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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo los invito, una vez más, a caminar sobre las aguas y a seguir Mis Pasos sin temer que sus pies puedan fallar; porque por donde Yo los invito a caminar es sobre la Consciencia Sublime del universo, en donde sus seres se podrán expandir y realizar, a través de la honesta unión Conmigo.
Por eso, hoy, vengo caminando sobre las aguas, para que tengan fe en el momento de caminar sobre los océanos, sin temor a fallar o a hundirse, porque Yo los vengo a rescatar en este tiempo. Vengo a llamarlos por su nombre para que sigan Mi Camino hacia la Luz de Dios.
Porque después de toda esta trayectoria vivida y realizada en el planeta, como ya les dije una vez, sus almas y consciencias deberán fundirse en la Fuente Inmaterial para que, finalmente, este Proyecto Humano se pueda renovar, y así la Nueva Tierra se pueda concretar en la superficie, libre del pecado, de la indiferencia y de la soberbia.
Por eso, caminen sobre las aguas, así como Pedro también caminó, siendo el apóstol más imperfecto de todos y, aun así, él se superó al ver al Maestro caminando sobre las aguas.
¿Qué fue lo que sostuvo a Pedro sobre el océano?
No solo fue ver al Señor de la Noche, sino fue haber despertado su fe profunda e interna, que lo ayudó a superar sus propios límites de la consciencia y de la vida material. Su fe, impregnada del amor por el Maestro, fue lo que le permitió a Pedro, el apóstol, llegar hacia Mí sobre las aguas. Por eso, Yo le dije: “Ten fe”.
Y hoy, les digo a ustedes que tengan fe y que confíen en todo lo que Yo les digo y les pido, porque llegarán tiempos en los que no solo deberán aprender a caminar sobre las aguas de la consciencia para aprender a sostenerse y a no hundirse, sino que también llegará el tiempo de que ustedes aprendan a sostener a sus seres queridos y familias; a fin de que al menos un grupo menor de consciencias y de almas resguarde el Sagrado Proyecto de la familia universal en este planeta.
La misión de esta Obra, fundada por Mí, a través de las familias es la más importante, porque ustedes no deben ayudar a cambiar los modos de las familias, sino deben expresar a través de sus ejemplos los valores de la familia espiritual; valores que en las familias se están perdiendo en este tiempo final por diferentes razones y motivos, por la interferencia de las modernidades y por las almas vivir alejadas de Dios.
Yo, como miembro de la Sagrada Familia de Nazaret, los invito a rezar Conmigo, para esta próxima Semana Santa, por las familias; para que la célula principal del Proyecto de Dios en este planeta se pueda seguir expresando a través de una familia evolutiva, que estará en comunión con la Creación y con la naturaleza.
Por eso, hoy, les traigo los valores de la Sagrada Familia de Nazaret porque los necesitan, los hechos más importantes que Yo viví junto con Mi Madre y San José, intentando dejar expresados en esta superficie los valores de la Espiritualidad Divina.
Si esta situación espiritual no es atendida, ante la necesidad que tienen las familias en este tiempo, el Proyecto Humano no se podrá realizar.
Por eso, cuando Yo retorne al mundo también llamaré a sus familias y a las familias del mundo entero, que estén presentes físicamente en Mi Retorno, para que reciban Mi Mensaje y también Mi Bendición Paternal, para que el núcleo más profundo de las familias del mundo sea liberado de la esclavitud espiritual y, así, cada miembro de la familia pueda realizar finalmente su Propósito, la misión que cada miembro de la familia vino a vivir en el fin de estos tiempos.
Para que todas esas aspiraciones se cumplan, ustedes deberán animarse a caminar sobre las aguas, superar los propios límites de su consciencia, disolviendo sus miedos y angustias, renaciendo una y otra vez, a través de Mi Llamado.
Por eso, hoy, los coloco una vez más ante el Universo de la Consciencia de Dios, a través de este Mar Mediterráneo, para que las heridas más profundas sean cicatrizadas, especialmente en aquellos que vivieron el naufragio y que, como familia de esta humanidad, no fueron ayudados, fueron descartados.
Vengo a colocarme ante ustedes y Dios como Mediador y Juez Espiritual, para que las faltas que aquí se cometieron sean enmendadas a través del paso que darán Mis apóstoles sobre las aguas, sin olvidarse de que esta humanidad necesita una imperiosa redención.
