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Coloca tu corazón, hijo, en el Corazón Crucificado de Cristo, en donde comprenderás la esencia del vacío, de la entrega, del despojamiento, de la humildad, el verdadero significado de nada tener o querer para sí, el verdadero sentido de entregar la vida por los demás.
Coloca tu corazón en el Corazón Crucificado de Cristo y comprenderás el sentido de la plenitud, una plenitud que no proviene de este mundo y que no se colma con nada que pertenezca a él; la plenitud de estar en Dios más allá de toda y de cualquier circunstancia.
Ha llegado el tiempo y la hora de que tu ser aprenda a estar en Dios y a vivir la esencia de Su Proyecto de Amor, porque todo ya te fue dado para eso, todas las instrucciones te fueron entregadas, todas las Gracias te fueron entregadas, todos los dones te fueron entregados para que ahora, hijo, sepas despojar tu corazón de sí mismo, del mundo y de sus promesas y profundices en la esencia del Propósito de la vida.
No pases por el mundo sin cumplir tu misión primera, que es plenificar tu corazón, tu espíritu y tu consciencia en la imitación de Cristo, en Su camino crístico. Y eso significa vivir como Cristo en Su entrega, en Su Amor, en Su rendición y en Su vacío.
No busques para ti otra cosa que no sea el Propósito de tu Señor, y abraza todo lo que te conduce al cumplimiento de ese Propósito.
Ama de corazón este ciclo del planeta, pues para eso viniste al mundo. No temas dar testimonio de un corazón vacío, no temas dar testimonio de un Amor perfecto. Y, para llegar a ese vacío y a ese amor, primero debes vivir el despojamiento, la purificación y la entrega absoluta de todo lo que aún retienes en tus manos.
Por eso, solo camina con fe, y en esa caminata, donde solamente el silencio del Creador te acompañará, que tus pasos también sean silenciosos, mas plenos de la certeza del triunfo de Cristo a través de tu corazón.
El mundo agoniza, hijo, y su sufrimiento no tiene límites. La angustia de las almas no tiene sentido ni explicación, no tiene medida. Y, para reparar y equilibrar esto, el Creador llama a Sus compañeros a la vivencia de Sus Palabras y de Su Ley, a la vivencia de Su Propósito y de Su Amor.
¿Tú dirás sí?
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
En todos los Centros Marianos, a través del Relicario de Mi Corazón, seré el portero y el protector, el guardián de las reliquias espirituales y de los dones divinos que se guardan en los lugares sagrados erguidos en honor a Dios y por la manifestación de Su Plan.
El Relicario de Mi Corazón será la protección de todas las virtudes alcanzadas por las almas. Será el guardián de la evolución de aquellos que dijeron sí a Dios, y cada vez que lo contemplen con amor no solo estarán recibiendo en su interior lo que un día Yo alcancé, a través de la humildad y del vacío espiritual, sino también, hijos, estarán siendo resguardados por Mí que, ante Dios, recibí la potestad de ser su padre y guardián en estos tiempos de transición.
Es por eso que, frente a las dificultades que les parecen imposibles de transformar, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón. Cuando el desierto sea mayor que su fe, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón. Cuando las energías del mundo parezcan batallar, en su propio interior, con sus principios más puros, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón.
Y, para que todas las almas del mundo tengan la oportunidad de estar delante del Relicario de Mi Corazón, les pido que todos los días 19, de una forma simple, el Relicario de Mi Corazón sea transmitido en vivo, durante una hora, para que todos aquellos que quieran estar delante de Él, en silencio, puedan hacerlo. Este ejercicio les permitirá encontrar la paz y fortalecer, en el propio interior, todas las virtudes ya alcanzadas.
En este tiempo de transición, seré el guardián de sus almas, padre y compañero que, en el silencio, seguirá sus pasos para que no se pierdan, sino que siempre se encuentren en Cristo.
Es de esa forma, hijos, que les pido que todos los días 19 de cada mes, a las 17 horas, sus corazones se unan en oración, y sobre todo aquellos que hoy no pueden estar en los Centros Marianos reciban también las Gracias y los Dones que surgen del Relicario de Mi Corazón para el mundo.
