APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Inmaculada Señora de la Paz,
manifestación de la Pureza Original,
permítenos ingresar en Tu Corazón,
Reino Sagrado del Amor y la Protección.

Que Tu Manto de Luz nos guarde
y transforme nuestros pequeños seres
en siervos de Tu tarea universal.

Te reverenciamos, Madre,
Reina de la Paz,
Divina Concepción de la Trinidad.

Amén.
(tres veces)

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este silencio que los abraza, sientan el pulsar del Corazón de la Madre de Dios.

Yo traigo del Cielo lo más bello que hay para ustedes; por eso, los reúno junto a Mí para que puedan sentir, una vez más, el Amor de Dios.

Hoy, vengo como una Madre que agoniza por ver a este planeta en sufrimiento.

Hoy, vengo a buscar a cada uno de Mis hijos para que Me consuelen; porque así, la Madre Tierra será consolada y cada Reino de la Naturaleza recibirá la atención que merece; para que las almas, en la superficie de este planeta, ayuden a los Reinos de la Creación, porque sin los Reinos de la Creación, la humanidad no podrá sobrevivir.

Por eso, les he pedido, hijos Míos, que invoquen e imploren el poder intercesor de San Gabriel Arcángel; porque el Mensajero fiel de Dios los podrá ayudar a cada uno de ustedes y, así también, podrá ayudar al planeta.

Cuando les pido que Me consuelen, no es solo a través de la oración del corazón, sino a través de recordar todos los días la importancia de salvar a la Creación y, especialmente, a todo lo que habita en este planeta, a todos los Reinos de la Naturaleza, incluso los Reinos Elemental y Dévico.

Hijos, Yo vengo aquí, como su Madre agonizante, para que comprendan el símbolo, pero también el grito del planeta.

Sé que la mayoría podría responder a Mi llamado, pero mientras más las voces se unen para pedir respeto por este planeta, menos esas voces son escuchadas por los que creen tener el poder en esta humanidad; pero no desistan, hijos Míos.

No solo los invito a servir a los Reinos de la Naturaleza, sino también los invito a defenderlos, a protegerlos con acciones de amor y de caridad; porque el ser humano, de estos tiempos, se olvidó completamente que proviene de la Creación y que cada parte de su ser pertenece a los Reinos de la Naturaleza.

Para que comprendan, hijos amados, lo que les hablo, entiendan, en este momento, que sus esencias provienen de los estanques de la Creación y que una pequeña partícula de Luz de cada Reino se ha donado, por amor a Dios, para constituir la formación y la expresión de sus seres.

Así entenderán, hijos amados, que cuando el mundo lastima a los Reinos de la Naturaleza, se lastima a sí mismo.

¿Cómo permitir, queridos hijos, que la propia humanidad se lastime a sí misma todo el tiempo y retire de su hábitat lo que Dios les ha dado con tanto Amor, desde el principio del Génesis?

¿Cómo es posible, hijos amados, que los seres humanos pierdan la sensibilidad y hasta el sentimiento terrenal ante el sufrimiento de los Reinos Menores?

¿La humanidad se ha dado cuenta de que destruye su propia consciencia?, ¿que, al contaminar los mares a cada segundo de este tiempo, pierde la posibilidad de tener agua para saciar su sed?

El mundo tiene grandes problemas con el agua y, una vez más, los más pobres de entre los pobres sufren las consecuencias de los que se dicen poderosos.

¿Cómo es posible, hijos amados, que el hombre de este tiempo destruya las florestas solo para tener papel?

Hijos, ¿cómo es posible que, en este tiempo, contaminen la Tierra o sacrifiquen a los animales sin sentir absolutamente nada?

No hablo de vegetarianismo; hablo de sentir, en lo profundo del corazón, que los Reinos Menores son consciencias que merecen evolucionar al igual que las de ustedes. Y los que creen tener la potestad, por encima de la Creación, se han decidido a no hacer nada.

Si la mayoría no ora de rodillas, solo llegarán revoluciones sociales, y el hombre y la mujer de este tiempo se seguirán enfermando a sí mismos, porque las mutaciones de estos tiempos, que modifican la genética perfecta que Dios creó, degeneran absolutamente la condición espiritual de la humanidad, y Mi enemigo ha ganado terreno en ese campo.

Pero no sientan indignación ni tampoco culpa, porque el Proyecto Original de Dios se cumplirá con la transmutación y la trascendencia de la humanidad, de los que realmente luchen con el estandarte de Cristo para que Su Plan se cumpla en la superficie de este planeta.

