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Donde haya un corazón que ora sinceramente, allí estará Dios.
Donde haya un corazón que sale de sí mismo para servir a los demás, allí estará Dios.
Donde haya un corazón capaz de liberarse de sus propias voluntades y aspiraciones para cumplir las Voluntades y aspiraciones del Padre Celestial, allí estará Dios.
Donde haya un corazón capaz de obedecer los designios superiores y dejar de lado sus propias creencias y formas de manifestarse en la vida, allí estará Dios.
Donde haya un corazón que, a pesar de sus imperfecciones, ame sin condiciones al prójimo y, sobre todo, al Creador, allí, hijos, vivirá y habitará el Señor, Se expresará y hablará a los hombres a través de Sus hijos.
Busquen en las pequeñas cosas la unión con Dios; unión que debe ser constante no solo cuando oran, sino también cuando viven bajo Sus Leyes y hacen de la vida una oración.
Déjense moldear y corregir y no teman sufrir o amar, sino teman, hijos, ser ignorantes y ciegos delante de las propias miserias.
Vivan en la Presencia del Señor, abriéndole espacio en sus vidas a través del olvido de sí y del amor al prójimo. Así será Él mismo, Su Señor y Creador, que los transformará y moldeará según Su Voluntad, silenciosamente, a través de cada situación de sus vidas.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Después de vivir el encuentro con Dios, de escuchar Sus Palabras y participar de la revelación de Sus Designios, las almas deben, entonces, crecer fortalecidas por las Leyes Celestiales; deben vivir todo cuanto aprendieron y difundir con la vida la Gracia que recibieron a través de sus ejemplos, de su amor y de la emanación profunda de su corazón.
Después de vivir el encuentro con Dios, las almas deben definirse, reconfirmarse y caminar para descubrir la Presencia Divina en el propio interior y, así, oír Su Voz en cada instante de sus vidas.
Cada encuentro con Dios trae un impulso que debe resonar en el interior de los seres y manifestarse en la vida humana a través de las transformaciones profundas alcanzadas por los que escucharon la Voz del Creador.
La Voz de Dios resuena, hijos, y ella no solo debe ser escuchada, sino también hecha carne y vida en todos Sus hijos.
Ha llegado el momento de no solo ser llamados discípulos y compañeros de Cristo, sino, sobre todo, testimoniar Su Presencia y el eco de Su Voz con la propia vida. El Evangelio de los últimos tiempos ya comenzó a escribirse, y él es hecho por las Palabras de Dios y por el testimonio de Sus hijos.
Sean ustedes testimonios de las Palabras de Cristo.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando un nuevo ciclo llega a tu vida, contempla, alma amada, en la coyuntura de las estrellas, el mensaje celestial que tu Creador te envía.
Recibe los impulsos que Él generó en la manifestación de tu esencia y, a través de una comunicación profunda con Dios, comprende Sus Sagradas Geometrías y, a través de ellas, los designios del Padre para los ciclos que llegarán.
Cuando cumples un año más en esta Tierra, sabe que tu evolución se renueva y tu compromiso con Dios se amplia. La profundidad de la madurez de tu ser humano y espiritual te conduce a responsabilidades cada vez mayores ante Dios y Su Plan.
Renueva, entonces, tu espíritu en este nuevo ciclo, dejando que Su Amor cierre las heridas más profundas y ocultas aún abiertas por las experiencias de la vida.
Entrega a tu Creador tus pesares más internos, tu silencioso sentimiento de impotencia ante aquello que no puedes ofrecer a Dios.
Deja que, por un instante, el dolor que compartes con el Creador, por aquello que Él ve en el mundo, se calme y se restaure, porque para comenzar un nuevo ciclo es necesario restaurar y calmar el corazón.
Retoma los impulsos perdidos en las batallas de esta vida, reconstruye la esperanza herida por la acción de la astucia del enemigo sobre las almas y confía, alma pequeña, en que cada oración pronunciada por los que se perdieron en el camino será el mérito que les abrirá las Puertas de un nuevo Cielo en el último instante de sus vidas.
Respira por un momento y recibe el Soplo de Dios. Su Amor Divino renueva tu consciencia y, en un diálogo profundo y silencioso, todo se hace nuevo. Este es tu aniversario con Dios.
Recibe Mi bendición para el ciclo que vendrá.