Si hacen este simple ejercicio, en el día de la Fiesta del Corazón de San José, no solo por ustedes mismos, sino también por todas las almas del mundo, podrán interceder Conmigo por los más pecadores y por los que se autocondenaron, para que esas almas abran sus ojos y encuentren la luz y la salvación en Cristo.
Yo los aguardo en oración y los bendigo.
San José Castísimo
La constancia y la perseverancia, hijos, serán sus aliadas en este tiempo de transición. Deben tener siempre presentes estos atributos, que surgen de la Fuente del Rayo de la Voluntad de Dios.
Ser constantes en la oración, en el servicio, en la fraternidad, en la mansedumbre, en la compasión, en la fe y en la misericordia los llevará siempre a transformar, cada día, un poco más la condición humana.
Ser perseverantes en las metas que se colocan y en el propósito que establecen de no caer en las mismas distracciones, tentaciones y errores, consolidará la transformación en su interior, en los niveles más profundos de su consciencia, y no permitirá que, en el último instante de su probación, como parte de la humanidad, caigan en pruebas que ya parecían estar superadas.
Clamen por esta Gracia ante Dios, de que a través de Su Voluntad y de Su Poder, sean constantes y perseverantes en el cumplimiento de Su Ley.
Aún están a tiempo de construir en el propio interior, en los niveles inconscientes del ser, una fortaleza verdadera que los sustente y ampare en los tiempos en los que la humanidad, como un todo, solo encontrará equilibrio en Dios y en la fortaleza sobre la roca erguida en el propio corazón.
Ejercítense en las pequeñas cosas. Vigílense a sí mismos y así siempre encontrarán la paz.
Escojan el Amor de Dios y no las cosas del mundo.
Pidan la Gracia y el auxilio del Cielo y cada día hagan su propia parte.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
El mes de mayo, hijos, podría ser conocido como el mes de la intercesión por las almas y por el planeta.
Es el mes en el que las Leyes de la Gracia y de la Misericordia actúan más intensamente en la Tierra, a través de la devoción de las almas que se consagran y se reconsagran al Inmaculado Corazón de María.
Mayo no es solo un período cronológico, es además el período de un ciclo espiritual en el que los Espejos del Cosmos se alinean con los Espejos de lo profundo de la Tierra y también con aquellos que están en el corazón y en la esencia de los que oran. De esa forma, una red de luz espiritual, divina y planetaria se manifiesta por el simple hecho de que las almas expresan su devoción y amor al Inmaculado Corazón de María, la Reina de todos los Espejos de la Creación.
A través de las oraciones de Sus hijos, la Madre y Gobernanta Celestial manifiesta, entre las dimensiones, Portales de liberación y de intercesión para las almas más pecadoras y perdidas. Es así que la oportunidad de una Gracia es concedida a los que se arrepienten de corazón y oran por la redención y por la paz en el planeta.
También los Reinos de la Naturaleza, los elementos y la vida que habita el planeta son tocados por las Gracias más profundas que provienen del Corazón de Su Madre Celestial.
En el universo, como en la Tierra, los ángeles y arcángeles se mantienen atentos a las súplicas de los que oran en todas las culturas y religiones, a los que claman sinceramente por paz porque, a pesar de su incomprensión e ignorancia, el amor en los corazones de los que oran se transforma en méritos para la cura, la redención y el despertar de todas las almas.
Por eso, oren, hijos, y reconsagren sus vidas a Dios en cada instante. Están en un ciclo de Gracias, de Misericordia y de intercesión, aun ante el escenario caótico del planeta. Que sus almas estén en el punto correcto de su elevación para que siempre alcancen la paz.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castíssimo
En cada nuevo día, amanece con el corazón pleno de gratitud.
Que tu primer pensamiento esté impregnado de gratitud por el don de la vida, de gratitud por cada aprendizaje que ese día traerá consigo, de gratitud por todas las Gracias recibidas, de gratitud por aún poder levantarte y servir, amar y transformarte según la Voluntad de Dios.