Una vez más les vuelvo a decir, especialmente a los que no escuchan ni creen en la Palabra de Dios que, si no hacen un cambio profundo, su destino solo será perecer. Y, ¿hasta dónde debería llegar la Misericordia del Padre o la Justicia de Dios?, ¿hasta dónde la compasión debe abrazar las condiciones más miserables de este planeta?

Amor no significa concesión. Amor no significa alianza con las leyes de la Tierra. El Amor también es Justicia, pero es Sabiduría. El Amor no es castigo, es corrección.

Por eso, Yo los invito a tener cuidado y a escuchar Mi advertencia, porque mientras los Reinos de la Naturaleza sigan siendo transgredidos y ultrajados, ¿quién detendrá las guerras de este planeta?, ¿quién cerrará las puertas que se abren al mal?, ¿quién transmutará esas puertas?, ¿quién aliviará el desplazamiento de millones de refugiados en el mundo?, ¿quién ayudará a enfrentar la crisis climática de los pueblos más pobres de este mundo?, ¿quién tendrá medios para suplir las grandes necesidades de alimentos?

No estoy hablando de asistencialismo; estoy hablando de tener consciencia y de fraternidad humana, de hacer lo que Dios les enseñó hace mucho tiempo, lo mismo que le enseñó al pueblo de Israel: compartir sus bienes materiales para que todos reciban los bienes espirituales.

No Me canso de escuchar el grito de este planeta. La erupción de los volcanes le demuestra al mundo un gran llamado de advertencia. No existe nadie que lo pueda detener. ¿Acaso permitirán que el Círculo de Fuego del Pacífico se siga ampliando, como si los volcanes fueran un entretenimiento para la sociedad?

Hijos amados, deben respetar las Leyes universales para que aprendan a respetar las Leyes de la Creación.

La cuerda de este mundo está demasiado estirada. Su tensión y su fricción hacen que esté a punto de romperse. ¿Quién lo evitará?, ¿quién más se sacrificará?, ¿quién formará Conmigo una gran y poderosa red de oración que congregue cada vez más a muchas almas que se postulen a ser los orantes del fin de los tiempos, los llamados orantes del Apocalipsis?

Es de esa forma que estarán Conmigo, sin faltar a la oración del corazón, porque las oraciones aún son muy insuficientes; muchísimos son los pecados, muchísimas son las faltas, muchísimos son los errores y las omisiones de la humanidad. Todo crece gradualmente hasta el punto de volverse desproporcionado.

¿Quién alcanzará, por encima de todo, la Gracia tan necesaria y extraordinaria que permita una amnistía espiritual para las almas que ya están condenadas al infierno?

Este es el tiempo de la superación para los nuevos Cristos. Ya no son tiempos de reclamaciones ni de quejas, es tiempo de que sus vidas sean otras; así como la vida de la Madre de Dios fue otra desde la Anunciación del Arcángel Gabriel hasta la Asunción.

No les pido nada grandioso, hijos Míos, solo les pido que cumplan lo que Mi Hijo les pidió durante su último Mensaje del 22 de octubre: que se amen más los unos a los otros por aquellos que no se aman; porque si el Amor de Dios sigue faltando en este mundo, ¿cómo creen que esta humanidad terminará?, ¿se lo han preguntado, Mis amados?, ¿ahora, entienden la agonía de la Madre de Dios?

Ya no llevo solo siete espadas en Mi pecho que traspasan Mi Corazón; ahora, Mi Corazón es traspasado por catorce espadas de los pecados más graves de este mundo; existiendo así un gran pecado central que hace doler Mi Corazón, que es el pecado de la indiferencia. Por eso, cuando no sientan con el corazón, tengan cuidado de que sus corazones no se endurezcan como una piedra, al punto de que todo lo que se les muestre en este mundo y lo que se les mostrará no les haga mover su mundo interno.

Atención, Mis amados, invoquen a sus Ángeles de la Guarda, invoquen la poderosa Sangre de Jesús para que el Señor los purifique y los sane, para que sus corazones siempre sientan la necesidad de orar y no de hacerlo por un compromiso o por un horario, porque es el tiempo de que el Padre vea que Mi Obra se está cumpliendo, a pesar de las adversidades.

Es el tiempo, Mis amados, de que sus vidas sean la propia oración.

