Apariciones extraordinarias
APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN COLONIA, ALEMANIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Elijo estas fechas especiales para darles a conocer las cosas más simples de la vida espiritual, porque en lo simple todo lo podrán transformar, en lo simple todo lo podrán concebir.

La vida del espíritu es simplicidad pero también es sabiduría.

Deseo que Mis hijos alcancen ese estado de simplicidad y de sabiduría, no solo en las cosas diarias, sino también en los niveles internos, lugar en donde todo comienza y todo termina; porque allí, en ese nivel interno, es donde se guardará la experiencia de su vida en la Tierra y de su pasaje por este Universo.

Cuando no consiguen en sí mismos concebir esa simplicidad y esa sabiduría en la vida del espíritu, es porque no lo están haciendo en la vida material.

La simplicidad de la cual Yo les hablo, no es restricción ni severas medidas.

La simplicidad siempre los llevará a amar al semejante tal cual es, y a no juzgarlo por su forma o apariencia.

Mis hijos del mundo frecuentemente olvidan estas reglas básicas de la vida, porque viviendo estas reglas podrán estar en Dios y Dios estar en ustedes.

En este día especial, en donde celebramos, junto a la Madre Celeste, el aniversario de uno de Mis instrumentos en la Tierra, quiero que puedan ver, hijos Míos, por intermedio de esto, que el llamado de la Madre de Dios para con todos Sus hijos, siempre ha sido y siempre será simple.

En ese camino que Yo los invito a vivir podrán también encontrar la humildad que necesitan para dejar de vanagloriar sus vidas, aunque a veces no se den cuenta.

¿Por qué les digo todo esto, hijos Míos?

Porque la Obra de Dios, desde el principio de toda esta Creación, fue concebida en el espíritu de la simplicidad y de la humildad. Desde allí nacieron y surgieron las cosas más bellas de este Universo y para todo este Universo material; el espíritu de cada criatura encontró morada, hasta lo que es más físico.

Pero sepan, hijos Míos, que todo tiene una correspondencia y una comunión entre el Cielo y la Tierra; dentro de ustedes y fuera de ustedes.

Cuando no son simples no pueden ser verdaderos, así como Yo los necesito día a día.

La simplicidad no solo los llevará a la humildad y a la verdad, sino también a lo más importante: a la gratitud.

Cuando no tienen gratitud en sus corazones no pueden comprender el Plan de Dios cuando él cambia, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo, o de día a día.

Si están en esa gratitud eterna podrán comprender los Misterios del Padre y ya no tendrán más sus ojos vendados sin saber por donde ir o hacia donde caminar, porque en la vida del espíritu todo es claro, todo es transparente y todo es cristalino.

Necesito hijos, que no olviden eso.

Cuando no pueden salir de ciertos obstáculos es porque no han concebido en ustedes el espíritu de la simplicidad, el que los llevará a la humildad y a la gratitud eterna.

Aunque estas palabras que hoy les digo, ya las hayan escuchado muchas veces de Mi propia boca, o de San José y del propio Jesús, Yo los invito, queridos hijos, a poner atención en las reglas básicas de la vida del espíritu, porque de lo contrario estarían saltándose las Leyes Universales.

Con todo esto les digo, hijos Míos, que no aspiro a su perfección, sino a su transparencia, a su cordialidad, generosidad y colaboración.

Este mensaje sirve para todos Mis hijos, porque cada uno, según su tiempo, atraviesa su purificación y también el momento de su gran entrega.

Quiero, hijos Míos, que aprendan a vivir como Nosotros, los Sagrados Corazones vivimos hace tanto tiempo atrás aquí en la Tierra, no ostentando nada, no queriendo nada; buscando siempre aprender por medio de la igualdad, de la solidaridad, y sobre todo, de la hermandad.

La humanidad, a través de los últimos tiempos, ha perdido estos principios. Por eso las almas se vuelven arcaicas y rígidas y no consiguen dar sus pasos cuando más necesitan dar esos pasos hacia Dios.

Tenemos la autoridad, hijos Míos, como Sagrados Corazones, de poder disolver todos estos obstáculos en las almas.

Pero, hijos, hijos Míos, ya han aprendido a escucharme, a sentirme y a reconocerme. Saben que es verdad lo que les digo. Cada uno de ustedes sabe lo que debe mejorar y perfeccionar como ofrenda perfecta para los Altares de Dios.

Es de algo profundo de lo que les hablo, no de algo superficial. Lo superficial que puede llegar a suceder en sus vidas, es la consecuencia de lo que sucede dentro de ustedes cuando no están en comunión con el espíritu, ni con el Universo.

Sabemos que el conocimiento ennoblece el espíritu, pero eso no es lo que ustedes ahora necesitan, hijos Míos. Necesitan ennoblecer sus espíritus con la transparencia y la colaboración amorosa para con el semejante, para con el Plan Divino y su importante manifestación en este planeta.

Como Señora del Monte Carmelo, Yo los invito, hijos Míos, aunque no lo crean, a vivir el camino de la redención y de su salvación, porque muchos podrían creer que ya están a salvo, y no lo están.

Hijos Míos, sientan el Corazón de la Madre que pide y que ruega a Dios,por el despertar de Sus hijos, hasta en los simples detalles.

Todo eso hará transformar la Tierra y su humanidad; hará triunfar la Palabra de Dios en ustedes, por medio de los ejemplos del bien y de la lealtad.

Los invito, hijos Míos, a ingresar en esa escuela, que hoy, con todo Mi Amor, Yo les estoy ofreciendo.

Necesito que escuchen Mi Voz, no como siempre la escuchan. Necesito que guarden Mis palabras como llaves que podrán abrir las puertas a su transformación consciente y verdadera.

Hijos, hay una parte que les corresponde a ustedes. Todo deberá comenzar primero en ustedes, para que después el Universo pueda obrar e interceder.

Las almas del mundo, en su mayoría, están perdidas; y ustedes lo saben, porque lo han visto por todos los lugares por donde han pasado junto Conmigo, acompañándome en esta trayectoria de poder cumplir el Plan.

Quisiera que en el día de la Señora del Monte Carmelo, pudieran considerar con sinceridad Mis palabras.

Quisiera que Mi Voz pudiera tocar lo profundo, para que se pudieran sembrar los Dones que necesitan para vivir los próximos pasos en esta transición planetaria.

Quisiera, hijos Míos, que cada uno se viera a sí mismo por un momento, no para atormentarse ni amedrentarse; no para juzgarse ni castigarse. Que cada uno pudiera verse a sí mismo, así como lo ve Dios, así como el Padre los contempla en Su Misericordia y Su Paciencia divina.

Aún, hijos amados, hay mucho por hacer. Necesito que comprendan lo que les pido.

Les he dado la Gracia de estar cerca de Mí, porque es lo que necesitan para estar en el camino del espíritu y en la vivencia del Plan, más allá de cualquier experiencia interior con el Universo o con todo lo que es superior y hasta divino.

Primero debemos comenzar en lo que es simple y necesario. No pueden perder las reglas básicas de la lealtad y de la fraternidad ,eso cierra las puertas a la Divina Providencia. El Universo lo tiene todo para ustedes y para la humanidad.

Si cada uno de ustedes supiera, con total consciencia, qué es lo que debo hacer para llegar a estar ante ustedes en cada nuevo encuentro, de verdad considerarían Mis palabras y rezarían de rodillas para expresar su gratitud a Dios.

La Sierva de Dios y la Madre del Universo se ofrece a Sus hijos incondicionalmente, sin nada a cambio.

Quiero, hijos amados, que puedan crecer, así como Yo crecí, siendo María en la Tierra.

Sé que guardan en sus mundos internos experiencias conocidas y desconocidas; traumas espirituales y también internos. Pero todo puede ser disuelto en la Misericordia de Dios y en la acción de Su Divina Gracia.

No quiero, hijos Míos, que dejen Mi camino.

No quiero, hijos Míos, que estén lejos de Mí, sirviéndome en otras obras.

Hijos, Yo los necesito aquí, cerca de Mi Corazón, de una forma verdadera y no aparente.

A veces siento sus corazones fríos. ¿Por qué son así, si todo lo que Yo les doy es por obra de la Gracia?

Yo solo aspiro a que Mis servidores caminen en la lealtad y que nunca, nunca pierdan la hermandad, porque la hermandad los unificará con la Hermandad del Universo y así, las Divinas Consciencias del Cielo se aproximarán.

La Señora del Monte Carmelo les viene a ofrecer la verdadera consagración, para que las próximas puertas hacia el cumplimiento del Plan, en otras partes del mundo, se puedan abrir.

Esperamos pacientemente y en silencio, en oración, por ese momento.

Aún el mundo espera por más Misericordia y por más ayuda.

Yo los invito a seguir acompañándome por este sendero, que los transformará.

Bendigo a esta alma, y en este día especial, a quien se ha ofrecido como instrumento en Mis Manos, para que más instrumentos en este vasto Universo de Dios, se puedan consagrar a su verdadera tarea y a su verdadera misión.