San José Castísimo
En estos tiempos, hijos Míos, los designios de Dios para la humanidad se transforman en cada instante. Su Propósito es el mismo, inmutable ante los acontecimientos, pero la forma de cumplirlo se transformará, segundo a segundo, de acuerdo con la respuesta de la humanidad y con los acontecimientos materiales y espirituales que se precipitan sobre la Tierra.
Solo les pido que sean obedientes, que sepan renunciar cuando sea necesario, que siempre sepan moldear los propios planes y voluntades según el Plan y la Voluntad de Dios.
La obediencia y la adhesión interna, humana y espiritual, a todos los comandos de la Jerarquía serán la tónica de este tiempo.
Para no equivocarse, sigan la Voz de Dios.
Para cumplir Su Plan hasta el fin y ser triunfos de Su Corazón, déjense guiar y transformar por Él.
La fe en sus corazones será su fortaleza, la paz será su sustento y la oración constante mantendrá el equilibrio en sus mentes, almas y corazones, para que nada los haga perecer.
Sean mansos de corazón y firmes de espíritu, sean precisos en obedecer y fieles en caminar sin mirar hacia atrás.
Cada instante será conducido por su Creador, porque esta es Su Obra, y sus vidas deben ser instrumentos en las Manos de Dios para que todo se cumpla.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
La paz reina en los corazones que silencian su boca, su mente y su corazón para escuchar a Dios.
Cuando los murmullos y los clamores cesan por un instante y dan lugar al silencio, las almas se postran delante de Dios para escuchar Su Voz y Sus Designios, también silenciosos pero llenos de Amor pueden permear a los corazones y traerles claridad, certezas, respuestas y, sobre todo, paz.
El silencio, hijos, también es oración.
En el silencio, sus espíritus pueden elevarse hacia más allá de las dimensiones, de los conflictos y del caos y estar en un lugar seguro para dialogar con Dios.
Las almas que aprenden a silenciarse, aprenden a entrar en verdadero contacto con el Infinito, porque no están solo pidiendo o queriendo elevarse por su propio esfuerzo, sino también saben silenciarse, confiar y dejarse tocar por las Manos de Dios, que las conducen al contacto con la vida superior.
El silencio también es parte del camino que los conduce a Dios. Sepan percibir los momentos para clamar, cantar, rogar y simplemente silenciarse para oír la Voz del Padre, para dejarse conducir por Él al infinito de Su Reino, a los misterios de Su Creación.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
De ciclos en ciclos, revive el llamado de Cristo en tu interior.
Dentro de tu corazón, hijo, contempla el mar de tu vida, de tu historia y de tu entrega y, en las orillas de ese mar, encuentra la Mirada de tu Señor que busca tus ojos.
Sin miedo, vuelve a caminar en dirección a tu Salvador y permite que Él te pida algo nuevo, una entrega más profunda, una rendición más perfecta.
Deja a Sus Pies la red de todos tus deseos y aspiraciones, todo aquello que perseguías en el mar de la vida, intentando conquistar, aunque fuera algo espiritual o aunque fuera algo para Cristo.
Escucha la Voz de tu Señor, llamándote para profundizar en Su Corazón. Y, vacío de todo, ve con Él a cumplir Sus designios, a transitar desiertos, a curar tu propio corazón y, así, conceder cura, ser amado profundamente y, de ese modo, conceder el Amor de Dios a las almas.
Nunca pienses que basta entregar la vida a Cristo solo un día, pero sí, hijo, entrégate todos los días. Escucha Su Voz en cada instante. Abre camino, en tu interior, para que Cristo llegue a los espacios más ocultos de tu ser.
Hablo de entrega y de rendición, todos los días. Percibe que esas son las llaves de este tiempo, son las bases en las cuales tu espíritu estará seguro en Dios y en Su Voluntad. Eso es lo que Él te llama a vivir en este momento, porque de esa forma crecerás, de esa forma cumplirás los designios del Creador para tu vida.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Ora para que la Sabiduría de Dios inunde tu espíritu, tu mente y tu corazón.
Busca siempre la respuesta para tus cuestiones más profundas, así como para cada decisión que tomas en las cosas más simples de tus días.
Crea un vínculo con el Espíritu de Dios, llamado Espíritu Santo, para que Él pueda iluminar cada expresión de tu consciencia, desde tus palabras, acciones y sentimientos, hasta tus pensamientos, ideas y aspiraciones más internas.
