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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Después del tiempo del Apocalipsis llegará un tiempo inconmensurable de paz, momento en el que Yo ya Me encontraré en el planeta, después de haber vencido al ángel caído por la fuerza poderosa del Amor de Dios en la expresión de la Santísima Trinidad.
Cuando ese tiempo llegue, llamaré una vez más a los Elohim para que reconstruyan los éteres del planeta, para que los planos etérico, astral y mental sean definitivamente sellados y todas las puertas inciertas, que se originaron desde Adán y Eva hasta el presente, se cierren.
En esa hora ya habrá pasado el Juicio Universal. Y en lo alto de un gran monte resplandeciente, semejante al monte al que Moisés subió a recibir las Tablas de la Ley, su Maestro y Señor posará Sus Pies.
En los cuatro puntos del planeta, las almas serán llamadas a Mi encuentro. Y los Resplandecientes serán testigos de ese momento, cuando la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de los universos, les entregue a los Resplandecientes las reliquias del sacrificio y de la renuncia de los Míos.
Por un corto tiempo, el gran umbral del universo se abrirá en el planeta y todos podrán ser testigos de la historia de los escogidos, de los que han dado testimonio de Cristo a través de sus vidas.
Ese momento será coronado por los ángeles del Cielo. En esa hora, la Sangre de Cristo, Su valor espiritual, atómico y celular será reconocido.
Y el antiguo Proyecto Genético será reconfigurado. Los átomos de los autoconvocados girarán rápidamente, moléculas y células se iluminarán, y la red interminable del sufrimiento será transmutada.
En esa hora, pediré al Todopoderoso Su Intercesión; y, a través del Arcángel Gabriel, aquel que anunció a Mi Madre la venida del Mesías, en lo alto del monte resplandeciente, al lado de su Maestro y Señor, abrirá el último sello guardado en el Arca de la Santa Alianza.
En esa hora, también resplandecerán los Retiros y Centros Internos del planeta, y todos conocerán la oculta faz del Plan de la Hermandad.
Así como fue en el principio, llegarán los visitantes del universo para vivir este gran momento planetario y universal, en el que el Real Tiempo del universo se establecerá y lo que para la mayoría era un misterio desconocido y abstracto ya no lo será; porque prometo, en este día y en esta hora, que aquel que esté Conmigo hasta el fin, hasta el fin de los días, en ese momento en lo alto del monte resplandeciente, sentirá en su corazón un gozo desconocido, concedido por la obra magnífica del Espíritu Santo.
Todos los Linajes y todas las virtudes serán entregadas al Maestro, para que también el Universo Espiritual sea cambiado.
Y en esa hora, en la que se establecerán los Mil Años de Paz, que en verdad son mil ciclos de reconfiguraciones de la consciencia profunda del planeta y de la humanidad, su Maestro y Señor dará una nueva orden para que las cadenas y los grilletes de la perdición se disuelvan para siempre.
El Arcángel Gabriel tomará con Sus manos el Santo Grial, aquel Grial que fue testigo de la entrega de la Sangre de Cristo durante la Última Cena.
En esa hora, con el umbral del universo aún abierto en el planeta y en la humanidad, se volverá a establecer la unión de los tiempos, y todos los momentos evolutivos y espirituales que vivió esta raza serán expuestos.
La sangre de los mártires, en esa hora, justificará todas las guerras sucedidas en este mundo.
La vida sacerdotal restablecerá la conexión entre el Cielo y la Tierra.
El servicio abnegado de los consecuentes restablecerá la fe espiritual en todas las almas. Y aquellos que una vez perdieron el camino, por una última vez, serán contemplados por Mí para poder ser salvados y rescatados.
Por eso, en esa hora, las últimas santas mujeres estarán rezando, implorándole a Dios, junto con la Santísima Virgen María que ya estará presente en la Tierra, como Madre y Gobernanta, reuniendo a todos Sus queridos hijos en un único oratorio de Luz.
Así como fue en Pentecostés, la Santísima Madre del Cielo y de la Tierra volverá a pedirle al Espíritu Santo que descienda; y todos los méritos y dolores padecidos por la Santísima Madre, desde la Última Cena hasta lo alto del Monte Calvario, serán contemplados y Ella intercederá por última vez por el mundo.
Derramará Sus Gracias sobre aquellos que no las merecen, Su Amor enmendará sus errores, los errores de todos los que le fallaron a Cristo; y Su Santísima Mano, la Mano Maternal de la Virgen Santísima, señalará con una cruz de Luz a todos los rescatados.
En esa hora, esas almas serán contempladas por el Arca de la Santa Alianza y tendrán la Gracia y la oportunidad de comenzar de nuevo.
Y aún, Yo estaré sobre lo alto de ese monte resplandeciente. Y así como fue en Galilea, les volveré a hablar, pero esta vez no en parábolas, sino en verdaderos ejemplos de transformación y de redención que su Maestro y Señor ha visto a través de los tiempos en todas las almas.
Esto abrirá un nuevo tiempo y un nuevo ciclo, y entonces, se volverá a escribir la historia de los últimos días del planeta.
Los ángeles de la guarda se elevarán a Dios para dar testimonio de ese momento; porque todos aquellos que alguna vez hayan sido sacramentados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, también serán considerados por su Redentor y todos, delante del Santo Grial, verán la transfiguración de la Sangre de Cristo.
El Pastor los llamará a la mesa de la redención, porque Él volverá a partir el pan para compartir Su Cuerpo y Su Sangre en Presencia del Señor; e ingresará, en los mundos internos, un nuevo Propósito, aquel que las estrellas de origen tanto esperan.
Los nombres originales se iluminarán en el firmamento del universo, porque estos nombres emanarán del Sagrado Corazón de Jesús.