La gratitud, hijo, te hará crecer humana y espiritualmente, porque aquel que es agradecido no se envuelve con las debilidades humanas, sino que se afianza en la Gracia Divina y en la Misericordia que cada día recibe de Dios.
El corazón agradecido se torna consciente de que todo cuanto pueda hacer en este mundo es poco para retribuir y multiplicar el Amor que recibe de Dios.
La gratitud eleva las consciencias más allá de las dimensiones del caos y las coloca en un estado de Gracia para que sepan lidiar con cada situación de la vida con sabiduría y discernimiento, imprimiendo la Voluntad de Dios, y no la propia, en todas las cosas.
Por eso, elévate a través de la gratitud y, en cada momento del día, recuerda agradecer a Dios por todo. Así estarás en el mundo perteneciendo a los Cielos y el Reino de Dios se podrá expresar a través de ti.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Vive con la fe de los primeros cristianos, aquellos que no temían a la muerte, sino que deseaban con locura la vida en Cristo y ofrecían constantemente su existencia a Dios, para que Él hiciera de sus almas receptáculos para que gracias y misericordias llegaran al mundo.
Vive con la fe de los primeros cristianos, aquellos que anunciaban el Reino de Dios, no solo con el verbo, sino, sobre todo, con la vida; aquellos que se dejaron encender por el Amor de Dios y descubrieron lo que es la verdadera fe en el Corazón del Padre Celestial.
Vive con la fe de los primeros cristianos, aquellos que no estaban luchando para alcanzar y acumular cosas en el mundo, sino que estaban rindiéndose para conquistar su espacio en el Cielo, fundidos en el Corazón de Dios, tornándose Uno con el Padre.
Vive con la fe de los primeros cristianos, aquellos que entregaban sus vidas por misterios que desconocían, por una experiencia y una Vida mayor, que solo se guardaba en la certeza de sus corazones y en lo oscuro de su fe absoluta.
Vive, hijo, con esa fe, dejándote encender por ella, en oración. Que esa fe, escondida en tu interior, gane espacio en todo tu ser, para que sea Cristo quien se expanda en ti.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Que cada Hijo de María eleve hoy su mirada y su corazón a los Cielos, no para suplicar, sino para agradecer, para reconocer cuántas Gracias y Misericordias el Creador derramó sobre sus vidas, y cuánto hay aún por venir en esta caminata en Dios, rumbo al infinito de Su Amor y de Su Creación.
Que cada Hijo de María eleve hoy su gratitud al Padre, por el Amor que emanó constantemente del Inmaculado Corazón, por la Paz que proviene de María y que inunda las almas, transformándolas y consagrándolas a Dios.
Que cada Hijo de María eleve su gratitud al Padre por el despertar, por la revelación de Sus misterios, por los velos que se rasgaron y que se rasgarán, por la vida que se consagra y se reconsagra en cada nueva oración.
Que la gratitud sea la eterna oración de todos los Hijos de María, porque será solo en el Cielo, hijos, después de esta trayectoria de transformación y de amor, en donde comprenderán cuán bendecidas fueron sus vidas.
La gratitud les abrirá las puertas hacia la Eternidad.
La gratitud fecundará todas las Gracias recibidas.
La gratitud los tornará instrumentos en las manos de María para la reconsagración del mundo entero a Su Inmaculado Corazón.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Sé guardián de todos los impulsos que recibes de Dios, cultivando en tu corazón lo que más te aproxima a Su Verdad y a Sus Gracias.
Con el silencio, vence las adversidades; con la oración, mantén tu consciencia elevada; y con la eterna gratitud, abre constantemente tanto las puertas del Universo como las del Infinito.
Sé, hijo, guardián de todo lo que recibes en nombre de la humanidad. Que cada impulso llegue a tu consciencia como algo que la empuja hacia el camino de la ascensión, para que cada día estés más dentro del Tiempo de Dios y fuera del tiempo de los hombres.
Cultiva en tu corazón el bien y el amor al Propósito Divino, y deja las cosas del mundo, que ya no son para ti, para los que aún están perdidos.
Los impulsos que recibes llegan, en este tiempo, para que tu corazón sea una puerta hacia la vida superior. Por eso, mantén tu consciencia allí, unida a los mundos sutiles, unida a la Verdad de Dios, unida a los misterios celestiales que se revelan detrás de los velos que se continúan rasgando en estos tiempos.