Por eso, sobre este Mar Mediterráneo y como Pescador de almas y corazones, así como les dije a Mis apóstoles en el Mar de Galilea, hoy les digo a ustedes, ante este Mar Mediterráneo, que suban a Mi barca espiritual porque aún deben conocer universos de amor que no conocen, deben conocer universos de servicio que aún no conocen, y deberán alcanzar el puerto seguro en el Corazón de Dios, porque cuando lleguen a este Puerto Espiritual y Sublime todo estará consumado, así como el Hijo de Dios tuvo Su consumación en la Cruz, en el momento de Su Expiración.
Quiero que Mi Mensaje no solo resuene en este océano, sino que Mi Mensaje y Mi Palabra reverbere en sus corazones y vidas para que tengan bien presente que es tiempo de que sean otros, y que, despojados y vacíos de ustedes mismos, sin ninguna carga sobre sus espaldas o consciencias, caminen libres sobre los océanos, así como Yo les pido, sintiendo la elevación del espíritu, la comunión con el alma, la unión predilecta con Mi Corazón.
Hoy, les dejo este Mensaje a los valientes.
Hoy, les dejo este Mensaje para impulsar a los tibios.
Hoy, les entrego este impulso a los que tienen coraje de seguirme y de reconocerme como su Único y Gran Maestro entre los Maestros, como el Camino, la Verdad y la Vida.
Hoy, permaneceré en oración sobre los océanos, ayudando a su gran consciencia espiritual, a la consciencia espiritual de los océanos, testigos fieles de los errores y las indiferencias del mundo, que ahora es reparado y reconstruido espiritualmente.
Por eso, caminen con fe sobre los océanos y no se desanimen. Ya no se consideren miserables o pecadores, considérense parte de Mi Cuerpo Místico y Espiritual, células del Gran Cuerpo de Luz de Cristo en redención. Así, vivirán con más amplitud lo que Yo les pido y, en esta hora de inflexión planetaria, sus espíritus los ayudarán a cumplir Mis aspiraciones en este plano material, así como Yo lo espero hace tanto tiempo.
Mi barca tiene un lugar para cada uno de ustedes. Los espero siempre para navegar en la Consciencia de Dios, a través del absoluto vacío y del encuentro con el Todo.
Por último, les quisiera agradecer a los hermanos que están aquí, que vinieron de diferentes lugares de Europa a encontrarse Conmigo, cara a cara, a reafirmar a través de ellos la unión Conmigo, a decirme:
“Maestro, aquí estoy
y aquí está mi corazón por Ti.
Mi corazón, Señor, es Tuyo
y Te lo entrego en confianza
para que Tú lo conviertas, Señor,
en un instrumento de la paz,
en la emanación profunda que siento de Tu Amor,
a fin de que ese Amor, Maestro, se irradie al mundo
y a todos los que tengo a mi alrededor,
para que Tu Amor, Señor, libere a las almas
y todos celebremos, en esta hora,
la comunión con Tu Amor,
el Flameante Amor de Tu Corazón Misericordioso”.
Eso es lo que escucho de los corazones honestos, de los que no le temen a la transformación y de los que se arriesgan a decirme sí en cada nuevo paso.
Con este sentimiento de sus corazones, Yo Me retiro y Me recojo en oración, cumpliendo en esta tercera Aparición con lo que el Padre Me pidió; dejándolos prontos para ingresar en Israel, en donde podrán sentirme muy cerca, para que también sus hermanos Me sientan cerca a pesar de la distancia, para que sigamos comulgando del Amor del Creador.
Ahora, los invito, una vez más, a prepararse para la Comunión Espiritual y a ofrecer esta Comunión por los refugiados y descartados del mundo; a fin de que el insondable universo de la Misericordia de Cristo justifique los graves errores de la guerra, de la destrucción, del aborto, del descarte y de la indiferencia humana, para que todo sea convertido, así como Mi Corazón los convirtió en cada paso de la Cruz, renovando la vida planetaria.
Me despido en gratitud, amor y fe.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.
Después que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.
Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.
El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.
Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.
No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.
El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.
Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.
Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.
Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.
Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.
Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.
Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.
Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.
Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.
Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.
Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.
Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.
Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.
Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.
Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.
Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel, de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.
Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.
Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.
Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.
Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.
Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.
El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.
Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.
Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.
Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.
Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.
Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.
Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.
Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.
Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.
En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.
Padre Celestial, que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén. (x3)
La oferta ha sido aceptada.
Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.
Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.
Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.
Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.
Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.
Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.
Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.
Padre Nuestro...
Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.
Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.
Dense ahora la paz.
Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.
Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más