, que vive en la fe y en la oración no solo more interiormente, sino que en este tiempo se exprese en cada detalle, en cada momento como en cada oración. Así permitirán, hijos amados, preparar la Tierra y el planeta para Su Retorno.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Así, comprendan que lo que Yo vengo a construir en este mundo, a través de ustedes, les es desconocido.
Por eso, en esta noche, hijos Míos, les traigo una parte del Plan de Dios para esta Obra, para sus vidas, para sus corazones que deben estar plenamente unidos al Mío.
Les revelo una parte de esta misión que tanto aspiran a conocer para que, siendo conscientes de ella, caminen hacia ese destino, caminen hacia esa meta.
Hoy, les entrego Mi Inmaculado Corazón como una dádiva única, por un pedido del Creador para que, de esta forma, hijos Míos, bajo la renuncia, la entrega, el vacío y el silencio de Mi Inmaculado Corazón, puedan cumplir todas las cosas que hoy Yo les anuncié.
Este nuevo ciclo representará para sus vidas un ciclo de mayor entrega, de mayor renuncia y de mayor silencio.
Mi Corazón comenzará a silenciarse junto con el de ustedes para que, de esta forma, hijos Míos, preparen a este mundo con el ejemplo, con el ejemplo vivo de que son siervos y compañeros de los Sagrados Corazones y del Creador de todos los Universos.
Por eso, se purifican tan intensamente. Por eso, el Universo los coloca ante pruebas y desafíos que desconocen, para que así, hijos, encuentren el vacío, encuentren al Padre en el propio interior.
Hoy, vengo para despojar a sus espíritus, mentes y corazones de las propias destrezas, de las vanidades y de los orgullos de este mundo, para que den espacio a Mi Inmaculado Corazón.
Dejen que él ingrese en sus esencias, en sus cuerpos, como una nueva célula que convertirá no solo a sus consciencias y a sus espíritus, sino también a su carne y a lo profundo de su condición humana, para que estén libres del viejo ser, del viejo hombre.
Dejen que Mi Corazón ingrese en los suyos como un corazón nuevo; que pulse un nuevo ciclo, un nuevo ser; aquél que, en verdad, hijos Míos, es lo que ustedes son desde el principio.
Dejen que Mi Corazón les traiga la Gracia de la renovación y que, con esta Gracia, descubran que el verdadero triunfo del Redentor se construye desde adentro hacia afuera; que esta Obra, Yo la estoy construyendo desde adentro hacia afuera.
El Creador Nos pidió transformar sus vidas por completo; transformar sus seres y sus corazones; quemar con el fuego del Espíritu Divino de Dios a sus viejas vestiduras para que puedan estar vestidos con las túnicas de la humildad, descalzos del pasado en esta Tierra y en otros mundos para que, de esa forma, hijos, sean semejantes a Aquél que caminó descalzo sobre este mundo y preparen Conmigo Su Retorno, que está próximo.
Crean en el Retorno del Redentor. Sientan que Él puede llegar en cualquier momento y, de esa forma, todos los días aspiren a estar prontos para verlo faz a Faz, sin temor, sin vergüenza, porque hoy Mi Inmaculado Corazón los limpió, los redimió, les perdonó sus faltas y los invita a una nueva vida y a un nuevo ciclo, junto a Mí, al Redentor, a su Padre Universal y Divino, y a todos aquellos que responden y responderán eternamente al comando de Su Voz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Antes de retirarme al Universo de Dios quiero decirles, queridos hijos, que siempre les diré la verdad por más dura y difícil que parezca.
Cuando no consigan escucharme, comprenderme o aceptarme, oren de corazón y permitan que sus corazones se expandan y así el fuego de Mi Espíritu Divino los abrazará como un misterio, les traerá sabiduría y comprensión; sobre todo, les traerá la paz.