¡Les agradezco por acompañarme en esta trayectoria divina!

Es todo lo que hoy les quiero decir, y he abierto Mi Corazón para que Me escucharan con sinceridad y amor.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano del Espíritu Santo, Córdoba, Argentina, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy vengo a hablarles de lo que está sucediendo en estos últimos tiempos y que compete a sus consciencias, como parte de su servicio y amor a la humanidad.

Las bases de Mi Obra están siendo removidas para la purificación de las consciencias y de los corazones.

No está quedando piedra sobre piedra, y eso es muy bueno para Mí, porque están aprendiendo a seguir el camino de la verdad y de la transparencia; camino que algún día los hará libres, en este camino de peregrinación a la Patria Beata, en donde muchos quieren entrar, pero aún no pueden debido a sus faltas y hechos cometidos, debido a los aprendizajes que deben vivir en la Tierra.

Pero ahora, compañeros, vamos a centrarnos en lo que Yo les he dicho en el principio sobre Mi Obra, esta parte de la Obra que viven Conmigo y que aún no es absolutamente comprendida porque no es una Obra material ni está bajo la autonomía de nadie.

Es una Obra que viene del Padre Celestial, a través del sentimiento de Amor profundo del Corazón de Su Hijo. Obra que se expresa como rayos de Luz sobre la Tierra y que viene a tocar a los corazones del mundo para que puedan despertar y tener consciencia de la verdadera realidad de estos tiempos en los que todo se desencadena.

Aún espero que los que han desistido de Mi Obra puedan recapacitar algún día, porque cuando tengan esa Gracia no podrán creer lo que han hecho y lo que le han generado a Mi Corazón Misericordioso.

Es con la Bondad de Dios que Yo les vengo a hablar, a transmitir estas palabras para que sus corazones no pierdan el norte de la verdad, para que sus ojos puedan seguir siempre el Propósito en el firmamento, Propósito que se anuncia desde el Universo y que viene al planeta para corregir a la humanidad que aún está muy dormida.

Pero ustedes, compañeros, que son conscientes de todo lo que Yo necesito, deben aprender todos los días a hacer lo correcto, a vivir en el equilibrio, a seguir el camino de la Ley y de la obediencia; es eso lo que muchos no se proponen vivir, como un principio de la nueva vida, como parte de la consciencia de una Nueva Humanidad que ya no tendrá objetivos propios, sino que estará guiada por la Fuente Mayor, como tuvo que haber sido en el Principio, en el Génesis.

Por eso Yo Me ofrecí al Padre por ustedes, para no estar solamente aquí en la Tierra, como estuve hace más de dos mil años, sino también para venir como Mensajero de Su Fuente, de tiempo en tiempo y de siglo en siglo, anunciando a la humanidad el gran tiempo del cambio, en el que todo se transformará, en el que todo se modificará, en el que la humanidad será llamada a vivir dentro de la Ley, que es lo que aún no vive en este tiempo.

Pero mientras sus corazones se purifican y sus vidas se transforman, sigan adelante.

Necesito que puedan penetrar el misterio de Mi Propósito, que aún es desconocido por la consciencia humana. Por eso hay cosas que nunca podrán comprender completamente, porque aquí la mente humana nada abarca.

El sentimiento del corazón profundo, el amor profundo de los seres es lo que predominará en este tiempo y llevará adelante Mi Obra magnífica en los cuatro puntos de la Tierra.

Y cuando eso se haya concretado según Mis Designios, entonces Yo podré retornar.

Mientras tanto, compañeros, deberán aprender a sobrevivir en estos tiempos, porque si ustedes están aquí, presentes y en este tiempo final, es porque deben pasar por esta prueba y no temerla.

No puedo prometerles en este mundo una plena felicidad o una alegría eterna; no estaría diciéndoles la verdad.

Necesito que abran sus ojos a la realidad de estos tiempos, porque cada día que pasa en este mundo es una dificultad que se presenta y que hay que saber superar con inteligencia y discernimiento, sin perder la unión con el Padre Celestial, con Su Divina Voluntad.

Por eso vengo para darles Mi Mensaje de despertar, para intentar sacar a la humanidad de su sueño profundo, porque aún todo el Universo espera poder intervenir con sus grandes Consciencias lumínicas y resplandecientes.

Llegará el momento de la gran definición de la humanidad y del planeta, y de todo lo que ha estado en contra de la Ley de Dios, dentro y fuera de los seres, tanto en los mundos inferiores como en los mundos superiores.

Antes de que Yo retorne todo se revelará, porque ya es el tiempo; ha llegado la hora.

Que nada los sorprenda, que nada los incomode, que de ustedes brote la verdadera llama de la fe para poder superar los tiempos y las pruebas.

Que se construya en ustedes, verdaderamente, una luminosa comunidad que pueda vivir los Principios de Cristo, que pueda encarnar Sus Dones espirituales, que pueda reflejar la Presencia del Rey Universal, tanto en la simplicidad del día a día, como en el trato con sus semejantes.

En todo Yo debo estar presente y en todo Yo debo participar; porque si la Obra es de Mi Padre y si ustedes están dentro de la Obra, es así que están dentro del Corazón de Cristo, intentando manifestar Sus proyectos y Sus ideas divinas.

Que nadie sea arrastrado por los que decepcionarán al Maestro y Señor del Universo. Al contrario, cuando vean esas cosas, que sus espíritus se fortalezcan en la Confianza de Cristo y en la afirmación de estar cumpliendo Su Voluntad, día a día.

Cada ser de este planeta vivirá su definición ante el Padre Celestial; cada ser tendrá la oportunidad de escoger el próximo camino que se avecina y está próximo.

La libertad de la humanidad es intocable y así como fue designada en el principio es respetada.

Por eso las almas deben definirse en ese próximo juego en donde todo está permitido y en donde los corazones deberán aprender a estar en Cristo, incondicionalmente.

Mientras las bases de la Obra son removidas, alégrense, porque todo está siendo colocado en su lugar y podrán percibir cuán importante es la vigilancia en estos tiempos, a fin de que siempre se cumpla la Voluntad del Padre Celestial.

Sean valientes y decídanse a vivir la verdad, así estarán dentro de la Verdad de vuestro Señor y podrán seguir los pasos de Sus Designios, los que deberán cumplirse y realizarse en el próximo tiempo, en esta próxima etapa.|

La propia energía del Universo desplazará lo que no está bien.

La propia energía del Universo equilibrará todas las cosas, por eso hay que estar en oración y en vigilia para estar dentro del Propósito y de la armonía.

Es hora de llevar adelante este camino de redención; es hora de concretar lo que el Padre tanto espera.

Pero para eso será necesario de discípulos definidos y no de corazones tibios. Esta es la última oportunidad de asumir el Plan y de concretarlo como está escrito.

Porque cuando estén viviendo el Plan y mientras todo se va dando en el mundo, no perderán la paz y la unión con el Padre.

En Sus Islas de Salvación mantendrán la coligación con la Jerarquía y estarán siendo conducidos por el camino de la libertación de la humanidad, a fin de que cuando Yo retorne al mundo, las bases de Mi Proyecto estén realizadas.

Les dejo Mi Corazón como símbolo de paz y como una llama profunda de la fe.

Les dejo la Fuente de Mi Gracia para que todo sea renovado.

Caminen junto a Mí por esta senda de definiciones y así seguirán los pasos del Gran Maestro, rumbo a la Nueva Humanidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, HACIA LA CIUDAD DE SANTA FE, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Cuando las almas dan los primeros pasos hacia la Luz, en seguida comienza el camino de regreso al Padre Celestial; así se gesta interiormente la redención que es una puerta a la liberación del pasado y de los errores.

Los primeros pasos hacia la Luz requieren de muchos desprendimientos y significan, sobre todo, el momento de cicatrizar profundas heridas.

Ingresar en el camino de la Luz lleva a que las almas puedan rehacer sus vidas mediante los Sacramentos y, especialmente, a través de la comunión con Cristo.

Cuando se da ese paso hacia la Luz, el alma comienza a desprenderse de los errores, porque surge la Luz de la consciencia y del entendimiento. El alma abre sus ojos al Universo y el misterio es develado por el simple hecho de abrirse al aprendizaje del amor y de la unidad.

De esa forma el alma que camina hacia la Luz, que antes estaba perdida, sin dirección espiritual, cierra puertas inciertas con los mundos inferiores, para que por medio de los Sacramentos con Cristo rehaga su vida espiritual y material, y así alcance su entrega a la vida eterna.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Vengo por un planeta que está enfermo.

Vengo por las almas que están perdidas, que no encuentran el aliento de Dios ni el de Su Santo Espíritu.

Vengo por los que no conocen la Gracia, por los que claman por Misericordia.

Vengo por los que, por su ignorancia, causan el mal y por los que viven las injusticias de este mundo.