En esa hora, el plano material será transustanciado por la Presencia de Cristo, por las oraciones de las últimas santas mujeres y por las bondadosas madres del espíritu reunidas con la Santísima Madre de Dios.
Ya no existirá el juicio, la condenación ni la muerte. Las almas renacerán en el Espíritu Santo, su fe llegará más lejos de lo que esperaban.
Y este gran acontecimiento lo cerrará Dios, cuando Adonai descienda de las alturas con la Fuerza y el Poder de Su Reino, con la Omnipotencia de Su Amor, con la Gracia Eterna de Su Presencia. Así, por tan solo un momento, estarán ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en una Única Persona.
En ese momento, comprenderán el misterio de la Grandiosa Voluntad del Altísimo y Su empeño, permanente y constante, de que este Proyecto de la superficie de la Tierra exprese la presencia de los Nuevos Cristos.
Y todos aquellos que hayan sufrido injustamente las adversidades del mal serán recompensados. Los últimos serán los primeros y aquellos que creyeron ser los primeros, serán los últimos.
Benditos sean los humildes de corazón, los que padecen las miserias de estos tiempos, como el ejemplo de Mis hijos de África, porque serán los primeros en ver al Señor. Y, en esa hora, de esos pequeños corazones surgirá la fuerza de la renovación y de la fe.
Mis hijos africanos no serán más castigados con la impunidad, con la persecución o con la muerte. Yo mismo vendré a liberarlos de la esclavitud, porque ellos tendrán parte Conmigo en Mi Reino y, en esa hora, el mundo entero sabrá quienes son los corazones de África.
Yo los coronaré con Mis Gracias y Mis Misericordias; porque en lo alto del monte resplandeciente, ellos firmarán Conmigo la nueva alianza y lo harán por toda la humanidad. Así, triunfará Mi Amor, dentro y fuera de los hombres, dentro y fuera de las almas, en todo el universo.
Les dejo el sentimiento más profundo de Mi Corazón, para que se cumpla en esta humanidad y en este planeta.
Agradezco la respuesta de los consecuentes y orantes, de todos los que han respondido en estos días a Mi Llamado, sagrada experiencia que será guardada en el Arca de la Santa Alianza para que se funda espiritualmente con las Reliquias de Cristo.
Que así los corazones sean preparados para el fin de estos tiempos.
Para que esta aspiración se cumpla, la aspiración ardiente del Corazón de Jesús, celebraré con ustedes la Santa Eucaristía, así como la celebré con Mis compañeros en el Santo Cenáculo.
Les pido también a Mis sacerdotes, aquellos que en este momento están en Figueira, que acompañen este ejercicio espiritual.
Celebraremos este Sacramento, así como fue celebrado en el Cenáculo, de una forma simple, profunda y verdadera, así como es su Señor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Pueden traerme aquí agua para lavar las manos.
Que los sacerdotes se aproximen.
Mientras nos preparamos para este ejercicio que hará el Señor por nosotros, oramos internamente para que, al igual que los apóstoles, podamos ingresar en el Santo Cenáculo.
En aquel tiempo, les pedí a los Míos que Me acercaran el pan y el vino para la consagración, porque si no hubiera hecho este ejercicio espiritual, el mundo no habría comprendido el sacrificio del Señor.
Así, los reuní a todos alrededor del Maestro. De una forma simple y austera, le ofrecí lo más grandioso de Dios a la humanidad.
Por eso, en esa hora del Santo Cenáculo, el Señor tomó el pan, lo elevó a Dios en acción de gracias y en sacrificio, pidiéndoles a los ángeles del universo que lo transustanciaran en Mi Glorioso Cuerpo.
Para eso, lo partí y se lo ofrecí a cada uno de Mis compañeros, diciéndoles: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Enseguida, tomé el Cáliz con Mis Manos y lo elevé a Dios en acción de gracias y en sacrificio. Y para que esto se cumpliera, se lo pasé a Mis compañeros, diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada por la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, así como lo hacen por Mí en este momento, hasta que Yo retorne al mundo".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Oración: “Padre Nuestro”.
Que Mi Paz descienda al mundo, así como Mi Sangre descendió sobre la Tierra.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En comunión con Cristo y en Su Presencia Misericordiosa, nos damos reverentemente el saludo de la paz, saludando a cada Cristo interno.
Y anunciamos, en Presencia del Sagrado Corazón de Jesús, la Comunión Espiritual de todas las almas con Cristo.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Y así, Mi Forma de Luz y Mi Sangre ingresaron en los apóstoles y en las santas mujeres, y los preparé para que recibieran al Gran Consolador y tuvieran la fuerza interior para sobrellevar la Pasión de Cristo, así como hoy Yo los preparo a ustedes para sobrellevar el calvario planetario.
En esta comunión y alianza Conmigo, en la presencia sagrada del Cenáculo de Cristo, que fortalece a Su Gran Cuerpo Místico, a Su Iglesia Espiritual formada por todas las almas, elevamos esta oferta a Dios, en gratitud, reverencia y devoción.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco.
Pueden ir en paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
Gracias a todos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Rayo Blanco justifica a las almas. Mi Rayo Rojo purifica a las almas.
Pero, ¿quién será capaz de colocarse debajo de esta inmensa Gracia?
A través de los tiempos, revelé la devoción a Mi Sagrado Corazón y renové esta devoción a través de Jesús Misericordioso porque sabía que para el mundo no era suficiente una única revelación y, aún más, Me entregué por ustedes en cada momento, revelando en estos últimos tiempos la Faz Glorificada de Mi Corazón.
Sé que la mente humana no puede abarcar el Gran Misterio de Dios, pero el corazón que ama el Misterio desconocido, algún día lo conocerá, porque su fe y devoción en el Gran Misterio es verdadero.