En este tiempo de tanta confusión en el mundo, hijo, será el Espíritu de Dios quien guiará tu alma y, a través de ti, a muchas más almas que estarán perdidas en este mundo.
Este es el momento de encontrar el tiempo correcto para orar y, antes de cada decisión, unir tu consciencia a la Consciencia Divina. El Espíritu de Dios habita en ti y anima desde tu alma hasta tus células. Por eso, basta que coloques la atención en lo que es real y que te silencies para escucharlo.
La Voluntad de Dios y Sus designios no están distantes del pensamiento y del alcance de la humanidad. Pero, para estar unido a Dios y escucharlo, necesitas dar el espacio correcto al Padre en tu interior.
Por eso, ora y busca Su Sabiduría. Silénciate y escucha Su Voz. Así, siempre darás los pasos correctos para cumplir con Su Voluntad.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando tu Señor te llama a Su encuentro, ve, hijo, y no temas caminar sin mirar hacia atrás.
Coloca en Sus manos y en Su corazón todo aquello que a veces pareces abandonar, y sabe, en la certeza de tu corazón, que todo encontrará su camino, su propósito y su espacio en el Corazón de un Dios tan inmenso, que para cada criatura tiene un lugar único y perfecto.
Camina hacia tu lugar en el Corazón de Dios, sabiendo que el propósito de tu vida es seguirlo y estar en Él a cada instante, como Su instrumento, Su amigo, Su compañero, en esta y en tantas trayectorias.
Fortalece tu corazón a través de cada prueba, de cada "sí" para Cristo y de cada "no" para lo que es oscuro. Sabe que tu corazón pertenece a un único Señor y en Él siempre debes estar.
Consolida la fortaleza en tu interior, sabiendo que ella está siendo construida sobre las Manos de Dios. Y ten fe, hijo Mío.
Vientos, lluvias y desalientos pasarán, pero las bases de tu morada permanecerán firmes. Por eso, la única cosa necesaria ahora es colocarte en las Manos de tu Padre y Señor y, obedeciendo Sus designios, encontrar Su más puro Amor por ti.
A través de Él amarás a todas las cosas. Y todas las renuncias encontrarán sentido, y todas las ofertas serán multiplicadas en la mesa abundante de la redención de la vida, donde muchos hambrientos comerán de los frutos de tu servicio.
A veces no percibes esos frutos, porque ellos permanecen en las Manos de Aquel que los recoge para, un día, ofrecerlos al mundo.
Ten fe y busca a Dios. Estas son las llaves de hoy para el aliento de tu alma.
San José Castísimo
Cuando Me llaman vengo a su encuentro, amparando con Mi Casto Corazón a cada pequeño y gran esfuerzo que hacen para cumplir el Propósito de Dios.
Contemplo, con amor, aquello que pudieron alcanzar y, con piedad, sus debilidades más profundas, sus miserias más arraigadas.
Contemplo a cada uno de ustedes con una mirada de Gracia y de Misericordia, porque siempre que están delante de Dios y abren el camino para Sus Mensajeros, el mismo Creador vierte sobre sus espíritus los designios celestiales que Él tiene para sus vidas, desde el principio.
Su Padre Celestial descansa en los corazones que se esfuerzan y, por más que aún sean ignorantes de la verdad y que tantas veces se pierdan en las ilusiones de este mundo, es el esfuerzo, hijos, el esfuerzo constante que los aproxima a Dios, que los hace reparar Su Santo y Eterno Corazón.
Su Padre Celestial tiene un tiempo para todo y, con amor, aguarda por cada uno de sus pasos. Lo que más importa es que siempre estén caminando, que siempre estén con sus pies y su corazón en la dirección correcta, que es la rendición a Dios y el esfuerzo por amar y servir cada día mejor.
Con ese pequeño, sin embargo, tan profundo movimiento de ir todos los días en dirección a Dios y al prójimo, el mismo Dios, hijos, también vendrá en su dirección. Y aunque sea silencioso e invisible, el encuentro acontecerá.
Mi Casto Corazón hoy se alegra, no solo por todas las tareas materiales y los esfuerzos físicos que hicieron en esta mañana. Me alegro de ver espíritus esforzados, corazones postrados, intentando superarse, a pesar de sus límites.
No digo estas cosas para engrandecerlos, sino para animarlos. Este es el camino, el camino del amor y de la entrega, de la donación de sí y de compartir la vida y el pan con sus hermanos.