Vengo, hijos, en este día, no solo a entregarles una Gracia, sino también a invitarlos a que se renueven Conmigo en la oración por la redención de este mundo, de cosas que sus ojos no ven, que sus consciencias no abarcan, porque no podrían sobrevivir en esta Tierra si conocieran verdaderamente todo lo que acontece en el mundo.

Pero si unen su corazón al Mío y, con sus oraciones, Me abren las puertas de cada lugar de esta Tierra, Yo puedo llegar a donde sus ojos no ven y puedo abrazar a aquellos hijos Míos que parecen estar perdidos en los abismos y en la oscuridad de este mundo.

Hoy, hijos, no vengo a darles el sentimiento de dolor de Mi Inmaculado Corazón; vengo a entregarles Mi Amor para que, de esta forma, tengan el valor y el coraje para transformar la propia vida en verdaderos instrumentos de Dios.

Vengo a invitarlos a un nuevo ciclo, un ciclo que debe ser construido ahora con base en la unidad de sus corazones.

Por eso, hoy les enseño a amar para disolver sus diferencias y las incomprensiones que les impiden vivir la fraternidad, la unidad y el amor verdadero.

Hoy, quiero construir las bases que los sustentarán en este próximo tiempo, porque les digo, hijos Míos, que solo tomados de las manos, venciendo las diferencias que podrán soportar los tiempos que llegarán.

Yo los congregué aquí, alrededor de Mi Manto, congregué a todos los que escuchan Mi llamado, como almas y como corazones, para que construyan esta unidad en este tiempo.

Cuando sus corazones sean tentados a la división, recuerden lo que hoy les dije, porque llegará el tiempo en que Dios los probará, y solamente en la unidad de sus corazones es que esa fortaleza se mantendrá en pie.

Yo les dije que vengo por los que más necesitan, por los que sufren y por los que están perdidos, porque cuando construyo en ustedes la unidad y el amor, lo hago por el planeta, por los Reinos de la Naturaleza y por el Plan de Dios.

Durante todos estos años, hijos Míos, Yo vine a enseñarles a amar la Voluntad Divina, como Yo la amo y como la amé cuando estuve en la Tierra entre los hombres.

Aunque para muchos esa Voluntad fuera incomprensible, hijos, Yo amé la Voluntad de Dios, aunque ella fuera a acompañar los pasos de Mi Hijo con la Cruz y a verlo crucificado, entregando Su Vida por la redención del mundo; y hoy, los invito a amar la Voluntad de Dios, aunque los lleve a renunciar, aunque no la comprendan, porque la Voluntad de Dios a veces se esconde en cosas incomprensibles y solamente pueden entenderla cuando la aman.

Yo los llamaré, cada día, a un sacrificio aún mayor, a una renuncia mayor, porque es de esa forma que forjaré los Cristos en sus corazones, que los llevaré a amar sin límites y a donar sus vidas con un amor tan grande como el Amor que emanó del Corazón de Mi Hijo.

Es necesario de valentía para ser nada en estos tiempos y amar lo incomprensible, amar lo contrario de lo que la humanidad aprendió a amar a lo largo de toda su existencia en esta Tierra.

Corrijan sus caminos, sus mentes y sus corazones y ábranse, hijos, a una Verdad Mayor.

Quiero que solo busquen lo mejor de sus hermanos y que, con el ejemplo y la Misericordia, los ayuden a transformar sus miserias.

Es de esa forma que transforman la Tierra y construyen una nueva vida y un nuevo mundo.

Es de esa forma que harán que esta Obra se perpetúe a lo largo de los siglos, para que los que llegarán aprendan de sus ejemplos y los transmitan, de generación en generación, hasta que aquellos que vengan por último, puedan vivir el mayor sacrificio de reconstruir este mundo con principios de una Vida Superior.

La manifestación del Plan de Dios comienza dentro de cada uno de ustedes. La renuncia de los que llegarán comienza a diseñarse en sus actos.

Por eso, hijos, Yo vengo en este día, una vez más, a darles el ejemplo de un corazón que persiste porque los ama y, sobre todo, ama el Plan del Creador para sus vidas y para este planeta.

Hoy, reciban, en sus corazones, este Amor que Yo les traigo, y que él sea la herramienta y el motor para la transformación de sus vidas, para la superación de sus límites e imperfecciones para que, de esta forma, no caigan en el error de desvanecer las Obras Divinas por falta de unidad y de amor en los tiempos que llegarán.

Ámense unos a otros, como Mi Hijo los amó y los ama.

Respétense y crezcan mutuamente porque, aunque sean pocos, la humanidad debe aprender de sus ejemplos.

No esperen multitudes dispuestas a vivir lo que les digo, confíen en el milagro que Yo haré con Mi Hijo, a través de los que digan sí.

El milagro, que muchos esperan ver, Yo lo estoy realizando a través de sus vidas, pero para que se muestre al mundo, ustedes deben dejarse girar como el sol, deben dejar que brote un agua milagrosa de lo profundo de sus corazones y lavar su viejo ser, para que la humanidad conozca lo nuevo.

Hoy, hijos, no vengo a hacer milagros fuera de los hombres, sino dentro de ustedes, dejen que Yo los realice.

Mi Mensaje de hoy es simple, sin embargo, trae una profundidad divina para los que sepan escucharme.

Solo les pediré que no se cansen, que no se vuelvan tibios de corazón, sino que se renueven todos los días en sus oraciones y en la unión al Corazón de Dios, y que, sobre todo, hijos, vigilen sus actos, pensamientos y sentimientos; y  no importa si se equivocan, pero reparen sus errores y no permanezcan allí.

Que cada día les traiga un impulso para la renovación.

Que hoy Mi Presencia los renueve, para que mañana oren aún con más fervor; que, de esa forma, Yo pueda llegar a muchos otros lugares en el mundo y dejar que los que claman por Mí sientan Mi Presencia y los que no Me llaman y no Me sienten puedan conocerme.

Eso es todo lo que quisiera decirles hoy.

Recuerden, hijos, vivir la unidad y, a pesar de que este mundo y esta vida los coloquen ante grandes pruebas que probarán su fidelidad y su capacidad de amar, amar a este Plan y a esta Obra, perseveren.

Con Mis Palabras los bendigo y les dejo esta reflexión para que la lleven en sus corazones, no solo hoy, sino todos los días que vendrán.

Con la Luz y la Gracia de Dios, los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Vamos a cantar el Ave María y vamos a dejar que Nuestra Señora trabaje en nuestros corazones mientras se eleva a los Cielos.

Canción: "Ave María".

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA VILLA DE ALJUSTREL, FÁTIMA, SANTARÉM, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Que en el final de esta primavera surjan los frutos de la conversión del corazón, para que Lys-Fátima esté presente en la esencia de cada ser.

De esa forma, queridos hijos, viviendo la pureza original, sus vidas alcanzarán la paz y el fin de toda perturbación humana.

El camino de la oración los llevará a comprender el sentido de su existencia, y todo lo que sucede en la vida quedará más claro y resplandeciente.

Desde aquí, en Fátima, vengo por un mundo herido, incapaz de regenerarse o de llegar a la cura. Por eso, Yo ofrezco Mi Inmaculado Corazón para que las almas vivan la unión con el Eterno y la reconciliación de sus vidas.

En esta hora del planeta, la humanidad define su camino de redención o de perdición, y su Madre Celeste viene una vez más en su auxilio para que puedan encontrar pronto a Jesús y vivirlo plenamente en la Santa Eucaristía.

Deseo ardientemente, queridos hijos, que hasta la última alma pueda ingresar al Reino de Lys, Reino de Amor y Redención.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy vengo, rodeada por muchos coros de ángeles, con el fin de establecer, en este lugar y en toda esta nación, un propósito que puede ser imposible ante sus corazones y vidas. 

Pero si emerge de ustedes la fe, este propósito se realizará, porque es Mi ardiente deseo de que él se cumpla en esta parte de la humanidad que necesita absolutamente del Amor de Dios para poder redimirse y volver a reencontrar el camino hacia la Luz. Camino hacia el infinito, que muchas consciencias, más allá de las presentes, perdieron en algún momento al separarse de Dios por no haber conocido la Voluntad de Su infinito Amor para cada una de sus vidas y para cada uno de los miembros de su familia.

Es así que he decidido, queridos hijos, llegar aquí, a California, para abrir un nuevo ciclo en esta humanidad muy dormida que debe despertar a Mi Amor maternal, a Mi Amor infinito, a Mi Amor purísimo que Yo tengo por cada uno de Mis hijos.

Si Yo he venido aquí, a los Estados Unidos, es porque otros hijos en el mundo crearon las condiciones espirituales y materiales para que Yo estuviera aquí, amorosamente entre ustedes, trayéndoles la paz, la paz interior que tanto necesitan para poder resucitar en la vida espiritual, al camino de redención que les ofrece Mi Hijo en estos tiempos finales. Un camino que es una preparación para cada uno de ustedes. Un camino que los llevará a la redención, a la conversión.