Antes de retirarme al Universo de Dios, también he venido a consagrar a los nuevos Hijos de María, que deseo que se aproximen, porque serán los primeros en este ciclo que vivirán el Fuego transformador de Dios en nombre de toda la humanidad, sabiendo que será necesario, hijos amados, que siempre se mantengan firmes en el servicio y en la oración para poder perseverar y trascender estos tiempos definitivos.
Hoy bendeciré a los nuevos hijos de Mi Inmaculado Corazón con el bálsamo de Mi Luz maternal, para que esta Luz también se expanda por el mundo y por los lugares que más necesitan de Redención y de Misericordia, en los corazones que aún no escuchan a Dios.
Coloquen sus manos en señal de recepción para pedirle al Padre Eterno, hijos amados, que los haga fuertes, perseverantes y que aprendan en este ciclo a trascender los errores, las faltas y los pecados para que siempre brille el Cristo interno en el alma de cada ser de este planeta, para que siempre prevalezca el Amor de Dios y Su consuelo, y así se reúnan los rebaños del Señor cuando Él los llame a todos ustedes por segunda vez.
Los bendigo y los consagro como hijos, siervos y esclavos de Mi materno Corazón, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Eleven al Cielo el canto y el himno de su consagración, para que Yo lleve, como Madre de la Providencia y de la Gracia, esta ofrenda a los Pies de Nuestro Padre, el Creador.
Les agradezco por responder a Mi llamado y los dejo dentro de la luz de Aurora.
Que así sea.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, quiero que todos Me canten el Ave María. Estoy aquí para escucharlos.
Liberen sus culpas y abran sus corazones. Yo soy su Madre, la Reina de la Paz.
Eleven sus velas como una señal de paz para el mundo. Hoy vengo a rezar por ustedes y por la humanidad, a desatar los nudos que impiden la liberación de Mis hijos.
Escuchen Mi Corazón, Él es su único refugio.
Estoy aquí, acogiendo sus súplicas, hijos Míos, y las de sus familias; entréguenmelas todas.
Ahora, hijos Míos, escuchen Mi Mensaje.
El enemigo teme Mi poder, porque lo desconoce profundamente. El poder que Yo tengo es el del Amor, aquel que vence a todo mal, convierte a todo corazón y transforma a toda una vida.
Busquen en este tiempo tan difícil el poder de Mi Amor, que es el Amor misericordioso de Mi Hijo, que Yo derramo a través de Mi Corazón Inmaculado para todos.
Abran las puertas de sus corazones y vidas, y busquen la esencia de Mi Amor maternal. Yo espero depositarlo en cada uno de ustedes, como en cada momento de oración que sus labios comparten con Mi voz.
Hoy, Soy recibida con alegría y regocijo, y eso alivia mucho a Mi Corazón ante las faltas graves que comete la humanidad entera.
Depositen en Mi Corazón Inmaculado sus aspiraciones. Dios desea hacerlos vivir cosas nuevas, cosas transformadoras que no reconocerán en ustedes mismos.
Por eso, será a través de la esencia de Mi Amor y de la potestad de Mi poder celestial que sus vidas se liberarán pronto; alcanzarán la cura que tanto buscan espiritualmente y estarán muy cerca de Mi Corazón, en el regazo de Mis brazos maternales, donde siempre Yo los quiero tener para poder observarlos, consolarlos y entregarles Mi Amor purísimo.
Ustedes, hijos Míos, pueden ser chispas de Mi Corazón Inmaculado. Vean cuántas chispas ya se encendieron a través de los Hijos de María. Busquen la consagración de sus vidas.
No teman por lo que los perturbe o los pueda inquietar. Mi Corazón siempre los protegerá.
Yo vengo a aliviar sus dolores y faltas. Vengo a entregarles el manantial de Mi cura divina, pero necesito corazones depositarios de Mi Verdad, de Mi Amor y de Mi oración.