Que sus aspiraciones no estén dirigidas a nada más que a la manifestación de la Voluntad Divina, aunque para eso, hijos, ustedes disminuyan y otros crezcan.
Sean bases cuando fuera necesario alzar un corazón que necesita apoyo.
Sean manos que elevan, que inspiran, que donan y que se arriesgan a apoyar a todos aquellos que están intentando caminar.
Que cada uno haga su esfuerzo sin olvidarse del prójimo. Caminen mirando adelante, pero sabiendo que siempre están abriendo el camino para otros y no para sí mismos.
Hoy, hijos, les dejo Mi bendición, Mi gracia y Mi paz.
Sé que muchos de ustedes están cruzando desiertos y desafíos. Por eso, que Mi amor y Mi presencia sean agua y renovación en sus vidas.
Oren Conmigo, porque soy su intercesor ante Dios.
No vengo al mundo más que para servir. Podría estar perfectamente unido al Creador, pero estoy aquí para llevarlos de la mano, porque esta es la Voluntad Divina. Por eso, cuenten Conmigo, con Mi amor y con Mi intercesión.
Yo los bendigo y les agradezco por no detener sus pasos.
San José Castísimo
En los lugares simples y con los corazones simples, allí Yo siempre estaré, en silencio y en paz, trayendo el Reino de Dios hacia el mundo.
Con los que se esfuerzan, a pesar de sus imperfecciones, y dan lo mejor de sí en las pequeñas y en las grandes cosas, Yo siempre estaré porque es su esfuerzo el que abrirá las puertas hacia el Cielo y no la perfección de sus corazones.
Con los que aspiran a construir una nueva vida y a encontrar un nuevo tiempo, Yo siempre estaré, porque esta es Mi misión: conducirlos de la mano a ese encuentro con la Verdad. Y aunque Mi voz se silencie, aunque Mi presencia parezca ocultarse, no se engañen porque Yo siempre estaré aquí, soplando en sus corazones los Designios de Dios, inspirándolos para que sigan el camino correcto, alertándolos cuando se desvíen y trayéndoles paz cuando parezca que la perdieron.
Yo siempre estaré aquí, con Mis manos sobre las suyas, elevando los ladrillos para construir las nuevas moradas y para reconstruir lo que es verdadero y puro cuando se quiebre por los embates de estos tiempos.
Oren siempre Conmigo, aunque sea en el silencio de sus corazones, y descubrirán, hijos, cómo Mi silencio resuena más que Mi voz, y lo que les haré comprender en sus corazones será más claro que todas las Palabras que ya pronuncié.
A través de este contacto interno, profundo y verdadero Conmigo, consolidarán la unión con Dios y madurarán como Sus hijos y como Sus compañeros.
Yo ya les dije: soy solo Su Siervo, Siervo del Divino, Su Mensajero, Su Obrero. Vine a su encuentro por un pedido de Él y ahora, que están ante Su Sagrado Corazón, llegó el momento de que cada uno de ustedes viva ese encuentro con Él.
Yo los acompañaré siempre, con amor, con alegría. Adoraré a Dios por sus triunfos y rogaré a Dios ante sus derrotas. Juntos, hijos, llegaremos al Nuevo Tiempo cuando nada más estará oculto, cuando todo se revelará, cuando todos los ojos verán, todos los oídos escucharán y todos los corazones sabrán la verdad, sobre sí mismos y sobre la vida.
Por eso, Yo los traje hasta aquí. Por eso, vine al mundo durante tanto tiempo y por eso, también, les daré a conocer Mi silencio, porque todo es parte de un Plan único, una Voluntad que será comprendida a medida que sea experimentada.
Para que vivan esto, Yo los bendigo, los abrazo y les dejo Mi amor paterno.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que sus corazones estén en paz para que reciban los Designios de Dios.
Trasciendan lo que es aparente y cotidiano, para que su consciencia ingrese en lo sagrado y en lo que es verdadero.
Los Planes de Dios ya fueron diseñados para cada ser, ahora las criaturas necesitan colocar sus pies en la senda trazada por el Creador y no en la senda trazada por las destrezas, las tentaciones o las dificultades.
Vivir la realidad superior es una decisión mayor que cada ser debe tomar, dentro y fuera de sí, para que ella resuene en su alma y también en sus cuerpos planetarios.
