Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN LAKE SHASTINA, MONTE SHASTA, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 25

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí la Señora del Silencio que, a través del Silencio de Dios, contempla la situación planetaria y especialmente la situación de las almas.

Es este silencio bendito y sagrado que Me permite proteger a las almas más necesitadas de Misericordia, porque el Amor de Dios es muy grande y desconocido.

Es Su Amor Infinito y Sabio que, a través del sagrado silencio, detiene a las fuerzas del mal y las destruye; porque no hay nada ni nadie en este universo, en el Cielo o en la Tierra, dentro o fuera de los seres, que se pueda oponer al Amor de Dios.

Cuando la vida o las situaciones no están en el Amor del Padre, es cuando el mal entra y divide, distrae y perturba a la mente y a las consciencias.

Cuando muchas veces la Jerarquía Espiritual llamó a las almas tan claramente al silencio, no era solo para poder establecer la paz en esta superficie, sino para que cada uno pudiera hacer su revisión interior y su reflexión.

Como verán, Mis amados y queridos hijos, ¿dónde quedarán estas sagradas semillas que ayer Yo les traje? ¿Dónde se depositarán? ¿Dónde está la tierra fértil que la Divina Madre está buscando?

Por eso, estoy aquí y sigo buscando esa tierra fértil en los corazones, pero busco la vida de los corazones que esté despojada de sí misma y en entrega, lejos de las adversidades de estos tiempos, pero no ausentes de todo lo que apremia a la humanidad, lejos de la indiferencia, próximos al amor para estar cerca de la caridad.

Pero no solo en el servicio a los que más sufren y padecen, que es el espíritu de la Jerarquía: servir a los que sufren y a los que padecen; sino también la tarea de las almas en este mundo, la misión espiritual, debería ser la escucha.

Por esta razón y en este día, en el que culmina una etapa importante de la Obra de la Jerarquía Espiritual en los Estados Unidos, en el que ya se puede ver en el horizonte el despuntar de la futura Comunidad-Luz de Monte Shasta; la Divina Madre les trae este silencio para vivir una síntesis, pero no como la síntesis que vivieron en otros tiempos, sino una nueva síntesis, es decir una nueva reflexión y meditación sobre los aspectos que han podido corroer sus vidas, incluso a sus espíritus.

Porque, ante esta difícil realidad de la superficie de la Tierra, la Jerarquía ya no puede desperdiciar sus perlas preciosas, es decir todos sus tesoros del Cielo. Muchos más necesitan ser consecuentes, no es suficiente con muy pocos. Y esto, queridos hijos, comienza primero dentro de cada uno, en la decisión que es tomada para sus propias vidas, en las acciones que son realizadas y que repercuten en muchas situaciones.

Será necesario en este último ciclo, hijos Míos, para poder seguir los pasos de la Obra de la Jerarquía así como está determinado, que se puedan replantear muchas situaciones internas y externas. Aquí y ahora no puede existir la culpa o el engaño, la justificación o la permisividad propia; aquí debe reinar el Espíritu Santo del entendimiento, de la ciencia, de la sabiduría y de la aceptación.

Porque cuando cada uno de ustedes, de tiempo en tiempo, es invitado a dar un nuevo paso y a subir un nuevo escalón, hay algo que necesita ser purificado. La Ley de la Purificación seguirá actuando en estos tiempos, queridos hijos, pero no como la mayoría lo entiende o lo comprende, la Ley de la Purificación viene a liberarlos de ustedes mismos para siempre.

Como ayer les dije, hoy les vuelvo a repetir para que no lo olviden: la Divina Madre también se purificó en el Templo cuando ofreció a Su pequeño Hijo en las Manos de Dios. ¿Acaso, eso está equivocado?

El universo es dinámico y constante. Y así, como el universo es dinámico y constante, su transformación debe ser constante. Nada, en este universo, puede permanecer estático o inmóvil. La evolución del universo se mide no solo a través de los grados de amor, sino también de los grados de consciencia. Esto es lo que los acerca a los grados de perdón, es la puerta que se abre a la redención.