Como una Madre que los ama, como una Madre que los sostiene, vengo a confesarles todas estas Palabras, porque aún queda un poco de tiempo para que, al menos, todas las almas posibles no pierdan la oportunidad de la redención.

Lloro junto a los que sienten injusticia. Mi Corazón agoniza junto a los Reinos de la Naturaleza, desde lo profundo de los océanos hasta lo más alto de las montañas. El grito del planeta es escuchado por el universo, ¿será que ustedes lo están escuchando?

Para que Mi Hijo pueda retornar al mundo, así como Él tanto lo ha anunciado, la humanidad necesita merecerlo, aunque sea en lo esencial; y si eso esencial aún no existe, ¿cómo creen que Mi Hijo retornará? 

Pero como Su Amor es más grande que los errores, como Su Compasión es más infinita que la indiferencia, como Su abrazo es más fuerte que toda la oscuridad; Él viene en Divinidad y Espíritu, desde hace siete años, viene a su encuentro a prepararlos para ese momento.

Pero Él también se angustia, aunque muchas veces no lo demuestre porque sabe que no lo soportarían; pero Él espera pacientemente que, por medio de todos los adoradores y también de los que todavía no son adoradores, cada alma sea su propio tabernáculo para que Él pueda estar presente en Espíritu y en Amor, y así pueda comenzar a curar al mundo y preparar al planeta para Su Venida a la humanidad.

Debemos rezar por esto con fervor, porque de no suceder, hijos amados, muy pocas partes del planeta sobrevivirán a las agresiones del cambio climático. Dios no les dio este mundo para que lo convirtieran en lo que hoy es; el Padre Celestial les dio este planeta para que, dentro de este universo, pudiera surgir una civilización de Cristos. Pero, sí, surgieron muchos Cristos a través de los tiempos, sin embargo no han sido suficientes, porque esos Cristos llamados santos han tenido que cargar la misma cruz de la deuda de esta humanidad, como el sacrificio que Cristo hizo por ustedes.

Por eso, a través de Mis Palabras, a través de este Mensaje, vengo a hacerlos meditar Conmigo sobre todo lo que Dios le ha dictado a Mi Corazón. Y, hoy, su Madre Celeste les dicta, a todos Sus hijos del mundo, las mismas Palabras que Dios Me entregó para esta Aparición.

Por eso, les vuelvo a decir que en los Sacramentos, en la oración y en el servicio están las llaves para poder enfrentar y superar estos tiempos críticos.

Eso es todo lo que necesitaba decirles, Mis amados. 

Compartan Conmigo el dolor de Dios; después de haber sentido el Silencio de Dios, ahora sientan el dolor de Dios por la gran ignorancia de la humanidad.

Que se abran las puertas de la Misericordia Divina. 

Que los 144 000 se presenten. 

Que el Reino Celestial descienda a la Tierra.

Que los Ángeles de la Guarda guíen y acompañen a los servidores.

Que todos escuchen el Llamado de Dios para cumplir Sus Promesas, hasta el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Amén.

Y como siempre lo hago, hoy nuevamente desde el corazón de Lys-Fátima, Santuario interior para todas las almas sedientas de Dios, Yo los bendigo, Mis hijos, y les doy la fuerza de la fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en la Paz de Mi Hijo. Adelante.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE GOIÂNIA, GOIÁS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En esta noche de Gracias, quiero darle Mi bendición al mundo, principalmente a los corazones que están vacíos, para que todos ellos reciban la Paz de Dios.

Desde el corazón de Fátima y con alegría, los reúno a todos en el Cenáculo Sagrado, bajo la Presencia de Mi amado Hijo Jesús y la Presencia fiel y castísima de San José, pues como Sagrada Familia del universo, irradiamos Nuestras Estrellas de Luz, aquellas que concibieron Nuestras Consciencias y les abrieron las puertas al mundo, directamente hacia el camino de la redención.

En esta noche, Mi Corazón Inmaculado celebra con alegría y regocijo las velas encendidas, las almas que despiertan al camino de la conversión y de la paz. Y aunque ustedes saben, hijos Míos, que el mundo entero sufre y padece; hoy, la Reina del Cielo trae una oportunidad única para todos, abriéndoles las puertas del corazón para que definitivamente sus vidas encuentren al alma, recinto sagrado de Dios, en donde su Rey desea reposar en el momento de Su gran Retorno al mundo.