Cultiva la fe y la esperanza, a pesar de todo lo que suceda en el mundo. Y, aunque la vida a tu alrededor parezca estar tan distante de lo que es real, no sufras, sino camina solo hacia lo Alto.
No dejes que tu mente se confunda con las ilusiones del mundo, que parecen tan reales. Hay una Vida mayor, hay un Propósito superior, hay una realidad aproximándose a la Tierra, y en eso debe estar tu corazón.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Con espíritu de sacrificio y de entrega, lanza tu corazón para develar los misterios, tanto del Universo como de lo profundo de la Tierra.
Abraza con amor lo que te es desconocido y agradece a Dios la Misericordia, concedida en tu vida, de estar tan próximo a Su Gracia y a Su Verdad.
En un mundo de tanta ignorancia, hijo, tu espíritu debe estar en júbilo por ser parte del ciclo de revelaciones que se inicia para toda la humanidad.
Abre tu corazón para lo que nunca aprendiste.
Abre tu consciencia para descubrir lo que estuvo oculto en tu alma.
Deja que los recuerdos emerjan, y que aquello que tú no sabías que habías vivido pueda surgir como una forma de impulsarte a lo nuevo, a lo sagrado, a lo sublime.
Deja tu alma delante de nuevos horizontes, porque nuevas serán las pruebas de este tiempo, y para eso debes estar pronto.
Que la gratitud sea la llave siempre puesta en tus manos para abrir las puertas de los Cielos.
Que la humildad sea tu escudo protector en esta batalla de ignorancias y vanidades, de la cual los hombres intentan salir y muchas veces no lo consiguen.
Que la oración sea tu puerto, y el Corazón de Dios tu aliento.
Respira Su Presencia e irradia Su Paz. Así, percibirás que aun lo que parecía más oculto siempre estuvo aquí, delante de ti, en el Corazón de Dios.
San José Castísimo
Mientras recorren los lugares sagrados, tengan en sus corazones a toda la humanidad, a toda la vida.
Sientan que todo lo que reciben, como impulso interior, llega a cada ser de la Tierra y más allá de ella.
Sientan la unidad espiritual que se establece en los corazones de los que saben que todo lo que reciben no es para sí mismos, sino para que el Plan de Dios se cumpla en todos Sus hijos y en este mundo.
Más allá de unir las dimensiones y llegar al Corazón del Padre Celestial, los seres humanos, hijos, tienen la posibilidad de compartir interiormente todos los aprendizajes evolutivos que viven, así como todos los códigos de luz que reciben para dar sus pasos en dirección al Amor de Dios.
Fue de esa forma que el Amor alcanzado por su Señor en la Cruz desbordó de Su Corazón, y todo lo que Él alcanzó llegó a cada ser de este planeta y mucho más allá de él.
Este es uno de los dones que Él les enseñó con Su entrega: el don de donarse no solo a sí mismo, sino de donar todas las Gracias recibidas y alcanzadas. El don de sentirse unido a todas las criaturas y saber que todo lo que viven es por todo y por cada ser de este planeta.
Miren al prójimo, aunque sea un desconocido, y sepan que él es también parte de Dios y que está aquí para aportar algo, aprender algo, redimir algo y alcanzar el mismo amor que, por Gracia y Misericordia, ustedes reciben todos los días.
Cuanto más dejen influir a las dádivas recibidas y, conscientemente, vivan las Gracias como un servicio por la humanidad, más, hijos, esas dádivas fluirán al mundo.
Recuerden que los seres humanos son un gran misterio. Misterio que se devela experimentando y viviendo, arriesgándose a amar y a servir cada vez más profundamente.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Dios fortalece los corazones que responden a Su llamado a través de las pruebas y de los desafíos, de las batallas y de las dificultades que forjan en su interior la fortaleza y la fe.
Es así, hijos, que ante tantas Gracias recibidas, las leyes se equilibran, y aquellos que reciben todo de Su Creador son llamados a dar todo por Él.