Y eso será posible, queridos hijos, cuando sus corazones se decidan a confiar en Mi Corazón, porque a partir de esa confianza la Obra de Dios se realizará en los corazones de Norteamérica, como también en Canadá y en Alaska. Porque allí, Yo deseo llegar algún día, para que los corazones reencuentren el Amor que perdieron, el Amor que Yo he derramado en estos últimos tiempos en Centroamérica, México, Sudamérica y Europa. 

Quiero que conozcan, queridos hijos, este Amor potentísimo que es el Amor que emerge de Mi Inmaculado Corazón, que viene a apartarlos de la oscuridad que circunda en muchas mentes que gobiernan. Un Amor que viene a recordarles su filiación con el Padre Celestial, un Padre que espera pacientemente que sus hijos puedan despertar a este llamado de Mi Corazón maternal.

Es así que, en esta noche, Yo los invito, queridos hijos, a vivir el primer paso de la reconciliación con el Padre. El Padre es muy ofendido, el Padre que está en los Cielos es negado por muchos hijos de este lugar. 

Esa es la razón, queridos hijos, por la que, a través de los latinoamericanos y de todos los inmigrantes que aquí viven, buscando una esperanza de vida, buscando una oportunidad de poder realizar sus proyectos, Yo los reúno con los norteamericanos como un solo pueblo, como una sola raza, como una única humanidad que surgió desde el principio de la Creación para vivir y cumplir un propósito que aún es desconocido por muchos.

Pero es a través de la grandeza de Mi Corazón Inmaculado que Yo les traigo el Amor del Cielo, el Amor que Dios ha concebido en Mi Purísimo Corazón para que las almas despierten a ese Amor profundo que conforta y cura cualquier herida o enfermedad que parezca imposible.

Por medio de esta declaración, queridos hijos, Yo le traigo a los Estados Unidos la última Gracia de Dios. Después de haber implorado a los Pies del Creador, junto a las santas mujeres que Me acompañan en esta sagrada Misión, les traigo esta oportunidad que es extraordinaria e infinita, más allá de sus vidas y corazones; porque deseo, queridos hijos, que esta Gracia pueda descender en sus corazones; porque este país necesita esta Gracia para que no pierda de vista el sagrado Propósito de Dios que aún está brillando en el horizonte del Universo Celestial y que, a través de Mis Palabras sagradas y del amor absoluto de Mi Corazón, hoy vengo a traerles a cada uno de ustedes.

Tal vez ustedes esperaban, queridos hijos, un milagro y una confirmación que pudiera mover sus vidas de lugar. Pero en verdad les digo, queridos hijos, que el verdadero milagro que Mi Hijo Me ha permitido traerles en este día es que ustedes puedan recordar el amor, puedan vivirlo, puedan practicarlo en estos tiempos por medio de obras de servicio a los que más necesitan; por medio de una oración fervorosa que pueda consagrar esta nación a Mi Inmaculado Corazón; por medio de la caridad y de la fraternidad que los haga acoger, en sus hogares y corazones, a todos los inmigrantes que llegan aquí, buscando, como ustedes, una oportunidad de sobrevivir.

Cuando todo esté por suceder, en los próximos meses que vendrán, queridos hijos, no teman, no le teman al mal, porque si Mi Corazón está en ustedes y en sus grupos de oración que deberán formarse para atraer aún más la Gracia de Dios, Yo les aseguro que una buena Madre nunca los abandonará. 

Porque si Dios Me ha permitido llegar aquí, en este día y en este momento crucial para este país, Yo les vengo a implorar, queridos hijos, que no olviden la unidad entre ustedes y entre sus semejantes; porque esa unidad, queridos hijos, los llevará siempre a la paz y al descubrimiento de un amor profundo que evitará muchos conflictos sociales y nacionales. 

Así prevalecerá la paz cuando cada uno de ustedes la confirme en sus corazones como el emblema, como la bandera universal para traer hacia la Tierra para establecer en este planeta una paz interior muy desconocida por todos.

Con el rosario entre Mis manos, como su Señora del Santo Rosario, así como les dije en Fátima: “Recen, queridos hijos, que la oración los transforme completamente para que los Dones del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo desciendan sobre esta parte de la humanidad y especialmente sobre los corazones que están caídos”.

A través de Mi Presencia, en este día, vengo a evitar muchas cosas que podrían precipitarse sobre este pueblo americano; porque Mi deseo profundo, queridos hijos, es que todos ustedes sean seres rescatables a los Ojos del Padre, ante Sus Tronos Celestiales, ante todos Sus ángeles y arcángeles.

Por eso, con la maternidad de Mi Corazón, queridos hijos, Yo vengo a recordarles que cada uno de ustedes cuenta con un Ángel de la Guarda que espera servirlo y ayudarlo para poder conducirlo por el camino del bien y de la hermandad. Ese es Mi deseo en este día.

Sigan escuchándome con el amor de sus corazones y la devoción de sus espíritus, porque eso ha permitido que Yo llegara aquí, en este día y en este tiempo final.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo abrí las puertas de Mi Reino en este lugar porque es a partir de aquí y a través de la devoción de sus corazones que espero llegar a toda esta nación.

A través de sus oraciones, hijos Míos, Dios Me permitió enviar a cada uno de Mis ángeles a aquellos lugares que más lo necesitan, para retirar de los abismos de la ignorancia a aquellos hijos Míos que tienen un compromiso con Dios y que llegó el momento de cumplirlo.

Yo llego a esta nación, hijos, para que aprendan a luchar por la paz y no por el establecimiento de la voluntad humana. 

No vengo a pedir que luchen por otro gobierno, sino que se abran de corazón para aprender de las elecciones humanas y demostrarle al mundo que es posible convertir esas acciones cuando el corazón simplemente ora y clama por la paz.

Vengo hasta aquí para pedirles, hijos, que no permitan que haya más guerras en este mundo. No permitan que más corazones sufran por la necesidad humana de extender su poder y someter a más almas, porque llegó el momento de que la humanidad viva la unidad de unos con otros y con Dios.

Yo quiero enseñarles, hijos, a que manifiesten esa unidad en sus vidas, más allá de las religiones, de las creencias. 

Quiero que aprendan a reconocer a un Único Dios, respetando las religiones de cada hermano, confiando en que cada una de ellas, cuando proclaman el amor y la unidad, los llevan a un Único Creador, que es el Creador de todas las cosas que les concede un Amor único, universal, para que despierten como Su Hijo, el potencial verdadero del corazón humano.

Todo lo que les digo no es una utopía, es una verdad para aquellos que despiertan la fe y claman al Padre, todos los días, para que puedan ser verdaderos, trascendiendo la condición humana, despertando el amor, proclamando la paz en este planeta.

Hoy, también vengo a pedirles, hijos Míos, que se unan a los Reinos de la Naturaleza, tan ultrajados por el corazón humano, maltratados para crear condiciones de que el hombre tenga más confort y más modernidades. Y no están viendo, hijos, que están matando al planeta poco a poco. Ese es el Corazón Sagrado de Dios expresado en toda la vida. 

Cuando el Creador manifestó la Tierra, colocó en cada espacio, escondido en cada ser, Su perfección y el potencial de Su Amor. 

No solo los seres humanos de este mundo tienen la posibilidad de manifestar el Amor Divino, sino que cada Reino, hijos, del menor al mayor, guarda ese potencial de amar que despierta cuando los corazones humanos comprenden la unidad que existe en toda la vida y comulgan de la existencia como un todo, encontrando la Presencia Divina en cada criatura de esta Tierra.

Hoy quiero despertar su consciencia a un amor superior y no solo a un amor humano. 

Quiero que comprendan, hijos Míos, que para que las fronteras se disuelvan entre las naciones, deben disolverse primero en la consciencia de cada ser. 

Es por eso, que hoy les enseño a comulgar con la vida, con el universo, con la Creación, para que de esa forma hagan descender la Unidad Divina sobre ustedes y sobre todo el planeta.

De la misma forma, hijos Míos, para que la paz se establezca entre las naciones y en cada corazón humano, primero deben vivir esa paz en su mundo interior, en sus hogares, en sus familias. 

Antes de orar por la reconciliación entre los pueblos, culturas y religiones; reconcíliense en sus familias, reconcíliense con sus amigos, reconcilien su espíritu con Dios, porque de esa forma abrirán las puertas para que una reconciliación superior pueda acontecer.

Hoy, les digo, hijos Míos, que para consagrar a esta nación, primero consagraré sus vidas. Y, a través de sus corazones llegaré a cada espacio de esta nación como de este planeta. 

A través de ustedes, consagraré a cada corazón y, junto con Mi Hijo y el Casto Corazón de San José, haré descender sobre este suelo la intercesión y la Gracia Divina, para que convierta el mal que lo abraza, que ciega y engaña al corazón humano; para que puedan ver, a partir de hoy, un nuevo horizonte delante de sus ojos, la posibilidad de una nueva vida y de un nuevo ser que está al alcance de todos ustedes.