Por eso, estén atentos, Mis hijos. La Jerarquía no podrá detenerse ante la emergencia del planeta, ante la necesidad de paz en las naciones y en los pueblos, ante la urgente necesidad de unidad entre las consciencias. Pero, cada uno de ustedes, colocándose la mano en el corazón, pregúntense ante el Sagrado Corazón del Señor:

¿Estoy dispuesto a renunciar? ¿Estoy dispuesto a ir más allá de mí mismo por un Propósito Mayor que desconozco completamente, por una Voluntad Mayor que a veces no consigo alcanzar?

Para eso, tienen la llave maestra de la fe, una fe que no puede ser sepultada por las acciones incorrectas dentro de la Obra Espiritual de la Jerarquía, por la condenación o el castigo a los que no lo merecen.

Hoy, Mi Hijo Me envió a través de Su sagrado y bendito silencio, porque ustedes saben que el silencio habla más que las palabras, que el silencio emite más mensajes que el verbo, porque el silencio es curador, el silencio es redentor, el silencio es renovador y es sublime.

Cada uno hará, en este tiempo, su examen de consciencia. Aún los estamos esperando, porque la aspiración de Cristo es que existan apóstoles maduros y decididos que no retrocedan por el desarrollo de los tiempos o aun por los acontecimientos de la vida; pero sí que, entre todos como hermanos y hermanas en Cristo, vivan bajo la Ley del Amor y de la Verdad, Verdad de la que algunos aún se esconden. La Jerarquía lo sabe, pero no lo juzga, porque la condición humana es capaz de ir muy lejos, es capaz de intentar paralizar Nuestro Plan.

La Jerarquía lo sabe profundamente; pero la Jerarquía no se detendrá por eso. La ayuda misericordiosa a través de una intervención en este mundo es urgente.

Caminaremos al lado de quien siga Nuestras orientaciones y no las modifique. Esta es Nuestra última decisión ante la realidad planetaria.

Los niños y niñas ya crecieron, es hora de asumir con adultez espiritual esta Obra, es hora de reparar a los corazones que fueron heridos y lastimados.

El mundo interno de aquel a quién le estoy hablando ya lo sabe, porque Mi Hijo Me lo pidió suplicando. Aún hay mucho por hacer, pero todo se podrá hacer si lo permiten.

El Cielo no viola las elecciones humanas; el Cielo solo eleva, abraza y ama la vida de cada ser, aun imperfecta. Pero la imperfección será transformada por el Amor y si ustedes aprenden todos los días a vivir en la Santa Justicia, que no es la justicia que se practica en este mundo, ni siquiera entre ustedes. Por eso, no se alejen de la Verdad.

En nombre de Mi Hijo, vengo a quitarles las vendas de algunos ojos, para que ya puedan ver la realidad y así comprenderla.

Seguiré orando para que todo se redima y se cure. Ya no es tiempo de esconderse, es tiempo de enfrentar el final de los tiempos, así como lo hace la valiente Jerarquía y así como Nuestros Sagrados Corazones los impulsan también a hacerlo.

Está todo dicho. Ahora solo bastará orar por las consecuencias y orar de corazón, como nunca antes lo hicieron. Porque Dios es Amor, pero también es Justicia y Él nunca permitirá que desaprendan Sus Principios y Sus Atributos, y hará cualquier cosa como un buen Padre Celestial para que los que están ciegos se salven.

Me retiro de aquí, agradeciéndoles desde lo más profundo de Mi Corazón Inmaculado, por todo lo que fue vivido y construido espiritualmente en los Estados Unidos, incluso en todo lo que podrá despuntar en Canadá y en Alaska.

Pero Nuestra mirada, y quiero que no lo olviden, está en todas las necesidades. La Jerarquía Espiritual no es selectiva, la Jerarquía Espiritual abraza con Su Luz a todos los que la necesiten, a todas las causas urgentes, sean internas o externas.

Es así que, a lo largo de los tiempos, de los siglos y hasta que retorne Mi Hijo al mundo, las Divinas Jerarquías trabajamos por la paz y esperamos que ustedes trabajen de verdad por la paz. Pregúntense si lo están haciendo.

Les agradezco y los bendigo a todos los que Me escuchan, en especial a los pioneros del Núcleo-Luz de Monte Shasta.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL 10.º ENCUENTRO ANUAL DE LOS HIJOS DE MARÍA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que la caricia de Dios sea sentida en sus rostros; pero, sobre todo, en sus corazones. Sientan esa misma caricia que una vez sintió el pequeño Niño Jesús.