Después de las tres importantes revelaciones que le entregué al mundo, a través de Mi Sagrado Corazón, a través del Cristo Misericordioso y a través del Jesús Glorificado, vengo a poner fin a Mis revelaciones porque se acerca el gran momento de Mi Retorno.
Se acerca el momento en el que la humanidad vivirá su inflexión espiritual, cuando se cumplirá la Palabra de Dios a través de la Palabra del Primogénito, cuando la paja será separada del trigo.
En verdad, les digo que nunca quisiera que ese momento llegara, pero así es la Ley del Amor y de la Sabiduría; porque no solo el mundo vivirá una corrección y todo quedará en evidencia, todos sabrán todo, sino que también el universo vivirá su corrección y su alineamiento. Pero no quiero que esto lo tomen como un castigo.
El mundo ha demostrado lo contrario a través de los tiempos, ha salido de la Ley muchísimas veces y la ha ofendido.
La Ley viene a protegerlos de ustedes mismos y también a protegerlos de Mi enemigo, el gran adversario de todos. Pero el amor de los consecuentes y de los misericordiosos, de los pequeños grupos de almas y de consciencias en el mundo entero, es lo que ha permitido hasta este momento que su Señor y Maestro se aproxime a ustedes para entregarles la Palabra de Vida y las bendiciones del Cielo.
Con esto, quiero decirles que hasta agosto Me tendrán con ustedes, por medio de este ejercicio de la Maratón de la Divina Misericordia.
Compañeros, Mi tarea se recoge en este momento, y los tres importantes y últimos ciclos se presentan, en los que todo se verá y en los que ustedes podrán reconocer la verdad y la mentira en todo lo que vive esta humanidad en la superficie.
Pero no se desanimen, la Ley que rige a los Cielos y a la Tierra Me seguirá permitiendo venir los terceros viernes de cada mes, porque aún deberé cumplir Mis operaciones universales en la humanidad hasta que el reloj marque la hora de recogerme totalmente.
Con esto, quiero decirles, Mis queridos compañeros, que después de tantos años de impulsos, de bendiciones y de Gracias, ha llegado la hora de que sus vidas sean Mi propio Evangelio y que lo hagan por todos aquellos que no consiguieron seguirme; para que la Gracia de su esfuerzo, de su renuncia y de su consagración, les conceda a los que han quedado atrás una última oportunidad de trabajar en este vasto Plan del Padre Eterno para que cada alma y cada corazón de este mundo encuentre su lugar, y pueda servir a Dios, así como Él lo necesita en este ciclo.
Por eso, deben seguir rezando a Mi Sagrado Corazón, antes de que la puerta de la Misericordia se cierre y la puerta de la Justicia Divina se abra. Con esto, quiero decirles, Mis compañeros, que en esa hora los siete sellos estarán abiertos y el Armagedón pasará a ser el Apocalipsis.
Las cosas más inconcebibles en el mundo serán vistas por todos y, en esa hora, el Arcángel Miguel y el Arcángel Rafael, como Resplandecientes de la Justicia de Dios, evaluarán este Proyecto Genético humano y una muestra de este Proyecto será retirada para repoblar la Nueva Tierra para que, junto a los profetas, patriarcas y seguidores Míos, se reconstruya este planeta y esta humanidad.
Y así, en esta reconstrucción espiritual e interna, se cierren las puertas al mal y se abra la gran puerta de la esperanza y del tiempo venidero para todos.
El Señor también reza por esto.
Ha llegado el tiempo de que caminen solos, pero de que caminen Conmigo y de que caminen, a través de Mí, en todo lo que debemos hacer aún en este mundo, en las obras de Amor y de Misericordia que deberán concretarse para que este mundo y esta humanidad sean reparados.
Eso es todo lo que hoy quería decirles, porque no pueden perder Mis Palabras; deben comprender la inmensidad de Mi Mensaje, porque deben sentir el eco de Mi Voz.
El Señor de la Misericordia los abraza y los contempla. No pierdan ni un momento de beber de esta Fuente de Gracias, y háganlo por aquellos que se olvidaron de Mi Amor. Les agradeceré por ese gesto espiritual.
Que la Misericordia se cumpla hasta en la última partícula de la consciencia. Para que esto sea posible, una vez más, les vengo a entregar el Sacramento de la Eucaristía, para que revivan el sacrificio del Señor por medio de la entrega de Su Cuerpo y de Su Sangre, Tesoros Espirituales para la redención de las almas y del mundo, Reliquias de la Eternidad.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que Mis Palabras sean vida en ustedes.
Que los impulsos de estos últimos años sean una realidad en sus consciencias.
No vivan Mi Mensaje superficialmente.
Aprendan a sentir sed de Mí, así como Yo siento sed de ustedes.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El día después de la gran purificación llegará, en el que los sellos de la Nueva Humanidad serán abiertos.
Y los Señores de la Ley llegarán a la Tierra y abrirán esos sellos, para que los Libros revelen al mundo el nuevo tiempo de la humanidad, de toda la humanidad redimida.
Y los Señores de la Ley entrarán al Templo y encontrarán el Sagrario del Corazón de Jesús, resplandeciente, luminoso y vivo, más que cientos de soles del universo.
Y el Señor, elevando Su Mano hacia los Cielos, llamará por la presencia de los Resplandecientes, de todos los Elohim.
Así, los ángeles descenderán con los Pergaminos y los Ancianos de la Ley entrarán al Templo con los Libros abiertos.
Los coros en esa hora cantarán y alabarán a Dios y el aspecto de Yahveh llegará a la Tierra para mostrarse, mucho más que una Paloma de Luz, mucho más que el Sagrado Espíritu Santo.