Solo oren de corazón. Rindan sus almas ante Dios. Pídanle perdón. Pídanle que les enseñe a ser humildes y simples de corazón, para que Él entre en sus vidas y los transforme para siempre.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Por eso vengo, queridos hijos, como el gran Espíritu universal de la Paz, a consagrar almas y consciencias al Plan Divino de Dios, para que este Plan se cumpla más allá de estos hijos. Hoy, Mi mano santa, con la señal luminosa de la Cruz, consagrará a cada uno de ellos.

Que vengan aquí, los que hoy serán hijos de Mi Inmaculado Corazón. Los espero.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Quiero que ofrezcan esta consagración por cada ser de la nación norteamericana, generando así los méritos para que Yo pueda derramar el Perdón Celestial sobre todas las almas que no lo merecen. 

De esta forma, les encomendaré, hijos, la tarea de orar por aquellos que no Me escuchan, que no Me aman, que ignoran Mi Presencia en el Cielo y en la Tierra, que no permiten que Mi Paz se establezca en el mundo.

Les pediré, hijos, que por lo menos ofrezcan un Ave María todos los días por las almas más ignorantes y más ciegas, para que sus ojos se puedan abrir a la verdadera Luz de Dios y sus almas sean liberadas de la oscuridad y de la ignorancia.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Como Señora del Santo Rosario de Fátima, quiero simbólicamente que, en esta noche de consagración, ustedes, Mis queridos hijos, coloquen sus cabezas sobre Mi pecho para sentir el palpitar de Mi Inmaculado Corazón, un Corazón que a veces está lleno de espinas y que no es aliviado por el mundo, solo por los corazones que, en confianza y amor, oran a Mi Corazón para que Él derrame su Paz y evite así la Justicia Divina en el mundo.

Hoy, en esta consagración, queridos hijos, contemplo cada una de sus almas. Con Mi mirada de Luz penetro en lo profundo de sus espíritus para traerles la cura de las heridas, la liberación de los pecados y la ascensión de sus almas, junto a Mí, al Reino del Redentor, delante de Su Trono de Luz y de la Soberanía de Su Amor.

Por la autoridad que Dios Me ha concedido, Yo los consagro, queridos hijos, a una vida de oración ardiente por la paz en el mundo, por la paz en los corazones, por el despertar de las consciencias a la verdad del Reino Celestial y por la consagración de una California pacífica y de un país que atraiga al mundo la fraternidad, la unidad y sobre todo el Amor de Dios para compartir e irradiar a toda la humanidad.

Junto a los ángeles que hoy Me acompañan, abriendo el Portal de la Paz desde el Corazón de Lys-Fátima, Yo los consagro en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos, que el himno de su consagración, en este momento sea escuchado por el Padre Celestial. Que así sea.

Les agradezco por responder a Mi llamado y por abrir sus corazones para recibirme aquí, en San Francisco, para toda Norteamérica.

 

Ave María (tres veces en inglés).

Canción: Himno de consagración de los Hijos de María.

 

A través de esta agua derramo Mis Gracias para sus almas, siendo mojados por el Santo Espíritu, que esparce Sus Dones en todos los corazones de Norteamérica.

Sigan cantando.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Con estas palabras que nos ha entregado María, con estos impulsos de amor que Ella depositó en cada uno de sus corazones, vamos a hacer la promesa, en este día, a Nuestra Señora de Fátima, de llevar ese Amor y esa Paz a nuestros hermanos. 

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE MANAGUA, NICARAGUA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Con toda la dulzura de Mi Corazón, llego a su encuentro para traerles nuevamente la paz, la paz que es perpetua en el Corazón de Dios y de todo Su Reino universal.

Abriendo las puertas hacia ese Reino, hoy los coloco a todos en Mis brazos, así como coloqué al Niño Jesús y a cada uno de los apóstoles cuando ellos dudaron de la verdadera existencia de Cristo en la Tierra.

Queridos hijos, así Yo fortalezco su apostolado, su misión personal y grupal en el fin de los tiempos, ante el Corazón del Padre Celestial. De esta forma, Yo les traigo Mis códigos de Luz, para que sus corazones los puedan recibir, los puedan guardar en su interior, y ellos sean llamas que puedan perpetuarse en el mundo, en este tiempo de transición.

Con la alegría de sus corazones Yo puedo realizar Mis obras en el mundo y traer a Mis hijos el Espíritu Santo de Dios que los motivará a la transformación y a la redención de sus vidas.

Es por eso, queridos hijos, que hoy he venido aquí no solo para bendecirlos, para consagrarlos, sino también para agradecerles a todos ustedes y a todos sus hermanos, por estar cumpliendo esta segunda etapa de la sagrada Misión con los Mensajeros Divinos.

Ustedes no saben, queridos hijos, lo que significa para el Corazón del Padre guardar en Su interior el sentimiento de amor de todas Sus criaturas, sobre todo la perfecta adhesión a este propósito de traer la paz y el amor al mundo, para que estos atributos no se borren de los corazones inocentes y simples. 

Es a través de vuestra respuesta interior, queridos hijos, que Yo puedo concretar Mi Obra en Centroamérica y México y, en el futuro, en otros lugares en donde la necesidad planetaria es muy grave y muchas, muchísimas almas, así como los Reinos de la Naturaleza, necesitan de Mi intercesión celestial para estar preparados y prontos para el fin de los tiempos.

Es así que hoy uno Mi Rosario de Luz con sus rosarios, creando este puente de Luz hacia el Reino Celestial, haciéndoles vivificar los Códigos de Dios en lo profundo de sus almas para que, en este tiempo final, queridos hijos, ustedes puedan realizar su propósito que es el Santo Propósito de Dios en sus vidas, Su magnífica Voluntad de traer al planeta la infinita Fuente de Su Misericordia y hacerlos seres redimidos ante los Ojos de Mi amado Hijo Jesús.

Esto confirma aquí, en Nicaragua, queridos hijos, que esta tarea no es una emoción, sino una profunda devoción Conmigo, estableciendo así la comunión con Mi Corazón Inmaculado.

Así es que Yo les pido, queridos hijos, que sigan adelante; que profundicen en sus vidas el ejercicio de la oración del corazón para que muchas más almas puedan ser beneficiadas por esta Gracia que hoy les traigo para todos, una Gracia reparadora, curadora y redentora, en cada parte de sus seres y de sus moléculas. Es así que Yo enciendo en ustedes las células de Luz, las mismas células que Yo encendí en los apóstoles, preparándolos para predicar y vivir la Palabra de Dios.

Ustedes, Mis amados hijos de Nicaragua y del mundo, son los apóstoles del fin de los tiempos, los apóstoles de Cristo, el Redentor, que deben dar el ejemplo de la paz y del bien a todas las criaturas. Sírvanse del servicio que sus hermanos están realizando por Venezuela. Encuentren a través de ellos, el verdadero testimonio de la caridad.

Por eso quiero decir, queridos hijos, que hoy también estoy con todos ellos en esa sagrada misión. Y a través de sus corazones misioneros, Yo estoy aliviando a los corazones más sufridos, cerrando las heridas más grandes de la consciencia de la humanidad.

Esta obra del servicio por la paz, especialmente por Mi amada Venezuela, está abriendo las puertas para una inexplicable reconciliación. Esto significa, queridos hijos, que el santo Trono de Dios y todo Su poder celestial reabre las puertas a Venezuela, trayendo a través de Sus ángeles, de todos Sus santos y bienaventurados, la oportunidad única de la rehabilitación, liberando a las prisiones del caos y del sufrimiento, simplemente, queridos hijos, por servir, amar y dar caridad a los que más lo necesitan.

Es así que Yo los invito, hijos Míos, a abrazar este misterio de la caridad y del bien. Ustedes no saben, queridos hijos, cómo los Reinos de la Naturaleza también se benefician con estas cosas. Es así que hoy también los invito a ser guardianes y protectores de los Reinos de la Naturaleza, a cuidar de sus mares, florestas, de todo Reino vivo en cada nación, en cada pueblo y en cada ciudad.

Quiero que le den valor a estas cosas que son parte, desde el principio, de la Creación de Dios. Es de esa forma, queridos hijos, que hoy ustedes estando aquí, de corazón, Conmigo y con un profundo amor a Mi Corazón Inmaculado, que Yo puedo derramar Mis Gracias, que serán frutos en el futuro de las almas, en las naciones que más las necesitan. 

Centroamérica, a través de esta peregrinación y de la adhesión de todos Mis hijos en el mundo, especialmente por todas sus oraciones y súplicas, está recibiendo una inexplicable expiación que se produce, que se genera y que se realiza a través de Mi Inmaculado Corazón, trayéndoles a todos, la llama de la fe y de la esperanza.

Quiero, queridos hijos, estar más cerca de ustedes todos los días y que, desde Nicaragua, surjan fortalecidos grupos de oración, así como les pedí a los hermanos de Costa Rica que formaran grupos de oración, inspirados por Mis Mensajes de paz, por las Palabras redentoras de Cristo y de San José.

Quiero que vivan definitivamente en Nuestros Sagrados Corazones, que den el paso por toda la consciencia planetaria, que no se cansen de ser misioneros de la paz y de propagar esa paz hacia el mundo entero. 