Sientan sus almas en los Brazos de la Madre Celeste y les aseguro que todo estará bien. ¿De qué preocuparse si Yo estoy aquí y Soy su Madre? ¿Acaso sus corazones ya no se consagraron a Mí?

Pero sé que para sus almas este día es importante, no solo porque estamos en camino de finalizar la Cuaresma, prepararnos para contemplar la Pasión de Jesús y, sobre todo, Sus méritos y Sus triunfos en la Tierra, sino también este día es especial para ustedes, Mis hijos, porque sus almas, junto con sus ángeles de la guarda, ante las puertas del Reino de los Cielos, reconfirman sus votos de consagración, de servicio incondicional a través de la oración perpetua y de servicio a los que más sufren y se desesperan.

Que este ofrecimiento, que agrada a Mi Corazón y que proviene de cada Hijo de María, otorgue a las almas que más sufren en las guerras la Gracia de reencontrar la paz, el sosiego y el bien para poder rehacer sus vidas.

Así como Mi Hijo una vez entró triunfante en Jerusalén y ese día ningún ser murió en la Tierra, hoy, su Madre Celeste, la Divina Madre del Cielo, otorga una Gracia especial y una amnistía espiritual a través de todos los Hijos de María, para que el mundo alcance la paz y la paz se establezca, para que acabe la ambición de la guerra y de la destrucción, para que entre seres humanos de una misma familia universal no exista más la violencia, la indiferencia y la agresión moral y física, porque todos son preciosos a los Ojos de Dios. Esto disuelve todo mal y toda oscuridad que los rodea.

Recuerden que, en espíritu, alma y esencia, todos son preciosos a los Ojos de Dios. Así, el Padre Eterno, en este día de reconsagración, les reabre la puerta para que puedan ver en ustedes mismos las santas virtudes, para hacer el bien por donde vayan o por donde caminen.

Esta es la virtud principal: hacer el bien. Este es el compromiso auténtico de los Hijos de María, para que sus vidas se aparten ya de todo lo que hace sucumbir al mundo y a la humanidad; para que sus vidas, ya consagradas, sean un atributo verdadero para Dios en la Tierra, que represente los valores de la dignidad espiritual y humana.

Que cada uno de ustedes, ofrecido a la ardiente oración del corazón, proteja y guarde los valores que surgirán en la Nueva Humanidad. Porque esto es lo que está perdiendo el mundo: el valor de saber amar, el valor de hacer el bien, el valor de vivir en paz, el valor de saber unir, el valor de dar la vida por el prójimo, así como Mi Amadísimo Hijo la dio por ustedes. Esta es la lección que les dejo a todos.

¿Quién dará la vida por los demás, así como Mi Hijo la dio por ustedes?
 
¿Quién, a través de esta Cuaresma y de esta próxima Semana Santa, será capaz de decidirse y dar un paso para superar en el Amor a Mi Amado Hijo?

Esto es posible, ¿lo saben?

Esto justificaría los graves errores del mundo, porque los Nuevos Cristos ya serían una realidad y dejarían de ser una promesa; los Cristos del Nuevo Tiempo, consagrados como Hijos de la Madre Santísima, que a pesar de ser imperfectos se transforman día a día y no le temen al fuego transformador de Mi Amadísimo Hijo.

A través de este día especial, en el que sus almas están ante Dios por un momento, para hacer una síntesis de todas las experiencias vividas hasta el presente; como Madre del Redentor y Salvador, vengo a establecer una alianza entre sus corazones y Dios, una alianza que deberá volverse inquebrantable, una alianza inalterable que ninguna circunstancia o situación la disuelva.

Pero, Mis hijos amados, todo esto dependerá de cada uno de ustedes. Dios, su Padre, que los ama y los contempla con el Amor más grande que puedan imaginar o sentir, siempre está de Brazos abiertos y con Su Eterno Corazón expuesto en las alturas; Corazón que es adorado y venerado por todos los ángeles del Cielo y los bienaventurados; Corazón Misericordioso de Dios que nunca les impartirá justicia, sino que les dará Misericordia; Corazón que nunca los condenará por sus errores, sino que los salvará.