Hoy, los ángeles de Lys se congregan y llevan la paz a los lugares más distantes del planeta, especialmente a todas aquellas almas que no siguen Mi religión y que no conocen Mi Faz divina. Pero la Madre del Mundo, la Señora de las Estrellas del universo, la Reina coronada por la Corona de Dios, en presencia de todos los Ángeles y Arcángeles, celebra, junto con Su Hijo, la misa de la redención, el reencuentro del espíritu de amor en todas las almas perdidas.

Por eso, en esta noche de Gracias, no solo el Santuario de Lys se enciende, sino todos los corazones que en devoción despiertan sus espejos internos para irradiar los códigos de amor y de paz al mundo.

Hoy, en verdad, queridos hijos, Me siento unida a cada uno de ustedes. Así, sus pecados son liberados y todas las manchas del sufrimiento son aliviadas.

Estoy presente aquí, entre ustedes, hijos Míos, como la Reina de la Paz, como la Reina del Amor y de la Misericordia. Aquella que estuvo entre ustedes en Nazaret, gestando en Su Vientre al Hijo de Dios y trayendo la oportunidad de conversión para el mundo entero.

Soy aquella Mujer Vestida de Sol, anunciada en el Apocalipsis de Juan, que trae la luna bajo Sus pies, anunciándole la esperanza a este mundo que sufre y abriéndole la puerta para el Retorno de Mi Hijo, el Hijo primogénito de Dios, su Jesús, Jesús Rey.

Por eso, abran sus corazones y que sus faltas sean perdonadas, a través de la Comunión que todos Mis hijos, a lo largo y ancho del mundo, al comulgar con Mi Hijo amado, recibieron Su Sacratísimo Cuerpo Redentor, en la unión perfecta y divina con Su Espíritu místico y divino. Las Gracias y las Misericordias de Dios descienden a este mundo a través de los corazones de los Ángeles de la Guarda.

Por eso, en esta noche, también los invito, hijos amados, a que disipen de sus mentes todos los problemas, la Gracia de su conversión está próxima.

El Arcángel Miguel, junto a San Gabriel Arcángel, se unen en este momento para irradiar el poder de Mi Inmaculado Corazón al mundo. Dichosos de aquellos que sientan Mi Presencia maternal, a pesar de que no Me vean; pues Dios desea todavía, hijos amados, que Yo utilice ciertos instrumentos a lo largo y ancho de esta humanidad para que anuncien Mi Palabra al mundo, que es el Mensaje de Cristo, su Salvador, que siempre les traerá la paz y la esperanza en estos momentos difíciles.

Pero hoy, en Mi reinado universal y maternal, Mis manos sagradas sustentan el cetro de la Paz para traer al mundo la verdadera Justicia de Dios y, así, todos los corazones se puedan armonizar con la Ley del Creador.

Sientan los Rayos de Mi Corazón Inmaculado, para que algún día, hijos amados, puedan entender las Leyes del Creador; aquellas que son altamente ultrajadas por los corazones ingratos que no quieren escuchar a Mi Hijo, ni en la Confesión ni en la Comunión.

Pero ustedes, hijos amados, más conscientes de la vida espiritual y superior, podrán elevar al Cielo, en un sagrado ofertorio, a todos los corazones del mundo que, antes de este tiempo final, deben despertar al llamado de la Madre de Dios.

Hoy, estoy entre ustedes, fortaleciendo el cenáculo del corazón; recordándoles que deben seguir orando todos los días, especialmente en este tiempo de tribulación, que comienza a suceder en el interno de las personas y que se expresa en el exterior de esta vida material.

Quiero que salgan de aquí atentos y preparados, y que todos los corazones que en este momento están unidos a Mí, en el Sagrado Santuario del Reino de Lys, puedan llevar una vida buena, de reconciliación y de paz, viviendo el arrepentimiento, fortaleciendo la fe en Cristo, renovando los Sacramentos y viviendo una vida de fraternidad para que al menos, hijos Míos, una parte de esta raza pueda concretar el advenimiento de una Nueva Humanidad.

Algunos corazones ya viven esta Nueva Humanidad en lo profundo de sus almas, aguardando por la gran promesa de la Tierra Prometida que vendrá en auxilio de todos desde el Universo Celestial, a través de la Nueva Jerusalén, que será formada por los discípulos de Mi Hijo, aquellos santos de los últimos días, que proclamarán la última palabra antes de que se abra la gran puerta en esta humanidad.