Dios no quiere verlos sufrir, pero sí debe permitir que las leyes de este mundo se cumplan y que ellas mismas los conduzcan para que vivan una entrega cada vez más profunda de sus vidas.
Delante del caos del mundo y del caos interior, busquen el espíritu de la paz y permitan que sus consciencias estén colocadas fuera de las dimensiones de conflicto que confunden a las mentes de los hombres.
A través de la paz, sus corazones podrán atraer a las Leyes Divinas y Universales en tiempos de tanta confusión y desequilibrio, y vivir la sabiduría y el discernimiento del Espíritu de Dios.
Por eso, no se olviden, hijos, de comprender que las leyes se cumplen y toda Gracia abundante se equilibra con el sacrificio.
Pero, dentro de las dificultades, pueden escoger la forma de vivirlas. Pueden estar en paz y unidos a la Consciencia Divina y, de esa forma, no solo mantener la propia consciencia en Dios, sino también prestar un servicio a este mundo tan confuso y carente de equilibrio y de armonía.
Yo los bendigo, los coloco en la protección y en la paz de Mi Casto Corazón.
San José Castísimo
Llegó el tiempo de responder al llamado de Dios, llamado que los invita a ir al encuentro de las necesidades espirituales y físicas de este planeta en redención.
Llegó el tiempo de escuchar la Voz de Dios, que resuena fuerte en los corazones que ya despertaron.
De Su Verbo vendrá la fuerza para seguir adelante. De Su Amor vendrá el auxilio para renovarse, cada día, en el cumplimiento de Su Plan. De Su desierto, pero también de Su Reino, vendrán las experiencias que forjaran una fortaleza inquebrantable en los que caminan.
Por eso, escuchen la Voz de Dios en su interior y sigan Su llamado. No habrá otro ciclo, no habrá otra hora.
Solo hay, hijos, una gran necesidad de estar en el lugar correcto y cumplir con los compromisos que su Padre Celestial les entregó desde el principio de la humanidad.
Las pruebas se acentúan, pero también las Gracias se multiplican. Sepan tomar los Dones de Dios para que sean la base bajo sus pies y sigan adelante en oración, en comunión y en entrega.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Desde las Fuentes más sublimes de la Creación, la Mirada de Dios irradia Su Amor hacia la Tierra.
Gracias sobre Gracias, Su Luz desciende al mundo como un manantial eterno de renovación y de vida. Son las oportunidades que los seres reciben para retornar a Dios.
Como un Salvador que lanza cuerdas desde el Cielo para que Sus hijos retornen a Él, el Creador está constantemente vertiendo sobre el mundo Sus Dones. Estos Dones son, hijos, el camino para retornar a Dios. Respeto, amor, humildad, servicio y sabiduría son algunos de los tantos puentes que Dios crea entre Su Corazón y los corazones de Sus hijos.
Que sus ojos estén atentos para encontrar la Mirada del Padre. Que sus corazones estén dispuestos a ser fecundados por Su Gracia. Que sus vidas estén siempre prontas para ser nuevas y manifestar lo que reciben de Dios.
El Creador los aguarda. Abran sus ojos, vean el puente y comiencen a caminar.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
La Misericordia Divina desciende al mundo como fruto del Amor más puro y profundo de Dios por todas Sus criaturas. Deja que este manantial encuentre, en tus oraciones, el puente para llegar al mundo y, en tu corazón, la puerta para permear los corazones de los hombres.
Vive el Don de la Divina Misericordia y sé, tú también, misericordioso. Expresa tu gratitud siendo consecuente con todas Gracias que recibes en tu vida.
Vive para anunciar al mundo la dádiva de la Presencia Divina e imitando el Amor de Dios con acciones, pensamientos y sentimientos de Misericordia, multiplica, hijo, todo lo que el Creador te entrega,
Eres un instrumento de Dios en el mundo, fruto de Su Gracia, expresión viva de Su Amor. Lleva en tu corazón esa certeza y con tu vida inspira a los seres al Amor.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Universo no se oculta en su interior, solo se mantiene silencioso a la espera de que sus seres se puedan volver hacia adentro para encontrarlo.