El Dios Vivo se hará presente en los corazones de los hombres y mujeres de la Tierra, y todos los peregrinos de estos tiempos acudirán al Templo para reconocer, dentro de sí mismos, la morada interior, la existencia de la inmortalidad, la eternidad del espíritu y de la esencia de todos aquellos que fielmente proclamaron su fe en Cristo.
También, en esa hora, por la parte lateral del Templo, se acercará la Madre de Dios, y las nuevas santas mujeres serán congregadas en oración y en espíritu.
Cuando los ángeles se presenten en el Templo con los Pergaminos y los Ancianos de la Ley se coloquen delante de los Resplandecientes, esa será la hora del descenso de la Nueva Jerusalén y los códigos de vida, provenientes de la Fuente Suprema, retornarán al planeta.
En ese momento, en lo alto del Monte Sinaí, el Arca de la Santa Alianza será abierta; y aquellos Patriarcas de otrora y los Profetas se reunirán en alabanza y en oración, como fue en los últimos tiempos, en los tiempos sagrados del pueblo de Israel.
El Templo dará la indicación interna del gran momento, en el que las Sagradas Reliquias de la Jerarquía emergerán del planeta, serán visibles en la superficie de aquellos Sagrados Lugares escogidos por Dios y que, desde otrora, en el silencio absoluto, guardan los sagrados tesoros de la Hermandad.
En ese momento, los ángeles abrirán los Pergaminos ante el Hijo de Dios, y todos los nombres sagrados serán revelados, el Pastor llamará de nuevo a Sus ovejas y ese será el momento del Gran Juicio Universal, en el que la paja será separada del trigo.
La Santa Señora del Universo elevará Su Voz como nunca antes lo hizo, y Su oración se escuchará en todo el universo, en toda la Creación.
Las santas mujeres recordarán el Legado de Cristo vivido en la Tierra y, como nuevas mártires, se ofrecerán por toda la humanidad y por la redención del planeta. Sobre ellas, en sacrificio, descenderá la Corona de Cristo y los nuevos apóstoles serán llamados para este encuentro.
En la unión predilecta de las almas con Dios, emergerá la nueva esencia, la nueva vida, limpia y libre de pecado, como fue en el principio, desde la pureza original.
Es así, que los Sagrados Lagos de Luz estarán presentes en el universo y, en perfecta sintonía y sincronía, harán descender al mundo el Legado de la trayectoria de los Nuevos Cristos, de aquellos que fueron capaces de resignarse y de entregarse por amor, de vaciarse de sí mismos para que pueda vivir el Todo, morada predilecta del Creador.
En esa hora, ante los Ancianos de la Ley y el Resplandeciente Hijo del Padre, ante los Pergaminos que serán abiertos por los ángeles del Cielo, será revelado el secreto del Plan, preciosamente guardado en el Arca de la Santa Alianza que, estando abierta en lo alto del Monte Sinaí, no solo será como un terafín para el mundo entero, sino que Su Luz y Su Resplandecencia iluminarán completamente a la humanidad y a los cuatro puntos de la Tierra.
Entonces, los Elohim llamarán a las tribus de Israel, desde los cuatro puntos de la Tierra. Vendrá la tribu del sur, hacia lo alto del Monte Sinaí; llegará la tribu del norte, a lo alto del Monte Sinaí; después llegará la tribu del este, también a lo alto del Monte Sinaí; y por último llegará la tribu del oeste; y se establecerá la perfecta unidad, cumpliéndose el Proyecto Original.
En esa hora, el Hijo del Padre recibirá en Su Mano el Sagrado Cetro de Dios, de las Manos de la Señora Celeste. El Gobierno se establecerá en el planeta y el mundo ingresará finalmente a la Hermandad. Se restablecerán los Principios y las Leyes que fueron corrompidos y, al pertenecer a la filiación de Dios, todos encontrarán aquella felicidad que siempre buscaron.
Dignos hijos de Dios serán llamados y convocados no por sus nombres de nacimiento, sino por sus nombres de origen y resonará, dentro de los corazones de todos, esa perfecta clave vibratoria que surgió desde el principio de sus esencias, y que el Padre cuidó y amparó con atención y amor.
Al fin, el mundo vivirá lo que tanto ha esperado y el Hijo del Padre volverá a caminar entre los Suyos, abriendo los caminos de la fraternidad.
Así, los esenios de otrora se presentarán y los caballeros templarios se mostrarán. Todos aquellos que formaron parte de la historia de Cristo se presentarán, desde los santos hasta los bienaventurados, desde los servidores hasta los seres más humildes y anónimos; todos aquellos que hicieron algo por Cristo, durante su encarnación, serán convocados por el Señor para volver a celebrar la institución del Gobierno Espiritual del Padre, que les recordará su origen.
Así, aquellos errores que están guardados en las estrellas se disolverán y nunca más una espada se levantará contra nadie, la guerra ya no será la causa de tantos males, la impunidad ya no será el arma de los que se dicen poderosos.
Y todos los que fueron injustamente afectados serán honrados y colocados a los pies del Altar del Creador, así los ángeles del universo les entregarán las coronas de Luz y bendecirán a aquellos que fueron consecuentes, que fueron capaces de dar la vida por el otro, que fueron capaces de ir más allá de sus imperfecciones y errores.
Todo será contemplado y considerado, nada quedará fuera de la Ley. Por eso, los Ancianos de la Ley llegarán con sus historias de vida, no solo lo que han vivido en esta Tierra, sino también lo que vivieron en el cosmos. Pero, esos Libros Sagrados revelarán la experiencia de Mi Amor en ustedes, de todo lo que Yo He conseguido hacer de sus vidas. Por eso, decídanse a ser libres de ustedes mismos, ya no carguen con las cadenas de los errores y las culpas, libérense de una vez y para siempre de esa opresión.