Es a través de esta obra y especialmente, a través de las misiones, que la balanza del desequilibrio de la humanidad, milagrosamente se está equilibrando. ¿Ustedes saben lo que eso significa, Mis amados?

Muchas oraciones debieron ser escuchadas por el Propio Dios, para que Él pudiera permitir esta Gracia inexplicable para el mundo y para Centroamérica. 

Es que hoy, queridos hijos, por esta Gracia y este amor que nos reúne en Cristo, invito a que los Hijos de María que se consagrarán, se aproximen para que Yo pueda seguir compartiendo con ustedes Mi Amor y Mi Luz, a través de las palabras del Verbo Divino que hoy proclamo.

Yo le traigo al mundo, queridos hijos, la oportunidad de volver a amar, de perdonar, de reconciliarse con Dios y de formar parte definitivamente de Su Plan de Amor y de Redención.

Y antes de seguir hablando con ustedes, Mis amados hijos de Nicaragua, quisiera que le ofrecieran a Mi Corazón un cántico que une a todo lo que está separado. Que honraran, en devoción y en amor, a la Virgen de Guadalupe.

Los escucho.

Canción: “Madre y Reina de Guadalupe”.

Es así, queridos hijos, que Yo establezco en la Tierra el sagrado Universo de Dios, abriendo las puertas a la reconciliación entre los pueblos y entre las naciones del mundo; confiando absolutamente en que, en cada uno de ustedes, Mi Plan es el Plan de Mi Hijo, el Plan de Dios, vuestro Eterno Padre, que se podrá realizar en los más simples y puros, en los inocentes y libres de corazón.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

De esa forma les enseño a cómo liberar el pasado con la alegría del corazón, cómo liberar el dolor que permea la consciencia, de cada pueblo y de cada nación, con el simple amor de sus corazones.

Hoy, los congregué aquí no solo para trasformar sus vidas, no solo para redimir sus corazones, sino para que ustedes, hijos Míos, representando a toda la humanidad, representando a la consciencia de este planeta, puedan cambiar el destino incierto que esta Tierra viviría al no haber paz ni amor en el mundo.

Pedí que elevaran sus voces, para que elevaran también sus corazones, porque de esta forma abro los abismos, libero a las almas, inclusive a las más pecadoras que, al encontrar la Luz de Mi Inmaculado Corazón, se arrepienten del pasado. Y que, por la potestad de Dios, que Él concedió a Su Santa Sierva, Yo los redimo y los libero de la perdición para que, prestando un servicio Conmigo, equilibren sus deudas y vivan la redención.

De esa forma, hijos, hoy les pido que se confiesen Conmigo y, a través de Mí, que se confiesen con Dios; porque hoy les abro los portales hacia el Reino de los Cielos, les muestro los Altares celestiales para que coloquen allí sus faltas y pecados.

Arrepiéntanse, porque Yo los perdonaré. Arrepiéntanse, porque Yo los renovaré y los liberaré, para que puedan construir, en este país como en este planeta, una tierra redimida que viva la paz y la unión con Dios.

Les pido a todos los que Me escuchan que, con sus corazones rendidos ante el Padre Celestial, le pidan perdón en nombre de la humanidad, con la alegría de este pueblo tan simple.

Hijos Míos, vine a realizar esta redención de América, esta liberación que hace tanto tiempo este pueblo espera y que, por la apertura de sus corazones, hoy Yo comenzaré a concretar. Hoy, verán, en los ojos y en los corazones de Mis hijos, la concreción de sus esfuerzos, los méritos que generaron por cada ayuda que Me dieron para que Yo pudiera llegar aquí.

Hoy, vean Mi Luz, la Gracia y la Redención que hago descender de los Cielos; y agradezcan a Dios, hijos Míos, por ser participantes de Su Plan. 

La redención de este planeta es posible, la redención de sus almas ya está en acción. Multipliquen esta redención en los que no Me escuchan, vayan en auxilio de los que no Me siguen, oren por los que les cerrarán las puertas en sus rostros, oren por los que escupirán en el piso delante de ustedes por no creer en Dios, oren por los que los maldicen, clamen con la cabeza en el piso por sus enemigos, clamen por la redención de este planeta; porque de esta forma, hijos amados, Mi Plan triunfará.

Liberen de sus vidas el rencor, liberen de sus vidas el odio y la ira, vivan y establezcan la paz, reconcíliense en sus familias, reconcíliense con sus amigos, pidan perdón y perdonen a sus hermanos.

Y, de esta forma, hijos amados, anunciarán al mundo que es posible vivir el arquetipo divino expresado hace tanto tiempo por Mi amado Hijo Jesús.

Es hora de que despierten los Cristos del nuevo tiempo. Es hora de que sus almas despierten al compromiso que vinieron a cumplir con Dios. Por eso, están aquí; porque fueron llamados por Mí para que puedan decir sí al Corazón de Dios. 

Por eso, Yo los consagro y los bendigo no solo para transformarlos completamente, sino para que ustedes, hijos Míos, transformen a este mundo, transformen a esta nación, transformen a cada hogar de los que hoy Me escuchan; porque hoy Mi Gracia y Mi Divina Presencia llegan a todos sus hogares. Ábranme la puerta de sus casas, de sus corazones, porque Yo entraré todos los días a orar con ustedes por los Reinos y por las almas para que, un día, Mis amados, este planeta se pueda tornar sagrado, a lo que el Creador siempre aspiró. 

Y que, en el universo como en la Tierra, sus almas den testimonio de que el sacrificio de Cristo no fue en vano; y de que el sacrificio que cada uno de ustedes vivirá tampoco será en vano; porque de ellos, hijos Míos, nacerá la trascendencia de todo dolor, la liberación del cansancio de sus cuerpos, la transformación del sufrimiento en regocijo espiritual, la transformación de la tristeza y del padecimiento en la eterna alegría de ver triunfar el Plan Divino.

Vean hoy, Mis amados, en el Amor de Mis Palabras, en Mi Corazón expuesto ante sus corazones, que la Gracia de Dios es infinita y Su Amor es inconmensurable. Y que, con este mismo Amor, deben colmar sus espíritus para que, cada uno que se aproxima a ustedes, sienta la Presencia Divina y crea que es posible transformar la decadencia de este mundo y tornarlo sagrado frente a los Ojos de Dios. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, Yo los consagro, los bendigo y los amo, como la Paloma Blanca de la Paz. 

Quiero, antes de irme de aquí, que Me canten como hicieron al principio, para que Yo pueda recoger el amor de sus corazones y derramarlo en donde más lo necesiten.

Es así, queridos hijos, que, por medio de su consagración a Mi Inmaculado Corazón, vuelvo a consagrar a Nicaragua a la Madre de Dios, la Reina de la Paz, a la Paloma Blanca que les trae el Mensaje de reconciliación y de redención.

Coloquen su mano izquierda sobre el corazón para confirmar esta consagración ante Mi Presencia, y alzando sus voces a través del canto, Yo los bendigo, queridos hijos, y les agradezco a todos por haber respondido una vez más a Mi llamado.

Ustedes no saben, queridos hijos, cuánto hoy los océanos se han aliviado y todo lo que está dentro de ellos.

Les agradezco en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Ahora, canten para que Me eleve al Cielo, con la alegría de sus corazones por Centroamérica.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 9.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mi Voz llega a este mundo para retirarlo de la oscuridad y del miedo.

Mi Luz proviene del Padre y se derrama sobre los corazones que han caído.

Mi Misericordia se aproxima a vuestras vidas y trae la Luz que necesitan en este tiempo.

Yo vengo a levantar vuestras vidas del suelo. Les extiendo Mis Manos para que se puedan tomar fuerte y seguir Mi Camino de redención y de paz.

Mi Plan para Argentina es perfecto y predilecto, pero Yo necesito de ovejas dispuestas a seguir al Gran Pastor, para conocer nuevos campos y nuevos frutos que tengo para darles.

Necesito de vuestro sí para continuar con Mi Obra. Por eso, en este mes de abril, les envío a Mi Madre como mensajera y curadora, para que prepare vuestros corazones para el nuevo tiempo que llegará a Argentina.

Cada nación tiene un compromiso muy importante con Dios. Los Mensajeros del Cielo se presentan en este siglo nuevamente para advertir a la humanidad sobre los pasos que está tomando y los caminos que está siguiendo, caminos que no van hacia Dios porque son decisiones que no están en la Luz del Padre.

Por eso, en Mi gran Misericordia infinita, vine para abrir vuestros ojos a lo nuevo, para que puedan despertar a tiempo dentro de este caos que vive el mundo internamente.

Mi Misericordia viene a liberar vuestras amarras y vuestros pecados todas las veces que sea necesario, porque el Padre Me ha concedido conocerlos profundamente.