Los misterios solo permanecen como misterios delante de los corazones de los hombres cuando ellos no los buscan o son indiferentes a la vida espiritual. Todas las ciencias les pueden ser reveladas, porque la Sabiduría del propio Dios se encuentra dentro de ustedes. Su esencia es un puente hacia el Corazón del Padre, hacia todo lo que Él es.
No hay límites o fronteras para el espíritu que recorre incansablemente el camino de retorno a Dios. La ignorancia es una autocondenación de los que escogen permanecer en la ilusión, en la oscuridad de la consciencia. La Sabiduría no es un don para pocos, la Sabiduría es una virtud que está adormecida en la esencia de todos los seres humanos, los que pueden despertarla a través de la búsqueda sincera y pura de la Verdad.
Sean puros de corazón y comiencen a caminar. Sean sinceros y pidan al Padre la gracia de estar en Su Corazón y de vivir aquello para lo que fueron creados.
Aspiren a pasar por la escuela de la Tierra y a vivirla plenamente. Aspiren a expresar todo el potencial que guardan en su interior. Dios manifestó cada ser según Su Perfección. Todos ustedes guardan virtudes únicas a expresar. Aspiren, hijos, a manifestar esta verdad en plenitud.
Vacíos de conceptos humanos, de vanidades y de orgullos que los prenden a los conceptos materiales de la evolución, ustedes podrán encontrar la verdad sobre sí mismos. La Gracia Divina les puede revelar estas y todas las cosas, basta que clamen de corazón y que se abran con todo su ser.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Coloca tu corazón en el Corazón de Dios y agradece, hijo, por otro ciclo que se inicia. Deja que tu espíritu encuentre la renovación y la paz en los impulsos que descienden del Cielo para conducir a las almas al nuevo tiempo.
Cada día trae consigo las Gracias y las bendiciones para superar las pruebas y los desafíos que se presentan. Abre tu corazón para percibir y recibir estas dádivas y comprende cómo el Creador guía tus pasos y los ampara para que, a través de tu vida, otras almas encuentren la paz.
Ama el camino del despertar y del retorno al Origen, que él sea para ti la prioridad de tu corazón.
Comenzó un ciclo en la humanidad, hijo, en el que las pruebas planetarias se tornarán aún mayores, los asedios y las tentaciones crecerán y verás sucumbir a los que no estaban afirmados en Cristo. Pero, a pesar de todo, calma tu corazón y encuentra la paz. Afirma las bases de tu fe en la oración y en la entrega permanente, para que muchos se sustenten en esta barca de salvación que es la fe en los corazones de los hijos de Dios.
Infinitos serán también los impulsos que descenderán a la Tierra provenientes del Universo de Dios y de Su Corazón. Muchos de los que estaban adormecidos se despertarán bajo un gran impulso y todo tendrá su equilibrio.
Ora y mantiene tu Corazón en Dios. Ve pasar las pruebas de estos tiempos con tu corazón afirmado en Cristo y así, no solo encontrarás la paz, sino que serás un instrumento de paz para este mundo.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Recuerda en tu interior todos los impulsos recibidos en los últimos días, en los últimos tiempos, y deja que ellos generen frutos dentro de ti. Madura estos frutos, meditando en todo lo que viviste, dejando que tu conciencia se coloque en un punto diferente del que se encontraba antes de recibir todas estas Gracias de Dios.
Reflexiona sobre todo lo que debes vivir a partir de ahora, los pasos a ser dados, las pruebas que te aguardan y cómo tu corazón se debe preparar para los impulsos y ciclos nuevos que nunca fueron recibidos o vividos por la humanidad.
Que la Gracia Divina permee todo lo que eres, y que hasta la menor de tus células sea consciente de lo que recibe y de lo que es llamada a vivir a partir de ahora. Así, hijo, sin desperdiciar nada de los impulsos divinos que descienden al mundo, tu ser será siempre digno de impulsos mayores.
Aprende a reflexionar, a meditar y a amar los pasos que debes dar como persona humana, como alma y como consciencia, como criatura y parte de la Conciencia Divina.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Acompaña, con tu corazón y con tu espíritu, los pasos de tu Señor por este mundo.
