Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 58ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.

Después  que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.

Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.

El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.

Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.

No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.

El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.

Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.

Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.

Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.

Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.

Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.

Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.

Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.

Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.

Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.

Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.

Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.

Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.

Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.

Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.

Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel,  de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.

Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.

Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.

Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.

Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.

Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.

El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.

Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.

Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.

Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.

Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.

Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.

Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.

Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.

Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.

En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.


Padre Celestial, que a todos conduces,

acepta nuestra oferta de entrega a Ti.

Guíanos por el camino del amor,

para que Tu Voluntad sea hecha.

Amén. (x3)


La oferta ha sido aceptada.

Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.

Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.

Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.

Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.

Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.

Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.

Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.

Padre Nuestro...

Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.

Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.

Dense ahora la paz.

Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.

Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DEL MENINO REI, RIO DE JANEIRO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 20.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Sagrado Corazón de Jesús, 
Fuente de Amor y de Verdad, 
reconcilia a la humanidad con el Padre Eterno. 
(tres veces)

Hoy les traigo Mi Sagrado Corazón como prueba de Mi Amor y de Mi Verdad por todos ustedes.

Mi Corazón se alegra por ver los corazones buenos y perseverantes, aquellos que responden a Mi Llamado de forma inmediata y que, a pesar de las consecuencias, siempre Me dicen sí.

Vivan en el Sagrado Corazón de Jesús.

Nuevamente, Me ofrezco al mundo como la gran ofrenda de amor por todas las almas y por todo este planeta herido.

Busquen la Fuente de Mi Sagrado Corazón y no se cansen de saciar vuestra sed, porque aún tendrán sed, amados Míos, hasta los últimos días de vuestras vidas.

Vivan en Mi Sagrado Corazón. Actúen a través de Mi Corazón misericordioso y nada deberán temer, porque Yo estaré en vuestros caminos, alumbrando vuestros destinos y cumpliendo vuestros proyectos, los Proyectos de Dios.

Por eso, vivan en Mi Sagrado Corazón.

Así como Yo lo pedí en Ruanda, busquen Mi Corazón de Luz, porque los tiempos ya son difíciles, las almas son muy frágiles y muy pocos están preparados para enfrentar lo que vendrá.

Acudan a Mi Corazón de Luz. Refúgiense en Mi Corazón amoroso.

Reposen vuestras almas en Mi Espíritu y sean como los niños que buscan siempre el abrazo del Padre Celestial.

Sean pequeños todo el tiempo; por medio de vuestras obras simples y humildes, agraden al Corazón de Dios que sigue siendo ultrajado al igual que el Mío.

Alegren el Corazón del Padre Celestial y renuévense todos los días por medio de la Comunión.

Yo vengo a ofrecer lo único que tengo: la Fuente de Mi Amor y de Mi Verdad, que es Mi Sagrado Corazón.

No pierdan tiempo, Mis compañeros, aléjense de las tribulaciones.

Ingresen en el camino de Luz que Yo les estoy ofertando y no hagan llorar a Mi Corazón cuando sus pruebas sean difíciles. Más, con el coraje que Yo les he dado a lo largo de los tiempos, ustedes tienen la fuerza interior para poder trascenderlo todo.

Yo les doy todo lo que tengo, pero aún hay muchas almas que no reciben nada.

¿Quién dará el primer testimonio de Mi Llegada al mundo? ¿Quién se arriesgará a vivir en Mi Nombre y profesar Mi Sagrada Palabra a la humanidad?

De esa forma, amados Míos, Yo los invito al apostolado del sacrificio. Porque solo a través del sacrificio y de la entrega, del sudor de vuestros cuerpos y el llanto de vuestros rostros, la humanidad podrá convertirse.

Pero no vivan el sacrificio como un padecimiento.

Dios Me hizo encarnar en esta humanidad como parte de Su Amor absoluto para que los corazones no volvieran a vivir el martirio ni tampoco el sufrimiento que ahoga completamente a todas las almas.

Pero la humanidad de hoy no ha entendido y muchos no escucharon Mi Llamado en Ruanda.

Me vuelvo a pronunciar en este lugar santísimo, en donde Mi Corazón se complace de ver almas redimidas, resucitadas por el amor de una madre, de una bondadosa madre, entregada a Mi Plan de Amor.

Los invito, Mis compañeros, a que se decidan a ser Mis apóstoles. Mis Mensajes no solo pueden pasar por aquí, deben penetrar en vuestros corazones, fortalecer vuestra fe y convicción de vivir en Mí.

Mis Palabras ya no son teorías. Necesito en este plano de vivos testimonios que representen aquello que nadie quiere hacer.