Mi Ley de Misericordia viene a corregir vuestras acciones y vidas. Por eso, vayan como los apóstoles y anuncien Mi llegada al mundo. Yo vendré silenciosamente a este mundo, sorpresivamente, y Me apareceré a aquellos que me abran el corazón y que hayan orado Conmigo constantemente por esta humanidad.

Mi Padre me ha enviado nuevamente a congregar los rebaños que se han perdido y estas Maratones de oración intentan congregar a todas las almas que deben retornar a Dios, principalmente, aquellas que están en Dios, en este momento deberán ayudarme a auxiliar a aquellas que están distantes de Dios.

Por eso, Yo los necesito firmes y dispuestos a seguir Mi Camino.

Yo no les puedo prometer felicidad en este mundo caótico, pero sí les puedo prometer, en el próximo mundo, Mi Misericordia, Mi Eternidad, Mi Divinidad y Mi Espíritu, como muchos santos, ángeles y bienaventurados que gozan de este Espíritu Crístico.

Yo les vengo a traer el universo a vuestras presencias. Yo Soy el Corazón del universo que late profundamente todo el tiempo. Yo les vengo a traer la Verdad de Dios para este tiempo.

Mediten en las acciones que toman todos los días. Sean buenos servidores en este tiempo, en paz. Sean proclamadores de la Paz que viene del Reino de Mi Padre. Yo los amo misericordiosamente todo el tiempo. Yo los reúno cerca de Mi Corazón para que lo puedan sentir. Mi Corazón es el Amor eterno de Dios manifestado.

Por eso, en este tiempo tan definitivo, vengo a recordarles el compromiso que han hecho Conmigo. Vuestras familias, amigos y conocidos, nadie escapará de poder conocerme en este tiempo.

Mi Amor es más fuerte que el amor que se vive en este mundo. Mi Poder y Mi Divinidad es grande en esta humanidad.

Queridas ovejas, queridos compañeros, los invito a preparar esta Sagrada Semana con el corazón, esta Pasión que vienen a recordar todos los años de vuestro tiempo. Yo los invito, queridos amigos, a que sientan Mi Pasión y que mediten en ella, así Yo podré conceder Gracias especiales a aquellos que lo hagan y Mi Corazón los podrá liberar y curar de todo aquello que no han conseguido liberarse.

Yo les vengo a recordar, en esta Sagrada Semana, Mi Pasión. Las diferentes fases que Yo viví en la Pasión, porque en verdad el mundo no conoce lo que viví verdaderamente. A través del Orandio de la Pasión y de la Transfiguración, Yo se los he revelado.

Por eso, durante esta Sagrada Semana, ofértenme sinceramente vuestros corazones. El Altar está abierto a todos. El sacerdote recibirá las ofertas de sus fieles para que todos celebren en el espíritu de la paz y del amor.

No será necesario, en este mundo, que ningún hombre más cargue con otra cruz. Yo lo he hecho por ustedes, queridos amigos. Mis Manos y Mi Cuerpo fueron llagados por ustedes. Yo cicatricé todas Mis heridas a través del Amor y, así, presenté al mundo la redención.

Pero a medida que pasa el tiempo, la humanidad se olvida del compromiso con Cristo. Por eso, Dios, en Su Bondad y en Su Misericordia envía a Sus Mensajeros para recordarles este compromiso.

Necesito que puedan fundirse con Mi Espíritu en esta próxima Sagrada Semana. Por eso, Aurora resplandecerá para recibir nuevamente Mis Rayos, como en el principio. Por eso, los ángeles que Yo envío al mundo están trabajando duramente, para que las almas se puedan aproximar a la Pasión de Mi Corazón y no sean distraídas por las cosas que oferta el mundo.

Yo necesito que sientan Mi Corazón como algo verdadero y simple, necesito que Mis Palabras reverberen en vuestras esencias.

Sepan, queridos compañeros, que este es Mi último llamado al mundo; de la misma forma en que Yo lo hice una vez en Ruanda, anunciando Mi Mensaje a través de Emmanuel, y África consiguió la consagración a Mi Sagrado Corazón, no solo a través de la obra que Dios me envió a realizar en ese país, sino también a través de las misiones que hicieron los Hijos de María.

Aún hay mucho que aliviar en esta humanidad dolorida, pero quién se animará a llevar las llagas espirituales del cuerpo en sus corazones. Esta es una gran propuesta que hoy Yo les entrego.

Muchos temen al sufrimiento por amor a otros. Vivan los ejemplos de todos los que han pasado por esta humanidad, de los grandes bienaventurados y santos que dieron sus vidas por Dios.

Pero en esta era tan importante Mi Llamado es para todos. Mi Corazón está queriendo entregarse a todos. Yo necesito de todos los que nunca me han escuchado ni visto para que Mi Obra se pueda cumplir en gran parte de esta humanidad.

América debe cumplir su gran promesa ante el Universo Celestial. Por eso, las misiones que Mi Madre está realizando, en cada país, preparan a las esencias para lo que vendrá en el próximo tiempo.

Mis Palabras en este momento son verdaderas, necesito que puedan entenderlo con vuestros corazones. Mi manantial está abierto para aquellos que lo busquen, pero pocos se arriesgan bañarse en Mi océano de Misericordia para que Mis aguas eternas puedan lavarlos y cicatrizarlos.

Que todos los que Me escuchan no tengan miedo, Yo vengo a entregarles el Amor de Dios, el Amor verdadero del Padre que es olvidado por muchos, porque reina la soberbia, la ignorancia y la indiferencia, raíces que producen grandes males y que enferman a las almas rápidamente, perdiendo la esencia y la luz interior.

Pero Yo Soy parte de ustedes y ustedes son parte de Mi Corazón eterno, Yo conviví y viví entre ustedes, Yo les proclamé a vuestras vidas Mi sagrada Palabra salvadora. ¿Qué han hecho con el Evangelio que Yo les entregué?

Vengo en este tiempo a buscar los talentos. ¿Por qué los esconden en vuestros corazones? Es tiempo de darse mucho más. Dios espera de ustedes lo máximo. Yo estoy aquí para ayudarlos y socorrerlos.

Yo vengo a abrir vuestros ojos a lo nuevo, al universo, al Reino de la Paz y del Amor. Pero pocos quieren vivir esta realidad. Con los pocos que Yo cuento, en esta era, realizaré Mis grandes Obras en el mundo entero.

Sirvan en paz a vuestros hermanos y a todos los Reinos de la Naturaleza que también sufren perpetuamente. Nadie percibe cómo los árboles son destrozados y heridos.

Ustedes saben, queridos compañeros, que cuando Yo era niño y fui a Egipto, las grandes palmeras del desierto reverenciaron Mi pasar. ¿Acaso Dios no vive en los Reinos de la Naturaleza? ¿Qué están haciendo con este mundo tan precioso que Dios les entregó?

Ha llegado la hora del rescate, del rescate planetario, del rescate de esta humanidad enferma y que muere sin ver la Luz de Dios. Yo vengo a resucitar a aquellos que han caído otra vez y a liberar a los espíritus impuros que condenan a muchas almas en esta humanidad.

Mi Misericordia es preciosa, pero para vivirla debe ser amada, queridos compañeros. ¿Cuándo se animarán a cruzar el portal hacia Mi Corazón? Yo tengo para entregarles cosas preciosas. Mi Palabra siempre se ha cumplido a lo largo de los tiempos.

Yo he convertido Eucaristías en corazones y carnes vivas; Mis Cruces han derramado mucha sangre. Todos han visto Mis milagros a lo largo de los siglos. ¿Qué más necesita esta humanidad? Dios está presente en todos los lugares. Pero ¿será que todos lo pueden ver?

Yo Soy esa parte de Dios que viene a hablarles. Esa emanación de la Fuente que se proyectó sobre la humanidad y que se volvió un hombre vivo, de carne y hueso, que caminó entre ustedes para compartir la Palabra y vivificar vuestros corazones, llevándolos a la Redención y al Amor.

Queridos compañeros, les agradezco por esta gran respuesta de ustedes.

Cuando oren Conmigo y se unan a Mí, recuerden que Yo siempre estaré vuestro lado. Deseo ardientemente estar en vuestras vidas, ser parte de vuestra sangre, de vuestra respiración, de todos vuestros cuerpos. Yo quiero ser la Célula viva en vuestras células, la Luz resplandeciente que transfigura y transforma como un Rayo del universo que viene a auxiliar y ayudar a la humanidad.

Pero todo comenzará, queridos compañeros, con vuestro simple y humilde sí, así todo estará consumado.

Aquí presente, bendeciré los elementos sagrados y las imágenes que traerán resurrección para vuestras consciencias.

Que esta próxima Sagrada Semana que se aproxima sea una celebración verdadera para todos, un encuentro perfecto con la Sagrada Familia universal.

Allí estaremos, en el corazón de Aurora.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Mientras traen los elementos vamos a orar con nuestro Maestro el Padre Nuestro y el Gloria.

 

Cristo Jesús bendice los elementos.

 

Cuando oran de corazón, Yo los amo más.

Gracias, queridas almas, por esta simple dedicación. Les agradezco.