Por eso hoy, hijos Míos, no solo contemplo sus necesidades, la falta de amor en sus corazones y el fortalecimiento de la fe en sus vidas; Yo vengo a traerles un Mensaje de esperanza, pero también un Mensaje de advertencia: llegó la hora de orar con el corazón todos los días y de no perder tiempo en cosas superficiales. 

Alimenten sus espíritus y mentes con la sagrada Palabra de Mi Hijo amado. Estudien el Evangelio. Visiten la Biblia todos los días. Lean los Mensajes y practíquenlos para que sus vidas sean un ejemplo de caridad y servicio, a través de las tareas de amor y del espíritu de redención.

Hoy, ante ustedes se encuentra la Nueva Aurora, aquella que siempre brilla en el firmamento interior de los corazones que la invocan, en la Presencia Sagrada del Padre-Madre Creador Emmanuel, que los une a Mi Corazón Divino para que vivan la oportunidad de la redención.

Liberen sus faltas y deudas, y reencuentren el camino al Reino de Dios.

Por eso, hoy estoy aquí, en Goiânia, para que el estado de Goiás junto a Mato Grosso, funden nuevos grupos de oración para orar por los Reinos de la Naturaleza, principalmente por el Reino Animal que es muy castigado por todos. Esa deuda debe ser equilibrada.

Por eso, hoy les dejo a todos la responsabilidad de que respondan a este llamado de Mi Corazón Inmaculado y despierten a la consciencia del Génesis, en donde Dios desde el principio, desde Adán y Eva, proveía de todas las cosas necesarias para poder vivir sin necesidad de ultrajar al Reino Animal ni a ningún Reino creado por su Dios.

No solo vengo por ustedes, humanidad dormida, anunciándome desde el Reino Sagrado de Fátima, despertando sus esencias, aquellas que deben estar unidas a Dios todo el tiempo; también vengo por los Reinos Menores, aquellos que conviven con ustedes todo el tiempo, que son lastimados y ultrajados por las manos violentas de los hombres, sin un mínimo respeto por la Ley de la Creación.

Ustedes, que viven aquí y que saben sobre las masacres del Reino Animal, los invito, queridos hijos, a que busquen la vida natural, sírvanse de aquello que Dios les entregó desde el principio; alimenten sus barrigas de cosas sanas, divinas y sublimes; dejen a los Reinos en paz, déjenlos que ellos puedan evolucionar. Ellos necesitan de ustedes todo el tiempo y para que la Ley no caiga sobre toda esta humanidad, muy sorda y ciega.

Yo les vengo a advertir, queridos hijos, sobre una puerta, una oportunidad: abran sus ojos al llamado de su Madre del Cielo.

Ya no hay tiempo que perder. Ya no se involucren con las modernidades, no sean instrumentos de Mi adversario. Usen su inteligencia superior, despierten sus células dormidas para que Dios pueda trabajar a través de sus corazones y vidas.

La humanidad le debe mucho al universo; pero como Yo provengo de ustedes y ustedes provienen de Mi Corazón, Yo soy parte de esta humanidad desde el principio. Les traigo la Verdad y la Justicia para que las puedan reconocer y vivir con simplicidad.

Hijos amados, hoy todo el universo se congrega para que, desde el Reino de Lys, las almas salgan renovadas en la esperanza y en la fe. Y, cuando ustedes, hijos amados, dejen de hacer algunas cosas en sus vidas, actitudes que los llevan a la perdición, podrán comprender Mi Mensaje y creerán verdaderamente que todo lo que hoy les dije es parte de la Voluntad de Dios. Así, cambiarán sus vidas, unidos todos los días al Santo Rosario, elevando sus espíritus en la Comunión perfecta con Mi Hijo resucitado.

Por eso, abran sus ojos y ya dejen de dormir. Salgan de este sueño, de este torpor. Despiértense, de la misma forma que se despertaron los apóstoles en el Getsemaní, cuando tuvieron que acompañar la agonía de Mi Hijo.

Pero hoy, les traigo un poco de la Misericordia de Dios, porque Yo intercedí por todos ustedes para que poder decirles todas estas cosas.

Cuando la humanidad cambie y al menos una pequeña parte de esta humanidad viva el último Mensaje del Cielo, podré decir, hijos Míos, que ya estarán preparados para recibir a Cristo. Y, aunque eso esté por suceder, Mi Corazón Inmaculado, su Águila Solar, seguirá sobrevolando esta humanidad a través de las peregrinaciones sagradas, para que los corazones despierten al Llamado de Dios y dejen de ofenderlo todo el tiempo.