¿Cuántas veces hablamos de que no hay tiempo? ¿Cuántas veces advertimos de que es hora de ingresar en el Tiempo Real? Es allí en donde habita la Verdad y la ilusión se hace visible para que ustedes sepan distinguir la diferencia de estar en el mundo en Dios y estar en el mundo sin Él.
Escojan, hijos, todos los días, el camino de lo Sagrado y de la elevación de la consciencia. En el futuro, ustedes agradecerán cada renuncia realizada en nombre de la evolución de la humanidad.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En cada nuevo día eleva tu pensamiento al Padre para decirle:
Señor, aquí estoy,
dispuesto para intentar, una vez más, cumplir con Tu Plan.
Dispuesto para intentar, una vez más, ser Tu instrumento.
Dispuesto para intentar, una vez más, multiplicar y renovar Tu Amor.
Señor, aquí estoy,
con mi frágil corazón fortalecido por Tu Presencia,
con mi vida pasajera entregada a Tus Designios,
para que un día sea digno de participar Contigo de la Vida Eterna.
Señor, aquí estoy,
pronto para levantarme, dispuesto a renacer y, de la misma forma,
morir un poco más todos los días para lo que creo ser y,
así, adentrarme en Tu Esencia de Vida,
en Tu Verdad Suprema.
Amén.
De esta forma, con una oración de entrega a Dios en cada nuevo día, sabrás, hijo, que cada día es un día para recomenzar, para levantarte, para caminar, para intentar llegar otra vez al Corazón de Dios.
En este camino infinito lo más importante es estar siempre dispuesto a dar un paso más y hacer esto todos los días.
Ora con el corazón al Padre para que tu pequeño ser no pierda la esperanza, pero, sí, para que se renueve todos los días. Si así lo hicieras, estarás generando méritos para la salvación de los que están perdidos en sus más profundos errores y pecados, y que creen que para ellos no hay más esperanza, ya no hay más perdón, ya no hay más salida del abismo en el que se colocaron.
Da a conocer el Amor de Dios a través de tu propia experiencia. Recibe el Perdón de Dios todos los días y, así, no solo estarás renovando la esperanza en ti, sino también, hijo, estarás renovando la esperanza en el Corazón de Dios, para que un día encuentre en ti un triunfo de Su Amor.
Ora y con tu vida anuncia al mundo la Gracia Divina.
Tienes Mi bendición para ello.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Caminar hacia Belén es ir al encuentro de lo desconocido, vacíos de expectativas y plenos de la certeza de que el Plan de Dios y Sus promesas se están cumpliendo.
Caminar hacia Belén es seguir la Voluntad del Padre, manifestada en los acontecimientos de sus vidas, con paz y gratitud, en la certeza de que todo se cumple según los designios celestiales.
Aunque el camino sea largo y cansador, aunque los alojamientos estén con las puertas cerradas y la humillación sea el cáliz que Dios les da a beber, sigan caminando y confíen.
Caminar hacia Belén es ir despojándose de sus sueños, aspiraciones y deseos; despojándose de sus planes y pensamientos sobre cómo se debe cumplir el Plan de Dios, porque el Creador siempre los sorprenderá.
Caminar hacia Belén es ir dejándose transformar y pulir por el camino, para que, al llegar a ese sencillo pesebre, comprendan finalmente la Voluntad del Creador y den gracias por Su Sabiduría.
Caminar hacia Belén es saber acoger, en su interior, las dificultades y las pruebas y, aun después de tantas humillaciones, estar dispuesto a perdonar, así como Aquel que se gesta en su interior y que vendrá para perdonar todas las cosas.
Caminar hacia Belén es saber decir siempre “sí” a Dios y perseverar, aun cuando los hombres les digan “no”.
Caminar hacia Belén es dar permiso para que la vida nueva emerja y no tener miedo de todas las correcciones y transformaciones que este hombre nuevo producirá dentro de ustedes y en la historia de la Tierra.
Llegar a Belén y dar a luz es el primer paso de un nuevo ciclo. Es allí, en Belén, donde comprenderán la Voluntad Divina para este planeta, pues encontrarán humildad, simplicidad, unidad entre los pueblos, culturas, religiones y corazones y, por encima de todo, el amor que renueva todas las cosas.
Déjense guiar hacia Belén y allí todo comenzará a cumplirse. Este camino se guarda en su interior. Tienen Mi bendición para encontrarlo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más