Mi Sangre fue derramada para poder liberarlos. Mi Cuerpo fue flagelado para poder aliviarlos. El Hijo de Dios fue maltratado para que sus vidas se redimieran y se santificaran en Cristo, dando honor y gloria al legado crístico del Amor.
Por eso, desde ahora los preparo internamente para ese gran momento, que ya está siendo vivido por todo el universo, está siendo preparado por los Ancianos de la Ley, por el nuevo Consejo del Sanedrín.
Que sus espíritus sientan el gozo de esta revelación, que sus almas sientan el júbilo por ese gran momento; porque los señalados y ungidos por Cristo serán llamados en el fin de estos tiempos para testimoniar el Amor del Redentor, el Amor que se ha hecho parte de sus vidas, el Amor que a través de ustedes se ha podido multiplicar para poner fin al sufrimiento en el mundo y a la aniquilación de la vida.
Estoy aquí, pidiéndole a Dios y aspirando, a través de sus corazones, a que nadie más en este mundo viva la pena de muerte, porque eso no forma parte de Dios, sino de la soberbia y de la arrogancia de los hombres.
El Árbol de la Vida se levantó en lo alto del Monte Calvario. Ese Árbol dio sus frutos para todos sin condiciones, derramó Su Sangre por todos los pecadores y, hasta los días de hoy, ese Sagrado Árbol de la Vida sigue derramando Su Amor por todos los que se condenaron y por todos aquellos que dicen sí.
Hoy, les traigo una parte de los secretos de Dios que son develados, porque es tiempo de que sean conscientes de todo esto, para que no solo crezcan interiormente, sino que también maduren exteriormente como soldados, apóstoles y guerreros de Mi Misericordia, que deberán dar su vida por Mí.
Por ese motivo, el último día 3 de noviembre, les hice varias preguntas. Espero que no las hayan olvidado tan solo dos días después. No solo deben aprender amar la Instrucción de la Jerarquía, sino también deben aprender a vivirla a través del esfuerzo, a través de la imperiosa necesidad de concretar el Plan.
El Señor está aquí, rezando por ese gran momento para todos; dice que muchos no comprenderán el significado de ese acontecimiento que hoy les revele, porque es necesario amar a Dios en primer lugar, antes que todo, porque no hay otra forma de comprender el Plan, sino amando lo que es desconocido.
Mi hora está terminando aquí en Brasil; con gratitud y amor doy las gracias por todos aquellos que, a través de esta Peregrinación por la Paz en Brasil, Uruguay y Argentina, no solo fueron testigos de Mi Amor por ustedes, sino que fueron consecuentes y conscientes de colaborar en la manifestación del Plan, a través de estos sagrados encuentros con los Mensajeros Divinos.
Espero que, después de esta larga peregrinación por Sudamérica, muchos más hayan comprendido que la Jerarquía está donde es necesario e imprescindible, donde falta realmente el amor, la paz y la verdad.
Mis Brazos siempre estarán extendidos como el Cristo Redentor, no solo sobre Rio de Janeiro, sino también sobre el mundo entero, anunciando el Retorno de Cristo al mundo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Señora o quién está tosiendo, dice el Maestro que vaya y beba agua de la Fuente, que ya se le va a pasar.
De esta forma, hoy también bendigo la Fuente de Cristo de este Centro Mariano, que fue construida con el esfuerzo y la donación de los corazones. Así, espero que muchos más, en este nuevo ciclo, se esfuercen por concretar los pedidos de la Jerarquía en la superficie de este planeta, en las Comunidades-Luz, en los Centros Marianos, en los Monasterios de la Orden y en todos aquellos espacios en el mundo donde será necesario y urgente manifestar un punto de Luz. Eso es tarea de seres conscientes y despiertos, responsables por el Plan de Amor y de Hermandad.
Por eso, agradezco a aquellos que hicieron posible la Fuente de los Siete Rayos de Jesús. Todos aquellos que escuchan, en este momento, que sepan que, en este humilde Centro Mariano, en lo alto de estas sierras de Rio de Janeiro no solo encontrarán a Cristo, el Redentor, sino también la Fuente de Su Gracia y de Su Misericordia expresada por los Siete Rayos de Su Corazón. Vengan a beber de estas Gracias, vengan a ser bautizados y sacramentados, renueven los votos con Mi Corazón todas las veces que sea necesario.
Esta es la Fuente para la cura de las almas; para aquellos que, por diferentes caminos, deben ingresar definitivamente en Mi Corazón a través de la Luz de los Siete Rayos.
Mi tiempo ha terminado, bendigo a esta Comunidad y a todos los que la forman, a Mis compañeros que la sostienen en la liturgia y en el servicio, en la donación a los Reinos de la Naturaleza, haciendo posible la vida evolutiva en las Comunidades-Luz.
Recen por todo lo que la Jerarquía deberá llevar adelante en estos últimos meses del año 2022 y todo lo que deberá suceder a partir del año 2023, en donde situaciones más intensas serán vividas.
Recen por el fortalecimiento de las Misiones Humanitarias, recen por la presencia y la existencia permanente del canal de la Instrucción; porque muchos necesitarán quitar su sed espiritual, ser correctamente orientados y conducidos, ser retirados de esta confusión mundial para que retornen al encuentro de su universo interior, de su esencia.
Recen por la sagrada tarea que la Jerarquía Espiritual deberá realizar en Norteamérica y en Medio Oriente, recen para que la Misericordia también pueda llegar a Asia y Oceanía. Acompañen Nuestros Pasos en colaboración y en donación, en oración perpetua, en vigilia constante, en Sagrada Adoración; a fin de que el canal potentísimo de Mi Divina e Insondable Misericordia en Polonia pueda estar aún más presente en la superficie a través de seres-espejo de oración.