Clama, en nombre de la humanidad, para que las raíces de la corrupción de la consciencia humana sean arrancadas de lo profundo de los seres y de la Tierra. Permite que las Manos Divinas se sumerjan en el océano de los registros de la humanidad para liberarlos y purificarlos, retirando de la consciencia de los hombres y de las mujeres de este mundo el peso que no les permite caminar.
Ruega por la Gracia y por la liberación.
Deja que la Misericordia descienda a la Tierra como un caudal transformador y dispone tu corazón para que sea el primero en ser curado y transformado por Dios. Porque así, hijo, con tu propio ejemplo, abrirás una puerta aún mayor para que la Misericordia de Dios descienda al mundo.
Clama y sé ejemplo de la actuación de la Divina Misericordia. Pide a Dios que transforme el mundo y déjate transformar. Pide al Padre que sublime la corrupción humana y deja que Él arranque de ti las raíces corruptas, las energías y las fuerzas ocultas y milenarias que te impiden que profundices en tus pasos hacia Dios.
Mira hacia el mundo, hijo, y siéntete un espejo de él. Si transformaras lo que hay dentro de ti, aquello que está fuera de ti también se transformará.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Entra en oración y clama al Padre para que abra las puertas de Su Reino dentro de tu propio corazón.
Coloca tu atención en lo más profundo de tu esencia y, como quien retorna después de mucho tiempo a la casa de sus padres, ve con alegría al encuentro de Tu Creador. Siente Su Amor esperándote. Siente el calor espiritual de Su Presencia. Su Misericordia colma todos los espacios de tu ser.
Colócate de rodillas a los Pies de Dios y abrázalo espiritualmente. Di a Su Corazón tu confesión más sincera, arrepintiéndote de tus pecados más ocultos, y pide al Padre la Gracia de estar en Él y con Él en cada instante de la vida.
Recibe el bálsamo del perdón de Dios y fortalece tu fe. Clama, entonces, con el corazón puro por aquellos que más necesitan en este mundo. No te olvides de pedir por los Reinos de la Naturaleza y por las almas pecadoras que se pierden en los abismos de su propia ignorancia.
Pide al Padre, en nombre de toda la vida, de toda la consciencia humana, que la luz de Su Sabiduría permee Su Creación a través de Sus Espejos Divinos y que esta misma luz se refleje en ti.
Comprende entonces, hijo, a los Pies de Dios, que en tu esencia se guarda la llave para la transformación de todas las cosas. No busques fuera de ti el alivio de tu corazón cuando dentro de ti se encuentra la puerta para estar en Dios.
Recibe de Él las bendiciones para la concreción de Su Plan y, además, para interceder por este mundo.
Retorna, entonces, a la Casa del Padre con el corazón en paz, con la certeza de que tu consciencia permanece allí porque Él está en ti. Vive en Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Contempla la Misericordia de Dios que desciende sobre el mundo a través de las oraciones de Sus hijos. Son tiempos de milagros y de Gracias espirituales inexplicables.
Anuncia con tu corazón la Presencia de Dios. Une tu corazón a los coros de ángeles y arcángeles que proclaman la victoria de tu Señor en la batalla de este mundo.
Une tu voz a las súplicas más profundas de los que claman por la paz. Entrega tu vida, conscientemente, por un propósito mayor.
La oración, hijo, es la llave perfecta que abre las puertas del Cielo y de los corazones de los hombres, que hace descender sobre el mundo los principios originales del Pensamiento de Dios en la vida y en los seres. Como una lluvia de códigos nuevos, lava a los seres de sus viejos patrones de conducta y los restaura, revelando la verdad que estaba oculta en su esencia.
La oración es esa melodía celestial que, cuando es sincera, recorre los Universos y se esparce por los aires, llevando la Buena Nueva de la renovación a todos los seres de todos los Reinos. Ingresa en lo profundo de los mares y restaura el espíritu de los océanos, ingresa en lo profundo de la Tierra y cura sus registros internos, ingresa en el profundo de los seres y los torna dignos hijos de Dios.
Por eso, ora con todo tu ser. Ora de corazón y verás cumplirse lo que te digo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más