Este es el Sagrado Corazón flagelado del Padre Eterno que en este tiempo final y crucial precisa ser reparado todos los días a través de las acciones de misericordia de todos los Hijos de María; a través de una oración que no se debilite, sino que se fortalezca; a través de una disciplina consciente y espiritual que los mantenga unidos espiritualmente a la Fuente Suprema y a todos los códigos de Luz que guarda, que son inagotables, inextinguibles y eternos; códigos de la Fuente Inmaterial que, en esta próxima Semana Santa definitiva para muchos de Mis hijos, necesitan descender a las almas y a los corazones para prepararlos para el último y gran tiempo: el tiempo del Retorno de Cristo.

Yo vengo aquí como una Madre Mediadora e Intercesora. Vengo como una Madre que los acoge y que los recibe; y los coloca en este día bajo Su Manto Espiritual y Divino, para que los Hijos de María en el mundo entero protejan primero de sí mismos todas las reliquias espirituales que Mi Hijo les otorgó a través de los tiempos, reliquias preciosas e inmaculadas que se guardan en las almas que son fieles a Dios y que en esta Tierra representan a los servidores y discípulos de Cristo.

Todos ellos, Hijos e Hijas de María, son la Legión de Dios para el final de los tiempos. Porque cuando este planeta se mueva por entero, su fe, la fe de cada uno de ustedes, no podrá titubear; deberá ser una fe que fortalezca a sus hermanos y hermanas, porque la fe siempre los protegerá. La fe los alimenta espiritualmente, porque es un don precioso y eterno del Espíritu Santo.

He aquí el Espíritu Santo de Dios, que viene a bendecir a los que siguen caminando hacia Cristo. Espíritu Santo que viene a suplicar e implorar por los que sufren, por los que perdieron la Gracia, por los que perdieron la dignidad ante Dios. Espíritu Santo que suplica por los enemigos y por todos los que están contra el Plan de evolución del Señor. Porque la Divina e Insondable Misericordia, que también emana a través del Espíritu Santo, está más allá de toda circunstancia o situación.

Dejen y permitan que, en estos días previos a la Semana Santa, sus pies y sus manos sean lavados por Cristo, para que entren al templo espiritual de la Iglesia Celestial, limpios y purificados, volviendo a sentir en ustedes la Pureza de Dios, que nadie ni nada les puede quitar; y, sobre todo, sintiendo el Amor que merecen de parte de Nuestro Padre Eterno, un Amor que siempre los impulsará a la transformación y al cambio, a la transformación de sus hábitos y costumbres humanas. Porque recuerden que lo que Cristo necesita en esta próxima Semana Santa son las virtudes de cada ser.

Pregúntense, a ustedes mismos, ¿cuál es la virtud de Dios que mora en mí y qué haré con cada una de las virtudes que Cristo me confió? ¿Soy capaz de ir más allá de mi personalidad? ¿Soy capaz de ir más allá de mis aspectos humanos? ¿Confío en el poder insondable de la Misericordia que todo lo transforma?

Quiero decirles algo: sí, sus vidas están camino a la libertad.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a escuchar, a pedido de nuestra Madre, el Himno de Consagración de los Hijos de María, y vamos a llamar aquí a los Hijos que se han ofrecido a vivir hoy la consagración.

Pueden acercarse.

Y ante el Inmaculado y Sagrado Corazón de María, que se arrodillen todos los que puedan, porque ante la Madre Divina vamos a acompañar esta consagración de nuevos Hijos de María; pero también vamos a tener la oportunidad interna e íntima, en el silencio de nuestro corazón, de renovar nuestros votos con el Plan de Dios y con la vida divina.

Ahora, los sacerdotes van a bendecir con agua bendita a los que hoy se están consagrando y también los incensarán, para que la oferta de cada uno de sus corazones se eleve a los Cielos; oferta sincera y honesta de que, a partir de hoy, no solo son Hijos de María declarados, sino también son parte de Su ejército celestial.

Delante de María, nuestra Madre Celestial, hacemos nuestra oferta interna de renovación de votos para que, a través de Su Inmaculado Corazón, los eleve al Reino de Dios.

En este momento de silencio, hacemos nuestra oferta.

Vamos a cantar este himno, agradeciéndole a nuestra Madre.

Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.

He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.

Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.

Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.

Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.

Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.

Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.

Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.

Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.

Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.

Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.

Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.

Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.

Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.

La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.

La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.

Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.

Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.

Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.

Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.

Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.

Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.

Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.

Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.

Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.

Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.

Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.

Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.

Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar  el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.

Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.

Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.

Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.

Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.

Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.

Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.

Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.

Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.

En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.

Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.

En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.

¡Les agradezco!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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