Así, poco a poco, hijos Míos, como si nadie lo percibiera, el mundo se irá transformando internamente. La semilla interior de todas las almas, que es la Luz Divina de Dios, se está apagando en muchos corazones.
Por medio de Mi promesa ante el Creador, Yo vengo a reencender sus espíritus para que alcancen el camino inmaculado, el camino sagrado que siempre los llevará a vivir la redención, la redención a través de Mi Hijo Jesús. Él ardientemente los espera en la hora de Su infinita Misericordia para que todas las almas del mundo puedan reconocer la fuente de Su Amor, que todavía sigue siendo derramado sobre el mundo, aunque la Justicia ya esté actuando.
Busquen el manantial de Mi Hijo. Busquen Su Misericordia y Su Compasión. Ya no se lamenten más por sus vidas, dejen de padecer sus propios dolores. Coloquen sus manos en servicio y caridad, así alegrarán el Corazón del Padre Celestial; porque Él, desde Su Reino Mayor, verá a los soles brillando en todo este firmamento planetario.
Yo vengo a despertar su corazón misionero, su ansia por servir y por donarse, por perdonar y por amar.
La humanidad ha olvidado la esencia del perdón. Por eso, Yo vengo en esta noche a su encuentro porque, a partir del primer momento en el que Yo aparecí para ustedes en esta noche, sus almas y corazones Me entregaron lo que aún no han perdonado.
Mi Corazón transforma todas las cosas. Mi Corazón es Ley divina de Paz y Amor. Anímense a perdonar aquello que no han perdonado. Hijos amados, están a tiempo de poder hacerlo.
Mi Corazón siempre los socorrerá. Yo nunca los dejaré solos mientras oren Conmigo a través de la oración del corazón.
Refuercen sus súplicas al Cielo. Los Ángeles de su Guarda están disponibles para servirlos. ¿Quién los escuchará? ¿Quién percibirá su invisible presencia?
Hay muchos ángeles que están siendo sometidos, principalmente en estas grandes ciudades, porque no consiguen llevar las almas hacia el Amor de Dios porque son amarrados por las vidas de los hombres. Y cada vez que Yo vengo a este lugar, como a cada ciudad que Yo visito, Mi Corazón los libera y los lleva al Cielo, para que los Ángeles de la Guarda de todas las almas de la Tierra puedan renovar el principio de su misión y volver a servirlos en la simplicidad, en la caridad y en el amor.
No solo vengo a verlos a ustedes, sino a cada uno de sus ángeles; los ángeles que están perdidos en esta ciudad y que necesitan de todas sus oraciones, hijos Míos, para que ellos mismos puedan ser liberados y alcancen a transformar la vida de todos los seres, que está muy perdida.
Pero Mi Corazón hoy fue consolado por sus corazones. Puedo reflejar hacia sus vidas Mi sonrisa de Luz. Eso siempre Me calmará, porque veo corazones consecuentes y disponibles, en cualquier horario y lugar, para responder a Mi llamado a la oración, al servicio y también a la transmutación.
Queridos hijos, amados hijos, guarden Mis Palabras en sus corazones.
Yo vengo en esta hora tan difícil a trabajar con Mi Amor en cada uno de sus corazones, para que ellos puedan fortalecerse para los tiempos que llegarán, porque deberán estar preparados para el Retorno de Cristo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Aquellos que responden a Mi llamado, representan a la esperanza de Mi Inmaculado Corazón. Porque aunque este mundo, hijos Míos, muchas veces parezca irreversible ante la oscuridad que en él habita; cuando llego al mundo y encuentro corazones que oran, que encienden la llama de la devoción en lo profundo de sus esencias, abro una puerta al Trono de Dios, y así le muestro al Creador cómo la humanidad todavía genera méritos para la salvación de este planeta y de los Reinos de la Naturaleza.