Amados hijos de Dios, ya no existirá tiempo ni momento de que la humanidad vuelva a decir que no fue avisada. Este es Mi último Llamado.

Mi Dios Me ha permitido que Me acercara a vuestros corazones y almas para encontrar en ustedes el consuelo que Me falta por la constante flagelación interior y espiritual que Yo recibo de los corazones ingratos.

Pero sé que muchos no creen que Yo estoy aquí. Dichosos de los corazones que creen sin haberme visto, porque serán como los apóstoles del pasado, en el que muchos no Me conocieron, pero supieron vivirme profundamente, viviendo Mi Palabra y Mi Evangelio.

Yo les abro las puertas de Mi Corazón de Luz, como la única alternativa para el fin de los tiempos.

No pierdan tiempo en las cosas superficiales. El tiempo está corriendo rápido y las almas cada vez más se pierden, engañadas por las cosas de este mundo y las ofertas de la vida material que hace desviar los caminos de Mis pobres corazones. Pero Mi bendita Madre del Cielo reza junto Conmigo a los Pies del Creador.

Los invito, queridos amigos, a que imiten este ejemplo espiritual. Arrodíllense delante del Creador y recen con todo el corazón y con toda el alma.

No sabré decirles, Mis compañeros, qué será de aquí a los próximos meses, pues el mundo deberá arrepentirse profundamente, reconocer el daño que ha causado a los demás corazones y pedir profundamente por Mi insondable Misericordia.

Sepan, Mis compañeros, que Yo no vengo a traerles el miedo, sino la verdadera consciencia de lo que es cometido por toda la humanidad, las consecuencias difíciles que arrastran a muchas almas hacia los abismos sin luz.

Pero Yo Soy el Sol resplandeciente del universo, la Molécula viva del Corazón de Dios que despierta muchas moléculas más, en los corazones que se ofertan a Mi Corazón a renunciar a todo, a transformarse completamente y a vivir absolutamente Mi Divina Voluntad.

No vengo a pedirles cosas imposibles, vengo a pedirles una colaboración mayor. Aún estoy esperando, hijos amados, que los misioneros de la paz, del Inmaculado Corazón de María, lleguen hacia las tierras africanas para aliviar el sufrimiento que allí existe y que muy pocos conocen.

Las agujas del reloj siguen pasando y la necesidad crece cada día más.

Necesito almas misericordiosas, verdaderas almas misericordiosas, que ejemplifiquen en estos tiempos la presencia de Mi Corazón vivo en este mundo, a través de los Sagrados Sacramentos que Yo los invito a vivir nuevamente para que renueven vuestros espíritus, revivan vuestras almas y sean liberados de toda culpa. Por eso, alégrense en esta tarde misericordiosa.

Que todas las almas escuchen la plenitud de Mi Voz y que todos los ángeles eleven al Cielo la verdadera promesa de esta civilización, que será cumplir la redención, cueste lo que cueste, con quién sea; pues Mi Corazón cuenta con todos, pero son muy pocos los que responden a la verdadera necesidad que Yo les planteo.

Hoy extiendo Mis Manos sobre ustedes y derramo la Luz del Corazón para que se alcance la paz.

Divina Luz de Jesús, 
transforma mis átomos, moléculas, células y todo mi ser,
para la Gloria de Dios.

Hoy recibo la oferta de esta Comunión que irradio también con todo Mi Amor misericordioso para las comunidades y todos los monasterios que, en esta hora tan definitiva, de transición y de cambios, todas las almas del mundo deben responder al Llamado del Creador a través de los Mensajeros Divinos.

Elevaremos al Cielo, amados Míos, este sagrado ofertorio para que se convierta Mi Cuerpo y Mi Sangre, Vida en vuestras vidas, Cura para vuestros espíritus, Redención para vuestras moléculas.

En este momento, en el silencio del corazón y del alma, eleven a Mi Corazón misericordioso una petición espiritual.

Los escucho.

En los cuatro puntos de la Tierra, consagro todos los elementos que son la manifestación viva de la unión de las almas con el eterno Padre Creador. De esa forma, compañeros, consagremos en unión a Dios y a Su principio de Amor y de Unidad.

Mis Rayos se irradian a ustedes en esta tarde; y que este Cuerpo consagrado y esta Sangre preciosa, sirvan de reparación, principalmente para los que no me escuchan.

Padre Nuestro en arameo.

Y así como sucedió en la Cruz, hoy derramo Mi Sangre y Mi Agua sobre ustedes, para que nunca se olviden del Principio de la constante renovación, que es la Fuente del Amor.

Cántico de los Nombres de Dios.

 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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