Quiero dejar aquí una Gracia más antes de retirarme, antes de que ingresen en Mi Comunión Espiritual, para hacer la síntesis de todo lo vivido en estos días. Porque, les vuelvo a decir, compañeros, que no pueden perder la Palabra de la Jerarquía y olvidarse de lo que les decimos, porque las orientaciones son únicas y los momentos son únicos, y ya no se podrán repetir.
Esta Gracia que quiero dejar es espiritual, no solo una Gracia Celestial, sino también una Gracia Espiritual, consagrando para este Centro Mariano a nuevas Auxiliadoras de Mi Divina e Insondable Misericordia.
Las invito a aproximarse a este Altar y a colocarse a Mis Pies, así como siempre lo hacían las santas mujeres. Y ahora, pido que las demás auxiliadoras, ya consagradas, se coloquen en oración interna detrás de las que hoy se consagrarán.
Tráiganme aquí los elementos para esta consagración: los anillos, el simbólico Corazón y el velo.
¡Oh, Padre Celestial!,
que a través de estos elementos que hoy estoy bendiciendo,
por medio de la fuerza de Mi Amor y de Mi Misericordia,
tengan el motivo de poder alabarte y reconocerte como el Único Dios,
como el Señor de las Alturas y del Universo,
así como los ángeles Te reconocen, Te adoran y Te alaban eternamente.
A través del Sagrado Pedido de Tu Hijo Jesucristo,
deposita, a través de estos elementos,
las Gracias en las almas que los recibirán
para dar honor al Nombre de Cristo,
como el Camino, la Verdad y la Vida
de todos los que buscan la paz.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar la canción de la Unción, para acompañar está consagración.
Hoy, el Señor te está consagrando como María Magdalena.
Hoy, el Señor te está consagrando como María de la Paz.
Hoy, el Señor te está consagrando como María del Alivio del Sufrimiento.
Hoy, Nuestro Señor te está consagrando como Estrella del Mañana.
Hoy, el Señor te está consagrando como María Celestial.
Y así, Yo reúno a todas las hijas de Mi Madre, de diferentes caminos y de diferentes experiencias, renovando con Mi Espíritu a cada una, trayendo Mi Espíritu Consolador, aquel que prometí a los apóstoles en Pentecostés.
Hagan de Mis Altares, puntos de Luz para el planeta. Hagan de sus corazones, Templos del Señor para que sus vidas sean elevadas en ofrecimiento al Corazón del Redentor.
Hoy, Yo Me ofrezco como su Esposo Celestial en esta alianza con el Hijo del Padre, con el Hijo del Espíritu Santo, como su Maestro de Fraternidad, Aquel que camina al lado de los simples y de los humildes, de los que aspiran a ser portadores de la paz.
Yo las consagro como Mis Auxiliadoras de la Divina Misericordia. Sean bienvenidas a Mi ejército interno de Luz. Sean luz para el mundo con su ejemplo, su esfuerzo y su sacrificio, por un solo fin, por el triunfo de Mi Amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En la gran estrella de Andrómeda fue en donde Dios depositó Su gran aspiración por esta humanidad y por otras.
Andrómeda es el regente de su Sistema Solar y de otros. Fue allí, a esa parte del universo, adonde los Padres Creadores una vez llegaron para sembrar en el universo material el Plan de Dios a través de un Proyecto Divino, que primero debía surgir y manifestarse en la Gran Estrella de Andrómeda.
Los que allí llegaron fueron seres del universo mental, seres muy iluminados en la Ciencia y en la Sabiduría Divina. Fue así que los Arcángeles enviaron a los Hellel, para que pudieran gestar ese Proyecto de Dios en esa parte del universo. Esto es lo que hoy les muestra Mi Iglesia Celestial a través de su portal principal.
Estamos yendo a la verdadera ciencia de su origen, para que puedan comprender cómo actuaron las Leyes Divinas en un universo creador, para gestar después las Leyes Universales, que luego serían los Mandamientos y que son parte de la gran lección de todas las Leyes Universales.
La vida no podría surgir sin estar regida por una Ley. ¿Cuál sería el sentido de existir la evolución en el universo sin la presencia de la Ley?
Para que se pueda manifestar el Propósito Divino es necesaria la Ley. Por esa razón, el Padre así lo determinó, y la Gran Estrella de Andrómeda fue escogida para que, desde el Universo Mental, viviera esa experiencia.
Los Hellel, los Resplandecientes, los seres angélicos más sutiles del Universo Mental, nunca descendían de ese lugar, solo cuando los Arcángeles se lo solicitaron para que, a partir del universo mental, se llevara adelante en Andrómeda ese Proyecto Divino que era el surgimiento de humanidades tan semejantes a la vuestra.
¿Por qué Andrómeda fue escogida y no otro lugar del universo? ¿Y por qué hoy Andrómeda sigue siendo el Centro Regente de este Universo Local?
Todo parte de un sentido divino y oculto que está dentro de la gran Ley del Misterio de Dios, en el cual el Pensamiento Divino fue el que, en otros tiempos, en tiempos muy antiguos, promovió el surgimiento de la vida en este universo.
Así como Dios pensó en Su Proyecto humano, pensó también en otros Proyectos que siguen evolucionando semejantes a este. Con otros grados de consciencia y de evolución, las diferentes criaturas del Padre viven sus aprendizajes y escuelas para alcanzar la experiencia de los grados de amor.
¿Pero qué hay dentro de este Proyecto de la humanidad que lo hace tan importante para el resto del universo? Lo que otros universos no tienen, como ustedes lo tienen, es la llamada Esencia Divina, que los hace dignos en el Padre e hijos de Él. Eso es lo que permite que ustedes hoy estén aquí, a pesar de los errores.
En Andrómeda el propósito era muy grande; el desafío podría ser imposible, pero no podía tener fallas.