Pero, en esta noche, les digo que el mundo aún necesita mucho de su auxilio, de que oren perpetuamente. Que, así como oran cuando están ante Mí o cuando preparan el camino para Mi llegada a la Tierra, de esa forma deberían orar todos los días; porque siempre que oran verdaderamente con el corazón, encuentro una oportunidad de venir al mundo. Y, aunque no me vean, podrán sentir Mi Corazón, porque Yo estaré próxima a ustedes, llevando sus oraciones al Señor, como méritos de la humanidad para la salvación de tantas almas que están perdidas.
No se imaginan, hijos Míos, que el gran dolor del Señor puede ser aliviado por tan pequeñas oraciones. Así, verán que no es mucho lo que les pido, les pido pequeños esfuerzos, sin embargo sinceros y verdaderos.
Por eso, en esta noche, les hago un nuevo pedido: quiero ver en esta casa un punto de Luz para el mundo. Y, así como hoy están aquí, les pido que encuentren un espacio en sus vidas para no dejar que se pierda la fortaleza que estoy construyendo en este lugar y que debe ser construida con el esfuerzo de cada uno de ustedes.
De la misma forma, hijos Míos, necesito que cada Centro Mariano sea ayudado por los Hijos de María y por todos aquellos que sienten en su corazón responder a este llamado.
Dios necesita ver el esfuerzo de los hombres para equilibrar toda la indiferencia que existe en el mundo. El mal se esfuerza día y noche, hijos Míos, para expandir su reinado en el planeta. Y, ¿adónde estarán los soldados de Cristo que, por medio de la oración, del servicio y de la caridad, deberán expandir una nueva Luz en el mundo, que encienda los abismos, que ilumine a las esencias de todos los seres, que rescate a los Reinos de la Naturaleza, que están tan perdidos?
Este es Mi último llamado. Estoy haciendo, hijos Míos, todos los esfuerzos que puedo. Todos los días, Me arrodillo ante el Señor, ofreciéndole todo lo que tengo, hasta la más pura Rosa de Mi Corazón por la salvación de la humanidad. Mas, el Señor Me pide que venga al mundo y despierte al corazón de los hombres; porque no solo Mi Corazón Divino deberá clamar, también el corazón humano deberá elevar al Cielo diariamente su clamor, así como hizo el Hijo de Dios; para que, por medio del sacrificio y de la entrega de sus vidas, la Misericordia pueda volver a derramarse sobre este mundo.
Escuchen Mi llamado, hijos Míos, que con tanto Amor ingresa en sus seres. Mi Paz retorna al mundo por medio de sus vidas y se debe expandir en cada espacio de este planeta a través de sus corazones, de la pacificación que realizarán en sus familias, en sus hogares, en sus trabajos, en la vida diaria de cada uno de ustedes. Quiero estar con ustedes no solamente en la oración, sino también en el servicio y en cada pequeña acción diaria.
No se olviden, Mis queridos, de que cada pequeño acto de sus vidas es una oportunidad para generar méritos ante Dios para la salvación de muchas almas que no la merecen, pero que la necesitan.
Hoy, mientras este lugar, esta ciudad, se pierde en las ilusiones, en los festejos, quiero que clamen por todos aquellos que no escuchan Mi Voz, por todos aquellos que no Me conocen; porque así, hijos Míos, Mi Manto no solo se expandirá en este lugar, sino también en toda esta nación y en este mundo.
Oren Conmigo por la paz en cada instante de sus vidas. Yo siempre los aguardo y siempre los escucharé.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
El Universo de Dios les dio esta casa para que aprendan a servir, a amar y a perdonar.
Llegó la hora, hijos Míos, de que renueven este espacio sagrado, porque aquí los Cristos internos deben despertar por medio de la redención y de la paz.
Veo, queridos hijos, que Me han donado un corazón de rosas. Que al final de este encuentro entreguen una parte de Mi Corazón a cada alma para que vean, en este símbolo, la infinita expresión de Mi Amor por todo el mundo, por esta humanidad y por cada una de las almas.