Ingresen en el universo de Mi Paz y caminen firmes en el Propósito. Dios siempre los proveerá. Sean bienaventurados.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Todavía Jesús está presente, acompañándonos. Vamos a esperar por unos instantes hasta poder responder a un pedido que nos hizo de escuchar las Bienaventuranzas que una vez el transmitió en uno de Sus Mensajes diarios.

Él nos pide, en este momento, que sigamos unidos a Él en comunión, de corazón a Corazón, sintiendo Su Presencia.

 

A continuación, se lee el Mensaje diario transmitido por Cristo Jesús el 15 de febrero de 2013, sobre las Bienaventuranzas.

Apariciones extraordinarias
DECIMOSÉPTIMA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA COLINA DE LAS APARICIONES, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LAS 20:00 H, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Se ora el “Ave Luminosa” y la “Madre Universal”.

Piedad entona el “Ave María”.


Que en el silencio de sus corazones puedan escuchar Mi Voz.

Gracias, hija cantora de los Cielos, por responder a Mi llamado. Cada uno cumple con una parte de Mi llamado. Cada uno cumple con una tarea y nadie debe superponerla con la del otro, cada uno expresa su don, el talento que le fue dado, pues ha llegado el momento de presentarlo ante los Ojos de Dios para que se cumpla Su Voluntad y todos podamos seguir el camino hacia la redención.

Gracias a todos por responder a Mi llamado por Nepal. Yo los estoy llamando como Mis misioneros de la paz, que deberán llevar a través del servicio y de la caridad. Será un momento de poder encender los corazones para que estos alumbren en la oscuridad que encontrarán. Los llamados divinos no son iguales a los llamados que crean los propios hombres en la Tierra.

Estamos en un momento de redención y de paz; por eso, deben buscar, a través del servicio, el camino de la propia redención. Les estoy indicando este sendero para que lo caminen con sus pies despojados de todo, despojados de su propia voluntad para seguir caminando con la fuerza impetuosa del corazón que quiera alcanzar Mi Luz Maternal.

Para este servicio en el mundo, los estoy llamando a ustedes como he llamado a otros de Mis hijos; pero la mayor parte de ustedes deberá quedarse aquí, porque Yo les pido que durante el mes de octubre se reúnan aquí a orar Conmigo para colaborar en esta tarea de rescate de almas.

Lleven Mi Corazón y llevarán Mi Paz.

Lleven Mi Propósito y llevarán Mi Luz.

No teman, es necesario estar en Cristo, dentro del Corazón de Mi Hijo para saber por dónde caminar y qué hacer.

Quien abre sus manos dará refugio a otros hijos Míos, que ahora lo necesitan.

Quien abre su corazón, llevará Mi Paz.

Encuentren descanso en Mis Palabras para saber por dónde andar y cuál es la meta que sus corazones deben alcanzar en el fin de este tiempo.

Yo Soy la Reina de las Gracias y, como las derramo aquí, quiero derramarlas en todo el mundo, como lo estoy haciendo ahora en Medjugorje. Pero debo llegar a los lugares distantes a través de sus corazones y los de todos. Ustedes saben que Soy la Madre Universal y que a todos puedo llegar. Si ustedes oran aquí, Yo intercederé en los Cielos, derramando las Gracias para los afligidos.

Verán pasar muchas misiones frente a sus ojos, pero cada una en su momento. Cada alma tiene su momento para aprender y para donarse totalmente, “darse a los otros” es el proverbio.

Hoy, estoy aquí para pedirles que durante el mes de octubre realicemos oraciones diarias en este lugar. No les indico un horario, solo les señalo el llamado para que sus corazones sientan y respondan ante lo que acontece en el mundo día a día.

Saben que los profetas están revelando los misterios y Yo Soy una de ellas, que les trae no solo la paz, sino la Buena Nueva en un tiempo de caos.

Necesito corazones maduros que puedan donarse y darse a los demás, pues así contaré con instrumentos humildes que lleven Mi Paz de una forma simple como Yo lo hago desde Mi Reino.

Abran sus corazones para comprender Mis Palabras, pues Mis anuncios ya son los últimos antes de que cada alma, después de todo lo que ha recibido, se done y ore Conmigo en el final de este tiempo. Quiero hacer brotar en ustedes lo que ya está pronto. No es momento de esconderlo más, abran el cofre de sus corazones para que Yo pueda entrar y sembrar Mi Luz.

Ustedes son Mis ovejas, las ovejas de Cristo, que deben dar respuesta al Gran Llamado. En la simplicidad se encuentra la Gran Obra del Señor; es por eso que los quiero hacer caminar por esa vía, para que Me encuentren a cada momento.

Hoy, les entrego Mis plegarias para que Me ayuden a que el Señor las responda delante del Gran Trono. Como lo he dicho hoy, la Justicia está llegando a toda la humanidad y al mundo. Ahora que ustedes ya lo saben, díganles a todos que estamos a tiempo de revertir el mal que el mundo ha creado con sus acciones. Por eso, les traigo Mi Paz, la misma que derramo en Medjugorje, para que todos la sientan y la reconozcan, la Paz de una Madre Inmaculada que viene desde los Cielos a anunciarles que la hora está llegando.

Los últimos caminos se están abriendo en sus vidas. Espero que, en oración, los puedan ver antes de que todo se oscurezca en este mundo. Pero Yo estaré allí, como la Gran Redentora de la Paz, para los que quieran encontrarme, para los que se animen a decirme sí y no nieguen bajo ninguna circunstancia Mis llamados.

¿Ustedes quieren verme aquí?

Abran sus corazones y encuéntrenme adentro. Ya he pasado por muchos corazones y sigo pasando por muchos más. Pero ahora, quien pierde la posibilidad de sentirme, ¿qué podrá hacer en esta última hora?

Los Cielos están pasando por este país predilecto. Hoy, solo los invito a vivir la redención y a que entreguen sus faltas al Creador. Si ustedes lo hacen, lo harán por todos sus hermanos, que también necesitan Mi Paz y que en este tiempo no han tenido la Gracia que ustedes tienen.

Lo mismo les estoy pidiendo, en Medjugorje, a todos los hijos de Europa y de Asia. Pero ustedes ahora, ante Mí, saben lo que deben hacer: responder a Mi llamado por Oriente y África, pues las Américas deben redimir su pasado que construyeron con sus propias manos.

De esta forma, la Voluntad del Señor en Su Justicia será otra cuando los corazones actúen a través de la oración. Así, las llamas que hoy llevan en sus manos permanecerán encendidas y la Misericordia podrá descender en los que la buscan.

Hoy, no ven Mis lágrimas, pero sí escuchan Mis plegarias, plegarias que oro por esta humanidad doliente, que en gran parte debe renacer en este tiempo, respondiendo a Mi llamado de Paz para la redención de las criaturas.

Aquí estoy, colocando como Guardiana del Amor a todos los Reinos. El mundo es un todo como los Cielos son un todo. El Padre es Único y Él vela por todos, por ustedes y por Mí.  Dejen que Mi Rayo traspase sus corazones para que se abran a un nuevo propósito de perdonar.

Pero si ustedes no derraman sus esfuerzos en las oraciones, ¿qué más podría hacer?

Mi Voz es escuchada desde hace siglos en toda esta humanidad. Sepan, hijos Míos, que les entrego Mi Mensaje desde hace tiempo, impidiendo que el mal se instaure en muchos corazones. Ustedes deben orar por los que propagan ese mal, para que la Luz, Mi Luz, se pueda establecer. Así, se unirán en confianza Conmigo y ya no serán solo personas, sino almas que actuarán a través de Mi Luz Redentora.

Es momento de renunciar al propio yo. ¿Por qué se los digo? Porque esta es la última hora, la de poder despojarse de sí para cruzar a Mi Reino que está abriendo su última puerta.

Quien permanece en este mundo lamentándose de lo que ve, ¿cómo podrá orar más?; y las plegarias, ¿cómo podrán llegar a los Cielos para que Yo las escuche?

Es momento de vivir en Mi eterna fraternidad para que todos puedan encontrar la última Paz que estoy derramando. Sepan que estoy preparando a los corazones para amplias tareas. El llamado es profundo y Mi Voz debe hacer eco en los corazones.

Hoy, les abro nuevamente Mis Manos y Mis Brazos a los que no están aquí y a los que vendrán. Aguarden a sus hermanos con alegría y que solo el Juicio Divino prevalezca en este momento.

Solo debemos orar para que cese el mal que está disperso por el mundo. Aguarden a los arcángeles para que desciendan con su Luz.


En este momento la Madre Divina contestará preguntas de todos los presentes. Un monje leerá las preguntas extraídas al azar y la Madre Divina las responderá.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

La Madre Divina responde la última pregunta: “Cada uno recibe la Gracia según su comprensión”.


Yo Soy la Señora vestida de Sol y llamo a todos los que Me quieran responder.
Gracias por responder a Mi llamado. Lleven Mi Paz.


Se canta el “Ave Luminosa”.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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