En aquel tiempo, la evolución de la consciencia era diferente. Antes de que se decidiera que existiera una humanidad como esta, que está en la superficie, solo el Padre sabía lo que iba a suceder. Por eso, Él creó las Leyes, primero en el Universo Mental, para que se cumplieran Sus pedidos y se realizaran Sus aspiraciones de tener criaturas semejantes a ustedes, que aprendieran a reconocerlo y a amarlo como Fuente Divina, como Esencia de Amor, como Poder Supremo.
Hasta ese momento, en Andrómeda todo estaba en curso. El Plan estaba pronto para ser llevado adelante.
Así fue que los Hellel, en una fuente de Luz semejante a la Fuente Única, dentro de la gran estrella de Andrómeda, crearon a los primeros representantes que llevarían adelante esta y otra humanidad.
Era necesario que hubiera intermediarios en este Proyecto no solo para acompañarlo y guiarlo, sino para que la primera humanidad que surgiera en la Tierra a través de Adán y Eva, pudiera seguir las directrices divinas que fueron encomendadas por los Hellel a esas consciencias superiores, que eran intermediarias entre el Cielo y la Tierra, entre su humanidad y el Universo Mental.
En ese tiempo, la primera experiencia de amor fue llevada adelante. No estaba en la Mente de Dios descender a la Tierra como el Cristo, para redimir a la humanidad. Pero el Proyecto se desvirtuó, no siguió el camino correcto por la elección de los hombres y mujeres de aquel tiempo.
Pero había algo en todo eso que no se podía perder, era la esencia del Propósito que había sido pedido y solicitado por el Padre a los Arcángeles, y los Arcángeles a los Hellel.
Desde que fue establecido el Proyecto en Andrómeda y partió desde allí hacia otras partes del universo, las humanidades, en sus diferentes escuelas y enseñanzas, debían mantener viva su esencia divina para comprender, en su evolución, al Proyecto de Dios y entender que la vida había sido creada para adorar a Dios, para amarlo y reverenciarlo, así como Él los ama, los reverencia y los adora como parte de Su Paternidad.
Hasta ese momento, Andrómeda consiguió desarrollar lo que el Padre necesitaba. Los Resplandecientes llegaron para instalarse por un tiempo determinado. Fue el gran momento de manifestar el pedido de Dios, en el que las primeras trece humanidades debían existir en el universo material, siendo que una de las trece humanidades tendría el don de la conexión divina y del contacto angélico. Y esa humanidad es la vuestra.
¿Ahora comprenden la importancia de que este proyecto dé resultado?
La llave maestra para superar la dualidad es el Amor. El Amor no puede ser destruido por el adversario, así como él intentó destruir el proyecto muchas veces, tentando a Adán y Eva al gran desvío de todos los tiempos, con el fin de que no se cumpliera lo que Dios necesitaba.
Pero la aspiración de Dios no fue impedida. Muchas consciencias del universo llegaron a la Tierra para socorrer a la humanidad, porque lo que había sucedido en Andrómeda había sido muy importante.
Un cónclave espiritual fue realizado en aquellos tiempos, cuando aún no existía la consciencia humana ni siquiera la elaboración de la primera parte del Proyecto, porque era solo una aspiración del Universo Mental para después ser una realidad en el Universo Material.
¿Por qué el Proyecto de Andrómeda no se completó en la Tierra, con toda la asistencia que le fue concedido? ¿Por qué las consciencias superiores no consiguieron cumplir lo que les pidieron los Hellel?
Tienen que tener consciencia, compañeros, de que un Padre Creador había fallado y que fue absorbido por su desobediencia.
A partir de allí todo cambió. El Padre Eterno, por un momento, estuvo ante una incógnita. ¿Qué sería de la Creación si Su Proyecto no se cumpliera como Su Consciencia Única lo había determinado? ¿Cuál fue la razón de desobedecer a Su Ley y a Su mandato, y de no haber comprendido que el centro de Su Poder es el Amor y no la autoridad?
El errado Padre Creador no pudo ver más allá de los hechos. Por eso negó al Padre Eterno y todo cambió. A partir de allí la evolución fue dividida por el primer error de Adán y Eva. La manzana de la tentación los abrazó y el Proyecto genético cambió de la noche a la mañana.
Salieron de la inmortalidad e ingresaron a la mortalidad. Sucedió algo inesperado, el hombre y la mujer de la Tierra despertaron a la vejez, algo que no estaba previsto porque Dios había pensado en una humanidad eterna e inmortal.
Después de veintiséis mil años de haber surgido el primer Proyecto en la humanidad con Adán y Eva, llegó Abraham, que fue el primer y gran patriarca, que tuvo que enfrentar el momento más duro de su vida, llevar a su pueblo a vivir en la Ley y no en la desobediencia.
Abraham lo consiguió, pero Él tuvo que sufrir mucho porque Dios le pedía todo, sabiendo que de Su descendencia después nacería el Cristo.
Por eso, lo que sucediera con Abraham y su pueblo era determinante. Ese fue el gran momento de corregir el Proyecto humano y de aprender a vivir correctamente las Leyes.
A partir de allí, el Padre Eterno vio que la humanidad nunca más podría estar desorientada, y que el rumbo de la humanidad dependería del cumplimiento de Su Voluntad y de Su Ley. Y eso ha sido así hasta los días de hoy por la intervención de los Sagrados Corazones, porque como parte de Dios conocemos su historia y somos parte de esta humanidad.
Mi Madre y Yo encarnamos para que hasta la materia viviera el proceso de redención y pudiéramos hacer cumplir lo que los Hellel habían determinado. Por eso, tuve que morir en la Cruz, ser negado y repudiado, humillado y flagelado para que el Proyecto humano fuera salvo y, en esta última oportunidad, a través de la Presencia de Cristo en la Tierra, se pudiera cumplir la aspiración de Dios, que Su Amor fuera parte de Sus criaturas para siempre.