Sigan rezando por las almas que se pierden, principalmente por las que son mutiladas y sufren las consecuencias del enemigo. Mi Corazón, por medio de sus sinceras oraciones, socorrerá al mundo y siempre lo librará de todo mal; pues llegó la hora, hijos amados, de que los soldados se pongan a trabajar y formen los ejércitos de Luz en el cenáculo predilecto de Mi oración.
Me retiro de aquí con alegría. Mis ojos alumbran sus caminos.
Sigan transformando sus corazones con la paciencia. Yo siempre los guiaré, hijos amados.
Nuevamente les pido que, en honor a Dios, el Creador, y por todos los que sufren, canten a Mi Corazón. Así, Yo elevaré al Trono del Padre sus dulces voces, que deben ser voces de amor que expresen las gracias y el amor al Creador.
Les agradezco, hijos amados, por responder a Mi llamado.
Recen, recen mucho, no se olviden de orar, ustedes lo necesitan y el mundo también. Así, permitirán que Yo vuelva aquí para bendecirlos.
Y mientras Me cantan, eleven sus rosarios para que Yo los pueda bendecir con la señal luminosa de la Cruz de Mi Hijo.
Yo bendigo estos elementos sagrados e inmaculados que proporcionan la Luz y la conversión a las almas, con el permiso celestial de Dios y con la intercesión de Mi Hijo amado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canción: “Nuestra Señora”.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Les pido que se levanten y que canten, porque así consagraré cada una de sus almas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Estoy presente escuchando sus voces, abriendo las puertas de Cielo para los corazones que sufren.
Cántenme con más amor y con fe.
Los vuelvo a bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Caminen Conmigo.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bien, vamos a compartir con ustedes algunas cosas que han sucedido y algunos pedidos de Nuestra Señora.
Vamos a pedirle primero a Fray Elías que comparta aquellas cosas que Nuestra Señora nos pidió.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cada encuentro con María es una renovación para nuestras vidas. Ella llegó aquí como la Reina de la Paz, vistiendo Su Manto azul, Su túnica celeste clara con un cinturón azul, descalza, rezando por cada uno de nosotros. A medida que nosotros íbamos orando, un hilo de Luz fue descendiendo sobre la ciudad de Rio de Janeiro, todo lo que estaba oscuro alrededor comenzó a ser absorbido por ese canal de Luz, y dentro de ese movimiento estaban muchas almas que también fueron liberadas por los ángeles que acompañaban a nuestra Madre.
Cuando Nuestra Señora nombró a nuestros Ángeles de la Guarda, por algunos minutos, cada uno de nuestros ángeles se manifestaron y éramos muchos más de los que estábamos presentes. Los Ángeles de la Guarda, de cada uno de nosotros, agradecieron el que Nuestra Señora haya respondido por ellos, porque ellos son serviciales permanentemente.
Cuando estábamos entonando el cántico, ahora al final, apareció la manifestación de Nuestra Señora María Auxiliadora, llevando al Niño Jesús en Sus brazos, que se manifestó fuertemente, abrió Sus Brazos, mostró Su pequeño Corazón y dijo: “Yo siempre reinaré”.
Después, Nuestra Señora mostró Su Corona, que no era una Corona propia de Ella, sino que Ella decía que hoy nosotros la coronamos con nuestro amor.
Ella hizo dos pedidos importantes, que para que este nuevo ciclo de la “Casa do Cristo do Bem” pueda continuar no solo a través de los grupos de oración, sino en la tarea de servicio que siempre cumplió esta Casa, la Madre Divina dice que debemos renovar y acoger a las almas, porque hay muchas, muchas almas aquí, en esta ciudad, decía María, que necesitan despertar su Cristo interno. Y Ella estableció aquí una bendición especial para que eso pueda suceder y María nos decía que eso sucederá a través del acto de nuestro servicio.