Queridos hijos, lo que sucedió en Fátima fue muy importante; pero lo que hoy sucede aquí, en este lugar, es irradiado al mundo entero, al mundo álmico, al mundo esencial de todos los corazones.

Este es Mi testimonio para todos. Este es Mi Mensaje de advertencia para el mundo entero: cambien, cambien pronto. No vivan una vida superflua. Arrepiéntanse a tiempo, confiésense, comulguen con Mi Hijo y serán salvados por Mi Corazón Sacratísimo. Así, Yo contaré con muchos guerreros de la paz que lucharán, con el rosario entre sus manos, en el tiempo culminante de la tribulación, en el que estarán unidos en oración y en espíritu, en unión a Mi Corazón Inmaculado, esperando el Retorno del Cristo al mundo, cuando la humanidad entera, de Oriente a Occidente, despertará y reconocerá al Rey Universal.

En este día, hijos Míos, en el que sus corazones se recogen en Mi Espíritu maternal, estoy presente aquí, colmándolos con Mi Paz y con Mi Amor, estoy presente en Fátima con todos Mis hijos, en todos los hogares que están unidos a Mí en este momento, en todas las órdenes consagradas a Dios y también estoy en Kibeho, trabajando en el corazón de Ruanda para toda África.

Por eso, hijos amados, como conocen Mis diferentes Faces de Luz, con las que he aparecido a diferentes corazones para traer un Mensaje de paz y de esperanza a lo largo de los siglos; hoy deseo, hijos amados, como su Señora del Santísimo Rosario, que guarden en sus memorias Mi Mensaje de Paz, Mi Mensaje de instrucción que proviene de la Voluntad de Dios y de Su Poder Supremo. Mi Mensaje es fuerte e intenso, con la esperanza que sus células despierten al llamado a la redención y a la conversión de los corazones y de las familias.

En esta noche, hijos amados, depositen sobre Mis manos sus aspiraciones. En el silencio del corazón y de la palabra, díganme internamente qué es lo que necesitan, Yo los escucho a través del silencio.

Y ahora, que he recibido sus súplicas, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y proclamen, internamente, la consagración a Mi Corazón Inmaculado.

Yo soy la Señora del Verbo Divino y estoy con todos aquellos que son consecuentes con Dios, en humildad y simplicidad, en reverencia y amor.

Hoy, consagro todas estas imágenes sagradas para que sean el ícono de su esperanza, de la Misericordia de Dios, a través de su Señora, la Señora Celestial.

En esta noche, nuevos hijos se consagrarán y espero que caminen a Mi lado sustentando la bandera de la paz. A pesar de los temblores del suelo, Mi Corazón sustentará a aquel que sea fiel a Mi Espíritu maternal. No los dejaré solos, no caminarán solos, Mi Espíritu omnipresente y universal siempre los colmará.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Que vengan aquí los hijos que se consagrarán. En presencia de Nuestra Santísima Virgen María, vamos a escuchar "Nuestra Señora de Kibeho".

 

Como su Señora del Verbo Divino, del Santísimo Rosario de Fátima, como la Reina de la Paz y Madre de toda la humanidad, unidos de corazón, Yo los consagro, queridos hijos, bajo la omnipotencia de Mi Hijo Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos de Estados Unidos, Mi esperanza de llegar a su nación está latente en Mi Corazón. A través de sus pasos, Mi tarea se concretará y una vez más Mi Inmaculado Corazón triunfará.

¡Les agradezco!

 

Canción: “Nuestra Señora de Kibeho”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestra Señora del  Santísimo Rosario, nos vamos a poner todos de pie para cantar el Himno del Santuario de Fátima, hoy, 13 de mayo.

Nos mantenemos de pie, quietos y en silencio y, después de este cántico, vamos a prepararnos para un intervalo, aún permaneciendo en la Presencia de María, para poder celebrar juntos la Comunión. Podemos comenzar.

Canción: "Himno del Santuario de Fátima".

Hermanos presentes y los que están unidos en los Centros Marianos, vamos a dar inicio a esta ceremonia de Comunión después de este encuentro con Nuestra Señora, respondiendo a Su pedido de comulgar con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

 

Enseguida se celebra el Sacramento de la Comunión con varios sacerdotes de la Orden.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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