Y así, Dios Me ha pedido servirme de Sus criaturas, de Sus hijos, a lo largo de los tiempos y de las generaciones, para que todas las almas posibles alcancen a vivir la vida crística, aun en los momentos culminantes, aun en los ciclos determinantes, hasta que se cumpla la Voluntad de Dios.
Aún la aspiración de los Resplandecientes está por ser realizada. Ese momento definitivo llegará con el Retorno de Cristo, cuando todo esté por cumplirse, cuando las profecías se manifiesten y la humanidad tome consciencia, en la última hora, de estos acontecimientos.
Es así que el Libro Sagrado de los Hellel aún está incompleto. Es la historia de sus vidas que lo completará. Es el valor que, por el precio de Mi Sangre, todos ustedes le puedan dar, para que ese Libro termine de ser escrito por las propias manos de los Resplandecientes.
Su vida y la vida de cada ser de este planeta debería estar escrita en ese Libro Sagrado, como testimonio del cumplimiento de la Voluntad de Dios, así como está la Vida de su Señor escrita en el Libro de los Resplandecientes.
En este séptimo día les dejo esta revelación para que comprendan y sientan lo que el Padre está sintiendo y viviendo, que este momento es culminante y no habrá otro. Por eso, Él Me envía como Su Mensajero, para que no solo en Mi Misericordia vivan estas cosas, sino también las cumplan, así como está previsto.
Hoy su parte humana está ante la Verdad de Dios, para que cada día más se vuelva consciente y responsable, porque estamos ante el último gran tiempo, el tiempo de la llegada, del Retorno del Hijo de Dios.
Que Dios los haga humildes para escuchar Su Mensaje y Su Palabra, para ir más allá de sí mismos y cumplir Su Voluntad.
A través de la Gracia del Sacramento de la Eucaristía, comulguemos de este misterio y de esta verdad de Dios, para que la humanidad pueda dar una respuesta ante el Proyecto no finalizado.
Celebremos.
Nos colocamos en primera persona delante de Nuestro Señor Jesucristo, para recibir Su bendición y Su Gracia Divina. Nos unimos de corazón a esta oración por todos los sacerdotes:
Señor,
que mi espíritu sea purificado
en este momento,
para que yo pueda participar
de Tus misterios insondables de Amor.
Señor,
que mi alma sea purificada
en este momento,
para que yo pueda ser merecedor
de todas Tus Gracias.
Señor,
que mi mente sea purificada
en este momento,
para que mi consciencia esté unida
a la Divina Mente de Dios, y así,
pueda tener la Gracia de cumplir, amorosamente,
con este santo sacramento.
Señor,
que mi corazón sea purificado
en este momento,
para que mis sentimientos estén unidos
a Tu purísimo sentimiento
de Amor por la humanidad.
Señor,
que mis manos sean purificadas
en este momento,
para que sea digno de participar
de la celebración y de la consagración
de Tu Cuerpo y de Tu Sangre.
Purifica mis manos de todo
lo impuro e incorrecto que he hecho,
para que sea bendecido
al poder tocar Tu glorioso Cuerpo.
Señor,
que mis ojos sean purificados
en este momento,
de todo lo que miro fuera de la Ley,
para que, durante la celebración,
siempre mi mirada esté fija solo en Ti.
Señor,
que mi boca sea purificada
en este momento,
de las palabras, dichos o juicios
que yo haya pronunciado contra el Amor de Dios,
para que todo lo que diga, a partir de ahora,
sea la Santa Palabra de Tu Evangelio,
bajo la Gracia del Espíritu Santo.
Señor,
que mis oídos sean purificados
en este momento,
de todo lo que yo haya escuchado,
para que a partir de ahora
solo escuche Tus Palabras,
y practique, como sacerdote,
todas Tus enseñanzas.
Señor,
vacíame en este momento,
para que no sea mi persona la que actúe,
sino la fuerza y el poder de Tu Espíritu,
el que realizará milagros y prodigios
en esta Santa Eucaristía.
Amén.
Celebremos el misterio del Amor de Cristo presente en la Eucaristía y; ante la Presenciade Nuestro Señor; de los Resplandecientes, los Hellel; y de nuestro Padre Creador; no solo ofrezcamos este Sacramento como rendición de la condición humana, sino también ofrezcamos nuestras almas y corazones como testimonios y acción de Gracias por todo el Amor de Cristo recibido a través de los tiempos.
Por eso, antes de Cristo haber sido entregado, Él tomó el pan, lo elevó dando gracias al Padre para que fuera bendecido como Su Glorioso Cuerpo, para que fuera transubstanciado por los ángeles del universo, como justificación y perdón de los errores humanos. Enseguida lo partió y lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen y coman porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Enseguida Él tomó el Cáliz y se lo ofreció al Padre por la redención de la humanidad, para que fuera convertido en Su Sangre. El Cáliz fue bendecido y la oración del Hijo fue escuchada por nuestro Padre Creador. Enseguida Él se lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Memoria Mía".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Padre Nuestro (en español e inglés).
Que la Paz, el Amor y la Luz de Cristo desciendan al planeta.
Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Padre Celestial que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del Amor
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
El Plan de Salvación de Cristo está aconteciendo y esa es la esencia de Mi venida aquí como Mensajero de Dios, como Hijo del Padre, para que todos sean rescatados por Mi Amor.
Les agradezco escuchar en este momento la alabanza “Rescatados por Tu Amor”, para que entiendan la esencia del mensaje que hoy fue entregado, porque todo siempre partirá del Amor y el Amor les traerá la Gracia.
Yo los bendigo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias Señor, por cuánto nos das!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más