Ella se comprometió a acompañarnos en esta tarea del “Cristo do Bem” y Su pedido fue que aquí se manifestara la imagen de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.
Ella consagró este espacio donde está el altar para colocar la imagen, como está en varios Centro Marianos, la imagen blanca que lleva el rosario entre Sus manos; y también esa imagen estará en el Centro Mariano del Niño Rey, porque Ella siempre dijo que será la Portera de nuestras casas.
Madre María Shimani de Montserrat:
Y, cumpliendo con un pedido de Nuestra Señora, vamos a revelarles un nuevo ciclo que vamos a vivir con Ella.
Ayer, cuando estábamos haciendo una oración en el Centro Mariano del Niño Rey, en la liturgia, sorpresivamente Nuestra Señora apareció y Ella nos mostró algo bien importante, Ella nos mostró cómo comenzará a aparecer en este ciclo de la humanidad.
Ella nos dijo que le pidió a Dios, un pedido especial de fin de ciclo, porque Ella necesita recoger todos nuestros corazones en Su Corazón; y Ella va a hacer un último intento por esta humanidad, porque las cosas cada vez se ponen más difíciles y el dolor más grande de Nuestra Señora y de Cristo es que la humanidad está rechazando la Misericordia.
La humanidad no presta atención al llamado de los Mensajeros Divinos y le da la espalda a las Gracias de Dios. Por eso, Nuestra Señora va hacer Su último intento maternal y vamos a leer ahora la experiencia que Fray Elías vivió ayer, en donde está descripta la nueva Presencia de Nuestra Señora y lo que Nuestra Señora hará con nosotros durante todo este próximo año.
La Hermana Lucía de Jesús lee el relato sobre la Aparición extraordinaria de María, Rosa de la Paz, del 27 de febrero de 2015, durante una oración reservada de los consagrados de la Orden Gracia Misericordia, en el Centro Mariano del Niño Rey, Teresópolis, Rio de Janeiro, Brasil.
Madre María Shimani de Montserrat:
La rosa que nos ofrece María es el símbolo espiritual de Su Concepción. Diríamos así, que cuando Dios concibió el Espíritu de María, a través de Su Pensamiento y de Su Amor, Él materializó una rosa blanca, que sería el símbolo de la Pureza Original.
Por eso, María hoy ofrece a toda la humanidad lo más apreciado que como Consciencia posee, aquello que Dios concibió para Su Espíritu en el origen, es lo último que le queda.
Por eso, tenemos que tener bien presente la urgencia que María tiene porque nosotros escuchemos Su llamado. Ella ya se ha despojado de todo, hasta de lo más puro que posee, que Dios le ha entregado desde Su Origen. Por eso, es muy importante que nosotros podamos responder al llamado de María.
A partir de mañana, 1 de marzo, todos los días María descenderá sobre el planeta para entregar nuevamente un Mensaje diario con Sus Instrucciones, Su llamado de Amor para el rescate de toda esta humanidad. Así, estaremos atentos para poder recibir esa Gracia de Nuestra Señora y poderla acompañar en este ciclo para que, como Ella dice, Dios pueda ver que esta humanidad todavía es rescatable y podamos mostrarle a Nuestro Señor de que Sus ángeles no tengan necesidad de enviar Su Justicia.
Así, los invitamos a todos a estar atentos a partir de mañana; en realidad más atentos para que todos podamos compartir este nuevo ciclo que seguramente será un impacto importante para la consciencia planetaria; porque como hemos podido ver, en este último tiempo, nuestra Madre ha sido bien directa y nos ha dicho muchas verdades, porque Ella considera que ya somos hijos adultos y que necesitamos saber sobre las verdades de este mundo.
Entonces, para todos, buena atención a partir de mañana, o más atención. Vamos a despedirnos cantando como hacemos siempre y nosotros, personalmente, les queremos agradecer a todos el calor del corazón que hoy pudimos vivir aquí.
Canción: “Misericordia, María”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más